Mateo 16:16

Lección 8 para el 21 de mayo de 2016
Esta semana veremos más de la historia de Jesús,
aunque nos concentraremos en Pedro y el modo
en que respondió al ministerio de Jesús.
La declaración
de Pedro: «Tú
eres el Cristo».
Mateo 16:1316.
Pedro, una
piedra
asentada sobre
la Roca. Mateo
16:17-20.
Pedro el
tentador.
Mateo 16:2127.
Pedro en la
Pedro y el
visión celestial. impuesto del
Mateo 17:1-9. templo. Mateo
17:24-27.
«Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mateo 16:16)
Jesús realizó una pregunta en dos fases: «¿Quién
dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?»
[¿qué dice el mundo acerca de Jesús de Nazaret?]
y «¿quién decís que soy yo?» [¿quién es Jesús
para mí?] (Mateo 16:13, 15).
De acuerdo con el carácter de Pedro, la respuesta
brotó de sus labios de forma espontánea.
Aunque aún le quedaba mucho que aprender
sobre la obra salvadora de Jesús, el Espíritu Santo
le inspiró un principio básico de la fe: Jesús, el
Hijo de Dios, es el Redentor prometido.
Había aceptado a Jesús como un maestro Santo
(Lucas 5:8). Le había visto hacer maravillas
increíbles y cientos de sanaciones. Ahora
manifestaba su fe en Él como el Mesías.
La iglesia católica ha enseñado que este texto daba
autoridad a Pedro como máximo dirigente de la iglesia.
En realidad, ni el papel que jugó Pedro en la iglesia
primitiva, ni el uso de la palabra «roca» (πετρα) en la
Biblia apoyan en absoluto tal interpretación.
 Los apóstoles enviaron a Pedro a Samaria (Hechos
8:14). Pedro obedeció al resto de los apóstoles.
 Jacobo, y no Pedro, dirigió el primer concilio de
Jerusalén (Hechos 15:13).
 Pablo menciona tres «columnas» de la iglesia
(no una): Jacobo, Pedro y Juan (Gálatas 2:9).
«Y yo también te digo, que tú
eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia; y las puertas
del Hades no prevalecerán contra
ella» (Mateo 16:18)
 NUEVO TESTAMENTO
 Pablo habla de Jesús como la Roca que
acompañó a Israel en el Éxodo (1Co. 10:4)
 Pedro habla de Jesús como la Roca (1P. 2:8)
 ANTIGUO TESTAMENTO
 Dios es la Roca (Gn. 49:24; Dt. 32:4, 15, 18,
30, 31; 2S. 22:2, 32, 47; 2S. 23:3; Sal. 18:2,
31, 46; 19:14; 28:1; 31:2-3; 42:9; 62:2 …)
«Porque nadie puede poner otro
fundamento que el que está puesto, el
cual es Jesucristo» (1ª de Corintios 3:11)
«y sobre esta roca edificaré mi iglesia»
«Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de
mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en
las cosas de Dios, sino en las de los hombres» (Mateo 16:23)
Jesús anunció a sus discípulos que tenía que
padecer, morir y resucitar.
Ante estas palabras, Pedro sugirió un plan
alternativo: evitar la cruz. Puso su mira en esta
vida y perdió de vista la vida eterna (por la
cual, Jesús entregaba su vida).
Pedro había permitido que el diablo lo usara
como portavoz del príncipe del mal. La
respuesta de Jesús –dicha en voz alta para que
la oyeran todos los discípulos– iba dirigida al
enemigo invisible que la había sugerido
(Marcos 8:33).
Jesús invitó (y sigue invitando hoy) a renunciar
a todo lo que nos pueda hacer perder la vida
eterna (Mateo 16:24-27).
«y se transfiguró delante de ellos,
y resplandeció su rostro como el
sol, y sus vestidos se hicieron
blancos como la luz. Y he aquí les
aparecieron Moisés y Elías,
hablando con él» (Mateo 17:2-3)
Ante su inminente sacrifico, Dios envió
a dos hombres para animar a Jesús
(Lucas 9:31).
Además de conocer de primera mano
los sufrimientos que las personas
debemos enfrentar en este mundo de
pecado, Moisés y Elías representaban
el fruto del sacrificio de Jesús (que era
el tema principal de su entrevista).
Habiendo tomado ánimo, Jesús animó
también a los atónitos discípulos
(Mateo 17:7). Pedro quedó
profundamente marcado por esta
experiencia (2ª de Pedro 1:16-18).
«La fe de los discípulos fue grandemente
fortalecida en ocasión de la transfiguración,
cuando se les permitió contemplar la gloria de
Cristo y oír la voz del cielo atestiguando su
carácter divino. Dios decidió dar a los
seguidores de Jesús una prueba categórica de
que era el Mesías prometido, para que en su
acerbo pesar y chasco por su crucifixión, no
perdiesen completamente su confianza. En
ocasión de la transfiguración el Señor envió a
Moisés y a Elías para que hablasen con Jesús
acerca de su sufrimiento y su muerte. En vez de
elegir ángeles para que conversasen con su Hijo,
Dios escogió a quienes habían experimentado
ellos mismos las pruebas de la tierra»
E.G.W. (Primeros escritos, pg. 162)
«Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los
que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro
Maestro no paga las dos dracmas?» (Mateo 17:24)
Sacerdotes, levitas y rabinos estaban exentos
de pagar el tributo del templo.
Pedro reconocía a Jesús como rabino e Hijo de
Dios (Juan 4:31; Mateo 16:16). Pero, al
responder «sí», admitía tácitamente que Jesús
no era un rabino para él. ¡Que magnífica
oportunidad desperdició de testificar de su fe!
Con gran tacto, Jesús le hizo ver la
incongruencia de que el Hijo de Dios pagase el
tributo de la casa de Dios (Mateo 17:25).
A pesar de todo, Él estuvo dispuesto a ceder
en sus derechos para no crear una
controversia innecesaria. ¡Y lo hizo con un
milagro que demostraba su poder sobre la
naturaleza y sobre todos los seres vivos!
E.G.W. (El camino a Cristo, pg. 119)
«Los ángeles están atentos
para oír qué clase de informe
dais al mundo acerca de
vuestro Señor. Conversad de
Aquel que vive para interceder
por nosotros ante el Padre.
Esté la alabanza de Dios en
vuestros labios y corazones
cuando estrechéis la mano de
un amigo. Esto atraerá sus
pensamientos al Señor Jesús»