www.pulso.cl • Martes 28 de octubre de 2014 @pulso_tw facebook.com/pulsochile OPINION 7 Tribuna Libre La nueva mediocridad: ¿solo en economía? Es del todo evidente que en la coalición gobernante prima un afán por desmantelarlo todo, hasta lo hecho por la Concertación. ÁLVARO PEZOA BISSIÉRES C ON MOTIVO del Chile Day realizado pocos días atrás en Londres, el prestigioso medio de prensa inglés Financial Times publicó una columna dedicada a la realidad económica de nuestro país con el sugestivo título de la “nueva mediocridad”. Obviamente, el artículo resultó altamente controversial y causo escozor en las esferas gubernamentales. Se trató, al fin y al cabo, de una dura crítica a la conducción de la economía patria, encabezada por un irónico titular y contando con la presencia del mismísimo ministro de Hacienda en tierras de la vieja Albión. Más allá del natural revuelo alcanzado por la publicación, en lo substantivo no hace sino decir en forma directa y argumentada, desprovista de los clásicos eufemismos propios de nuestra cultura, lo que todos (o casi) sabemos: Chile ha perdido gradual y ostensiblemente su calidad de ejemplo de manejo macroeconómico regional para irse convirtiendo en un caso lamentable de pérdida de energía y pujanza y comenzar a calificar entre aquellos países que teniendo oportunidades significativas se contentan con marcar el paso. Reformas y señales inapropiadas han llevado a debilitar la confianza y las expectativas de los agentes económicos. Como si lo anterior no fuese suficiente, se anuncia con insistencia una próxima reforma laboral, que en los rasgos generales enunciados resultaría para nada facilitadora de la flexibilidad requerida en el campo de la contratación de trabajo. Sobre lo expuesto ya se ha dicho bastante. Sin embargo, menos respecto a que esa “nueva mediocridad” se ve replicada en casi todos los ámbitos del quehacer gubernativo. Es del todo evidente que en la amplia coalición gobernante prima un afán por desmantelarlo todo, hasta lo hecho por su antecesora Concertación por la Democracia. Esos aires destructivos no se aprecian acompañados de un buen proyecto constructivo y de bien común. A lo más, en algunos involucrados directos se vislumbran buenas intenciones sin sustento en las consiguientes políticas públicas serias que hagan posible esos desideratum. Entre otros, por momentos aparentemente mayoritarios o predominantes, priman la ideología, el slogan vendedor a la vez que fatuo, y unas ansias de poder y figuración escasamente encubiertas. Desde luego, la reforma educacional enfocada a eliminar el lucro, terminar con la selectividad y propender a la gratuidad universal, no es más que una melange de ideología trasnochada, promesas populares demagógicas y regresión al pasado, además de mala. Por supuesto, el verdadero quid del asunto, esto es, otorgar una educación de mejor calidad para todos los chilenos, brilla por su ausencia en este debate. A L FIN de cuentas, se pretende dar mayor injerencia dirigista al Estado, conculcar la libertad de los padres para elegir la mejor educación para sus hijos y reducir dramáticamente la posibilidad de los particulares y diversas instituciones de ofrecer alternativas formativas a las familias chilenas, concretamente aquellas que parecen otorgar mayor posibilidad a las ultimas en influir en el proceso educativo de sus hijos. ¿Dónde queda cautelada en una reforma con este énfasis la condición de los padres como primeros educadores de sus hijos? ¿Y el principio de subsidiariedad que asegura la libertad real en el orden social? Dicho sin ambages, el proyecto que ha salido del trámite en la Cámara de Diputados es francamente desastroso. Es de esperar que en el Senado de la República prime la cordura y el proyecto salga desde allí transformado en su misma esencia. La lista de mediocridades ad portas es larga y substantiva. Y en algunos casos se trata del mal mismo. Por ejemplo, propender a una cultu- Mente Ágil 9 5 6 Las tecnologías de cloud son tanto o más seguras que las tradicionales, pues el problema no está en la tecnología misma, sino en las prácticas y protocolos que manejan empresas y proveedores. 3 4 9 9 L 3 3 7 8 2 1 1 7 6 1 4 2 3 6 3 1 59 58 8 51 34 37 31 49 66 65 55 67 28 40 26 74 78 25 24 81 90 96 5 8 11 3 98 122 121 131 1 132 100 14 10 89 93 43 44 42 72 75 PULSO EDITORIAL Versión ampliada de esta columna en www.pulso.cl y en edición para iPad. 127 120 114 128 107 Completa la cuadrícula para que los números se conecten horizontal, vertical o diagonalmente. Vea la solución en www.pulso.cl La seguridad de los datos en la “nube” 1 2 9 El autor es profesor titular cátedra de Etica y Responsabilidad Empresarial Fernando Larraín Vial ESE Business School ([email protected]). Pulso Tech 6 5 ra de la muerte: los proyectos sobre el aborto y la eutanasia son botones de muestra incontestables en este sentido. Una sociedad que cambia una cultura pro vida por otra pro muerte, queda herida en su misma alma, pues transforma a la persona en un ser desechable e intrascendente. ¿Y el expresamente mal denominado “matrimonio gay”? Se trata de un desorden jurídico, moral y social de la mayor especie. Por lo demás innecesario para cautelar el trato digno que toda persona merece, independiente de sus conductas sexuales. Qué decir de esa otra caja de Pandora que espera su turno en la línea de producción de “la retroexcavadora”, como es la tan mentada reforma constitucional, que sería imprescindible para dar legitimidad democrática al Chile post transición. No es claro que la sociedad chilena resista tanto afán de cambios radicales, apurados e insuficientemente meditados y elaborados. Más nítido es que en sus fines igualitaristas a ultranza y en sus concepciones irrealistas, el país siga sumiéndose en la mediocridad y retrocediendo, más que avanzando, en los logros obtenidos tras décadas de esfuerzo. Inquietante resulta un posible encaminamiento hacia posiciones populistas destructivas y regresivas. En cualquier caso, no sería de extrañar que siguiendo la ruta actual, ocurra en Chile aquello que Alfonso Guerra, segundo hombre en el poder tras Felipe González cuando el PSOE gobernaba en España, auguraba para su tierra natal: “En unos años no la reconocerá ni la madre que la parió”. ¿Para bien? P AS RECIENTES filtraciones de fotografías íntimas de actrices, almacenadas en la “nube”, han vuelto a levantar el tema de la seguridad de aplicaciones y datos alojados en los sistemas de cloud computing. Muchas de las opiniones que se han escuchado se han hecho desde la ignorancia acerca de cómo funcionan las tecnologías en la “nube”. Esto porque, en primer lugar, dicho incidente no tuvo nada que ver con la seguridad de los datos en los sistemas de cloud, sino que habría sido por un ataque de ingeniería dirigido, aprovechando la debilidad de los smartphones y la ingenuidad a la hora de instalar aplicaciones o navegar en sitios poco seguros. En segundo lugar, si las empresas no quieren que sus datos queden expuestos, no hay plataforma capaz de evitarlo si no se educa a sus empleados, clientes o proveedores en materia de seguridad y no se despliegan los controles para que códigos maliciosos y virus no accedan. Ningún sistema que involucre manipulación humana de datos es infranqueable, como lo prueba el Caso Snowden. En tercer lugar, las tecnologías de cloud son tanto o más seguras que las tradicionales, pues el problema no está asentado en la tecnología misma, que cada vez tiene mejores estándares de seguridad, sino en las prácticas y protocolos que manejan empresas y proveedores de servicios TI. Las tecnologías de cloud permiten levantar una plataforma de cómputo que antes JACOB DELGADO demoraba 70 días en minutos u horas. Esto se entrega en forma de un portal web de administración donde el proveedor TI le entrega la responsabilidad de su seguridad al cliente. Es como una inmobiliaria que le pasa al cliente las llaves de su sitio en un condominio (la nube), donde puede levantar casas o edificios, y donde la inmobiliaria (el proveedor TI), permite administrar la seguridad con la mejor infraestructura disponible (datacenter y servicios). Además, se pueden proveer prestaciones adicionales de seguridad. Por ejemplo, mediante soluciones cifradas, que aíslan la posibilidad de daño en entornos virtuales, donde los proveedores no pueden acceder a los datos y plataforma de cloud del cliente, que es el equivalente a no querer que el proveedor de TI tenga copia de la llave del sitio del cliente. Cualquier persona que administra máquinas de cómputo tiene, de una u otra manera, acceso a la información almacenada. Por esto, cuando los sites quedan bajo la tutela del cliente, hay mayor posibilidad de que se produzcan brechas, pues quien tiene acceso a los datos conoce la lógica de negocios y el (mal) uso que se puede dar a estos datos. Adicionalmente, la plataforma de cloud genera trazabilidad de todas las acciones que se ejecutan en las máquinas, permitiendo detectar malas prácticas (cuentas genéricas, ausencia de protocolos de seguridad en laptops corporativos, o que gente lleve sus dispositivos al trabajo). Esto se evita al habilitar un servicio de monitoreo de seguridad denominado security operation center (SOC), que centraliza los dispositivos de seguridad para levantar alertas en caso de una violación de la política de seguridad. El portal virtual genera trazabilidad que puede ser analizada, correlacionar eventos y detectar comportamientos anómalos en el sistema. Cada cliente debe tener en cuenta que ninguna plataforma es 100% segura, pero que sí es posible minimizar la ocurrencia e impacto, mediante la elección de un proveedor TI con conocimientos y experiencia, que tenga todas las credenciales y certificaciones para salvaguardar aquello que las empresas más valoran: sus datos. P El autor es oficial de seguridad, Gerencia Datacenter Cloud, Sonda.
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