Conclusiones y recomendaciones para la conservación y uso

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Conclusiones y recomendaciones para
la conservación y uso sostenible de la
biodiversidad en el Escudo Guayanés
Melocactus neryi PNN El Tuparro
Gibbifer sp. PNN Serranía de Chiribiquete
Tapirus terrestris PNN Serranía de Chiribiquete
Conclusiones y recomendaciones para
la conservación y uso sostenible de la
biodiversidad en el Escudo Guayanés
ara la década de los noventa, FAO (2000) estimó que la mayor extensión de bosque pluvial
tropical del mundo se situaba en la cuenca del
Amazonas con cerca de 885 millones de hectáreas y 85 millones de hectáreas en el complejo de
la cuenca del Orinoco y del Paraná. Igualmente
estimó una pérdida de superficie de bosques de
aproximadamente 9,4 millones de hectáreas al
año, de las cuales los bosques tropicales aportaban el mayor porcentaje con una tasa promedio
de deforestación anual para la región de América
del Sur de 0,4%.
La Guayana colombiana constituye el 11%
del territorio nacional continental y presenta altos niveles de conservación de la biodiversidad
a nivel ecosistémico. El 93% del área de estudio
se encuentra cubierto por ecosistemas naturales,
situación que le otorga un alto grado de importancia para la estabilidad de procesos de cambio
climático, regulación hídrica, conservación de la
biodiversidad y la sostenibilidad de los bienes y
servicios ecosistémicos. Los biomas más representativos son los bosques húmedos tropicales de
la Amazonia y la Orinoquia y los pedobiomas del
zonobioma húmedo tropical de la Amazonia y la
Orinoquia.
Teniendo en cuenta los resultados de la estimación de las tasas de cambio del área de ecosistemas naturales para el área del Proyecto, se detectaron las zonas de La Macarena y Nukak con
una mayor dinámica de cambio; para la primera
zona se presentó la mayor dinámica en el período
2 de análisis (entre inicios de los noventa e inicios
de dos mil) con una tasa de cambio (% anual) del
0,79 y para la segunda zona se detectó la mayor
dinámica para el período 1 de análisis (entre finales de los ochenta e inicios de los noventa) con
una tasa de cambio (% anual) del 0,60.
Estos resultados concuerdan con los datos obtenidos por Armenteras et al. (2006) para algunos
sectores de la Amazonia, en donde para un período de análisis similar (años ochenta y dos mil),
se observa que las tasas más altas corresponden a
La Macarena con 0,97%. Etter et al. (2006), para
las tierras bajas de Colombia, indica una cifra de
1,5% entre los años 1940 y 2000 y Sierra (2000),
para la Amazonia ecuatoriana, reporta una tasa
media anual de cambio de 0,9%.
Analizando la Figura 25 que representa el
gráfico de dispersión entre las tasas de cambio
y el porcentaje de ecosistemas naturales. En ella
se pueden identificar los contrastes y similitudes
entre las zonas de análisis. Los segmentos verticales, indicados con color rojo, representan tres
tipos de situaciones contrastantes (ubicadas en
la parte izquierda, central y derecha de la figura)
que se caracterizan de la siguiente manera:
• Sector izquierdo: nivel alto de la tasa de deforestación (0,79) con un nivel bajo de porcentaje de ecosistemas naturales (79,94%); este
caso corresponde a la zona de La Macarena
(período dos).
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DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS
NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
P
Distribución de ecosistemas
y tasas de cambio
DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS
NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
Figura 25. Asociación entre el porcentaje de ecosistemas naturales (% de bosque remanente) y tasa de cambio
(% anual) de ecosistemas naturales
• Sector central: nivel medio de tasas de deforestación (entre 0,409 y 0,606) y nivel medio
de porcentajes de ecosistemas naturales (entre 87,9 y 93,87%); a este nivel corresponden
las zonas de Nukak y La Macarena (período
uno).
• Sector derecho: niveles bajos de tasas de
cambio en el área de ecosistemas naturales
(entre 0,087 y 0,017) y niveles altos de porcentaje de bosque remanente (entre 97,26 y
98,72%); a este nivel corresponden las zonas
de Puinawai, Chibiriquete y El Tuparro.
Según lo anterior, se evidencian contrastes
en la dinámica de cambio entre las zonas de
análisis del proyecto y se observa que cada zona
tiene un ritmo de cambio influenciado en gran
parte por su ubicación geográfica y aún en el
interior de cada zona existen ecosistemas con
tasas más drásticas de cambio. Es el caso de
La Macarena y Nukak, donde los procesos de
transformación son más evidentes.
De acuerdo con el proceso de deforestación
descrito por Etter et al. (2005), para bosques
de tierra baja en Colombia, existen cuatro fases que siguen un patrón sigmoideo negativo de
pérdida. Según esto, la zona de La Macarena y
Nukak estarían en una fase intermedia caracterizada por tasas altas de pérdida o cambio; Chiribiquete, Puinawai y El Tuparro estarían en la
fase inicial del proceso con tasas muy bajas y
alto porcentaje de ecosistemas naturales.
Si se analizan las tasas de cambio en el interior de cada zona, los resultados reflejan gran
variabilidad y esta variación está asociada al
tipo de ecosistema donde se presenta el proceso
de deforestación. Ecosistemas asociados a llanuras aluviales y piedemontes de tipo andinense
(La Macarena y Nukak) son los más dinámicos
dentro del área del Proyecto, y podría pensarse
que esto obedece a que poseen condiciones más
favorables de accesibilidad y oferta de recursos
biofísicos que los hacen vulnerables al proceso
de deforestación.
Por otro lado, los altos porcentajes de pérdida
en área de ecosistemas naturales muestran una
evidencia adicional de los procesos de transformación en las zonas de La Macarena y Nukak.
Para La Macarena, durante el segundo período
de análisis, dicho porcentaje correspondió a una
pérdida del 9,05% y para la segunda zona, el
porcentaje de pérdida en área de ecosistemas
naturales correspondió a 4,39%.
Patrones de deforestación
y fragmentación y factores
socioeconómicos y
demográficos asociados
Se ha establecido que los patrones espaciales
de deforestación y fragmentación de los ecosistemas tropicales, principalmente los bosques, están
relacionados con diferentes procesos antrópicos
que son la causa directa o indirecta de la configuración espacial de una región (Sierra 2000,
Soares-Filho et al. 2001, Armenteras et al. 2006,
Etter et al. 2005 y Etter et al. 2006). Esta relación
está ampliamente documentada para el Trópico
en el estudio de Geist y Lambin (2001).
Los patrones espaciales encontrados en el
área del Proyecto fueron difusos, geométricos
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y tipo parche. El patrón difuso fue el más representado y obedece a una distribución en el
espacio de fragmentos transformados de manera dispersa; este patrón está asociado comúnmente con agricultura tradicional indígena y
del pequeño colono, así como con la cercanía
a las áreas protegidas (PNN y RNN). Estos resultados son concordantes con las investigaciones adelantadas por Mertens y Lambin (1999),
quienes compararon 152 casos para el Trópico,
encontrando que los patrones difusos, de parche
y geométricos son más frecuentes.
Analizando la Tabla 55 se observa que cada
patrón espacial, además de sus características
de ubicación geográfica, tiene unas singularidades propias que explican su naturaleza den-
tro del área del proyecto y ayudan a orientar
la toma de decisiones en lo referente al tema
de biodiversidad. El patrón tipo parche del eje
San Juan de Arama-Puerto Rico, al igual que
el patrón geométrico-corredor del eje Puerto
Rico-San José del Guaviare-Calamar, presentan indicadores de gran impacto o incidencia
sobre las condiciones de conservación y uso
sostenible de la biodiversidad, tales como bajo
porcentaje de coberturas naturales, alta densidad poblacional, altos índices de fragmentación (NP, MPS, AI), alto porcentaje de cultivos
ilícitos e infraestructura vial y urbana. Aunque
el número de fragmentos transformados del patrón tipo parche es bajo, estos fragmentos forman una matriz consolidada que ocupa más del
85% del área.
Tabla 55
Niveles de incidencia de algunas variables de fragmentación y socioeconómicas sobre el estado de conservación de la biodiversidad en
los patrones del área del Proyecto
Parche
Eje San Juan de
Arama-Puerto Rico
Geométricocorredor
Eje Puerto Rico-San
José del GuaviareCalamar
Geométricoisla
Eje Miraflores
Geométrico
Eje La Macarena
Geométrico
Eje Mesetas
Difusocorredor
Eje Río Guayabero
Difuso-colono
Eje Alto Río IníridaAlto Río Vaupés
Difusoindígena
Eje Río Inírida-Río
Guainía
Difuso
Eje PNN
Chiribiquete
Difusoindígena
El Tuparro
% de
cobertura
natural
Número de
fragmentos
transformados
(NP)
MPS
AI
Densidad
Población
(Hab/km2)
2000
% área
en coca
m en vías
/km2
Número
de
cabeceras
cercanas
Rojo: alta; Amarillo: media, Verde: baja
Es importante destacar que los patrones con
mayor cercanía a las cabeceras municipales resultan ser los más transformados (patrón tipo
parche y geométrico-corredor); mientras que en
los patrones tipo difuso, donde la matriz boscosa
o natural es dominante, no hay evidencia de cabeceras municipales importantes y las presiones
antrópicas son muy bajas, (patrón difuso de Chiribiquete y El Tuparro y difuso-indígena del eje
río Inírida-río Guainía) son los más conservados.
Gutiérrez et al. (2004) señalan al respecto que
los centros poblados en la Amazonia colombiana cumplen roles epicentrales ya que se localizan en zonas transicionales entre la colonización
consolidada y los frentes de colonización.
Al analizar las relaciones entre algunas variables presentadas en el capítulo tercero (p.e.
la relación entre porcentaje de área en coca y
densidad poblacional, Figura 26), se refleja el
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DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS
NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
Patrón
Nombre del
subpatrón
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NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
efecto dinamizador de los cultivos ilícitos en
cuanto a presión demográfica y a la configuración espacial de los patrones. Patrones tipo parche y geométrico-corredor, donde la economía
cocalera ha sido parte de su historia de ocupación, son los que presentan mayores niveles de
transformación.
De igual manera, la relación entre longitud
en vías y porcentaje de área transformada muestra el efecto de transformación que pueden ejercer las variables relacionadas con acceso (en
este caso acceso terrestre) (Figura 27). En los
patrones parche y geométrico-corredor, donde
la densidad de vías es alta, se está ejerciendo
un efecto positivo sobre la deforestación y fragmentación; prueba de ello son las altas tasas de
cambio en coberturas naturales, lo cual concuerda con los resultados obtenidos por Mertens et al. (2004) para Bolivia y lo planteado por
Mertens y Lambin (1997), quienes afirman que
los patrones más cercanos a la red vial son más
susceptibles de ser deforestados. Si se analiza la
incidencia de las vías y la presencia de coca en
el patrón tipo geométrico-isla, se podría pensar
que la mayor afectación se da en los procesos de
fragmentación, sobre todo lo relacionado con
porosidad y efecto de borde.
Figura 26. Asociación entre el porcentaje de área en coca y la densidad poblacional a nivel de patrón
Figura 27. Asociación entre el porcentaje de área en coca y área vial terrestre a nivel de patrón
Los resultados anteriores coinciden con lo
expresado por Armenteras et al. (2006), Etter
et al. (2006) y Gutiérrez et al. (2004), quienes resaltan la alta incidencia de los cultivos
ilícitos, principalmente de coca, en el proceso
de transformación y configuración espacial de
la Amazonia colombiana, siendo el motor que
en cierta medida orienta los procesos de colonización en las zonas bajas (Cavelier y Etter
1995, citados por Etter et al. 2006; Dávalos
2001). Esto reafirma lo planteado por Ariza y
colaboradores en 1998, al referirse al proceso
de ocupación histórico del área del Proyecto,
donde justamente son los procesos de coloni-
zación (diferentes bonanzas) los que han generando nuevas estructuras sociales y por ende,
espaciales.
La evolución de la densidad de carreteras
dentro de los patrones parche y geométrico
han marcado sus características demográficas,
económicas, sociales y de configuración espacial, mientras que el acceso por vía fluvial ha
incidido en las características de los patrones
difusos.
Respecto a la dinámica de la tasa de cambio, en el interior de cada patrón se evidenció
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt
Los datos obtenidos para cada patrón muestran tendencias notoriamente similares entre
patrones parche y geométrico-corredor, a nivel
de la agregación de coberturas transformadas
y patrones difuso a nivel de agregación de coberturas naturales. Nukak y La Macarena se
caracterizan por presentar los más altos niveles de transformación, lo cual va unido a que
son las áreas con mayores niveles de desplazamiento y presencia de grupos armados; así
mismo, son la áreas con mayor presencia de
cultivos ilícitos y las que están más cercanas
a grandes centros poblados como San José del
Guaviare y Vista Hermosa, también presentan
la mayor área en vías y los mayores niveles de
densidad poblacional en la región.
De otro lado, se observa cómo Puinawai y
Chiribiquete y, en menor grado El Tuparro, se
caracterizan por sus bajos niveles de transformación, lo cual se vincula a sus bajos niveles
de densidad poblacional, baja presencia de
cultivos ilícitos, poca y casi nula infraestructura vial y lejanía a grandes centros poblados.
También son zonas que presentan bajos niveles de desplazamiento.
Las anteriores relaciones se comprobaron a
través de un análisis de correlaciones realizado
a nivel municipal entre indicadores estimados
para el año 2000, como cobertura natural, área
en ríos, número de desplazados, área en vías,
población total y rural, y área de pastos y cultivos. Los resultados de este análisis de correlaciones muestran cómo el área en ríos y el área
en vías, el área en pastos y la población, resultaron estar correlacionados de forma significativa y positiva como se esperaba, es decir que,
zonas con mayores posibilidades de acceso a
su vez presentan mayor cobertura antrópica en
pastos y mayor densidad demográfica.
La variable área en vías, al estar asociada
con el área en pastos y el área en cultivos, evidencia el efecto multiplicador negativo sobre
la biodiversidad en la medida en que genera
atracción de población que generalmente se
dedica a actividades como la ganadería y la
agricultura (Figura 28). La variable población
[basada en Sisbén (2003-2004)] resultó estar
correlacionada con el área en pastos. Esta variable también presentó una asociación directa
y significativa con vías, lo cual apoya la hipótesis sobre los efectos multiplicadores de las
vías como atrayentes de población.
Índices relacionados con el bienestar humano como el ICV resultaron estar asociados de
forma directa con el área en ecosistemas naturales, es decir, que a mayor área en ecosistemas naturales, mayor ICV. Este resultado contrasta con lo visto en otros trabajos donde esta
relación era inversa y significativa (Rincón et
al. 2004) (Figura 29).
Variables como área en cultivos ilícitos
presentaron una correlación directa con el
porcentaje de personas trabajando por municipios; esto posiblemente evidencia los ingresos y empleos que generan los cultivos ilícitos en estas zonas. Así mismo, el porcentaje
Figura 28. Área en pastos y vías - Año 2000
Fuente: IAvH
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DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS
NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
que la mayor dinámica de cambio a cobertura
transformada se está presentando en los patrones tipo parche y geométrico-corredor (buffer
< 2,5 km), en contraste con los tipos de patrones: difuso-corredor (indígena), corredordifuso (colono) y geométrico-corredor (buffer
> 2,5 km) que tienen mayores niveles de conservación. Igualmente existe una asociación
de tipo lineal entre el par de variables, tasas de
cambio y porcentaje de cobertura natural para
los períodos analizados para los patrones tipo
difuso-corredor (indígena) y corredor-difuso
(colono); este tipo de asociación es análoga a
los resultados y análisis de Etter et al. (2005),
quienes para diferentes zonas de Colombia encontraron que la deforestación sigue un patrón
logístico no lineal.
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NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
de personas sin ingresos presentó una correlación inversa con el área en cultivos ilícitos
(Figura 30).
El número de personas desplazadas tam-
bién resultó ser significativo y estar asociado
de forma directa con el área en pastos, evidenciando cómo el proceso de desplazamiento, en
la mayoría de los casos, se realiza hacia zonas
ya transformadas.
Figura 29. ICV y área en ecosistemas naturales 1990
Figura 30. Cultivos de coca año 2000 y porcentaje de población trabajando Sisbén (2003-2004)
Modelos y tendencias
Los dos enfoques de modelación que se trabajaron en el Proyecto, los modelos de regresión
logística y los modelos de simulación del paisaje contribuyeron a mejorar el entendimiento
de: i) las relaciones entre los factores asociados
con la pérdida de ecosistemas naturales y la variabilidad espacial de áreas transformadas para
el año 2000 y ii) el vínculo de dichos factores
con la dinámica de cambio de áreas naturales a
transformadas entre la década de los ochenta e
inicios de la primera década del siglo XXI. Los
resultados encontrados y sintetizados permiten
dar insumos para procesos de toma de decisiones sobre cómo dichos procesos de transformación han generado cambios en la biodiversidad
desde la perspectiva de los ecosistemas naturales en esta región tropical y desde el contexto
regional de la Amazonia y la Orinoquia colombianas y del Escudo Guayanés.
Por su parte, los modelos de regresión logística permitieron: i) identificar cuáles factores son
significativos y cómo contribuyen a explicar la
variabilidad espacial de áreas transformadas y
ii) determinar su orden de importancia, dado
que generaron un aumento en el riesgo de transformación de los ecosistemas naturales para el
año 2000, en las zonas de La Macarena, Nukak,
Chibiriquete y Puinawai y en la zona conjunta La Macarena-Nukak. Esta última zona fue
analizada teniendo en cuenta que corresponde
al área con mayor dinámica de transformación.
La zona de El Tuparro no se incluyó en la etapa
de modelación teniendo en cuenta que presenta otra dinámica de cambio en el área natural,
disímil a las cuatro zonas restantes; de hecho,
pueden surgir otros posibles factores asociados
a dichos cambios, tal es el caso del proceso de
quemas, fenómeno relevante para esta zona.
Se evidenció que uno de los principales factores asociados a los procesos de transformación
de ecosistemas naturales fue la accesibilidad, la
cual se estimó a través de la cercanía a vías terrestres y vías fluviales (ríos). Estas variables
resultaron significativas para todas las zonas,
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Respecto al factor relacionado con el estado
legal del territorio, se evidencia que presentó
significancia para las zonas de estudio, excepto
para Puinawai12. Respecto al orden de importancia en el aumento del riesgo de transformación,
en la zona de La Macarena este factor ocupó
el tercer lugar de importancia; para Nukak, el
quinto y para Chibiriquete, el tercero. Para la
zona conjunta La Macarena-Nukak el primer
factor correspondió a las distancias a las cabeceras, pues esta zona presenta una alta influencia de cabeceras con gran importancia económica en la región como San José del Guaviare
y Vista Hermosa.
Por su parte, los modelos de simulación dinámica del paisaje contribuyeron a identificar el
orden de importancia de los factores que tuvieron un efecto en el aumento de la probabilidad
de cambio de áreas naturales a transformadas
entre la década de los ochenta e inicios de la
primera década del siglo XXI para las zonas de
La Macarena y Nukak. En estos modelos, la distancia a las vías ocupó el primer lugar; el estado
legal del territorio, el segundo; y las distancias a
cabeceras, el tercero. Este orden de importancia
fue común para ambas zonas.
Respecto al proceso de simulación de cambios de áreas naturales a transformadas para
estas dos zonas, se estima que los procesos de
transformación esperados hacia el futuro (tendencias) se concentrarán principalmente en las
zonas de borde de fragmentos naturales. De esta
forma, los límites de estas áreas protegidas resultan ser las zonas con mayor probabilidad de
cambio, además del efecto de vecindad de fragmentos transformados en estas mismas zonas.
Los procesos de simulación permiten analizar la dinámica de cambio de los patrones espaciales de las zonas, principalmente por el efecto
dinamizador de las vías terrestres. Se estimó por
ejemplo, para La Macarena, cómo un patrón
tipo corredor (año 2000) probablemente puede
consolidarse en su proceso de transformación
12 Es importante señalar que la zona de Puinawai no presentaba la figura de otros
estados legales, a diferencia de las demás.
en un patrón tipo parche (año 2020), generando
pérdidas en el área natural al ser comparado con
el patrón original.
Teniendo en cuenta que ambos enfoques de
modelación son complementarios, se identificó
que los factores asociados a accesibilidad a las
zonas de estudio, incluyendo el medio terrestre
y fluvial (distancia a vías y ríos), distancia a cabecera y estado legal del territorio, se consideran
como factores relevantes a tener en cuenta para
procesos de toma de decisiones y medidas de respuesta para favorecer los procesos de conservación de la biodiversidad en las zonas de estudio.
Elementos para la conservación y uso
sostenible de la biodiversidad en el
Escudo Guayanés colombiano
Retomando y articulando los resultados de
los anteriores capítulos con la finalidad de explicitar algunos elementos de análisis que podrían
ser tenidos en cuenta, a nivel internacional, en
el desarrollo de la Iniciativa Escudo Guayanés
(GSI 2003) y, a nivel nacional, en los instrumentos de política y de gestión relacionados
con las áreas protegidas existentes en el Escudo
Guayanés colombiano: las reservas nacionales
naturales (RNN) de Nukak y Puinawai, y los
parques nacionales naturales (PNN) de Sierra
de La Macarena, Serranía de Chiribiquete y El
Tuparro.
En el campo internacional, desde finales del
siglo XIX, la declaración de áreas protegidas es
una de las principales estrategias de conservación de la biodiversidad. En la última década,
esta herramienta ha sido promovida internacionalmente por el Convenio de Diversidad Biológica y, nacionalmente, por la Ley 165 de 1994.
Sin embargo, la efectividad de esta herramienta
se garantiza no sólo por la conservación de la
biodiversidad en el interior de las áreas protegidas, sino también por el mantenimiento de
las conectividades entre ellas para preservar los
procesos ecológicos de una región.
Para la Unión Mundial para la Conservación
de la Naturaleza (UICN), un área natural protegida es “una superficie de tierra y/o mar especialmente consagrada a la protección y al mantenimiento de la diversidad biológica, así como
de los recursos naturales y los recursos culturales asociados; y manejada a través de medios
jurídicos u otros medios eficaces” (Amend et
al. 2000). Las áreas protegidas tienen impacto
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DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS
NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
exceptuando Puinawai, debido a que no presenta cercanía a carreteras y la influencia significativa fue debida a la cercanía a ríos. Para la zona
de Chiribiquete, aunque muestra significancia
en la variable cercanía a vías, se debe tener en
cuenta que posee una ínfima área en carreteras
si se compara con el resto de zonas.
DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS
NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
ambiental positivo no sólo dentro de las zonas
declaradas como tales, ya sea por la conservación in situ de la biodiversidad u otros objetivos
de protección, sino también fuera de su jurisdicción, por los servicios ecosistémicos prestados
en los ámbitos local, regional, nacional y global.
De manera contraria, lo que sucede en las áreas
de influencia de las áreas protegidas, las afecta,
ya sea por razones de ruptura de la conectividad
para cierto tipo de especies biológicas o porque
se constituye en una amenaza que puede afectar
directamente el área núcleo de conservación.
Por ello, la gestión de las áreas protegidas requiere planificarse desde una visión de contexto
regional, comprendiendo las presiones antrópicas que restringen el cumplimiento de los objetivos de la conservación in situ de la biodiversidad, garantizando la efectividad de las zonas
de amortiguación y preservando los corredores
biológicos plasmados en los remanentes naturales, de tal manera que existan las conectividades
necesarias entre las áreas de manejo especial,
formalmente establecidas.
La política de Parques con la gente y la
conservación de la biodiversidad
La “Participación Social para la Conservación”, más conocida como “Parques con la
gente”, es la política nacional más directamente relacionada con la conservación de las áreas
protegidas. El objetivo tres de dicha política
busca “contribuir con la solución de conflictos
por uso y ocupación de las áreas protegidas y
sus zonas de influencia, a través de la búsqueda
de alternativas sostenibles” (UAESPNN 2001).
De esta manera, se reconocen los conflictos
existentes en la zona, ya presentes desde hace
varias décadas, como los traslapes con resguardos indígenas o los asentamientos de colonos o
campesinos. Así mismo, la política es consciente de la necesidad de una acción integral, que incluya la búsqueda de alternativas sostenibles en
las zonas de influencia de las áreas protegidas.
En el área de estudio se encuentran las dos
únicas reservas nacionales naturales del país
(RNN de Nukak y Puinawai), el parque nacional más grande del país (PNN Serranía de Chiribiquete), el PNN de La Sierra de La Macarena
(que incluye ecosistemas andinos, orinoquenses
y amazónicos) y el PNN El Tuparro (incluido
en una reserva de biosfera y el único parque nacional natural de la Orinoquia colombiana con
ecosistemas de sabanas).
La presencia de un área protegida influye de
forma relevante en los niveles de conservación,
pues en los lugares que no contienen esta figura se presenta mayor probabilidad de deforestación. La declaración de áreas protegidas ha
favorecido el mantenimiento de los ecosistemas
naturales. En los modelos de regresión logística
se encontró que la probabilidad de hallar áreas
deforestadas es mayor en zonas no declaradas
como área de manejo especial, ya sea parque,
reserva o, incluso, resguardo indígena. Lo anterior ratifica la importancia de declarar formalmente áreas protegidas, y de garantizar la efectividad en el manejo de las mismas, incluyendo
sus zonas de amortiguación.
Elementos para los planes de manejo de
las áreas protegidas
La administración de las áreas protegidas de
orden nacional está a cargo de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques
Nacionales Naturales (UAESPNN). A nivel de
cada área protegida la planificación y gestión se
está desarrollando a través de planes de manejo,
teniendo en cuenta también las zonas de amortiguación.
El plan de manejo es “la herramienta de planificación que determina la gestión en un área
protegida para el logro de sus objetivos de conservación, a partir de una mirada de largo, mediano y corto plazo, enmarcada en las realidades naturales, socioculturales e institucionales,
y en las dinámicas geográficas e históricas en
las que se encuentra inmersa el área protegida”
(UAESPNN 2001).
Los resultados del Proyecto aportan al componente descriptivo de los planes de manejo,
pues complementan la base de conocimiento
para la toma de decisiones, y al componente de
ordenamiento, ya que se analizan los escenarios
actuales y tendenciales de las áreas protegidas
ubicadas en la región de análisis. Adicionalmente, muestran la importancia de centrar la
atención en factores antrópicos específicos para
cada una de estas áreas de manejo especial, particularmente en sus zonas de influencia.
La Macarena
En La Macarena, la distancia a las carreteras
y a los ríos son los factores más influyentes en
la transformación de ecosistemas naturales. El
riesgo de deforestación es seis veces mayor en
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt
La distancia a las cabeceras y el estado legal
del territorio son también factores significativos
que explican la transformación de los ecosistemas naturales. El riesgo de deforestación es
cuatro veces mayor si un ecosistema natural se
encuentra fuera del PNN La Macarena o si se
encuentra a menos de 50 km de las cabeceras
municipales. En el caso de esta zona, los municipios más importantes son La Macarena y San
José del Guaviare. Cabe destacar que el incremento en los procesos de pérdida de superficie
de bosque interior se registra en el corredor del
río Guayabero, donde visualmente se observa
una marcada conexión entre las poblaciones de
La Macarena y San José del Guaviare.
Nukak
En Nukak la distancia a las cabeceras municipales tiene el mayor efecto en el aumento de
la probabilidad de transformación de ecosistemas naturales. Si un lugar se encuentra a menos
de 50 km de una cabecera municipal, el riesgo
de encontrar áreas deforestadas es 54 veces mayor que cuando se ubica en un sitio lejano de
los centros poblados. Las principales cabeceras
municipales en la zona son El Retorno, Calamar
y San José del Guaviare, siendo esta última la
de mayor influencia económica en toda el área
de estudio.
También fue significativa la distancia a las
carreteras primarias y secundarias. Se estima un
riesgo once veces mayor de deforestación cuando la vía terrestre se encuentra a menos de 1
km, que cuando la carretera está lejana. Esto es
comprensible si se tiene en cuenta la aparición
de infraestructura vial cerca de Puerto Alvira y
cabeceras del Alto Inírida y la ampliación del
área de colonización de los ejes San José-Calamar y Miraflores-Barranquillita.
lugar se encuentra más cerca de los ríos y de las
vías primarias y secundarias, y particularmente, en la franja norte de la zona. La mayor concentración de fragmentos transformados está
localizada en las áreas de los ejes de influencia
de San José del Guaviare-Calamar, que abarca
parte del municipio de Miraflores y la colonización sobre el río Tunia (municipio de Calamar).
Las áreas transformadas están representadas
por pequeñas chagras de agricultura itinerante
y chagras de viento.
Puinawai
Puinawai únicamente registra una variable
de importancia significativa: la distancia a ríos.
Esto es consistente con el hecho de que en esta
zona los ríos Inírida y Guainía son las principales vías de transporte.
La zona no presenta cabeceras municipales
ni vías terrestres importantes, lo cual puede asociarse con los menores niveles de transformación natural, en relación con las demás zonas de
análisis. Los ecosistemas transformados están
representados en su gran mayoría por pequeñas
chagras (cultivos y rastrojos de agricultura itinerante indígena), que se asocian a las llanuras
aluviales de los ríos Inírida, Guainía, Cuiari y
caño Nabuquén.
El Tuparro
La zona de El Tuparro está conformada
primordialmente por bosques de galería y diferentes tipos de sabanas. El proceso de fragmentación obedece principalmente a quemas
ocurridas especialmente en las sabanas secas.
La mayor concentración de fragmentos transformados está localizada en el área amortiguadora suroccidental del PNN El Tuparro.
La Macarena-Nukak
Chiribiquete
Se vio la importancia de analizar de manera
conjunta las zonas de La Macarena y Nukak, ya
que presentan los mayores procesos de deforestación y fragmentación, y requieren acciones
coordinadas para garantizar la conectividad entre las dos áreas protegidas.
Debido a sus bajas condiciones de accesibilidad, la zona de Chiribiquete presenta el menor
grado de fragmentación de ecosistemas dentro
del área del Proyecto. Sin embargo, existe riesgo de transformación en la medida en que un
Para la zona conjunta La Macarena-Nukak,
el principal factor determinante de cambio de
cobertura natural a transformado corresponde
a las distancias a las cabeceras, pues esta zona
evidencia una alta influencia de cabeceras con
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sitios que se encuentran a menos de 1 km de las
vías primarias y secundarias, que cuando se encuentran lejos de ellas; y en el caso de los ríos,
es el doble cuando están cerca de los ríos que
cuando no lo están. Las principales vías fluviales de la zona son el río Guayabero y Ariari.
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NATURALES EN EL ESCUDO GUAYANÉS COLOMBIANO
gran importancia económica regional como
San José del Guaviare y Vista Hermosa. Aunque tanto La Macarena como Nukak presentan
alto riesgo de deforestación, este sin embargo
el riesgo es mayor en la primera zona que en la
segunda.
Tanto en La Macarena como en Nukak, la
cercanía a las vías terrestres tienen un mayor
efecto sobre el aumento de la probabilidad de
cambio de natural a transformado. En segundo
lugar, se encuentra el tipo de estado legal del
territorio, indicando que las áreas de manejo especial (parque, reserva, resguardo) presentarán
un menor efecto en la probabilidad de cambio
de natural a transformado, en relación con otras
figuras de tenencia del territorio.
Entre la década de los noventa y el año 2000,
la pérdida de cobertura natural de La Macarena
fue de 0,79% anual, mientras para Nukak fue
de 0,40%. Si no se realiza ninguna acción de
respuesta, esta tendencia se consolidará en los
próximos años. La matriz de transición permitió
estimar una probabilidad de cambio de una cobertura natural a transformada en La Macarena
(0,11) cercana al doble de la de Nukak (0,06).
Este tipo de aproximaciones aportan elementos desde la perspectiva de otros estudios como
el realizado por Verdurg et al. (2003), y complementan otros ejercicios de simulación abordados
para la Amazonia brasileña y dinámica de cambio para zonas urbanas desarrollados por SoaresFilho et al. (2002) y Almeida et al. (2005).
Áreas protegidas y resguardos indígenas
También hay otras categorías de manejo especial no directamente consideradas de conservación, pero que contribuyen a este propósito
como los resguardos indígenas y las reservas
forestales.
El 51% de la zona de estudio está constituida por áreas de manejo especial: 25 resguardos
indígenas, tres parques nacionales naturales,
las dos únicas reservas nacionales naturales del
país, y un área de traslape entre reserva-resguardo, en Puinawai. El 49% restante corresponde a
áreas de reserva forestal de la Amazonia, sustracción a la reserva y zonas de pastos en la Orinoquia (IGAC-IAvH 2006).
El resguardo es una figura de ordenamiento territorial, mas no una categoría de área
protegida; sin embargo, sus formas de manejo ambiental favorecen la conservación de la
biodiversidad en sus territorios. En el área de
estudio habitan 25 resguardos indígenas, que
cubren más de 3,6 millones de ha. Lo anterior es indicativo de la alta diversidad cultural
presente en la región y de la importancia de
incorporar estos actores en la planificación y
gestión ambiental territorial.
En Puinawai existe traslape entre el área protegida y resguardos indígenas; sin embargo, no
ha sido limitante para la conservación de los
ecosistemas naturales. Cabe anotar que, en términos relativos, es la zona que presenta el mayor porcentaje de ecosistemas naturales.
Los planes de vida de los resguardos son, a
su vez, un instrumento que favorece la búsqueda
de una armonización entre la conservación de la
biodiversidad y de los valores culturales de los
pueblos indígenas, en la medida en que la preservación de la naturaleza es parte fundamental
de sus sistemas productivos. En ese sentido, las
comunidades indígenas pueden considerarse
socios aportantes al objetivo de conservación
de la biodiversidad en la región.
Lo anterior es congruente con la Declaración
de Paramaribo, que afirma que los pueblos indígenas juegan un importante papel en la conservación de la biodiversidad (CI, IUCN y UNDP
2002, recognizing n. 3), y con los planteamientos del Primer Congreso Internacional del Escudo Guayanés, sobre la necesidad de construir
acuerdos entre los pueblos indígenas y las entidades gubernamentales que reconozcan las
necesidades de la conservación y los derechos
de los indígenas (UNEG, Fundacite Guayana y
Bioguayana 2006).
Elementos a tener en cuenta
en la política y gestión relacionadas
con las áreas protegidas
A nivel internacional
Como respuesta a los procesos de fragmentación y deforestación, desde el año 2001 se
desarrolla la Iniciativa del Escudo Guayanés
(GSI por sus siglas en inglés) como un proyecto ecorregional que tiene como propósito establecer un mecanismo financiero sostenible para
conservar los ecosistemas de dicha región. Esta
iniciativa, liderada por IUCN Holanda, incluye
a las comunidades locales, las autoridades na-
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El presente proyecto aporta insumos al programa de monitoreo de la Iniciativa del Escudo
Guayanés, en lo concerniente a la franja colombiana, y al sistema de información que se pretende desarrollar, con el fin planificar las áreas
estratégicas de conservación. Lo anterior aplica
tanto para la identificación de los ecosistemas
naturales como de las principales presiones
sociales, económicas y demográficas que afectan la Guayana colombiana, y de esta manera
complementar los estudios que se realicen en la
región.
La franja colombiana del Escudo Guayanés
es estratégica para toda la región, tanto por sus
altos niveles de ecosistemas naturales (más del
93% de la superficie), como por las presiones
antrópicas que amenazan su conservación. Adicionalmente, por el estado legal del territorio,
pues una alta proporción del área (51% del área
total) contiene una figura que ayuda a su conservación, ya sea parque nacional, reserva natural
o resguardo indígena.
En la zona de El Tuparro las mayores presiones antrópicas a la biodiversidad están dadas,
en primer lugar, por las actividades de captura
y comercialización de recursos pesqueros tanto de consumo como de carácter ornamental y,
en segundo lugar, por la caza. La frontera con
Venezuela juega un papel decisivo en la demanda de productos derivados de la biodiversidad.
Por ello, se requiere una planeación binacional
para el manejo pesquero, que coordine adecuadamente las vedas y garantice el uso sostenible
de los recursos.
A nivel nacional
Los resultados de esta investigación contribuyen a enriquecer la línea base de los planes
de manejo de las áreas protegidas y aportan
elementos de diagnóstico para la definición de
las prioridades a nivel regional. En particular,
el Proyecto aporta indicadores e información
sobre el estado y las tendencias de los ecosistemas naturales y sobre los factores antrópicos
que explican los cambios en la transformación
de las coberturas naturales en la zona del escudo
Guayanés colombiano.
Se comparte la Declaración de Paramaribo
en cuanto a la conformación del Sistema Regional de Áreas Protegidas para la porción colombiana de la región de Guayana (CI, IUCN
y UNDP 2002). De esta manera se mejorará la
efectividad de las áreas formalmente protegidas
y la conectividad ecológica entre las mismas.
Los factores antrópicos a tener en cuenta son
las vías de acceso y la población humana. Se infiere, por lo tanto, la necesidad de diseñar políticas de transporte (tanto fluviales como terrestres) y de población que sean ambientalmente
sostenibles, en la medida en que se identificaron como los principales factores asociados con
pérdida y fragmentación de ecosistemas naturales. Es importante recalcar que los procesos
de colonización y de economía extractiva están
ligados a la posibilidad de acceso fluvial o terrestre y a la cercanía de los principales centros
de mercado.
En cuanto a transporte, es particularmente
importante considerar para la región de estudio
los impactos ambientales de proyectos como la
carretera Marginal de la Selva en las conectividades ecológicas actualmente existentes, ya sea
en el interior de las áreas protegidas o en los
remanentes de bosque natural. Si bien las vías
terrestres son primordiales para el crecimiento
del PIB, también existen beneficios económicos
de la conservación de los ecosistemas naturales, los cuales deben ser tenidos en cuenta en la
toma de decisiones relacionadas con el diseño
de la infraestructura vial.
En materia de política poblacional, es urgente partir de la existencia de los anillos de poblamiento (Gutiérrez, Acosta y Salazar 2004), y
adelantar procesos con las comunidades indígenas, los colonos y los propietarios, para buscar
un balance entre la conservación de los ecosistemas naturales actuales y la calidad de vida de
las poblaciones presentes en la región. La presencia de resguardos indígenas es un factor favorable a la conservación. La estrategia es considerar a los indígenas como socios estratégicos
en los planes de manejo de las áreas protegidas
y en los procesos de desarrollo de los sistemas
regionales de áreas protegidas –Sirap–.
En Meta, Guaviare, Caquetá, Guainía y Vichada el sector agropecuario representa más
del 30% de la actividad económica de los cinco
departamentos. En Guaviare, por ejemplo, participa en más del 70%. Se destaca la necesidad
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cionales, las ONG nacionales e internacionales
y la academia, con el fin de identificar las prioridades de conservación y alternativas de mejoramiento de la calidad de vida de la población
(GSI 2003).
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de trabajar con los propietarios y colonos para
el desarrollo de sistemas agrarios sostenibles
para la conservación –SASC– señalados en la
política de Parques con la gente (UAESPNN
2001), que disminuyan la presión ambiental en
las zonas de amortiguación de las áreas protegidas (Cubides y Domínguez 1999).
La Guayana colombiana ofrece oportunidades de conservación a escalas no posibles en
otras regiones del país; sin embargo, la región
es altamente vulnerable a las presiones antrópicas. Se requiere que la planificación de las
áreas protegidas se articule con la planificación
regional. Es necesaria una gestión coordinada
de la UAESPNN, las corporaciones autónomas
regionales, las entidades territoriales, las organizaciones indígenas y las comunidades locales.
Así mismo, una articulación con la planificación
y gestión de nivel nacional. Por ejemplo, la presencia de cultivos de uso ilícito en la zona desde
hace varias décadas (UNODC 2006) y el actual
desplazamiento de los mismos a áreas con re-
manentes naturales, como consecuencia de las
fumigaciones a los cultivos ilícitos (balloon
effect), ha conllevado impactos en los procesos
de deforestación y fragmentación (Cárdenas y
Rodríguez 2004, Moreno et al. 2003). La solución de este problema deberá coordinarse entre
las autoridades del nivel nacional y los actores
regionales y locales (Sinchi 1999); lo mismo
que la erradicación de la pobreza o la concentración de la tierra. Cabe recordar que es una
de las regiones con menor calidad de vida, en
comparación con el resto del país.
Como reglamentación del artículo 11 de la
Ley Forestal, las corporaciones autónomas regionales del área de estudio (CDA, Cormacarena, Corpomazonia y Corporinoquia) tienen el
reto de elaborar planes generales de ordenación
forestal. Ésta es una oportunidad para garantizar la sostenibilidad de las conectividades entre
las áreas protegidas, de tal manera que se mantengan las funciones y servicios ecológicos en
la región.
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt