Vida y Ministerio Cristianos 6 - 12 DE JUNIO | SALMOS 34 - 37 “Confía en Jehová y haz el bien” TESOROS DE LA BIBLIA Sl 37: 1,2. Debemos estar concentrados en servir a Jehová, no en el supuesto éxito de los malvados (w03 1/12 páginas 9, 10 párrafos 3-6). Referencia: w03 1/12 páginas 9, 10 párrafos 3-6. “No envidies” 3 Vivimos en “tiempos críticos, difíciles de manejar”, en los que abunda la maldad. Hemos visto el cumplimiento de las palabras de Pablo: “Los hombres inicuos e impos-tores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo ex-traviados” (2 Timoteo 3: 1, 13). Es fácil que nos impresio-ne el aparente éxito y prosperidad de la gente mala, lo que pudiera distraernos y desenfocar nuestra visión espi-ritual. Por eso, las palabras de apertura del Salmo 37 nos previenen de este peligro: “No te muestres acalorado a causa de los malhechores. No envidies a los que hacen injusticia”. 4 Los medios de comunicación nos bombardean con las injusticias que se producen a diario: empresarios que cometen fraudes impunemente, criminales que se aprove-chan de gente indefensa, asesinos a quienes no se des-cubre o no se castiga. Casos como estos en los que se pervierte la justicia pueden enfurecernos y perturbar nuestra paz interior. El supuesto éxito de los malhechores puede incluso originar sentimientos de envidia. Pero ¿logramos algo disgustándonos? ¿Cambiará el destino de los inicuos el hecho de que envidiemos sus aparentes ventajas? Desde luego que no. Y, además, no tenemos por qué estar ‘acalorados’. Veamos la razón. 5 El salmista responde: “Porque, como hier-ba, rápidamente se marchitarán, y como hierba verde nueva se desvanecerán” (Salmo 37: 2). La hierba verde nueva puede ser hermosa, pero no tarda en marchitarse y morir. Lo mismo sucede con los malhechores. Su aparente prosperidad no es permanente. Cuando les llega la muerte, de nada les sirven sus ganancias ilícitas. La justicia alcanza finalmente a todos. Como escribió Pa-blo, “el salario que el pecado paga es muerte” (Romanos 6: 23). Al final, los malhechores y todos los que practican la injusticia no recibirán más que su “salario”. ¡Qué vida más improductiva! (Salmo 37: 35, 36; 49: 16, 17.) 6 ¿Debería molestarnos, pues, la efímera prosperidad de los malhechores? La lección de los dos primeros ver-sículos del Salmo 37 es esta: no permitamos que el éxito de los malvados nos desvíe del derrotero de servicio a Jehová que hemos escogido. Centrémonos, más bien, en nuestras metas y bendiciones espirituales (Proverbios 23: 17). 6 - 12 DE JUNIO | SALMOS 34 - 37 “Confía en Jehová y haz el bien” 10 ¿Qué beneficios obtenemos de actuar “con fideli-dad”? El proverbio inspirado nos recuerda: “El hombre de actos fieles recibirá muchas bendiciones” (Proverbios 28: 20). Jehová recompensa nuestra perseverancia fiel en predicar las buenas nuevas dondequiera que vivamos y a quienquiera que encontremos. Por ejemplo, Frank y su esposa Rose recibieron una asignación de precursores hace cuarenta años en una ciudad del norte de Escocia donde los pocos que habían mostrado interés por la ver-dad se habían apartado. Sin dejar que ello los desanima-ra, este matrimonio comenzó su labor de predicar y hacer discípulos. Ahora hay una próspera congregación en aquel lugar. Está claro que Jehová ha bendecido la fideli-dad de esta pareja. “La mayor bendición —explica Frank con humildad— es sencillamente seguir en la verdad y que Jehová nos utilice.” Sí, cuando actuamos “con fideli-dad”, recibimos muchas bendiciones y las valoramos. “Deléitate exquisitamente en Jehová” 11 Para fortalecer nuestra relación con Jehová y seguir confiando en él, debemos tener en cuenta la siguiente ex-hortación: “Deléitate exquisitamente en Jehová” (Salmo 37: 4a). ¿Cómo la ponemos en práctica? Haciendo de Jehová el objeto de nuestro interés, en lugar de obsesio-narnos por nuestra propia situación, por difícil que esta sea. Una manera de lograrlo es apartando tiempo para leer su Palabra (Salmo 1: 1, 2). ¿Nos deleita nuestra lec-tura de la Biblia? La respuesta será afirmativa si la efec-tuamos con la mira de aprender más de Jehová. ¿Por qué no pausamos después de leer un pasaje para analizar qué nos enseña sobre Él? Quizá resulte conveniente te-ner a mano papel y lápiz para que, cada vez que nos pa-remos a reflexionar en el significado de lo que hemos leí-do, anotemos una frase que nos recuerde alguno de los atrayentes atributos de Dios. En otro salmo, David expre-só: “Que los dichos de mi boca y la meditación de mi cora-zón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová, mi Roca y mi Redentor” (Salmo 19: 14). A Jehová le compla-ce que centremos nuestra atención en su Palabra, activi-dad que también nos deleitará a nosotros. 12 ¿Cómo podemos obtener felicidad de nuestro estu-dio y meditación? Poniéndonos la meta de aprender cuan-to podamos acerca de Jehová y de sus caminos. Publica-ciones como El hombre más grande de todos los tiempos y Acerquémonos a Jehová * [Nota:] * Editadas por los testigos de Jehová. [Fin de Nota.] proporcionan mucha información sobre la cual reflexio-nar con aprecio. David garantiza al justo: “[Jehová] te dará las peticiones de tu corazón” (Salmo 37: 4b). Debió de ser esta convicción lo que motivó al apóstol Juan a escribir: “Esta es la confianza que tenemos para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su volun-tad, él nos oye. Además, si sabemos que nos oye respec-to a cualquier cosa que estemos pidiendo, sabemos que hemos de tener las cosas pedidas porque se las hemos pedido a él” (1 Juan 5: 14, 15). 13 Nuestro mayor deleite al mantener integridad es ver la vindicación de la soberanía de Jehová (Proverbios 27: 11). ¿Acaso no rebosamos de gozo cuando nos entera-mos de la inmensa obra de predicación que llevan a cabo nuestros hermanos en países que estuvieron largo tiempo bajo regímenes totalitarios y dictatoriales? Será interesan-te ver cuánta libertad se concede todavía antes del fin de este sistema. Muchos siervos de Jehová que viven en paí-ses occidentales se esmeran por predicar a estudiantes, refugiados y otras personas que residen temporalmente en dichos países, donde hay libertad de culto. Esperamos de corazón que cuando estas personas vuelvan a su tie-rra, sigan proyectando la luz de la verdad en medio de una oscuridad aparentemente impenetrable (Mateo 5: 14-16). “Haz rodar sobre Jehová tu camino” 14 ¡Cuánto nos alivia saber que podemos librarnos de nuestras preocupaciones y de toda carga opresiva! ¿De qué forma? “Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él —dice David—, y él mismo obrará.” (Salmo 37: 5.) En nuestras congregaciones abundan las pruebas de que Jehová es un apoyo confiable (Salmo 55: 22). Los minis-tros de tiempo completo, sean precursores, superintendentes viajantes, misioneros o voluntarios que sirven en Betel, dan fe de que se puede confiar en el cuidado di-vino. ¿Por qué no habla con ellos y les pregunta cómo les ha ayudado Jehová? De seguro le contarán muchas expe-riencias que muestran que, aun en tiempos difíciles, la ayuda de Dios nunca se queda corta. Él siempre provee lo esencial para vivir (Salmo 37: 25; Mateo 6: 25-34). 15 Cuando confiamos incondicionalmente en Jehová, experimentamos la veracidad de las siguientes palabras del salmista: “Ciertamente hará salir tu justicia como la luz misma, y tu derecho como el mediodía” (Salmo 37: 6). Aunque en ocasiones se ofrece una imagen falsa de los testigos de Jehová, Dios abre los ojos de las personas sinceras para que vean que nuestro ministerio público está motivado por el amor a él y al prójimo. Al mismo tiem-po, nuestra buena conducta no puede ocultarse, por más que algunos quieran tergiversar nuestras acciones. Jeho-vá nos sostiene a través de toda forma de oposición y per-secución. En consecuencia, la justicia del pueblo de Dios brilla como el sol del mediodía (1 Pedro 2: 12). 4 6 - 12 DE JUNIO | SALMOS 34 - 37 “Confía en Jehová y haz el bien” Sl 37: 7-11. Referencia: w03 1/12 página 13 párrafos 16-20. Guarda silencio [...] y espéralo con anhelo” 16 El salmista prosigue, diciendo: “Guarda silencio de-lante de Jehová y espéralo con anhelo. No te muestres acalorado a causa de ninguno que esté logrando éxito en su camino, a causa del hombre que esté llevando a cabo sus ideas” (Salmo 37: 7). Aquí David destaca que debemos esperar con paciencia a que Jehová actúe. El hecho de que el fin de este sistema aún no haya llegado no debe ser motivo de queja. ¿Verdad que la misericordia y la paciencia de Jehová son mucho mayores que lo que habíamos pensado originalmente? ¿Podemos demostrar que también somos pacientes ocupándonos en predicar las buenas nuevas antes de que venga el fin? (Marcos 13: 10.) No es momento de incurrir en acciones apresuradas que pudieran quitarnos el gozo y la seguridad espiritual, sino de resistir cada vez con más fuerza la influencia corruptora del mundo de Satanás. Ahora es el momento de conservar la pureza moral, evitando poner en peligro nuestra condición justa ante Jehová. Sigamos despidiendo los pensamientos inmorales y no caigamos en ninguna conducta impropia con personas del otro —o del mismo— sexo (Colosenses 3: 5). 17 David nos aconseja: “Depón la cólera y deja la furia; no te muestres acalorado solo para hacer mal. Porque los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra” (Salmo 37: 8, 9). Así es, podemos esperar con anhelo el tiempo —ya tan cercano— en el que Jehová erradicará de la Tierra toda la corrupción y a los responsables de ella. “Solo un poco más de tiempo” 18 “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar, y él no será.” (Salmo 37: 10.) ¡Cuánto nos animan estas pala-bras al acercarse el fin de este sistema y del desastroso proceder humano de independencia de Jehová! Toda cla-se de gobierno y autoridad concebida por el hombre ha sido un deplorable fracaso. Y ahora nos acercamos al tiempo en que volverá la gobernación ejercida por Dios, la verdadera teocracia: el Reino de Jehová en manos de Je-sucristo, que asumirá el control del mundo entero y elimi-nará a sus oponentes (Daniel 2: 44). 19 Por más que miremos, no veremos ningún “inicuo” en el nuevo mundo bajo el Reino de Dios. De hecho, cualquiera que en aquel tiempo se rebele contra Jehová será eliminado sin dilación. No habrá cabida para nadie que atente contra la soberanía de Dios o que se niegue a someterse a Su autoridad. Todas las personas compartirán el deseo de agradar a Jehová, con la seguridad que ello reportará: no habrá cerraduras, ni trancas, ni nada que enturbie la confianza y la felicidad completas (Isaías 65: 20; Miqueas 4: 4; 2 Pedro 3: 13). 20 En aquel tiempo, “los mansos mismos poseerán la tierra” (Salmo 37: 11a). ¿Quiénes son estos “mansos”? El término que se traduce “manso” viene de una raíz que significa “afligir, humillar”. Así es, “los mansos” son aquellos que esperan en Jehová para que se corrijan todas las injusticias que se les han infligido. “Verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Salmo 37: 11b.) Incluso ahora hay abundancia de paz en el paraíso espiritual de la congregación cristiana verdadera. Esperemos con paciencia a que Jehová actúe contra los malvados (w03 1/12 página 13 párrafos 16-20). 6 - 12 DE JUNIO | SALMOS 34 - 37 Busquemos perlas escondidas Sl 34: 18. ¿Qué hace Jehová por los están “quebrantados de corazón” y “aplastados en espíritu”? (w11 1/6 página 19). Referencia: w11 1/6 página 19. Acérquese a Dios Consuelo para los deprimidos “ES IMPOSIBLE que Jehová me quiera.” Así se expre-só una cristiana que ha luchado con la depresión gran parte de su vida. Se había repetido hasta el convenci-miento que Dios estaba muy lejos de ella. Pero ¿es cierto que Jehová está lejos de sus siervos que se deprimen? Encontramos una consoladora respuesta en las palabras inspiradas que David escribió en Salmo 34: 18. David sabía por experiencia propia los efectos que la angustia extrema puede provocar en un siervo fiel de Dios. De joven tuvo que vivir como un fugitivo debido al acoso implacable del rey Saúl, quien presa de los celos estaba decidido a matarlo. En una ocasión se refugió en lo que tal vez pensó que sería el último lugar donde el rey lo buscaría: la ciudad filistea de Gat, en territorio enemigo. Por desgracia fue reconocido, y solo logró escapar vivo porque fingió estar loco. David alabó a Dios por haberlo salvado y, basándose en su vivencia, escribió el Sal-mo 34. ¿Creía David que Dios está lejos de quienes se desani-man ante la adversidad o se sienten indignos de su atención? Él escribe: “Jehová está cerca de los que están que-brantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu” (versículo 18). Veamos cómo estas palabras nos ofrecen consuelo y esperanza. “Jehová está cerca.” Una obra de consulta señala que esta frase es “una manera muy expresiva de decir que el Señor está atento, siempre listo para auxiliar y sal-var a su pueblo”. Es muy reconfortante saber que Jehová vela por sus siervos, que está pendiente de las situacio-nes que atraviesan en estos “tiempos críticos” y que cono-ce sus sentimientos más recónditos (2 Timoteo 3: 1; He-chos 17: 27). “Quebrantados de corazón.” En algunas culturas, expresiones parecidas a esta, como “tener el corazón ro-to”, quizá tengan connotaciones románticas. Pero según un especialista, las palabras de David se refieren a “un dolor y pesar más general”. Y lo cierto es que hasta los siervos fieles de Dios pueden sufrir graves dificultades que quebranten su corazón. “Aplastados en espíritu.” Las personas desanimadas a veces se ven tan insignificantes que pierden momentáneamente toda esperanza. Un manual para traductores de la Biblia indica que es posible verter esta expresión como “quienes no tienen nada bueno que esperar”. ¿Cómo responde Jehová al ruego de los “quebrantados de corazón” y “aplastados en espíritu”? ¿Se mantiene ale-jado de ellos porque los considera indignos de su amor y cuidado? Todo lo contrario. Como un padre amoroso que abraza y reconforta a un hijo angustiado, Jehová está cer-ca de sus siervos que claman a él por socorro, pues anhe-la consolar y sanar su quebrantado corazón y su espíritu aplastado. Dios puede darles la sabiduría y la fortaleza necesarias para hacer frente a cualquier adversidad (2 Corintios 4: 7; Santiago 1: 5). ¿Por qué no averigua cómo acercarse más a Jehová? Él compasivamente nos asegura: “Resido [...] con el aplastado y de espíritu humilde, para revivificar el espíritu de los de condición humilde y para revivificar el corazón de los que están siendo aplastados” (Isaías 57: 15). Sl 34: 20. ¿Cómo se cumplió en Jesús esta profecía? (w13 15/12 página 21 párrafo 19). Referencia: w13 15/12 página 21 párrafo 19. 19 Los israelitas no debían quebrarle ningún hueso al cordero pascual (Éxodo 12: 46; Números 9: 11,12). ¿Qué tiene que ver esto con Jesús, “el Cordero de Dios”, que vino a dar su vida para rescatarnos? (Juan 1: 29.) Él fue colgado en un madero con un criminal a cada lado. Los judíos le pidieron a Pilato que a los tres se les rompieran las piernas para acelerar su muerte y evitar que estuvie-ran colgados hasta el día 15 de nisán, que era un sábado por partida doble. Los soldados se lo hicieron a los dos criminales, “pero al venir a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas” (Juan 19: 31-34). Eso se correspondió con lo que se hacía con el cordero pascual; así que, en ese sentido, aquel cordero fue “una sombra” de las cosas que iban a ocurrir el 14 de nisán del año 33 (Hebreos 10: 1). Además, aquellos suce-sos cumplieron las palabras de Salmo 34: 20, lo cual forta-lece nuestra confianza en las profecías bíblicas. 7 6 - 12 DE JUNIO | SALMOS 34 - 37 Busquemos perlas escondidas ¿QUÉ ME ENSEÑA SOBRE JEHOVÁ LA LECTURA BÍBLICA DE ESTA SEMANA? *** w11 1/6 pág. 19 Consuelo para los deprimidos *** ¿Creía David que Dios está lejos de quienes se desaniman ante la adversidad o se sienten indignos de su atención? Él escribe: “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíri-tu” (versículo 18). Veamos cómo estas palabras nos ofrecen consuelo y esperanza. “Jehová está cerca.” Una obra de consulta señala que es-ta frase es “una manera muy expresiva de decir que el Señor está atento, siempre listo para auxiliar y salvar a su pueblo”. Es muy reconfortante saber que Jehová vela por sus siervos, que está pendiente de las situaciones que atraviesan en estos “tiempos críticos” y que conoce sus sentimientos más recóndi-tos (2 Timoteo 3:1; Hechos 17:27). *** w06 15/1 pág. 5 Los ángeles: ¿cómo influyen en nuestra vida? *** ¿Nos protegen los ángeles en la actualidad? Si adoramos a Jehová tal como lo indica su Palabra, se nos garantiza que sus poderosos ángeles invisibles nos protegerán. La Biblia asegura: “El ángel de Jehová está acampando todo en derredor de los que le temen, y los libra” (Salmo 34:7). Sin embargo, hemos de reconocer que los ángeles están primordialmente al servicio de Dios y no de los seres humanos (Salmo 103:20, 21). Obedecen las órdenes de Dios, no las peticiones de los hombres; de ahí que no debamos pedir ayuda a los ángeles, sino a Jehová Dios (Mateo 26:53). Claro está, dado que los ángeles son invisibles a nuestros ojos, no podemos decir hasta qué punto Dios los utiliza para ayudar a la gente. No obstante, sabemos que Jehová desea “mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él” (2 Crónicas 16:9; Salmo 91:11). Tenemos la seguridad de que “no importa qué sea lo que pidamos conforme a su volun-tad, [Dios] nos oye” (1 Juan 5:14). *** w86 15/2 págs. 11-12 párr. 7 Sigamos unidamente tras la meta de la vida *** 7 Jehová siempre ha tenido vida en sí mismo. De él se dice: “Contigo está la fuente de la vida”. (Salmo 36:5, 9.) Pero el Padre ha levantado a su Hijo —quien mantuvo integridad— de entre los muertos como “primicias de los que se han dormido en la muerte”. Al tener “en sí mismo el don de la vida”, a Jesús se le ha conferido poder para perdonar pecados, juzgar y resucitar a los muertos, con la perspectiva de la vida eterna. (1 Corintios 15:20-22; Juan 5:27-29; Hechos 17:31.) *** w02 15/5 pág. 17 párr. 19 Beneficiémonos de la bondad amorosa de Jehová *** 19 Verdaderamente, los siervos de Jehová somos muy favorecidos. Además de beneficiarnos del amor que Dios tiene a la humanidad en general, gozamos de bendiciones especiales como resultado de la bondad amorosa, o el amor leal, de nuestro Padre celestial (Juan 3:16). Nos beneficiamos de esta inestimable cualidad de Jehová sobre todo en momentos de necesidad (Salmo 36:7). *** w03 1/12 págs. 12-13 párrs. 14-15 ‘Deleitémonos en Jehová’ *** 14 ¡Cuánto nos alivia saber que podemos librarnos de nues-tras preocupaciones y de toda carga opresiva! ¿De qué forma? “Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él —dice David—, y él mismo obrará.” (Salmo 37:5.) En nuestras congregaciones abundan las pruebas de que Jehová es un apoyo confiable (Salmo 55:22). Los ministros de tiempo completo, sean precursores, superintendentes viajantes, misioneros o voluntarios que sirven en Betel, dan fe de que se puede confiar en el cuidado divino. ¿Por qué no habla con ellos y les pregunta cómo les ha ayudado Jehová? De seguro le contarán muchas experiencias que muestran que, aun en tiempos difíciles, la ayuda de Dios nunca se queda corta. Él siempre provee lo esencial para vivir (Salmo 37:25; Mateo 6:25-34). 15 Cuando confiamos incondicionalmente en Jehová, experimentamos la veracidad de las siguientes palabras del salmista: “Ciertamente hará salir tu justicia como la luz misma, y tu derecho como el mediodía” (Salmo 37:6). Aunque en ocasiones se ofrece una imagen falsa de los testigos de Jehová, Dios abre los ojos de las personas sinceras para que vean que nuestro ministerio público está motivado por el amor a él y al prójimo. Al mismo tiempo, nuestra buena conducta no puede ocultarse, por más que algunos quieran tergiversar nuestras acciones. Jehová nos sostiene a través de toda forma de oposición y persecución. En consecuencia, la justicia del pueblo de Dios brilla como el sol del mediodía (1 Pedro 2:12). *** w10 1/3 pág. 12 ¿Hay que ser siempre honrados? *** Pues bien, Dios se compadece de quien sinceramente trata de obedecerlo, y bendice sus esfuerzos por conseguir las cosas básicas (Salmo 37:25). 8 6 - 12 DE JUNIO | SALMOS 34 - 37 Busquemos perlas escondidas ¿QUÉ IDEAS DE LA LECTURA BÍBLICA DE ESTA SEMANA PUEDEN SERVIRME EN LA PREDICACIÓN? LECTURA DE LA BIBLIA: SALMO 35: 19-36: 12 *** w07 1/3 págs. 22-24 párrs. 13-15 Ensalcemos juntos el nombre de Jehová *** 13 “En Jehová se jactará mi alma; los mansos oirán y se re-gocijarán.” (Salmo 34:2.) David no se estaba jactando de algu-na hazaña personal, como, digamos, haber engañado al rey de Gat. Reconocía que Jehová lo había protegido y lo había ayu-dado a escapar (Proverbios 21:1). Por eso se gloriaba en Dios, y no en sí mismo, lo que atrajo a los mansos hacia Jehová. Otro que ensalzó el nombre de Jehová fue Jesús, y eso atrajo a los humildes y dóciles a Dios. Hoy los mansos de todas las nacio-nes se sienten atraídos a la congregación internacional de cris-tianos ungidos, de la cual Jesús es Cabeza (Colosenses 1:18). Su corazón se conmueve cuando oyen a los humildes siervos de Dios glorificar el nombre divino y cuando escuchan el men-saje de la Biblia, el cual comprenden gracias al espíritu santo de Dios (Juan 6:44; Hechos 16:14). 14 “Oh, engrandezcan ustedes a Jehová conmigo, y juntos ensalcemos su nombre.” (Salmo 34:3.) David no se contentó con alabar a Jehová en privado, sino que invitó afectuosamente a sus compañeros a unírsele y ensalzar juntos el nombre de Dios. El David Mayor, Jesucristo, también se complacía en ala-bar a Jehová en público: en la sinagoga, durante las fiestas en el templo de Jerusalén y en compañía de sus discípulos (Lucas 2:49; 4:16-19; 10:21; Juan 18:20). Nosotros tenemos el gozoso privilegio de imitar a Jesús glorificando a Jehová con nuestros hermanos en toda ocasión, especialmente ahora, “al contem-plar [...] que el día se acerca” (Hebreos 10:24, 25). 15 “Inquirí de Jehová, y él me contestó, y de todos mis sustos él me libró.” (Salmo 34:4.) Esta fue una experiencia muy signifi-cativa para David, quien añade: “Este afligido llamó, y Jehová mismo oyó. Y de todas sus angustias Él lo salvó” (Salmo 34:6). En nuestras reuniones surgen muchas oportunidades para con-tar experiencias animadoras de cómo Jehová nos ha ayudado a aguantar situaciones difíciles. Tales relatos fortalecen la fe de nuestros hermanos, del mismo modo que las expresiones de David fortalecieron la fe de los que lo apoyaban. Ellos “miraron hacia [Jehová] y quedaron radiantes, y sus rostros mismos de ninguna manera podían avergonzarse” (Salmo 34:5). Aunque huían del rey Saúl, no se sentían avergonzados; confiaban en que Dios estaba del lado de David, y sus rostros irradiaban felicidad. Igualmente, tanto los recién interesados como los que han sido cristianos verdaderos mucho tiempo acuden a Jehová por auxilio. Al experimentar personalmente la ayuda divina, sus rostros radiantes denotan su determinación de mantenerse fie-les. *** w91 1/8 pág. 19 párr. 22 ‘Vístase las armas de la luz’ *** 22 El rey David escribió: “Contigo [Jehová] está la fuente de la vida; por luz de ti podemos ver luz. Continúa tu bondad amo-rosa a los que te conocen”. (Salmo 36:9, 10.) Los que aman la luz llegan a conocer a Jehová, y esto puede significar vida para ellos. (Juan 17:3.) *** w03 1/12 pág. 10 párr. 7 ‘Deleitémonos en Jehová’ *** 7 “Confía en Jehová y haz el bien”, nos exhorta el salmista (Salmo 37:3a). Cuando nos acosen las preocupaciones o inclu-so las dudas, confiemos firmemente en Jehová. Es él quien ofrece completa seguridad espiritual. Moisés escribió: “Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo se conse-guirá alojamiento bajo la mismísima sombra del Todopodero-so” (Salmo 91:1). Si nos sentimos intranquilos por el aumento del desafuero en este sistema de cosas, tenemos que apoyar-nos aún más en Jehová. Así como cuando nos torcemos el tobi-llo agradecemos el apoyo que encontramos en el brazo de un amigo, cuando nos esforzamos por andar en fidelidad, necesita-mos el amparo de Jehová (Isaías 50:10). *** w03 1/12 pág. 11 párr. 11 ‘Deleitémonos en Jehová’ *** 11 Para fortalecer nuestra relación con Jehová y seguir con-fiando en él, debemos tener en cuenta la siguiente exhortación: “Deléitate exquisitamente en Jehová” (Salmo 37:4a). ¿Cómo la ponemos en práctica? Haciendo de Jehová el objeto de nuestro interés, en lugar de obsesionarnos por nuestra propia situación, por difícil que esta sea. Una manera de lograrlo es apartando tiempo para leer su Palabra (Salmo 1:1, 2). ¿Nos deleita nues-tra lectura de la Biblia? La respuesta será afirmativa si la efec-tuamos con la mira de aprender más de Jehová. ¿Por qué no pausamos después de leer un pasaje para analizar qué nos enseña sobre Él? Quizá resulte conveniente tener a mano pa-pel y lápiz para que, cada vez que nos paremos a reflexionar en el significado de lo que hemos leído, anotemos una frase que nos recuerde alguno de los atrayentes atributos de Dios. En otro salmo, David expresó: “Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová, mi Roca y mi Redentor” (Salmo 19:14). A Jehová le complace que centremos nuestra atención en su Palabra, actividad que también nos deleitará a nosotros. 9 3
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