¿qué es lo que verdaderamente deseas?

contenido
Consejo Editorial
02
05
Mercedes Chacín
El Caracazo
Mancheta y demás
Editor Jefe
Edarlys Rodríguez
06
10
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
La vida en cautiverio
— música
Pedro Vicente Lizardo resiste
Asesor Editorial
12
13
Sobre las vueltas al sol
Buscando una ciudad sin barreras
20
21
Existencialmente
Vladimir Villegas
Ilustrador
25
26
Fotógrafo
¿Qué es lo que deseas?
Sibaritas y pelabolas
28
29
Cine y teatro
Historias de la Calle Lincoln (XXVII)
34
35
Jorge Rodríguez Gómez
Felipe Saldivia
Gustavo Borges Revilla
Directora
— perfil
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
— ciudad
Jesús Castillo
Reinaldo González
Coordinadora web
Yanira Albornoz
— mitos
MANEJADORA DE REDES
Bárbara Baralt
Redacción
María B. Chacín
Kay Yam Hung
Gustavo Mérida
Ander De Tejada
Marlon Zambrano
— minicrónicas
DiseñadorEs
Lisbeth Montell
Óscar Hernández
Alfredo Rajoy
— libremente
Michael Mata
CORRECTOR
Rodolfo Castillo
LOGÍSTICA
— CRÍTICA Y MEDIA
Idania Bracamonte
Daniela Fernández
Edi Cordero
Colaboran en esta edición
Clodovaldo Hernández, Malú Rengifo, Miguel Posani, Mayleni
Curros, Indira Carpio, Nathali Gómez, Rodolfo Porras, Mauricio
Sánchez, Andrés Eloy Hernández, Jessica Mena, Franklin
Alviárez, L. “Razor” Balza y Andrés Palacios. Archivo Ciudad CCS.
Fotografía de portada: Enrique Hernández.
Impresión
Complejo Editorial Alfredo Maneiro
Editorial Metropolis, C.A.
[email protected]
Comercialización y Ventas:
0212-8080323/0426-5112114
Distribución: 0212-8085843
Depósito Legal: pp201202dc4166
Una publicación de la
@epaleccs
@epaleccs
— poesía
o nada
36
— el rumor
de las bolas
— EL MENJURJE
— mIradas
— entrevista
— gastronomía
— novela
— cruciverbo’s
Crucicentrifugado
37
— la bitácora
de amón-ra
Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS
búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto,
edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales
y en la librería-Bar el techo de la ballena, edif. Gradillas “A”, planta Baja,
Bulevar del Eterno Retorno
Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015.
Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
02
PERFIL
03
El Caracazo:
las horas aterradoras de una breve guerra
La furia desatada de un pueblo sin líderes y la respuesta
genocida de un gobierno marcaron para siempre la
historia de Caracas. El terremoto social comenzó
en Guarenas y las informaciones sobre lo que estaba
pasando llegaron a Caracas en tiempo real, a pesar
de que aún faltaba mucho para que se inventaran
los mensajes de texto y las redes sociales. Fueron días
de miedo durante los cuales hasta algunos que tenían
fama de tipos duros terminaron chorreándose
POR Clodovaldo Hernández • [email protected] / ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
El Caracazo fue aterrador. Si alguien trata de decirte lo contrario Cuentan los informes que el asunto comenzó en Guarenas, ciudad
—incluso, si ese alguien eres tú mismo—, ¡ojo! porque está tratando satélite que no tenía todavía la enorme población que luego ha ido
reuniendo. Cuando aquellos humildes pobladores comenzaron a
de engañarte.
llegar a las paradas de autobusetes, recibieron el primer puñetazo
Con el paso de los años —y ya van 27— cada quien reconstruye del paquete de medidas económicas decretado unos días antes por
aquello a su manera, pero cualquier versión edulcorada de esos días el recién estrenado presidente Carlos Andrés Pérez: el aumento de
los pasajes.
es puro embuste.
“El sacudón”, como también se le llamó, fue aterrador por muchas
razones. Lo fue porque ver desatada, sin control alguno, la furia de
un pueblo es como vivir un terremoto, una gran inundación, un terrible incendio. Y lo fue porque la forma como las autoridades de ese
entonces reprimieron a ese pueblo iracundo resultó ser —sin necesidad de lenguaje metafórico— un genocidio, un holocausto.
Claro que mucha de la gente que hoy está en la flor de su vida no
había llegado aún a este mundo esa oscura semana, cuando nuestro
precioso valle se hizo primero un valle de balas y, luego, de lágrimas.
Otros eran niños y niñas y no recuerdan bien lo ocurrido. Ambos
grupos han tenido apenas referencias a través de borrosos videos de
la era analógica y de fotos que, con todo y lo violentos que son los
días que ahora vivimos, parecen salidas de una pesadilla.
El Guarenazo fue primero
El 27 de febrero de 1989 era lunes y, como suele ocurrir en este día
de la semana, la masa trabajadora madrugó de mala gana, deplorando la brevedad de la tregua del domingo. Obreros y empleados se
disponían a iniciar una semana dura, pues la mayoría aún no había
cobrado su quincena.
(Valga un paréntesis acá para decir que mucha gente no logra entender lo que significa “tener nada más para el pasaje”. Solo quien
lo haya experimentado alguna vez —y no lo haya olvidado convenientemente— puede saber el tipo de desesperada angustia que
eso genera).
Bueno, pues los guareneros marcaron la pauta al protagonizar los
desórdenes iniciales, acciones dirigidas contra los transportistas e,
incluso, los primeros saqueos a establecimientos comerciales.
A pesar de que en aquellos tiempos no había mensajería de texto ni
redes sociales, la información sobre los movimientos desatados en
Guarenas llegó, como se diría hoy, “en tiempo real”, a la capital de la
República. Ese fue el primer episodio de terror del día: los rumores
acerca de la magnitud de lo que estaba pasando eran para hacerse en
los pantalones.
En esas primeras horas entró en escena un factor que desde entonces ha sido protagonista de esta historia: la televisión privada. Las
imágenes captadas por RCTV, Venevisión y Televén comenzaron
a difundirse en estruendosos boletines extraordinarios, pese a que
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
04
(valga de nuevo la aclaratoria tecnológica) la transmisión en vivo y
directo de esos tiempos haría pensar a cualquier técnico joven en el
carro de Pedro Picapiedra. Por cierto, el gobierno de Pérez y su partido, Acción Democrática, acusaron a las televisoras de haber difundido irresponsablemente unas escenas que operaron como apología
del delito y contribuyeron a multiplicar los actos vandálicos.
Fue largo aquel 27. Todavía no había llegado el mediodía y ya la ciudad ardía por los cuatro costados. El terror de los rumores se mezclaba con el de los hechos. Uno estaba viendo el caos en el centro de
Caracas y llegaba alguien a contarle que eso no era nada, que en La
Vega era donde estaba la cosa fea de verdad.
tesis de que el alzamiento era obra de grupos radicalizados. Se negaban a creer que algo como eso fuera espontáneo.
Un Policía chorreao
En aquel clima de terror sostenido, un momento crítico fue cuando
apareció en los televisores, en cadena nacional, el ministro de Relaciones Interiores, Alejandro Izaguirre, alias el “Policía”, un dirigente
adeco de quien se decía era muy, pero muy arrecho. El hombre comenzó con la típica frase de que poco a poco se estaba restableciendo
la calma en todo el país, salvo algunos focos aislados de elementos
subversivos. Pero su discurso iba por un lado y su lenguaje corporal
por otro. Al “Policía” se le veía como una mata de nervios. De pronto se retiró del set diciendo “¡No puedo, no puedo!”… y se acabó la
cadena. El país entero quedó en vilo. Si este señor, con tabaco en la
vejiga, se chorreó ante las cámaras, así estarían las cosas, caballero.
El gobierno, según han testimoniado luego algunos protagonistas,
se privó durante las primeras horas. Un ególatra como Pérez no podía procesar aquello: había ganado las elecciones por paliza; lo habían
juramentado con grandes fastos (“la coronación”, le dijeron) y apenas Cuando el día ha sido de terror, la noche no puede ser sino un agracontaba 25 días en el cargo. Aquello tenía que ser algo fácil de sofocar. vante. Oscureció y salieron a la superficie las peores ratas tanto en
los barrios marginales como en las urbanizaciones de clase media.
Pérez actuó como el ministro de Relaciones Interiores que había sido La gente mala siempre se aprovecha de estos momentos de locura
del gobierno de Rómulo Betancourt , principal ejecutor de la política generalizada para sacar máximo provecho. La gente buena no pudo
de “disparen primero y averigüen después”: culpó a la ultraizquierda pegar un ojo aquella terrible noche.
y mandó a echar plomo.
El 28, en plena anarquía, era natural que la delincuencia común toLa primera defensa del gobierno fue la Policía Metropolitana, lo que mara las riendas. En muchos lugares, los malandros dirigieron los
de por sí potenció los niveles de terror, en especial en las zonas más saqueos. La gente iba por los alimentos, los electrodomésticos, la
pobres, habitual campo de tiro de este cuerpo represivo del Estado, ropa, los zapatos… y los malandros iban por las cajas registradoras,
las joyas, las armas.
dicho sea en la más clásica jerga marxista.
CAP, todavía confiado en su don de mando y carisma, pensó que la
PM aplacaría la insurrección popular. Pero bastaba darse una vuelta
por cualquier calle de la ciudad para entender que eso estaba muy
lejos de ser verdad. En horas de la tarde las escenas dominantes eran
las vidrieras rotas, las santamarías sacadas de cuajo y la gente corriendo por las calles, empujando carritos de supermercado repletos
de comida o cargando con enormes pedazos de carne. El gobierno
lanzó entonces su segunda ofensiva: la Guardia Nacional, cuyos integrantes habían cultivado, a pulso, la fama de asesinos por naturaleza.
El terror iba in crescendo.
Superadas la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional, Pérez se
pegó contra las cuerdas y sacó los tanques y los fusiles del Ejército. Los
casi adolescentes que estaban pagando el servicio militar obligatorio en
los cuarteles (hijos de obreros y de campesinos, sin excepciones), fueron echados a las calles con las órdenes de masacrar a su propio pueblo.
Para que no se vieran en la situación de disparar contra gente conocida,
los trajeron de los Llanos, del Zulia, de Oriente y los obligaron a disparar contra todo lo que se moviera después del toque de queda.
Desde entonces y hasta el 1º de marzo, lo que hubo fue traqueteo
de ametralladoras, gritos en la oscuridad, balas que atravesaban endebles paredes, llantos de madres, salas de emergencia colmadas de
heridos, cuerpos arrumados en camiones de volteo, fosas comunes
repletas… En fin, el horror de una guerra que dejó marcada a toda
una ciudad, a todo un país.
Paralelamente se habían activado la tenebrosa Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) y la no menos temible
Dirección de Inteligencia Militar (DIM). Hicieron lo que contemplaba el protocolo, es decir, ir a buscar a los dirigentes sociales, a los
líderes de los partidos de izquierda y a los voceros estudiantiles y sindicales, llevarlos a sus cuarteles y ponerlos como berenjenas a punta Si alguien te dice que no fue aterrador —incluso si te lo dices tú misde trompadas, patadas y culatazos. Las autoridades se aferraban a la mo— es porque te quiere engañar.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
05
el menjurJe
Carrera de caballo, parada de burro. Este
adagio se aplica cuando alguien emprende un
proyecto con mucho entusiasmo y eficiencia y
de pronto lo desatiende o lo abandona. Cuando
Gerardo Sansón, ministro de Obras Públicas de
Pérez Jiménez, inauguró la autopista CaracasLa Guaira en 1953, declaró a El Heraldo: “A este
gobierno no le van a estar aplicando el refrán
que le aplican a todos: carrera de caballo y
parada de burro, porque lo que comenzamos
lo concluimos en el tiempo previsto”. Esta afirmación suscitó una discreta polémica porque
alguien manifestó en El Nacional que esa obra
fue proyectada e iniciada durante el gobierno
de Medina Angarita.
Diccionario de refranes
Héctor Atilio Pujol
ballet arañero
Con más de 40 artistas, música original, circo, teatro y videoarte, regresa
a la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño la pieza de ballet contemporáneo De Arañero a Libertador, un emotivo homenaje a Chávez basado
en sus Cuentos del Arañero. Las funciones se realizarán el viernes 4 de
marzo a las 7 de la noche y el domingo 6 de marzo a las 5 de la tarde.
Las entradas están a la venta en las taquillas del teatro o a través de la
página web: www.teatroteresacarreno.gob.ve. Son 300 bolívares.
Que no recojan los perros
muertos.
El anuncio sobre la próxima circulación
de billetes de 500 y 1.000 bolívares y, por
consiguiente, el regreso de la caleta.
ta'fino
Con el conversatorio “Canto tradicional y algo más experimental”,
la agrupación caraqueña de música tradicional venezolana Shirapta
Coa (en la foto) inicia hoy la celebración de 10 años de vida artística.
La cita es a la 1:30 de la tarde en el Museo Carlos Cruz Diez.
Más información en la cuenta Twitter de la agrupación: @shiraptacoa.
«
Ni patulecos
ni mongólicos
«
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
06
CIUDAD
La vida
en cautiverio
breve crónica de lo que se puede ver en el zoológico
de caricuao, un espacio público —y cuestionable— que
se abre para el disfrute de todo el pueblo caraqueño
POR Ander de tejada • @epaleccs / FOTOGRAFÍAs enrique hernández
De niño me gustaban esos sitios. A quién,
en las edades de la inocencia, no le parecería maravilloso un lugar que recreara
el mundo entero a pequeña escala. En ese
mundo entero, sus distintas faunas regadas
por las “secciones’’ del sitio. Sí, en los zoológicos cualquier persona que más o menos
ignore la cara y la actitud de los animales
puede sentirse feliz de a ratos. Yo de niño
estaba enamorado de los leones. Fue ahí,
en el Zoológico de Caricuao (fundado en
1974 y manejado por el Instituto Nacional
de Parques, cabe destacar, que a su vez está
adscrito al Ministerio para Ecosocialismo
y Aguas), donde estuve al lado de uno por
primera vez.
mueva, que demuestre la vida, la alegría de
tener el corazón palpitando y de encontrarse fuera de peligro, fuera del furioso Serengueti o de la mortalidad de las zonas boscosas de Norteamérica.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Estación Zoológico
ba a los turistas mientras estos, incluyendo
al grupo de Épale CCS, por razones más que
obvias, hacían lo mismo. Más abajo había
otro pájaro de esos. Cuesta imaginar que
sean pájaros, sí. Esta nos daba la espalda.
Nos quedamos observándola un rato hasta que de su recto emergió una especie de
lengua que se estiró y se retrajo hasta dejar
salir unos litros de espeso líquido blanco.
Resonamos una grosería al mismo tiempo,
de esas que indican asombro, hasta que se
nos pasó la sensación. A pesar de averiguar
un poco, sigo sin saber qué parte del cuerpo
del pájaro fue aquello que se asomó de sus
oscuridades.
A pesar de todo eso, uno no puede ir al zoológico, menos si es su obligación, y caminar
mientras le mienta la madre al sistema y sufre por los padeceres de los animales. No te
queda más, a pesar de lo que puedas sentir,
que la resignación: ya estás ahí. La pena se
expía cuando te dicen el precio: 10 bolos,
únicamente, si estacionas el carro. Como no
transas con grandes cantidades de dinero,
el impacto moral es menor y no hay culpa Más abajo, en un espacio parecido, un leDespués, con el pasar del tiempo y a me- posible que pueda arrebatarte el momento. trero indicaba que ahí habitaba un bisonte,
animal rumiante que habita el continente
dida que uno fue adquiriendo eso que llaman conciencia, los zoológicos dejaron de Con un sol tremendo que cerraba los ojos, europeo y norteamericano. Yo solo vi un
parecerme lugares de absoluta felicidad en hicimos nuestra entrada al parque. Com- búfalo africano, otro rumiante, solo que
donde los animales se alejaban de las leyes pramos unos jugos de naranja a 120 bolíva- habitante de una zona completa y absolutade la selva y de la depredación constan- res el vaso pequeño y realmente era un vaso mente distinta de la otra. El bisonte, a quien
te de las otras especies. En ese momento pequeño, pequeñito, fácil de vaciar con un vi después, con su cabeza diseñada para
fue más fácil percibir las caras de tristeza sorbo de sediento. Eso se llama la sinceri- poder incursionar efectivamente en la nieen aquellos seres. Fue como ver a alguien dad del comerciante, la palabra fiel del em- ve, se acomodaba serenamente al calorcito
sabrosito de la capital caraqueña y compartotalmente absorbido por el funcionar ru- prendedor. Ofrece una vaina y te la da.
tía su terreno con el primo de África sin sitinario y desgastante del sistema. He ahí al
animal: exhibido como un rubí tras unas Tratamos de olvidarnos de la cuestión y se- quiera molestarse. Uno quizás muy a gusto,
rejas o una fosa asesina, ganándose la comi- guimos el camino. No existe un paso que otro extrañando el frío.
da con la única obligación de mantenerse debas seguir en el zoológico. Una vez adenvivo y sumiso ante los deseos del humano, tro puedes ir para donde te dé la gana y, muy Seguimos caminando porque escuchamos
hacinado en su jaula 10x10, incomunicado seguramente, perderte de ver algún animal. unos gritos provenientes de unos árboles a
de los otros de su especie, esperando expec- Nosotros, por la entrada en donde caímos, nuestra izquierda. El rumor de los monos
tante el pedazo de carne, o de lo que le den, vimos, de primero, a un avestruz que se era aquello. Acercamos nuestros reportemientras toda la gente a su alrededor lo ve, mantenía estática en su largo pedazo de tie- riles cuerpos hasta los árboles y comenzale grita, le pide que baile, que cante, que se rra. Casi en el límite de su espacio, observa- mos a ver las formas marrones brincando
07
Seguimos
caminando porque
escuchamos
unos gritos
provenientes de
unos árboles a
nuestra izquierda.
El rumor de los
monos, era aquello
—
Mono comiéndose una zanahoria muy cerca de Enrique
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
08
de rama en rama. Pronto se acercaron. Están
tan acostumbrados al contacto con humanos que saben que cuando uno de nosotros
se acerca no es sino para entretenerse al entregarle un pedazo de zanahoria o auyama.
te de mucho milimetraje fueron un objeto
curioso para los animales, que se acercaban
hasta el artefacto cilíndrico, lo escrutaban y
le metían la mano para ver si entre el parasol
y el vidrio había un pedazo de comida. Ante
la sorpresa de que aquella cosa no fuera más
Los primates se acercaron y comenzaron a bien un plato, retornaban hacia las copas de
interactuar con nosotros. Enrique y su len- los árboles y se perdían en su espesura.
El elefante del Zoológico de Caricuao sí
que estaba en un sitio parecido a lo que, en
general, se pinta sobre el continente africano. Una fosa sin agua, un terreno con pura
tierra seca y un pequeño charco en donde
el paquidermo tomaba un agua de color
verde. Su cuerpo flaco no se asimilaba a
las dimensiones que uno consumía en las
películas de Disney y en los documentales
del canal 5. Aquel animalito, tan simpático,
estaba flaco.
En un momento se dio cuenta de que desde un lugar detrás de su fosa seca un grupo
de gente muy animada lo observaba. Entre
ellos, nosotros. Tras echarse tierra por encima del cuerpo, decidió girar y nos vio de
frente. La trompa, resorte gris de increíble
tamaño, comenzó a hacernos una especie
de saludo. Los pasos se sintieron cerca, tan
cerca que hasta un niño, llevado de los brazos por su madre, se puso a llorar por imaginar a la bestia aquella saltando las barreras.
Aquella bestialidad, valga la redundancia,
solo agitaba su única mano con el objeto de
pedirnos comida. Un niño fue el primero.
Compartió todo su pan dulce con el animal
y este devoró el tentempié de un solo golpe.
Después prosiguió un señor que tenía un
cambur en una bolsa que llevaba amarrada
del pantalón. Tuvo la delicadeza de pelarle
la fruta al animal, como si a él le importara
si el cambur viene o no sin concha o bañado de tierra, y lo lanzó. El animal, queremos
imaginar, la disfrutó mucho. Pero justo entonces llegó la autoridad y dispersó toda la
algarabía que se comenzaba a formar alrededor del elefante y de su amistad.
—¡Dejen de darle comida, que aquí nosotros le damos una alimentación balanceada!
—dijo la mujer.
Nadie dijo nada. Hubo uno que otro chiste.
El elefante, tras ser animado por la gente, pedía comida con su trompa
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
La penúltima zona que visitamos fue la
de los felinos. En esa zona misteriosa, los
felinos se esconden detrás de los arbustos,
si pertenecen a zonas tropicales, y hay que
hacer un esfuerzo para ubicarlos por entre las matas y las mallas de la jaula. El jaguar sí se dejó ver todo el tiempo. Desfiló
su cuerpo por la jaula y se acostó en una
tabla cercana al borde de las rejas. Desde
09
ahí echó un rugido al aire, una cosa que
jamás había escuchado. A su lado, siguiendo el anillo que forman las jaulas, estaban
los pumas, a quienes sí hubo que buscar
por entre los matorrales. Del otro lado se
le vio la cabeza a uno. Después el cuerpo
acostado se dejó ver. Pero más arriba, ya
por la mitad del anillo, estaba la jaula que
guarda a los leones, a quienes todos conocemos. Como no hay simulación alguna
de espacios tropicales, estos felinos melenudos se ven siempre. Uno de ellos —hay
tres, los tres separados— estaba durmiendo boca arriba, metido en un sueño verdaderamente profundo. El otro, en la jaula de
al lado, estaba acostado de lado. Tardaron
poco en levantarse y, justo después de hacerlo, comenzó una de las cosas más dolorosas que he observado en la vida, y que
es, nada más y nada menos, que observar
a este animal caminando en círculos por la
desesperación. Yendo de aquí para allá y León descansando en en su jaula
encontrándose con una limitación que lo
hace cambiar de rumbo, como la aguja de
un reloj, una manera inalterable de moverse, una sola posibilidad como dirección,
mientras desde afuera gritos de niños de
alegría desmesurada, niños (como el que
alguna vez fui) le pedían su atención al
llamado de la palabra “¡León!” y dictaminaban una orden no cumplida, una orden
postergada, una orden para la que ya no les
debe quedar forma de cumplir. Les decían:
“¡Ruge, león, ruge!”.
Abajo, entre dos jaulas, un hombre echaba
la comida de un tobo en los pequeñísimos
cuartos en donde los leones pernoctan. Mínimos, verdaderas cajas de fósforos. Arriba,
los leones salivaban.
La última parte que visitamos del zoológico fue la zona de contacto, en donde los
niños pueden alimentar a los animales de
granja que viven ahí. Hay conejos, cobayas,
chivos, ovejas, patos, gallinas y cochinos y
todos comen las auyamas con alegría. Las
zanahorias no. Esas las desprecian como
cuando le ofreces una cerveza light a un
tipo medio experimentado en borracheras. Ahí, los niños tenían la suya. Una de
ellas, de 5 años, formó un lío con gritos,
pataleos y cuestionamientos del propósito
de la existencia incluidos, ante el simple
Zona de contacto: niños alimentando a los animales de granja
La trompa, resorte
gris de increíble
tamaño, comenzó
a hacernos una
especie de saludo
—
Caracas, 28 de febrero de 2016.
hecho de que su mamá quiso irse del parque. Después, tras unas preguntas, la mayoría de la gente concluyó en que lo mejor
del parque era la zona de contacto porque
se podía disfrutar con los niños: ¿Valdrá la
pena todo lo demás?
Al salir, sedientos, compré otros jugos de
naranja de vasos pequeños, pequeñitos.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
10
MÚSICA
Pedro Vicente Lizardo
AVANZA
Una vez, probando sonido antes del concierto,
ptt lizardo, al terminar la canción, preguntó: “Fulano
de tal, ¿cómo sonamos?”. y todos los amigos de fulano
de tal le miraron asombrados: “¿Y tú conoces
al vocalista de La Misma gente?”
POR gustavo mérida • @EPALECCS / FOTOGRAFÍA Eliane Jaguelin
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
11
Por alguna extraña razón, algunas de las
personas que leen, o no, este texto, no
saben quién es Pedro Vicente Lizardo. Eso
es asunto de cada una de ellas. La intención
no es que sepan, o que se queden sin saber:
“Primero la gente, después La Misma Gente”,
decía “PTT” Lizardo. Decía.
El próximo domingo se cumplirán tres años
de aquella tarde en la que el doctor Pedro
Vicente Lizardo, músico y poeta (“peota,
el poeta es mi papá”) vivió un accidente
cerebrovascular. “La neurona del habla falta
por conectarse, pero falta poco”, asegura
Eugenia González, su enfermera. No es casual
que ella haya volado en parapente, porque
para cuidar (lidiar, dirían algunas y algunos a
quienes PTT les sacó tarjeta roja en distintas
circunstancias) a PTT, es mejor haber volado,
o tener la disposición a hacerlo.
PTT sonríe. Tiene el rostro sin rastros de
barba. Hablo pausado, pensando que le
facilito la comprensión. “No vale —me dice
Eugenia—, él entiende todo perfectamente.
Incluso diagnosticó correctamente a un
amigo que vino a visitarlo”. Listo. Entonces
a PTT se le dificulta hablar.
“Yo canto porque es mejor que hablar, yo
canto porque quiero y nada más”. Es mucho
lo que hay que decir acerca de PTT Lizardo.
Es un buen tipo alguien que abre las puertas
de su casa para compartir contigo solo (o a
pesar de) por seguirlo por el país mientras
tocaba rock and roll. Él, su hermano
Humberto (Ike) y Víctor González (“Ksino”,
y no es familia de Eugenia) formaron la
banda de rock and roll más coherente de este
país, La Misma Gente. De esa formación
inicial solo queda PTT Lizardo. Ike vive en el
exterior y Ksino anda tocando (y cantando.
Sí, ahora Ksino, el tamborero, “El de los
brazos de hierro el de las verdades claras”,
como cantaba PTT, canta). Pero La Misma
Gente, después de la gente, sigue, solo que
está de reposo. Un reposo tranquilo, sereno,
una vela que no se apaga.
Hay secretos, entre PTT y yo. “Chinazo”,
diría alguien. “Siempre dije que nos iban
a acusar de homofóbicos (o nos vamos a
meter en peos con los maricos) por ‘Huele
a melón’”, contó Ksino alguna vez. Lo
recuerdo ahorita. “Yo te voy a decir por qué
“Saltimbanqui del amor, mentiroso con diploma”. foto carlos lópez
nos separamos”, contó PTT alguna vez. Lo
recuerdo en este momento. “Yo jamás voy a
revelar este secreto”, pienso mientras miro a
Eugenia, que es hermosa. Y vuela.
El papá poeta de PTT, Pedro Francisco
Lizardo, tiene un libro (tiene muchos) de
poemas que se llama El tiempo derramado.
PTT le ha puesto música a los escritos de
su padre. PTT ama a su padre y a Orlando
Araujo, a quien PTT, también, le ha puesto
música. PTT (si lo leen rápido, “suena” con
música: PTT, PTT), a su casa en San Antonio
de los Altos, le decía “el Atepeo de San
Antonio”). Le decía. PTT vivió un accidente
cerebrovascular hace casi tres años. PTT
me cuenta (o me dice) que, por ahora, no
está escribiendo. Pero, cuando escribía (que
Caracas, 28 de febrero de 2016.
era todos los días, hasta hace casi tres años)
canciones o poemas o cuentos y me los leía
a mí (sí, a mí, el mismo que oyó una canción
arrechísima de La Misma Gente cantada por
PTT mientras manejaba una Brasilia blanca
por la Panamericana en la madrugada y que
después esa canción la cantó (y la canta)
todo el mundo, menos ustedes, los que no
sabían quién es Pedro Vicente Lizardo)
entonces, cuando me los leía, me acordaba
de cómo conocí a La Misma Gente. Y cómo
los conocieron ustedes, los que no conocían
a PTT Lizardo, vaya usted a saber por qué.
Al despedirnos abrazándonos (él mismo me
dijo: “Ya. Listo”), le dejé una revista Épale
CCS y le pregunté: “¿Puedo contar que te
vi?”. PTT me miró, sonrió y asintió.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
12
MITOS
sobre las vueltas al sol
POR ander de tejada
@epaleccs
ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Creo que ni siquiera me interesé jamás por la causa del año bisiesto.
Para mí, y quizás para muchos —si trato de popularizar mi propia
ignorancia—, simplemente se daba y ya. Dar las cosas por sentado es un acto medio peligroso porque siempre alguien puede venir
a estamparte datos científicos en la cara. En este caso no me pasó.
Justamente falté a la reunión en donde se pautó el trabajo y no hubo
oportunidad de que aquello sucediera. Tan solo eso, cuántas cosas
más uno considera naturales sin saber por qué suceden.
XIII, en aquel siglo XVI, decretara el nuevo calendario: el gregoriano, que establecía como bisiestos todos los años divisibles por
cuatro y múltiplos de 400.
El año bisiesto, entonces, según una información dada por Manuel Manianes, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a Europa Press, fue inventado por un
tal Dionisio, el Pequeño, monje turco que descubrió que en el
antiguo calendario, el juliano, había un margen de error. Según
él, si no se hallaba alguna forma de corregir aquello, de ahí a 500
o 600 años los solsticios se intercambiarían: el invierno comenzaría en junio y el verano en diciembre, para el hemisferio norte,
y viceversa en el sur. Otras publicaciones dicen que fue el mismo
Julio César, cuando el calendario juliano, quien introdujo el año
bisiesto, con 365 días y 6 horas. Pero que después se comprobó
que la verdadera duración del año es de 365 días con 5 horas, 48
minutos y 45 segundos, cosa que generaba una acumulación de
minutos y décimas que, a su vez, daban lugar a un error. Entonces, un solsticio de primavera que se adelantó al 10 de marzo,
cuando le tocaba el 21, fue la razón para que el papa Gregorio
Sin embargo, el mundo ya funcionaba antes de que los humanos
lo habitáramos y comenzáramos a conceptualizarlo y a tratar de
darle una concordancia con nuestros quehaceres: la nieve ya caía,
las flores renacían, el calor ya agobiaba y, al final, las hojas secas
se acumulaban en el suelo antes de que surgieran los calendarios.
No tiene nada de malo aquello, es simplemente una forma de organización frente al entorno. Lo digo para concluir que los años
bisiestos, en realidad, son una forma de agarrarle el paso al tiempo,
que aquí se demuestra imposible de dominar.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Este cambio consiguió dar con un año que durara 365 días, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos, cosa que le da más tranquilidad a
aquellos mortificados por estas cosas, porque trascurrirán 3.200
años para que del error se acumule un día.
También, según algunas supersticiones populares que rondan por
ahí, los bisiestos son años de cosas inesperadas y sacudidoras. No
sabemos, pues, de aquellas creencias. Seguiremos sorprendiéndonos con cosas desconocidas y dadas por sentadas. Ojalá que las
razones de ser de las cosas no me cacheteen sino que, tiernamente,
como esta vez, me hagan una cosquilla agradable.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
13
MIRADAS
buscando una
ciudad sin barreras
Nadie puede negar que la Revolución visibilizó a una
población oculta: las personas con discapacidad.
Sin embargo, mientras las reivindicaciones se ganan
en el papel, en la práctica la ciudad sigue siendo
un impedimento que las excluye. A veces las barreras
son urbanas, otras veces son mentales
POR marlon zambrano • @marlonzambrano / fotografías michael mata
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
14
Carlos Salcedo es un reconocido luchador por las causas de la discapacidad
Luis llevaba presionado el plomo con sus dedos mientras les pedía que aceleraran. Era la
bala que se había quedado como un prendedor alojado en su cuello, caliente y maciza.
Mientras rodaban hacia el hospital de Los Magallanes de Catia, era como el catalizador de
su propia existencia: en la medida en que disminuía la fuerza con que la oprimía, se sentía
desfallecer. El plan era diametralmente opuesto. Diez días atrás se había casado por amor.
Él 23, ella 17. Esa noche emprenderían viaje a
Barquisimeto para la luna de miel, con el fin
último de establecerse en esas tierras y emprender un nuevo camino. No era que andaba
mal en la vida: ya tenía casa, un buen trabajo,
su moto y su jeva. ¿Qué más quiere uno a esa
edad? Pero lo sorprendió el destino llegando
al bloque 7 de Propatria. Le quisieron quitar la
moto y no opuso resistencia. Entregó el vehículo, la cadena, el reloj y, de pronto, le pidieron
que se quitara los zapatos; él accedió, no iba
a ponerse a inventar cuando por fin ya estaba
dando pasos de hombre fundando hogar. En
con muletas, bastones, sillas de ruedas, a ciegas. Al final, en medio de un inmenso comedor, Nelson Carrero, con discapacidad visual,
se bate en duelo de ajedrez con un contrincante espinoso que cae finalmente luego de una
dura embestida. Compinches eternos, hace
tres décadas Luis era uno de los panas que
ayudaba a subir o bajar a Salcedo los 14 pisos
de su apartamento en el bloque 9 de Propatria.
Por 14 años no hubo ascensor. En esa época
Salcedo usaba una silla clínica, de las que pe27 años después, Luis Rojas dirige el Conse- san lo que pesa un camión.
jo Metropolitano de Personas con Discapacidad con sede en un edificio de tres pisos Con Salcedo se cebaron circunstancias dique adjudicó Juan Barreto cuando era Al- señadas por un dios salvaje o una fuerza
calde Metropolitano, entre las esquinas de sobrenatural que supone que nada ocurre
Cipreses y Hoyo. Ahí se reúnen los “patu- por azar, sino que todo tiene una causa ya
lecos”, como ellos mismos se denominan en predestinada. Andaba revoltoso metido en
tono doméstico. “Allá los mochos, aquí los la insurgencia estudiantil, alguien gritó que
venía la Guardia Nacional en los alrededocojo”, dice uno jodiendo, sin complejos.
res del bloque 9, corrió, se le enredó una
Carlos Salcedo aparece desde el fondo de un sandalia de cuero con una cabilla malpuespasillo a oscuras por donde circula un gentío ta, cayó desde un barranco y quedó tendido
eso sintió la detonación y el golpe seco en la espalda que dejó la bala entre la cervical y la arteria aorta. El tema es que en el hospital había
ocho tiroteados en espera, mientras él sufría
un derrame interno. En El Llanito finalmente,
a las 3 de la madrugada, lo operaron. Le salvaron la vida pero quedó con una compresión
medular y esquirlas metálicas del proyectil que
le produjeron una discapacidad física motora
de por vida.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
15
Artículo 81 de la
Constitución:
“Toda persona
con discapacidad
o necesidades
especiales tiene
derecho al ejercicio
pleno y autónomo
de sus capacidades
y a su integración
familiar
y comunitaria.
El Estado, con
la participación
solidaria
de las familias
y la sociedad,
le garantizará
el respeto a su
dignidad humana...”
—
en el piso, donde supo que algo andaba mal
por sus incipientes nociones de primeros
auxilios. Lo socorrieron los convives que lo
subieron sobre una puerta de madera y se
lo llevaron como si bailaran a un muerto, a
modo de chiste, sin saber la tragedia que se
cernía. En el hospital Periférico de Catia los
médicos lo movieron de la tabla a la camilla
con tal brusquedad que lesionaron la mínima conexión que aún quedaba entre su
cerebro y el resto del cuerpo, ocasionándole una cuadriplejia. Eso fue el 16 de enero
de 1973, fecha que recuerda con precisión
glacial.
“Nadie está exento de sufrir una discapacidad”, dice Carmen Guevara “Pelusa”. Madre
de tres hijos y abuela de tres nietos, entró al
mundo de la discapacidad en 2008, con 47
años de edad, a partir de una infección en
la médula que lesionó su columna y cuyo
tratamiento le generó graves efectos secundarios. Hoy tiene un combo completo:
discapacidad motora, neurológica, visual
y auditiva. Antes, a las personas con algún
tipo de discapacidad simplemente las veía
como “el mocho, el cojo y el ciego, más
nada, y para mí ni existían, eran como un
estorbo”. Hoy forma parte de un comité de
personas con discapacidad de la parroquia
El Valle, integrante del movimiento Heroínas sin Barreras con Inamujer y delegada
parroquial ante el Consejo Presidencial de
las Personas con Discapacidad.
“Aquí todos somos una familia, cada uno
con su historia, que debemos conocer para
poder ser más humanos ante lo que es la
discapacidad. Si bien somos un mundo
paralelo dentro de lo convencional, somos
humanos. La cuestión es construir sobre las
diferencias”, completa Pelusa.
Caracas en silla
En la Cuarta eran tratados como estorbo
Piden la reforma de la ley
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Llega impecable: botines lustrosos, pantalones verde oliva planchados al filo, camisa a cuadros y peinado con carrera por el
medio, como un caballero peripuesto. En la
esquina de La Bolsa saluda a los vendedores ambulantes en silla de ruedas, que lo reconocen como un viejo amigo. Decidimos
acompañarlo en su ruta habitual porque dicen que Caracas es hostil para cualquiera,
más para él.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
16
Una investigación para el Diplomado de
Atención a la Discapacidad de la Universidad
Monte Ávila, elaborada por Katherine Murillo
y Belkys Colina, concluye que la ciudad goza
de una doble condición: discapacitada, por no
contar con una infraestructura y mobiliario
adecuado para personas en situación de discapacidad, y discapacitante, porque sus propias
características restan autonomía y libertad de
acción a los ciudadanos que por alguna razón
viven esta condición.
Carlos Salcedo no es de los que se quejan o se
ponen a esperar. Actúa. Arranca vía libre haciendo caballitos con su silla eléctrica por la
avenida Sur 4, fachada oeste de la Asamblea
Nacional. Los motorizados a la saga le van
pitando, pero se va comiendo la luz sin mirar
para atrás, como un duro. Admite que esa no
es su ruta, pero es más cómodo porque el tramo adoquinado de los nuevos bulevares son
mortales para las sillas. No hablemos de los
bastones y las andaderas.
Nosotros detrás. Yo con la lengua afuera, Mata
intentando seguirle el ritmo para las fotos. Él
volando desbocado. Su condición es de las
más duras que uno pueda imaginar: en la cuadriplejia, todas las extremidades del cuerpo, es
decir, ambas piernas y ambos brazos, quedan El Metro de Caracas es reconocido como un servicio que tiene una política de atención
paralizados. Sin embargo, gracias a la terapia
y los ejercicios, Salcedo tiene cierta movilidad edificación tiene una megarrampa en forma como debe hacerse en estos casos para que el
en los brazos.
de acordeón, pero no hay declives en ninguna peso y la gravedad no ocasionen un accidente.
de las esquinas de la avenida Universidad para Trastabilla, pero resiste. En mi vida había visto
Nos detenemos frente a la esquina de Gradillas acceder y mucho menos un semáforo inteli- tanta gente en el Metro. 12:30 del mediodía.
para redefinir la ruta. Hay tramos más ama- gente. Subir la silla entre dos es casi un parto, Fallas técnicas generaron un tapón endemobles y otros despiadados. Se destacan como por el peso y su complejidad.
niado que sin embargo no fue impedimento
obstáculo los restos de estructuras desmontapara que Salcedo llegara con los operarios al
das, como las cabinas telefónicas, los escalones Rumbo al Metro. Según la investigación de vagón preferencial, donde a duras penas se
en las edificaciones, las aceras en mal estado. Murillo y Colina, “las dificultades asociadas a pudo acomodar. El operativo consiste en inPor ejemplo, una parada habitual de Salcedo: este medio de transporte tienen que ver fun- troducir a la persona con discapacidad en su
el local de Cacao Venezuela, donde tomarse damentalmente con el volumen de gente que espacio y anunciar su destino. Al llegar a Chaun chocolate implica un operativo especial. moviliza y la falta de señalización para la mo- caíto, tres operarios más hicieron un trueque
No hay rampa de acceso, así que debe hacer vilización autónoma; sin embargo, también es ingresando a tres ciegos en sustitución de Salsu pedido a gritos desde afuera y contar con reconocido como uno de los pocos sistemas cedo hasta la salida del Metro. Si no es así, no
que no haya demasiada gente en la cola para que tiene una política de atención clara y per- me fijo en un detalle: en el bulevar hay rampas
que lo atiendan. Lo bueno es que ya lo cono- sonal preparado para quien solicite ayuda”. Es por todos lados.
cen. Una niña solidaria lo atiende y le acerca así. En la estación La Hoyada, hora pico, vael chocolate.
rios transeúntes se ofrecen espontáneamente Metrobús a Baruta. Carlos tenía el comproa llamar a los operarios. Sube el mismísimo miso de cancelarle un servicio a su esposa.
Plaza El Venezolano rumbo a la esquina de supervisor de la estación y una acompañan- A un hombre en silla de ruedas también lo
El Chorro, donde operan el Ministerio para te. Expeditos, la chica detiene el acceso de los ningunea la mujer, pensé. Pero antes nos quila Comunicación y la Información y el Mi- viandantes y el funcionario, que luego supe so mostrar una incongruencia que espera sonisterio de Educación Universitaria, Ciencia que se llama Alejandro González, hace un lución. Son escasas las unidades con rampa
y Tecnología. Curiosamente, el ingreso a la movimiento malabar y coloca la silla al revés, de elevación. En este caso un autobús Volvo,
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
17
HOJA DE RUTA
- 4 tipos de discapacidad: física, psicosocial, cognitiva y sensorial.
- 1.454.845 personas a nivel nacional
con al menos un tipo de discapacidad
contabilizó el censo del año 2011. 6%
en el Área Metropolitana de Caracas.
- 380.392 venezolan@s con capacidades reducidas registró el censo de la
Misión José Gregorio Hernández en
2014 (discapacidades genéticas).
- La mayoría de las lesiones discapacitantes son ocasionadas por disparos
y accidentes automovilísticos, fundamentalmente motos.
- Conapdis es el Consejo Nacional
para las Personas con Discapacidad.
Contactos: (212) 7942066 / 7942866.
- La Misión José Gregorio Hernández,
creada en 2008, lleva atención primaria a todas las personas que padecen
alguna discapacidad.
Pocos espacios aplican las indicaciones Fondonorma
- Consejo Presidencial de Gobierno
Popular de las Personas con Discapacidad: nació en el marco del “sacudón”
para impulsar las 5 grandes revoluciones en 2015. Pretende diseñar, planificar, ejecutar y supervisar planes,
programas y servicios con el fin de
generar políticas de inclusión social.
flota antigua, contaba con su rampa y además manual, de las que no se dañan nunca.
Solo algunos de los nuevos metrobuses Yutong cuentan con rampa y, de paso, eléctrica,
es decir, de las que se dañan rápidamente y
cuesta sustituir. Otro operario, tremendamente amable (luego nos explicó que por varios años trabajó con la Misión José Gregorio
Hernández), aclaró que se está intentando
diseñar un sistema que nivele la altura de
las aceras con el acceso a las unidades, para
facilitar el ingreso a quienes presenten movilidad reducida. Parece que es una orden que
deberán acatar las alcaldías, pero no se sabe
cuándo ni cómo.
Ley de Personas con Discapacidad:
vigente desde el 5 de enero de 2007,
aún sin sus reglamentos.
Fondonorma (antiguo Covenin): Asociación civil con la responsabilidad de
establecer las especificaciones para
adecuar las aceras, paradas, pasarelas, vías de comunicaciones y unidades de transporte en atención a las
personas con discapacidad.
Nos despedimos, con más preguntas que respuestas. ¿Para entrar a una oficina, adquirir
alimentos el día del número, obtener casa por
la Misión Vivienda que de paso esté adecuada
a sus condiciones, un carro adaptado, inserción laboral, que no los joda un malandro, que
no los segreguen? Pelusa fue filosófica: “Las
barreras, sobre todo, son de conciencia”.
Ni patuleco, mocho, cojo, incapacitado, inválido, minusválido, mongólico,
retardado, nada que estigmatice, denigre e insulte.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
AUTOR: PABLO KALAKA
WEB: www.elkalaka.blogspot.com
ENVíE SU ARTE A
[email protected]
(Medidas 42cm x 27cm A 300 DPI)
20
minicrónicas
Existencialmente
Al final uno termina amando al dragón que lo deparan las tardes en sus puestas y que simpledevora y lo muestra en el interminable orato- mente es como una cena espléndida, que nos
rio de las libaciones abstractas.
prepara para lo increíble, los sueños en vigilia.
Hasta que me ocurrió algo que, de verdad, no
Tuve la idea de organizar mis sueños, en mis sé calificar. Estando en mis sueños favoritos,
pesadumbres reiteradas, para no perder las próximo a un río rodeado de un verdor y un
inspiraciones construidas automáticamente, paisaje esplendoroso, traté de despertar y no
como una escritura surrealista, pero sin cere- pude, traté de regresar a otra mañana cotibro, razones u otras herramientas. Sin embar- diana y heme aquí, aturdido en mis ficciones
go, continué cediendo espacio a mis inercias. favoritas; no puedo retornar a mi vida, a mi
Me daba cuenta de lo bello que es servir al pretérito que me llama, aun no es la hora de
desaliento y apuraba mi cerebro en engaños, quedarte, me dice, pero me he quedado anohasta que él, sutilmente, me fue atrapando en nadado, abandonado a mis lúdicas fantasías,
eso que llaman “mitos”, en eso que los mitó- que hoy me hacen entristecer ante mi nologos llaman “alucinaciones” y los menos pre- retorno y me hacen amar el trabajo, mi vida.
cavidos, como yo, llaman “visuales gratuitas”. Me hacen sucumbir ante los espasmos previos
a un viaje no deseado, confieso, desesperadaUna de las cosas que más temía era el sueño mente, lo confieso, que prefiero mi alarma mablanco que se convierte en muerte. Un expe- tutina, que me convoca a cumplir con la faena,
dicionario siberiano me contó que la nieve a tener que quedarme cubierto, junto a un
nos llama, pervierte a nuestro subconsciente televisor ficcionado y hundido de nieve, hasta
en búsquedas de la peor estirpe y uno, todo las raíces de sus comerciales que mutilan.
disipado, todo instruido en antojos, sirve al
oro que nos sirve el sol en sus salidas, que nos
Por Andres Eloy HernÁndez
FOTO MICHAEL MATA
Vine en busca de oro. Había perecido hace
tres años sin saberlo. Mi tarasca nueva me
llenaba las venas, mi espíritu, de una ambición desconocida. Operaba una transmigración en mí, como una escritura fabulada
en otro ser, cuyas distinciones alimentaban
una piel vertida en palabras escritas de un
hielo disoluto. Hacían que mis propósitos
se congelaran como un glaciar sobre un
lienzo, que reconstruía en mis sueños blancos capítulos de nieve con bordes de colores. No alimentaba el cuadro, sino sus ideas.
Estaba formado de sueños saturados de alegrías abstractas, algunos materiales ancestrales, prestados por, tal vez, otros sueños
ajenos. Pueblos que se evanecían sobre una
multitud de diminutas Alaskas me atraían.
Yo mismo había confabulado viejas inercias
en avatares minerales, preciosos espejismos
que me conducían hacia la confección de
unas circunferencias que me hacían digerir
nuevas adquisiciones, éxitos que me hacían
más astuto en cada sueño, hasta que terminé amando mis alienaciones.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
21
ENTREVISTA
“la información
no es un discurso”
Entrar a Globovisión, lo confieso, da cierta angustia:
es muy difícil no recordar la musiquita aquella de
terror de por allá, 2002. Cámaras, portones, cerco
eléctrico y cercas antipáticas contrastan con la amabilidad del personal de seguridad. Adentro, un cafetín
en el que Vladimir, a las 11, me brindó un café. Él tomó té
POR gustavo mérida• @gusmerida1 / Fotografías enrique hernández
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
22
En la falda (¿o al pie?) de la hermosa montaña caraqueña (a la que, dicho sea de paso,
la ballena de la Guardia Nacional, en el mejor uso que se le puede dar a una ballena,
riega todos los días desde la Cota Mil), un
trabajador de la antena de Globovisión me
contaba alegre una decisión de uno de los
nuevos dueños que fue a visitarlo por allá
arriba: “Autorizó la compra de la comida
de los perritos que nos acompañan”. Antes,
eso corría por cuenta de los trabajadores. Y
nunca ningún dueño les había visitado.
“No me parece nada particular, él ha tenido
una carrera diplomática más dilatada que la
que yo tuve; yo he sido diputado, constituyente, presidente del canal 8, viceministro
y soy periodista; entonces, en mi caso, lo
permanente es que soy periodista y el día
en que yo me muera, si alguien escribe algo,
dirá: ‘Se murió el periodista Vladimir VilleEdición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
gas’, y no dirá ‘se murió el embajador’ o el
constituyente ni nada de eso porque a mí
me conoce la gente como periodista”. Esa
fue la respuesta ante la pregunta de por qué
algunas personas le dicen embajador a Julio
César Pineda, quien le sigue en la programación del canal, y a él no, luego de decir:
“Eso hay que preguntárselo a esa gente que
le dice embajador a él y a mí no”. La entrevista ocurrió en una pequeña sala de reuniones el pasado lunes 22.
—¿Quién crees tú que es noble en este país?
—Hay muchas personas nobles…
—¿Tú crees que Nicolás Maduro es noble, tiene nobleza?
—Mira, Nicolás Maduro es un ser humano
con sus virtudes y sus defectos, ¿no? Creo
que, desde el punto de vista de su gobierno
ha cometido muchas equivocaciones ¿no?,
y una de las equivocaciones es precisamente
el no escuchar las más diversas campanadas
que hay en la sociedad. Yo no puedo redu—¿Viste ayer José Vicente
cir el análisis de una persona a un concepto.
hoy?
—Vi la reseña de la entrevista con Chaderton. Hay muchos conceptos que pueden definir
a una persona.
—Él opinó, poco más, poco
menos, que la oposición se
—Ese concepto no lo definiestaba perdiendo de tratar
ría entonces, en tu opinión
con alguien que es noble
—Yo diría que no es ni noble ni innoble, es
un ser humano, con sus virtudes y defectos,
—¿A quién se refería?
Caracas, 28 de febrero de 2016.
23
“Soy un periodista
con una visión
crítica del gobierno
y de la propia
oposición, yo no
milito ni en la
oposición ni en el
gobierno”
—
como lo soy yo, como lo es cualquiera de voy a decir: allí no hubo voluntad política
nosotros. Creo que tiene muchas equivo- ni de parte del gobierno ni de parte de la
caciones y una de ellas es, primero, la poca oposición.
tolerancia a la crítica, segundo…
—¿Tú formaste parte por
Y dijo la segunda e incluso una tercera.
cuál parte?
—Yo formé parte como venezolano que fui
convocado en aquel momento que creí que
—De esas tres, aclárame la
había una disposición al diálogo.
primera: Poca tolerancia a
la crítica. Dame un ejemplo
—Bueno, por ejemplo, te puedo decir: el —Mira, no te sientas atacaperiodismo. Ha sido una falla de muchos do ahorita porque dijiste
gobiernos el hecho de ser hipersensibles a la “librepensador”. ¿Cuántos
crítica, de no aceptar que puede haber una anunciantes tienes?
voz crítica, de atribuir a una conspiración —Bueno, tengo varios anunciantes.
cualquier crítica y eso es un error.
—¿Como cuántos?
—eso depende de cómo se
—Depende. Pero, ¿qué tiene que ver eso? No
hace la crítica. ¿Tú eres un
tiene nada que ver. Yo expreso mis opinioopositor al gobierno del
nes independientemente de los anunciantes
presidente Maduro?
que tenga. Si hay un anunciante que tenga
—Soy un periodista con una visión crítica problemas de carácter ético, primero, no lo
del gobierno y de la propia oposición, yo no acepto como anunciante. No le hago propamilito ni en la oposición ni en el gobierno. ganda ni al “Chapo” Guzmán, ni a El Picure,
Soy un libre pensador, realmente, no tengo ni a ninguno de esos personajes. Lo que no
militancia hoy en día pero soy amante de entiendo es la relación entre ser librepenla crítica, me parece que la crítica fortalece sador y tener un programa de radio donde
y ayuda a que los problemas se resuelvan. haya gente que anuncie, porque yo te aseguEl problema está en que el poder, muchas ro que hay periodistas que están en Venezoveces, es alérgico a la crítica. Fíjate tú, mu- lana de Televisión o en Radio Nacional que
chas de las cosas que están pasando en Ve- no tienen anunciantes, obviamente…
nezuela son producto de la no tolerancia a
la crítica, o de la no tolerancia incluso hasta —¿pero quisieran tener?
a la denuncia: la corrupción en el manejo —No sé si quieran tener o no, pero de que
de los alimentos, el mal manejo de las em- no son librepensadores no lo son; no tienen
presas públicas, la ineficiencia de muchos libertad de expresión total y absoluta como
funcionarios… los propios resultados elec- yo siento que la tengo, de decir las cosas que
torales del 6 de diciembre son precisamente yo creo.
una expresión de eso, de no pararle bolas a
las críticas.
—¿Por qué crees eso?
—Porque siento que en los medios del Estado no hay espacio para la crítica. Yo fui pre—¿Tú te sientes convocado
sidente del canal del Estado y además veo
al Congreso de la Patria?
la programación del canal del Estado; es
—No.
absolutamente sesgada, lamentablemente,
donde no hay espacio precisamente para la
—¿Por qué?
—Porque es una cosa absolutamente secta- crítica. Es una de las cosas que contribuyó
a la propia derrota, la política informativa
ria, absolutamente militante…
del gobierno fue una de las causas de la derrota electoral del 6 de diciembre, porque
—En realidad no es así
—Bueno, pero es la manera como se ha no informaba, no expresaba las necesidades
convocado. Yo formé parte del diálogo y te de la gente.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
24
—Eso tiene que salir de algún
modo: sin que le dé piquiña al
gobierno pero sin que se parezca al discurso opositor
—Es que la información tiene que parecerse a la realidad, no al discurso de nadie.
Yo trabajé en
Tribuna Popular,
que es el periódico
del Partido
Comunista, y sin
embargo al final,
tiene que darse
cabida a todas las
opiniones
—
Hablamos generalidades con y sin el grabador encendido. “No joda. ¿Con qué real?”,
(al responderme si era accionista de Globovisión). “El gobierno, y el PSUV, yo siento
que están acostumbrados a cocinarse en su
misma salsa y eso es, a mi modo de ver, terrible, porque esa salsa termina siendo cada
vez más espesa y cada vez más excluyente”.
Insisto con lo del Congreso de la Patria,
porque si él (y sumando otros y otras que
piensen como él) no se siente convocado, es
la cagada. “La patria no es el PSUV ni es el —Ahí no estamos de acuerdo,
gobierno; ya por ahí, el nombre se atribuye pero no importa
algo que nos pertenece a todos”.
—La idea no es que estemos de acuerdo.
—Pero si la patria nos pertenece a todos y se llama
el Congreso de la Patria,
¿por qué no te sientes convocado?, ¿porque invita el
presidente?
—Pero necesitamos estar de
acuerdo, Vladimir. Si no te
sientes convocado, no va
a funcionar. ¿Qué le recomiendas al presidente para
que esa convocatoria te
—No necesariamente porque invite el pre- convoque?
sidente, sino por el concepto que lo arropa,
por la forma como está convocado, por la
manera como están escogidos incluso sus
integrantes… más que en ese Congreso de
la Patria, yo creo en un diálogo nacional,
que es una cosa distinta a eso, donde estén
todos los sectores, porque esto es cocinarse en su misma salsa. Es un instrumento
para que los chavistas discutan sus propios
problemas…
—No es eso…
—… que lo sigan haciendo, no tengo problemas en que lo sigan haciendo.
—No es eso, hermano, créeme.
El tipo quiere diálogo…
—Diálogo sobre los temas que él quiere, en
el espacio que ellos quieren, de la manera
que ellos quieren. Ese diálogo no es diálogo,
es un monólogo disfrazado de diálogo.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
—Correo del Orinoco
y Ciudad CCS
—Lamentablemente se están pareciendo
mucho. Mira, yo no estoy de acuerdo con
la prensa unilateral, yo vengo de allí, yo trabajé en Tribuna Popular, que es el periódico
del Partido Comunista, y sin embargo, fíjate
tú, al final tiene que darse cabida a todas las
opiniones, a la crítica, sobre todo cuando
son medios editados con dinero del Estado.
—Este es uno
—Me parece muy bien, me gustaría ver más
voces, incluso del Gran Polo Patriótico, que
casi no sale en los medios del Estado. Pregúntale a Juan Barreto, por ejemplo.
—La ley de Amnistía
—Toda ley es perfectible. Una ley de esa naturaleza tiene que ser discutida con todos
los sectores, y que tienen que ser convocados y oídos los familiares de unas víctimas
y los de otras víctimas.
Luego habló de “pasar la página”. Habló de
Chávez y el 4 de febrero y el 27 de noviembre. “La cuarta república, como se dice, fue
capaz de pasar esa página y permitió que
Hugo Chávez hiciera política y asumiera la
lucha electoral, después de mucha persecución que yo viví porque fui parlamentario
y me tocó visitar en la cárcel a muchos de
ellos, incluido el propio (presidente) Maduro. Maduro estaba incomunicado en la Disip, él debe recordar ese episodio, yo estaba
visitando a otros presos y por casualidad él
me ve y me pega un grito, lo tenían escondido allí. Eso no se puede repetir”.
—Yo me he cansado de escribir artículos,
de decir en mis programas recomendaciones, consejos, sugerencias, como tú las
quieras llamar, y hasta ahora no han sido
tomadas en cuenta. ¿Por qué habrían de tomarme en cuenta ahora? Te puedo hablar,
por ejemplo, del Correo del Orinoco. Bajo
la administración de Vanessa Davies era un
periódico bastante abierto, y después que
salió del periódico, cambió completamente,
Villegas está seguro de que en una consulta la
se encerró.
mayoría de los venezolanos votaría a favor y
—¿Estás hablando de Desirée no está de acuerdo con una amnistía para beneficiar a corruptos. “Da para mucha tela que
Santos Amaral?
—No, yo estoy hablando del periódico, no cortar”. Habló de Mandela, habló de Bolívar.
estoy hablando de personas, estoy hablan- “No nos caigamos a frases del Libertador”.
do de gestión y de una nueva gestión. No Siempre se puede empezar por ahí: “No espersonalizo. A lo mejor hubo una decisión tuve de acuerdo con la forma como se sacó la
de hacerlo así y ella lo comparte, ese es su imagen: es el Libertador y debe presidir todos
problema. En todo caso, como lector que he los espacios públicos. Bolívar es Bolívar”. Al
final, hablamos de lo mismo: Patria.
sido, veo esa realidad.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
25
libremente
¿Qué es lo que verdaderamente deseas?
Por Miguel Posani / mayleni curros
@mposani / @maylenicurros
ILUSTRACIÓN FRANKLIN ALVIáREZ
Seguramente no te has dado cuenta, pero vas por la vida deseando
constantemente. ¿Deseando qué? Sin darte cuenta, eres apéndice
de un sistema económico que te necesita deseando cosas, objetos,
sensaciones, imágenes, para que des “lo mejor de ti mismo/a” y
como caballo de carreras, siempre en competencia con los demás,
corras en pos de tus deseos.
Pero además, esos deseos que tienes no te pertenecen. ¿No
te has dado cuenta de que son manipulados y condicionados
constantemente?
Tú tienes sed y, en vez de tomar agua, tomas alguna porquería
con azúcar. Tienes fallas en la imagen que tienes de ti misma/o y
entonces compras un carro, un celular, los nuevos pantalones (a la
moda, que por supuesto se renueva constantemente para que tú,
riéndote y gozándote “el placer de comprar”, renueves tus deseos
de ropa constantemente).
Y así pasan los días, las semanas y los años, siendo usado en tu
cotidianidad para que desees ser y tener determinadas cosas, para
que como perro pavloviano salives diariamente, a cada instante
deseando la felicidad y la plenitud a través de lo que te ofrece el
sistema de consumo como verdadera realización y felicidad: tener,
constantemente tener, absolutamente tener.
Todos/as nosotros/as como seres humanos tenemos una serie de
necesidades “básicas” que podemos enumerar de forma sucinta,
como la necesidad de subsistencia, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad (ver Max-Neef). Pero
el problema es: ¿qué satisfactor utilizo para calmar cualquiera de
esos deseos?
Para resolver una determinada necesidad o deseo utilizamos más
de un satisfactor, y este puede ser de diferente orden. Por ejemplo,
la leche materna es un satisfactor ecológico, porque nutre (necesidad de subsistencia) y transmite afecto y protección. En cambio,
aplacar el hambre con carbohidratos y aceites industriales más
sal o azúcar es utilizar un satisfactor dañino, que genera una serie
de dolencias y enfermedades que con el tiempo contribuyen de
forma importante al deterioro de nuestra calidad de vida.
Si te atreves a descubrirte,
te recomendamos este ejercicio:
Haz una columna con las necesidades
que enumeramos anteriormente y al lado
de cada una escribe con qué satisfactores
identificas esos deseos o necesidades
(cómo los satisfaces) y luego identifica si
son “ecológicos” o dañinos para ti.
Luego de esto trata de substituir
cada uno de esos satisfactores negativos o dañinos por uno ecológico o
neutro y comienza a aplicarlo en el
día a día.
“Haz que tu
Yo sea más
pequeño
y limita tus
deseos”.
Lao-Tsê
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
26
GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
la atarraya:
memoria
y tradición
POR carlos cova
@carloscobero
FOTOGRAFÍAs michael mata
Mucha gente coincide en reivindicar La Atarraya como el restaurante más antiguo de
Caracas, cuestión indiscutible si damos por
cierta la relación del establecimiento ubicado
en la plaza El Venezolano con la pulpería que
allí operara junto al antiguo mercado de San
Jacinto a principios del siglo pasado. El hecho es que no existe tal relación. Aunque las
fuentes son poco precisas, hay un paréntesis
cronológico sensible entre la creación del
primero y la desaparición del segundo. Tampoco se trata de la misma edificación, aunque
la casa colonial ocupada hoy por el restaurante es aledaña a la que entonces albergara a
la pulpería. Finalmente, está la diferencia de
ramos comerciales. La Atarraya original
era una bodega donde se ofrecían productos cultivados en haciendas cercanas a la
capital, y en donde los esforzados carreteros que traían sus productos al mercado
solían recobrar el ánimo ingiriendo licores aromatizados a base de hierbas como
berro, yerbabuena, menta, malojillo, etc.,
circunstancia que le otorgará al lugar fama
de doble filo: muy buena entre los “mozos
de mulas”; muy mala para la decimonónica y conservadora sociedad caraqueña.
taurante de mayor tradición en el centro
de Caracas. Ya en los años 70 era reconocido como excelente comercio gastronómico en el ámbito remozado de la plaza El
Venezolano, donde, por cierto (y vaya uno
a saber por qué), se han ido acopiando
anodinos ornamentos urbanos como las
esqueléticas fuentecillas de agua, el soso
reloj de sol o el colosal obelisco diseñado
por Farruco Sesto.
La Atarraya propone una carta de carácter
criollo complementada con platillos mediEsta pintoresca memoria no desmerita el terráneos en tres ambientes para diferentes
hecho de que La Atarraya sea hoy el res- gustos y posibilidades. Según describe Ra-
RECETARIO DEL PELABOLA
Cable guisao
con aserrín
POR Malú rengifo
@malurengifo
A ningún pelabola en este mundo le ha gustado despedirse nunca
jamás, ni por las buenas, ni por las malas, y eso es algo absolutamente lógico. Fíjese usted:
Escenario uno: está usted disfrutando una reunión con puros pelabolas que le caen burda de bien. Todo el mundo habla de cosas
interesantes, echan chistes buenísimos, analizan el panorama político del país objetivamente… suena una salsita y usted la baila con
una pareja que huele sabroso, y sonríe y le agarra firmemente las
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Esq. G
ra
Esq. S
an
Esq. T
rapos
os
ATAL
CASA N TADOR
ER
DEL LIB
Esq. D
oc. Pa
ul
dillas
Jacin
to
PLAZA OLANO
EL VENEZ
Esq. E
lC
ERSID
AD
horro
RANTE
RESTAU RAYA
R
AVEN
LA ATA
IDA U
NIV
miro Zambrano, capitán de mesoneros con
35 años de labor en el establecimiento, son
las especialidades a la brasa las más solicitadas por la clientela. En efecto, el criterio parece ser consecuente en la presentación de
carnes jugosas y de sazonado gusto. En esta
opción incluimos, además de la consabida
carne de res, el pollo y el cochino.
na, lebranche) y mariscos, así como preparaciones de origen mediterráneo como
callos, paellas, fideuadas, asopados, etc.
El ala derecha del local conforma la sección económica, configurada como lunchería, donde además del siempre propicio pollo a la broaster se despachan
cachapas y jugos.
Ofrecen también dentro de las alternativas
criollas el pabellón, el asado y el tarkarí
de chivo. Aunque no los ha probado este
sibarita, el menú incluye, como correspondería a un lugar con tal remoquete,
variedad de pescados (atún, mero, curvi-
Consideradas las altas y bajas que los comercios de larga data experimentan en su
devenir, es oportuno anotar que la relación precio-calidad que hoy muestra La
Atarraya es la más sobresaliente de los
últimos 20 años.
manos y la mirada. Pero usted se tiene que ir porque el perro no ha
comido desde el martes, su compañero de residencia perdió las llaves y le está mandando mensajitos desde las 5 e’ la tarde (que está
sentado en la puerta, que dónde estás). De paso hay que agarrar un
autobús y luego metro para llegar a casa.
o
ir
e
sg
bl
de
e
la
rie
u
e
u
p
p
s
A
Im
Se
Calidad
Precio
Ambiente
Atención
fulana carpeta con el churingunglito ese color azul que él quiere para
el catálogo de las mierdas que él fabrica”.
“Me voy pa’l coño, nadie se va a enterar. Voy a recoger mis corotos
y no me van a ver pero ni el pelo más nunca”… A ningún pelabola
en este mundo le ha gustado despedirse nunca jamás, ni por las
Usted simplemente no se quiere despedir, y en efecto no lo hace. buenas, ni por las malas.
Si se va, si acaso le hace caso a la llamada del deber, es largándose
sin avisarle sino a los tres que están meneando el cocuy con jugo La receta de la felicidad
de guanábana en la puerta, mua, mua, chaíto, que la pasen bien, Y así me pasa a mí hoy, que la he pasado tan bonito aquí y que sé
miradita hacia donde está su antigua pareja de baile (ya bailando que llegó el momento de revelar el último secreto del Recetario
con otra persona), yelcoñodelamadreyomequeríaquedarunrato.
del Pelabola: el cable guisa’o con aserrín, la expresión resume todo
lo que aquí hemos compartido. Y no se trata de mandar a todo el
Escenario dos: “La vida está muy dura, chama. Todos los días es un mundo a comerse un cable, sino de compartir lo que yo considero
peo para todo: que si la comida, que si los zapatos, que si el teléfono la fórmula imprescindible para la felicidad en la vida pelabola.
que no sirve para un cebillo, y de paso este señor con su cantaleta
pa’lante y pa’atrás, que uno no termina de hacer las cosas y ya está Un buen pelabola todo lo arregla con un clavito y un alambrito.
pidiendo otras, y ahora está que habla y que habla y en realidad no le Resuelve todo con lo que tiene al alcance, y jamás se deja arropar
interesa en lo más mínimo saber si lo que está pidiendo es posible en por el hastío. Sabe cocinar, y le queda sabroso hasta el cable guisa’o
el tiempo que lo quiere o no, o si yo tengo dolor de ovarios e igualito con aserrín. Es creativo y proactivo. Ingeniosa y alegre. Y aunque
me tengo que ir a recorrer desde Catia hasta Capitolio buscándole la quizá nunca le sobre mucho, nunca nada le faltará.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
28
crítica y media
La Trama Cotidiana
Cinenrollos
El ritmo
Estudiando cine en Caracas. Soy un
Tenemos una tendencia a relacionar ritmo y sonido. Tal vez porque lo identificamos frecuentemente en la música. Y
como hay una notación y una instrumentación que se marca a partir del tiempo,
el ritmo pareciera constreñirse a lapsos de
tiempo y sonoridad.
Sin embargo, todo el mundo es capaz de
percibir el ritmo en una pintura, en una
escultura, una edificación, una película,
un poema, un ensayo, un cuento, un artículo periodístico.
Cuando transitamos por unas escaleras,
solemos “cogerle el paso” y esto nos permite desplazarnos sin necesidad de mirar
los escalones. La distancia entre cada uno
de ellos y una altura sostenida permite
andar al son que los peldaños marcan. Por
eso la torpe arritmia arquitectónica de las
escaleras de la sala Ríos Reyna ha cobrado
la salud de tantos tobillos.
Frente a un cuadro de Joan Miró, tal vez
uno no es capaz de describir esa especie de
codificación personal tan consecuente con
sus títulos. Sin embargo, hay un regocijo
devenido de un movimiento permanente, que no solo proviene de las líneas sino
de los colores que pintan y dibujan en un
solo gesto. Uno puede bailar, cantar o hacer otro dibujo acogiéndose al cuadro que
tiene al frente. La confluencia de distintos
ritmos le confiere una calidad muy específica al teatro. Todo texto dramático, en sí
mismo, encierra varias expresiones rítmicas. Una es la frecuencia marcada por la
sintaxis. Pongamos por caso: esta oración
extrapolada del texto que usted está leyendo y se va haciendo a partir de evitar las
comas y los puntos contrasta claramente
con esta otra, rápida, nerviosa, rara, pero
pertinente, que trata —ojalá que pueda—
de evocar un ritmo sincopado.
Diálogos cortos de dos o tres palabras,
en contraste con otros que se llevan hasta
tres líneas. Pero, además, están los sentimientos. Una molestia que muta en rabia, pasa al sosiego, surge el miedo, de
nuevo la rabia. La incertidumbre se apodera de casi todo, ya no hay sosiego. Y
así se va tejiendo un concierto de frases,
sentimientos, acciones, desplazamientos,
unos muy lentos otros violentísimos, casi
carreras, hasta actores parados largo rato
bajo una luz solitaria haciendo un silencio lastimero.
Cada actor, a su vez, marca su propio ritmo. Cuántas veces se vale de tonos altos,
cuántas de gran volumen o de susurros. A
veces habla despacio. Camina a distintas
velocidades. Su combinatoria puede ser
infinita, a su lado otros también juegan
a lo mismo. Esa orquestación, ese equilibrio que se rompe y se recompone en el
escenario, más que una herramienta, es la
expresión almática de un montaje.
Por Rodolfo Porras
aficionado al cine. Desde adolescente le empecé
a agarrar el gusto a películas como Alas de Libertad (Birdy, Alan Parker, 1984) o Platton (Oliver
Stone, 1986), que dejaron honda huella en mí. No
fue sino hasta mis veintitantos años que empecé
a realizar cursos y a tomarme este arte en serio:
fue fundamental uno que realicé en la Cinemateca
Nacional sobre lenguaje cinematográfico, por
allá a mediados de los 90. La semana que viene
realizaré otro más, “El ABC del cine o cómo se
construye una película fotograma a fotograma”,
promovido por la Fundación de Nuevos Realizadores, el cual se dictará en el Centro Cultural de
Parque Central. Pensé en la facilidad con la que
se pueden encontrar talleres, cursos o incluso
estudiar cine de manera profesional en Caracas, y
este hecho me animó a escribir sobre esto y darle
algunas pistas a los lectores de Épale CCS por si
desean ampliar sus conocimientos sobre cine o si
quieren ser profesionales de la industria. La novel
Universidad Nacional Experimental de las Artes
(Unearte) ofrece la opción de sacar la Licenciatura
o el TSU en Artes Visuales. Es gratis y el único
requisito es el título de bachiller. La Escuela de
Medios de Producción Audiovisual (EMPA), cuya
sede se encuentra en las instalaciones de ÁvilaTV,
brinda la posibilidad de realizar estudios teóricoprácticos para medios audiovisuales, con un
curso de más o menos año y medio de duración,
también gratuito. La Villa del Cine, el Centro
Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) y
el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo
Gallegos dictan cursos de extensión, como lo son
la escritura de guiones, producción audiovisual o
dirección, generalmente gratuitos o muy económicos. Por otro lado, el Instituto de Formación
Cinematográfica (Cotrain) es una excelente opción
para el estudio del cine documental y el costo es
realmente solidario. Hay una buena cantidad de
institutos privados de cine, entre los que destacan
la Escuela Nacional de Cine y la Escuela de Cine
y Televisión. Como se puede observar, la oferta
es muy variada. Esto se lo debemos principalmente a Chávez, quien democratizó el acceso a la
formación e impulsó decididamente la industria
cinematográfica de nuestro país. El que no ha estudiado hasta el momento, es por que no quiere,
como dicen por la calles de Caracas.
Mauricio Sánchez Díaz
[email protected]
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
29
NOVELA
Historias
de la calle Lincoln (XXVII)
DE CARLOS NOGUERA / ilustraciones FRANKLIN Alviárez
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
30
Viene del número anterior.
Me percato: mi razonamiento es contradictorio, pero hay muchos detalles, muchas sombras en mi conciencia para darme el lujo de
desear la coherencia. No puedo aspirar a ese
licor omnisapiente, nada me asemeja a la serenidad. Te retomo ahora tras la ilusa esperanza
de reconstruirte con argumentos, aunque sé
que la vida no es una sucesión de símbolos:
quizás volver ahora sobre el comienzo no sea
más que otra manera de errar. Pero atisbo que
no es demasiado tarde, si es que el tiempo puede constituir una excusa válida en estos casos
(alégrate: había tecleado “caos” en vez de casos), y aunque lo fuese, quiero decir: aunque
fuese tarde no puedo echar mano de otra alternativa. Solo me resta este deleznable oficio:
remodelarte, hacerte soportable a la memoria.
Porque eso será lo que reste de ti: aquellas jornadas incipientes donde perseguíamos, balbuceantes, las palabras que —intuíamos— antes
habíamos dirigido a otras personas y ahora
eran nuestras, por primera vez eran nuestras.
Sí, Mónica, este recuento desvergonzado será,
en el futuro, tu imagen.
¿Te reconocerás en él? Incluso esto carece de
trascendencia, al fin y al cabo lo estoy elaborando para el futuro, no para el pasado, o, en
todo caso, para la forma como en lo porvenir
miraré, sopesaré el pasado. Por eso reitero a la
tormenta estas ideas cuya validez es doblemente dolorosa, porque nada pueden hacer ya por
transformar mi vida, devolverte en el tiempo;
días blancos y calurosos distribuidos como fogonazos a lo largo de una temporada incierta,
esa limpia locura nuestra que en mí era como
una cuerda distendida sobre la cual me desplazaba, saltando en arco como equilibrista de
circo. En ti, en cambio, esa locura apenas era
una excusa para la vida, un dispositivo para el
clímax. Era nuestra diferencia: iguales fuentes, elegías por ratos, me amabas en subjuntivo, en
actitudes contrapuestas. Una génesis reiterada- condicional, en dubitativo, jugabas haciendo
mente aplastante, como todo espejismo.
pendular lo que yo poseía como una especie de
imperativo. ¡Pequeña víctima que se nutría en
Sé que a ti, a la postre, el golpe te lo asestará lo el vacío! Un combate desigual de ese tipo no
externo, vendrá de afuera, tal vez sea festivo y podía tener otro desenlace que aquel que yo
cromático; a mí, lo interior, seré yo mismo o me esforzaba en ignorar, posponiendo, casi a
cualquiera de los que he sido —real o imagi- modo de compulsión, lo que para ti era evidennariamente— quien me destruya. Nunca pude te: que debíamos dejarnos.
imitarte, eras fuerte, sencilla; tu inseguridad,
si la había, vulneraba a los otros; la mía, solo Sé que dirás que miento, que no era eso lo que
en mí encontraba su víctima. ¿Recuerdas? Me pretendías (“no puedo retirar mi afecto una
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
vez que lo he dado, soy simple”, dictaminabas,
retomando películas aprendidas de memoria,
antiguas citas fílmicas que tus manos transformaban en un mecanismo de pesadilla, repetirás que me amabas, que a tu manera me amabas: solo me pedías compartirte, no debíamos
vernos más, me señalabas otro límite, otra
vida, otros testigos.
¡Compartirte! Suponías que me eras prescindible, ¡y pedirme eso a mí que ya estaba obligado a compartirte con la realidad!
31
emergiendo de un pantano y detrás los rostros,
y más allá, esto lo vi cuando descansé la cabeza
hacia atrás, supongo que antes de desmayarme,
solo el cielo abierto y limpio, sobre la azotea.
Postulabas, mejor: respirabas, esa libertad de una manera tan... sobria, que nadie
en sus sentidos podía pretender retenerte.
Pero la forma, esa forma que bosquejaste
para destruirme, borraba toda lucidez.
Mi memoria no abarca nada más que estos hechos, quiero decir: en lo que a esta última parte
se refiere. Lo demás, lo inmediatamente precedente, lo retengo, lo sabes, hasta en su último
detalle: tu tono de voz, la manera como hamacabas algunas hebras de mi cabello, la hora, el
sudor frío que bajaba por mi cuerpo, a chorros,
tu expresión condescendiente, tan… humana
y aquel estilo periodístico, expreso, telegráfico
(todos los adjetivos de lo expedito), la armazón, en fin, adecuada para despachar el asunto
con el mínimo derroche de energías, empleando solo las palabras, las frases necesarias.
¡Ah! Cómo pesa todo esto ahora, Mónica,
después de tu viaje, después de la fiesta. No
sé cómo te las arreglaste para mantenérmelo oculto durante tanto tiempo, quiero
decir: lo del viaje, aunque ya debería saberme marginal. ¡Todo fue tan vertiginoso! Un pasaje expreso al infierno con retorno preterido, Mónica, del cual recién
ahora renazco, ya se sabe: uno se habitúa
a la desesperación más increíble, un mecanismo piadoso y lento que nos garantiza la
supervivencia, decanta la agonía, y, claro,
después de esa noche, de esa fiesta, nada
peor podía ocurrir: tu viaje, a la larga, resultó un paliativo.
Tal vez debería lamentar el espectáculo,
aunque esto solo a mí me compete. Un odio
sórdido, una espesa niebla me separó siempre de ese grupo al cual tú te afiliabas, sin
críticas, sin reservas, con una intensidad
que debería haberme sorprendido o alertado a tiempo. Ese fue el público ante quien
exhibí mi pantomima aquella noche: todos
o casi todos haciéndose los desentendidos
y yo conociendo de qué manera deseaban
que concluyera el espectáculo, lanzándome
de una vez sin contemplaciones. Casi una
hora —si es posible hablar con los límites
conocidos del tiempo— me mantuve allí,
sentado sobre el borde de la terraza, con las
piernas colgando hacia afuera, adscribiendo a la ejecución de lo que yo consideraba
sería el gran gesto, la venganza extrema:
aquello que ni siquiera alcanzaba la categoría de payasada inocua, mi suicidio. Pero
ya lo sabes: ni siquiera para eso tuve valor.
Dentro de mí, el trompo danzaba los últimos períodos de aquella embriaguez inútil
en el momento en que Guaica me rescató, El resto tú lo conoces, quizás más fielmente que
halándome hacia atrás, hasta hacerme caer yo, presumo que mi lucidez estaba varias veces
boca arriba sobre el piso de la terraza.
más deteriorada que la tuya. En verdad, lo que
ocurrió desde ese instante hasta el momento en
Fue entonces cuando comencé a sentirme que me vi en la planta baja, cobijado con aquel
mal, sentí asco de mí mismo al constatar ridículo sombrerito, arrastrado y borracho toque daba gracias a todos los dioses por la davía, apenas lo recuerdo, si excluimos tu cara,
intervención de Guaica, lo cual me revela- sobre la mía, observando; tu cara inexpresiva,
ba, en toda su hipocresía, la falsedad de mi casi triste, diría, si no supiera que eso era impotentativa.
sible, tu cara sobre la mía, escrutándome, como
Caracas, 28 de febrero de 2016.
De forma que tu discurso fue, simultáneamente, proclama y veredicto y zumbido sordo
y oscuridad y vértigo y pieza de teatro y, más
que nada, insistente monólogo en el fondo del
pozo: nada pude responderte, todo lo que podía decir me resultaba ridículo y extemporáneo, manejabas todas las fichas y las reglas del
juego.
Callé en aquel momento y —sé que lo estarás
pensando— debí seguir haciéndolo: los recuerdos constituyen un vapor viscoso, falso,
del cual tal vez debería escapar, pero qué otro
indicio poseo de ti, qué otra forma de sostenerte, de nutrir esa precaria creación que fuiste
modelando a lo largo de esa trayectoria sinuosa
e incorpórea que llamamos tiempo.
Una trayectoria tensa cuya multiplicidad desalienta toda otra paradoja: ahora, desde aquí, el
pasado entero no es más que una posibilidad,
una recopilación informe de elementos que
esperan un reordenamiento que nunca será
definitivo.
Intuyo cuánto debe agradarte esta afirmación:
la imprecisión de cada hecho, su ubicua certidumbre, la crueldad ejercida sin saberlo. Una
dulce excusa que nos solventa sin juicio, inhumana como toda proposición genérica.
Pero estábamos con lo de aquella noche:
lo que rescato con más nitidez es el miedo,
una emoción completamente nueva en mí,
familiar, no obstante, desde el momento
mismo en que se apoderó de mi cuerpo. No
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
32
Y siempre se disipaban.
era un temor a los hechos, al fin y al cabo
lo peor ya había pasado; tampoco era a ti a
quien temía, no en ese momento, al menos;
era el sentimiento, la conciencia misma de
sentirme latiendo, sobreviviendo, aplastado
como estaba contra el granito, empañando
con mi aliento el vidrio, el enorme portal
del edificio cuando volví en mí, después de
la pantomima de la azotea, ocho pisos más
arriba, creo, en fin, que era eso, vivir y verme obligado a soportarme.
Más tarde he comprendido que no podía ser de
otra forma, porque, quizás, era un fuego tenso
dentro de ti el que te hacía cambiar, y ninguna variedad de fervor podía detenerlo, mucho
menos la mía, vacilante y pobre.
Ves ahora por qué me vi obligado a inmovilizarte, reelaborándote: resultabas vertiginosa en exceso latiendo libremente en la
realidad, así que ideé el recurso de imaginarte, dentro de mí no te quedaba otra ruta
que ser estable. Pero... ¿quién puede conservarse fiel a un fantasma, sin extraviarse? No
podríamos criticar una vida que imaginamos, pero tampoco podríamos amarla. En
adelante solo seré fiel a la derrota, quiero
decir: a esa asimilación mórbida que de ella
he realizado; de esta incertidumbre, hipotetizo, un día emergerá la historia que deseo: la duración debe ejercer su dispositivo
destructor también sobre esas regiones del
espíritu de las cuales ya nada queda esperar
más que podredumbre.
¡Ah! Si pudiese fortificar ahora en conceptos
las sensaciones de entonces.
Después, claro, fue la soberbia, después pero
tardíamente: una ira, lenta, comenzó a crecer
en mí durante esos días vaporosos que siguieron al incidente, días blancos, esterilizados,
como acabados de lavar. Mi error, había sido
ingenuo, amarte creyendo en ti, de tal desatino
no podía generarse sino la ira, inútil, porque
para entonces ya tú estabas protegida, nada podía herirte, nada, se entiende, que procediese
de mí. Aunque una certidumbre me tranquiliza ahora: si no hubieses sido tú, a la postre
hubiese sido yo quien terminara con todo.
Contigo la única posibilidad que se podía jugar
era el riesgo, no habría resistido tal violencia.
Yo ameritaba un suelo donde apoyarme, firme,
porque nada dentro de mí recordaba la luz.
Necesitaba una claridad uniforme, durable, de
ti solo emanaban incandescencias, relámpagos
que, finalmente, apenas contribuían a encandilarme, extraviándome en una dimensión enfermiza, una vez que se disipaban.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Nada de esto, sin embargo, ha sido en vano, no,
en la placidez que proporciona la convalecencia creo vislumbrar ya los signos de una nueva
serenidad futura, de dimensión tal vez diversa,
pero igualmente apetecible. Abandono esperanzando el oficio de ser tu reflejo, tu simple
reflejo, y ya intuyo que, por vez primera, de este
lado del cristal se me ofrece un espacio límpido
y cromático donde quizás resida la clave de una
vida habitable.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
33
capítulo 19
ENSAYO PARA PUBLICIDAD DEL FUTURO GUIÓN ULTRA-IN DE HENRIQUE
PARA CUÑA DE COLIRIO
(Donde se le saca el máximo partido a las motivaciones inconscientes de los jóvenes —consumidores potenciales masivos— hacia la libertad,
la evasión y el goce suprasensorial)
Acotación de video
Audio y efectos
1) P. G. a hombre con armadura dura medieval en un prado donde Diga no a la piel del pasado.
reposa una joven, desnuda, en posición de maja (Patricia).
2) Corte a un taladro que perfora una calle.
3) Corte a un vendedor de cinturones de castidad que grita su producto frente a una de las torres de El Silencio.
(Ruidos de taladros, gritos, blabla, ininteligible, sucesivamente). Diga
no a los ruidos antiguos.
4) Corte en cámara rápida (efecto cine mudo) a convención de viejos
empresarios. Debe verse agitación y discusión.
5) C. U. con G. A. a cara de viejo empresario. (Bien deforme).
6) C. U. a un daguerrotipo de vieja autoritaria.
7) M. S. a viejo musculoso, afeitado al rape, enseñando los bíceps.
8) Corte, P. G. a mineros trabajando en cuatro patas.
(Todo tipo de ruidos estridentes desagradables). Diga no a las formas,
a los injustos colores del pretérito.
9) Ojo: montaje de rosa que se marchita en cámara.
10) M. S. a hombre de (1) que se quita la armadura, abriéndola en aba- (Los ruidos anteriores se apagan de pronto y comienza música suave,
nico desde el pecho hacia afuera, detrás se ve levemente la mujer. El apropiada, se oirá también el murmullo del mar y el batir del viento en
las tomas correspondientes). Abra su corazón a la nueva sensibilidad, a
viento mece la barba y la melena larga del hombre.
los sonidos, a las formas, a los colores eternos y milagrosos.
11) Corte a pareja haciendo el amor. (Patricia y yo).
12) Corte a niño corriendo por la playa, el sol atrás, ocultándose.
13) Corte a rosas muy rojas, floreciendo en cámara.
A
veces
no
bastan
(Música electrónica, adecuada).
14) C. U. a mano que enciende un pito de marihuana.
Si ya ensayó una vía.
15) C. U. a mano que toma pastillita de LSD.
Y otra.
16) M. S. a hombre de (1) inyectándose heroína.
Y otra más.
los
mejores
recursos.
17) C. U. rápido y cambiante a varias pupilas, de hombre y mujeres, por
último una pupila donde se refleja el hombre de (1), luego la cámara
se separa y deja ver C. U. de rostro bellísimo, salvaje, de mujer, a quien
Pruebe colirio Lundis. La forma externa de liberar la mirada
pertenece la pupila (Patricia).
18) M. S. a hombre de (1), colocándose unas gotas de colirio en los
ojos.
Próxima semana: Capítulo 20
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Edición Número Ciento ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Walter Lanz
POR INDIRA CARPIO
@indira_carpio
LOS DESCANSADOS
Por Adal Hernández (Venezuela)
“Los que vivieron
los diecisiete rostros de la sonrisa
y un poco más…”
Fernando Retamar
Los de dulces sueños
y serenidad espiritual
Los albarazados de dientes pelados
y buenos días
Los que pueden respirar tranquilos
y dormir hasta las diez de la mañana
Los apacibles ante todo
y desojerados en siestas crepusculares
Los que dormitan sosegadamente
sin que nada los perturbe
Los que deciden cuándo duermen
y cuándo se despiertan
Los que no se cruzan con la humareda
soñolienta
de algún pensamiento suicida o catastrófico
Los que no escuchan gritos en las madrugadas
ni ven el penar de su propio espíritu
danzando la muerte en los pasillos
Los que jamás sentaron la belleza en sus
rodillas para injuriarla
y viven temporadas celestiales
Los que rinden las jornadas en todas sus
capacidades
y se conforman con sueldos
religiones, fiestecitas de cumpleaños y
días feriados.
Los descansados
conformes, domados,
reprimidos
sin problemas existenciales
con sus sentidos en orden.
Los que jamás volaron cerca del sol
hasta quemarse las alas
ni se desvelaron lo suficiente
por un amor,
por una idea,
por soñar despiertos.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
PERSONAJE
A los poros de la tierra, Walter los fecunda.
Anda por ahí, regando, regado.
Una es incapaz de negarle la mirada, lo
mismo es Dios, que Marx, que cualquiera.
A su pies germinan las caraotas y se derrama el ají.
Walterio sabe cuántas papas aprieta la
tierra, y de cuánto plástico es capaz de
deshacerse.
Camina la sequía, y donde menos lo espera
agrieta la cáscara y hace brotar la vida:
anda por todo el país regalando la semilla
criolla en peligro. No solo eso, te la regala y
además, te la siembra.
libro
Mi cuerpo es una celda (Una Autobiografía)
Por Andrés Caicedo
Dirección y Montaje: Alberto Fuguet
“El infierno es precisamente haber perdido la capacidad de
emoción ante el despliegue de formas que nos trae cada día,
por eso es que uno no puede andar de mucha velocidad porque
puede llegar el momento en que deje de comparar, de añorar, de
ponerse triste (un sentimiento tan creativo como la tristeza), y
entonces nos llevó el putas”.
S/T
Por Carlos Giménez F.
I
Frases de consumo y de provocación emancipadora llegan. El mundo sigue siendo
por aquí del hombre fuerte. Tus aspiraciones, de altos estudios fabricados para el desuso continúan fluctuando en la cabeza como centella mental de un león impetuoso
enjaulado. Dando vueltas, en círculos… en círculos de impotencia.
Pero mirar más allá nos hace ser humanos y…
Nos obliga a la racionalidad compleja de la secuencia.
Nos hace preguntarnos,
a diario,
el domicilio fiscal de la palabra mierda…
para correr hasta ella.
Nos esconde de la realidad imposible de vivir,
y nos reclama la realidad que da forma al sistema.
Nos cautiva con sus colores suaves,
y cada cabeza,
visible,
nos seduce con sus brillos y cantares de medusa.
Caracas, 28 de febrero de 2016.
Instrucciones
Comenzando por el cuadro central se sigue el
sentido del laberinto, tomando como inicio de la
siguiente palabra la última sílaba de la anterior
POR ANDRÉS PALACIOS
[email protected]
33
32
24
31
23
15
16
9
10
22
30
25
34
5
17
2
3
1
14
4
26
8
11
6
18
7
12
13
19
20
29
28
27
17
18
19
20
21
Cierto tipo de tala
Cueva pequeña
… Granda, desaparecida cantautora peruana
Ciudad del estado Táchira
Embutido hecho con carne de cerdo
picada y adobada
22 Persona tarda en comprender
23 Taller donde curten las pieles
24 Barranco, precipicio
25 En música: tema de una composición
26 Extensión de la voz
27 Pedazo de pan duro
28 El jefe superior de un estado
29 Vestimenta femenina para dormir
30 Ninfa de los ríos y fuentes
31 El que se dedica con fervor a la piedad
32 Corriente de agua rápida
33 La mayor y más poblada de las Islas Canarias
34 Perteneciente o relativo al fémur
34
R
A
O
O
D
L
R
I
35
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
1 Santiago …, prócer venezolano
2 Cierta masa comestible
3 Nombre también aplicado a República
Dominicana
4 Masa mineral bastante extensa
5 Especie de garrote corto
6 Parte exterior de la cubierta superior de un
edificio
7 Antepuerta o tapiz
8 Silvestre, de las selvas
9 Compañero de profesión
10 Dícese de la bebida efervescente
11 En sentido figurado: hombre sabio
12 Estribillo propio de la música que se canta
y baila
13 Errante, que no tiene domicilio fijo
14 Moza que presume de dama
15 Criado, sirviente
16 … Moreno, afamada bailarina venezolana
21
G
E
24
T
N
R
S
L
U
25
R
A
A
S
P
E
A
C
V
I
A
S
T
A
17
G
O
L
E
18
T
26
R
33
L
I
16
O
O
I
B
23
R
H
C
C
O
I
L
A
S
M
O
I
A
10
C
O
5
L
L
L
E
O
11
R
A
A
O
R
C
M
P
N
2
C
A
O
I
A
A
32
I
M
O
15
N
9
4
1
R
I
31
O
A
N
R
A
T
I
R
L
L
E
L
E
22
A
D
J
E
R
D
T
T
E
R
A
S
L
B
O
M
C
A
A
S
R
A
6
N
12
A
M
O
R
I
27
J
E
3
L
E
M
7
T
O
8
L
R
N
28
V
A
I
19
D
A
13
I
C
A
A
S
A
14
C
N
O
21
C
O
L
B
O
30
G
C
I
R
T
A
S
20
N
I
E
29
T
M
N
I
E
POR NATHALI GÓMEZ
@laespergesia
Ilustración: L. "Razor" Balza
Minimanual
para no confundirse este 27-F
Imaginario
Estos días hemos tenido que leer y escuchar declaraciones tan farsantes
que más de uno habrá pensado que el Carnaval no ha terminado. Entre
máscaras han surgido quienes, cacheteando la historia, han establecido semejanzas entre 1989 y la actualidad. Como sabemos que muchos
dinosaurios políticos, junto a sus pupilos, que también son reptiles, llevan
consigo un espray borramemoria, les traemos un intento de antídoto.
1. Cuando CAP se dirigió al país, para anunciar el paquetazo del 89,
afirmó: “El FMI no es la opción, es la única opción”. Meta en google
“FMI+Chávez+Maduro” a ver qué le sale. Después ponga “FMI+Europa”.
2. Hasta Rockefeller le dio un espaldarazo a CAP tras sus anuncios.
Dijo que se debía "proteger y expandir el espacio para la expresión y el
desarrollo de la actividad privada”. Busque nuevamente si algún magnate
internacional ha dicho algo positivo sobre el gobierno venezolano.
3. CAP hablaba de “suplantar los subsidios indiscriminados”. Esta vez
revise sus recibos de luz, agua, gas y teléfono fijo; súmelos y si no le da
risa, es que se la está aguantando.
4. Las autoridades del BCV, y de los ministerios de Planificación, Hacienda
y Fomento se lanzaron una encerrona con la gente del FMI y del Banco
Mundial para afinar cualquier cosa que no hubiera quedado bien. Haga
memoria de las veces que ha pasado eso en los últimos años.
¿Se notará que somos
bachaqueros?
5. ¡Sorpresa! Los medios de esa época, tras el anuncio del paquetazo, no
registraron las reacciones populares. Pocos salieron a la calle a preguntarle a la gente sobre lo pelúa que se había puesto la cosa.
6. Virgilio Ávila Vivas decía que era hora de desempolvar la Ley de Vagos y
Maleantes, por si las medidas causaban algún desorden popular, claro.
7. Quince por ciento de los venezolanos estaban sin chamba. Busque
las cifras actuales y, si le dan fastidio las estadísticas, piense en cuántos
miembros de su familia no consiguen trabajo desde hace tiempo.
8. Échese un paseíto por la hemeroteca y lea cómo les decían en la prensa
a quienes participaron en el Caracazo. No se escandalice si lee: hordas,
marginales, pillos, flojos, turbas. Haga un puente de papel y salte hasta el
golpe de abril de 2002. ¿Cómo era que le decían a los chavistas?
TUIT DE
9. Aproveche y lea también cómo CAP se lavó las manos y dijo que la
rebelión había sido una “acción de los pobres contra los ricos”.
Edición Número Ciento sesenta y siete. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 28 de febrero de 2016.
¿
Por qué
los comerciantes
nunca limpian
el frente
de sus negocios
¿
pregunta
de la semana
10. Si este minimanual le pareció muy serio y rebuscado, es cierto, usted
es muy observador. En el próximo habrá más saña y mardá.