REFERENCIAS VIDA Y MINISTERIO CRISTIANOS

SALMOS
120 a 134
Reunión Vida y Ministerio Cristianos del 12 al 18 de septiembre
Canción 33 y oración
Palabras de introducción
TESOROS
DE LA BIBLIA
SALMOS
120 a 134

“MI AYUDA VIENE DE JEHOVÁ”

Salmo 121: 1, 2. Saber que Jehová
es nuestro Creador nos transmite
confianza.
(Salmo 121:1, 2) Alzaré mis ojos a
las montañas. ¿De dónde vendrá mi
ayuda? 2 Mi ayuda viene de Jehová,
el Hacedor del cielo y de la tierra.
*** La Atalaya 15 diciembre de
2004 página 12 párr. 4 ***
*** w04 15/12 pág. 12, párr. 3 ***
Jehová es nuestra ayuda
La ayuda infalible
El salmista nos infunde confianza dirigiendo la atención hacia las creaciones
de Jehová: “Alzaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi
ayuda viene de Jehová, el Hacedor del
cielo y de la tierra” (Salmo 121:1, 2).
El escritor no dirigió la vista a un cerro
cualquiera. Cuando escribió estas palabras, el templo de Jehová estaba en Jerusalén, la ciudad de la serranía de Judá
que era, en sentido figurado, la morada
del Altísimo (Salmo 135:21). Por lo tanto,
3
puede que haya mirado hacia el monte
donde se ubicaba el templo, confiado en
que Dios lo socorrería. ¿Por qué estaba
tan convencido de recibir su apoyo? Porque Jehová es “el Hacedor del cielo y de
la tierra”. Así pues, lo que el escritor dio
a entender fue esto: “¡Nada va a impedir
que el Creador omnipotente me auxilie!”
(Isaías 40:26).
 Salmo 121. 3, 4. Jehová está
atento a las necesidades de sus
siervos.
(Salmo 121:3, 4) 3 No es posible que él
permita que tu pie tambalee. A Aquel que
te guarda no le es posible adormecerse. 4 ¡Mira! No estará adormecido ni se
dormirá, aquel que está guardando a
Israel.
*** La Atalaya 15 diciembre de
2004 página 12 párr. 4 ***
*** w04 15/12 págs. 12-13 párr. 4
Jehová es nuestra ayuda ***
1
4 Acto seguido, el salmista indicó que
Jehová siempre está pendiente de su
pueblo: “No es posible que él permita que
tu pie tambalee. A Aquel que te guarda
no le es posible adormecerse. ¡Mira!
No estará adormecido ni se dormirá,
aquel que está guardando a Israel”
(Salmo 121:3, 4). Efectivamente, es inimaginable que Dios permita que quien
confía en él “tambalee” o sufra caídas
irre-mediables (Proverbios 24:16). ¿Por
qué? Porque es como un pastor vigilante
que vela por sus ovejas. ¿No nos transmite seguridad esta imagen? Ni por un
instante cerrará él los ojos a las necesidades de sus siervos. Día y noche los
guarda.
Salmo 121. 5-8. Jehová es
el leal protector de su pueblo.

***La Atalaya 15 diciembre de
2004, página 13 párrs. 5-7 ***
*** w04 15/12 pág. 13 párrs. 5-7 ***
Jehová es nuestra ayuda
Convencido de que Jehová es el
Protector leal de su pueblo, el salmista
escribió: “Jehová te está guardando.
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
De día el sol mismo no te herirá, ni la luna
de noche” (Salmo 121:5, 6). En el Oriente Medio, el caminante agradecía las
sombras, pues lo amparaban del sol
abrasador. Pues bien, Jehová es para
sus siervos como una sombra que los
resguarda del calor ardiente de la calamidad. Obsérvese que Él está a la “mano
derecha”. En las batallas de la antigüedad, el soldado dejaba su diestra un tanto desprotegida, ya que sostenía el escudo con la mano izquierda. Por ello, había
veces en las que un amigo fiel luchaba a
su derecha para cubrirlo. Jehová, igual
que el buen amigo, permanece al lado de
sus siervos, siempre dispuesto a apoyarlos.
5
¿Dejará Jehová algún día de
ayudar a su pueblo? ¡Resulta impensable! El salmista concluye así: “Jehová
mismo te guardará contra toda calamidad. Él guardará tu alma. Jehová mismo
guardará tu salida y tu entrada desde
ahora y hasta tiempo indefinido” (Salmo
121:7, 8). El escritor ya no se centra en
el presente, sino que se proyecta al futuro. Mientras que en el versículo 5 pone:
“Jehová te está guardando”, en estos
versículos escribe: “Jehová mismo te
guardará”. De esta manera, asegura a
los verdaderos siervos de Dios que Él
seguirá auxiliándolos en el futuro. No importa dónde vayan ni qué calamidades
afronten, nunca estarán fuera del
alcance de su mano protectora (Proverbios 12:21).
6
¿Significa esto que siempre recibiremos
protección física? No; pero mientras busquemos su apoyo, él nos amparará
contra todo lo que pueda ocasionarnos
daño espiritual. Cabe preguntarse, pues:
“¿Cómo nos ayuda Jehová?”. Veamos
cuatro maneras. En este artículo, comentaremos cómo auxilió a sus siervos en
tiempos bíblicos, y en el próximo, cómo
lo hace en la actualidad.
7 En efecto, el escritor del Salmo 121
abrigaba confianza absoluta en el cuidado del Creador omnipotente, quien trata
a sus siervos con la ternura de un buen
pastor y la vigilancia de un guardián alerta. Nosotros contamos con sobradas razones para compartir tal convicción, pues
Jehová no cambia (Malaquías 3:6).
SALMOS 120-134 Andemos en la ley de Jehová
Los salmos 120 a 134 forman lo que se conoce como las Canciones de las Subidas. Muchas personas opinan que los israelitas
cantaban gozosos estas canciones mientras subían a Jerusalén,
situada sobre las montañas de Judá, para celebrar las fiestas
anuales.
121: 3-8
La protección de Jehová
Se ilustra con comparaciones
como las siguientes:
Un pastor
vigilante
Una sombra
protectora
Un soldado
leal
2
Salmo 123:2. ¿Qué punto destaca la
comparación de los ojos de los
siervos? Los siervos miraban a las
manos de sus amos por dos motivos:
para ver lo que querían y para recibir
protección y sustento. Igualmente,
nosotros acudimos a Jehová para saber su voluntad y obtener su favor.
 Salmo 123:2 ¿Qué nos enseña
la comparación de “los ojos de
los siervos”?
 Salmo 133: 1-3. ¿Cuál es una
de las lecciones que encontramos en este salmo?
(Salmo 123:2) ¡Mira! Como los ojos
de los siervos están dirigidos a la
mano de su amo, como los ojos de
la sierva están dirigidos a la mano
de su ama, así nuestros ojos están
dirigidos a Jehová nuestro Dios hasta que nos muestre favor.
(Salmo 133:1-3) ¡Miren! ¡Qué bueno y
qué agradable es que los hermanos
moren juntos en unidad! 2 Es como el
buen aceite sobre la cabeza, que viene
bajando sobre la barba —la barba de
Aarón—, que viene bajando hasta el
cuello de sus prendas de vestir. 3 Es
como el rocío de Hermón que viene
descendiendo sobre las montañas de
Sión. Porque allí ordenó Jehová [que
estuviera] la bendición, [aun] vida hasta
tiempo indefinido.
*** La Atalaya 1 septiembre de
2006 página 15, párrafo 4. ***
*** w06 1/9 pág. 15 ***
Puntos sobresalientes del libro
quinto de los Salmos
*** La Atalaya 1 septiembre de
2006 página 15 párr. 4. ***
w06 1/9 pág. 15 ***
Puntos sobresalientes del libro
quinto de los Salmos
Salmo 131:1-3. ¿Por qué podía
decirse que David había “sosegado
y aquietado [su] alma como un niño
destetado sobre su madre”? David
aprendió a calmar su alma tal como el
niño que deja la lactancia aprende a
hallar consuelo y satisfacción en los
brazos maternales. ¿De qué forma logró tranquilizarse “como un niño destetado sobre su madre”? Evitando la altivez de corazón, la altanería de ojos y
la búsqueda de cosas demasiado grandes para él. En vez de anhelar
prominencia, David reconoció por lo general sus limitaciones y fue humilde.
Nosotros haremos bien en imitar su actitud, sobre todo si estamos esforzándonos por conseguir privilegios de servicio en la congregación.
¿Qué me enseña sobre Jehová la lectura bíblica de esta semana?
*** w06 1/9 pág. 16 ***
Puntos sobresalientes del libro
quinto de los Salmos
Salmo 120:3, 4. Si tenemos que
soportar la “lengua mañosa” de alguien, nos consolará saber que
Jehová arreglará los asuntos en su
debido momento. Los calumniadores
sufrirán calamidad a manos de “un
poderoso”. Serán consumidos por el
juicio
destructor
de
Jehová,
simbolizado por las “brasas ardientes
de las retamas”.
Salmo 120:4—¿Qué eran las
“flechas aguzadas” y las “brasas
ardientes”?
Una lengua calumniadora puede ser
tan destructiva como un arma o un
fuego. (Proverbios 12:18; Santiago 3:6.)
Como pena merecida, Jehová se
asegura de que a la lengua calumniadora se le haga callar como si fuera
por las flechas de un guerrero. Es
interesante notar que el carbón de la
madera del arbusto lla-mado retama
produce un calor intenso, y esto señala
a la severidad del juicio divino sobre “la
lengua mañosa”. (Salmo 120:2, 3.)
*** w93 1/12 pág. 32 ***
El nombre de Dios
*** w04 15/12 pág. 13 párr. 5 ***
Jehová es nuestra ayuda
“A menos que Jehová edifique la
casa, el trabajo de los edificadores es en
vano.” Así lee esta inscripción latina. Sus
palabras están basadas en la Biblia, en
Salmo 127:1, y transmiten una verdad
profunda: cualquier esfuerzo que
no cuente con la bendición de Jehová
será al fin en vano.
*** w06 1/9 pág. 16 ***
Puntos sobresalientes del libro
quinto de los Salmos
Convencido de que Jehová es el
Protector leal de su pueblo, el salmista
escribió: “Jehová te está guardando. Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
De día el sol mismo no te herirá, ni la luna de noche” (Salmo 121:5, 6). En el
Oriente Medio, el caminante agradecía
las sombras, pues lo amparaban del sol
abrasador. Pues bien, Jehová es para
sus siervos como una sombra que los
resguarda del calor ardiente de la
calamidad. Obsérvese que Él está a la
“mano derecha”. En las batallas de la
antigüedad, el soldado dejaba su diestra
un tanto desprotegida, ya que sostenía
el escudo con la mano izquierda. Por
ello, había veces en las que un amigo fiel
luchaba a su derecha para cubrirlo.
Jehová, igual que el buen amigo,
permanece al lado de sus siervos,
siempre dispuesto a apoyarlos.
5
Salmo 127:1, 2. Debemos buscar la
guía de Jehová en todo lo que hagamos.
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‘Proveer para los suyos’: cómo se
afronta la tarea en los países en vías
de desarrollo
Es verdad que la Biblia dice que “los
hijos son una herencia de parte de
Jehová”. (Salmo 127:3.) Notemos, sin
embargo, que dichas palabras se
escribieron en una época en que Israel
3
gozaba de condiciones favorables.
Posteriormente, el hambre y la guerra
convirtieron el tener hijos en una labor
angustiosa. (Lamentaciones 2:11, 20;
4:10.) En vista de la difícil situación que
reina en muchos países en vías de
desarrollo, los cristianos responsables
deben reflexionar de modo realista sobre
cuántos hijos pueden alimentar, vestir,
alojar y educar. Después de calcular los
costos, muchas parejas han estimado
conveniente ir en contra de la tradición y
limitar el número de hijos que tendrán.
(Compárese con Lucas 14:28.)
¿Qué ideas de la lectura bíblica de esta semana pueden servirme en la predicación
*** w04 15/12 págs. 12-13 ***
Jehová es nuestra ayuda
La ayuda infalible
3 El salmista nos infunde confianza
dirigiendo la atención hacia las
creaciones de Jehová: “Alzaré mis ojos
a las montañas. ¿De dónde vendrá mi
ayuda? Mi ayuda viene de Jehová, el
Hacedor del cielo y de la tierra” (Salmo
121:1, 2). El escritor no dirigió la vista a
un cerro cualquiera. Cuando escribió
estas palabras, el templo de Jehová
estaba en Jerusalén, la ciudad de la
serranía de Judá que era, en sentido
figurado, la morada del Altísimo (Salmo
135:21). Por lo tanto, puede que haya
mirado hacia el monte donde se ubicaba
el templo, confiado en que Dios lo
socorrería. ¿Por qué estaba tan convencido de recibir su apoyo? Porque Jehová es “el Hacedor del cielo y de la tierra”.
Así pues, lo que el escritor dio a entender fue esto: “¡Nada va a impedir que el
Creador omnipotente me auxilie!”
(Isaías 40:26).
Acto seguido, el salmista indicó
que Jehová siempre está pendiente de
su pueblo: “No es posible que él permita
que tu pie tambalee. A Aquel que te
guarda no le es posible adormecerse.
¡Mira! No estará adormecido ni se
dormirá, aquel que está guardando a
Israel” (Salmo 121:3, 4). Efectivamente,
es inimaginable que Dios permita que
4
quien confía en él “tambalee” o sufra
caídas irremediables (Proverbios
24:16). ¿Por qué? Porque es como un
pastor vigilante que vela por sus ovejas.
¿No nos transmite seguridad esta
imagen? Ni por un instante cerrará él los
ojos a las necesidades de sus siervos.
Día y noche los guarda.
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‘Proveer para los suyos’: cómo se
afronta la tarea en los países en vías
de desarrollo
Es verdad que la Biblia dice que “los
hijos son una herencia de parte de
Jehová”. (Salmo 127:3.) Notemos, sin
embargo, que dichas palabras se
escribieron en una época en que Israel
gozaba de condiciones favorables.
Posteriormente, el hambre y la guerra
convirtieron el tener hijos en una labor
angustiosa. (Lamentaciones 2:11, 20;
4:10.) En vista de la difícil situación que
reina en muchos países en vías de
desarrollo, los cristianos responsables
deben reflexionar de modo realista
sobre cuántos hijos pueden alimentar,
vestir, alojar y educar. Después de
calcular los costos, muchas parejas han
estimado conveniente ir en contra de la
tradición y limitar el número de hijos que
tendrán. (Compárese con Lucas 14:28.)
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¿Recuerda usted?
• ¿Qué da a entender el Salmo 128:3
al decir que los hijos son “como plantones de olivos” en derredor de la
mesa de un hombre?
A menudo, los nuevos retoños salen en
la base del tronco del olivo. Cuando el
tronco principal de un árbol viejo ya
no da mucho fruto, los nuevos retoños
pueden convertirse en troncos vigorosos en derredor de este. De igual manera, los padres pueden alegrarse de
tener hijos que producen fruto y que
sirven a Jehová junto con ellos.—15/5,
página 27.
*** w02 15/10 pág. 14 párr. 5 ***
Jehová se interesa por nosotros
Jehová no nos espía para
descubrir toda falta y error que
cometamos. El salmista escribió: “Si
errores fuera lo que tú vigilas, oh Jah, oh
Jehová, ¿quién podría estar de pie?”
(Salmo 130:3). La respuesta implícita
es: nadie (Eclesiastés 7:20). Si nos
acercamos a Jehová con un corazón
completo, sus ojos estarán sobre
nosotros, pero no para condenarnos, sino para observar nuestro esfuerzo y
contestar nuestras peticiones de ayuda
y perdón. El apóstol Pedro señaló: “Los
ojos de Jehová están sobre los justos, y
sus oídos están hacia su ruego; pero el
rostro de Jehová está contra los que
hacen cosas malas” (1 Pedro 3:12).
5
Lectura de la Biblia: Salmo 127: 1 a 129: 8.
(Salmos 127:1-129:8) A menos que
Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan
trabajado duro en ella. A menos que
Jehová mismo guarde la ciudad, de
nada vale que el guarda se haya quedado despierto. 2 De nada vale que
ustedes estén levantándose muy de
mañana, que estén sentados tarde,
que estén comiendo alimento con dolores. Justamente así él da sueño aun a
su amado. 3 ¡Miren! Los hijos son una
herencia de parte de Jehová; el fruto
del vientre es un galardón. 4 Como
flechas en la mano de un hombre poderoso, así son los hijos de la juventud. 5 Feliz es el hombre físicamente
capacitado que ha llenado su aljaba de
ellos. No serán avergonzados, porque
hablarán con enemigos en la puerta.
Canción de las Subidas. 128 Feliz es
todo el que teme a Jehová, que anda
en sus caminos. 2 Porque comerás el
afán de tus propias manos. Feliz serás,
y te irá bien. 3 Tu esposa será como vid
que produce fruto en las partes más
recónditas de tu casa. Tus hijos serán
como plantones de olivos todo en derredor de tu mesa. 4 ¡Mira! Así será
bendecido el hombre físicamente
capacitado que teme a Jehová. 5 Jehová te bendecirá desde Sión.
Ve también el bien de Jerusalén todos
4
los días de tu vida, 6 y ve a los hijos de
tus hijos. Haya paz sobre Israel. Canción de las Subidas. 129 “Por bastante
tiempo me han mostrado hostilidad
desde mi juventud —diga ahora Israel—, 2 por bastante tiempo me han
mostrado hostilidad desde mi juventud;
sin embargo, no han prevalecido contra
mí. 3 Aradores han arado sobre mi espalda misma; han alargado sus
surcos.” 4 Jehová es justo. Ha cortado
en pedazos las sogas de los inicuos. 5 Quedarán avergonzados, y
ellos mismos se volverán atrás, todos
los que odian a Sión. 6 Se harán como
la hierba verde de los techos, que antes
que la hayan arrancado se ha secado, 7 de la cual el segador no ha llenado su propia mano, ni el que recoge
gavillas su propio seno. 8 Ni han dicho
los que van pasando: “La bendición de
Jehová esté sobre ustedes. Los hemos
bendecido en el nombre de Jehová”.
 PRIMERA CONVERSACIÓN:
Portada de la revista La Atalaya al público No. 5. Muestre cómo responder a un amo de casa enojado.
TEMA DE PORTADA | ¿DÓNDE PODEMOS HALLAR CONSUELO?
Todos necesitamos consuelo
2 CORINTIOS 1:3, 4
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas misericordias y el Dios de
todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación.
¿Recuerda haber sufrido una caída
cuando era pequeño? Quizás se hizo un
corte en la mano o se raspó la rodilla.
¿Cómo lo ayudó su madre? Tal vez le
limpió y vendó la herida. Usted lloraba,
pero ella lo tranquilizó enseguida con
sus palabras y con un cariñoso abrazo.
Cuando usted era niño, era fácil
encontrar quién lo consolara.
Con los años, la vida se complica y los
problemas son más serios. Cada vez
cuesta más hallar consuelo. Por
desgracia, los problemas de los adultos
difícilmente se solucionan con una
simple venda o el abrazo de una madre.
Veamos algunos casos.
 ¿Está angustiado porque ha perdido su
trabajo? Julián recuerda que, cuando lo
despidieron, sintió que el mundo se le
venía encima. Se preguntaba: “¿Cómo
cuidaré de mi familia? Después de
trabajar duro tantos años, ¿por qué
piensa mi empresa que ya no sirvo para
nada?”.
 ¿Está pasando por el trauma de un
divorcio? “Hace dieciocho meses, mi
esposo me dejó de repente. Me sumí en
una enorme tristeza, como si el corazón
se me hubiera partido en dos —explica
Raquel—. El dolor era físico y también
emocional. Estaba muy asustada”.
 ¿Tiene una enfermedad grave, y parece
que su salud no mejora? Puede que se
sienta como el patriarca Job, que se
lamentó: “Odio mi vida y no quiero
seguir viviendo” (Job 7:16, Nueva
Traducción Viviente). O puede que
opine lo mismo que Luis, un hombre de
80 años, quien admitió: “A veces siento
que solo estoy esperando la muerte”.
 ¿Y si necesita consuelo porque ha
perdido a un ser querido? “Cuando me
enteré de que mi hijo había fallecido en
un accidente de avión, no lo podía creer
—relata Robert—. Después vino el
dolor..., el dolor que la Biblia compara a
una espada larga atravesándote”
(Lucas 2:35).
Aun en medio de circunstancias tan
angustiosas, Julián, Raquel, Luis y
Robert obtuvieron consuelo, pues
hallaron a quien mejor podía dárselo: el
Dios todopoderoso. ¿Cómo nos
consuela él? ¿Lo consolará Dios
también a usted cuando lo necesite?
5
 REVISITA:
Portada de la revista La Atalaya al público No. 5.
Invite a la persona a asistir alas reuniones.
TEMA DE PORTADA | ¿DÓNDE PODEMOS HALLAR CONSUELO?
Cómo nos consuela Dios
El apóstol Pablo dijo que Jehová* es “el
Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación” (2 Corintios 1:3, 4). Con estas palabras, la Biblia
asegura que Dios puede ayudarnos a
todos y que, por terrible que sea una
situación, nuestro Padre celestial puede
consolarnos.
Claro, hay algo que debemos hacer si
queremos que Dios nos consuele. Piense en esto: ¿cómo puede ayudarnos un
médico si no le pedimos una cita?
El profeta Amós hizo una pregunta parecida: “¿Andarán dos juntos a menos
que se hayan encontrado por cita?”
(Amós 3:3). Por eso, las Escrituras nos
recomiendan: “Acérquense a Dios, y él
se acercará a ustedes” (Santiago 4:8).
¿Cómo podemos estar seguros de que
Dios se acercará a nosotros? En primer
lugar, él mismo nos asegura una y otra
vez que quiere ayudarnos (vea el recuadro de la página siguiente). Y en segundo lugar, tenemos el testimonio
confiable de personas a quienes Dios
ha consolado en el pasado y en la
actualidad.
El rey David, como tantas personas hoy,
vivió muchas tragedias y buscó la ayuda
de Dios. Le imploró: “Oye la voz de mis
ruegos cuando clamo a ti por ayuda”.
¿Le respondió Jehová? Sí, pues David
añadió: “Me ha ayudado, de modo que
mi corazón se alboroza” (Salmo
28:2, 7).
¿QUÉ PAPEL DESEMPEÑA JESÚS
EN EL CONSUELO?
Dios quiso que Jesús tuviera un papel
clave a la hora de dar consuelo. Entre
otras cosas, Jehová le asignó “vendar a
los quebrantados de corazón” y “consolar a todos los que están de duelo”
(Isaías 61:1, 2). Tal como se había




predicho, Jesús mostró especial interés
por “todos los que se afanan y están
cargados” (Mateo 11:28-30).
Jesús consolaba a la gente con buenos
consejos, tratándola con amabilidad y,
en algunos casos, hasta curando sus
enfermedades. En cierta ocasión, un
leproso le rogó: “Si tan solo quieres,
puedes limpiarme”. Jesús se conmovió
y le dijo: “Quiero. Sé limpio” (Marcos
1:40, 41). Y el leproso se curó.
Aunque el Hijo de Dios ya no está en la
Tierra, su Padre, “el Dios de todo
consuelo”, sigue consolando a los que
sufren (2 Corintios 1:3). ¿Cómo lo
hace? Veamos cuatro formas principales.
La Biblia. “Todas las cosas que fueron
escritas en tiempo pasado fueron
escritas para nuestra instrucción, para
que mediante nuestro aguante y
mediante el consuelo de las Escrituras
tengamos esperanza” (Romanos 15:4).
El espíritu santo. ¿Qué permitió a los
cristianos disfrutar de un período de paz
poco después de la muerte de Jesús?
La Biblia dice que la congregación
cristiana “andaba en el temor de Jehová
y en el consuelo del espíritu santo”
(Hechos 9:31). El espíritu santo o fuerza
activa de Dios tiene muchísimo poder, y
Dios puede emplearlo para consolar a
cualquier persona en cualquier situación.
La oración. La Biblia dice: “No se
inquieten por cosa alguna”. Y aconseja:
“Dense a conocer sus peticiones a Dios;
y la paz de Dios que supera a todo
pensamiento guardará sus corazones y
sus facultades mentales” (Filipenses
4:6, 7).
La hermandad cristiana. Otros
cristianos pueden ser verdaderos amigos a los que acudir en busca de
consuelo. El apóstol Pablo describió a
sus compañeros como “un socorro
fortalecedor” en momentos de “necesidad y tribulación” (Colosenses 4:11;
1 Tesalonicenses 3:7).
Tal vez se pregunte si estas ayudas
realmente funcionan. Examinemos más
de cerca las historias de las personas
mencionadas en el artículo anterior.
Al igual que ellas, usted verá que Dios
sigue cumpliendo esta hermosa
promesa: “Como un hombre a quien su
propia madre sigue consolando, así yo
mismo seguiré consolándolos a ustedes” (Isaías 66:13).
*La Biblia dice que el nombre de Dios es Jehová.
Cómo sabemos que Dios
quiere consolarnos
“Tú mismo, oh Jehová, me has
ayudado y me has consolado” (Salmo
86:17).

“‘Consuelen, consuelen a mi
pueblo’, dice el Dios de ustedes” (Isaías
40:1).

“Esto es lo que ha dicho
Jehová: [...] ‘Como un hombre a quien
su propia madre sigue consolando, así
yo mismo seguiré consolándolos a
ustedes’” (Isaías 66:12, 13).

“Felices son los que se
lamentan, puesto que ellos serán
consolados” (Mateo 5:4).

“A la vez que echan sobre él
[Dios] toda su inquietud, porque él se
interesa por ustedes” (1 Pedro 5:7).

6
 CURSO BIBLICO:
Folleto Buenas noticias de parte de Dios. Lección 8, párrafo 6.
Ayude al estudiante a ver la cómo puede ponerr en práctica
la informacion.
LECCIÓN 8
¿Por qué permite Dios la maldad y el sufrimiento?
4. ¿Qué oportunidad nos da la paciencia
de Dios?
Satanás aseguró que los seres humanos le sirven a Dios solo
por conveniencia. Gracias a la paciencia divina, todos
podemos probar por nuestro modo de vivir que el Diablo es
un mentiroso y que apoyamos el gobierno de Dios más bien
que el del hombre. (Lea Job 1:8-12 y Proverbios 27:11.)
NUESTRA VIDA CRISTIANA
Canción 114
 Jehová vino a rescatarnos
Ponga el vídeo con el título (vaya a jw.org, sección
SOBRE NOSOTROS> QUE HACEMOS). Luego pregunte:
¿Cómo ayudó Jehová a Crystal, y qué efecto positivo tuvo
en ella? ¿Qué hace cuando le invaden los pensamientos
negativos? ¿Cómo le ayuda a usted el ejemplo de Crystal?
Estudio Bíblico de la Congregación
“EJEMPLOS DE FE” CONCLUSIÓN páginas 206 a 208.
CONCLUSIÓN
“Sean imitadores de los que mediante fe y paciencia heredan las promesas.” (HEBREOS 6:12)
LA FE. ¡Qué cualidad tan hermosa! Al pensar en ella, enseguida nos viene a la mente
su incalculable valor. Sin embargo, sería
bueno que también la asociáramos con
otra idea: la urgencia. ¿En qué sentido están relacionadas? Muy sencillo: si aún
7
no tenemos fe, es urgente que la cultivemos; y si ya la poseemos, es urgente que
la protejamos y fortalezcamos. ¿Por qué
es la urgencia tan necesaria?
2 Imagínese que está cruzando un inmenso
desierto. Usted está muerto de sed, así
que, cuando al fin encuentra agua, hace lo
imposible por protegerla del sol, pues
no puede dejar que se evapore. Pero eso
no es todo: también trata de ir reponiéndola hasta que llegue a su destino. Hoy
vivimos en un desierto espiritual en el que
la fe verdadera, al igual que el agua, es un
bien escaso y “se evapora” con facilidad si
no se protege y repone. Por lo tanto, la
situación es urgente: así como no podemos sobrevivir sin agua, nuestra relación
con Jehová no podrá sobrevivir sin fe
(Rom. 1:17).
1, 2. ¿Por qué es urgente que cultivemos la
fe? Explíquelo con un ejemplo.
3 Jehová
sabe cuánto necesitamos la fe y
lo mucho que cuesta cultivarla y
mantenerla en estos tiempos. Por eso, en
su Palabra nos ha dejado ejemplos que
podemos seguir. Por medio del apóstol
Pablo, Dios nos exhorta: “Sean imitadores
de los que mediante fe y paciencia
heredan las promesas” (Heb. 6:12). Con
ese fin, la organización de Jehová nos
anima a copiar el modelo de hombres y
mujeres fieles del pasado como los que
hemos analizado en este libro. ¿Qué
se espera que hagamos ahora? Primero,
seguir fortaleciendo nuestra fe, y segundo,
mantener la vista fija en nuestra
esperanza.
3. ¿Qué ayuda nos ha dado Jehová para
cultivar más fe, y qué dos cosas debemos
hacer?
Sigamos fortaleciendo nuestra fe. Esta
cualidad tiene por enemigo nada menos
que al gobernante del mundo, Satanás. Él
ha convertido este mundo en un desierto,
un lugar donde la fe está en vías de
extinción. Es cierto, Satanás es mucho
más poderoso que nosotros, pero no por
ello debemos dejarnos intimidar. Podemos
cultivar y mantener viva nuestra fe.
Recordemos que Jehová ofrece su
amistad a todo el que quiera tener fe
verdadera. De hecho, nos asegura que,
con él de nuestra parte, podremos hacerle
frente al Diablo y hasta lograr que huya de
nosotros (Sant. 4:7). Pero para ganar la
4
batalla, es vital dedicar tiempo cada día a
fortalecer nuestra confianza en Dios.
¿Cómo?
4. ¿Qué ha hecho Satanás en su lucha
contra la fe, pero por qué no debemos
dejarnos intimidar?
Como hemos visto, los siervos de Dios
que aparecen en la Biblia no nacieron con
fe. Sus vidas son prueba de que esta
cualidad procede del espíritu santo (Gál.
5:22, 23). Cuando ellos oraban a Dios
pidiéndole su ayuda, él respondía fortaleciendo su fe. Hagamos nosotros lo mismo:
nunca olvidemos que Jehová nos dará su
espíritu generosamente si se lo pedimos y
actuamos en armonía con nuestras oraciones (Luc. 11:13). Pero ¿hay algo más que
podamos hacer?
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5. ¿Cómo lograron cultivar
personajes de la Biblia?
fe
los
6 En
este libro hemos analizado solo algunos ejemplos extraordinarios de fe. Pero
hay muchísimos más (lea Hebreos
11:32). Conviene que, en nuestro estudio
personal, los examinemos con detenimiento y sincero interés. ¡Hay tanto que aprender de cada uno de esos relatos! Si solo los
leemos superficialmente, no lograremos
tener una fe firme. Para sacarles el máximo
provecho, debemos profundizar y buscar
información sobre las circunstancias y el
contexto en que vivían los personajes.
Estos serán más reales para nosotros si
nunca perdemos de vista que eran
hombres y mujeres “de sentimientos
semejantes a los nuestros” (Sant. 5:17).
Al ponernos en su lugar, podremos imaginar cómo se sintieron al atravesar problemas parecidos a los que tenemos hoy.
6. ¿Cómo les sacaremos el máximo
provecho a los relatos de la Biblia?
También fortaleceremos nuestra fe
cumpliendo con lo que Jehová nos ha
pedido que hagamos. Al fin y al cabo, “la fe
sin obras está muerta” (Sant. 2:26). Pensemos en lo encantados que habrían
estado los siervos de Dios de tiempos
bíblicos si hubieran podido realizar la tarea
que Jehová nos ha confiado a nosotros
hoy.
8 Imaginemos, por ejemplo, cómo reaccionaría Abrahán si le dijeran que no tiene
que adorar a Jehová frente a altares de
piedra rudimentarios en el medio de la nada, sino en compañía de hermanos reunidos en acogedores Salones del Reino y
grandes asambleas. ¡Cuánto le emociona7
ría escuchar cómo las promesas que él
solo vio “desde lejos” se explican ahora
con todo lujo de detalles! (Lea Hebreos
11:13.) O pensemos en la reacción de
Elías si le ofrecieran cumplir con una labor
que no implicara ejecutar a crueles
profetas de Baal o servir a Dios bajo el
reinado de un apóstata despiadado; por
el contrario, podría visitar tranquilamente a
las personas para llevarles un mensaje de
paz y esperanza. No cabe duda: estos
fieles del pasado aceptarían una labor
como la nuestra sin pensarlo dos veces.
9 De modo que sigamos fortaleciendo
nuestra fe por medio de nuestras acciones.
Así estaremos poniendo en práctica lo
que hemos aprendido de los siervos que
aparecen en la Palabra inspirada de Dios.
Entonces, tal como se mencionó en la
introducción de este libro, sentiremos que
estos llegan a ser, por así decirlo, nuestros
amigos. Ahora bien, pronto esa amistad
será más real aún.
7-9. a) ¿Cómo reaccionarían los siervos del
pasado si pudieran adorar a Jehová como
lo hacemos hoy? b) ¿Por qué debemos
fortalecer nuestra fe por medio de nuestras
acciones?
Mantengamos la vista fija en nuestra
esperanza. Quienes fueron leales a Dios
en la antigüedad siempre se refugiaron en
la esperanza que él les daba. ¿Es ese
también nuestro caso? Imaginemos lo
emocionante que será recibir a estos
hombres y mujeres durante la resurrección
de los justos (lea Hechos 24:15). ¿Ha
pensado en lo que le gustaría preguntarles?
10
10. ¿Qué alegría sentiremos en el Paraíso?
11 Por
citar un caso, ¿qué le preguntaría a
Abel? Tal vez le interese descubrir cómo
eran sus padres o si alguna vez habló con
los querubines que vigilaban la entrada al
jardín de Edén. ¿Y qué le intriga saber sobre Noé? Quizá si sentía miedo de los
nefilim o cómo se las arregló para cuidar
durante un año a tantos animales en el
arca. ¿Y qué hay de Abrahán? A lo mejor
podría preguntarle si le costó mucho dejar
la ciudad de Ur o si fue Sem quien le enseñó sobre Jehová.
12 Además, es probable que también tenga
pensadas algunas preguntas para las
fieles mujeres del pasado. Por ejemplo,
quizá quiera saber qué motivó a Rut a servir a Jehová, si Abigail tenía miedo de
decirle a Nabal lo que había hecho por
8
David o cómo siguió la vida de Ester y Mardoqueo después del episodio que se narra
en la Biblia.
11, 12. ¿Qué preguntas le gustaría hacerles
en el nuevo mundo a estos siervos de Dios?
a) Abel. b) Noé. c) Abrahán. d) Rut.
e) Abigail. f) Ester.
13 Por
su parte, estos leales hombres y mujeres de seguro tendrán un sinfín de
preguntas que hacernos a nosotros.
¡Cuántas cosas emocionantes tendremos
para contarles! Por ejemplo, podremos decirles cómo fueron los últimos días y
cuánto ayudó Jehová a su pueblo en los
momentos difíciles. Seguro que los conmoverá profundamente descubrir cómo Dios
cumplió todas sus promesas. Por otro lado,
¡qué bueno será que ya no tengamos que
imaginarnos a los personajes de la Biblia,
pues podremos verlos cara a cara! Ahora
bien, mientras esperamos ese maravilloso
día, hagamos todo lo posible para que
cobren vida en nuestra mente. Imitemos su
excelente ejemplo de fe y podremos servir
a Jehová con ellos, nuestros queridos
amigos, por toda la eternidad.
13. a) ¿Qué preguntas tal vez nos hagan los
resucitados? b) ¿Cómo se siente usted ante
la perspectiva de conocer personalmente a
los hombres y mujeres fieles de tiempos
bíblicos?
Repaso de esta reunión y adelanto de la próxima
Canción 119 y oración
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