82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:24 Página 82 23 A N I V E R S A R I O Oportunidad compartida Ganar el futuro Salvador Alemany, presidente de Abertis Ganar el futuro, su futuro, es una aspiración propia y consustancial para cualquier generación que alcanza su madurez tras años de preparación. Efectivamente hoy en nuestro país podemos tener esta sensación de relevo, de una generación, la de la transición, que está pasando el testigo a la siguiente, después de un período excepcionalmente largo al frente de la nave. Cierto o no, pues el relevo generacional es algo que acontece (nos acontece) permanentemente y sin solución de continuidad, parece que la significación de algunos de estos relevos son propicios a actualizar la visión sobre este futuro. Las circunstancias históricas de una crisis económica prolongada y de salida aún incierta, y una sociedad que, aún apostando por nuevos modelos de gobernanza supraregional, busca un equilibrio entre el sentido de pertenencia y autoafirmación (lo local) y la realidad de un mundo “plano” e interdependiente (lo global), son factores que enmarcan este relevo. No se trata tanto de anticipar respuestas concretas a los retos que esta nueva generación enfrenta, como de acertar en la formulación de las preguntas. Único modo de aproximar un buen diagnóstico de la realidad. Este “nuevo tiempo” que se abre ante nosotros viene marcado por la complejidad propia de una sociedad abierta, con costuras poco definidas. Significa que no hay certidumbres, que los contornos se diluyen y que estamos sometidos a un cuestionamiento cuasi permanente de aquello que damos por sentado. En palabras de un no muy lejano análisis de Javier Elzo y Ángel Castiñeira, vivimos en una sociedad que enfrenta “tiempos duros con valores blandos”. No blandos en el sentido de débiles, sino en el sentido de la tolerancia, pluralidad y aceptación de la diferencia del otro. Una sociedad en la que una cierta prevalencia del interés personal se impone al colectivo. Por ello uno de los retos de futuro pasaría por la conciliación de la autonomía y valores individuales, emergentes, con un protagonismo recuperado 82 El mensaje de renovación y confianza en el futuro de Felipe VI ha calado también entre la clase empresarial española. Afectada por la crisis desde que mostrara sus primeros síntomas, viene buscando desde entonces la salida a una situación económica que, si bien empieza a retroceder para dejar paso a las primeras señales de recuperación, requiere de soluciones que garanticen su sostenibilidad. Para ello, coinciden en señalar que la apuesta por el capital humano y tecnológico y la implicación de todos es la mejor receta para construir un futuro de progreso. de valores compartidos como la solidaridad, la responsabilidad y la cohesión social. Todo ello es susceptible de constituir un esquema, un marco de referencia, sobre el que construir una sociedad más abierta, en el que la diferencia –y su aceptación– no quede supeditada a una mal entendida igualdad y uniformidad que no debe nivelar por debajo. Es desde la diferencia, y la tolerancia que esta nos exige, que podremos construir una sociedad creativa y una economía innovadora y competitiva, y hacerlo de un modo sostenible. Algo que, al fin, requerirá un esfuerzo intergeneracional y unas buenas dosis de generosidad política. Manos a la obra Javier de Andrés, consejero delegado de Indra 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 Vivimos una época compleja en donde los desafíos son ingentes y las oportunidades se multiplican, pero también lo hacen las exigencias para competir. España puede responder a los nuevos retos, pero salir de la crisis en buenas condiciones exige esfuerzo y un cambio de mentalidad importante. Nuestro mundo funciona con nuevos paradigmas. Entenderlos y responder a sus requerimientos es la clave para nuestro éxito como país. Tenemos que aprender. Y lo primero es aprender de quienes han salido airosos de los embates de la crisis. Reflexionar acerca de ello nos hará entender hacia qué modelo productivo y de sociedad debemos avanzar. Los elementos clave que deben constituir el centro de nuestro proyecto de país post-crisis: la innovación, la educación, la reindustrialización y la internacionalización. En primer lugar, conseguir crecer de modo inteligente y sostenible será la consecuencia lógica de apostar por la innovación. Lo resumiría en un objetivo: más y mejor I+D+i. Por tanto, más inversión, pública y privada y, por supuesto, un uso más eficiente de los recursos. Y una innovación que se convierta en producto, que llegue al mercado y que estimule la demanda. Ello requiere rentabilizar la innovación y eso se hace captando y desarrollando un talento que pueda competir y producir en digital. Con ese fin, la educación de las nuevas generaciones, en todos los niveles de enseñanza, debe adaptarse más a las necesidades del mercado y nuestro talento, que lo tenemos, debe poder desarrollarse aquí y en el exterior, y en este último caso, mejor si lo hace de la mano de nuestras empresas internacionalizadas. Por otro lado, nuestro país será sostenible si hace más eficiente su modelo productivo. En este sentido, la política industrial debe apoyar a las empresas, especialmente, en lo que atañe a la transición a la economía digital, es decir, el paso de la industria tradicional a la fábrica digital. La apuesta por esa España sostenible se apoyará también en una estrategia para la reindustrialización del país, con apoyo de la iniciativa privada y la pública. La Agenda Digital o la Agenda para la Reindustrialización son avances, que tienen que concretarse en medidas realistas, con inversiones suficientes y programas de acción eficientes. Por último, a estas alturas todos somos conscientes de que un tejido productivo enclaustrado dentro de nuestras fronteras es inviable. Los esfuerzos de todo tipo serían inú- 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:24 Página 83 tiles si no se produce la necesaria internacionalización de las empresas españolas. Algunas han conseguido, no solo mantenerse, también expandirse en estos años. Es nuestro caso y el del sector tecnológico de alto valor añadido en su conjunto. Y precisamente porque creemos en el crecimiento inteligente y sostenible, en Indra somos optimistas y confiamos en un futuro de recuperación y éxito para España: tenemos que potenciar nuestras mejores capacidades y mejorar la cadena de valor de país. Podemos ser el país excelente que queremos y necesitamos ser. Manos a la obra. El satélite con factor de progreso Aquilino Antuña, director general de Quantis El final de la crisis se ha hecho esperar pero finalmente parece que ya está cerca. Falta saber cuál será el ritmo y velocidad de la recuperación y, lo que es más importante, el de creación de empleo. La crisis ha dejado no pocas secuelas. Han desaparecido muchas empresas, otras han quedado malheridas y, las menos han superado la prueba incluso creciendo. Si miramos hacia atrás, identificamos dos actitudes empresariales: la de quienes combatieron la crisis reduciendo gastos y actividad y la de los que optaron por buscar nuevos mercados para compensar la falta de actividad local. Un experiencia que, sin duda, será un valor añadido en el nuevo escenario post-crisis. En el ámbito de la administración pública, vemos que se ha trasquilado el estado del bienestar, desde la sanidad a la educación, desde la obra pública a la investigación. El poco dinero que había se ha destinado a pagar deudas y se ha producido un parón en el impulso de una sociedad más moderna y dinámica, cuyas consecuencias están por ver. De alguna manera, la creación de las infraestructuras que debe soportar la nueva sociedad digital ha sufrido un importante retraso que afecta al conjunto del país, tanto al ámbito público como al privado. En este contexto, el acceso a Internet es uno de los factores clave del progreso y no es baladí que en 2011 la ONU lo considerara un derecho fundamental de las personas. Si embargo, en España hay todavía más de medio millón de hogares que no disfrutan de este derecho, ciudadanos de segunda a su pesar. El resto lo disfruta de manera muy diversa, en función de que tenga cobertura de fibra, par de cobre o 3G/4G. La realidad es que sólo un 60% de los hogares españoles navega por encima de los 30Mbps, nominales, que no reales. La Ley 9/2014 General de Telecomunicaciones del 9 de mayo establece como objetivo lograr la universalización del acceso a Internet a 10 Mbps en 2017 y a 30Mbps en 2020, además de conseguir en dicho año que al menos el 50% de los hogares puedan disponer de acceso a servicios de velocidades superiores a 100 Mbps. Sin embargo, si no cambian las cosas, en 2020 seguirán existiendo hogares sin Internet porque hay lugares donde no resulta rentable para nadie ni “tirar” cable o fibra ni poner una estación 3G/4G. La solución está en un viejo conocido, el satélite, un satélite que hoy compite en precio y prestaciones con los accesos a Internet convencionales y que asegura la mejor cobertura en cualquier parte del territorio: solo basta ver el cielo. Un actor que ganará protagonismo en los próximo años y que, en los países en desarrollo, será el principal canal de acceso a Internet. Apertura de miras Ricardo Arroyo, director general DHL Freight Iberia Los últimos meses se han caracterizado por indicios económicos positivos. Espero y deseo que se materialice, esta vez sí, la deseada recuperación y que los nubarrones que se vislumbran en el centro de Europa desaparezcan. Necesitamos que las empresas y los empresarios vuelvan a creer en un porvenir más prometedor. Es necesario que se eleve la propensión al consumo, es decir, la demanda, para que dichas expectativas animen a la inversión por parte del tejido empresarial. La crisis nos ha devuelto a la senda de la competitividad. Nuestro país se ha vuelto más competitivo y buena muestra es el hecho de que grandes multinacionales industriales han vuelto a invertir en nuestro país. En estos momentos, hemos de abrir nuestras miras explotando nuestra posición geoestratégica con respecto al continente africano, así como el histórico nexo de unión con Latinoamérica. La actividad exportadora de las empresas españolas, que hace meses ha sido un auténtico motor para la economía, muestra cómo la mentalidad de los negocios de nuestro país está volviendo su mirada hacia la internacionalización, principalmente hacia los países de nuestro entorno europeo, pero también hacia otros destinos más lejanos, sobre todo en Asia y en América Latina, lo cual es sin duda un aspecto positivo y esperanzador. Sin embargo, existen aspectos no tan positivos que se deben evitar. Podemos decir que lo que realmente puede suponer una situación francamente negativa, es la posible fractura social debido a las diferentes corrientes independentistas que recorren nuestro territorio. La era de la transformación Leopoldo Boado, country manager de Oracle Ibérica Todo ocurre mucho más deprisa. En la última década, en la que nos hemos adentrado de lleno en la era digital, el viento ha cambiado de rumbo y, sobre todo, de velocidad. Hay un milenario proverbio chino que dice que “no puedes cambiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas”. Para España, ha llegado el momento de ajustar el velamen para adaptarse a una nueva era, la de la transformación digital. Y hay que hacerlo rápido, muy rápido, para eludir el riesgo de quedarse atrás en una regata en la que sólo manteniéndonos en los primeros puestos, conseguiremos garantizar la competitinº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 83 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:24 Página 84 23 A N I V E R S A R I O vidad del país y el bienestar de los ciudadanos. Hay algunos datos que dan vértigo: en 2012 había 9.000 millones de dispositivos conectados a internet y se espera que en 2020 sean 50.000 millones; el 90% de los datos que circulan por las redes y se almacenan en servidores y dispositivos se ha creado en los dos últimos años y se espera que se multipliquen por 50 en menos de una década; hay 6.000 millones de suscriptores de líneas móviles (el 87% de la población mundial) y el tráfico de datos móviles crece a un ritmo de casi el 80% anual. Empresas, instituciones, gobiernos… todos deben prepararse para la explosión digital. Estamos en una dinámica de tecnologías disruptivas –que transforman sustancialmente la forma en que se hacen las cosas– comparable en impacto social y económico al descubrimiento del fuego, la invención de la imprenta, el uso de la máquina de vapor o el desarrollo de las redes eléctricas. En este contexto, hay que cambiarlo todo. Desde los planteamientos de nuestro sistema educativo (nuestros hijos ocuparán puestos de trabajo y desarrollarán profesiones que hoy en día no existen y que no somos aún capaces de imaginar) a los sistemas de gestión de las empresas, pasando por los procesos de atención ciudadana y de administración pública. En el plano tecnológico hay cinco tendencias que todos los que tienen responsabilidades de gestión en empresas y gobiernos deben tener en cuenta. Estas tendencias son: En primer lugar, Big Data, o el aprovechamiento máximo de los datos que se generan en empresas, instituciones, dispositivos móviles, redes sociales, etc. En segundo, movilidad, asegurando que todo tipo de datos y aplicaciones están disponibles y accesibles en entornos y dispositivos móviles. En tercer lugar, Customer Experience, o la utilización de herramientas tecnológicas para mejorar la satisfacción de clientes y usuarios de servicios. En cuarto, el “Internet de las cosas”, aprovechando la capacidad de cientos de miles de dispositivos y objetos que se comunican y transfieren datos a través de las redes. Por último, el Cloud, o la nube, como modelo de gestión de las tecnologías más eficiente y avanzado. Para asegurar que toda nuestra propuesta 84 tecnológica responde a estas nuevas realidades, en Oracle invertimos el 13% de nuestros ingresos anuales en I+D+i y, de hecho, desde 2004 hemos dedicado más de 29.000 millones de dólares a este concepto. También hemos adquirido más de 100 empresas, invirtiendo en este concepto 56.000 millones de dólares. Así hemos podido plantear al mercado una propuesta tecnológica muy avanzada y acorde a las demandas de los nuevos tiempos. La realidad de cada tiempo José Cerdán, CEO de Acens Señalaba el rey Felipe VI en su discurso de proclamación en las Cortes que “nuestra historia nos enseña que los grandes avances de España se han producido cuando hemos evolucionado y nos hemos adaptado a la realidad de cada tiempo”. Una máxima que aplica también al mundo empresarial y tecnológico, donde gracias a las últimas tecnologías, los usuarios, emprendedores y empresas transforman sus casas en hogares digitales y en empresas conectadas para hacer negocios, crear contenidos y compartirlos. Un 70% de hogares conectados, 11 millones de e-consumidores, un 72% de empresas con presencia web, una de cada cuatro compras que hace una compañía es por internet, 192 millones de dispositivos conectados en 2017… Esta nueva sociedad digital interconectada demanda productos y servicios intuitivos, fáciles de usar, que resuelvan sus necesidades –preferiblemente pagando lo justo– y que no requieran un gran conocimiento tecnológico. Hace dos décadas la popularización de internet supuso un gran salto; hace una década la irrupción de la movilidad y de los dispositivos inteligentes dieron pie a otro salto cualitativo. Hoy, mirando hacia la próxima década, la llamada nube se vislumbra como esa nueva fase de gran avance y evolución a las que aludía Felipe VI. Y lo es, no por- 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 que sea una moda pasajera, sino porque el modelo cloud permite mejorar los procesos de negocio, probar nuevas metodologías de trabajo, incrementar los canales de venta, mejorar márgenes, reducir los costes operativos, consumir contenidos de una forma ubicua y rentabilizar mejor las inversiones. En este contexto económico de restricciones presupuestarias y consumo contraído, con un incremento exponencial de gente emprendiendo con su negocio, es donde los servicios de infraestructura en la nube, como los que ofrecemos desde Acens, conforman ese cimiento tecnológico que muchas veces no vemos, pero que sabemos que es crítico para levantar nuevos proyectos y para el funcionamiento del ecosistema empresarial. El camino hacia lo que queremos ser Gian Luigi Cervesato, director general de Japan Tobacco International Iberia En los últimos años la palabra crisis ha alcanzado todos los rincones posibles. Ha habido, sucesiva y solapadamente, crisis financiera, económica, política e institucional, con la consiguiente erosión del sistema que todo ello supone. Hoy, partiendo de la premisa de que toda crisis debe llevarnos a la reflexión y consiguiente cambio, es el momento de profundizar en lo que esta crisis nos ha dejado e iniciar, efectivamente, un tiempo nuevo. A raíz de dicha coyuntura económica, tan complicada para todos los sectores de la sociedad, el país se ha enfrentado en estos últimos años a una contracción del mercado sin precedentes en nuestro pasado más reciente. Sin embargo, movida por esta circunstancia, España ha encontrado el camino hacia la competitividad y el buen hacer empresarial. Hoy por hoy, España es un país más fuerte y más competitivo con una sociedad más madura y más consciente del valor del dinero, con todo lo que esto conlleva. Estamos pues ante un cambio que nos permitirá avanzar con paso seguro hacia un futuro sólido y sostenible. 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:24 Página 85 Así, en este tiempo nuevo hemos de apostar por un modelo económico y empresarial comprometido y responsable, con un enfoque de mejora continua que consolide la competitividad y que a su vez permita la generación de riqueza y la cohesión del tejido social. Como director general de una compañía donde convergen de manera muy singular la tradición japonesa y la perspectiva global, estoy convencido de que si bien no hay una única fórmula para desenvolvernos con soltura en este tiempo nuevo, el equilibrio entre las relaciones económicas y sociales, la visión a largo plazo y la apuesta por la calidad serán nuestros mejores compañeros de viaje. Diagnóstico certero y estrategia adecuada Luis Eduardo Cortés, presidente ejecutivo de Ifema Asistimos a un momento de profundos cambios en la esfera política, económica y social, en un contexto en el que el impacto de las nuevas tecnologías y de la realidad globalizadora ha tenido un peso determinante en la nueva situación mundial y, también, española. Nunca antes en la historia se ha dado un periodo que conociera tan alto grado de desarrollo e innovación técnica, ni tan amplio acceso al conocimiento, a la información y a la riqueza. Parecería lógico que todos estos avances estuvieran al servicio de los grandes problemas que viven las sociedades, sin embargo, y paradójicamente, están sirviendo para acentuar las desigualdades, las carencias, y la desafección por todo lo que hasta ahora formaba parte del ordenamiento de la vida política y social. Una situación que incluso ha removido los cimientos de lo que siempre hemos conocido como valores éticos y morales. Ante esta realidad, se hace imprescindible no solo hacer un diagnóstico certero de las realidades sociales emergentes, sino también implementar estrategias adecuadas para hacer frente a los nuevos retos hacia los que los poderes políticos y las fuerzas sociales deben alinearse. En España, esta situación se ha visto acentuada durante estos últimos años de crisis, en los que las diferencias han profundizado, el empleo se ha deteriorado, las empresas han perdido capacidad, y el respeto al Estado de Derecho como garante de un sistema democrático se ha visto vulnerado. En este marco, y con el horizonte puesto en los meses venideros, nada podría suponer más un enorme retroceso para la consolidación de la recuperación que comienza a ver la luz, que la irrupción de políticas populistas e intervencionistas que no harían más que hacer retroceder a España todos estos años de democracia, y lanzar al país a una pérdida de liderazgo y competitividad. Por este motivo, y ante el mapa que dibuja la situación actual en nuestro país, parece el camino más acertado profundizar en las reformas iniciadas para consolidar la recuperación, y en políticas que se orienten hacia la unidad entre los distintos territorios; una mayor transparencia que recupere la confianza, y una visión liberal de la economía capaz de propiciar la creación de empresas, empleo y riqueza en un entorno de estabilidad y mejora social. Una práctica en la que comunidades como la de Madrid, ha realizado un importante esfuerzo a lo largo de las dos últimas décadas, alzándose hoy con las mayores tasas de crecimiento, y propiciando el desarrollo de proyectos y entidades que han contribuido sustancialmente a situarla en el mapa internacional, como entre otras muchas, la que tengo la satisfacción de presidir, Ifema, que hoy es uno de los grandes dinamizadores y motores económicos del país. Talento humano Newton Freire, director general de Diageo España y Portugal En este nuevo tiempo veo a España consolidándose como la referencia de la hostelería en el mundo y a Diageo como una organización que apoya fielmente al desarrollo de nuestra comunidad y del sector. Somos una multinacional británica presente en el país desde hace décadas con el objetivo de desarrollar marcas que nos permitan brindar experiencias únicas para acompañar la celebración de nuestros consumidores. Por eso, para nosotros España no puede entenderse sin la vitalidad de su gente y su cultura de celebración, que convierte a la hostelería en una de las señas de identidad más admiradas del planeta. Hoy existen más de 300.000 establecimientos repartidos por toda la geografía del país y más de 1.300.000 personas entre camareros, bartenders y distintos profesionales de la hostelería que nos acompañan en esta misión. La hostelería es una red cada vez más profesionalizada que permite a nuestras marcas estar presente en sus espacios durante los principales momentos de celebración. Somos el tercer destino turístico del mundo y las cifras demuestran que es una oportunidad económica que debemos impulsar responsablemente para continuar siendo atractivos. El turismo de calidad y el sector de servicios son áreas que ayudan a crear la marca de un país. Pero no solo hemos logrado tener más turistas sino que estamos consiguiendo que los que llegan se dejen cada vez más recursos. Las personas que nos visitan están dejando en promedio 110€ por persona y día, contribuyendo directamente a la generación de empleos. Desde Diageo, nuestra clave para el desarrollo fructífero de esas experiencias que les brindamos a nuestros clientes y consumidores radica en un excepcional talento humano con el que cuenta la organización en España. Somos más de 300 personas a nivel nacional que aportamos día a día la experiencia y trabajo necesarios para el crecimiento de la hostelería a través de nuestras marcas, donde destacan las que participan en el segmento de lujo, presentando propuestas innovadoras de manera constante para sorprender al consumidor nacional y a los que nos visitan para celebrar la cultura española cada año. Para nosotros, impulsar la hostelería también significa apoyar las distintas iniciativas relacionadas con el consumo responsable de alcohol, propio de una vida mediterránea caracterizada por ser social, rodeados de familiares y amigos en bares, nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 85 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:25 Página 86 23 A N I V E R S A R I O restaurantes y los distintos espacios de entretenimiento que ofrece la hostelería en España. En este sentido, desde Diageo invertimos en campañas de concienciación y formación a través de las iniciativas que lleva adelante la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) y la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS) de la que tengo el honor de ser presidente. Los consumos abusivos o indebidos de todo tipo de alcohol deben merecer el mayor de los rechazos. Algunas de nuestras iniciativas son el programa de formación a profesionales de la hostelería “Tú sirves, tú decides”, impulsado por FEBE donde hemos impactado a más de 5,800 personas desde el año 2004, y el proyecto Alba, ejecutado por FAS desde 2001, que ya ha alcanzado la cifra de 1.826.801 escolares en los que invertimos en educación y prevención. Estamos comprometidos a seguir invirtiendo en la creación de una cultura de consumo responsable a través de la formación, contribuyendo así a la generación del conocimiento adecuado para apoyar el crecimiento de España en el mundo de la hostelería. Por otro lado, continuaremos apoyando el desarrollo de nuestras marcas para seguir impulsando las experiencias únicas que ofrece nuestro reconocido portafolio, incluyendo nuestro compromiso con la innovación en el segmento de lujo, brindando soluciones para todas las necesidades del mercado. Felipe VI, la nueva España Ignacio S. Galán, presidente de Iberdrola La proclamación de Felipe VI como Rey de España ha nacido marcada por la normalidad democrática y la estabilidad institucional en el proceso de sucesión en la Jefatura del Estado. Esa normalidad en el funcionamiento de la Monarquía parlamentaria merece ser muy destacada, porque es a partir de ella desde la que se van a poder 86 afrontar con garantías de éxito las transformaciones y los nuevos tiempos a los que se refería el Rey Don Felipe en su discurso de proclamación. Este nuevo impulso exige dar respuestas a los desafíos del siglo XXI y apostar, como lo ha hecho Felipe VI en su primer mensaje como Rey de España, por las nuevas tecnologías, la ciencia, la investigación, la innovación y la iniciativa empresarial como motores del desarrollo, el crecimiento y la creación de empleo. Esa revitalización pasa necesariamente por situar en el centro de la actuación de los poderes públicos los valores de la ética, la honestidad y la transparencia, para que la ejemplaridad de las instituciones y de los representantes políticos se traslade al conjunto de los ciudadanos y a todas las capas de la sociedad. La independencia de la Corona y su función mediadora e integradora de voluntades y sensibilidades diversas, constituyen un factor clave para acometer una etapa de regeneración que consolide todos los avances logrados por España en las últimas décadas, su papel como actor relevante en el escenario global y su pujanza como una de las economías más abiertas e internacionalizadas del mundo. Los Reyes inician su reinado en el momento en el que España empieza a dejar atrás la crisis económica más profunda de su historia reciente. A pesar de los desequilibrios macroeconómicos que aún persisten, en particular la elevada tasa de desempleo, la economía española está consolidando un cambio de tendencia a positivo fruto del efecto de las reformas estructurales acometidas que han sentado las bases para una nueva fase de crecimiento. España ha recuperado la confianza de los mercados y vuelve a ser percibida como un país de oportunidades, tal y como revela nuestra posición de liderazgo europeo como receptores de inversión extranjera directa. El rey Felipe y la reina Letizia reúnen las condiciones y cualidades para desempeñar eficazmente las funciones que les atribuyen la Constitución y las leyes e inaugurar una nueva etapa de transformación de la que saldremos reforzados como un país más abierto, más competitivo y con mayor peso internacional. 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 Construir en el presente para avanzar en el futuro María Garaña, presidenta de Microsoft Ibérica Oportunidad y transformación son las dos palabras con las que podríamos describir el momento actual. Sin duda nos encontramos en una situación clave en la que todos los agentes –tanto del entorno público como del privado– debemos unir esfuerzos con el objetivo de propiciar una aceleración competitiva completa. Desde la perspectiva económica y ante los primeros signos de recuperación, debemos seguir impulsando acciones dirigidas a que el entramado empresarial, emprendedores y especialmente las pymes mejoren su capacidad competitiva. En este marco, la tecnología es una de las palancas más importantes para que esto sea posible. Favorecer que las empresas sean más productivas y eficientes, ahorren costes y mejoren su capacidad de respuesta y su relación con sus clientes, es uno de nuestros principales objetivos. El compromiso de Microsoft como compañía y el mío como presidenta de la compañía en España es el de continuar apostando e impulsando esta transformación y ayudar a las organizaciones españolas a adoptar las herramientas tecnológicas necesarias para competir mejor en el mercado global. Pensar en una nueva etapa y en un proceso de transformación efectivo pasa por la empleabilidad. Con una tasa que ronda el 25% de desempleo, impulsar una formación de calidad, favorecer las oportunidades de empleo y la competitividad laboral de las personas es más que nunca una máxima. Una sociedad de cambio necesita personas cualificadas que pongan en marcha iniciativas pioneras y que en tiempos complejos sean capaces de arriesgar e innovar. Como uno de los empleadores más valorados del sector de la tecnología en España (181.000 empleos en nuestro país están relacionados 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:26 Página 87 directamente con Microsoft, lo que supone el 63% de la industria local de software) forma parte de nuestro ADN acercar el mayor número de oportunidades al sector educativo y startups y nuevos emprendedores pero también a colectivos en riesgo de exclusión. Desde Microsoft Ibérica queríamos aprovechar esta oportunidad para transmitir nuestras felicitaciones a todo el equipo del semanario EL SIGLO DE EUROPA por sus 23 años de andadura en España además de desear un largo y fructífero camino todavía por recorrer. Una reflexión bajo la óptica del mundo de los negocios Carlos García-Reig, presidente y director general de NCR España España se renueva, no hay duda. Se renueva en lo institucional, en lo económico, en lo social. 2014 será recordado como el año de la abdicación del rey D. Juan Carlos I y también por la desaparición de protagonistas clave de la historia económica de España como D. Emilio Botín y D. Isidoro Alvarez. Renovarse o morir. No es un eslogan, es una realidad. Así lo afirmamos desde una empresa global como NCR, con presencia en 180 países, que este mismo año celebra sus 130 años de existencia y que ha requerido, en todo este tiempo, de muchas renovaciones y reinvenciones. Esto es en realidad un proceso continuo. Este nuevo tiempo deparará nuevas realidades sociales, la transformación de instituciones y empresas para hacerlas más cercanas a ciudadanos, clientes y consumidores. Nuevos tiempos que requerirán de una mayor agilidad en las respuestas a los retos planteados por ciudadanos cada vez más digitales y socialmente más activos. Este nuevo escenario presenta, como casi siempre, un conjunto de retos y oportunidades para todos, particulares, empresas e instituciones, que se traducirán en un dife- rente entorno de actividad y que impulsará un cambio de imagen en España tal y como la conocemos en la actualidad. Desde un punto de vista económico creemos que la evolución del país es positiva y que podemos y debemos ser optimistas en la salida de la crisis, siempre con todas las cautelas impuestas por el entorno europeo del que formamos parte. Si España sigue demostrando un alto grado de madurez, el año 2015 y sucesivos serán recordados como los del resurgimiento del país a partir del nuevo tiempo que se abre paso y del protagonismo de las nuevas generaciones. Historia compartida Francisco Gil-Ortega, presidente de Enresa La modernización y avance de la sociedad española de los que felizmente ha sido eco y testigo EL SIGLO durante los últimos 23 años supone una realidad incontestable. Los duros embates y consecuencias de una crisis económica sin precedentes que hoy remontamos no deben ni pueden empañarlos. La transformación de España, fruto del empuje y el dinamismo de nuestra sociedad, ha ofrecido una etapa de progreso que hoy afronta un nuevo tiempo. El mismo al que explícitamente hizo referencia el Rey Felipe VI durante su primer discurso como monarca ante las Cortes Generales. Enresa, casi de forma pareja a la vida de EL SIGLO desde que en 1984 el Parlamento decidió crear la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, no ha hecho otra cosa que servir de forma segura y eficaz a la sociedad mediante la recogida, transporte, tratamiento, almacenamiento y control de los residuos radiactivos generados en España, el desmantelamiento de instalaciones nucleares y radiactivas en desuso, y su restauración ambiental junto a la de las minas de uranio. Una esencial tarea de Estado que ha demostrado la competencia del personal que la garantiza a diario, además de suponer un modelo de referencia internacional. La nueva España que viene seguirá contando con Enresa y su actividad, la que garantiza un futuro seguro de protección a las personas y al medio ambiente en las coordenadas que nos marcan los representantes de todos los españoles en los sucesivos Planes Generales de Residuos Radiactivos. Por ello alumbramos hoy el crucial Almacén Temporal Centralizado (ATC) y su Centro Tecnológico Asociado en Villar de Cañas (Castilla-La Mancha), el que albergará el combustible gastado de las centrales nucleares y los residuos de alta actividad que se producen en nuestro país. Un compromiso con España que Enresa también plasma mediante los proyectos de I+D, dotados hasta el momento con unos 160 millones de euros y emprendidos en colaboración con grupos de investigación de empresas y universidades. Así, siempre desde la transparencia, Enresa seguirá acompañando, formando parte y siendo apoyo de la nueva sociedad que conformamos a diario todos los españoles. Renovado optimismo Emiliano González, director general de MSC Cruceros Tras unos años difíciles, cada día son más los indicadores que apuntan a una paulatina recuperación de la economía española. Además de los datos macroeconómicos, en este 2014 estamos constatando una evolución positiva del número de consultas, peticiones de información y reservas en comparación con el año anterior, lo que nos confirma que la confianza de los consumidores se está recuperando. Por todo ello y porque forma parte de nuestro ADN empresarial, en MSC Cruceros afrontamos el presente y el futuro inmediato con renovadas dosis de entusiasmo y con total convencimiento de que tenemos el producto necesario (flota, itinerarios, servicios, etc.) para atraer y satisfacer a unos viajeros españoles que con la crisis se han vuelto mucho más exigentes a todos los niveles. nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 87 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:26 Página 88 23 A N I V E R S A R I O Los desafíos del rey Carlos Guembe, director general de Schindler España España está en una encrucijada de caminos donde tiene que definir muchas cosas, todas muy importantes, y todas enormemente complejas. Y aquí es donde el Rey Felipe VI tiene que convertirse en figura capital, por supuesto dentro de los límites de la Constitución, pero usando esos límites hasta los mismos bordes de manera valiente y proactiva. Los desafíos que se presentan son de diversa índole y, sin que el orden signifique importancia de cada uno, se resumen en tres puntos principales. En primer lugar, la enorme deriva moral y ética que envuelve a toda la sociedad. Una sociedad sin valores está condenada a la anarquía y a su desintegración y ese es el camino que llevamos. La corrupción y la falta generalizada de ética en los estamentos dirigentes, sean políticos o empresariales, unido a la desastrosa situación de la educación tanto académica como cívica, han conducido a una situación límite de la que es imperioso salir cuanto antes. En segundo, la cuestión catalana. Probablemente como una de las consecuencias de lo anterior, ha surgido en un muy corto espacio de tiempo. Este desafío soberanista a todo el orden establecido en la Constitución, que analizado de forma racional no tiene el más mínimo soporte. Por supuesto que una parte de los habitantes de Cataluña, o de Cartagena, puede soñar con constituirse en una república independiente, pero al vivir en el siglo XXI, y no en la Edad Media donde lo que mandaban eran las armas, debe encauzar ese deseo en el marco de la Constitución democrática y si no lo consigue toca aguantarse y punto. También los simpatizantes de un partido político cuando no gobiernan tienen que aguantarse con el programa del que gobierna, y no argüir un “derecho a decidir” que no me gusta lo vigente y quiero cambiarlo porque a mí me apetece. Se ha producido ya una fractura donde no gana nadie, y solo una vuelta a los valores básicos y al respecto a la ley lo podrá arreglar. 88 En último lugar, la falta de sentido de Estado. Es desolador ver como los partidos políticos rotan, en cualquier nivel desde el parlamento hasta el municipio más pequeño, sistemáticamente en contra de lo que propone el otro, sobre todo si está en el poder. Es terriblemente desilusionante ver alianzas de partidos totalmente heterogéneos, con programas opuestos, unidos solamente para impedir que otro gobierne. Es una perversión de la democracia y un fraude a los votantes. Hay muchos países donde los intereses de la nación están por encima de los de los partidos, y se establecen acuerdos duraderos en el tiempo más allá de los periodos de gobierno, para eliminar esas cuestiones de las batallas electorales y que se apliquen independientemente de quien sea el partido al frente. En resumen, España, con unas condiciones idóneas para ser un actor principal en el mundo, y aquí voy a mencionar solo una que es la enorme calidad del español en su trabajo, con un compromiso y empeño inigualables, puede perder la posición y convertirse en un gran parque de atracciones para los turistas, pero no en la potencia económica y social que le corresponde. Ojalá el Rey Felipe VI sepa jugar su papel, porque desde luego sin un árbitro esto no se consigue. Arrimar el hombro Julio Hernández, director general de Eurodeal “Están cambiando los tiempos...”. Así empezaba una letra del cantautor Luis Pastor de finales de los años setenta. Hablaba de ilusión, de renovación, de dejar atrás sombras y pesadumbres; pero también hacía un llamamiento a la acción y a encarar con decisión las dificultades que, con seguridad, se avecinaban. Pues bien, ese mensaje está plenamente vigente en la España de hoy en día, 27 años después. Se habla de un tiempo nuevo en todos los ámbitos, en política, en el terreno social y en lo económico. 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 En lo circunscrito a lo estatal, el factor determinante es un fuerte desencanto hacia toda la clase política (ganado a pulso) que se ha traducido en un voto de castigo y la irrupción en el espectro de fuerzas de nuevos partidos que pueden dar un vuelco a la manera de entender y hacer hasta ahora todo lo relativo a la gestión pública. Las circunstancias no han sido en absoluto favorables pero bien es verdad que nuestros dirigentes (a lo largo de estos últimos siete años de crisis) se han mostrado torpes, poco resolutivos y nada imaginativos a la hora de encarar con valentía y determinación la puesta en marcha de medidas para afrontar y superar ese entorno global tan adverso. En el terreno económico nos movemos en plena incertidumbre. Se exageran los indicios que apuntan hacia una recuperación pero la realidad es muy obstinada y nos dice que a pesar del relevante papel reanimador que están ejerciendo los Bancos Centrales, las economías de la Eurozona peligran con entrar de nuevo en recesión y en nuestro país no se crece lo suficiente como para hacer que resurja un tejido empresarial (pymes) seriamente dañado y, como consecuencia, poner las bases para reactivar un mercado laboral que sigue bajo situación crítica en la UVI. Pero dicho todo esto, el principal ingrediente para salir de esta situación no son ni las medidas técnicas ni los ambiciosos planes. Es fundamental una regeneración ética y una recuperación de una serie de valores ahora en desuso –trabajo, esfuerzo, constancia, solidaridad, etc– sobre los que se vertebre el proyecto y la acción de futuro. Citando una frase de Javier Fernández Aguado, “la ética –la decencia– no es un opcional, es un elemento imprescindible para salir del pozo en el que nos encontramos”. Todos esperamos de este nuevo tiempo que alumbre una España que sea capaz de ofrecer un futuro de oportunidades para los más jóvenes; que apueste por reducir las desigualdades sociales; que tenga su prioridad en el progreso económico y el crecimiento personal de todos sus ciudadanos; y que, preservando los principios del Estado del Bienestar, busque y promueva espacios para la integración, la aceptación de lo diferente y el bien común compartido. Eso sí, no es una labor a delegar en nues- 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:26 Página 89 tros representantes y luego olvidarnos de ella. En esa tarea todos tenemos la obligación de arrimar el hombro. vertebradores del tejido social, y como defensores de una conducta ética en la gestión. Tenemos los recursos, el talento y la capacidad de seguir construyendo entre todos un país mejor. No lo desaprovechemos. Una España renovada para un tiempo Compromiso, nuevo confianza e ilusión Antonio Huertas, presidente de Mapfre Francisco Ivorra, presidente de Asisa Si hace 40 años les hubieran preguntado a los españoles cómo estaría nuestro país en 2014, estoy seguro que los pronósticos hubieran sido más sombríos que la realidad resultante. De igual manera, si en 2006, justo antes del estallido de la Gran Recesión, les hubieran consultado a nuestros compatriotas cómo veían el país en 2014, probablemente pocos habrían sido capaces de anticipar los duros años que nos ha tocado vivir. De todo ello podemos extraer conclusiones. La primera, que tenemos que sentirnos profundamente orgullosos del enorme desarrollo social y económico que el país ha experimentado durante estas últimas décadas. La segunda, que debemos aprender de los errores cometidos, e introducir las correcciones a nuestro sistema de convivencia que nos permitan en el futuro prevenir los excesos pasados. España en 2014 se enfrenta a una serie de desafíos de diferente calado a los que debemos dar respuesta. Muchos ciudadanos están lógicamente desencantados, y demandan de nuestra clase dirigente una renovación de actitudes, mensajes y conductas, que cristalice en una nueva arquitectura institucional más sólida, transparente y adaptada a las necesidades de la sociedad española del siglo XXI. Debemos avanzar en el proceso de reformas aunque sin olvidar lo logrado hasta ahora. La reciente sucesión en el trono, organizada sin sobresaltos en cuestión de tan solo unos días, es una muestra de la estabilidad institucional alcanzada por nuestro país. Las empresas, asimismo, pueden y deben contribuir a articular ese tiempo nuevo, como motores del crecimiento económico, como La crisis económica, política, social e institucional que sufrimos ha provocado un cambio irreversible en la sociedad española. Los últimos años han puesto de manifiesto, por un lado, que el modelo de éxito que nació en la Transición se ha agotado tras prestar un servicio impagable a la modernización de nuestro país y, por otro, que el desarrollo de nuevas estructuras y formas de articular nuestra convivencia es imprescindible para superar las dificultades y recuperar la senda del crecimiento y la prosperidad. Recientemente, Felipe VI apelaba a la energía, ilusión, espíritu abierto y renovador de una España unidad y diversa como líneas maestras de la hoja de ruta que deberá seguir nuestro país. Sin embargo, hacía muchas décadas que una parte de la ciudadanía no mostraba tanto desapego, cuando no desdén y rechazo, hacia unas instituciones que sienten que no les representan y, lo que es incluso peor, que no están a la altura de los retos a los que tenemos que hacer frente. La renovación de las elites y la adecuación de nuestras instituciones a las demandas sociales no es suficiente en nuestro proyecto de futuro. Necesitamos un nuevo modelo productivo capaz de retener el talento, especialmente en nuestros jóvenes, que apueste “descaradamente” por la innovación y la ciencia, respetuoso con el medio ambiente y que fomente e impulse la colaboración del sector público y privado como fórmula de crecimiento sostenible, de transformación y liderazgo socioeconómico. Winston Churchill decía que era optimista porque no le parecía útil ser cualquier otra cosa. Seamos optimistas. Una encuesta recientemente publicada y realizada entre 200.000 trabajadores cualificados en busca de empleo en 189 países, sitúa a España como el octavo país del mundo preferido para trabajar y Madrid y Barcelona son la quinta y séptima ciudades en esa misma clasificación. Podría ser sólo un dato, una nota a pie de página, pero demuestra nuestro potencial para dibujar un futuro brillante. Depende de nosotros, de que no nos equivoquemos en las decisiones que debemos tomar, de nuestra capacidad para recuperar la confianza, generar el compromiso y la ilusión necesaria en nuestro proyecto común. Valor para tomar las riendas Juan Jordano, presidente del Grupo Eulen Si salir de España, buscando mercados exteriores, es la primera recomendación estratégica que se hace a nuestras empresas para asegurar su futuro, nos estamos contestando a la pregunta sobre que esperamos del nuevo tiempo que se abre para España. El peso de la crisis que arrancó en verano de 2007 nos ha ido contrayendo como un muelle hasta los niveles actuales, de forma rápida al principio y lenta o estable últimamente. Pero aquí estamos, contraídos por el peso de todo lo nuevo sobrevenido en estos años. Por un lado, un desempleo inquietante por lo que tiene de estructural, dados los efectos combinados de la vieja industrialización, más la nueva digitalización, más la incipiente robotización y, todo ello, dentro del caldo de cultivo de una globalización irreversible. La consecuencia no es otra que la reducción de la oferta de trabajo, superada por una demanda que se amplía por factores sociales, que encuentra como única salida la bajada de las rentas del trabajo. Por otro, una deuda que puede haber sobrepasado el listón de la posibilidad real de remisión, dada la incapacidad de alterar el modelo presupuestario, que encuentra como única salida la presión impositiva a las rentas personales hasta límites confiscatorios que van expulsando las iniciativas. nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 89 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:26 Página 90 23 A N I V E R S A R I O Además, una demanda interna necesariamente constreñida por los dos factores anteriores. Por último, un entorno próximo, que se encuentra inmerso con el mismo problema en más o menos grado. Siento pensar que no es un buen panorama para nuestro entorno económico y social, en el que se están acumulando demasiadas contradicciones: empobrecimiento de las clases medias, descenso de natalidad por debajo de tasa de reposición, corrientes migratorias incontroladas e incontenibles, progresiva fragmentación cultural de las sociedades, avance del descrédito de las instituciones y de sus representantes, etc. Y cuando un sistema acumula contradicciones, solo puede encontrar su salida buscando nuevos paradigmas. La cuestión es qué profundidad de cambio traerán los nuevos paradigmas que sin duda emergerán. ¿Acaso una serie de cambios secundarios pausados capaces de conformar paulatinas adaptaciones a nuestros modelos económicos y sociales? ¿O acaso una serie de cambios fundamentales y rápidos capaces de conformar una nueva era histórica? No puedo saberlo, pero albergo pocas dudas acerca de que España está en una posición de cierta avanzadilla respecto a esos cambios paradigmáticos que se avecinan. Tenemos la oportunidad de ser valientes, creadores, inteligentes, pioneros, como tantas veces ha demostrado este país tomando las riendas de su historia. De lo contrario, de ser temerosos, destructivos, necios, rezagados, nos deslizaremos por el azar de los acontecimientos a donde estos nos lleven. Tecnología e innovación Pedro Larrea, presidente ejecutivo de Grupo FerroAtlántica La recuperación económica es el primer síntoma de un nuevo tiempo en el que España debe reconquistar la posición que merece como país industrial que es. Contamos con empresas industriales pioneras, tecnológicamente 90 punteras y líderes mundiales en su sector. Y esa posición de liderazgo se ha logrado con un desarrollo tecnológico propio, con inversiones en el adecuado mantenimiento de las instalaciones y con operaciones eficientes en costes y en rendimientos técnicos. Gracias a estos factores, las fábricas españolas consiguen las mejores ratios de eficiencia, productividad y rendimiento energético en sectores muy diversos, incluido el que mejor conozco, la metalurgia. Lamentablemente, el peso de las industrias españolas en el PIB ha bajado en los últimos años, aunque se ha demostrado que la industria es el sector que mejor paga, quien mejor soporta la crisis y quien proporciona más actividad inducida a su alrededor. El sector privado y la administración pública deben trabajar juntos para reconducir una situación que, en los últimos años, ha generado efectos negativos sobre la producción y el empleo. Y en este momento de recuperación de la confianza y el optimismo, creemos que la estrategia de las empresas españolas se debe seguir basando en mantener una cartera de proyectos de crecimiento en todo el mundo y en la innovación tecnológica para maximizar los beneficios. Tecnología e innovación, por tanto, son claves para mantener una posición puntera de la industria española en el panorama internacional. En este sentido, hemos participado en la reciente iniciativa emprendida por el Gobierno de elaborar una agenda para el fortalecimiento del sector industrial. Y celebramos también el incremento para 2015 de la partida presupuestaria destinada a reconversión e industrialización. Creemos que ambas medidas son necesarias para regenerar la actividad productiva y prevenir, por ejemplo, la deslocalización de los centros. Pero no olvidemos el factor de la energía: insistimos en la necesidad de tener un suministro a un precio competitivo, a un nivel equiparable al que disfrutan países de nuestro entorno. Agradecemos desde aquí los esfuerzos de la Administración por mantener una posición de diálogo con la industria electrointensiva. Los grandes consumidores de energía –con Grupo FerroAtlántica a la cabeza– seguiremos trabajando, conjuntamente con los poderes públicos para avanzar hacia un esquema tarifario más acorde con la realidad de la industria española. 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 Una nueva generación para un tiempo nuevo José Luis López de Silanes, presidente de CLH España está viviendo un periodo de transformaciones políticas y económicas, cuyo efecto se está dejando notar ya en la sociedad y cuya influencia será decisiva en los próximos años. Estos acontecimientos, que se han sucedido de forma muy rápida, deben ser interpretados como una oportunidad de mejora y renovación para nuestro país. Uno de los cambios más importantes ha sido la aparición de una nueva generación de jóvenes profesionales, quizá la mejor preparada de nuestra historia, que está accediendo de forma progresiva a la cúspide del poder político y económico. El ejemplo más relevante se encuentra, sin duda, en la Jefatura del Estado, con el nombramiento de S.M. Felipe VI como nuevo Rey de España. Hay que confiar en que estos nuevos líderes, desde sus respectivas esferas y ayudados por la experiencia de las generaciones que les preceden, contribuyan al progreso del país con su talento y nuevas ideas, con medidas innovadoras pegadas a la realidad y a las nuevas necesidades de la sociedad moderna. En el ámbito económico, España está saliendo de una de las crisis más severas de los últimos 40 años. Las reformas introducidas durante los últimos años y el esfuerzo común de todos los ciudadanos nos está permitiendo empezar a superar esta etapa de desaceleración y generar nuevas expectativas de crecimiento sostenido y sostenible. Ahora no es el momento de pararse sino de aprovechar estas nuevas circunstancias para seguir trabajando con decisión y entrega para continuar realizando todavía algunas importantes reformas. Por ejemplo en la educación, la administración pública, o el mercado laboral. Asimismo, tenemos que aprovechar la energía desplegada en los años de crisis pa- 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:26 Página 91 ra fomentar la creación de empresas, el desarrollo de nuevo tejido industrial y la consolidación de sectores productivos, como el tecnológico, que afiancen el papel de España como potencia europea. Esta estrategia también nos ayudará fuera de nuestras fronteras y nos permitirá exportar una imagen de nación moderna, creativa y trabajadora, que cuenta con empresas punteras a nivel internacional y con prestigiosos profesionales en ámbitos muy diversos. Para lograrlo, también debemos recuperar la confianza en nosotros mismos como españoles y en nuestro país, en sus gentes, en sus cualidades y en su capacidad de crecimiento. Debemos ser conscientes de que España tiene mucho que aportar en los próximos años, siempre desde el respeto a la diversidad de cultura y de pensamiento. Entre todos, con valentía y dedicación, lo conseguiremos. Bases sólidas para la recuperación Manuel López Cachero, presidente de Aenor Seis años después del inicio de los signos evidentes de la crisis, aunque es posible albergar mejores perspectivas no existe una firme certidumbre sobre una recuperación económica sólida en el corto plazo. Sobre lo que no hay ninguna duda es que ha alumbrado una profunda transformación económica donde los pesos y configuración de los distintos sectores en el conjunto de la economía española han cambiado sustancialmente; en ocasiones por peculiaridades de la crisis en España, pero también como efecto de una transformación de alcance mundial. España tiene mucho trabajo por delante para lograr que un denominador común de su actividad económica sea la innovación. Sí existe ya una base amplia para que un pasaporte de nuestros productos y servicios sea la calidad. Una marca país se construye principalmente con la suma durante largo tiempo de millones de acciones individuales y colectivas. Hoy España tiene uno de los mejores sistemas de calidad del mundo, numerosos ejemplos de organizaciones que han sabido hacer de las políticas sistemáticas de la calidad uno de sus ejes estratégicos. El desafío ahora es extender esta apuesta a mayores parcelas del tejido productivo. Las normas técnicas son una baza clave para difundir este efecto positivo. Para que eso sea así, los países necesitan una entidad de normalización reconocida dentro y fuera de sus fronteras por su seriedad y orientada a empresas de todos los sectores y tamaños. El tejido económico español tiene a su disposición uno de los catálogos de normas más completos del mundo, con más de 30.500 documentos que ponen al alcance de prácticamente todos los sectores de actividad soluciones a cuestiones relevantes para su competitividad. Las normas tienen un impacto directo en la cuenta de resultados de las empresas; un reciente estudio realizado por la Organización Internacional de Normalización (ISO) entre una treintena de empresas de todo el mundo ha concluido que aquellas organizaciones que usan habitualmente las normas en su estrategia general tienen unos beneficios, de media, equivalentes hasta el 5% de sus ingresos anuales por ventas. Las normas, siempre que sean elaboradas conforme a los usos internacionalmente aceptados, son una eficaz herramienta de competitividad que respalda el crecimiento de las economías sobre bases sólidas. España, ¿se abre paso? José Luis López-Schümmer, presidente y consejero delegado de Mercedes-Benz España En su discurso de proclamación Felipe VI lanza un claro mensaje anunciando la necesidad de apertura de España hacia un nuevo tiempo de convivencia. No solo el conjunto de la sociedad tiene que sacrificarse para sa- near nuestra economía, sino también aunar esfuerzos para salir de una crisis de valores en la que está inmerso el país. Mientras para salir de la crisis económica existen recetas más o menos contrastadas que la Administración actual ha puesto en práctica, dando resultados aplaudidos por otros gobernantes al permitir mostrar los primeros signos de recuperación, la crisis de valores está minando poco a poco la marca España fuera de nuestras fronteras. La Administración española es consciente de que para volver a la senda del crecimiento, el mercado laboral español precisa de una mayor flexibilidad, de una simplificación de sus tipos de contratos y de un menor coste en las bajas laborales. Las empresas, sin importar su tamaño, no pueden estar encorsetadas por unos convenios laborales que asfixian al empresario. Debemos aceptar que el status quo de la economía española ya no es el de 2007, y tenemos que redirigir los acuerdos con los sindicatos hacia términos de productividad, abandonando la inflación como base de los cálculos de los salarios. Si la crisis económica tiene fecha de caducidad, lamentablemente desconocida de antemano, una crisis de valores puede perdurar. Retomar por ejemplo el valor de la equidad como uno de los objetivos irrenunciables en la reorganización de España, respaldaría la demanda del gran esfuerzo que se reclama al país, sabiendo que la contraprestación llegará. Debemos rechazar cualquier tipo de deshonestidad; no podemos permitir que la corrupción campee en los estamentos públicos y privados sin encontrar resistencia social y política. De esa forma es previsible que la imagen dañada de España vuelva a generar confianza tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. En su proclamación, Felipe VI muestra su clara voluntad de servir a España para encontrar un nuevo punto de partida en la sociedad española: “Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren –y la ejemplaridad presida– nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente, sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos”. nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 91 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:27 Página 92 23 A N I V E R S A R I O Un porvenir sin complejos Javier Martín, consejero delegado de Tecnocom La crisis nos ha sumido como país en una profunda melancolía y la recuperación debe ser económica y también anímica. Sin embargo han sido muchas las empresas españolas que han sabido escapar de la desdicha buscando nuevos horizontes de negocio más allá de nuestras fronteras. Empresas de todo tipo y tamaño, con experiencia internacional o no, que han encontrado en el exterior las oportunidades que les negaba la realidad local y que en esta “aventura” han comprobado que son tan buenos como las mejores. España tiene talento, materia prima y profesionales muy cualificados, con gran formación, ingenio y ganas de trabajar. Solo nos falta creérnoslo. También hace falta crear los marcos –legales, laborales, formativos– adecuados para fomentar estas cualidades. Además, hay que ajustar lo que se enseña en la universidad y las necesidades reales de la industria, porque la actual falta de sintonía obliga a hacer un esfuerzo grande para adaptar al personal a la realidad. La gran asignatura pendiente sigue siendo el fomento de una industria tecnológica propia. Algo que sería posible si replicáramos lo ocurrido con la industria de los servicios de ingeniería, donde las empresas españolas sobresalen en el mundo gracias a la experiencia ganada en las enormes inversiones en infraestructuras y obras públicas realizadas en nuestro país. Necesitamos esas inversiones para conseguir un doble objetivo: modernizar la sociedad española, sus administraciones públicas y su tejido empresarial y, en paralelo, desarrollar una industria TIC potente y competitiva en el mercado global. Un desafío para España y para Europa, porque estamos perdiendo protagonismo. Entre las grandes empresas tecnológicas mundiales, es decir, entre las que inventan día a día el sector, no hay nombres europeos. La solución pasa por invertir en el talento local y 92 contribuir a su desarrollo, creando las bases de una industria TIC europea que genere valor para todos. Si no lo hacemos así, ese talento será aprovechado por empresas foráneas y nos quedaremos, una vez más, fuera de juego. Futura España Carlos Martínez, director general de IMF Business School Sin duda y como se ha comentado en innumerables ocasiones, la crisis que ha sufrido España desde el año 2007 ha venido precedida de una crisis de valores sin límite, que ha llevado a la sociedad española al más absoluto de los abismos. Pero no sólo desde un punto de vista económico, sino también moral, hemos pasado una época donde sólo importaba hacer dinero rápido, sin pensar en los daños colaterales o en si estábamos aportando o no valor a la sociedad, descuidando lo más importante, las personas. Después de todos los escándalos políticos, empresariales, sindicales, etc. la sociedad cada vez está más concienciada de que es necesario asentar unos principios sólidos que impidan todas las tropelías cometidas por lo que se hace necesario invertir en desarrollo sostenible pero no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino también humano. La única manera de lograr este cambio y tener una sociedad más justa y más solidaria, es invertir en educación, una educación que empiece desde las escuelas infantiles y se vaya manteniendo durante toda la vida. Los distintos gobiernos deberían invertir de forma acertada (no invertir más, invertir mejor), invertir para que en España algún día se puedan poner máquinas de periódicos en las calles donde el ciudadano meta una moneda y sólo se lleve un periódico, donde se haga un uso responsable de los recursos públicos, donde para nuestros políticos, directivos, empresarios, agentes sociales, etc. lo realmente importante sean las personas. Debemos entrar en una era donde se desarrollen plenamente los entornos colabo- 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 rativos y donde enseñemos a nuestros niños a saber ser y saber estar. La economía española ante un nuevo tiempo Braulio Medel, presidente de Unicaja Banco La resistencia mostrada por la sociedad española frente al adverso contexto existente durante siete años de profunda crisis, no ha venido sino a confirmar que la economía nacional cuenta con sólidos resortes para afrontar los shocks negativos asociados a las fases contractivas del ciclo económico, que en esta ocasión han sido especialmente intensos como elevados los costes sociales asumidos. Aun cuando la absorción plena de sus efectos, en términos de nivel de producción, empleo y endeudamiento requerirá su tiempo, los registros recientes de los principales agregados macroeconómicos nos muestran una trayectoria de recuperación gradual, que se irá consolidando a medida que vayan mejorando la actividad económica global y se materialicen, de forma duradera, los beneficios de las reformas estructurales instrumentadas. Ahora bien, los acontecimientos y las previsiones económicas recientes dibujan un escenario complejo, no exento de riesgos e incertidumbres, que aconsejan continuar con las políticas implementadas, a pesar de los sacrificios que conllevan, con objeto de que la economía española se dote de una mayor flexibilidad y de una base más sólida, a efectos de secundar un crecimiento sostenido y equilibrado. Con estas nuevas coordenadas, en el futuro más cercano la economía española se enfrentará a numerosos retos de calado, que requerirán del concurso de los agentes públicos y privados para su superación. Dentro de éstos se presentan como esenciales: En primer lugar, establecer un modelo de gobernanza que garantice la convivencia armoniosa de las instancias supranacionales 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:27 Página 93 que requiere un mundo globalizado y Europa, con las demandas de autonomía local y regional. En segundo lugar, adecuar la oferta educativa a las exigencias del mercado laboral, que incentive la retención y la atracción del talento, así como la inserción de los jóvenes altamente cualificados que, como consecuencia de la crisis, se han visto obligados emigrar ante la permanente inexistencia de oportunidades. En tercer lugar, adaptar el conjunto de los esquemas del Estado de Bienestar, haciéndolo más sostenible, eficiente y justo. Además, combatir la creciente desigualdad y pobreza, como preocupaciones sociales de primer orden. También, garantizar el uso eficiente y sostenible de los recursos naturales. Por último, afianzar la cohesión social y la arquitectura de todo el entramado legal e institucional. Un mundo mejor Isidoro Miranda, director general y director general adjunto del Grupo Lafarge La sociedad española está viviendo con entereza más de un lustro de difícil coyuntura económica. Los ligeros síntomas de recuperación invitan a seguir trabajando, a través de la innovación y la competitividad, en el desarrollo de un nuevo contexto que pueda situar a España entre los países líderes del siglo XXI. En el caso de Lafarge esa contribución se materializa en la creación de mejores ciudades a través de nuestra innovación. Hablamos de ciudades más acogedoras, en las que todo el mundo tenga acceso a una vivienda de calidad. También de ciudades más compactas, que impacten sobre una superficie de suelo menor y que respeten al máximo los hábitats naturales. Ciudades más duraderas, con construcciones resistentes, que respondan a las demandas medioambientales, incluyendo la eficiencia energética de los edificios y la preservación del agua, y que protejan de los efectos del cambio climático. Y hablamos también de ciudades más bellas, donde sean posibles las obras arquitectónicas más audaces. Y por último, ciudades mejor conectadas, con una red adecuada de carreteras, aeropuertos, estaciones, puentes, túneles e infraestructuras, que faciliten la movilidad entre núcleos de población. Las compañías, desde los diferentes sectores empresariales en los que operamos, debemos contribuir a un mundo mejor. En Lafarge, nuestras ambiciones de sostenibilidad son la hoja de ruta para lograrlo. Profesionalidad y honestidad Eric Ollinger, presidente de Capital at Work Tras siete largos y duros años de crisis en Europa en general y especialmente en los países periféricos (como Grecia, Portugal, Italia y España) las perspectivas para los años que vienen permiten poco a poco un optimismo razonable, pero el panorama a corto plazo sigue desolador y complejo en general: un crecimiento económico muy leve, una desinflación o incluso una deflación, un nivel de paro muy elevado, etc. Como los gobiernos europeos no han sabido tomar las decisiones adecuadas o las han tomado tarde, la difícil situación actual del continente europeo recuerda a veces la que vimos en Japón, con unos tipos de interés cercanos a cero (y que seguirán seguramente muy bajos en los próximos años) y una moneda muy debilitada frente a otras divisas fuertes como el USD por ejemplo. Actualmente, a falta de consumo privado y de inversiones, las exportaciones parecen la única vía posible para intentar relanzar nuestro crecimiento. Es evidente que la crisis ha sido un fenómeno mundial pero la diferencia entre la situación económica actual en EE.UU. y en Europa es flagrante: EE.UU. ha vuelto a recuperar una tasa muy decente de crecimiento económico, su nivel de paro actual es el más bajo de estos seis últimos años y la población parece haber recuperado una confianza y un optimismo más que envidiable. Por lo tanto, ¿podemos decir que como el gobierno americano ha tomado pronto las medidas de ajustes que se imponían, el continente americano tiene ahora algunos años de ventaja frente al continente europeo? Creo claramente que sí y que Europa emprenderá entonces el mismo camino de la recuperación marcado por EE.UU. pero, mientras tanto, tendremos que seguir luchando en Europa para intentar relanzar nuestras economías muy ralentizadas y crear nuevos puestos de trabajo. En cuanto a las inversiones financieras se refiere, me temo que los años que vienen no van a ser fáciles. Efectivamente, tras cinco años de recuperación de las bolsas mundiales (algunas mejores que otras evidentemente pero muchos índices están más o menos en sus niveles máximos) y tras el mayor rally nunca visto en la renta fija, una pregunta surge de manera inmediata: ¿qué vamos a hacer a partir de ahora y dónde vamos a buscar rentabilidades correctas en el futuro? Con toda lógica, en un entorno deflacionista, tendremos que seguir apostando por activos con una duración larga, es decir acciones (renta variable principalmente europea) y bonos largos (sobre todo en Europa porque en EE.UU. conviene reducir poco a poco la duración de las inversiones en renta fija). En España, tenemos motivos para ser optimistas a medio plazo pero nos quedan unos años complicados (2 o 3 años seguramente). Debemos prepararnos y preparar también a nuestros clientes con un discurso coherente y honesto: dentro de cada perfil de gestión, las rentabilidades futuras serán seguramente muy inferiores a las cifras de estos últimos años. Sabemos que un inversor conservador acostumbrado estos últimos años a una rentabilidad anual media del 6% o del 7% aceptará difícilmente en el futuro un 2% o incluso menos (sobre todo si tenemos que pasar por algún momento de tensión en los tipos de interés como fue el caso en 2013). La profesionalidad y la honestidad es el único camino válido. Más que nunca, tendremos que ser mejores profesionales, mejores gestores y mejores analistas, para busnº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 93 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:27 Página 94 23 A N I V E R S A R I O car las mejores oportunidades de inversión y servir mejor que nunca a nuestros clientes de manera transparente y profesional. Educación en valores, asignatura pendiente Antonio Palma, consejero delegado y socio gerente de Mirabaud Siendo hijo de emigrantes españoles y residiendo en Suiza desde hace más de 50 años, aunque España es el lugar donde mantengo mi segunda residencia y donde viven mis mayores, pienso que puedo ser un poco más objetivo que otros españoles cuando analizo de forma crítica algunas de sus realidades, o cuando proyecto esperanzas a futuro sobre nuestro país, por la oportunidad que tengo de ver las cosas desde fuera. Grandes cambios han afectado a España en los últimos años. El más traumático y, qué duda cabe, origen e hilo conductor de todos los demás, fue el encontronazo, de frente y sin paliativos, con una crisis económica a escala mundial para la cual estaba sensiblemente peor preparada de lo que ella misma podía creer posible. Sin embargo, en esos duros momentos, y estando especializados en el sector financiero a nivel internacional, desde Mirabaud tuvimos muy claro que queríamos hacer una apuesta rápida y contundente por España. De hecho, fue en 2010, con la recesión en máximo apogeo, cuando decidimos abrir la primera de las cuatro oficinas que tenemos hoy operativas en este país. Y no nos equivocamos. Desde un punto de vista global, los importantes esfuerzos realizados en los últimos años, con reformas estructurales de gran calado, empiezan a dar sus frutos. La recuperación, aunque tímidamente, comienza a dar la cara; pero aún queda mucho trabajo por hacer. Muy especialmente en la educación en valores, sin ninguna duda la gran asignatura pendiente de España. Si de algo estoy plenamente convencido 94 es de que si no se acomete una gran reforma social y educativa de responsabilidad hacia el país, duradera en el tiempo, orientada a la calidad y consensuada desde los distintos ángulos políticos y sociales, España volverá a enfrentarse a la siguiente crisis con los mismos problemas que ha sufrido estos últimos años. Sin una apuesta fuerte por la juventud, que ya ha empezado a dar la espalda a las viejas costumbres, por la formación, la educación en valores, la investigación y la innovación como ejes estratégicos de avance, el nuevo desarrollo económico estable y duradero será pura utopía. Calidad, servicio y sostenibilidad Roberto Pascual, director general de DHL Supply Chain Iberia Como responsables de la ejecución y planificación de las cadenas de suministro de un gran número de las empresas –de todos los tamaños y sectores de actividad– que operan en España, en DHL tenemos una visión directa de cómo evolucionan los flujos del consumo que, a su vez, definen con poco margen de error la situación económica del país. En este sentido, hemos observado que lo que definirá el futuro del mercado en los próximos años es la omnicanalidad. La consolidación del comercio electrónico ha provocado que las compañías se replanteen sus modelos de negocio y de distribución para ofrecer canales diversos y convergentes que cubran las necesidades de los consumidores, tanto de los que optan por la compra online como de los que prefieran la compra en un establecimiento, o una combinación de ambas. Pero aún queda trabajo por hacer. Muchas empresas, en especial del entorno pyme, aún no están yendo a la velocidad que deberían para afrontar el reto omnichannel, y es algo que han de solucionar a la mayor brevedad si no quieren quedar atrás en este nuevo contexto en el que rige la inmediatez y la globalización. 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 Desde un punto de vista macro, el futuro debe encararse trabajando conjuntamente desde el sector público y el privado por un tejido empresarial español que apueste por la mejora continua y la innovación, enfocado a la calidad, el servicio y la sostenibilidad a largo plazo. Es crucial también trabajar por un liderazgo político y empresarial enfocado a las personas, al compromiso, a la integridad y a la educación en valores porque la eficacia y el crecimiento sólo son posibles si se basan en el análisis, el contraste de opiniones, el respeto por diferentes aproximaciones y la responsabilidad en la toma de decisiones. No debemos tampoco olvidar el cada vez más necesario trabajo para salvaguardar el medio ambiente y, para ello, el obligado avance en políticas de logística y distribución, especialmente en áreas urbanas pero no exclusivamente en ellas, que integren soluciones de optimización de la movilidad para minimizar el impacto medioambiental y acústico asociados a, entre otras cosas, el reparto de mercancías. Es necesario crear un marco estratégico global que ponga el foco en todas estas áreas para aportar valor añadido a nuestra economía, contribuir a su estabilización y, sobre todo, sentar las bases para que España sea competitiva y esté preparada para afrontar con éxito los cambios que en el entorno económico todavía están por llegar. Conocimiento compartido Jean-Clovis Pichon, consejero delegado de Alcatel-Lucent Enterprise Spain Agradezco la invitación de la directora de EL SIGLO para participar en este número especial de su 23º aniversario. Y agradezco también que el tema a tratar sea el de un futuro cercano que ya está llamando a nuestra puerta, y que sea en España, un país que tanto me ha enseñado y donde tanto he aprendido y donde he formado mi familia. Intentaré en pocas líneas dar mi opinión 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:28 Página 95 sobre un asunto que podría llenar libros enteros. Intentaré ser conciso como mi compatriota el físico teórico Luis de Broglie, que presentó su tesis doctoral (sobre la dualidad onda-corpúsculo del electrón) en un folio. Soy optimista respecto al futuro de España y de sus habitantes, que para mí está lleno de esperanza. Veo la gran capacidad y la excelente formación de las nuevas generaciones, su autonomía, su lucha por labrarse un mañana mejor, aún en la situación actual de crisis; pero veo también la pujanza que mantienen las generaciones maduras; y la sabiduría de los mayores, ancianos que en gran número mantienen una envidiable actividad y que apoyan a sus hijos y nietos. El pasado efímero. Hace pocos años no podíamos imaginarnos la forma en la que nos comunicamos en la actualidad, el hecho de que empezamos a formar una sociedad global interconectada y basada en el conocimiento. Y todo ello ha llegado tan rápido que el pasado se nos ha hecho efímero en nuestras mentes, y ya se nos difumina el tiempo en el que las tecnologías de la información no formaban parte continua de nuestra actividad. El futuro, casa de la conversación. Hemos avanzado tanto en la tecnología que es temerario predecir cómo la usaremos y que nos ofrecerá. Pero lo que sí creo firmemente en que estará a nuestro servicio, y no al revés, que será más sencilla de usar. Y que seguiremos progresando: que conoceremos cada vez más y mejor para qué nos sirve la tecnología, y que seremos siempre capaces de humanizarla. Las tecnologías de la información ayudan a que nos comuniquemos más y más: entre las personas, entre las máquinas, entre personas y máquinas. Aparecen nuevas necesidades, nuevas relaciones, negocios nuevos, desafíos que nunca podíamos pensar y que yo no me atrevo a predecir. Pero sí estoy seguro de que todo ello hará que conversemos más, desde muy diferentes sitios, en movimiento, de múltiples formas y con dispositivos cuyos servicios ahora no nos imaginamos. Y esa conversación, soportada y potenciada por la tecnología, nos ayudará a tener éxito en nuestro trabajo y en nuestra vida familiar en un mundo y una España de conocimiento compartido. La nueva España en clave económica Alberto de la Puente, consejero delegado de Inverseguros Después de varios años en los que nuestro país ha realizado su particular travesía por el desierto, se puede decir que hemos alcanzado un punto de inflexión y vislumbramos un nuevo horizonte en el que afrontamos en mejores condiciones los desafíos que se presentarán en el futuro, los cuales no serán pocos ni menores. Creo que esa evolución debería resumirse en tres puntos: fortaleza, memoria y unión. Fortaleza, porque no podemos olvidar que los ajustes que se han realizado nos servirán para afrontar situaciones complicadas de mejor manera. Hemos logrado tejer un patrón de crecimiento más sostenible, sin depender exclusivamente de unas industrias determinadas. Ahora somos competitivos y eso se refleja en una mayor capacidad para exportar nuestros bienes y servicios y una menor necesidad de financiación del exterior. Está claro que todavía queda mucho por hacer, pero llegados a este punto, creo que es sumamente importante el concienciarnos de que lo que estamos haciendo tiene un sentido y que los frutos de nuestro esfuerzo, pese a no sentirse todavía en toda su extensión, merecen la pena, porque nos harán más resistentes y nos darán un margen de acción tremendamente valioso para cuando tengamos que afrontar situaciones comprometidas. Memoria para no cometer los mismos errores que en el pasado. Es cierto que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero esa expresión gana una trascendencia especial en el mundo de las finanzas y de la economía. Es por ello tremendamente importante reconocer los fallos del pasado y poner todos los medios al alcance, tanto regulatorios como de control interno, incluso educativos, para no repetirlos. Se han dado pasos importantes para ello, especialmente en el sector financiero. El nombramiento del BCE como supervisor bancario en la Zona Euro es sumamente importante, ya no sólo en términos de vigilancia sino también por el avance que supone de cara a la unificación bancaria. Además, la implementación de la nueva Mifid, vuelve a regular la relación entidad de crédito-cliente, poniendo un especial énfasis en la protección de este último, asegurándose de que entiende perfectamente los riesgos que asume en la contratación de un determinado producto, incluso limitando su acceso a algunos de elevada complejidad. A ello se le añaden otras iniciativas como Basilea III o Solvencia II, encaminadas a mantener unos mínimos de solvencia y calidad de activos en bancos y aseguradoras que garanticen su viabilidad en contextos macroeconómicos comprometidos. No cabe duda de que esto no va a eliminar de raíz problemas, pero al menos ayudará a minimizar su probabilidad. Por último debo destacar la unión. Y es que no debemos olvidar que la reconducción del caótico escenario financiero en el que nos encontrábamos en 2011 se fundamentó en una apuesta decidida por avanzar hacia una Europa más cohesionada. Esa idea debe seguir muy presente en el futuro porque sin ella será del todo imposible seguir avanzando en este camino. Un renacimiento a este lado de los Pirineos Jean Paul Rignault, consejero delegado de AXA España Dicen los expertos en motivación que la visualización de la meta es la clave para conseguir el éxito. España necesita eso, plasmar el rumbo hacia la nueva América, hacia un nuevo continente por descubrir que hay más allá de una crisis que nos ha hecho peregrinar por territorios muy duros en los últimos años. La crisis económica nos tenía sumidos en el cortoplacismo de la supervivencia, en lograr que no nos intervinieran, en la huída del crack. Una situación que ahora, afortunadamente, deja paso al medio y largo plazo. La sociedad española está reclamando opciones de futuro y entre todos tendremos que escribir las páginas de la historia en las que se diga que elegimos un camino y no otro; que vimos una salida y nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 95 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:28 Página 96 23 A N I V E R S A R I O no otra; y que fuimos capaces, como sociedad, como individuos y como líderes políticos o empresariales, de ilusionar con un futuro. Hemos de elevarnos, con responsabilidad del día a día; analizar los errores cometidos en el pasado; evaluar los riesgos de este nuevo futuro y responder ante un reto histórico que nos exige pensar a largo plazo. Necesitamos una hoja de ruta, y no cualquier hoja de ruta, sino una que nos ilusione, que consiga unir una nación tan rica y diversa como la española. Empecemos con un Pacto de Estado centrado en aspectos como la educación o la previsión social, vitales para el desarrollo de una sociedad y que, en muchas ocasiones, tendrían incluso que sobrevivirnos. Estamos en la “Italia del siglo XV”, en un momento con los modelos económicos y sociales en plena ebullición y con el condicionante, además, de que el mundo tiene, al mismo tiempo, las herramientas de cambio más potentes de la historia (la tecnología) y los riesgos más destructivos. Hoy en día, el ser humano es capaz de plantearse mandar vida a Marte mientras miles de personas mueren de hambre y por enfrentamientos bélicos e ideológicos. Estoy convencido de que España tiene un papel vital en el renacimiento de la nueva era. Tenemos el capital humano y la materia prima. Ahora hemos de tomar las riendas y protagonizar esta nueva era de la historia en la que ni las empresas, ni los gobiernos, ni las personas volveremos a ser las mismas que éramos antes de la crisis económica. No dejemos que las cosas pasen, tomemos el protagonismo de nuestro futuro, apostemos por él y construyamos un nuevo país. La tecnología como catalizador de una nueva era Francisco Román, presidente de Vodafone España Los últimos datos macroeconómicos sugieren que nuestro país ya ha emprendido el camino de la recuperación. En este proceso de reactivación económica, el sector de las tele96 comunicaciones ha jugado y juega un papel fundamental. En cualquier época, tanto de crisis como de bonanza, es un sector clave para la generación de crecimiento económico y desarrollo social, y, lógicamente, más aun en momentos difíciles como los que nos ha tocado vivir. En este momento decisivo en que se encuentra España, la innovación y la tecnología han de ser protagonistas. A escala mundial estamos viviendo la que muchos llaman la cuarta revolución industrial, motivada por la aplicación del “Internet de las cosas y los servicios” al ámbito productivo. Es decir, la tecnología se ha convertido en el auténtico catalizador en esta nueva etapa para la economía. Como país, no tenemos alternativa, es un tren que tenemos que coger si queremos seguir siendo competitivos en un mundo globalizado. Dicho de otra forma: la tecnología es un elemento transformador de las propias empresas, y lo es de una forma acelerada. Se trata de un proceso ineludible para cualquier empresa que quiera seguir en el mercado, y afortunadamente ese mensaje está calando en el tejido productivo de nuestro país. Desde nuestra posición como facilitador de la innovación observamos grandes cambios en las empresas españolas, que abogan por nuevas formas de trabajo y productividad personal, nuevas formas de gestión y nuevas soluciones para hacer que los negocios se transformen y crezcan. Esta transformación se basa en tres grandes grupos de soluciones que sirven de palanca en la empresa: la banda ancha ultrarrápida segura, fija y móvil, comunicaciones unificadas en un entorno cloud e innovación en procesos y servicios. Todas ellas constituyen la propuesta de Vodafone para ayudar a las compañías españolas en este camino irreversible. Se trata de un esfuerzo conjunto de todos, empresas y administraciones públicas. Por una parte deberíamos incrementar sustancialmente la inversión en Investigación y Desarrollo. Por otra debemos asegurarnos de que nuestras empresas aprovechan esta ola tecnológica que está transformando la economía. Al fin y al cabo, se trata de alcanzar un crecimiento económico estable y sostenible, un modelo de desarrollo basado en la innovación y la productividad. 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 Confianza en el futuro Andrés Romero, director general de Santalucía Seguros En Santalucía estamos muy orgullosos de haber cumplido 92 años creciendo y ayudando a mejorar el día a día de los españoles y contribuyendo a su bienestar. Nuestro quehacer diario con las diferentes personas que confían y han confiado en nosotros en el transcurso de estos años nos ha hecho testigos y partícipes de múltiples situaciones y coyunturas, tanto favorables como adversas, a las que hemos hecho frente con dedicación, trabajo y esfuerzo. El hecho de que nuestra actividad esté basada históricamente en el conocimiento y la cercanía a nuestros clientes, nos reafirma aún más en la confianza en que la sociedad española saldrá fortalecida en los próximos años. En ese camino, vamos acercándonos a nuestro primer siglo de vida confiando decididamenteen el futuro de la sociedad española y no ahorramos ilusión y dedicación para aportar nuestro pequeño grano de arena al bienestar de las familias españolas. La frescura de los jóvenes que nos están abriendo nuevos horizontes, la tecnología que está modificando el día a día de nuestro trabajo y, en definitiva, la velocidad y el dinamismo al que está evolucionando nuestra sociedad no hace sino estimular nuestro compromiso y confianza en que durante los próximos años y, a pesar de las adversidades, veremos un incremento sustancial en el bienestar de todos los españoles que contribuirá a fortalecer su cohesión social y su confianza en el futuro. En este primer siglo que estamos próximos a cumplir en santalucía queremos también expresar nuestra más sincera felicitación a EL SIGLO y a todo su equipo por su vigésimo tercer aniversario con la convicción de que esta histórica cabecera celebrará su centenario con el mismo rigor y calidad editorial con los que hemos disfrutado hasta el día de hoy. 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:28 Página 97 Por una sociedad reinventada Jesús Sánchez Bargos, presidente de Thales España Estamos ya en un nuevo tiempo que aparentemente se abre a renovadas posibilidades no solo en la política sinotambién en otros ámbitos como en la economía con datos “macro” esperanzadores. Las empresas debemos fijarnos nuevos retos que generen valor en todos los sentidos, para los clientes, los empleados, para el accionista y sobre todo a la sociedad retornando así parte de lo que ella nos ha dado con anterioridad. España tiene su idiosincrasia particular, es el país número trece del mundo por volumen de PIB y ahora se nos está poniendo como el referente de crecimiento de la zona euro. Hemos pasado de una situación extremadamente crítica a ser un ejemplo de cómo deben hacerse las cosas. El conjunto de la ciudadanía ha sabido asimilar los retos que la crisis nos ha planteado para aceptar e implantar las medidas adecuadas que nos están llevando a ver la luz al final del túnel. Al parecer la riqueza perdida no se recuperará hasta el 2018, pero tengo la firme convicción de que, con el esfuerzo de todos, nuestra economía podrá recobrar su dinamismo y fuerza, volviendo a generar riqueza y empleo de calidad, para las generaciones presentes y futuras que nos permita crecer en áreas y sectores en donde la innovación y los nuevos desarrollos tengan una posición preponderante. Y todo ello será posible en la medida que prioricemos la inversión en I+D, en tecnología y en formación, intentando evitar que se repita la pérdida de jóvenes altamente preparados que en los últimos años se han visto obligados a emigrar para desarrollarse profesionalmente. Todo cambia, pero parece claro que hay que crecer para generar empleo, Y que debemos ser más flexibles y competitivos, con un enfoque prioritario en formar y preparar el mejor talento que nos permita acceder a nuevas oportunidades, desarrollar nuevas capacidades y crecer en el exterior, aumentando aún más nuestra posibilidad exportadora. Al mismo tiempo tenemos que recuperar nuestro atractivo como destino inversor para que progresivamente la IED (inversión extranjera directa) recupere los niveles en los que se encontraba antes de la crisis, para ello España debe, entre otros aspectos, facilitar las inversiones simplificando los procesos administrativos permitiendo la entrada de capital y de nuevas actividades comerciales que sean del beneficio de toda la sociedad. En definitiva, urge la necesidad de reinventarnos como modelo de sociedad, saber qué queremos ser como país y ponernos a trabajar en ello inmediatamente para no perder el tren del desarrollo. Vertebración y consenso Javier Vega de Seoane, presidente del Grupo DKV Mi ya viejo amigo Pepe García Abad, me invita a que escriba unas líneas para la revista EL SIGLO que cumple en las próximas semanas 23 años de vida y lo hago con mucho gusto, tanto por cumplir la demanda de quién tiene el mérito de mantener vivo este proyecto en un entorno tan difícil, como por la oportunidad de compartir con los lectores de EL SIGLO mis reflexiones sobre nuestra querida España en estos momentos tan inquietantes como interesantes. Pepe alude en su carta al discurso de nuestro Rey Felipe VI, en el que abogaba por una monarquía renovada para un tiempo nuevo y me pide que exprese mi opinión sobre lo que esta España renovada debería alumbrar. No me cabe duda de que España, ha sido un país con una historia de éxito muy notable y ello nos debería llenar de orgullo y de confianza en la capacidad de la sociedad española para resolver los problemas que tenemos por delante. Y es evidente que toca a las nuevas generaciones fajarse con esos nuevos y viejos problemas y buscar y ejecutar las soluciones correspondientes. Es cierto que no solamente España, sino casi todas las sociedades, están muy desconcertadas, y casi nadie tiene claro lo que se debe hacer, con lo que andamos faltos de proyectos que generen afección ciudadana y de líderes que nos conduzcan a nuevos escenarios. La globalización y el desarrollo y generalización de las nuevas tecnologías, están generando una nueva sociedad, en la que ya no sirven las antiguas reglas del juego, sin que tengamos diseñadas las nuevas. Los comportamientos poco edificantes y la falta de competencia de buena parte de nuestros políticos, han generado un preocupante nivel de desafección y desconfianza de los ciudadanos, que no ven líderes fiables a quienes seguir y la sociedad, vertebrada finalmente en la transición, en torno a unas pocas ideas que todos compartíamos (libertad, democracia, Europa, cambio, progreso, modernidad…), se está de nuevo desvertebrando, tanto en el sentido social como territorial. Que nadie dude de la función esencial que tiene que jugar la clase política en una sociedad democrática, pero, a mi juicio, en este nuevo escenario, la sociedad civil debe movilizarse y vertebrarse, tomando conciencia también de su responsabilidad en este proceso de reinvención y recuperación de la ilusión y la confianza. Es esencial que volvamos a crear una atmósfera de consenso, en la que personas de distintas ideologías se pongan de acuerdo en aquellos temas esenciales (educación, sanidad, energía, infraestructuras….) cuyos objetivos se deducen no de las ideologías sino del sentido común y las lecciones empíricas de la vida misma y dejar de pelearnos por asuntos partidistas, personales y cortoplacistas Me ha encantado ver la creación de la “Fundación España Constitucional”, institución que agrupa a exministros de todos los gobiernos de la democracia española, que está presidida por Cristina Garmendia y que reúne a personas de todas las generaciones, independientes y de todos los signos políticos, desde el primer gobierno democrático. Veremos cuál es su utilidad real, pero esa y otras iniciativas de vertebración de la sociedad son fundamentales para atinar en estos tiempos de grandes cambios. nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 97 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:28 Página 98 23 A N I V E R S A R I O Al servicio de todos Antolín Aldonza, director general de Asagua Necesitamos ser optimistas, por eso apostamos por una nueva época en la que desplieguen todos sus efectos, sin cortapisas, los valores comúnmente aceptados sobre los que se asientan los derechos y deberes de todas las personas, que forman el Título I de la Constitución Española de 1978. Ese devenir, sin duda, es esencial para preservar la dignidad de las personas. El advenimiento pleno de este buen deseo transformaría el mundo del agua, ya que solo con la solidaridad de todos y la generosidad de los gobernantes, el agua se pondrá al servicio de todos, y eso ocurrirá cuando el fin primigenio de los poderes públicos sea el bien común, o lo que es igual, la felicidad del pueblo. El sector del agua en España adolece de una clara dispersión de competencias y de una adecuada planificación, por supuesto técnica, no política y necesita de las inversiones necesarias y de un regulador único. Todo ello es imprescindible para que en todo el territorio de España se disponga del agua necesaria y el precio sea uniforme, ya que tiene que haberlo, porque así lo exige Europa y lo demanda la realidad: El agua es de todos, pero requiere de inversiones para construir las infraestructuras que se necesitan, mantenerlas y explotarlas y para darle los tratamientos precisos hasta que sale por el grifo y después para devolverla limpia a los cauces. Todos han de tener acceso al agua que necesitan en cantidad y calidad, tanto para el consumo humano como para atender a todas las demás necesidades, y han de encontrar en la naturaleza aguas limpias, lo que exige el tratamiento de las aguas residuales. Todo ello por ser necesario para que disfrutemos de un medio ambiente adecuado en aras de la salud de las personas. Lo dicho, no por ser un deseo es una quimera o si se quiere una utopía; es algo que se puede conseguir con plenitud para mejorar lo que tenemos, para progresar. Se re98 quiere, eso sí, de una firme voluntad y, obviamente, del dinero necesario. España tiene técnica y buenos técnicos, tanto en lo público como en lo privado, y una administración hidráulica con experiencia de la que podemos decir sin eufemismos que ha sido y sigue siendo la mejor del mundo, capaz de atender las demandas. Pero estos medios poco pueden hacer si no se les despeja el camino según lo comentado y se les dota de los recursos materiales precisos. Quizás se pueda pensar que en estos momentos la gestión del agua es algo inextricable y a lo mejor lo es, pero, sin duda, un ejercicio del poder responsable daría a esta materia la transparencia que pide la razón y sería posible el hasta ahora malhadado pacto del agua, previa instauración en la sociedad de una cultura del agua honesta que permita cohonestar las distintas ideas y exigencias. diendo la recuperación de la industria y oficios dentro del país para proteger nuestro empleo y economía, conjugando la globalización, que continuará, pero salvaguardando un poco más lo nuestro, intentando mantener un equilibrio entre lo de fuera y lo de dentro. Se abre para toda España un nuevo tiempo liderado por una nueva generación. En un momento complicado con el que vivimos, la monarquía de Felipe VI puede y debe ayudar a propiciar nuevas vías de entendimiento que redunden en una mayor estabilidad para el país, reforzando ese proyecto común que es España, que tiene futuro y que seguirá siendo el punto de unión de los españoles y además reforzará y potenciará la imagen de España en el exterior, dando continuidad a la labor que ya empezó su padre. Ángel Asensio, presidente de Asecom Una España con más industria, menos Administración y más honestidad Cada tiempo tiene sus propios problemas, sus propias circunstancias y la nueva etapa que se abre en España, a mi juicio, se puede resumir en dos palabras: cambio y continuidad. Estamos en un cambio de ciclo económico-social y generacional, que es asunto de todos y cada uno de nosotros, donde los nuevos tiempos serán de mayor transparencia, en el que los agentes políticos, sociales y económicos de nuestro país deberán de ser capaces de formular conjuntamente y lo antes posible un nuevo pacto colectivo para que la ciudadanía recupere la confianza en nuestras instituciones y volvamos a sentirnos comprometidos colectivamente con un proyecto ilusionante, de una sociedad española que cree más en ella misma y en lo que hace. Con una apuesta que nos permita ser capaces de recuperarnos de nuestros propios errores, apostando para ello por una imagen mejor de España como país moderno, dinámico, creativo y también defen- La larga y dura crisis que padecemos ha dinamitado un modelo económico basado en una economía irreal, con sectores muy especulativos, que en su derrumbe dejaron una sociedad empobrecida y un insoportable incremento del paro. A esto se unió la subida de impuestos, el incremento del déficit y un sinfín de desdichas. Y, además, heredamos una pesada y gigantesca Administración y una clase política, en su mayoría, instalada en el desacuerdo a la hora de resolver problemas. Ahora, todos queremos y debemos construir un nuevo tiempo de futuro para nuestro país y deberíamos empezar por el fomento decidido de la industria como primer paso para avanzar hacia una economía real, que “fabrique” puestos de trabajo mejor remunerados, más estables y de Cambio y continuidad 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 José Manuel Collados, presidente de Acogen 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:28 Página 99 más calidad, aprovechando la magnífica formación de cientos de miles de jóvenes preparados para cambiar el paisaje de una España en declive. Más industria, y menos servicios –que sobran– y atentos al riesgo de polarizarnos en el sector turístico, cuyas altas cotas actuales serán difíciles de superar y pueden peligrar si se tranquilizan algunos países del Mediterráneo. Si logramos una España con un tejido industrial sólido e innovador y se acomete en profundidad una reducción y reorganización de las administraciones, estaremos en el buen camino. Y, posiblemente, si se adelgaza la estructura administrativa habrá más disponibilidad de presupuesto para inversiones productivas, que buena falta nos hacen, por ejemplo, en infraestructuras. Y si la reestructuración llega también a la política, mucho mejor. Sobran prebendas, un país como el nuestro no puede permitirse esos dislates. Y algo realmente importante y urgente es la lucha contra esa corrupción instalada cómodamente en todos los estamentos e instituciones, y esa lentitud de la justicia y la impunidad de algunos ante ella, situaciones que generan en los ciudadanos un altísimo grado de malestar y hartazgo. Necesitamos una política valiente e innovadora, que realmente apoye a la industria y la reconozca como motor generador de empleo y actividad; necesitamos una política energética que tenga esto en cuenta. Y políticos que sepan mirar el largo plazo, con visión estratégica, sin cortoplacismos interesados y con generosidad y honestidad. Así, sí estaremos preparados para un ser un país con futuro, un gran país. Punto de inflexión Eduardo Montes, presidente de Unesa Con la proclamación de Felipe VI se inicia una nueva etapa en España. Este relevo en la jefatura del Estado coincide, además, con una serie de cambios políticos, sociales y económicos que permiten hablar de un nuevo ciclo. El año 2014 ha sido, de hecho, un punto de inflexión. Desde el plano económico, este año 2014 ha supuesto la confirmación de la salida de la recesión económica y el principio del fin de una grave crisis que dura ya siete años y que aún no se ha terminado de superar. En este sentido, confío en que de ahora en adelante, y gracias a las transformaciones que durante este tiempo se han llevado a cabo, se produzca un crecimiento económico sostenido y sostenible, alejado de “burbujas” y centrado en el fortalecimiento del sector industrial español. Asimismo, espero que la liberalización de la economía apuntale este crecimiento. Una liberalización que ha de extenderse también al ámbito de la energía eléctrica, en el que desarrollo mi actividad. Igualmente es y será fundamental el fomento de la internacionalización de las empresas y la economía españolas, que deberán ser cada vez más competitivas en un entorno globalizado como en el que hoy se opera. En esta nueva etapa también será primordial la relación con los organismos internacionales y muy especialmente con los comunitarios; unaspecto que cobra cada día más importancia. En lo relativo a la política, la llegada de Felipe VI al trono y la irrupción de nuevos partidos políticos minoritarios pero pujantes, marcan la configuración de un nuevo escenario. Estoy convencido de que en este nuevo periodo la sociedad española será capaz de aprovechar lo mejor de las nuevas propuestas, armonizadas bajo la batuta de un Gobierno estable y capaz de aunar voluntades. Todo ello bajo la atenta mirada del nuevo monarca, que aportará estabilidad y unidad. Finalmente, me gustaría hacer referencia, desde el campo social, a lo que confío en que será una de las notas dominantes de este nuevo periodo: la creciente calidad de la formación de los jóvenes españoles; una nueva generación mejor preparada y capaz de contribuir al desarrollo de la economía y la sociedad españolas con su trabajo, ilusión y espíritu emprendedor. Trabajando junto a ellos se perfila para España un futuro prometedor. Creer es poder Ángel Ortega, presidente de la Asociación Ibérica de Tecnología SIN Zanja Citando las recientes palabras de nuestro nuevo rey Felipe VI en la inauguración de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, “España está realizando la transición hacia un nuevo modelo de crecimiento basado en las tecnologías limpias. Estoy aquí para asegurarles que el compromiso de España es firme en este gran reto.” Las Tecnologías SIN Zanja son el futuro. Aprobadas por la ONU como unas tecnologías ecológicamente racionales y ambientalmente sostenibles, abarcan sistemas y productos que presentan el potencial de ofrecer un rendimiento medioambientalmente mejorado en comparación con otras tecnologías a las que sustituyen (Agenda 21 Cap.34). Las tecnologías sin zanja protegen el medio ambiente, son menos contaminantes, utilizan los recursos de forma más sostenible y tratan los residuos de mejor manera que las tecnologías tradiciones. La labor de la Asociación Ibérica de Tecnología SIN Zanja (IbSTT) es promover la utilización de estas tecnologías y colaborar con las administraciones en materia de legislación y normalización. La promoción de una tecnología requiere, ante todo, informar. Este es nuestro objetivo prioritario. Informar incluye presentar las tecnologías disponibles y los casos prácticos sobre su utilización, dar a conocer los diferentes criterios de selección entre las diferentes tecnologías aplicables y ofrecer información sobre normativa internacional o nacional y sobre criterios de diseño y proyecto. Mediante la promoción se pretende desarrollar la utilización de las tecnologías sin zanja. Dando por sentado que la información proporciona conocimientos, resulta también evidente que los conocimientos empujaran el desarrollo. Las empresas de IbSTT creen en la necesaria protección del medio ambiente. Aplicando las Tecnologías SIN Zanja en la realización de proyectos garantizamos un mejor futuro de nuestra economía, protegemos nº 1083. 27 de octubre–2 de noviembre 2014 99 82-100 Empresarios_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 21/10/14 19:29 Página 100 23 A N I V E R S A R I O al entorno y al ciudadano, desarrollando normativa y diseñando estratégicas de negocio y de innovación. Hay que concienciar a la opinión pública y a la administración de la necesidad de la utilización en las tecnologías SIN Zanja. Creemos firmemente que es posible que nuestras ciudades se conviertan en lugares más saludables, prósperos y sostenibles, que proporcionen una buena calidad de vida a todos los habitantes mediante el conocimiento y aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito de la Innovación y la sostenibilidad. Queremos, y como decía Virgilio “pueden porque creen que pueden”, ser la Asociación de referencia para el desarrollo de soluciones, aplicaciones y nuevas tecnologías que garanticen un futuro sostenible, donde las ciudades sean inteligentes y seguras, que impulsen el crecimiento económico y sostenible garantizando las necesidades de generaciones futuras. Por todo ello IbSTT trabaja con toda la energía, dedicación, pasión y conocimiento de que dispone, para convertirse en referente nacional e internacional. Promueve un desarrollo sostenible de las smart cities mediante el uso de las Tecnologías SIN Zanja o Tecnologías No Dig como eje estratégico en su desarrollo. Una reindustrialización basada en la bioindustria y la economía circular Carlos Reinoso, director general de Aspapel A larga crisis ha supuesto para todos una catarsis que empieza a alumbrar un tiempo nuevo. Uno de los ejes de esa transformación es la economía real, que genera valor añadido y riqueza, que crea empleo estable y de calidad, que invierte e innova. Una economía basada en un nuevo modelo industrial de consumo y producción sostenible, que haga un uso más eficiente de los recursos. 100 Una industria como garantía de futuro Gonzalo Urquijo, presidente de Unesid Se trata de pasar de la filosofía del “usar y tirar“ a un modelo circular en el que los residuos se transforman en recursos, buscando la eficiencia a lo largo de todo el ciclo: ecodiseño de los productos, materiales fácilmente reciclables, desarrollo de sistemas de recogida, uso de materias primas renovables y recursos locales… En la industria de la celulosa y el papel en España estamos aplicando ya hoy ese modelo. Somos una bioindustria basada en un recurso natural y renovable –la madera– que se cultiva en plantaciones. Fabricamos productos naturales, que se reciclan masivamente. Y nuestros procesos de fabricación son altamente eficientes en el uso de agua y energía y en la gestión de los residuos del proceso. El 83% de la madera y el 70% del papel para reciclar que utilizamos como materia prima es de procedencia local. En España no tenemos petróleo ni gas, pero sí buenas condiciones climáticas para el cultivo de madera y superficie baldía por el abandono de labores agrícolas. Además hemos desarrollado un eficiente sistema de recogida de papel para reciclar y somos subcampeones europeos del reciclaje. La celulosa y el papel unen a su versatilidad una gran capacidad de innovación. La nanocelulosa o microcelulosa tendrán numerosas aplicaciones en el packaging, los productos higiénicos y absorbentes,etc. Los papeles están integrando soluciones informáticas en el ámbito gráfico y en el embalaje, con el resultado de papeles inteligentes que interactúan con el consumidor y con los productos que protegen. Los bioproductos renovables y reciclables como el papel, capaces de producir el mayor valor añadido a partir de las materias primas iniciales, son los productos del futuro, los más aptos para satisfacer las demandas de los nuevos consumidores. 27 de octubre–2 de noviembre de 2014. nº 1083 Nos plantea EL SIGLO una reflexión sobre el nuevo tiempo que vivimos y nos pregunta cómo será esa nueva España que debería alumbrar. No tengo dudas: desearía un país con una sólida base industrial. La industria genera el empleo de mayor cualificación, con más estabilidad y mejores salarios, y cuenta con un efecto dinamizador acreditado, hasta un 60% de creación de empleo indirecto por cada puesto de trabajo en el caso de nuestra industria siderúrgica. Yendo, pues, a nuestro terreno, espero que en este nuevo tiempo la siderurgia española pueda contar con un marco adecuado que la permita seguir produciendo acero para infraestructuras vitales de la vida diaria: automóviles, trenes, envases, aeronáutica, maquinaria, electrodomésticos, electrónica, construcción… y un sinfín de productos que contribuyen a crear una sociedad más innovadora. Para ello es necesaria una adecuada política de energía y clima. Si se tiene el marco adecuado se puede. Si no, nuestra industria no avanzará. Desde la base de que debemos avanzar hacia una economía baja en carbono, es necesario que la Unión Europea impulse un acuerdo mundial sobre clima y energía, un marco global en el que la industria opere en igualdad de condiciones. El actual sistema europeo de comercio de emisiones no funciona. Si Europa, y por supuesto España, están convencidas de que la salida a la crisis pasa por la reindustrialización, deben actuar en consecuencia. Costes energéticos y de emisiones siguen siendo una asignatura pendiente. La siderurgia siempre ha defendido que las plantas más eficientes no sean penalizadas con un sobrecoste que lastre su competitividad. Nuestros gobernantes no deben olvidar que la inversión industrial tiene un elevado rendimiento social en empleos de calidad, fomento de la innovación y riqueza y bienestar para las comunidades en las que se asienta. Una España industrial es la garantía de futuro. PUBLI EL SIGLO_6-7 CURIOSO.qxd 30/10/13 17:33 Página 1
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