El verdadero valor, parte I Apóstol Sergio Enríquez O. Primer servicio Guatemala, 19 de abril del Año de la Misericordia La humanidad hoy en día asocia el valor que tiene un objeto con el precio que el mismo conlleva. Incluso vemos que en el sistema capitalista, el valor de algo se define conforme a la ley de la oferta y la demanda, o según el sistema marxista, el valor se otorga dependiendo del tiempo empleado para hacer el producto, que luego se convierte en mercadería. Sin lugar a dudas, es importante conocer el valor de las cosas y el parámetro para lograr obtener aquello por lo cual nos esforzamos; sin embargo, muchas personas se enfocan en darle más valor a los objetos materiales que a lo que el Señor verdaderamente considera como algo valioso. Un ejemplo lo vemos con Esaú, quien tenía la primogenitura y se la vendió a Jacob por no saber reconocer el valor que la misma conllevaba (Gn 25:27-34). Es necesario, como linaje escogido de Dios, el que aprendamos a pensar como el Señor piensa para poder darle valor a lo que Él considera valioso. Si no logramos esto, estaremos desagradando Su corazón y provocando la ira del Señor. Por esta razón, debemos aprender los parámetros que el Señor dejó establecidos en la Biblia para que podamos fluir en ellos, y alcanzar la estatura de la mujer virtuosa (Iglesia), cuyo valor sobrepasa al de las piedras preciosas (Pr 31:10); y el corazón de su marido (Dios) se agrada en ella. Esto como el resultado de haber fijado sus ojos en aquello que verdaderamente tiene valor y es eterno. Veamos entonces lo que nuestro buen Dios dejó escrito en la Biblia para nosotros, Su amada, y así podamos darle valor a lo que realmente importa. LOS PARAMETROS DEL SEÑOR -La modestia: El diccionario RAE define la palabra “modestia” como una virtud que modera, templa y regla las acciones externas, conteniendo al hombre en los límites de su estado, según lo conveniente a él. En otras palabras, ser modesto implica saber el valor de lo que poseemos sin sentir la necesidad de exhibirlo para que otros lo contemplen, sino solo mostrarlo cuando sea necesario. En Pr 12:9 LBA vemos que Dios quiere que el valor que le demos a las cosas se encuentre dentro de un parámetro de modestia. Una persona que solo busca que los demás vean los bienes que posee y se jacta de ellos, no es una persona recatada. El Señor nos quiere colmar de bendiciones extraordinarias pero no para que nos infatuemos. A estas bendiciones debemos otorgarles el verdadero valor; desde la perspectiva de Dios y, como dijo el Apóstol Pablo, el que tiene como que no tuviera. -Temor a Jehová: Es mejor tener poco con temor a Jehová que tener un gran tesoro donde hay turbación, Pr. 15:16 LBA. El temor de Jehová es necesario porque el mismo nos enseñará el verdadero valor de las cosas y evitaremos caer en situaciones de fraude o engaño. Cuando una persona pierde el temor de Dios, puede llegar a cometer cualquier tipo de acción sin importar las consecuencias que esto acarree, y peor aún, sin importarle si esta desagradando a Dios. Indiscutiblemente debemos ser reverentes a nuestro Señor, pues el temor a Dios nos detendrá de caer en actos ilícitos que nos pueden llevar a la perdición. -El amor: Es necesario que la Iglesia esté completamente empapada del amor de nuestro buen Dios para que lo podamos reflejar en nuestro conyugue, hijos, familiares, etc. Es por medio de Su gran amor que seremos guiados a ver el verdadero parámetro de las cosas. Vemos en la Biblia que mejor es un plato de legumbres donde hay amor, que buey engordado y odio con él, Pr 15:17 LBA. Esto nos da a entender que aquel que está enamorado, busca agradar al Señor en todo tiempo y en todo lugar, sin importa la circunstancia que este atravesando. -La justicia: La base bíblica de este parámetro lo vemos en Pr 16:8 LBA. Dios quiere que aprendamos el mismo concepto de valor que Él tiene y así podamos ser hombres y mujeres de justicia. Para tener la justicia divina de Dios debemos ser justos, y esto lo logramos por medio del Espíritu de Dios, a través del nuevo nacimiento. Solo de esta manera, si hemos sido injustos, podremos reconocerlo y enmendarlo, pues hemos entendido que la justicia divina es la que cuenta y no la que nosotros queramos imponer. Hay que hacer notar que la Biblia establece en Mt 6:33 que debemos buscar el reino de Dios y Su justicia; y por consiguiente, tendremos las añadiduras de Dios. Nuestro anhelo debe estar depositado en el reino de Dios y la justicia que proviene de Él; lo cual alcanzamos si mantenemos una vida de intimidad con el Señor, sumergidos en Su palabra y en la oración. -Sabiduría e inteligencia: Tal como se nos muestra en Pr 16:16 BLBH, la sabiduría y la inteligencia son sumamente importantes para el buen desarrollo de los creyentes. Lamentablemente se ha sembrado en el corazón de la gente que para que una persona sea catalogada como inteligente, su IQ debe ir por encima de los niveles establecidos por el mundo, y esto es completamente errado. La Biblia nos revela que la persona inteligente es aquella que se aparta del mal, deja el pecado, y teme a Jehová. La sabiduría también está íntimamente ligada con el temor de Jehová. Estos dos parámetros, juntamente con los ya mencionados, vienen a ser como un círculo virtuoso que nos llevan de un nivel a otro, atrayéndonos cada día más hacia Dios. Debido a que estos parámetros no se pueden palpar ni ver, muchos cristianos no les dan el valor que se merecen o los menosprecian. Sin embargo, para la Iglesia novia, lo más importante es aquello que proviene de la mano de Dios y nos conduce a una eternidad con Él. Seamos agradecidos y busquemos intensamente ser llenos de estas cualidades mencionadas, no perdiendo el valor de lo invisible, porque lo invisible es el parámetro de Dios. ¡Bienaventurado el que creyó sin haber visto! Redactado por: Hna. Valerie O. Figueroa 1 Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo. www.ebenezer.org.gt
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