22 al 28 de febrero de 2016 9 EMPRESAS EUROPA PRESS Activistas de Greenpeace piden el desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos). La oposición en pleno está que echa chispas, pues temen que el Gobierno en funciones, en una decisión sin precedentes, pueda acabar aprobando la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, parada desde hace tres años y pendiente del informe técnico del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El organismo, en pleno proceso de evaluación, ha recibido una carta en la que nueve partidos, un 65% del Parlamento, le piden que paralice el proceso hasta la formación de un nuevo Gobierno al que corresponda la decisión final. Una paralización que, responden, no está en su mano. La oposición en pleno teme que las presiones eléctricas y del Gobierno en funciones aceleren su reapertura Alta tensión en Garoña ■ Nuria Díaz Garoña ha sido uno de los grandes asuntos energéticos que quedaron sin resolver durante la pasada legislatura porque, al margen de los aspectos técnicos, el tema nuclear arrastra mucha carga política.Y por eso, en los últimos días, ha vuelto a convertirse en arma arrojadiza. La razón: los partidos de la oposición y las asociaciones ecologistas están convencidos de que, aprovechando el impass político, el Gobierno -abiertamente a favor del alargamiento de la vida útil de las centrales-, avanza hacia la reapertura de la planta burgalesa, pese a que está en funciones y a que el resto de las fuerzas políticas se han mostrado partidarias de su cierre definitivo. En la pasada legislatura, todos los grupos parlamentarios, a excepción del PP, UPyD y CiU, firmaron una declaración en la que se comprometían a cerrar definitivamente Garoña en caso de llegar al poder tras las elecciones del 20 de diciembre. Mayoría popular en el CSN Uno de los primeros movimientos que levantaron las suspicacias de la oposición fue el que el pasado mes de octubre, el Gobierno aprobara unilateralmente el nombramiento de Javier Dies Llovera, vinculado al PP en Barcelona, como nuevo consejero del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el organismo encargado de elaborar el informe técnico preceptivo para aprobar una reapertura de Garoña. Entonces se acusó al gobierno del PP de tratar de politizar el organismo con un nombramiento que había sido rechazado el 29 de septiembre en la Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados. Con este nombramiento in extremis al final de la legislatura, se rompe el equilibrio de fuerzas de manera que, en estos momentos, los populares controlarían el órgano regu- lador, con tres representantes afines sobre cinco: además del citado Dies, el presidente del consejo, Fernando Martí –ex secretario de Estado de Energía- y Fernando Castelló. Por parte del PSOE, se sientan Rosario Velasco, vicepresidenta del consejo, y la ex ministra de medio ambiente socialista, Cristina Narbona que, en más de una ocasión ha emitido un voto particular en contra del proceso de evaluación para la reapertura de Garoña. Concretamente lo hizo en el pleno del pasado 3 de febrero, pidiendo que se paralice cualquier decisión sobre la reapertura hasta que se analicen y difundan a la opinión pública, las implicaciones en seguridad nuclear de autorizar hasta los 60 años el funcionamiento de un reactor nuclear. “Que una central nuclear pueda operar hasta los 60 años de actividad es una circunstancia inédita en España -señala”. Garoña rebasaría los 40 años que operó, por ejemplo , la central de Jose Cabrera (Zorita)”. También es inédito -recuerdan fuentes del sector. que se solicite “una autorización administrativa de 17 años consecutivos, porque las renovaciónes se vienen haciendo de diez en diez años”. Iván Calvo, miembro del área de Economía de Podemos, asegura que “hay una voluntad política clara de reabrirla. En el último pleno del CSN se aprobaron algunos informes previos, no suficientes, pero necesarios para avanzar en la decisión de la reapertura”. Concretamente, y según las actas de la reunión, se trataron cinco modificaciones eléctricas, de ampliación del edificio de almacenamiento y del aislamiento. El informe es preceptivo, y vinculante en el caso de que arroje dudas sobre la seguridad de la planta y aconseje su cierre definitivo, pero no hay plazos ni legales ni técnicos que obliguen al CSN a emitirlo en un tiempo determinado. PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV, Bildu, IU, Compromís y Democrácia i Llibertat, el 64% de la Cámara, enviaron una carta al presidente del CSN, pidiéndole paralizar el proceso de evaluación Este es el argumento que esgrimía la propia Narbona en su voto particular, y también la oposición en el Congreso, que considera que podría sencillamente aplazar sus deliberaciones sobre este tema hasta que haya un gobierno formado, porque éste –como señala el portavoz de Podemos “no es un asunto ordinario”. Y eso es precisamente lo que hae unos días le han pedido al organismo en una carta dirigida al presidente del CSN, Fernando Marti, nueve partidos (PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV, Bildu, IU, Compromis y Democrácia y Llibertat, que suman 225 diputados, el 64% de la Cámara). Sin embargo, en el CSN creen que no entrá entre sus atribuciones paralizar el proceso, y así lo hacen constar en un comunicado señalando que “en los procesos de licenciamiento (como puede ser una renovación de la autorización de explotación) la labor regulatoria del organismo está reglada y se limita a la emisión de informe preceptivo (y vinculante de ser negativo) al órgano competente para resolver el procedimiento, que es el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. (...).Es el Ministerio, por lo Tres años parada, pero siempre en el candelero ■ Garoña está parada desde hace tres años, ya que cumplió los 40 años de funcionamiento, la vida útil para la que, en principio, estaban preparadas las centrales españolas. Después de que el gobierno aprobara un paquete fiscal que gravaba la energía nuclear, los propietarios, la sociedad Nuclenor, al 50% entre Endesa e Iberdrola, desestimaron pedir la renovación, decisión de la que finalmente se desdijeron y ahora quieren que el Ministerio de Industria les conceda 17 años más de funcionamiento. Industria ha dado varios pasos para permitir esa ampliación, pero el principal es que el CSN conceda la autorización final y para eso hace falta que previamente el pleno vaya aprobando los requisitos que le impuso en el verano de 2014. Los ecologistas utilizan un argumento clave para pedir que continue cerrada: durante los tres años que ha estado sin generar electricidad no ha habido problemas, ya que en estos momentos el sistema energético español está sobredimensionado y cuenta con más potencia instalada que la energía que se consume. tanto quien, en su caso, puede analizar o tener en cuenta cuestiones de oportunidad política, criterios económico-financieros, sociológicos o de política energética”. En el acta del pleno del congreso del 3 de febrero publicada el pasado 18 de febrero, figura también una explicación del voto del consejero Fernando Castelló en el que se manifiesta en este mismo sentido, señalando que “el cauce de relación está perfectamente definido en el artículo 11 de la Ley de Creación del CSN y es la Comisión Parlamentaria de Industria, Energía y Turismo. Este sería el entorno parlamentario en el que los grupos parlamentarios deberían, si así lo acordasen, hacer un requerimiento al Gobierno para que el Ministerio de Industria acordase la suspensión del procedimiento de evaluación de Garoña, para serle luego comunicada con carácter oficial al CSN. Solo entonces el CSN estaría legalmente habilitado para proceder a suspender el procedimiento”. En una nota sobre las propuestas analizadas sobre Garoña , el organismo señala que “todas estas actuaciones estaban previstas en la guía de evaluación preparada por el cuerpo técnico para la evaluación y emisión del informe solicitado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo” y añaden, en contra de las críticas sobre que el proceso se esté acelerando que “está previsto que la remisión de dicho informe al Minetur se produzca durante el segundo semestre del presente año”. La secretaria de Cambio climático del PSOE, Pilar Lucio, señala en cualquier caso a El Nuevo Lunes que “hemos pedido la comparecencia de Martí en la Comisión de Industria que se constituyó hace unos días. Martí ha pedido motu proprio comparecer, pero para hablar sobre el balance del año y sobre la central de Almaraz, que ha tenido algunos problemas técnicos”. Precedente para el resto Si la oposición se ha movilizado, aseguran, no es solo por el propio hecho de una posible reapertura aprovechando el momento político, -aseguran fuentes del sector- sino también por el precedentes que se sienta y por la posibilidad de que las dueñas de la central pudieran pedir una compensación si un nuevo gobierno cierra la planta. Respecto a lo primero, Lucio (PSOE) señala que Garoña lleva cerrada mucho tiempo pero “si se reabre porque hay más centrales del parque nuclear que cumplen 40 años en la próxima década”. Por us parte, Iván Calvo (Podemos) señala además que que “un informe favorable del CSN y una aprobación del gobierno en funciones daría argumentos a las dueñas de la planta, Endesa e Iberdrola, para solicitar una indemnización por lucro cesante si un nuevo gobierno, siguiendo su programa electoral, dedice retirar la licencia a Nuclenor”. Una indemnización que podria alcanzar los 900 millones de euros, si se toma como referencia que esa fue la cantidad que Endesa e Iberdrola relamaron cuando el Gobierno del PSOE decretó el cierre de la planta en 2012, aunque fue rechazada por los tribunales de justicia. Sin embargo, y de nuevo según las actas que el organismo ha colgado en su página web, algunos consejeros dudan de que pudiera haber reclamaciones de este tipo por el mero hecho de haber un informe favorable. Las expresa concretamente la vicepresidenta del organismo por proposición del PSOE, Rosario Velasco, que señala que “la simple emisión del informe técnico del CSN de ningún modo puede generar ningún tipo de derechos ni lucro cesante en los titulares”. La tensión política va en aumento.
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