El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová

PROYECCIÓN
MENSAJE 20160130
Llamados para restaurar
Lectura Isaías 61: 1-4 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos,
y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza
del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar
de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados
árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 4Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los
asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”.
Aprender Isaías 58: 12 “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación
levantarás, y serás llamados reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar”.
Es el deseo de Dios que haya restauración. Hay vidas golpeadas, heridas, desorientadas, ciegas, enfermas,
arruinadas y destruidas por el pecado, y no saben qué hacer, ni como levantarse; no saben cómo salir de la
situación que están viviendo; ellas necesitan ser restauradas.
El Señor nos ha llamado para que prediquemos el evangelio a toda criatura, y hagamos su obra en la tierra. Como
pueblo de Dios debemos tomar su palabra para ir a edificar, levantar, reparar y restaurar esas vidas.
¿Cómo edificamos las ruinas antiguas? Edificamos aquellas ruinas cuando le hablamos la palabra a aquellas
personas que viven sin esperanza, cuando le enseñamos a creer y a confiar en el Señor. Edificamos las ruinas,
cuando ayudamos a que vengan a Cristo aquellas personas que piensan que no hay oportunidad. Edificamos
dando testimonio, y siendo fieles al Señor. Edificamos cuando vivimos lo que predicamos y enseñamos.
Edificamos siendo ejemplo, teniendo temor de Dios y viviendo en santidad.
¿Cómo levantamos los cimientos? Levantamos los cimientos al que está caído, dándole aliento, no acusando
ni condenando, sino motivándolo a seguir adelante, y enseñándole del amor, de la misericordia, de la gracia y del
perdón del Señor.
Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios la mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Enseñándoles que cada mañana sus misericordias son nuevas.
Enseñándoles que por gracia somos salvos y que su gracia abundante está sobre nosotros. Enseñándoles que
si nos arrepentimos de nuestros pecados, él nos perdona y nos limpia con su preciosa sangre.
No podemos quedarnos callados, ni podemos quedarnos de brazos cruzados, tenemos que ayudar a levantar los
cimientos de aquella vida quebrantada, para que vuelva a caminar con Dios.
Serás llamado reparador de portillos. Es el pueblo del Señor quien es llamado reparador de portillos, cuando
trae un alma a los pies de Cristo, y esa alma lo recibe como su Salvador, inmediatamente empiezan a ser
reparados esos portillos que estaban arruinados, por donde el enemigo entraba a dañar y a destruir. Empiezan a
serrarse esas puertas que estaban abiertas al vicio, al placer de la carne y al desenfreno. Cuando le hablas a
otros de Cristo y ellos lo aceptan y lo reciben en sus vidas, viene el temor de Dios a ellos y se reparan los portillos
de pecado.
Serás llamado restaurador de calzadas. Cuando empiezas a discipular y a consolidar un alma, estás
restaurando, estás ayudando a que ésa alma aprenda a caminar, hablar, y a vivir de acuerdo a la voluntad de
Dios.
Isaías 61: 1 “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar
buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel;”
Tenemos que ir a sanar esos quebrantados de corazón, a los abatidos, tenemos que hablar a los cautivos por el
pecado, tenemos que abrir puertas de la cárcel a los presos. Somos nosotros, sus santos, sus redimidos, su
pueblo, los llamados y enviados para hacerlo.
Isaías 61: 4 “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades
arruinadas, los escombros de muchas generaciones.”
No podemos quedarnos en medio de lo que está arruinado, no podemos dejar los portillos deteriorados. Ha
llegado el tiempo para levantarse a reedificar, a reparar, y restaurar lo que se había deteriorado y arruinado.
“Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamados
reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar”.
Somos llamados a restaurar.
PROYECCIÓN
VISION 20160128
Hay restauración cuando clamamos
Jeremías 33: 1-9 “Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio
de la cárcel, diciendo: 2Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová
es su nombre: 3Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
4Porque así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los
reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas 5(porque vinieron para pelear contra los caldeos, para
llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi
rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad): 6He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los
curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. 7Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos
de Israel, y los restableceré como al principio. 8Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra
mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron. 9Y me
será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán
oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.”
El Señor ha estado hablando a su pueblo para que se prepare, para que crea, y vea su gloria. Hay cosas
grandes y ocultas que Dios quiere hacer; quiere mostrar su gloria, quiere sanar, quiere restaurar, traer
bien y paz a su pueblo.
Dios habló a Jeremías cuando estaba preso en el patio de la cárcel, y le dijo: “clama a mi, y yo te
responderé, y te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Ya la palabra de Dios está dicha
y él la va a ejecutar.
Dios no ignora la necesidad de su pueblo. Jeremías 33: 6 “He aquí que yo les traeré sanidad y
medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.” Hay quienes han perdido la paz,
por causa de estar con una enfermedad, el enemigo ha venido bombardeando con pensamientos, de
derrota, y de muerte, pero hay una promesa de Dios de traernos sanidad y medicina, esto es porque él
sabe que hay enfermedad, él sabe que el pueblo necesita ser sanado, y necesita medicina. Este es el
tiempo en que Dios nos curará, él quitará la enfermedad, él traerá restauración física. Lo que la
enfermedad deterioró en tu cuerpo, aquel órgano que fue afectado, aquello que la infección causó, será
curado, sanado, restaurado por el Señor.
Será restaurada la paz. Lo que el enemigo quiso robar, Dios lo traerá de vuelta; él dice: “y les revelaré
abundancia de paz y de verdad.”
Cuando él restaura. Jeremías 33: 7-8 “Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos de Israel, y los
restableceré como al principio. 8Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí; y perdonaré
todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.”
Cuando Dios restaura, hace volver los que se habían ido; aquellos que estaban cautivos por el pecado,
vuelven en sí, y son restablecidos por Dios. También el Señor restablece la salud de aquellos que fueron
cautivos por una enfermedad.
Y los limpiaré de toda su maldad. Para que haya restauración es necesario, arrepentirse del pecado,
reconocer la maldad y pedir perdón al Señor. El Señor limpiará y perdonará la maldad de aquellos que se
vuelven a él y se arrepienten.
Temblarán y temerán. Jeremías 3: 9 “Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre
todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de
todo el bien y de toda la paz que yo les haré”
En la restauración Dios siempre se glorificará, y la gente oirá lo que Dios hace en tu vida, y temerá y
temblarán, por todo el bien y toda la paz que Dios hace contigo.
Para ser restaurados es necesario clamar. Jeremías 33: 3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te
enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”
Dios le dice a Jeremías que clame, porque quiere mostrarle cosas grandes y ocultas, que Jeremías no
conocía. Es lo que el Señor te dice hoy. Clama a mí y yo te responderé. Si necesitas ser sanado, o
necesitas un milagro, una respuesta, clama. El promete responderte, traerte sanidad y medicina,
responderte, restablecerte, restaurar tu vida; y no sólo eso, sino que él te mostrará cosas grandes y ocultas
que tú no conoces