conceptualización de la sociedad y el estado

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO
Notas preliminares:
En esta unidad nos aproximaremos a los dos conceptos que, indisolublemente
imbricados entre sí, son el eje sobre el que gira nuestra materia: la sociedad y el
Estado. Este abordaje conceptual es el punto de partida para el desarrollo de
nuestro programa en el cual trataremos de comprender la dinámica interrelación
entre estos dos términos desde la consolidación del Estado nacional en Argentina
hasta la sociedad y el Estado en la actualidad.
El término Sociedad aparece comúnmente en nuestro decir cotidiano. Hablamos de
“nuestra sociedad”, de la “sociedad actual”, de la “sociedad argentina”, de la “sociedad
capitalista”, de la “sociedad global”, de la “sociedad moderna”. Diversos adjetivos
califican el término sociedad, especificando, en estos ejemplos, una delimitación espacial
o temporal.
Indagando en el “origen” del concepto, “Sociedad” refiere a una agrupación natural o
pactada de personas, unidas con el fin de cumplir, mediante la cooperación, todos o
algunos de los fines de la vida. Siendo el hombre un ser social por excelencia, algunas
teorías consideran que la naturaleza y la necesidad son las que explican la conformación
de las sociedades. 1
Desde la Antigüedad el término sociedad es utilizado para indicar a un grupo
constituido, asociado, que persigue determinados fines.
En la Edad Media predominaba un concepto de sociedad como un organismo ordenado y
regulado por una entidad trascendente y la sociedad perseguía fines que trascendían a
los individuos y a la vida terrena.
Más allá de las diferencias respecto de la caracterización que hacen del hombre y de los
modelos políticos que proponen, los pensadores ingleses Thomas Hobbes (1588-1679),
John Locke (1632-1704) y Jean Jacques Rousseau (1712-1778) comparten la idea de
CONTRATO SOCIAL. Éste es entendido como un acuerdo tácito o explícito basado en el
consenso, un “pacto” que implica una instancia superadora del “estado de naturaleza” y
la condición de posibilidad para la fundación de la sociedad civil. Ese “contrato” aparece
como fundante de la sociedad porque permite vivir en paz, bajo un cierto orden,
superando el “estado de naturaleza” o estado pre-político, en el cual los hombres viven
libres de sujeción a un semejante y no están obligados a respetar normas de conducta u
obedecer a una autoridad soberana.
La concepción contractualista, entonces, interpreta a la sociedad como una sociedad de
individuos unidos por un orden artificial, obtenido mediante la cesión a un tercero que
encarna la autoridad (Hobbes) y puede utilizar la fuerza para ordenar y dar seguridad. La
sociedad más antigua y natural, según sostenía J.J Rousseau en el Contrato Social, es
A modo de ejemplo, y ubicándonos aproximadamente 7000 años antes de Cristo, pensemos en el proceso de
transformaciones que significó la Revolución Neolítica y la invención de la agricultura. Fue precisamente la
necesidad de organizar las actividades imprescindibles para la agricultura (canales, diques, sistemas de riego) lo
que llevó a que diversas aldeas conformaran las primeras sociedades urbanas en las que, además, comenzó a
generarse un excedente económico que aceleró la división de tareas dentro de las primitivas ciudades y con esto la
diferenciación social y la aparición de los conflictos.
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la Familia.
Con el desarrollo del Estado Moderno, el término sociedad empezó a usarse como lo
opuesto al Estado, un conjunto constituido donde operan relaciones sociales.
Para el Positivismo, la sociedad podía ser interpretada como una sociedad industrial
constituida por hombres productores. El marxismo no acepta hablar de sociedad en
general, sino de sociedades históricamente determinadas, o sea una formación
económico - social.
La sociedad es un concepto distinto al de Comunidad. Comunidad refiere a un conjunto
de relaciones familiares, afectivas, naturales, mientras que Sociedad es un sistema de
relaciones impersonales, no naturales, basadas en el Contrato y con la presencia de un
centro de dominio.
Los funcionalistas (década del 40 y 50 del siglo XX) hablan de la sociedad como un
aspecto de la vida asociada que no incluye la cultura, que está relacionada con ella y
consideran Sociedad un conjunto de individuos inter- actuantes en un territorio. La
Sociedad se caracterizaría también porque su existencia supera la vida biológica de los
individuos que la componen.
El estado-nación contemporáneo representa sociedades complejas, diferenciadas, con
una alta división del trabajo, y un alto grado de institucionalización.
Los partidos políticos, la Iglesia y el Estado, son considerados por Max Weber, un
conjunto de relaciones sociales. En las sociedades modernas prevalecen relaciones
sociales de tipo contractual. Según Ferdinand Tönnies en las Sociedades predominan
relaciones secundarias, es decir contractuales, basadas en el intercambio económico y el
cálculo racional. Sin embargo la investigación social empírica revela que en las
sociedades modernas y tradicionales (basadas en la amistad, el parentesco, la
vecindad) las relaciones sociales primarias y secundarias se entrelazan. Las sociedades
industriales se caracterizan por el predominio de la población urbana, la alta división del
trabajo y la racionalización de la organización del trabajo, la estratificación social con un
fuerte aumento de los sectores medios, desarrollo de la escolarización y la declinación
del modelo de familia extensa con un gran despliegue de la cultura material y de los
medios de comunicación masiva que llegan a territorios también rurales.
Como punto de partida para el desarrollo de nuestra materia, lejos de concebir a la
SOCIEDAD como la sumatoria de individuos, la entendemos como el complejo
entramado de relaciones (sociales) que entablan los hombres y mujeres entre sí, en un
espacio y época determinados. Porque en toda sociedad existe un nivel de diferenciación
básico que se relaciona con la posición que ocupan los hombres dentro de un sistema de
producción y distribución de bienes. Es el concepto de producción (modo de producción)
el que nos permite comprender las distintas sociedades a partir de las diversas formas de
relación del hombre con la naturaleza y de los hombres entre sí. Y es el concepto de
CLASE (social), entendida como agrupación de hecho, -como el conjunto de actores
sociales que ocupan una posición similar dentro de un sistema de producción y consumo
de bienes en relación a otros conjuntos o clases que ocupan otras posiciones dentro de
la misma sociedad-, el que nos posibilita comprender la estructura de las desigualdades
sociales –no naturales-, sobre todo en las sociedades que reconocen que todos los
hombres –ciudadanos- son “formalmente” iguales ante la ley.
Dentro de la teoría marxista, desde un punto de vista teórico, la noción de CLASE
permite identificar las agrupaciones de hecho que surgen en la estructura de las
desigualdades sociales; y desde un punto de vista histórico, permite identificar a los
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SUJETOS del curso de la historia.
Ubicados en el plano del análisis teórico, bajo el modo de producción capitalista,
burguesía (clase propietaria) y proletariado (clase no propietaria) se constituyen en
clases antagónicas. Este fuerte antagonismo de clase (lucha de clases como “motor” de
la historia) puede llevar a la disolución de las relaciones sociales capitalistas. De allí la
importancia que asume el Estado, llamado a “amortiguar” ese antagonismo que se
manifiesta, sobre todo, a nivel político.
Por otro lado, ubicados en el plano del análisis histórico, ninguna sociedad presenta un
modo de producción en estado puro. Siguiendo los aportes de Alessandro Cavalli 2, “La
presencia simultánea de distintos modos de producción, en una misma sociedad, en una
época histórica dada, recibe de Marx el nombre de formación social”. El análisis histórico
–de las sociedades concretas a lo largo de la historia- permite superar el modelo
dicotómico (burguesía versus proletariado) y da cuenta de una pluralidad de clases o de
agrupaciones y fracciones dentro de las clases. 3
Y respecto del Estado:
El Estado es fundamentalmente un actor social, político y soberano, dentro de un
territorio determinado, producto de un proceso histórico, que tiene a su cargo el gobierno
de un país, con una estructura material institucional y una estructura ideal, en el marco
de una correlación de fuerzas en el que detenta el monopolio de las decisiones, de los
recursos, de la coerción y de la legitimidad
1) El Estado es en primer lugar, un actor o agente porque tiene
capacidad de acción y decisión. No es un simple reflejo de la
economía, sino que puede influir en las distintas esferas de la
vida social: la educación, la justicia, la administración, la
cultura.
2) En segundo lugar, es un actor social porque implica una
relación social de poder entre gobernantes y gobernados. El
poder, asimismo, es una relación social, es decir sin otro, no
hay poder.
El Estado es
fundamentalmente un
actor social, político y
soberano…
Es social, concretamente, porque produce y garantiza
determinadas relaciones sociales inspiradas en el respeto a la
ley, la democracia, la educación, etc. Porque su finalidad es
garantizar el orden social (producir sociedad) y hacer el mejor
Alessandro Cavalli. En N. Bobbio, N. Matteucci y G. Pasquino. Diccionario de Política, Siglo XXI, 1982.A modo de ejemplo: El estudio de los procesos socio-económicos en Argentina nos permitirá identificar diversas
clases (propietarias y no propietarias) y fracciones de clase dentro de ellas. Hablaremos de burguesía agraria,
arrendatarios, peones rurales, de la burguesía industrial (con diversas fracciones según produzca para el mercado
interno o externo o según sea la composición de su capital o su tamaño e influencia en el mercado); de burguesía
financiera; de trabajadores, de sectores de clase media, de trabajadores “cuenta propia” y también de trabajadores
desocupados, entre otros agrupamientos.
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uso de los recursos posible.
El Estado es parte de la sociedad pero también se ubica fuera
de ella, dependiendo del contexto y situación específica. Por
ejemplo, cuando el Estado se sirve de sus FF.AA o agentes
policiales para mediar conflictos u obligar el acatamiento de la
ley, el Estado se ubica fuera de la sociedad. Pero cuando
interiorizamos gran parte de sus preceptos a través de la
educación pública, todos nos sentimos “parte del Estado”
3) En tercer lugar, es un actor político porque detenta el poder
y está atravesado por diferentes ideas, proyectos,
concepciones, responsabilidades, etc. Si bien es cierto que la
política excede el marco del Estado, un nudo importante de
condensación del flujo político de la sociedad se concentra en
el Estado. Él es en sí mismo un concepto político porque
implica una determinada forma de organizar la sociedad, de
dirigir, apuntalar, articular, etc.
No es sólo una organización que “administra” los asuntos de la
comunidad nacional sino que es el centro del poder político de
las clases e implica un factor de disputa por su control. El
Estado, entonces, merece el adjetivo de “político” en tanto es
condición y resultado de luchas y tensiones políticas.
En la ciencia política, el poder es la sustancia de la política. Se
entiende a la política como conflicto y también como orden.
Mientras que el <conflicto> hace más hincapié en la fuerza, el
<orden> pone el foco en el consenso.
4) Por último, el Estado es también un actor soberano porque
representa la máxima autoridad dentro de un territorio
determinado. 4
Ha logrado constituirse como tal porque, siguiendo a los
autores contractualistas, los ciudadanos previamente
resignaron de su libertad máxima por miedo a los otros
hombres. El miedo, por lo tanto, fue lo que verdaderamente los
indujo a constituirse en sociedad. A raíz de este “contrato
social” todos los ciudadanos respetan y obedecen al Estado en
gratitud por la estabilidad y la seguridad que sólo un sistema o
régimen político puede brindar. Todas estas “garantías” que
son posibles con un Estado de derecho le permiten traducir su
legitimidad y necesariedad en una autoridad suprema.
Existen otros poderes jerárquicamente organizados, es cierto,
pero el poder del Estado es supremo e inapelable. Es en el
Soberanía: titularidad legítima del mando. Supone la puesta en práctica del poder de mando supremo por parte de
un Estado Nacional sobre un determinado territorio.
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4
interior del Estado y en relación con los individuos y grupos que
integran la población donde realmente se ejercita el poder
soberano, si bien es importante aclarar que el Estado es
soberano también en relación con otros Estados. Es decir, la
soberanía mira al orden interno como al externo del Estado. En
este último aspecto, el reconocimiento recíproco entre Estados
es uno de los fundamentos del sistema interestatal. Sin tal
reconocimiento, el despliegue del poder soberano al interior de
una población nacional se torna muy difícil y precario. Este
sistema interestatal está sin embargo atravesado por luchas,
conflictos y guerras. En el caso argentino, por ejemplo, se
destaca el histórico reclamo por la soberanía de las Islas
Malvinas, ocupadas por fuerzas militares británicas desde 1833
hasta la actualidad, fuerzas que de hecho siguen manteniendo
a otros territorios (colonias) bajo ocupación.
dentro de un territorio
determinado…
La noción de territorio implica la existencia de límites. En
América Latina en general, y en Argentina en particular, los
límites por lo general se establecieron a principios del XIX entre
guerras y conflictos. Los Estados siempre tienen poder de
acción en una determinada área geográfica.
Por ello, el territorio es el espacio en el cual se despliega la
acción soberana y donde se asienta la comunidad
organizada que denominamos Estado. Permite saber hasta
dónde puede llegar esta acción política. El territorio es un factor
de integración social, un mecanismo de unidad de grupo que va
creando identidades, afinidades y que consolida el sentimiento
nacional.
Si algo intentaron Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels
(1820-1895) a lo largo de sus textos fue desenmascarar el
carácter histórico y por tanto, transitorio, del Estado. Hay
muchas formas de Estado en la historia moderna. Este no es
universal, pues varía según tiempo y espacio, pero
fundamentalmente, según la correlación de fuerzas sociales y
económicas.
producto de un
proceso histórico…
Hablar de Estado moderno es hablar de Estado capitalista,
producto del proceso de transformaciones que en el siglo XVIII
consolidaron en Europa una forma particular de organizar el
trabajo: el modo de producción capitalista.
Siguiendo a Guillermo O’Donnell (El Estado burocrático
autoritario, 1982) “(…) El Estado capitalista es garante y
organizador de las relaciones sociales capitalistas y, por lo
tanto, de la dominación que ellas concretan. Esto implica que el
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Estado no es garante de la burguesía, sino del conjunto de la
relación que establece a esta clase como clase dominante. No
es, por lo tanto, un Estado de la burguesía: es un estado
capitalista, lo cual no es exactamente lo mismo. Esto entraña
que, en tanto el Estado garantiza y organiza la vigencia de (…)
las relaciones sociales capitalistas, es garante y organizador de
las clases que se enlazan en esa relación. Esto incluye a las
clases dominadas, aunque su garantía de éstas sea en el
sentido de reponerlas, o reproducirlas, como tales clases
dominadas. Esto tiene algunas consecuencias importantes.
Una de ellas es que, no pocas veces, el interés general de
reproducción de dichas relaciones (…) lleva al aparato estatal a
desempeñar un papel custodial respecto de las clases
dominadas, incluso en contra de demandas de la burguesía.
(…)”
Respecto de la Argentina, no estudiamos al Estado en
abstracto sino su proceso formativo –desde mediados del siglo
XIX- y el tipo particular de Estado que se consolidó en nuestro
país hacia 1880. Podemos decir que no es lo mismo el Estado
oligárquico que el populista, ni el Estado de los años ’90 con el
que se inició en el 2003, aunque es indudable que no es todo
quiebre o ruptura sino que existen líneas de continuidad.
Es importante aclarar entonces que el Estado no es definitivo y
eterno. Así como en el pasado lejano no existió el Estado, su
continuidad tampoco es eterna según el materialismo histórico
de Marx y Engels, pues, como hecho histórico, depende de
circunstancias históricas, específicas, peculiares de cada lugar
y de cada momento histórico determinado. Entre ellas podemos
mencionar: el desarrollo de las fuerzas productivas, los
recursos naturales disponibles, el tipo de relaciones de
producción, la estructura de clases resultante, las relaciones
económicas internacionales, etc.(Oszlak)
Precisamente, su carácter histórico no lo hace inmune a los
cambios sociales, sino que son justamente estos cambios
los que le imprimen una forma particular al Estado.
Es sustancial aclarar que pese a los distintos roles históricos
del Estado, hay importantes líneas de continuidades o variables
constantes que nos permiten conceptualizar (como lo estamos
haciendo ahora) sus características y atributos principales.
Una parte del Estado es el gobierno, pero no lo es todo. El
gobierno, si bien es quien está investido formalmente del poder
estatal, no controla efectivamente todos los resortes claves
para su ejercicio: tener el derecho a gobernar no siempre
implica poseer el poder real para hacerlo. A esto se ha referido
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Que tiene a su cargo
el gobierno de un país
Ralph Miliband (1992) al postular que “el gobierno es el que
habla en nombre del Estado”. Lo que hay es, sí, un “sistema
estatal”, del cual el gobierno sólo es una parte. La
administración pública, el poder judicial, las fuerzas armadas y
de seguridad, el parlamento y el gobierno subnacional
conforman también, en sus relaciones recíprocas, el poder del
Estado.
El gobierno, sin embargo, ocupa un lugar decisivo dentro del
conjunto de instituciones públicas debido a que, siguiendo con
el planteo de O’ Donnell, está constituido por los roles
fundamentales dentro del Estado, movilizando los recursos
controlados por el aparato estatal. En definitiva, el gobierno
se encuentra contenido en la idea de Estado, pero no agota el
concepto en su totalidad.
Diferencias entre Estado, gobierno y régimen:
1-El Estado es más extenso que el gobierno.
2- El Estado es una entidad permanente continua y el gobierno
es temporal, su cuerpo de funcionarios debe ser elegido
periódicamente.
3- El gobierno es el medio por el cual el Estado ejerce su
autoridad.
4- El Estado ejerce autoridad impersonal.
5- El Estado representa el bien común o la voluntad general,
mientras que el gobierno representa la voluntad de sus
votantes (aunque debe tender también al bien común).
Por lo tanto, el Estado es la institución de orden político que
impone y obtiene acatamiento de la sociedad valiéndose, a este
fin, a la vez de poder o coerción y de autoridad o legitimidad; el
RÉGIMEN es el modo regular de funcionamiento de esa
institución; y el gobierno los cargos y funcionarios que toman y
ejecutan las decisiones estatales. 5
El Estado de Derecho se asienta en la separación de los
poderes del Estado
Los tres poderes
El Estado en la Argentina asume la forma republicana. De
hecho, el nombre oficial de nuestro país es “República
Argentina” Hace referencia entonces a un Estado Nacional que
tiene tres poderes organizados de modo tal que cada uno se
interrelaciona con el otro, controlando y limitando sus funciones
Carlos Strasser define al Régimen como el modo regular y característico de funcionamiento y gobierno de un
Estado. Por régimen político se entiende el régimen de formación, formulación y ejecución de decisiones estatales.
Comprende la forma, legalidad y el estilo o modalidad de selección e incorporación de su personal político, directivo
y funcionarial, y de la representatividad o clases de representación de este personal.
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para evitar la concentración del poder en uno solo. Los tres
poderes son:
-Poder Ejecutivo
Es ejercido por una sola persona, el presidente de la república,
quien es electo en forma popular, directa, secreta y mayoritaria.
Dura 4 años en su cargo y puede volver a desempeñarlo. Su
función principal es administrar el país, ejecutar las leyes
aprobadas por los órganos legislativos, es decir, está facultado
para organizar la administración pública de acuerdo con las
leyes constitucionales.
-Poder Legislativo
Tiene su competencia principal en la elaboración y sanción de
las leyes y en el control político. Además, se encarga de revisar
y/o aprobar las iniciativas de ley y está compuesto por la
cámara de senadores y la cámara de diputados. En la práctica,
los poderes ejecutivo y legislativo están en permanente
interrelación.
-Poder Judicial
Se encarga de vigilar que se cumplan las leyes y no se violen
los derechos de los ciudadanos, este poder lo ejerce la
Suprema Corte de Justicia de la Nación y lo conforman jueces y
magistrados. En la práctica, el Poder Judicial es el más
vitalicio ya que permanecen en el cargo “mientras dure su
buena conducta” y solo pueden ser removidos por el Ejecutivo y
en caso de juicios políticos.
con una estructura
material institucional…
El Estado constituye también la cristalización institucional
de una determinada correlación de fuerzas entre los
diferentes -y antagónicos- sectores en pugna de la sociedad.
El Estado, en sentido estricto, son las instituciones. No hay
Estado sin instituciones. Las instituciones “Son una
configuración social, un conjunto de normas, roles, pautas
y comportamientos aceptados en el seno de una
determinada sociedad. Se caracterizan por la permanencia
o arraigo social aunque pueden no estar sancionadas
judicialmente. El concepto incluye a los grupos organizados que
comporten una función social, por ejemplo, el parlamento, la
Iglesia, las universidades, los partidos políticos, etc.”
En un nivel más bajo de abstracción -descendiendo hacia lo
concreto- podemos referirnos a los aparatos estatales la
materialización o “parte visible” de las instituciones. La
burocracia, los organismos públicos, el gobierno, parlamento,
justicia, cultura, educación, comunicación, las FF.AA, las
normas y procedimientos, aparecen todos como la encarnación
concreta de la garantía estatal de las relaciones de producción,
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posibilitando a nivel material el ejercicio de la dominación.
Todas estas instancias no deben considerarse como esferas
separadas sino como partes de una totalidad articulada,
compleja y contradictoria que es el Estado.
El Estado es también idealidad. Aquí se juega la capacidad de
internalizar una identidad colectiva, mediante la emisión de
símbolos que refuerzan sentimientos de pertenencia y
solidaridad social y permiten, en consecuencia, el control
ideológico como mecanismo de dominación.
y una estructura
ideal…
En este sentido, el Estado es narrativa de la historia, silencios y
olvidos, símbolos, disciplinas, sentidos de pertenecía, sentidos
de adhesión. Estado es también acciones de obediencia
cotidiana, sanciones, disciplinas y expectativas. No es
solamente institución, dimensión material del Estado, sino
también concepciones, enseñanzas, saberes, expectativas,
conocimientos.
El proceso de formación del estado, es el resultado de un
proceso convergente aunque no unívoco de constitución de una
nación y un sistema de dominación. La constitución del
sistema de dominación que denominamos <Estado>, es la
instancia capaz de articular y reproducir el conjunto de
relaciones sociales dentro del ámbito material y simbólicamente
delimitado por la nación.
en el marco de una
correlación de fuerzas
El surgimiento del Estado nacional argentino es el
resultado de un proceso de lucha. Concebir el conflicto
como un eje central permite trascender la lectura vulgar del
Estado realizada por ciertas corrientes, que lo visualizan como
un bloque monolítico e impermeable, y no como un “cuerpo” en
el cual se condensa materialmente una relación (desigual) de
dominación.
Las relaciones, jerarquías, creencias o principios vertebrales de
un Estado, por ejemplo, no surgen de la nada sino que son
fruto de correlaciones de fuerza, de luchas, de enfrentamientos.
Las instituciones, de igual forma, son también fruto de luchas,
muchas veces de guerras, de sublevaciones, revoluciones, de
movimientos, de exigencias y peticiones. Porque eso es
precisamente el Estado, la materialización de una correlación
de fuerzas.
El Estado supera, abarca más que una gestión y administración
de lo público sino un monopolio de lo público. Es por definición
un monopolio de la toma de decisiones. En cambio, un
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en el que detenta el
monopolio de las
decisiones…
de los recursos…
movimiento social implica la democratización de la decisión. Si
bien existen momentos de democratización (como en las
elecciones) por lo general, las decisiones más importantes las
toma el cuerpo de funcionarios especializados en distintas
dimensiones del Estado. Según García Linera, tienen que
convivir momentos de democratización y momentos de toma
unilateral de las decisiones. El Estado toma las decisiones
porque tiene el poder para hacerlo y porque le corresponde
según las competencias constitucionales.
Del uso de los recursos se derivan las políticas públicas.
Éstas pueden definirse como el “Estado en movimiento”.
Siguiendo a Oszlak y O’Donnell (1995) podemos expresar que
esta dimensión consiste en “un conjunto de acciones y
omisiones que manifiestan una determinada modalidad de
intervención del Estado en relación con una cuestión que
concita la atención, interés o movilización de otros actores en la
sociedad civil”. Cabe aclarar que las políticas estatales no
deben ser entendidas en términos de un acto reflejo o una
respuesta aislada, sino enmarcadas en un conjunto de
iniciativas o proyecto más general. Una misma medida puede
significar cosas bien distintas de acuerdo al proyecto de
Estado en el que se enmarque y de su forma histórica
particular.
Estos recursos provienen de los ingresos que capta el
Estado vía impuestos, ventas propias, etc. De ello se deriva
la capacidad de definir políticas sociales, políticas de empleo,
inversión en medios de comunicación, en medios de transporte,
en infraestructura vial; en distribución social, infraestructura
médica y educativa, todas en favor de la ejecución de sus
políticas públicas.
La coerción implica reprimir o presionar sobre alguien, grupos
o sectores, para forzar su voluntad o conducta (por ejemplo,
reprimir a manifestantes). La coacción es la imposición de
condiciones empleadas para obligar a un sujeto a realizar u
omitir una determinada conducta (por ejemplo, anunciar la
posible represión a los manifestantes, rodearlos con fuerzas
policiales sin necesariamente llegar al enfrentamiento físico.)
de la coerción y…
De acuerdo a Weber, un Estado, en tanto asociación
política, puede llegar a renunciar al monopolio del poder
ideológico y del económico, pero no al coactivo y
coercitivo, porque ello significaría la vuelta a una especie
de “estado de naturaleza” hobbesiano. Como bien señala
Bobbio (1992), si bien Weber no cita al autor del Leviatán,
recoge su idea del Estado como producto de la renuncia al
uso de fuerza individual, de ahí que sea el poseedor
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exclusivo del poder de coerción y coacción.
Dicho ejercicio efectivo del monopolio coercitivo a escala
nacional es precisamente lo que le va a permitir hablar de la
“soberanía” como uno de los pilares básicos del orden político
moderno. El monopolio de la coerción tiene una dimensión
material: fuerzas armadas, policía, cárceles, tribunales.
Tiene una dimensión ideal: el acatamiento, la obediencia, y
en cumplimiento de esos monopolios, que cotidianamente lo
ejecutamos los ciudadanos también existe la necesidad de
reflexionar sobre ellos. {{{ELINA: REVISAR REDACCIÓN. NO
SE ENTIENDE}}} Pero a la vez este monopolio y su
conducción, es fruto de la correlación de fuerzas, de luchas, de
guerras pasadas, sublevaciones, levantamientos y golpes, que
han dado lugar a la característica de este monopolio por el cual
el Estado asume el ejercicio exclusivo de la violencia física.
Esto es así debido a que la clase económicamente dominante burguesía- no puede ser propietaria de los medios de coerción.
Se entiende por <legitimidad>, en principio, a todo que está de
acuerdo con las leyes.
En el nivel político, sería la capacidad del sistema para
engendrar y mantener la creencia de que las instituciones
políticas existentes son las más apropiadas para la sociedad.
Las <creencias>, son los valores que se sustentan en
determinados grupos sociales. En consecuencia, la legitimidad
reflejará las valoraciones existentes en las sociedades
modernas, como las tendencias homogéneas de las
sociedades tradicionales.
La legitimidad es una relación social de dominación. Es la
capacidad de generar obediencia sin recurrir a la coerción
y/o coacción. Es justamente el concepto de legitimidad, – sea
tradicional, carismática o legal- lo que permite comprender la
distinción entre dominación y poder. Weber sostiene que un
Estado sólo puede subsistir si los dominados se someten.
Entonces, analiza el “por qué” de ese sometimiento. Le
preocupan especialmente los motivos internos de los
individuos. Establece, por tanto, una tipología de
dominaciones legítimas en el Siglo XIX, para lo cual es
imprescindible un mínimo de voluntad de obedecer en toda
relación social auténtica de dominación.
y de la legitimidad…
Distinción entre dominación y poder:
La primera (dominación) debe entenderse como “la
probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de
determinado contenido entre personas dadas”, mientras que
el segundo (poder) supone la posibilidad de imponer la propia
voluntad, al interior de una relación social, aún contra la
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resistencia de quien recibe el mandato (1984, pp. 43).
De ahí que sólo una relación de dominación legítima esté
llamada a perdurar, y sólo una dominación duradera y
constante pueda constituir un Estado en sentido estricto.
Por ello, siguiendo a Max Weber, el monopolio de la violencia
organizada en un área territorial definida es un requisito
necesario, aunque no suficiente. Para que un Estado esté
llamado a perdurar, dicho ejercicio debe ser, además,
legitimo.
Para demostrar la importancia fundamental de este factor,
Weber da el ejemplo de una banda de ladrones asolando un
pequeño pueblo: si bien ostentan transitoriamente el monopolio
de violencia sobre un territorio determinado, no cuentan con
legitimidad como para sostener, en términos temporales, a la
misma. Incluso el hecho de que, tras su huida, escondan el
botín, no hace más que reafirmar la creencia en la autoridad
racional-legal del Estado. Garantizar el dominio de hecho sobre
el territorio de manera continuada es entonces otro de los
requisitos básicos del Estado.
Según Weber, para saber por qué algunos individuos
obedecen a otros hace falta indagar tanto en los medios
exteriores del poder (fuerza monopolizada), como en los
motivos internos de los súbditos (principios de
legitimidad).
Los fundamentos de la legitimidad son, por lo tanto, la
justificación interna de la obediencia. Los dominados
obedecen el mandato que emana de la autoridad por tres tipos
de justificaciones internas que dan lugar a su vez a tres tipos
de dominación legítima:
1. “El tradicional”, La legitimidad descansa en la
autoridad del “pasado” y de las costumbres; los
mandatos son legítimos por la fuerza de la tradición.
2. “El carismático”, La autoridad del “don o gracia” (o
carisma) del líder político, derivada de sus cualidades
extraordinarias, vinculación de carácter emotivo.
Significa nuevos mandamientos, es la gran fuerza
revolucionaria.
3. y “El legal”, es donde se obedece el Derecho: la
obediencia se da dentro de una competencia
limitada, racional y objetiva. .
Sólo el momento interno transforma el poder de hecho en
“poder de derecho”. Y puesto que el poder del Estado es un
poder de derecho, el aspecto interno se convierte en un
12
elemento esencial de la teoría weberiana, siendo la dominación
racional-legal la forma predominante que asume el Estado en
las sociedades modernas.
Entre legitimidad y hegemonía comparten algo de su
sustancia: la idea de consenso.
Para Gramsci, más allá del carácter inherentemente
represivo del Estado, éste también está constituido por “el
conjunto de actividades prácticas y teóricas con las que la
clase dirigente justifica y perpetúa su dominación y
además logra obtener el consenso activo de los
gobernados” (Gramsci, 1999). Desde esta óptica, la clase
capitalista consigue ser a la vez dominante y hegemónica,
estructurando su primacía a partir de una compleja e inestable
articulación entre el ejercicio de violencia física y la persuasión
activa de los sectores subalternos. En Gramsci, el concepto
de <hegemonía> tiene sus parecidos con el de <legitimad>
por cuanto presupone indudablemente que el Estado que
logra ser hegemónico tiene en cuenta los intereses y las
tendencias de los grupos sobre los cuales se ejercerá sus
funciones.6
Finalmente podemos decir que a mayor transparencia y
participación (ciudadana en las políticas públicas), mayor
legitimidad, con lo cual ligamos gobierno abierto, con
fortalecimiento democrático, legitimidad y hegemonía.
Por gobierno abierto se entiende a la Administración Pública
informatizada, también llamado Gobiernos Electrónicos, “Nueva
Gorbenanza”, (en oposición a la Administración Pública
burocrática) etc.
Los Gobiernos Abiertos se basan en tres principios:
1) Transparencia en la forma de gestionar el patrimonio
público
2) Participación activa de los ciudadanos en las
propuestas y elaboraciones de leyes y políticas
públicas, en base a las redes que interconectan al
Gobierno con los ciudadanos.
3) Colaboración
entre
gobiernos,
ciudadanos,
comunidades, ONG´s, partidos políticos y empresas.
Según Gramsci, la hegemonía de un grupo social sobre toda la sociedad nacional es ejercida a través de las
llamadas organizaciones privadas, entre las cuales se destaca la iglesia, los sindicatos, las escuelas. A diferencia
de Marx, Gramsci no concibe a la sociedad civil como parte de la infraestructura, sino que la ubica en la
superestructura, como mediación entre la base económico-social y el Estado en sentido estricto (aparto represivo).
Estaría conformada por los organismos e instituciones responsables de la elaboración y/o difusión de la hegemonía
cultural y política de un grupo social fundamental, sobre el conjunto de la sociedad, ligando de forma subordinada a
sus diversos miembros a la clase dominante. A su vez, la sociedad política (momento coercitivo del Estado)
garantiza legalmente la disciplina de aquellos que no consienten ni activa ni pasivamente con dicha dirección. Ver
Hernán Ouviña. “El Estado: su abordaje desde una perspectiva teórica e histórica” En: Sara Lifszyc (comp).
Introducción al conocimiento de la sociedad y el Estado, Gran Aldea Editores, Buenos Aires, 2002
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Los Gobiernos abiertos o electrónicos (e goverment)
deben construirse en base a la soberanía tecnológica.
Obviamente no se producen por generación espontánea
son necesarios canales de diálogo permanente entre
niveles de gobierno y ñas ONG´s, el sector privado y los
ciudadanos.
Bibliografía
ABAL MEDINA, Juan y BARROETAVEÑA (1999), “El Estado” en Julio Pinto (ed.). Introducción a
la Ciencia Política, Eudeba, Buenos Aires pp. 139-176.
Bobbio Norberto et al., Diccionario de Política, Siglo XXI Editores. México.
1982.DI TELLA. T, CHUMBITA. H, GAMBA. S, GAJARDO.P (2001), Diccionario de Ciencias Sociales
y Políticas, Editorial Emecé, Buenos Aires.
GARCÍA LINERA, Álvaro (2010), “Conferencia magistral: La construcción del Estado”, Facultad
de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 9 de abril.
GRAMSCI, Antonio (1999), Cuadernos de la Cárcel, Tomo 5, Editorial Era.
MARX, Karl (1986), El Capital, Tomo 1, Volumen 1, Siglo XXI, México.
O’DONNELL, Guillermo. El Estado burocrático autoritario, 1982
OZSLAK, Oscar (1997), La Formación del Estado Argentino, Editorial Planeta, Buenos Aires.
Disponible en http://formardocente.com.ar/articulosnuevos/ozlak2.pdf
OUVIÑA, Hernán (2002), “El Estado: su abordaje desde una perspectiva teórica e
histórica” En: Sara Lifszyc (comp). Introducción al conocimiento de la sociedad y el
Estado, Gran Aldea Editores, Buenos Aires.
STRASSER, Carlos. El orden político…
WEBER, Max (1964), “Las formas de Legitimidad” en Economía y Sociedad, Fondo de Cultura
Económica,
disponible
en
http://www.fhuc.unl.edu.ar/sociologia/paginas/biblioteca/archivos/Weberdominacion.pdf
MATERIALES Y PROPUESTAS DIDÁCTICAS
Como actividad, se proponen los fragmentos de Poulantzas para ver el “fin” último del estado
capitalista desde una perspectiva no instrumentalista y que nos permite completar un poco la
concepción del Estado para el marxismo y relacionarlo también con Gramsci y el bloque
histórico.
Analicen los siguientes fragmentos y luego elaboren su respuesta
“Poulantzas sostiene que en la sociedad capitalista la contradicción económica esencial se
centra en el carácter cada vez más social de la producción, por una parte, y en la persistente
apropiación privada del producto excedente, por la otra. Esta contradicción presenta dos
amenazas complementarias a la reproducción del sistema como un todo.
Por un lado, la contradicción entre producción social y apropiación privada plantea la amenaza
de la unidad de la clase obrera, la que se torna potencialmente más fuerte a medida que se
profundiza la naturaleza social del proceso de producción y que eventualmente encierra la
posibilidad de la destrucción del propio capitalismo. Por el otro, esta contradicción plantea la
amenaza de la desunión de la clase capitalista que se nutre en la permanente apropiación
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privada y competitiva del excedente. Esta falta de unidad pone en peligro la capacidad de la
clase capitalista de contener las luchas de la clase obrera. El Estado desempeña el decisivo
papel de mediador de esta contradicción, de constituir el “factor de unidad en una formación
social” que funciona para contrarrestar las amenazas combinadas de unidad de la clase obrera y
desunión de la clase capitalista.
Poulantzas analiza esta función del Estado capitalista –promover la unidad en una formación
social- en base a su impacto sobre la clase obrera y la clase capitalista:
a) La clase obrera. El Estado cumple la función de atomizar a la clase obrera, de
desintegrar su unidad política mediante la transformación de los obreros en ciudadanos,
mientras, al mismo tiempo se representa a sí mismo como el interés integrado universal
del conjunto de la sociedad. Esto se materializa a través de las instituciones de la
democracia y la justicia burguesas, -las cuales crean una
apariencia de igualdad, juego limpio, procedimientos legítimos, etc- y a través de
diversos tipos de concesiones económicas efectuadas por el Estado que contribuyen a
convertir la lucha política del conjunto de la clase obrera en estrechas luchas grupales de
interés economicista libradas por segmentos particulares de esta clase.
b) La clase capitalista. El Estado cumple la función de garantizar los intereses a largo plazo
de esta clase en su conjunto. Poulantzas subraya que no se puede considerar a la
burguesía como una clase dominante homogénea que posee un interés de clase amplio
y sin ambigüedades. La burguesía es, en realidad, una clase altamente fraccionada, con
intereses divergentes tanto a nivel político como económico. Estas distintas fracciones
de clase se organizan en lo que Poulantzas –siguiendo a Gramsci- designa como el
‘bloque de poder’, coalición política bajo la dominación de una fracción hegemónica
particular. Sin embargo, tal bloque de poder es siempre precario y dispone de una
capacidad limitada para hacer valer aquellas concesiones a la clase obrera que son
necesarias para la estabilidad de los intereses a largo plazo del conjunto de la clase
capitalista. Por lo tanto, la única manera en que se pueden defender estos intereses es
mediante la autonomía relativa del Estado, a través de una estructura estatal capaz de
trascender los intereses locales, individualizados de capitalistas y fracciones de clase
capitalista específicos. Un Estado que fuese instrumento de una sola agrupación
capitalista sería totalmente incapaz de lograrlo.”
En: David A. Gold y otros. Recientes desarrollos en la teoría marxista del Estado
capitalista
a) ¿Cuál es para Poulantzas la contradicción esencial del sistema capitalista? ¿Qué
consecuencias produce esta contradicción respecto de la clase dominante y de la clase
obrera?
b) ¿De qué manera el Estado capitalista intenta mantener la “unidad” en una formación
económica social? ¿Qué funciones cumple el Estado hacia la clase obrera y hacia la clase
capitalista? ¿De qué forma las lleva a cabo?
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