Perdone profesor ¿Qué es un Maestro? - AtrioGetafe.org Atrio Getafe

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12 de Octubre 2014 – nº - 5
Luis F. Gómez
Perdone profesor
¿Qué es un Maestro?
No podemos reducir la educación a una productividad vinculada a
notas ni reducirla al moralismo de ser más o menos buenas
personas.
Educar viene de “educere” en latín, que significa conducir fuera de sí mismos para introducirnos
en la realidad.
En esta tarea el profesor se tiene que poner delante de los alumnos en primera persona, se educa
con la propia vida. Sólo somos convincentes si los valores que transmitimos como padres o
como profesores son experimentados, no son sólo valores teóricos o abstractos. Si realmente los
creemos nosotros, eso se traslada a nuestra forma de hacer y decir.
La educación puede ser para
el profesor sólo un medio
como otro cualquiera de
ganarse la vida o puede ser el
medio que elige para
entregarla, la vida se nos da
para entregarla de una u otra
forma.
Los alumnos, como todo ser
humano, en su necesidad de
ser
amados
detectan
fácilmente si el profesor se
ha puesto en primera
persona, si se toma la
educación y su propia vida en serio o no. Al igual que nos pasa respecto a nuestros hijos como
padres. La educación es una tarea compartida, principalmente entre profesores y padres. Se trata
de un encuentro de dos libertades, profesor – alumno, padre – hijo, adulto – joven. Educar es
un riesgo, así la vida del profesor, como la de los padres, nunca es tranquila.
Es bueno que los alumnos saquen buenas notas y por supuesto que sean buenas personas. Pero
estas dos cosas, aún siendo muy buenas, no son lo fundamental en la educación. Los alumnos,
como todos los seres humanos, tienen un deseo en su corazón que va más allá, es ese deseo de
ser amados, ese deseo de sentirse respetados, de ser valorados tal y como son, ese deseo de
verdad, de justicia. Esto es lo que es realmente esencial en sus vidas. Principalmente esto es a lo
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que debe dirigirse la educación además de a adquirir conocimientos. No podemos reducir la
educación a una productividad vinculada a notas ni reducirla al moralismo de ser más o menos
buenas personas.
Benedicto XVI nos invitaba constantemente a transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor
positivo de la vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Es esa pasión por
la vida que sólo se puede transmitir si uno mismo la tiene.
A veces los adultos y así lo trasladamos a los jóvenes, nos instalamos en la queja y la queja no
construye, sólo lleva a la desesperación.
El Beato Faustino Miguez nos recordaba la importancia de la educación para ser feliz y como
medio de renovar la sociedad. Ese es el MAESTRO, aquel que hace despertar en el alumno las
grandes preguntas de la vida, el que hace despertar esa pasión por el saber, esa capacidad de
observación y asombro por la realidad, por la creación entera, en definitiva, el que despierta en
sus alumnos el gusto por vivir.
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