Centro Diocesano de Vocaciones (II Congreso Mundial de PV) Para favorecer una PV unitaria, con eficaz servicio de animación, se requiere del Centro Diocesano de las Vocaciones. No multiplicar estructuras burocráticas, sino la inserción de la PV, a través del oportuno Centro, en la pastoral general y en las instituciones locales. Todo retraso en la erección de este organismo o de su eficaz puesta en marcha se traduce en un daño para la iglesia. El Centro Diocesano de Vocaciones, bajo la guía del Obispo: a. Tiene por objeto ayudar y coordinar la animación vocacional que hay que llevar a cabo en toda la diócesis y en cada parroquia, según las directrices del Concilio, sin ocupar el puesto que corresponde a la comunidad parroquial, que es el centro primario de animación de todas las vocaciones; b. Constituye el lugar natural de encuentro de personas, instituciones, asociaciones que pueden con-tribuir a la pastoral de las vocaciones, uniendo sus fuerzas y respetando los carismas y fines propios de cada uno; Desarrolla su trabajo en servicio de todas las vocaciones consagradas, sin invadir el campo de aquellas iniciativas que cada una de las Instituciones pueden legítimamente promover a favor de las vocaciones propias; Mantiene los necesarios contactos con las distintas iniciativas de acompañamiento y con los Institutos de formación presbiteral, diaconal, religiosa y misionera existentes en la iglesia local. Al Director del Centro Diocesano de Vocaciones, nombrado por el Obispo de acuerdo con los otros representantes de la vida consagrada, se unen presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas, misioneros, miembros de Institutos Seculares y laicos, los cuales son elegidos para cooperar en la actividad del Centro, en armonía con el programa o Plan de Acción diocesano a favor de las vocaciones. Estas personas son conscientes de la importancia de su ministerio y se prestan a ejercerlo de la mejor manera con competencia y experiencia. (59) Coordinación, colaboración, programas Los Diversos Centros ofrecen ocasiones para lograr coordinación de fuerzas que hace nacer una eficaz colaboración, que se manifiesta en los programas cuidadosamente estudiados y ejecutados con caridad y celo. Los programas comprenden los diversos aspectos ya mencionados anteriormente: Difundir una fuerte inspiración de fe. Alimentar la espiritualidad y la oración. Insertar la animación vocacional en la pastoral de conjunto de las Iglesias particulares. Llevar la animación vocacional a la pastoral de la comunidad parroquial, comprometiendo movimientos, grupos, servicios y otras comunidades de las que en la parroquia actúan. Insertar la animación vocacional en la pastoral juvenil. Apoyar las diversas iniciativas de acompañamiento, especialmente los Seminarios menores e Instituciones análogas para otras formas de vida consagrada. Despertar en la comunidad la conciencia del valor y de la necesidad de algunas vocaciones que, quizá, son menos conocidas (vocaciones seculares), o tal vez olvidadas (vocaciones contemplativas, Congregaciones de « Hermanos » o de Religiosas, que se dedican a la enseñanza, al cuidado de los enfermos, u otros ministerios y servicios, de los que la Iglesia tiene gran necesidad). crear y difundir publicaciones adaptadas a las diversas necesidades de la pastoral vocacional. Procurar la preparación de las personas que han recibido de los Obispos, de los Superiores o Superioras Religiosas o de otros responsables de la vida consagrada, el mandato específico del cuidado y acompañamiento de los llamados. La preciosa tarea específica de estas personas debe ser reconocida y valorizada. Merecen el reconocimiento de la Iglesia. TRABAJO PERSONAL Siguiendo las letras de los incisos arriba descritos, señala aquellas funciones que se están cumpliendo en los centros diocesanos, o congregacionales en los que trabajamos. Coloca una X en el cuadro de acuerdo a tu apreciación. Totalmente a b c d e f g h i Medianamente Muy poco Nada
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