Sura 5 Al-Ma’ida (El Ágape) (43) Pero ¿cómo es que acuden a ti para que juzgues --cuando tienen la Tora, que contiene las preceptos de Dios-- y luego dejan a un lado [tu dictamen]? Esos tales no son [verdaderos] creyentes.57 (44) En verdad, hicimos descender la Tora, en la que había guía y luz. En base a ella los profetas, que se habían sometido a Dios, administraron justicia a los seguidores del judaísmo;58 como hicieron los [primeros] hombres de Dios y los rabinos, ya que parte de la escritura de Dios había sido confiada a su custodia;59 y [todos] ellos dieron testimonio de su verdad. Así pues, [Oh hijos de Israel,] no temáis a los hombres, sino temedme a Mí; y no malvendáis Mis mensajes por un provecho insignificante:60 pues quienes no juzgan de acuerdo con lo que Dios ha hecho descender, esos, precisamente, son los que niegan la verdad. (45) Y les prescribimos en esa [Tora]: Vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente y una [retribución] similar por las heridas;61 pero quien por caridad renuncie a ello, le servirá como expiación de parte de sus ofensas pasadas.62 Y quienes no juzgan de acuerdo con lo que Dios ha revelado --¡ esos, precisamente, son los malhechores! 57 Este versículo ilustra la extraña mentalidad de los judíos, los cuales --a pesar de creer que la Tora contiene la totalidad de la Ley Divina-- acuden subrepticiamente a una fuente religiosa en la que no creen, esperando que su veredicto sobre ciertas cuestiones éticas confirme algunas de sus fantásticas creencias personales que están reñidas con la Tora. En otras palabras, no están dispuestos a someterse realmente al juicio de la Tora --aunque digan creer en ella-- ni tampoco al juicio del Qur’an, el cual confirma algunas de las leyes de la Tora y abroga otras: porque, tan pronto como se dan cuenta de que el Qur’an no se ajusta a sus ideas preconcebidas, lo rechazan. 58 Lo que da a entender que la Ley de Moisés (la Tora) iba dirigida sólo a los hijos de Israel y que su validez no tenía carácter universal. 59 La expresión "parte de la escritura (kitab) de Dios" implica que la Tora no agotó la totalidad de la revelación de Dios, y que habrían de producirse revelaciones posteriores. Acerca del término rabbaniyyun, véase la explicación en sura 3, nota 62. 60 E.d., por un sentimiento ilusorio de superioridad basado en la falsa creencia de que los hijos de Israel son "el pueblo elegido" y los destinatarios únicos de la gracia y la revelación de Dios. Los "mensajes" a que se hace alusión en esta frase se refieren al Qur’an y también a las profecías bíblicas relativas al advenimiento de Muhammad. 61 Véase Exodo 21 23 ss., en donde se detallan las penas extremadamente severas que imponía la Ley Mosaica. 62 Lit., "será expiación para él". El Pentateuco no contiene esta llamada al perdón que se destaca con gran claridad no sólo en el Qur’an sino también en las enseñanzas de Jesús, especialmente en el Sermón de la Montaña: y esto, leído juntamente con los versículos siguientes, parece una alusión al carácter temporal de la Ley Mosaica. También es posible que esta última indicación pueda haber formado parte de las enseñanzas originales de la Tora que más tarde fueron alteradas o abandonadas deliberadamente por sus seguidores, a los que el Qur’an acusa de "tergiversar el sentido de las palabras reveladas" (véase el versículo 41 más arriba). 150
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