E V A L U A C I Ó N Sesión 2 E D U C A T I V A Evolución histórica de la evaluación Objetivo Analizar el desarrollo histórico de la evaluación educativa a través de las propuestas de diferentes autores. En esta sesión Ilustración 1. Mapa de la sesión M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 1 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Introducción La historia es quien determina el desarrollo y las características de la evaluación. Lo anterior se observa con el surgimiento y la evolución de conceptos, enfoques y funciones propuestas entre un momento histórico determinado y su posterior modificación en otro. A continuación se describen cuatro etapas históricas de la evaluación, las cuales muestran diferencias tanto a nivel conceptual como procedimiental: a) La etapa pretyleriana, anterior a las aportaciones de Ralph Tyler. El programa educativo de Joseph Rice, quien entre 1887 y 1898, estudió los conocimientos de ortografía es el primer ejercicio de evaluación que se reconoce. (Casarini, 2009) b) La segunda época es la tyleriana. A Ralph Tyler se le considera el padre de la evaluación educativa, siendo el primero en utilizar el término evaluación educacional. Su método se centra en la elaboración objetivos y la evaluación determina si éstos se alcanzan o no. c) La evaluación tomó diferentes directrices gracias a las aportaciones de autores que cambian el sentido de la evaluación, dirigiéndola hacia la toma de decisiones con elementos pragmáticos. A esta etapa se le conoce como la época del realismo en donde se creó el Comité Nacional de Estudio sobre la Evaluación, quien concluyó que la evaluación educacional era “víctima de una grave enfermedad” y recomendó el desarrollo de nuevas teorías y métodos de evaluación. (Casarini, 2009) d) La evaluación siguió evolucionando en concepto, métodos, técnicas y procedimientos, hasta crear estudios especializados para este campo, transformándose así en un área definida de especialización de varias ciencias. La evaluación educativa se considera una disciplina de la pedagogía y las ciencias de la educación; con ello asume un carácter profesional, basado en los productos de la investigación. A esta época se le conoce como profesionalismo. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 2 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Lección 2.1 Época Pretyleriana Introducción Hasta antes de 1930, la evaluación sistemática no era un movimiento reconocido. La historia de la evaluación se remonta a 3.000 años A.C., cuando algunos oficiales chinos dirigieron unas investigaciones de los servicios civiles (Dubois, 1970). En el siglo V A.C., Sócrates y otros maestros griegos utilizaron cuestionarios evaluativos como parte de su metodología en el campo de la enseñanza (Blanco, 1994). En la Inglaterra del siglo XIX, se utilizaron comisiones reales para evaluar los servicios públicos. En 1845, en los Estados Unidos, Horace Mann dirigió una evaluación basada en pruebas de rendimiento para saber si las escuelas de Boston educaban “bien” a sus estudiantes. Primera evaluación formal Entre 1887 y 1898, Joseph Rice estudió los conocimientos en ortografía de 33,000 estudiantes de un amplio sector escolar y concluyó que la gran insistencia en la enseñanza de la ortografía no había producido avances sustanciales en el aprendizaje. Este estudio está generalmente reconocido como la primera evaluación formal sobre un programa educativo realizado en América. Pruebas estandarizadas Una aproximación aún mayor a la evaluación, se produjo en los primeros años del siglo XX con la aparición de las pruebas estandarizadas, es decir, pruebas que han sido aplicadas con base en los principios establecidos “especificaciones de examen” y cuentan con validez y confiabilidad. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 3 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Este acontecimiento formaba parte de un gran esfuerzo que pretendía que la educación fuera más eficiente para que un mayor número de estudiantes pudiera utilizar los recursos entonces disponibles en las instituciones educativas. En esta etapa pretyleriana surgieron algunos autores interesados en medir de manera sistemática los conocimientos, las aptitudes y las habilidades de los estudiantes; asimismo, se despierta un gran interés por medir científicamente la conducta humana. Pruebas de inteligencia Uno de esos autores fue Alfred Binet, a quien en 1904, las autoridades de París le encomendaron desarrollar un procedimiento para evaluar la capacidad de aprendizaje de los alumnos, ya que existían muchos niños con problemas de fracaso escolar. Para ello, Binet determinó las tareas cotidianas que un niño podía desempeñar a diferentes edades. Lo que hizo fue aplicar pruebas de capacidad de retención, manejo de situaciones, habilidades motoras, razonamiento, entre otras. A él se le considera como el creador de las pruebas de inteligencia, pues realizó un listado de preguntas ordenado por rango de edad, de manera que, si el 75% de los niños de una edad era capaz de responder satisfactoriamente a una pregunta, se le atribuía una característica a esa edad. El desarrollo mental se calculaba de acuerdo al número de respuestas que era capaz de contestar satisfactoriamente: edad mental (EM), referida a la dificultad de los problemas que podían resolver correctamente. Binet-Simon Alfred Binet y Thephile Simon construyeron un instrumento para reconocer a los niños que requerían una enseñanza especial y distinguir a los niños “brillantes” de los “lentos”. En un estudio con 200 infantes, establecieron que los niños de 3 años deberían ser capaces de identificar ojos, nariz, boca; nombrar objetos sencillos en un dibujo; M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 4 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A repetir un número de dos dígitos; una oración de seis sílabas y decir su apellido. A los de 7 años se les pidió que completaran figuras a las que les faltaba una parte; copiar una oración escrita; reconocer figuras geométricas sencillas e identificar nombres de diferentes monedas. Coeficiente intelectual Lewis Terman, de la Stanford University, revisó a fondo la prueba de Binet-Simon y en 1916 publicó una versión conocida como “prueba de Stanford”. Terman describió el desempeño del alumno como su coeficiente intelectual y lo representó como IQ, que es la razón entre la edad mental y la edad cronológica, multiplicada por 100. Coeficiente intelectual (CI) = EM/EC x 100 En cualquier edad, los niños normales tienen un CI de 100, porque su edad mental es igual a su edad cronológica. La puntuación sirve para comparar la inteligencia de niños de diversas edades. Más pruebas y escalas Posterior a estas propuestas, en la década de los veinte, se diseñaron muchas otras pruebas de inteligencia como la escala de Wechsler, la batería de Kaufman, entre otras. Para medir el desempeño en las distintas asignaturas, se diseñaron las escalas de escritura de Ayres y Freeman, las pruebas de lectura de Thorndike, las de matemáticas de Wood y las de ortografía de Buckingan, entre otras. Antes de que Tyler publicara su modelo evaluativo en 1942, los estudios se centraban en la medición de la inteligencia, pruebas sobre redacción, ortografía y matemáticas, es decir, en la valoración de los logros alcanzados por el estudiante en su desempeño académico. En esta época, la evaluación era por lo tanto, sinónimo de medición. Guba y Lincoln (1989) se refieren a esta época como “la primera generación”. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 5 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Lección 2.2 La época tyleriana En los primeros años de la década de los treinta, Ralph Tyler acuñó el término evaluación educacional, publicó una amplia y renovadora visión del currículum y un nuevo concepto de evaluación en el campo educativo. A él se le considera el padre de la evaluación educativa. En aproximadamente quince años desarrolló su método, el cual suponía una clara alternativa a otras perspectivas. Características La principal característica del método de Tyler era que se centraba en el currículum, y por lo tanto, en la evaluación de objetivos previamente determinados. Definía a la evaluación como algo que determina en qué nivel han sido alcanzados los objetivos. La evaluación ya no es una simple medición, ahora suponía considerar juicios de valor. Lo anterior implicaba que los evaluadores debían trabajar conjuntamente con los diseñadores de currículum, para valorar el rendimiento de los alumnos que había sido determinado en la planeación didáctica. Los instrumentos de evaluación en esta época se centraban en la elaboración de pruebas objetivas en sus distintas modalidades; por ejemplo: las de opción múltiple, correspondencia, canevá, falso y verdadero, entre otras. Teoría del aprendizaje conductista En esta época surge la tecnología educativa y la enseñanza programada con base en los postulados de Skinner. La tecnología de las pruebas (tests) serviría de base para la elaboración de las que estaban relacionadas con los objetivos, las diferencias individuales y las normas nacionales o del estado. En México, la evaluación educativa se dirigía a juzgar en qué medida y hasta qué grado se lograban los objetivos previamente propuestos. (Castañeda, 1987, p.177). M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 6 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Educación progresiva La década de los treinta se caracterizó por escuelas estancadas y ausencia total de recursos, como consecuencia de la gran depresión. Diferentes autores, entre ellos John Dewey, intentaron contribuir a que la educación se convirtiera en un sistema dinámico e innovador al renovarse por sí mismo, al cual se denominó Educación Progresiva. Esta educación reflejaba la filosofía del pragmatismo y promovía instrumentos de evaluación provenientes de la psicología conductista. Ralph Tyler Ralph Tyler se incorporó al movimiento progresista; realizó un estudio para examinar la efectividad de un currículum renovador y estrategias didácticas que se estaban empleando en treinta escuelas a lo largo de toda América. El estudio resultó notable porque ayudó a Tyler a difundir, ensayar y demostrar su concepción de la evaluación educativa. A través de este programa, Tyler publicó lo que veía como un método con claras ventajas sobre los demás. Desde el momento en que la evaluación tyleriana incluía comparaciones internas entre los resultados y los objetivos, ya no necesitaba recurrir a costosas y problemáticas comparaciones entre grupos de control y grupos experimentales. El método de Tyler se centraba en determinar el grado de éxito del desempeño de docentes y alumnos; opuesto a los métodos indirectos que determinan factores como la calidad de la enseñanza, el número de libros que hay en la biblioteca, los materiales y la participación de la comunidad, entre otros. Las evaluaciones tylerianas no se vieron afectadas por la fiabilidad de las diferencias entre las puntuaciones individuales de los alumnos, ya que generalmente cubren una franja más amplia de variables exógenas que las cubiertas por las pruebas estandarizadas. Todos estos argumentos fueron bien recibidos por el sector de la educación americana y a mediados de los años cuarenta, Tyler ya había conseguido la categoría suficiente como para ejercer una gran influencia sobre el panorama educativo en los próximos veinticinco años. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 7 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Evaluación por objetivos Se puede decir que Ralph Tyler es el primer investigador de la evaluación educativa al proponer la tesis conocida como “evaluación por objetivos” que impactó en los modelos educativos que adoptaron varios países,entre ellos, México. La época tyleriana conceptualiza a la evaluación educativa como “un proceso que consiste en la comparación constante de los resultados del aprendizaje de los alumnos con los objetivos previamente determinados en la programación de la enseñanza” (Tyler, 1989, p.5). Tyler contemplaba que la evaluación se extendiera al proceso de aprendizaje y al currículum, no sólo a los resultados. Sin embargo, en la práctica sólo se utilizó para comparar los objetivos con aquellos aprendizajes que se podían constatar en los estudiantes. La evaluación por objetivos se mantuvo vigente en Estados Unidos durante 15 años. En México, el modelo educativo de programación por objetivos se implementó en la educación básica en el año 1975 y permaneció vigente hasta 1993. Para Tyler, la referencia central en la evaluación son los objetivos preestablecidos, los cuales deben ser cuidadosamente definidos en términos de conducta (Mager, 1962). Dichos objetivos necesitan marcar el desarrollo individual del alumno en un proceso socializador, de ahí que se afirme que esta época se caracteriza en la teoría del aprendizaje conductista. La programación por objetivos como modelo educativo y fundamentado en las propuestas de Tyler, fue criticada por varios autores; entre ellos Lee J. Cronbach, quien es considerado uno de los primeros especialistas en evaluación educativa. Esta postura generó un cambio paradigmático en el concepto de evaluación, que evolutivamente dio paso a la época del realismo. Guba y Lincoln (1989), consideran esta época como “la segunda generación” de la evaluación. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 8 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Lección 2.3 Época del realismo La necesidad de modificar los sistemas formales de educación en los Estados Unidos, se vio estimulada por el adelanto mostrado por los rusos en 1957 con el lanzamiento del Sputnik. En esta época se crea el Comité Nacional de Estudios en Evaluación (National Study Comitte on Evaluation) y se invierten millones de dólares para apoyar a la educación. Se modifican leyes y se descentraliza el sistema educativo en este país norteamericano. También en esta época se genera un nuevo concepto de evaluación, ya no sólo de los alumnos, sino que se expande y se advierte un gran interés por la evaluación de programas y en la práctica educativa en general (Mateo, 1993). Nuevos conceptos En varios países de Latinoamérica, se desata el fenómeno de la evaluación educativa para incluir además al alumno en todos los factores que confluyen en el proceso educativo y surge la evaluación con carácter de investigación. Dos autores sobresalen con sus propuestas basadas en este enfoque: Lee. J. Cronbach y Michael Scriven, quienes contribuyen con nuevos conceptos de evaluación educativa. Entre sus aportaciones se define la evaluación formativa, quedando diferenciada de la evaluación sumativa. Cronbach propone el uso de una metodología plural que equilibre los procedimientos experimentales y naturales en función de cada situación y hace énfasis en la calidad de la información, afirmando que ésta debe ser: clara, oportuna, exacta, válida y amplia, con el fin de que quien tome decisiones tenga un conocimiento muy completo de la realidad. Este enfoque proporciona elementos importantes para caracterizar a esta etapa del desarrollo de la evaluación como época del realismo. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 9 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A En 1977, Michael Scriven reacciona contra Ralph Tyler, pero también critica el modelo de Cronbach porque se orienta sólo a la búsqueda de información. Scriven propone que la evaluación tenga como objetivo la estimación del valor de la enseñanza. Al igual que Cronbach, desvía la atención de la evaluación de los resultados a otras funciones, diferenciando entre evaluación formativa y sumativa y dándole mayor peso a la primera. Evaluación formativa La evaluación formativa desde la perspectiva de Scriven, constituye una estimación del proceso de enseñanza y permite intervenir para perfeccionarlo antes de que concluya su desarrollo. Evaluación sumativa La evaluación sumativa se centra en el estudio de los resultados, pero no sólo los resultados previstos en los objetivos, sino también aquellos no previstos. Para llevar a cabo este último proceso y con el fin de evitar que el evaluador oriente a los resultados previstos, propone también una evaluación sin referencia a los objetivos. Para Scriven, los criterios para realizar los juicios de valor deben desviarse de los objetivos a las necesidades de quienes están implicados en la enseñanza; y concluye que los resultados de un programa serán positivos en la medida que den respuesta a dichas necesidades. Sin embargo, algunos de los más importantes evaluadores educativos, no estuvieron de acuerdo con Scriven, al darse cuenta que su trabajo y conclusiones no ayudaban a los diseñadores de currículum, ya que no respondían a las preguntas sobre cómo comprobar el grado de efectividad de los programas educativos. Lee. J. Cronbach, recomendó a los evaluadores que reconceptualizaran la evaluación, no como si se tratara de una carrera de caballos entre programas competidores, sino como un proceso consistente en recoger y formalizar información que facilitara el trabajo de los diseñadores de currículum. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 10 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Cronbach propugnó por el análisis y la relación de los resultados de las pruebas, por ser de mayor utilidad para los profesores al informar no sólo el promedio total de las calificaciones. La época del realismo se caracteriza por la proliferación de modelos evaluativos basados en la metodología de la investigación y se establece una división entre los modelos cuantitativos y cualitativos, aunque se les considera complementarios. En esta época se llega a una apertura y pluralidad conceptual que genera los siguientes puntos: Diferentes conceptos de evaluación. Diferentes criterios en relación a metas, toma de decisiones, valores, etc. Pluralidad de los procesos evaluativos. Pluralidad de los objetos de evaluación. Apertura en los procedimientos de evaluación. Pluralidad de las funciones de la evaluación. Varios de estos principios fueron aportados por Lee. J. Cronbach en su libro Hacia una reforma de la evaluación de programas (Toward reform of program evaluation) que publicó en 1980. Según Guba y Lincoln (1989), la época del realismo corresponde a “la tercera generación” de la evaluación, caracterizada por introducir la valoración y el juicio como un contenido intrínseco de la misma. La función del evaluador no sólo es la de analizar y describir la realidad, sino también valorar y juzgar con base en distintos criterios. En el Joint Comittee on Standards for Educational Evaluation, entre 1981 y 1988, Daniel L. Stufflebeam propone 4 principios que debe cumplir toda investigación evaluativa: ser útil, factible, apropiada, segura y precisa. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 11 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Lección 2.4 Época del profesionalismo Durante la década de los 70s, el campo de la evaluación empezó a consolidarse como una profesión diferente de las demás, ya que los evaluadores se enfrentaban a una crisis de identidad profesional. El perfil del evaluador no era preciso, no se sabía a ciencia cierta si eran investigadores; administradores de pruebas y encuestas; profesores o pedagogos especializados en evaluación; organizadores o hasta filósofos. En los inicios de esta etapa, no existían organizaciones profesionales dedicadas a la evaluación, ni publicaciones especializadas para intercambiar información sobre un determinado trabajo. No existía literatura suficiente sobre evaluación educativa, excepto trabajos inéditos que circulaban entre los especialistas del tema y había escasas oportunidades para prepararse como evaluadores certificados. El campo de la evaluación era fragmentando, parcial y amorfo. Muchas de las evaluaciones estaban dirigidas por personal sin preparación, otras por investigadores metodológicos que intentaban sin éxito adaptar sus métodos a las evaluaciones educativas (Guba, 1966). Guba y Lincoln caracterizan a la evaluación con los siguientes rasgos: La evaluación como un proceso: Sociopolítico. Conjunto de colaboración. De enseñanza y aprendizaje. Continuo, recursivo y altamente divergente. Emergente. Con resultados impredecibles. Que crea realidad. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 12 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Su propuesta responde a las deficiencias de las etapas anteriores y al excesivo apego al paradigma positivista, basándose en la epistemología postmoderna. El cambio paradigmático es justificado porque la metodología convencional no contemplaba la necesidad de identificar las demandas, las preocupaciones y los asuntos de los implicados. Se necesitaba una postura de descubrimiento más que de verificación que considerara los factores contextuales. Es en este momento que se fijaron funciones y responsabilidades básicas para el evaluador. En esta época, al evaluador se le considera un mediador de juicios, técnico, analista, historiador y juez con destrezas para recoger e interpretar datos cualitativos; es un evaluador en un contexto sociopolítico concreto. Evaluación de la evaluación Hasta 1983, la oficina de Educación de Estados Unidos patrocinó un programa nacional de preparación para el servicio evaluativo destinado a educadores interesados en la evaluación. Otras organizaciones profesionales iniciaron la apertura de talleres e institutos que trataban distintos temas relacionados con la evaluación. La especialidad se fue considerando como una meta evaluación, es decir, evaluación de la evaluación como un medio para asegurar y comprobar la calidad. Durante la década de los setentas, surgen las propuestas de una gran cantidad de modelos evaluativos que especifican qué es y cómo debe llevarse a cabo el proceso educativo. Guba y Lincoln registran en sus libros más de 40 modelos, a lo que Mateo (1986) llama la eclosión de modelos. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 13 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Joint Committee En 1981 se constituye el Comité Conjunto (Joint Committee), formado por 12 organizaciones profesionales que clarificaron una serie de normas para juzgar las evaluaciones de los programas educativos, proyectos y materiales. Se publicaron importantes normas para la evaluación en el ámbito educativo (Evaluation News, mayo de 1981). A finales de la década de los 80s (1989), Guba y Lincoln ofrecen una alternativa a los modelos de evaluación a la que denominan de “cuarta generación”. A su propuesta se le llama respondente y constructivista. En México Actualmente vivimos la época del profesionalismo. La evaluación en México se concibe como una profesión dinámica pero en desarrollo, que poco a poco se ha ido convirtiendo en un apartado identificable del amplio aparato profesional y gubernamental de la educación. En las siguientes lecturas se revisarán las propuestas de los autores mencionados con mayor amplitud. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 14 DE 15 E V A L U A C I Ó N E D U C A T I V A Referencias consultadas Blanco, F (1994). La evaluación en la educación secundaria. Salamanca: Amasú Ediciones. Castañeda, M. (1987). Los medios de la comunicación y la tecnología educativa. México: Trillas. Casarini, M. (2009). Teoría y diseño curricular. México: Trillas. Cronbach, L.J. (1980). Toward reform of program evaluation. San Francisco: JosseyBass Publishers. Guba, E.G. & Lincoln, Y.S. (1996). Fourth Generation Evaluation (9ª. ed.). California: Newburg Park. Dubois, P.H. (1970). A History of Psychological Testing. Boston: Allyn Bacon. Kail, R.; Cavanaugh, J.C & Pecina, J. (2006). Desarrollo humano: una perspectiva del ciclo vital. (3ª. ed.). México: International Thomson. Mager, R.F. (1982). Formulación operativa de objetivos didácticos. Madrid: Marova. Mateo, J. (1993). La evaluación en el aula universitaria. Zaragoza: ICE-Universidad de Zaragoza. Stufflebeam, D.L. & Shinkfield, A.J. (1987). Evaluación Sistemática. España: Paidós. Tyler, R. (1986). Principios básicos del currículo. (5ª. ed.) Argentina: Troquel. ------------ (1989). Educational evaluation: classic Works of Ralph Tyler. Boston: Kluwer Academic. Verdugo, M.Á. (1994). Evaluación curricular. Una guía para la intervención psicopedagógica. México: Siglo XXI. M A E S T R Í A E N E D U C A C I Ó N – PÁGINA 15 DE 15
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