34567 2 0 16 , N ÚMER O 6 Visiones que describen el mundo espiritual 34567̇ Vol. 137, No. 16 Ejemplares en distintos formatos: 58.987.000 Disponible en 282 IDIOMAS No. 6 2016 ․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․․ SPANISH LA ATALAYA es una revista que tiene como propósito honrar a Jehová, el Dios Soberano del universo. Consuela a la gente anunciando que el Reino de Dios —un gobierno que se halla en los cielos— pronto acabará con la maldad y transformará la Tierra en un paraíso. Además, promueve la fe en el Rey reinante de dicho gobierno, Jesucristo, quien murió para que pudiéramos alcanzar la vida eterna. Esta publicación, editada sin interrupción desde 1879, es políticamente neutral y reconoce la Biblia como máxima autoridad. Esta publicación se distribuye como parte de una obra mundial de educación bíblica que se sostiene con donativos. Prohibida su venta. Si desea hacer un donativo, visite jw.org. ¿QUÉ OPINA? ¿Cómo se imagina usted el cielo? Jesús puede ayudarnos a contestar esa pregunta, pues él dijo: “Yo soy de las regiones de arriba” (Juan 8:23). Este número de La Atalaya analiza lo que Jesús y su Padre han explicado sobre el cielo. Visiones que describen el mundo espiritual Diferentes opiniones sobre el cielo 3 Visiones sobre quienes viven en el cielo 4 _________________________________________________________________________________________________________________________ OTROS ARTÍCULOS A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas se han tomado de la versión en lenguaje moderno Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (con referencias). ¿Desea obtener más información o recibir en su hogar clases bíblicas gratuitas? Visite jw.org o escriba a una de las direcciones indicadas abajo. The Watchtower (ISSN 0043-1087) Issue 16 November 2016 is published monthly with an additional issue published in January, March, May, July, September, and November by Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.; L. Weaver, Jr., President; G. F. Simonis, Secretary-Treasurer; 1000 Red Mills Road, Wallkill, NY 12589-3299, and by Watch Tower Bible and Tract Society of Canada, PO Box 4100, Georgetown, ON L7G 4Y4. Periodicals Postage Paid at Brooklyn, NY, and at additional mailing offices. POSTMASTER: Send address changes to Watchtower, 1000 Red Mills Road, Wallkill, NY 12589-3299. 5 2016 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Printed in Canada. ¿Qué aprendemos de las aves? 8 Lefèvre d’Étaples Quería que la gente común entendiera la Biblia 10 Biografía Abrazo la verdad aunque no tengo brazos 13 ¿Qué dice la Biblia? 16 s MÁS INFORMACIÓN EN INTERNET OTRAS PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA ¿Creó Dios al Diablo? r (Vaya a ENSEÑANZAS BÍBLICAS ˛ PREGUNTAS SOBRE LA BIBLIA) TEMA DE PORTADA DIFERENTES OPINIONES SOBRE EL CIELO Mucha gente se pregunta cómo son el cielo y quienes viven allí. Este es un tema sobre el que siempre se ha especulado mucho. Hay personas que piensan que es un lugar donde residen sus antepasados, a quienes deben honrar. Algunos se imaginan el cielo como un lugar donde reinan la paz y la felicidad, y donde habitan los ángeles y las personas buenas que han muerto. También hay quien cree que es la morada de cientos de millones de dioses. Con respecto al mundo espiritual, muchas personas afirman que no hay manera de saber nada sobre él porque nadie ha venido de allá para contarnos cómo es. Pero ese argumento es erróneo. Jesucristo ya vivía en el cielo antes de venir a la Tierra. Y lo confirmó abiertamente cuando les dijo a unos líderes religiosos del primer siglo: “He bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado”. Así que Jesús estaba hablando de primera mano cuando dijo a sus apóstoles: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas” (Juan 6:38; 14:2). El Padre de Jesús es Jehová Dios, y su “casa” está en los cielos (Salmo 83:18). Por lo tanto, nadie puede explicar el mundo espiritual mejor que ellos. Mediante espectaculares visiones, Jehová y Jesús han revelado mucha información acerca del cielo a siervos fieles. El siguiente artículo analiza algunos pasajes de la Biblia que describen lo que aquellos hombres contemplaron en varias visiones. Al examinar su contenido, recuerde que el mundo espiritual no es como el mundo físico, donde las cosas se pueden ver y palpar. Por eso, en vez de explicarnos cómo es el cielo en términos espirituales —que no entenderíamos—, Dios diseñó esas visiones para mostrarnos realidades espirituales de una forma más fácil de entender. Analizarlas lo ayudarán a conocer mejor a quienes habitan en las “muchas moradas” de la región espiritual. 2016, NÚMERO 6 3 VISIONES SOBRE QUIENES VIVEN EN EL CIELO La Biblia contiene impresionantes visiones que nos permiten “asomarnos” al mundo espiritual e invisible. Le invitamos a analizarlas. Por supuesto, no todo lo que en ellas se describe debe interpretarse de forma literal, pero sí podrá visualizar a quienes viven en el cielo y comprender qué impacto tienen en nuestra vida. JEHOVÁ ES EL SER SUPREMO “Un trono estaba en su posición en el cielo, y hay uno sentado sobre el trono. Y el que está sentado es, en apariencia, semejante a una piedra de jaspe y a una piedra preciosa de color rojo, y alrededor del trono hay un arco iris de apariencia semejante a una esmeralda” (Revelación [Apocalipsis] 4:2, 3). “Él tenía un resplandor todo alrededor. Había algo como la apariencia del arco [iris] que ocurre en una masa de nubes en el día de una lluvia fuerte. Así era la apariencia del resplandor que había alrededor. Era la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová” (Ezequiel 1:27, 28). Estas visiones que recibieron el apóstol Juan y el profeta Ezequiel describen el esplendor de Jehová, el Dios Altísimo, con elementos que identificamos fácilmente: deslumbrantes piedras preciosas, un arco iris y un trono majestuoso. Revelan que la presencia de Jehová es de una belleza impactante, que transmite calma y serenidad. Ambas descripciones de Dios concuerdan con lo que escribió el salmista: “Jehová es grande y ha 4 LA ATALAYA de ser alabado en gran manera. Es inspirador de temor más que todos los demás dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son dioses que nada valen; pero en cuanto a Jehová, él ha hecho los mismísimos cielos. Dignidad y esplendor están ante él; fuerza y hermosura están en su santuario” (Salmo 96:4-6). Aunque Jehová es el Ser Supremo, nos invita a acercarnos a él y a orarle, con la garantía de que va a escucharnos (Salmo 65:2). Dios nos quiere y se preocupa tanto por nosotros que el apóstol Juan escribió muy apropiadamente que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). JESÚS ESTÁ A LA DIESTRA DE DIOS El discípulo Esteban, “estando lleno de espíritu santo, miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios, y dijo: ‘¡Miren! Contemplo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios’ ” (Hechos 7:55, 56). Poco antes de que Esteban tuviera esta visión, los líderes judíos a quienes les hablaba habían instigado la ejecución de Jesús. Lo que contempló confirmaba que Jesucristo estaba vivo, que había resucitado y se le había dado honra. Respecto a eso, el apóstol Pablo escribió: “[Jehová] lo levantó [a Jesús] de entre los muertos y lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad y poder y señorío, y de todo nombre que se nombra, no solo en este sistema de cosas, sino también en el que ha de venir” (Efesios 1:20, 21). Además de describir la elevada posición de Jesús, las Escrituras nos dicen que también nos ama profundamente, como Jehová. Mientras duró su ministerio en la Tierra, Jesús curó enfermos y resucitó a muertos. Y al sacrificar su propia vida, demostró cuánto amaba a Dios y a la humanidad (Efesios 2:4, 5). Ahora está cerca de Dios, a su diestra, y pronto usará su autoridad para el beneficio de los seres humanos obedientes donde sea que estén. LOS ÁNGELES SON MINISTROS DE DIOS El profeta Daniel escribió: “Seguí contemplando hasta que se colocaron tronos y el Anciano de Días [Jehová] se sentó. [...] Había mil millares que seguían ministrándole, y diez mil veces diez mil que seguían de pie directamente delante de él” (Daniel 7:9, 10). En esta visión que tuvo del cielo, Daniel no vio a un ángel solo; vio muchísimos. ¡Qué imagen tan impresionante debió ser! Los ángeles son criaturas espirituales, inteligentes y poderosas. Están organizados en rangos, que incluyen serafines y querubines. En la Biblia se menciona a los ángeles más de doscientas cincuenta veces. Los ángeles no son humanos que vivieron en la Tierra. Dios los creó mucho antes que a los seres humanos. Cuando se fundó la Tierra, los ángeles estaban observando muy atentos y estallaron en aplausos (Job 38:4-7). Una manera como los ángeles fieles ministran a Dios es participando en la tarea más importante que se lleva a cabo hoy día: la predicación de las buenas noticias del Reino de Dios (Mateo 24:14). Sabemos que participan en esta labor por una visión que recibió el apóstol Juan, quien escribió: “Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, y a 2016, NÚMERO 6 5 toda nación y tribu y lengua y pueblo” (Revelación 14:6). Aunque los ángeles ya no hablan con los seres humanos como lo hicieron en el pasado, guían a quienes predican para que encuentren a las personas de buen corazón. EL DIABLO ENGAÑA A MILLONES DE PERSONAS “Estalló guerra en el cielo: Miguel [Jesucristo] y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron, pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él” (Revelación 12:7-9). En el cielo no siempre ha reinado la paz. Justo al comienzo de la historia humana, uno de los ángeles, obsesionado con la idea de recibir adoración, se rebeló contra Jehová y se convirtió en Satanás, que significa “Resistidor”. Más adelante, otros ángeles se unieron a su rebelión y llegaron a ser conocidos como demonios. Estos seres perversos se oponen con todas sus fuerzas a Dios y han hecho que la mayor parte de la humanidad se desvíe de la amorosa autoridad de Jehová. Satanás y sus demonios son depravados y crueles. Odian a los seres humanos y son culpables de mucho del sufrimiento que hay en la Tierra. Por ejemplo, Satanás mató a todo el ganado y a los sirvientes del fiel Job. Luego provocó “un gran viento” que derrumbó la casa donde estaban sus diez hijos, lo que acabó con la vida de todos ellos. Por último, hirió a Job “con un divieso maligno desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza” (Job 1:7-19; 2:7). Sin embargo, pronto el Diablo dejará de existir. Desde que fue arrojado a la Tierra, sabe que le queda poco tiempo (Revelación 12:12). Está condenado, y esa sí que es una buena noticia. PERSONAS QUE HAN VIVIDO EN LA TIERRA “[Tú, Jesús,] compraste para Dios personas de toda tribu y lengua y pueblo y nación, e hiciste que fueran un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de reinar sobre la tierra” (Revelación 5:9, 10). Al igual que sucedió con Jesucristo, habrá más personas que resucitarán para vivir en el cielo. Él dijo a sus apóstoles: “Voy a preparar un lugar para ustedes. También, [...] vengo otra vez y los recibiré en casa a mí mismo, para que donde yo estoy también estén ustedes” (Juan 14:2, 3). NO HAY RAZÓN PARA TEMER A LOS DEMONIOS La superstición y el miedo a los malos espíritus esclavizan a millones de personas. Muchas recurren a los talismanes, amuletos y pociones mágicas para que no les hagan daño. Pero esas medidas son totalmente innecesarias. La Biblia da esta tranquilizadora razón: “En cuanto a Jehová, sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él” (2 Crónicas 16:9). Jehová, el único Dios verdadero, es muchísimo más poderoso que Satanás y protege a quienes confían en él. Para que Jehová lo proteja, usted tiene que saber qué le agrada a él y hacerlo. Por ejemplo, en el siglo primero, los cristianos de Éfeso juntaron todos sus libros de magia y los quemaron (Hechos 19:19, 20). Del mismo modo, si desea obtener la protección de Dios, debe deshacerse de talismanes, amuletos, fetiches, libros de magia, pulseras o cordones “protectores”, y cualquier otra cosa relacionada con el espiritismo. La Biblia dice: “Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes” (Santiago 4:7). Si se sujeta a Jehová, es decir, si le obedece y hace su voluntad, puede estar seguro de que ni Satanás ni sus demonios podrán hacerle daño. Quienes van al cielo lo hacen por una razón: junto con Jesucristo, formarán parte de un gobierno celestial que llegará a gobernar toda la Tierra y traerá bendiciones a todos sus habitantes. Se trata del Reino sobre el que Jesús enseñó a sus discípulos a orar cuando dijo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:9, 10). ¿QUÉ HARÁN QUIENES ESTÁN EN EL CIELO? El apóstol Juan escribió: “Oí una voz fuerte desde el trono decir: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él [...] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado’ ” (Revelación 21:3, 4). En este caso, se trata de una visión profética que señala al tiempo en el que el Reino de Dios —compuesto por Jesús y los que hayan resucitado en el cielo— acabará con el dominio del Diablo y convertirá el planeta en un paraíso. Todo lo que ha causado tanto sufrimiento y dolor a la humanidad desaparecerá. Hasta la muerte dejará de existir. Pero ¿y qué será de los miles de millones de personas que han muerto y no irán al cielo? Ellos volverán a vivir en la Tierra y disfrutarán de la vida en el Paraíso (Lucas 23:43). ˇ Estas visiones nos confirman que tanto Jehová Dios como su Hijo, Jesucristo, junto con los ángeles fieles y quienes sean comprados de la Tierra se interesan muchísimo en nuestro bienestar. Si desea saber más sobre lo que harán en el futuro, póngase en contacto con los testigos de Jehová o visite nuestro sitio de Internet, jw.org, y descargue el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? 2016, NÚMERO 6 7 ¿Qué aprendemos de las aves? “Pregunta, por favor, [...] a las criaturas aladas de los cielos, y ellas te informarán. ¿Quién entre todos estos no sabe bien que la misma mano de Jehová ha efectuado esto[?]” (Job 12:7, 9). Cigüeña HACE más de tres mil años, el patriarca Job se dio cuenta de que se puede aprender mucho de la creación de Dios observando las aves. De hecho, sus peculiares características han inspirado comparaciones y metáforas. En la Biblia se hacen muchas referencias a las aves para enseñarnos valiosas lecciones acerca de la vida y de la amistad con Dios. Veamos algunos ejemplos. DONDE ANIDAN LAS GOLONDRINAS Los habitantes de Jerusalén conocían bien las golondrinas, que solían construir sus nidos bajo los aleros de los edificios. Hasta en el templo de Salomón anidaron golondrinas. Es probable que año tras año hallaran allí un lugar tranquilo y seguro para criar a sus polluelos. El compositor del Salmo 84, un descendiente de Coré, se fijó en aquellos nidos del templo. Él servía allí una semana cada seis meses, pero quería ser como las golondrinas que tenían un hogar permanente en la casa de Dios. Exclamó: “¡Cuán amable es tu magnífico tabernáculo, oh Jehová de los ejércitos! Mi alma ha anhelado, y también se ha consumido, en su vivo deseo por los patios de Jehová. [...] Hasta el pájaro mismo ha hallado una casa, y la golondrina un nido para sí, donde ella ha puesto sus polluelos... ¡tu magnífico altar, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío y Dios mío!” (Salmo 84:1-3). ¿Y qué hay de nosotros y nuestros 8 LA ATALAYA hijos? ¿Deseamos reunirnos regularmente con el pueblo de Dios y valoramos ese privilegio? (Salmo 26:8, 12). LA CIGÜEÑA SABE CUÁNDO ES EL MOMENTO “La cigüeña en los cielos... bien conoce sus tiempos señalados”, escribió el profeta Jeremías. No hay duda de que él conocía muy bien el vuelo migratorio de las cigüeñas que pasaban sobre la Tierra Prometida. Se ha visto que en la primavera el número de cigüeñas comunes que migra desde África hasta Europa, pasando por el valle del Jordán, asciende a 300.000. Un reloj interno las impulsa a volver cada verano a los lugares de cría. Igual que otras aves migratorias, saben cuál es “el tiempo de la venida” (Jeremías 8:7). Según cierta obra de consulta, “lo que más impresiona de la migración es que esté motivada por el instinto” (Collins Atlas of Bird Migration). Jehová les dio a las aves migratorias sabiduría instintiva para reconocer las estaciones. Pero a los seres humanos nos dio la capacidad de percibir el tiempo y el momento en que vivimos (Lucas 12:54-56). A diferencia de la cigüeña, que se deja llevar por un impulso natural, los seres humanos necesitamos aprender de Dios a fin de darnos cuenta del significado de ciertos sucesos de nuestro tiempo. Los israelitas de la época de Jeremías no supieron entender la importancia de los acontecimientos montarán con alas como águilas” (Isaías 40:31). El águila remonta el vuelo valiéndose de corrientes térmicas, columnas de aire cálido que suben desde el suelo. Cuando encuentra una de estas corrientes, extiende sus alas y asciende en círculos por el interior de la columna. No depende de sus propias fuerzas para ganar altura y desplazarse largas distancias. De igual modo, quienes esperan en Jehová pueden confiar en que él cumplirá su promesa de darles “el poder que es más allá de lo normal” (2 Corintios 4:7, 8). Águila Golondrina Una gallina y sus pollitos del tiempo en que vivieron. Y Dios reveló por qué: “Ellos han rechazado la mismísima palabra de Jehová, y ¿qué sabiduría tienen?” (Jeremías 8:9). Hoy tenemos pruebas suficientes de que vivimos en lo que la Biblia llama “los últimos días” (2 Timoteo 3:1-5). ¿Imitaremos a la cigüeña y estaremos atentos a los tiempos en que vivimos? EL ÁGUILA MIRA “LEJOS EN LA DISTANCIA” Las Escrituras mencionan muchas veces a las águilas. Ver su inconfundible silueta era algo común en la Tierra Prometida. La Biblia dice que desde su nido, construido en lo alto de un peñasco, “tiene que buscar alimento”. Y añade: “Lejos en la distancia sus ojos siguen mirando” (Job 39: 27-29). Su vista es tan potente que se ha dicho que puede divisar un conejo a una distancia de casi un kilómetro (media milla). Tal como el águila es capaz de ver “lejos en la distancia”, Jehová puede ver el futuro lejano. Por eso, él dice que es “Aquel que declara desde el principio el final, y desde hace mucho las cosas que no se han hecho” (Isaías 46:10). Si seguimos la guía de Jehová, nos beneficiaremos de su incomparable sabiduría y de su formidable capacidad para ver el futuro (Isaías 48:17, 18). Por otra parte, la Biblia compara a quienes confían en Jehová con águilas. Dice: “Los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se re- “LA GALLINA REÚNE SUS POLLITOS DEBAJO DE SUS ALAS” Poco antes de morir, Jesús se detuvo a contemplar por un instante la capital del pueblo judío y dijo con tristeza: “Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella..., ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron” (Mateo 23:37). Uno de los instintos más fuertes de los pájaros es el de proteger a sus polluelos. Las aves que hacen sus nidos en el suelo, como las gallinas, deben estar muy atentas al peligro. Si la gallina ve un halcón al acecho, emite una fuerte llamada de alerta, y sus pollitos enseguida corren a resguardarse bajo sus alas. Allí también se protegen del sol abrasador y de la lluvia intensa. Jesús quería darles a los habitantes de Jerusalén una protección similar en sentido espiritual. Y hoy nos invita a acudir a él para protegernos de la ansiedad y aliviarnos las cargas de la vida diaria (Mateo 11:28, 29). Sin duda, tenemos mucho que aprender de las aves. La próxima vez que observemos su comportamiento, intentemos recordar las comparaciones de la Biblia. Cuando veamos la golondrina, valoremos el lugar donde adoramos a Jehová. Confiemos en que él nos dará el poder para remontarnos como el águila. Acudamos a Jesús para hallar verdades espirituales que nos protejan del peligro, tal como la gallina protege a sus polluelos. Y no dejemos de imitar a la cigüeña, fijándonos en la importancia de los sucesos que marcan nuestro tiempo. ˇ 2016, NÚMERO 6 9 5 Bibliothèque nationale de France (París) Lefèvre d’Étaples QUERÍA QUE LA GENTE COMÚN ENTENDIERA LA BIBLIA UNA mañana de domingo, a principios de la década de 1520, los habitantes de Meaux, pequeña población al norte de París, no daban crédito a lo que estaban escuchando en la iglesia: la lectura de los Evangelios en francés, su lengua materna, en vez de en latín. El traductor bíblico que estaba detrás de esta iniciativa, Jacques Lefèvre d’Étaples (Jacobus Faber Stapulensis, en latín), escribió más tarde a un buen amigo suyo: “No sabes cuánto está motivando Dios a la gente común en algunos lugares a aceptar su Palabra”. En aquella época, la Iglesia Católica y los teólogos de París prohibían el uso de traducciones de la Biblia en las lenguas vernáculas. En vista de eso, ¿qué motivó a Lefèvre a traducir la Biblia al francés? ¿Y cómo se las arregló para ayudar a la gente común a entender la Palabra de Dios? EN BUSCA DEL VERDADERO SIGNIFICADO DE LAS ESCRITURAS Antes de ser traductor bíblico, Lefèvre se dedicó a recuperar el significado original de obras clásicas de filosofía y teología. Había notado que durante siglos se habían alterado algunos textos antiguos debido a interpretaciones confusas y erróneas. En su afán por encontrar el verdadero significado de aquellos textos, comenzó a estudiar minuciosamente la Biblia oficial de la Iglesia Católica, la Vulgata latina. Su concienzudo estudio de las Escrituras le llevó a la conclusión de que “estudiar la verdad di10 LA ATALAYA vina es lo único que garantiza [...] la mayor de las felicidades”. Por esa razón, Lefèvre dejó de estudiar filosofía y se dedicó en cuerpo y alma a traducir la Biblia. En 1509 publicó un estudio comparativo de cinco versiones de los Salmos traducidos al latín,1 entre ellas su propia edición corregida de la Vulgata. A diferencia de los teólogos de su época, trató de expresar los pasajes bíblicos de forma sencilla y natural. El método que utilizó para interpretar las Escrituras tuvo mucha influencia en otros eruditos bíblicos y reformadores (vea el recuadro “La influencia de Lefèvre en Martín Lutero”). Lefèvre nació en un hogar católico y estaba convencido de que la única manera de reformar la Iglesia era enseñando a la gente común lo que dicen las Escrituras. Pero ¿cómo podrían comprender los escritos sagrados si en esa época estaban principalmente en latín? UNA TRADUCCIÓN DE LA BIBLIA AL ALCANCE DE TODOS Su amor por la Palabra de Dios era tan grande que se determinó a hacerla disponible a la mayor cantidad de personas posible. Para lograrlo, en junio de 1523 publicó una traducción de los Evangelios al francés en dos volúmenes de tamaño de bolsillo. Este formato —que costaba la mitad que la edición normal— permitió a las personas de es1 El Psalterium Quintuplex contenía cinco traducciones de los Salmos en columnas y una tabla con los títulos utilizados para referirse a Dios más el Tetragrámaton, las cuatro letras con las que se escribe el nombre de Dios en hebreo. casos recursos obtener su propio ejemplar de la Biblia. La respuesta de la gente fue inmediata y muy entusiasta. Hombres y mujeres por igual deseaban tanto leer en su lengua materna las palabras de Jesús que los primeros 1.200 ejemplares se agotaron en pocos meses. FUE UN VALIENTE DEFENSOR DE LA BIBLIA 5 Bibliothèque nationale de France (París) En la introducción a los Evangelios, Lefèvre explicó que los había traducido al francés para que “los miembros más humildes” de la iglesia “pudieran estar tan convencidos de la verdad del Evangelio como los que la tenían en latín”. Pero ¿por qué tenía tanto interés en ayudar a la gente común a saber lo que la Biblia enseña? Lefèvre era muy consciente de que las enseñanzas y filosofías humanas habían corrompido a la Iglesia Católica (Marcos 7:7; Colosenses 2:8). Estaba convencido de que había llegado la hora de que el Evangelio “se proclamara por todo el mundo para que ya nadie fuera engañado por doctrinas humanas”. Lefèvre también hizo todo lo posible por desenmascarar los argumentos erróneos de quienes se oponían a que la Biblia se tradujera al francés. Denunció su hipocresía al decir: “¿Cómo van a enseñar a la gente a poner en práctica lo que Jesucristo enseñó si no quieren que la gente común , Tabla de los títulos utilizados para referirse a Dios en los Salmos, que aparece en el Psalterium Quintuplex, edición de 1513. La introducción a los Evangelios confirma que Lefèvre deseaba que la Biblia estuviera al alcance de todos en su lengua materna. ) 5 Bibliothèque nationale de France (París) 2016, NÚMERO 6 11 vea y lea el Evangelio de Dios en su propio idioma?” (Romanos 10:14). No es de extrañar que los teólogos de la Sorbona, la Universidad de París, enseguida intentaran silenciar a Lefèvre. En agosto de 1523 se opusieron a que se tradujera la Biblia o que se hicieran comentarios bíblicos en lenguas vernáculas, por considerarlos “dañinos para la Iglesia”. De no haber sido por la intervención del rey francés Francisco I, Lefèvre habría sido condenado por hereje. COMPLETÓ SU OBRA “EN SILENCIO” Lefèvre no permitió que esos acalorados debates le impidieran traducir la Biblia. En 1524, después de terminar la traducción de las Escrituras Griegas (conocidas también como Nuevo Testamento), publicó la traducción al francés de los Salmos para que los creyentes pudieran orar “con mayor devoción y sentimiento”. Los teólogos de la Sorbona no tardaron en analizar minuciosamente las obras de Lefèvre. De inmediato ordenaron que se quemara en público su traducción de las Escrituras Griegas y afirmaron que algunos de sus escritos “promovían la herejía de Lutero”. Cuando los teólogos lo mandaron llamar para que defendiera su postura, Lefèvre decidió permanecer “en silencio” y huyó a Estras- burgo. Allí siguió traduciendo la Biblia de manera discreta. Aunque algunos consideraron que su postura fue cobarde, él pensó que era la mejor forma de responder a quienes no apreciaban las valiosas “perlas” de la verdad bíblica (Mateo 7:6). Casi un año después de su huida, el rey Francisco I nombró a Lefèvre tutor de su hijo Carlos, de cuatro años. Ese cargo le permitió disponer del tiempo necesario para terminar de traducir la Biblia. En 1530, su traducción de la Biblia se imprimió fuera de Francia, en Amberes (Bélgica), con la autorización del Emperador Carlos V.1 NO SE CUMPLIERON TODAS SUS EXPECTATIVAS A lo largo de su vida, Lefèvre tuvo la esperanza de que la Iglesia abandonaría las tradiciones humanas y volvería al conocimiento puro de las Escrituras. Estaba totalmente convencido de que “todo cristiano tiene el derecho, es más, el deber, de leer y entender la Biblia”. Por esa razón, se esforzó tanto por que la Biblia estuviera al alcance de todos. Aunque su deseo de que la Iglesia se reformara nunca llegó a cumplirse, no hay duda de que contribuyó a que la gente común conociera la Palabra de Dios. ˇ 1 Cinco años después, en 1535, el traductor francés Olivétan publicó su versión de la Biblia basada en los idiomas originales. Las obras de Lefèvre influyeron mucho en su traducción de las Escrituras Griegas. La influencia de Lefèvre en Mart ín Lutero Martín Lutero era un monje desconocido cuando estudió cuidadosamente las obras de Lefèvre. El joven Lutero se dio cuenta de que Lefèvre explicaba los pasajes bíblicos de una manera sencilla, sin recurrir a alegorías rebuscadas como hacían los eruditos de su época. La forma como interpreta- 12 LA ATALAYA ba las Escrituras ejerció una poderosa influencia en Lutero y también en el traductor bíblico William Tyndale y en el reformador Juan Calvino. Aunque Lefèvre fue católico hasta su muerte, sus obras marcaron un punto de inflexión en la traducción de la Biblia y prepararon el terreno para la Reforma. BIOGRAF ÍA Abrazo la verdad aunque no tengo brazos RELATADA POR BERNHARD MERTEN Cuando las personas se sienten inseguras, suelen agarrarse a algo. Yo no puedo hacer eso porque no tengo brazos. Me los amputaron para salvarme la vida cuando apenas tenía siete años. Nací en 1960. Mi madre tenía 17 años y mi padre acababa de abandonarla. Ella y yo vivíamos con mis abuelos en el pequeño pueblo de Burg, en la República Democrática Alemana (o Alemania oriental). Como muchas personas, mi familia era atea, así que Dios no significaba nada para nosotros. Mi abuelo me prestaba mucha atención, y eso a mí me encantaba. Siempre me tenía entretenido con distintas tareas, como trepar a los árboles para cortar ramas. Para mí todo era una aventura. Era un niño completamente feliz. UN ACCIDENTE ME CAMBIA LA VIDA Un día, cuando tenía siete años y acababa de empezar segundo grado, sucedió algo terrible. Al volver de la escuela, se me ocurrió subir a una torre de alta tensión. Estaba a unos 8 metros (25 pies) de altura cuando recibí una fuerte descarga eléctrica que me dejó inconsciente. Desperté en el hospital, pero ya no sentía los brazos. Habían tenido que amputármelos porque tenía graves quemaduras, y las heridas eran tan terribles que existía el peligro de contraer una infección en la sangre. Naturalmente, mi madre y mis abuelos estaban desconsolados. Pero como yo era tan solo un niño, no captaba del todo el efecto que aquella tragedia tendría en mi vida. Tras salir del hospital, regresé a la escuela, pero los niños se burlaban de mí, me empujaban y me lanzaban cosas porque no podía defenderme. Sus comentarios crueles y humillantes me dolían muchísimo. Al final, me internaron en un centro para niños con discapacidades físicas en Birkenwerder. Como quedaba lejos de casa, y mi madre y mis abuelos no tenían dinero suficiente para ir a visitarme, solo los veía en las vacaciones. Pasé diez años alejado de ellos. MI VIDA SIN MANOS NI BRAZOS Aprendí a hacer muchas cosas con los pies. ¿Se imagina lo que implica comer con cuchara o tenedor usando solo los pies? Pues yo, de algún modo, logré hacerlo. También aprendí a cepillarme los dientes, a peinarme y hasta a hacer ademanes al hablar. En fin, mis pies se convirtieron en mis manos. 2016, NÚMERO 6 13 Hablar del mensaje de la Biblia con otras personas me hace feliz. De adolescente me encantaba la ciencia ficción. Imaginaba que algún día podría tener brazos robóticos que me permitirían hacer cualquier cosa. A los 14 años empecé a fumar. Sentía que me daba seguridad y que era como los demás. Pensaba: “Sí, yo también puedo fumar. Fumar es de adultos. ¿Qué más da que no tenga brazos?”. Me mantenía muy ocupado y activo en la comunidad. Me inscribí en la Juventud Libre Alemana, organización de jóvenes socialistas respaldada por el gobierno, donde llegué a tener el prestigioso puesto de secretario. También me apunté a un club de canto y a talleres de poesía, y participaba en deportes para discapacitados. Tras terminar mis estudios y pasar algún tiempo como aprendiz, conseguí un empleo en una empresa local. Empecé a usar una prótesis con más frecuencia porque quería sentirme como una persona completa. ABRAZO LA VERDAD DE LA BIBLIA En una ocasión, mientras esperaba el tren para ir al trabajo, se me acercó un señor y me preguntó si creía que Dios podría devolverme los brazos. Me quedé un poco desconcertado. Claro que quería volver a tener brazos, pero aquello me parecía un disparate, algo totalmente imposible. Yo era ateo y estaba convencido de que Dios no existía. Desde ese momento en adelante, busqué la forma de evitar a aquel hombre. Poco tiempo después, una compañera de trabajo me invitó a conocer a su familia. Mientras tomábamos café, sus padres comenzaron a hablar de 14 LA ATALAYA Dios. Lo llamaban Jehová. Esa fue la primera vez que escuché que Dios tiene un nombre (Salmo 83:18). Para mis adentros, pensé: “Dios no puede existir, sea como sea que lo llamen. Les demostraré lo equivocados que están”. Seguro de lo que creía, acepté que tuviéramos conversaciones sobre la Biblia. Pero, para mi sorpresa, jamás les pude probar que Dios no existe. A medida que fuimos examinando las profecías de la Biblia, mis creencias ateas se fueron desmoronando. Me di cuenta de que muchas de las predicciones de Dios, algunas hechas con cientos o miles de años de antelación, ya se habían cumplido. Una vez, comparamos la situación del mundo actual con las profecías de Mateo, capítulo 24; de Lucas, capítulo 21, y de 2 Timoteo, capítulo 3. Al igual que un conjunto de síntomas le permite a un médico dar un diagnóstico, el conjunto de acontecimientos descrito en esos capítulos me ayudó a ver que vivimos en lo que la Biblia llama “los últimos días”.1 Me quedé muy impresionado. El cumplimiento de aquellas profecías estaba clarísimo. Me convencí de que lo que aprendía era la verdad. Comencé a orarle a Jehová y dejé de fumar, aunque había sido un fumador empedernido por más de diez años. Seguí estudiando la Biblia durante un año, y el 27 de abril de 1986 me bauticé en una bañera y en secreto porque en aquel enton1 Para leer una descripción detallada de la señal de los últimos días, vaya al capítulo 9, titulado “¿Vivimos en ‘los últimos días’?”, del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová y disponible en el sitio jw.org. ces la obra de los testigos de Jehová estaba prohibida en Alemania oriental. AYUDO A LOS DEMÁS Debido a la proscripción, nos reuníamos en casas privadas y en grupos pequeños. Por lo tanto, conocía a pocos Testigos. Pero inesperadamente, las autoridades me permitieron viajar a Alemania occidental, donde nuestra organización no estaba prohibida. Por primera vez en mi vida, pude asistir a asambleas y ver a miles de mis hermanos. Fue una experiencia única. Después de la caída del muro de Berlín, se terminó la proscripción de los testigos de Jehová. ¡Por fin podíamos practicar nuestra religión en libertad! Quería dedicar más tiempo a la predicación, pero me daba miedo hablar con desconocidos. Me sentía inferior debido a mi discapacidad y a todo el tiempo que había pasado en el internado. A pesar de eso, en 1992 intenté predicar sesenta horas en un mes. Me fue muy bien y disfruté mucho, así que decidí hacerlo todos los meses y continué haciéndolo durante unos tres años. Siempre tengo presentes estas palabras de la Biblia: “¿Quién es débil, y no soy débil yo?” (2 Corintios 11:29). Al menos todavía puedo pensar y hablar, así que hago todo lo que puedo por ayudar Con Elke, mi querida esposa. a los demás. Como no tengo brazos, me puedo poner en el lugar de las personas que tienen limitaciones. Sé lo que es desear con todas tus fuerzas hacer algo y no poder. Por eso, trato de animar a todos los que se sienten así. Ayudar a los demás me hace muy feliz. JEHOVÁ ME AYUDA TODOS LOS DÍAS Tengo que admitir que a veces me deprimo un poco, ya que me gustaría ser una persona completa. Aunque puedo hacer muchas cosas por mí mismo, necesito muchísimo más tiempo y energía que los demás. Mi lema diario es: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder” (Filipenses 4:13). Jehová siempre me da las fuerzas necesarias para realizar las tareas cotidianas. Él nunca ha dejado de ayudarme y yo no quiero dejar de servirle. Jehová me ha bendecido con una familia, exactamente lo que tanto eché de menos durante mi infancia y juventud. Tengo una esposa maravillosa que se llama Elke. Es muy cariñosa y compasiva. Además, millones de testigos de Jehová de todo el mundo son ahora mis hermanos, mi familia espiritual. Me consuela mucho saber que Dios ha prometido un paraíso en el que hará nuevas “todas las cosas”, entre ellas mis brazos (Revelación [Apocalipsis] 21:5). Entiendo mejor esta promesa cuando pienso en lo que Jesús hizo mientras estuvo en la Tierra. Curó a los discapacitados instantáneamente, incluso sanó a un hombre al que le habían cortado la oreja (Mateo 12:13; Lucas 22:50, 51). Las promesas de Jehová y los milagros de Jesús me convencen de que pronto volveré a tener brazos. Sin embargo, la mayor bendición es haber conocido a Jehová. Se ha convertido en mi Padre y mi amigo, mi fuente de consuelo y fortaleza. Hago mías las palabras del rey David, quien dijo: “Jehová es mi fuerza [...,] me ha ayudado, de modo que mi corazón se alboroza” (Salmo 28:7). He abrazado esta maravillosa verdad, y nunca la soltaré. Aunque no tenga brazos, la abrazo con todas mis fuerzas. ˇ 2016, NÚMERO 6 15 ¿QU É DICE LA BIBLIA? ¿Contesta Dios todas las oraciones? ¿Hay que orar en una postura específica? ¿QUÉ ORACIONES DIRÍA QUE CONTESTA DIOS? ALGUNAS PERSONAS CREEN que para orar siem- ˙ Todas ˙ Algunas ˙ Ninguna pre deben arrodillarse, inclinar la cabeza o cruzar las manos. Y usted, ¿qué cree? LO QUE DICE LA BIBLIA LO QUE DICE LA BIBLIA “Jehová está cerca [...] de todos los que lo invocan en apego a la verdad” (Salmo 145:18). ¿QUÉ MÁS DICE LA BIBLIA? ˙ Dios no escucha las oraciones de quienes le desobedecen a propósito (Isaías 1:15). Pero si estas personas cambian su forma de actuar, pueden tener una buena relación con Dios (Isaías 1:18). ˙ Para que Dios conteste nuestras oraciones, lo que le pedimos debe estar en armonía con sus mandatos, que se hallan en la Biblia (1 Juan 5:14). Quiero que me envíen el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? ´ ˜ ¿QUE ENSENA realmente LA BIBLIA? Si desea más información, consulte el capítulo 17 de este libro, publicado por los testigos de Jehová. Dios ha escuchado a personas que le oraron mientras estaban de pie, sentadas, arrodilladas o postradas (1 Crónicas 17:16; 2 Crónicas 30:27; Esdras 10:1; Hechos 9:40). Él no exige que le oremos en una posición específica. ¿QUÉ MÁS DICE LA BIBLIA? ˙ Dios escucha a los humildes (Salmo 138:6). ˙ Se puede orar en cualquier idioma y hasta en silencio (2 Crónicas 6:32, 33; Nehemías 2:1-6). 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