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Lección 8 para el 22 de agosto de 2015
El plan de Jesús era preparar primero al pueblo judío como base para las misiones hacia otras
culturas. No obstante, no rechazó las oportunidades que se le presentaron para ayudar a los
no judíos. Incluso preparó a extranjeros como misioneros entre sus propias gentes.
ROMPIENDO BARRERAS.
El siervo del centurión
romano (Mateo 8:5-13).
La hija de la mujer cananea
(Mateo 15:21-28).
El leproso samaritano
(Lucas 17:11-19).
PREPARANDO MISIONEROS.
La mujer samaritana
(Juan 4:4-42).
El endemoniado gadareno
(Marcos 5:1-20).
Los griegos que buscaron
a Jesús (Juan 12:20-32).
«Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán
con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos» (Mateo 8:11)
¿Qué datos conocemos de este centurión romano?
1. Era bondadoso, no pidiendo nada para sí
sino para su siervo (Mateo 8:5-6;Lucas 7:2-3)
2. Tenía buena relación con los dirigentes
judíos y había construido una sinagoga
(Lucas 7:3-5)
3. Sabía que un judío no debía entrar (por
tradición) en la casa de un gentil como él
(Mateo 8:8).
4. Tenía una fe firme en Jesús (Mateo 8:10).
¿Qué lección sacó Jesús de la fe del centurión?
Jesús señaló que el centurión era un prototipo del gran
día en que personas de todas partes del mundo se
unirían a los patriarcas judíos en el banquete mesiánico.
«Pero Jesús le dijo: Deja
primero que se sacien los
hijos, porque no está bien
tomar el pan de los hijos y
echarlo a los perrillos»
(Marcos 7:27)
«Ruega que se le den las migajas que caen de
la mesa del Maestro. Si puede tener el
privilegio de un perro, está dispuesta a ser
considerada como tal. No tiene prejuicio
nacional ni religioso, ni orgullo alguno que
influya en su conducta, y reconoce
inmediatamente a Jesús como el Redentor y
como capaz de hacer todo lo que ella le pide.
El Salvador está satisfecho. Ha probado su
fe en él. Por su trato con ella, ha
demostrado que aquella que Israel había
considerado como paria, no es ya extranjera
sino hija en la familia de Dios»
E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, pg. 367)
«Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son
diez los que fueron limpiados? Y los
nueve, ¿dónde están? ¿No hubo
quien volviese y diese gloria a Dios
sino este extranjero?» (Lucas 17:17-18)
Las situaciones adversas rompen las barreras
interculturales. Estos leprosos fueron unidos por
su enfermedad, sin importar sus diferencias
raciales.
En esta unión, ejercieron su fe en Jesús como el
Maestro que podía sanarles.
Curiosamente, el que era considerado menos
digno de ser curado (el «extranjero»), fue el
único que mostró su agradecimiento a Jesús.
Esta lección penetró profundamente en el
corazón de los discípulos de Jesús y los preparó
para predicar posteriormente el Evangelio en
Samaria (Hechos 1:8).
«y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu
dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que
verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo»
(Juan 4:42)
Jesús rompió costumbres que
sorprendieron tanto a la samaritana
como a los discípulos.
1. La samaritana se sorprendió de que
Jesús le pidiera agua (Juan 4:9).
2. Los discípulos se sorprendieron de
que Jesús hablase a solas con una
mujer (Juan 4:27).
Jesús distinguía entre tradiciones humanas y mandatos divinos. No le importó
romper tradiciones para alcanzar a esta mujer extranjera.
La respuesta de ella fue convertirse en la primera misionera autóctona entre su
propio pueblo.
«Mas Jesús no se lo permitió, sino que
le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y
cuéntales cuán grandes cosas el Señor
ha hecho contigo, y cómo ha tenido
misericordia de ti» (Marcos 5:19)
La región de los gadarenos estaba en la orilla
oriental del Mar de Galilea. Aunque era parte
de la provincia romana de Judea, sus
habitantes habían abrazado las costumbres
griegas (incluso apacentaban cerdos).
La pérdida económica que el milagro de Jesús
supuso para los habitantes de Gadara le cerró
las puertas a la predicación allí.
No obstante, Jesús comisionó al ex-endemoniado para que
predicase allí donde ni Él, ni sus discípulos, podían predicar.
En general, las personas están más dispuestas a escuchar a
aquellos que pertenecen a su propia esfera social y cultural.
«Y yo, si fuere levantado de la tierra,
a todos atraeré a mí mismo» (Juan 12:32)
Cuando estos griegos quisieron ver a Jesús,
buscaron a un hombre que conociese su
cultura: Felipe.
Los misioneros no autóctonos (que no son
del país donde predican) deben conocer las
costumbres locales para poder llevar el
Evangelio de una forma eficaz y
comprensible para su audiencia.
La visita de los griegos fue una
oportunidad para que Jesús revelase el
alcance universal e intercultural de su
misión.
«Estos hombres vinieron del Occidente para
hallar al Salvador al final de su vida, como
los magos habían venido del Oriente al
principio. Cuando nació Cristo, los judíos
estaban tan ensimismados en sus propios
planes ambiciosos que no conocieron su
advenimiento. Los magos de una tierra
pagana vinieron al pesebre con sus donativos
para adorar al Salvador. Así también estos
griegos, representando a las naciones, a las
tribus y a los pueblos del mundo, vinieron a
ver a Jesús. Así también la gente de todas las
tierras y de todas las edades iba a ser atraída
por la cruz del Salvador»
E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, pg. 574)