CÓMO DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

CÓMO DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
¿Cómo enriquecer tu vida con la emoción de afecto? He aquí algunas
estrategias: 1. Date estima a ti mismo: Puedes tratarte con aprecio, por ejemplo,
escuchando tus necesidades físicas, permitiéndote hacer ejercicio, disfrutando del
aire y de la luz, o cuidando tu alimentación. Se trataría de hacer por ti todo aquello
que harías por alguien que dependiera de ti y estimaras. Háblate con cariño. Si
analizas lo que piensas de ti mismo, verás que no siempre te tratas con la
amabilidad que mereces. Recálcate tus cualidades y date ánimos. Siente tu
cuerpo más allá del uso que en ese momento le das. Cuando camines aprovecha
para pensar que tu columna vertebral es el símbolo de tu fuerza interior y del
orgullo de ser tú mismo. Aprovecha cualquier ocasión para mover tu cuerpo. Subir
sin ascensor, ir a los sitios andando, correr al atardecer por un sitio tranquilo…
Con el cuerpo funciona la máxima: “quien no lo usa, lo pierde”. Aliméntate de
forma sana. Escuchando lo que tu propio cuerpo te pide, descubrirás su sabiduría.
Haz algo cada día, solo por el placer de hacerlo. Una forma de mimarte es ponerte
en una situación placentera: puede ser cualquier cosa que te guste. Convierte ese
momento en un ritual, respétalo y hazlo tranquilamente, como un culto a ti mismo.
2. Da afecto cuando lo tengas: Demuestra tu amor a quienes te rodean. Haz un
acto de amabilidad cada día. Un modo de instalar en tu mente la idea de que te
amas es sentirte realmente amable: busca cada día una nueva ocasión para
demostrar tu atención y tu respeto hacia las otras personas (puede ser desde
aguantar una puerta, ofrecerte para echar una mano a una persona cargada con
bolsas o llamar a alguien para interesarte por él). Practica la compasión. Amar es
ponerse en el lugar de los demás (“¿Cómo me sentiría yo en su lugar?”). Con la
práctica, podrás mirar a los demás con más simpatía. Mira a las personas a los
ojos y, siempre que tengas motivos, sonríeles. La mirada sonriente produce placer
y relajación, tanto al que la da como al que la recibe. Por otra parte, mirar a
alguien a los ojos es la mejor forma de mostrar estima y no cuesta nada. Pide a
los demás su opinión. Pensamos que amar implica dar, pero también recibir es
una forma de mostrar aprecio. Abrirte a los demás, escuchándoles, es una forma
de hacerles felices y enriquecerte. Recuerda que vivir es cooperar. Te inculcaron
que competir era la forma de ganar, sacar las mejores notas, meter más
goles…Pero las cosas importantes las logramos gracias a los demás: aprender
(alguien te enseñó), ganar (pudiste ganar gracias a que otros te ayudaron).
Cooperar es otra forma de ganar (no veas el atasco como un montón de coches
que se interponen en tu camino, sino como otras personas que están intentando lo
mismo que tú: que la circulación avance). 3. Pide afecto cuando lo necesites: Deja
que los demás sepan cuándo buscas cariño y comprensión. Muéstrate sincero
acerca de tus sentimientos. Descubrirás que la mayoría de personas están
dispuestas a dar cariño cuando alguien muestra su vulnerabilidad. Expresa tus
sentimientos, tanto como la ocasión lo permita. Descubrirás que importan más de
lo que creíste. Rodéate de personas capaces de darte estima, que te respeten y te
hagan sentir bien. Abandona las relaciones que te perjudican. Si alguien no te
trata bien, no merece tu compañía. Si alguien te interesa muéstrale tu interés,
háblale, pregúntale. No tienes nada que perder y sí mucho que ganar. Recuerda
que cualquier ocasión es buena para intercambiar una amable interacción. No
esperes a una persona o situación especial para demostrar tu estima. 4. Acepta el
afecto que otros te dan: Acostúmbrate a disfrutar del aprecio que los demás te
ofrecen; piensa que es positivo para tu amor propio. No agradezcas el afecto de
los demás de forma automática. Cuando te alaben, te reconozcan o te tengan en
cuenta, espera cinco segundos antes de decir gracias. Un agradecimiento
automático significa que la “caricia ha sido rebotada”. Por ello, espera unos
segundos a que se filtre en tu interior antes de agradecerla o devolverla. Procura
acostumbrarte a que te aprecien, exponiéndote a las situaciones en que sabes
que esto pasa. Da tiempo a la ternura. Si quieres a alguien, concédele tu tiempo
(las personas crecemos y morimos, todo puede esperar menos el amor). Pide
explícitamente lo que deseas. La mejor forma de entenderse es hablar (“¿no
piensas preguntarme por qué estoy tan contento?” o bien “¿cuánto rato falta para
que me hagas un masaje?”).