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RESUMEN DE DISCUSIÓN
El desarrollo legislativo para la gestión del agua en Colombia
Leyes, actores, y desafíos
Ríos del páramo al valle, por urbes y campiñas
Historia y fases de la gestión del agua en Colombia
Desde la colonia, Colombia ha promovido la protección de los
recursos hídricos convirtiéndose en pionero en conservación
de recursos naturales. Al mismo tiempo, el país ha priorizado
los usos productivos de sus recursos por encima de la necesidad de preservarlos, quizá porque es una nación rica en agua.
Esta sensación de abundancia explicaría en parte la escasa
atención al tema de gestión de recursos hídricos.
En el Siglo XIX, Simón Bolívar ordenó construir fábricas fuera
de centros poblados para no contaminar las aguas y, priorizando
la salud pública, dispuso el cuidado de bosques y ciénagas (Artículo 52). La Ley 113 de 1928 reglamentó por primera vez la
gestión del agua, el aprovechamiento de acueductos y la generación de energía, y en 1936 se dictó la primera norma para preservar el recurso hídrico: la Ley 200 que prohibió talar bosques.
El Fondo Nacional Rotatorio de Irrigación y Desecación (Ley
204 en 1939) y la División de Recursos Naturales del Ministerio
de Agricultura en 1952 priorizaron obras de infraestructura y la
extracción de recursos naturales sin criterios de conservación.
En 1953 se promulgó el Código de Saneamiento (Decreto 1371)
con normas para controlar aguas residuales, y en 1954 se creó
la primera Corporación Autónoma Regional (CAR - Decreto
3110), la Corporación del Departamento del Valle del Cauca
(CVC), con la misión de administrar recursos naturales y realizar tareas de control de inundaciones, saneamiento básico y
descontaminación de aguas.
No obstante, el Código no tuvo el impacto esperado y la CVC,
que fue el modelo para la creación de otras 18 CARs Departamentales entre 1960 y 1988, se focalizó en la gestión de los recursos hídricos con énfasis en la producción energética y abastecimiento de aguas.
En 1966 se fundó el Instituto Nacional de Desarrollo de los
Recursos Naturales (INDERENA) para planificar el desarrollo integral de cuencas hidrográficas, y en 1974 se aprobó el
Código de Recursos Naturales Renovables y del Medio Ambiente (Decreto Ley 2811), considerado el primer código normativo de manejo de aguas en América Latina. En 1991 se
promulgó la nueva Constitución Política Nacional (CPN) destacada como la “Constitución ambiental” por su integralidad
y por dedicar 49 artículos a la protección del medio ambiente
y los recursos naturales.
Entre 1974 y 1991 se promulgaron normas para la planeación
de cuencas hidrográficas, con acciones multipropósito muy dis-
persas, mínima participación social y priorizando el desarrollo
agropecuario e hidroenergético.1 La nueva CPN significó un
avance en cuanto a descentralización, participación ciudadana y
función social y ecológica de la propiedad, y en el bienio 19901992 el INDERENA vio la necesidad de cambiar las estrategias
de manejo de recursos naturales comprometiendo a las comunidades en la gestión del agua.
En 1993 se creó por Ley 99 el Sistema Nacional Ambiental
(SINA), ente articulador de las CARs con respaldo técnico y
científico de cinco institutos de investigación, cinco autoridades
ambientales urbanas y una Unidad de Parques Nacionales Naturales, y bajo la tutela del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible (MADS).2
En 2002 el IDEAM estableció las finalidades, principios y
directrices de la Política de Planificación, Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas y Acuíferos (POMCA, Decreto 1729) y ajustó la Guía Técnico Científica (GTC) para su
elaboración. En 2010 se aprobó la Política Nacional para la
Gestión Integral del Recurso Hídrico (PNGIRH) con objetivos
y directrices unificadas, y en 2012 se reglamentó la normativa
POMCA a fin de armonizarla con la PNGIRH (Decreto 1640).
Situación de las cuencas hidrográficas
Colombia es uno de los países de la región andina con mayor
normatividad e institucionalidad para la gestión de recursos hídricos. No obstante, la mayoría de las cuencas hidrográficas del
país presenta niveles de contaminación elevados, en tanto que
483 municipios con aproximadamente 12 millones de habitantes registran vulnerabilidad por desabastecimiento hídrico.
Las cuencas hidrográficas enfrentan diversos problemas como la
colonización y apertura de vías, construcción de represas y embalses, minería inadecuada y agricultura degradante, incremento de
1 El Decreto 2857 (1981) establece las finalidades de la ordenación de cuencas,
y la Ley 56 (1981) permite la generación de recursos financieros para proteger
cuencas. El Decreto 103 (1982) crea la “Comisión Permanente para la Cuenca
del Río Magdalena” encargada de elaborar el “Plan Maestro de Manejo”,
y el Acuerdo 0041 (1983) define las competencias del INDERENA para la
ordenación de cuencas. En 1987 se redefinen las funciones de las CARs como
entidades públicas autónomas, administradoras y tomadoras de decisiones
sobre el medio ambiente y los recursos naturales renovables en su jurisdicción.
2 Por mandato de las Leyes 60 (1993) y 142 (1994), se organizan a los actores
institucionales relacionados con el agua y el saneamiento y se aprueban las
Políticas de Biodiversidad (1995), Manejo Integral del Agua y Bosques (1996),
Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS) y Producción más Limpia (PML)
(1997), y Lineamientos para la Participación Ciudadana en la Gestión Ambiental y para la Política Nacional de Ordenamiento Ambiental del Territorio (1998).
residuos industriales y urbanos, con la consecuente contaminación
de suelos y aguas, deforestación y quemas, disminución de calidad y cantidad de recursos naturales y pérdida de biodiversidad.3
Las cuencas también afrontan problemas institucionales como
la falta de políticas para el manejo de recursos y el inadecuado
diseño institucional de las CARs, creadas en base a la división
departamental y no en función a las cuencas hidrográficas. Una
de las mayores dificultades es la insuficiente producción y sistematización de información para el mantenimiento de bases
de datos estadísticos confiables.
Desafíos para la gestión integral del agua
Al carecer de una visión integral y de una base institucional
estructurada, coherente y capaz de hacer cumplir la ley, el Estado colombiano administra el recurso hídrico de forma sectorial y con reducida participación social, y muchas veces sus
decisiones están sujetas a políticas de gobierno que priorizan el
componente económico por sobre el aspecto socio-ambiental.
Las CARs son vulnerables a cambios políticos; por ejemplo,
existen autoridades ambientales urbanas que se superponen a
las CARs. Además, los POMCAS se enfocan en el diagnóstico y dejan de lado las tareas de prospectiva, que es lo que
realmente permite la planeación, a lo que se suma los retos de
comunicación entre los institutos de investigación y el MADS.
Organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, sectores productivos y de servicios y demás agentes involucrados no
se han integrado suficientemente a las políticas de manejo del
agua y suelen hacer prevalecer sus intereses. Cada grupo tiene
una agenda propia, con énfasis y metodologías sectoriales, que
genera competencia entre ellos y duplicación de esfuerzos.
Buscando desarrollar nuevos instrumentos para la planeación
de recursos hídricos, en 2014 el IDEAM instruyó “elaborar, desarrollar y ajustar los insumos técnicos que requiere el MADS”
para mejorar su metodología de ordenación y manejo de las
microcuencas “para reducir la vulnerabilidad de los acueductos
de las cabeceras municipales”.
Propuestas de acción y aportes para avanzar
Colombia necesita sistematizar la información y el conocimiento disponibles y desarrollar modelos innovadores para la
gestión integrada de cuencas hidrográficas, considerando la variabilidad e incertidumbres climáticas, y las demandas actuales
y futuras del sector productivo.
Para garantizar la sostenibilidad del recurso, las CARs precisan
estrategias de intervención, control y seguimiento de recursos
y planes de manejo de cuencas que acompañen procesos productivos actuales, como es el caso de la industria cafetalera
demandante de cada vez más agua.
3 Los principales problemas ambientales, según las contralorias departamentales
en 2008, son vertimiento de aguas residuales sin tratamiento y contaminación de fuentes (70%), agua no apta para consumo humano y acueductos
deficientes (55%), deforestación (55%), manejo inadecuado de residuos sólidos
(45%) y plantas de sacrificio (25%), degradación y mal manejo de suelos (25%),
conflictos de oferta y demanda (25%) y caza excesiva y pérdida de fauna (20%):
Vargas Franco (2014).
En ese marco, la herramienta gratuita de modelación WEAP
(en español Sistema de Evaluación y Planeación del Agua) y
la metodología analítica Apoyo a Decisiones Robustas (ADR),
desarrollada por el Stockholm Environment Institute,4 han
demostrado ser de utilidad en la construcción de sistemas de
información robustos que ayuden a las autoridades ambientales a planificar escenarios futuros asociados a la variabilidad
climática, identificar incertidumbres y formular estrategias de
adaptación a corto, mediano y largo plazo.
Referencias
Vargas Franco, Viviana (2014), Modelo basado en conocimiento para la planeación de cuencas hidrográficas con el uso
de inteligencia artificial, Universidad del Valle, Santiago de
Cali-Colombia.
4 Para más información ver http://www.weap21.org/index.asp?action=201 y
http://sei-us.org/publications/id/472
Este estudio fue realizado con el apoyo del pueblo de los
Estados Unidos de América a través de la Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Las
opiniones expresadas en este documento corresponden a sus
autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de
la USAID.
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