152 Bogotá, 11 de marzo de 2014 RUSIA Y SU PERÍMETRO DE SEGURIDAD1 Palabras clave: Rusia, Política Exterior, Seguridad Nacional, Unión Europea y Estados Unidos, América Latina Contextualización En la década de los años cuarenta del SXX, Walter Lipmann en su obra “Política Exterior de los EEUU: Escudo de la República”, desarrolló el término de “Seguridad Nacional”, el cual a partir de ese momento haría parte del lenguaje común de la relaciones internacionales y la geopolítica contemporáneas. Con dicho término Lipmann al igual que otros autores empezaría a delimitar los “Perímetros de Seguridad” de los bloques de poder en el marco de la guerra fría, dichos perímetros no se limitaban a las fronteras nacionales y a la concepción clásica de defensa, los perímetros de seguridad irían hasta donde llegasen los intereses de estos bloques de poder, es así que para los Estados Unidos de América su perímetro de seguridad abarcaba a Europa Occidental, el hemisferio occidental, parte de Oriente Medio, entre otros lugares donde prevaleciesen los intereses propios y de sus aliados. Lo propio pasaría con la Unión Soviética, que en el marco del Pacto de Varsovia delimitaría los alcances geopolíticos de su perímetro de seguridad. Después de dos décadas de finalizada la guerra fría, las concepciones geopolíticas sobre perímetros de seguridad siguen vigentes, manteniendo en muchos aspectos las “herencias” de la guerra fría, la crisis de Ucrania es una muestra de cómo la Federación Rusa considera a este país como parte esencial de su perímetro de seguridad, y por ende cualquier intervención de la Unión Europea y Estados Unidos, 1 Este documento forma parte de la serie “Informativo” del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. En su elaboración, participaron los miembros de esta dependencia académica. La versión final estuvo a cargo de Juan Pablo Gómez Azuero, asesor del IEGAP y docente de la Facultad de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad. 1 se considera una amenaza a los intereses geopolíticos y geoestratégicos de Rusia. Del mismo modo la crisis con Georgia en 2008, que se zanjó con una acción militar contundente por parte de los rusos en las regiones de Osetia del sur y Abjasia fue otra muestra de la prevalencia de los perímetros de seguridad que aún mantienen tanto Estados Unidos como la Federación Rusa en distintas partes del mundo. El fin del mundo unipolar El resurgimiento de la Federación Rusa como potencia mundial tras la caída del régimen soviético, demostró que un mundo unipolar en cabeza de los Estados Unidos de América, es cosa del pasado. No obstante y sin desconocer su condición de potencia mundial, el actual gobierno estadounidense tendrá que adaptarse a un nuevo “tablero geoestratégico”, en donde actores extracontinentales se instalan lenta y paulatinamente en su otrora espacio de influencia natural, su “patio trasero”, Latinoamérica. Uno de estos actores es la Federación Rusa, que ve en países de la región como Venezuela, Nicaragua y Cuba un “nicho” de oportunidades para el desarrollo de intercambios comerciales, inversión en sectores estratégicos como el petróleo, intercambios tecnológicos, venta de armas, entre otros aspectos, que permiten a su vez, una proyección estratégica de esta potencia en el hemisferio Occidental. Este nuevo escenario se da por cuenta del surgimiento en la última década en América Latina, de gobiernos autodenominados progresistas y socialistas que comparten afinidades ideológicas, geoestratégicas y geopolíticas que se expresan en el antiimperialismo, en el rechazo de modelos económicos neoliberales y políticas comerciales (ALBA vs. TLC), todo esto traducido en relaciones dependientes y exclusivas con Estados Unidos de América. Estos gobiernos en el nombre de socialismo del siglo XXI”2, expresan nuevos paradigmas en las relaciones internacionales en el continente Americano, paradigmas que alteran en muchos aspectos la relativa y tradicional estabilidad que se ha mantenido en la región durante décadas. 2 En la última década, en diferentes países de América Latina ha tenido lugar un proceso paulatino de cambio político que ha permitido la llegada al poder de líderes y movimientos identificados como de izquierda, con lo cual, el panorama político de la región se ha modificado sustancialmente con relación al históricamente existente… Puede así que el proceso político que se ha presentado en la región, no surge como resultado ni es manifestación de una tendencia única continental, por el contrario, en cada uno de los casos de los diferentes países se origina a partir de coyunturas particulares y dinámicas internas muy específicas. Además, la izquierda presenta una multiplicidad de tendencias y movimientos con profundas diferencias entre sí, mucho más notorias y sentidas en el contexto de América Latina, que impedirían establecer o identificar una identidad única entre los gobiernos de esta ideología. VALDERRAMA, León Levi. América Latina: ¿Un giro a la izquierda?, Cuaderno de Análisis 2, Instituto de EstudiosGeoestratégicos y Asuntos Políticos, Universidad Militar Nueva Granada, p.26. 2 La nueva guerra fría: pulso de poderes Fenómenos como la guerra civil Siria, la crisis de Ucrania entre otros acontecimientos recientes, han demostrado que el tablero geopolítico y geoestratégico se sigue moviendo, esta vez en el marco de un equilibrio de poder traducido en la voluntad del gobierno ruso de “equilibrar” los perímetros de seguridad con la instalación de bases militares en pivotes geoestratégicos clave. Es así que se explica el respaldo ruso al gobierno sirio de Bashar al - Assad, por cuanto este régimen es el principal aliado ruso en el medio oriente, dicha alianza se expresa en el puerto aeronaval de Tartuz, base que permite a Rusia incursionar en el Mediterráneo, lo propio que sucede con el puerto de Sebastopol en Crimea, que le da la entrada a los rusos al Mar Negro y por ello se explican las acciones rusas que se dan actualmente en Ucrania con el fin de consolidar el dominio sobre esta vital región. Los Rusos en América Latina La visión contemporánea de la geopolítica de la Federación Rusa post Yeltsin, se cimenta en mantener su tradicional espectro de influencia en las zonas geográficas que le rodean (Europa Oriental especialmente). Con la entrada en la Unión Europea y subsecuentemente en la OTAN de países que otrora pertenecían a la Cortina de Hierro, la amenaza se incrementa para los intereses rusos, que ven a la alianza atlántica y a la influencia estadounidense como factores de desestabilización para Eurasia. Putin sabe muy bien que equilibrar las cargas, permitirá contener las eventuales amenazas – disuasión estratégica rusa-. En este hemisferio –el occidental-, la política exterior rusa busca con la instalación de bases militares en Cuba, Venezuela y Nicaragua3 -en lo que respecta a América Latina, incursionar con un equilibrio geoestratégico al mejor estilo de la guerra fría frente a los Estados Unidos, ello explica el “delicado ajedrez” que se está jugando en la actualidad. 3 De acuerdo con Serguéi Shoigú, el ministro de Defensa ruso; Rusia está negociando instalar sus bases militares con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Seychelles, Singapur y otros Estados. 3
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