Sura 38. Sad (62) Y añadirán: “¿Cómo es que no vemos [aquí] a hombres que teníamos por malvados, (63) [y] de los que solíamos burlarnos?51 ¿O es que [están aquí, pero] nuestros ojos no aciertan a verlos?” (64) ¡Ciertamente, así serán en estricta verdad [la confusión y] las disputas entre las gentes del fuego! (65) DI [Oh Muhámmad]: “¡Yo soy sólo un advertidor; y no hay más deidad que Dios, el Uno, el que tiene el dominio absoluto sobre todo lo que existe, (66) el Sustentador de los cielos y la tierra y de lo que hay entre ambos, el Todopoderoso, el Sumamente Indulgente!” (67) Di: “¡Este es un mensaje de suma importancia!: (68) ¿[Cómo, pues,] os apartáis de él?” (69) [Di, Oh Muhámmad:] “No tendría yo conocimiento de [lo ocurrido en el seno de] la alta asamblea cuando disputaron [acerca de la creación del hombre],52 (70) si no me hubiera sido revelado [por Dios] –con el único fin de que [os] transmitiera una advertencia clara.”53 (71) [Pues,] he ahí,54 que tu Sustentador dijo a los ángeles: “¡Ciertamente, voy a crear un ser humano de arcilla;55 (72) y cuando lo haya formado por completo y haya insuflado en él [algo] de Mi espíritu, caed postrados ante él!”56 (73) Entonces, los ángeles se postraron todos juntos, (74) excepto Iblís, que se mostró arrogante, y se convirtió [así] en uno de los que niegan la verdad.57 51 E.d., los profetas y los justos, los cuales –como señala el Qur’án en muchos lugares—han sido siempre ridiculizados por gente cautivada por la vida de este mundo y refractaria a cualquier exhortación moral. 52 Acerca de la disputa alegórica de los ángeles (“la alta asamblea”) en contra de la creación del hombre, véase 2:30 ss. y las notas 22-24 correspondientes. La alegoría de la creación del hombre, de la orden de Dios a los ángeles de que “se postraran” ante la nueva criatura, y la negativa de Iblís a hacerlo aparece seis veces en el Qur’án (2:30-34, 7:11 ss., 15:28-44, 17:61-65, 18:50, y 38:69-85), y en cada una de ellas el acento recae sobre un aspecto diferente de esta alegoría. En este caso (que es sin duda el más antiguo en la cronología de la revelación) está conectada con la declaración, en 2:31, de que “Dios enseñó a Adán los nombres de todas las cosas”, e.d., dotó al hombre de la facultad del pensamiento conceptual (véase la nota 23 a 2:31) y, por tanto, de la capacidad para discernir entre lo verdadero y lo falso. Al estar en posesión de esta facultad, el hombre carece de excusa para no tomar conciencia de la existencia y unidad de Dios –el “mensaje de suma importancia” a que alude el pasaje anterior. 53 Lit., “sino para que fuera yo (il·la annama ana) un advertidor claro” –e.d., de la autodestrucción espiritual que conlleva el ignorar intencionalmente el hecho de la existencia y la unidad de Dios, que es el núcleo de todo el conocimiento religioso y, por tanto, de la verdadera Profecía. 54 Acerca de esta traducción de id, véase sura 2, nota 21. 55 Véase la nota 24 a 15:26. 56 Véase 15:29 y la nota 26 correspondiente. 57 Véase la nota 26 a 2:34 y la nota 31 a 15:41. 690
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