El origen de la palabra agrimensor proviene del latín “agri” que significa de territorio y “mensor” medidor, o sea que podemos decir que es el perito que ejerce el arte, valiéndose de una serie de ciencias, técnicas y criterios de ubicar, limitar y estudiar una extensión de territorio, fijar sus medidas, rumbos, superficies, conocer sus linderos, mejoras, recursos naturales y representarlos mediante un plano de mensura.La Federación Internacional de Geómetras (F.I.G.), a la que Argentina se halla adherida a través de la Federación Argentina de Agrimensores (FADA), ha definido al Agrimensor como: “el profesional que identifica, delimita, mide y avalúa la propiedad inmueble pública o privada, urbana o rural, así como las mejoras ejecutadas en su superficie o en el subsuelo, es responsable de todos esos trabajos, organizando además su Registro Catastral Parcelario.- Resuelve problemas relacionados con el derecho de propiedad. Por extensión estudia, proyecta y dirige el ordenamiento fundiario, rural y urbano, estando obligado a velar por su mejoramiento.Trata los aspectos técnicos, legales, económicos, agrícolas y sociales que se relacionan con los objetivos antes mencionados.El Ministerio de Cultura y Educación de la Nación conforme a Resolución 1054/02 en el Anexo V-1 define las actividades profesionales reservadas al título de Ingeniero Agrimensor; las que son: A- Realizar el reconocimiento, determinación, medición y representación del espacio territorial y sus características.B- Realizar la determinación, demarcación, comprobación y extinción de los límites territoriales y líneas de ribera.C- Realizar la determinación, demarcación y comprobación de jurisdicciones políticas y administrativas; de hechos territoriales existentes y de actos posesorios; y de muros y cercos divisorios y medianeros.D- Realizar por mensura la determinación, demarcación y verificación de inmuebles y parcelas y sus afectaciones.E- Estudiar, proyectar, registrar, dirigir, ejecutar e inspeccionar: a) Levantamientos territoriales, inmobiliarios y/o parcelarios con fines catastrales y valuatorios masivos; FGHIJKLMNOPQRSTUV- b) Divisiones, subdivisiones en propiedad horizontal, prehorizontalidad, desmembramientos, unificaciones, anexiones, concentraciones y recomposiciones inmobiliarias y parcelarias.Certificar y registrar el estado parcelario y los actos de levantamiento territorial. Realizar e interpretar levantamientos planialtimétricos, topográficos, hidrográficos y fotogramétricos, con representación geométrica, gráfica, y analítica. Realizar interpretaciones morfolóficas, estereofotogramétricas y de imágenes aéreas y satelitarias. Estudiar, proyectar, dirigir y ejecutar sistemas geométricos planimétricos y mediciones complementarias para estudio, proyecto y replanteo de obras. Estudiar, proyectar, dirigir y aplicar sistemas trigonométricos y poligonométricos de precisión con fines planialtimétricos. Estudiar, proyectar, dirigir y aplicar sistemas geodésicos de medición y apoyo planialtimétricos. Realizar determinaciones geográficas de precisión destinadas a fijar la posición y la orientación de los sistemas trigonométricos o poligonométricos de puntos aislados. Realizar determinaciones gravimétricas con fines geodésicos. Efectuar levantamientos geodésicos dinámicos, inerciales y satelitarios. Estudiar, proyectar, ejecutar y dirigir sistemas de control de posición horizontal y vertical y sistemas de información territorial. Elaborar e interpretar planos, mapas y cartas temáticas, topográficas y catastrales. Determinar el lenguaje cartográfico, símbolos y toponimia. Participar en la determinación de la renta potencial media normar y realizar la delimitación de las zonas territoriales. Participar en la tipificación de unidades económicas zonales e interpretar su aplicación. Participar en la formulación, ejecución y evaluación de planes y programas de ordenamiento territorial. Realizar tasaciones y valuaciones de bienes inmuebles. Realizar arbitrajes, peritajes, tasaciones y valuaciones relacionadas con las mensuras y mediciones topográficas y geodésicas, las representaciones geométricas, gráficas y analíticas y el estado parcelario. Además en la resolución anteriormente mencionada, declara incluida en la nómina del art. 43 de la ley nacional numero 24521 al título de Ingeniero Agrimensor. De esta manera el Estado Argentino considera que el ejercicio de esta profesión podría “comprometer el interés público poniendo en riesgo de modo directo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes y la formación de los habitantes”. Se llamó en un principio al Agrimensor, Geómetra, de las palabras griegas “geo”, tierra, y “metron”, medida. Según la definición del Diccionario de la Real Academia Española, la geometría es la parte de las matemáticas que trata de las propiedades y medida de la extensión. Geómetra es el que profesa la Geometría o en ella tiene especiales conocimientos. Nos relata con Herodoto de Halicarnaso (484-406 a.C.) celebre historiador griego apellidado el “Padre de la Historia”, que la Agrimensura es la madre de la Geometría, y que su origen se pierde en la noche de los tiempos. Curiosamente en un principio el Agrimensor antes de medir, trazó y demarcó límites, para dividir la tierra y esta fue sin duda su primera contribución a la paz social que necesitaron las primeras sociedades estables producidas quizás hace más de 10.000 años. Uno de los libros del Antiguo Testamento de la Sagrada Biblia, el Deuteronomio, integrante del Pentateuco, contiene las leyes que el Patriarca Moisés dejó a su pueblo, para regular la nueva vida sedentaria a que debía pasar luego de la nómada. En él, encontramos las primeras normas sobre Límites. Así se lee (19.2) “No desplazaras los límites de la propiedad de tu vecino; los que han establecidos los predecesores en la herencia que recibirás cuando tomes posesión de la tierra, que te da el Señor, tu Dios”. Más adelante entre las Doce Maldiciones (27.2) se lee: “Maldito el que desplaza los límites de la propiedad de su vecino”. También de la Teofanía del libro de Job se lee: “¿Sabes tu quien tiró sus medidas o quien extendió sobre ella la cuerda?” o ¿Quién asentó su piedra angular? ¿Cuándo alaban los nacientes astros y prorrumpían en voces de júbilo todas las criaturas de Dios?. Es decir que desde tiempos remotos la historia nos enseña acerca de la necesidad de fijar los límites de las heredades y de la preocupación por la certeza e inmutabilidad de los puntos fijos que determinan la propiedad. Para ello los primitivos Agrimensores se valían de las ciencia geométrica para resolver en la práctica la problemática de la delimitación del espacio territorial. Así en Egipto, las crecidas periódicas del Nilo, confundían los límites de las propiedades, y fue preciso establecer reglas fijas para asegurar a cada uno lo que le pertenecía antes de la inundación. Herodoto cuenta, en efecto, del Rey Sesostris, que habiendo repartido las tierras entre sus súbditos y dado a cada uno un “cuadrángulo”, cobraba el impuesto anual según la extensión efectiva del cuadrángulo, determinada nuevamente por los Agrimensores Imperiales después de cada inundación. El procedimiento de estimar la extensión territorial de un campo de cultivo, había sido averiguar la cantidad de semilla que exigía: una superficie era medida por un volumen o un peso, solo mucho más tarde acertose con un método más exacto y apropiado, de verdadero fundamento geométrico- matemático, utilizando relaciones invariables entre las medidas de ciertas distancias del perímetro y el área buscada. Esa medida material de la tierra explica la etimología de la palabra Geómetra “medir el territorio”. En sus orígenes, la Geometría era pues simplemente lo que hoy llamamos Agrimensura. Constituía mas bien un arte que una ciencia, y desde luego con un contenido abstracto tan rudimentario no merecía el apelativo de ciencia de la extensión con que hoy se la distingue. Es por ello que queda muy en segundo plano el elemento “geométrico” que aparece en los documentos de las antiguas culturas sumerias, hindúes, aztecas, incaicas y chinas. Acaso forma una excepción el pueblo egipcio, que en la inmensa mole de las pirámides nos ofrece la cristalización, materialmente geométrica, de todo una cultura diluida en varias decenas de siglos. Los Agrimensores griegos, nacidos en la cuna del arte y la filosofía, encontraron en su tierra la herramienta geométrica en su máximo esplendor. Bastara mencionar las enseñanzas especiales de Hipócrates, Anaxagoras, Thales de Mileto (probable inventor de los teoremas), Pitágoras, Platón (creador del método analítico 400 a.C) entre otros. Bastara mencionar la conocida advertencia del filósofo últimamente mencionado por la que se prohibía la entrada en la Academia, como inepto para la ciencia, a aquel que ignorase la Geometría: “Nadie ose entrar aquí- mando a escribir Platón en la puerta – si no es Geómetra”. Pero también sabemos que el portentoso Aristóteles (quien demostró científicamente la esfericidad de la tierra) y con el casi la totalidad del pensamiento europeo medieval, entró en la ciencia filosófica enciclopédica que, llegó a dominar , pasando precisamente por el umbral académico de la Geometría. No puedo dejar de mencionar a Euclides de Megara (300 a.C), este geómetra griego escribió “Los Elementos” fundamento básico que permitió sistematizar el estudio de la geometría, herramienta matemática fundamental para el ejercicio de la Agrimensura. En la antigua Roma era el Agrimensor un Magistrado, cuyas funciones se confundían con las del Augur. Era a la vez Sacerdote, Militar y Geómetra, comprobaba y sancionaba en nombre del Estado Imperial las particiones de propiedades particulares y las adquisiciones y transformaciones del dominio público, como también los lotes que cabían en suerte a los colonos o veteranos. En el tiempo del imperio, los Agrimensores se hicieron Jurisconsultos, abrieron escuelas, y aprovecharon su ciencia. Así Roma, cima de nuestro Derecho, instauro la trilogía (GeómetraFinium regundorum- Liber census) Agrimensor- Mojón- Catastro territorial, como uno de los basamentos de la sociedad. Los Agrimensores con cierto carácter público, fijaban los Mojones, llamados “Tituli” o monumentos. Estos mojones llevaban inscripto en ellos los detalles de la propiedad y eran, de alguna manera, una forma de publicidad del Estado de Hecho, tenían carácter Público y daban seguridad jurídica a los Límites. En sus épocas de mayor esplendor los romanos realizaron Levantamientos Territoriales como durante el reinado de Augusto (27 a.C) quien crea un cuerpo de Agrimensores Imperiales, con el propósito de construir la Carta (plano) Territorial del Imperio, que les sirviese tanto para fines militares como también para que como resultado de los censos obtengan valores recaudatorios del Impuesto a las Tierras y sus mejoras. En un libro de comienzo del siglo XII, el “Libro de la Geometría” del judío catalán Abraham Bar Hiia, apodado, Savasorda, podrá leerse las características de la ciencia árabe y de su doble origen teórico y pragmático. El libro se dirige especialmente a los Agrimensores y partidores de herencia, y contiene un buen caudal de reglas en su mayoría demostradas, y ejemplos para la medición de áreas de figuras geométricas y para la partición de las mismas. Tiene, el libro de notable, la exclusión sistemática de los ángulos, cuya medición era muy imprecisa para los Agrimensores de aquellos tiempos , todas las reglas se apoyan en la medida de lados como datos y, por lo tanto no puede faltar en tal obra la fórmula de Heron de Alejandría (siglo lll) que da el área del triángulo en función de los tres lados (trilateración). Se conceptúa el primer libro europeo en que figura tal formulación. En la lengua francesa el equivalente a la actividad profesional del agrimensor se denomina Arpenteur, que también deviene del latín, pero de “Arpennis” que es una medida antigua de superficie, ya utilizada por los Galos (200 a.C). En el siglo XI los Celtas utilizaban el término como definición de la profesión de la Agrimensura. En Francia el reconocimiento del Arpenteur o Agrimensor, como profesión de rango fue bajo el reinado de Enrique II, quien en 1.554 creó el título de Arpenteur Royal (Agrimensor Real); que luego fue suprimido por Luis XIV en 1.668, quien lo califica de título de “Expertos- Tasadores” y “Expertos- Jurados”; para lo cual requiere acreditar una serie de conocimientos y calidades ante sus Consejeros y luego, con sello y firma real, los títulos que otorga. El presbítero, historiador y geógrafo jesuita Dr. Guillermo Furlong (1889-1974), en su investigación del inmenso Archivo Gral. De Indias de Sevilla, el de Simancas y otras fuentes encuentra la llegada a partir de la segunda mitad del siglo XVIII al Virreinato del Río de la Plata a los Reales Demarcadores (Agrimensores Reales). Segun constan en la Reales Ordenes o Reales Cédulas de los monarcas españoles, la tarea primordial de estos funcionarios era la confección de la Carta Colonial y el trazar límites generales de administración política en territorios de los Virreinatos Americanos. Difícil es concebir la vida del hombre, tal como hoy la conocemos, sin aceptar de ante mano la existencia de tres grandes entidades. Primero un gran soporte, el Territorio, segundo la Población humana y tercero, un Sistema de vida que elabora la cultura de un pueblo. Dirigimos nuestras reflexiones a la presencia permanente de estos tres grandes elementos constitutivos de un Estado, sin los cuales es inadmisible la razón de sus instituciones. La finalidad de una vida superior determina que todo el pensamiento examine constantemente la sede del hombre, su propio ser y las relaciones con sus semejantes. Por esto a creado y desarrollado un orden Científico y un orden Social. Así planteado el tema, el interés de los Agrimensores se dirige inequívocamente al territorio. No porque sea su propio y particular interés, sino porque lo es de todos los habitantes de una Nación, porque en ella se vive y conforma el sentido ético de que como por ella se vive, para ella ha de vivirse. Después de la población humana, la mayor riqueza de un país es su Territorio. De ahí que la preparación académica que están sometidos los Agrimensores, desde los mas remotos tiempos hasta Hoy, es en el manejo de la Geometría; Cartografía; Geografía; Geodesia; Topografía; aspectos jurídicos sociales y económicos; Recursos naturales; Uso del suelo, etc. Tomemos algunos ejemplos elocuentes de destacados Agrimensores: George Washington (1732-1799), héroe de la independencia y primer presidente de los EEUU y cuyo apellido lleva la capital de la primera potencia del mundo. A los 17 años fue nombrado Agrimensor por Lord Fair Fax y a los 19 años ejerció como Agrimensor Oficial en el condado de Culperre, ingresando posteriormente al ejército. Esta profesión marcó a fuego en este hombre, la importancia de la información y ordenamiento territorial, piedra fundamental de lo que es hoy los Estados Unidos de Norte América. Carlos Federico Gauss (1777-1855), autor de : Leyes de las lentes (física), Teoría de los errores (matemáticas); confecciono la carta territorial de Prusia, etc. Francisco P. Moreno “Perito” (1852-1919), defensor de la Soberanía Argentina en la región patagónica. Fundador del Museo de Ciencias Naturales de la Plata, al que enriqueció con valiosos materiales. Juan Segundo Fernández (1834-1912), que además de Agrimensor fue Doctor en Jurisprudencia , en donde en su tesis de grado, presentada en el año 1863 titulada “Del modo como se determina y limita entre nosotros una Propiedad Territorial” trabajó este enjundiosamente elogiado por el Doctor y Maestro Don Dalmacio Vélez Sarfield, decía: “Las leyes que reglan la organización de la Propiedad Territorial en sus medios de transferirse, forman una base imprescindible del edificio social”. “Pero la utilidad de estas leyes es efímera, si a su lado no existen otras que fijen de manera de hacer sensible la cosa que representa el derecho, de determinar su extensión, sus límites, de perpetuarlos, de garantirla contra los amaños del fraude. Si tales leyes faltan, la confianza no estará en el ánimo del propietario, no se le conservará en el goce pacífico de su cosa y los derechos mejor establecidos no estarán libres de ser envueltos en un serio conflicto.” Situándonos ahora en nuestra provincia, no puedo dejar de evocar la tarea de nuestros primeros Agrimensores. Agrimensor Amadeo Jacques (1813-1865), inmigrante francés, fue profesor y primer rector del Colegio Nacional de Bs. As. El presidente Justo José de Urquiza, le confió la Dirección de Catastro. En nuestra provincia fue su Agrimensor Oficial, tarea que le llevó realizar las primeras mensuras técnicas en nuestra tierra. Sus restos descansan en el cementerio de La Recoleta en la ciudad de Bs. As. Agrimensor Alejandro Gancedo (1853-1926), fue profesor de matemáticas en el colegio Nacional Absalón Rojas de Nuestra Ciudad. En 1885, publica respondiendo a un encargo del Gobierno Nacional, su estimable “Memoria Descriptiva de la Provincia de Santiago del Estero”, su primera obra geográfica local, comprendiendo en sus 24 capítulos el libro constaba con 392 páginas, 1 mapa de la provincia y 1 un plano de la ciudad capital- el desarrollo de los tópicos relacionados con la situación geográfica, extensión, límites, orografía, hidrografía, clima, vías de comunicación, ganadería, agricultura, minería, industria, población, inmigración y colonización de la provincia. Este prestigioso estudioso y competente Agrimensor también se preocupo por la realidad hídrica de la provincia y apunta a una solución integral del problema tal como lo plantea en sus libros “Canal de navegación de Santiago del Estero al Río Paraná” (1890) y “El gran canal de riego en el Chaco Austral derivado del Río Bermejo” (1906). Estas obras entre otras que escribió, de insustituible valor, están fundadas en especializadas investigaciones y experiencia que el ejercicio profesional de la Agrimensura le confirió. Alejandro Gancedo fue Gobernador del Territorio Nacional del Chaco (1914-1917). En su homenaje y como prueba de gratitud el Chaco lo recuerda. En su memoria se designó con su apellido a una localidad del mismo (Ciudad de Gancedo). Perteneció al “Instituto Geográfico Argentino” e igualmente integro la “Sociedad Astronómica de París”. Agrimensor Baltazar Olaechea y Alcorta, santiagueño de origen, entrega las sucesivas y apreciables aportaciones que figuran en su “Crónica y Geografía de Santiago del Estero” (1900) y segunda edición en 1907, la síntesis titulada “Santiago del Estero” páginas 362 a 366 del número extraordinario de “La Nación” en el 25 de Mayo de 1910, con títulos salientes referidos a la educación, renta pública, superficie, explotación de bosques, y otras riquezas. Durante su ejercicio profesional de Agrimensor efectuó numerosas Mensuras, colaborando de esta manera a un mejor Ordenamiento Territorial de nuestra Provincia.
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