HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO MODELO SOCIAL Caritas afrontamos con expectativa y preocupación el debate político que tenemos por delante con motivo de las elecciones autonómicas y municipales. Las situaciones de exclusión extrema de muchas personas en esta devastadora crisis, a las cuales se les han agotado todas las prestaciones y todos los horizontes, exige un diagnóstico riguroso del desarrollo social en nuestro país y nuestra región. Conocedores como somos de la anatomía de la exclusión, creemos que hay que exigir la creación de un verdadero contrato redistributivo basado en derechos que nos ayude a superar la discrecionalidad del asistencialismo y asumir la cohesión social como principio fundamental. Debemos empezar por conseguir que la protección social alcance estándares básicos en todo el territorio y que se haga operativa a través de un sistema estatal de «garantía de ingresos mínimos» con la participación del Estado y de las Comunidades Autónomas. También creemos que se debería establecer los indicadores de desigualdad, pobreza, exclusión social y privación material como indicadores privilegiados para medir este desarrollo. Son muchos los problemas de calado que deberían estar en la primera línea del consenso político y social: el retorno a una economía justa; la vulnerabilidad de los inmigrantes irregulares; la situación de los menores no acompañados; la dificultad en el acceso a la vivienda; el fortalecimiento de los servicios sociales; la garantía de los bienes comunes y públicos; etc. Desde Caritas animamos a que la política haga propuestas que afronten el primer problema ciudadano: la exclusión. La pobreza no solo destruye muchas vidas sino que socava las bases de la democracia. Pedimos que se tengan en cuenta asuntos como: potenciar la aplicación de cláusulas sociales y ambientales en el sector de la contratación pública para convertirla en un instrumento de inclusión social y de sostenibilidad medioambiental; garantizar el acceso al Padrón Municipal especialmente para los ciudadanos extracomunitarios; replantear la relación entre lo público, lo privado (el mercado) y lo social (voluntariado y acción no lucrativa) que redunde en la creación real de empleo digno; desarrollar un modelo de redistribución del trabajo a través de medidas como la reducción de la jornada laboral, garantizando siempre la calidad del empleo y una protección social adecuada. Junto a esta lucha por garantizar los derechos, tenemos un reto en la construcción de espacios de desarrollo comunitario que faciliten la interrelación y la creación de redes de solidaridad y ayuda mutua. Aunque vemos cómo se desmiembra la capacidad de la sociedad para hacer cosas juntos, asistimos también cada día a situaciones donde sobre abundan las actitudes de solidaridad y generosidad colectiva. Personas socias, declarantes que marcan la cruz de fines sociales, personas participantes que ayudan desde su absoluta precariedad, etc. Desde esta esperanza trabajamos y animamos a la ciudadanía a implicarse haciendo de cada práctica de compromiso, un acto político y ciudadano de cambio y transformación. ALFREDO CALVO DOMBON Rble. Comunicación CARITAS BURGOS
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