Se acordó Dios - Ministerios Ebenezer Guatemala

Se acordó Dios
Hermana Ana Julia de Sagastume
Guatemala, 20 de abril del Año de la Misericordia
En la vida nos encontraremos con muchas pruebas, pequeñas,
grandes, duras o prolongadas, que nos hace pensar que Dios se
ha olvidado de nosotros, y nos preguntamos ¿hasta cuándo?
Pero luego seguramente viene a nuestra mente Su palabra en la
que nos habla de Sus planes de bienestar y una vida en
abundancia, haciéndonos recordar que Él nunca se olvida de
nosotros.
Se acordó de Noé y su familia. Así como lo relata Gn 6:13-18,
la prueba de Noé no empezó en el arca, sino cuando el Señor le
anunció que destruiría la tierra con un diluvio y le dice que debía
construir un arca; la siguiente fue convencer a su familia de lo
que Dios le había hablado. La tarea de Noé era construir un arca
de grandes dimensiones, que según su familia, no tenía ningún
sentido, sobre todo porque en esa época no existía la lluvia que
provocara inundaciones. Cuando viene la prueba a nuestra vida,
primero le debemos creer al Señor y luego le aplicamos fe, para
que cualquiera que sea la dificultad, entendamos que Dios nos
dará la puerta de salida, sin embargo, lo que frecuentemente nos
sucede es que en medio de la aflicción solo miramos el desierto y
no al Señor. Noé tenía un corazón dispuesto para prestarle
atención a las instrucciones del Señor, y pese a que se trataba de
una prueba, Él estableció un pacto en el que le decía que
permanecería con él. Dice el pasaje de Gn 8:1 LBLA que Dios
se acordó de Noé, su familia y de los animales que estaban
dentro del arca, pero después de transcurrido un año, luego que
dejó de llover y había bajado el nivel del agua, y pese a que no
podían ver lo que estaba sucediendo fuera del arca, estaban
confiados en la promesa que el Señor les había hecho, sobre que
estarían a salvo. Debemos tener la certeza que el Señor nos
sacará de la prueba que estamos viviendo, sin importar el tamaño
ni lo difícil que es, porque Él tiene el control de todo, como lo
podemos ver en el versículo de Is 43:2 LBLA.
Se acordó de Ana. Como lo relata 1Sam 1:8 LBLA, Ana no
podía tener hijos y no era prueba solo para ella, sino también
para Elcana, su esposo; el dolor que sentía era grande porque no
había tenido el privilegio de tener un ser dentro de ella, de tal
manera que Elcana no comprendía del todo la angustia y la
tribulación que Ana tenía, que hacía que se amargara y
angustiara su corazón. No importa que tan grande sea nuestra
prueba, debemos aprender a reposar en el Señor porque Él tiene
el control, por ello, no debemos dejar de clamar, pedirle y
postrarnos ante Él, entregándole nuestras cargas, las situaciones
difíciles que no podemos resolver, pero sobre todo, aceptar Su
voluntad. Vemos en 1Sam 1:19 LBLA, que luego que Elcana se
acercó a Ana, Él se acordó de Ana, pero esto sucedió cuando ya
no estaba amargada ni triste, sino que había desbordado su
corazón en el altar.
Se acordó de Abraham. Cuando Lot y Abraham se separaron,
Lot escogió la llanura porque se semejaba al huerto del Edén, sin
embargo, poco a poco fue acercando sus tiendas a Sodoma y
sin darse cuenta, un día se encontraba en la tierra de perdición,
compartiendo y viviendo las vanas costumbres de aquella ciudad.
Abraham por su lado, no cesaba de orar y adorar al Señor, por
ello pudo interceder por Lot cuando el Señor decidió destruir
Sodoma, y envió a Sus ángeles para rescatar a Lot y su familia,
como lo relata el pasaje de Gn 19:27-29 LBLA, donde El Señor
se acordó de Abraham. A veces vemos las cosas que suceden a
nuestro alrededor y no podemos hacer nada por nuestros hijos o
familia que se están perdiendo al acercarse a Sodoma. Si
estamos en esa condición, tenemos que estar seguros de que
Dios escucha nuestro clamor, por eso no debemos dejar de
pedirle, porque Él se acordará de nosotros, trayendo a los
nuestros de regreso a la casa del Padre. A veces creemos que
las cosas no sucederán y que los nuestros nunca llegarán a los
pies del Señor, pero dice el versículo de Hch 16:31 LBLA “Cree
en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa”, por lo tanto,
en nuestra casa –todos- serán salvos si creemos en el Señor
Jesús.
Se acuerda de nosotros. El Sal 78:36-39 habla de los
milagros que Dios hizo para Israel en medio del desierto, pero
también habla de las cosas malas que ese pueblo hizo en contra
del Señor, olvidándose que los sacó de Egipto. Los humanos nos
olvidamos rápidamente de lo que el Señor ha hecho con nosotros
y anteponemos cualquier dificultad para no llegar a Su templo,
dejando de servirle, alabarle, adorarle y hasta inquirir en Su
Palabra, dejándonos contaminar con lo que oímos y lo que
vemos, es por ello que debemos estar conscientes que le
servimos a Dios y no al hombre y que Él nos tuvo por dignos de
servirle en Su obra. Dice este pasaje que el Señor contenía Su ira
ante los pecados cometidos por el pueblo del Israel; así mismo,
nosotros pecamos y volvemos a caer, pero el Señor siempre nos
perdona, porque Él nos va perfeccionando, y sin importar cuán
grandes son nuestros pecados, no se acuerda más de ellos,
según lo manifiesta en He 8:12 RV60; por otra parte, también
nos dice El Señor en Is 43:25 RVA que no nos debemos acordar
más de los pecados del pasado porque ya han sido borrados.
Redactado por: Hna. María Eugenia Torres
1
Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.
www.ebenezer.org.gt