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GABRIEL GABATI KIBETI
NARRACIÓN Y CRISTOLOGÍA EN LUCAS 13, 10-17.
La curación de la mujer encorvada
Lucas 13, 10-17 es el único texto en los sinópticos que caracteriza a
una mujer como “hija de Abraham”. Además nota que Jesús no la llama por su nombre sino sencillamente: “mujer”, es decir la “nueva mujer”. Es como si Jesús la “recreara”. Estos trazos son suficientes para
dar a Lc 13, 10-17 un carácter particular. Por el relato de la liberación de esta mujer encadenada por Satanás, Lucas confirma que el
anuncio del Reino de Dios está en marcha en la palabra y en las obras
de Jesús, y que ninguna fuerza podrá detenerle en la realización de
la obra salvífica de Dios. Este artículo se propone desvelar cómo Lucas construye su “cristología narrativa”, es decir con qué técnicas, con
qué líneas de fuerza y a qué tipologías recurre para resaltar la caracterización de Jesús en este relato.
Narration et christologie en Lc 13, 10-17: la guérison de la femme
courbée, Estudios Bíblicos LXXIII (2015) 45-56
Situación inicial
La iniciativa de Jesús (v. 12 a)
Por última vez Jesús enseña en
una sinagoga en sábado. En este
contexto se obra la curación de la
mujer encorvada. Entre los sinópticos Lucas es el único en insistir
que Jesús obra sus milagros en el
marco de una enseñanza. Lucas lo
menciona dos veces en paralelo
con Marcos (Lc 4, 31-32 y 5, 17 //
Mc 1, 21-22 y 2, 2) pero una al contrario (Lc 6, 6 no igual a Mt. 12,9
y Mc 3, 1). Y dos veces en pasajes
propios (Lc 5,1-3y Lc 13, 10). Jesús interrumpe su enseñanza para
curar a esta mujer. Es decir que el
milagro actúa como una ilustración de la palabra, un signo de la
salvación que anuncia.
Después de haber presentado a
la mujer en el v. 11, el narrador explica el encuentro de Jesús con ella.
Es Jesús quien toma la iniciativa
del encuentro. Para ello utiliza tres
verbos que tienen a Jesús como sujeto gramatical: “en viéndola Jesús
la interpela y le dice…” No se dice nada de alguna petición de la
mujer a Jesús, como es el caso de
Lc. 5, 12-16 donde el leproso pide
ser curado o en Lc 8, 43-44 donde
la mujer que padece de hemorragia toca a Jesús para ser curada.
Tampoco hace mención de una petición por parte del pueblo o de los
participantes en la sinagoga a favor de la mujer encorvada, como
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