www.ayudatj.com Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos. www.ayudatj.com o www.epubteo.blogspot.com GRACIAS!! Repaso de la Escuela del Ministerio Teocrático Las siguientes preguntas se analizarán en la Escuela del Ministerio Teocrático la semana del 27 de octubre de 2014. Repaso de la Escuela del Ministerio Teocrático (20 min.) Las siguientes preguntas se analizarán en la Escuela del Ministerio Teocrático la semana del 27 de octubre de 2014. 1. ¿Por qué se quejaron los israelitas contra Dios y Moisés, como relata Números 21:5, y de qué nos advierte este relato? [1 de sept., w99 15/8 págs. 26, 27.] Los seres humanos imperfectos pueden perder el interés en las cosas que se hacen rutinarias, aun cuando estas reflejen el interés amoroso de Jehová. Por ejemplo, la provisión sobrenatural de maná asombró y complació a los israelitas al principio, pero con el tiempo, muchos se quejaron. “Nuestra alma ha llegado a aborrecer el pan despreciable”, gimieron irrespetuosamente, indicando así que habían empezado a “alejarse del Dios vivo” (Números 11:6; 21:5; Hebreos 3:12). Por tanto, su forma de actuar nos sirve como “amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado” (1 Corintios 10:11). ¿Cómo podemos tomar a pecho dicha amonestación? Un modo de hacerlo es no permitiendo nunca que las enseñanzas bíblicas o las provisiones que recibimos a través del esclavo fiel y discreto lleguen a ser para nosotros algo común y corriente (Mateo 24:45). Una vez que empezamos a dar por sentadas las dádivas de Jehová o a aburrirnos de ellas, nuestra relación con él comienza a enfriarse. 2. ¿Por qué se encendió la cólera de Jehová contra Balaam? (Núm. 22:20-22.) [8 de sept., w04 1/8 pág. 27 párr. 2.] Jehová le había dicho al profeta Balaam que no debía maldecir a los israelitas (Números 22:12). Sin embargo, el profeta acompañó a los hombres de Balac con el firme propósito de desobedecer aquel mandato, pues quería complacer al rey moabita para que este lo recompensara (2 Pedro 2:15, 16; Judas 11). Pese a que contra su voluntad había tenido que bendecir a Israel en lugar de maldecirlo, todavía trató de ganarse el favor del rey proponiéndole que empleara adoradoras de Baal para seducir a los varones israelitas (Números 31:15, 16). Así pues, la cólera de Dios contra Balaam fue provocada por la codicia sin escrúpulos de aquel profeta. 3. ¿Qué revela Números 25:11 sobre la actitud de Finehás, y cómo podemos copiar su ejemplo? [8 de sept., w04 1/8 pág. 27 párr. 4.] ¡Qué ejemplo de celo por la adoración de Jehová nos puso Finehás! ¿No debería el deseo de mantener la pureza de la congregación impulsarnos a informar a los ancianos cristianos de cualquier caso de inmoralidad grave que conozcamos? 4. ¿De qué maneras nos dejó Moisés un excelente ejemplo de humildad? (Núm. 27:5, 1518.) [15 de sept., w13 1/2 pág. 5.] ¿QUÉ ES LA HUMILDAD? La humildad es lo contrario del orgullo o la arrogancia. La persona humilde no se considera superior a los demás. El humilde también debe ser modesto, es decir, reconocer sus limitaciones. La Biblia nos dice que “presentó la causa [...] delante de Jehová” (Números 27:5). ¡Imagínese! Después de cuarenta años de ser líder del pueblo, siguió poniendo su confianza en Jehová, no en sí mismo. ¡Qué magnífica muestra de humildad! Moisés no pensaba que él debía ser el único con autoridad. Cuando Jehová permitió que otros israelitas también fueran profetas, no se puso celoso; al contrario, se alegró (Números 11:24-29). Cuando su suegro le recomendó que delegase en otros parte de su trabajo, aceptó humildemente el consejo (Éxodo 18:13-24). Y hacia el final de su vida, aunque todavía estaba fuerte físicamente, pidió a Jehová que le nombrase un sucesor. El elegido fue Josué, y Moisés lo apoyó de todo corazón. Además, instó al pueblo a que siguiera al joven líder que los conduciría a la Tierra Prometida (Números 27:15-18; Deuteronomio 31:3-6; 34:7) Seguro que Moisés consideró un honor dirigir a los israelitas en su adoración a Dios. Sin embargo, lo más importante para él no era su posición, sino el bienestar de ellos. ¿QUÉ NOS ENSEÑA SU EJEMPLO? No permitamos nunca que el poder, la autoridad o nuestras aptitudes se nos suban a la cabeza. Lo que Jehová busca en sus siervos no es tanto su capacidad como su humildad (1 Samuel 15:17). Si realmente somos humildes, seguiremos este sabio consejo bíblico: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento” (Proverbios 3:5, 6). El ejemplo de Moisés también nos enseña a no dar demasiada importancia a la posición que ocupamos o a la autoridad que se nos ha concedido. ¿Vale la pena seguir el ejemplo de humildad de Moisés? Claro que sí. Cuando manifestamos verdadera humildad, les hacemos la vida más fácil a los que nos rodean y nos granjeamos su cariño. Pero más importante aún, nos granjeamos el cariño de Jehová, quien se caracteriza por esta hermosa cualidad (Salmo 18:35). “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (1 Pedro 5:5.) Esa es, sin duda, una poderosa razón para imitar la humildad de Moisés. 5. ¿Cómo demuestra el ejemplo de Josué y Caleb que humanos imperfectos pueden tener éxito al andar en los caminos de Dios a pesar de la oposición? (Núm. 32:12.) [22 de sept., w93 15/11 pág. 14 párr. 13.] Josué y Caleb, hombres animosos, probaron que se puede andar en los caminos de Dios. Ellos “[siguieron] a Jehová íntegramente”. (Números 32:12.) Josué y Caleb estuvieron entre los doce hombres a quienes se envió a espiar la Tierra Prometida. Diez de los espías intentaron disuadir a Israel de entrar en Canaán por temor a sus habitantes. Sin embargo, Josué y Caleb dijeron con ánimo: “Si Jehová se ha deleitado en nosotros, entonces ciertamente nos introducirá en esta tierra y nos la dará, tierra que mana leche y miel. Solo que contra Jehová no se rebelen; y ustedes, no teman a la gente de la tierra, porque son pan para nosotros. Su amparo se ha apartado de sobre ellos, y Jehová está con nosotros. No los teman”. (Números 14:8, 9.) Como aquella generación de israelitas no tuvo fe ni ánimo, nunca entró en la tierra de promisión. Josué y Caleb, en cambio, sí entraron, junto con una nueva generación. 6. ¿Qué efecto debería tener la obediencia de las hijas de Zelofehad en cómo ven el matrimonio los cristianos solteros? (Núm. 36:10-12.) [29 de sept., w08 15/2 pág. 4 párr. 10.] Las hijas de Zelofehad estaban seguras de que las cosas saldrían bien si obedecían a Dios. La Biblia señala: “Tal como Jehová había mandado a Moisés, de esa manera lo hicieron las hijas de Zelofehad. Por consiguiente, Mahlá, Tirzá y Hoglá y Milcá y Noá, las hijas de Zelofehad, llegaron a ser las esposas de los hijos de los hermanos de su padre. Llegaron a ser esposas de algunos de las familias de los hijos de Manasés hijo de José, para que la herencia de ellas continuara junto con la tribu de la familia de su padre” (Núm. 36:10-12). Estas mujeres obedientes siguieron las órdenes de Jehová (Jos. 17:3, 4). Hoy día los cristianos solteros que son espirituales hacen lo mismo: confían en Dios y lo obedecen casándose “solo en el Señor” (1 Cor. 7:39). 7. ¿Qué consecuencia tuvo para los israelitas el que se quejaran y hablaran de manera negativa, y qué lección aprendemos de este relato? (Deut. 1:26-28, 34, 35.) [6 de oct., w13 15/8 pág. 11 párr. 7.] El pueblo de Dios había sido liberado de la esclavitud que sufría en Egipto. Jehová había traído 10 plagas milagrosas sobre esa nación opresora y había acabado con el faraón y su ejército en el mar Rojo (Éx. 12:29-32, 51; 14:29-31; Sal. 136:15). Ahora que los israelitas al fin estaban listos para entrar en la Tierra Prometida, justo en ese momento tan crucial, se pusieron a quejarse de Jehová. ¿A qué se debió esa falta de fe? Su corazón tembló al oír el desalentador informe de algunos que habían sido enviados a espiar la tierra (Núm. 14:1-4). ¿Cuál fue el resultado? A toda aquella generación se le impidió entrar en esa “buena tierra” (Deut. 1:34, 35). ¿Y nosotros? ¿Dejamos a veces que los comentarios negativos de otros nos debiliten la fe y nos lleven a quejarnos de la manera en que Jehová nos trata? 8. Para contar con la bendición de Jehová y prosperar en la Tierra Prometida, ¿qué dos deberes tenían que cumplir los israelitas? (Deut. 4:9.) [13 de oct., w06 1/6 pág. 29 párr. 15.] Moisés dirigió las siguientes palabras a todo Israel cuando este estaba listo para entrar en la Tierra Prometida: “Solo que, cuídate y cuida bien tu alma, para que no olvides las cosas que tus ojos han visto y para que no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; y tienes que darlas a conocer a tus hijos y a tus nietos” (Deuteronomio 4:9). Para contar con la bendición de Jehová y prosperar en la tierra que estaba a punto de heredar, el pueblo tenía que cumplir dos deberes para con Jehová su Dios: no olvidarse de las cosas maravillosas que él había hecho ante sus ojos y enseñarlas a las generaciones futuras. Hoy día, como siervos de Dios que somos, tenemos que hacer lo mismo si queremos ‘escoger la vida a fin de mantenernos vivos’. ¿Qué cosas ha hecho Jehová por nosotros ante nuestros propios ojos? 9. ¿Cómo sucedió que no se desgastaron las prendas de vestir de los israelitas ni se les hincharon los pies durante su viaje por el desierto? (Deut. 8:3, 4.) [20 de oct., w04 15/9 pág. 26 párr. 1.] Este hecho, al igual que el suministro regular de maná, fue un milagro. Desde que comenzaron su viaje, los israelitas utilizaron la misma ropa y el mismo calzado, probablemente pasándoselos unos a otros según crecían los niños y morían los adultos. Los dos censos realizados al inicio y al final de su travesía por el desierto revelaron que el número de israelitas no había aumentado, por lo que las existencias originales de tales artículos habrían bastado (Números 2:32; 26:51). 10. ¿Cómo podemos poner en práctica la exhortación que se dio a los israelitas de “adherirse” a Jehová? (Deut. 13:4, 6-9.) [27 de oct., w02 15/10 pág. 16 párr. 14.] Justo antes del momento en que los israelitas debían entrar en la Tierra Prometida, Moisés les dio este consejo: “Tras Jehová su Dios deben andar, y a él deben temer, y sus mandamientos deben guardar, y a su voz deben prestar atención, y a él deben servir, y a él deben adherirse” (Deuteronomio 13:4). Tenían que seguir a Jehová, temerle, obedecerle y adherirse a él. Con respecto a la palabra hebrea que aquí se traduce “adherirse”, cierto biblista señala que “denota una relación muy estrecha e íntima”. El salmista afirmó: “La intimidad con Jehová pertenece a los que le temen” (Salmo 25:14). En efecto, disfrutaremos de esta preciosa y estrecha relación con Jehová si él es real para nosotros y lo amamos tanto que temamos desagradarle de algún modo (Salmo 19:9-14).
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