2015t112

Lección 12 para el 21 de marzo de 2015
En el capítulo 30 de Proverbios,
Agur nos invita a ser humildes –
evitando la soberbia–, al meditar
en Dios y en sus obras.
1. EVITAR LA SOBERBIA
 Necedad y jactancia (v. 32)
 Las acciones del soberbio (v. 11-20)
2. CÓMO ADQUIRIR HUMILDAD
 Mirar a Dios (v. 3-6)
 Pedir lo necesario (v. 7-9)
 Aprender de la naturaleza (v. 18-19, 24-28)
«Si neciamente has procurado enaltecerte, o si has
pensado hacer mal, pon el dedo sobre tu boca»
(Proverbios 30:32)
Enaltecerse, jactarse o
ensoberbecerse es actuar como
un necio [en hebreo, nabal].
El ejemplo bíblico más claro de un necio que
se creía superior a los demás es Nabal;
«porque conforme a su nombre, así es. Él se
llama Nabal, y la insensatez está con él»
(1ª de Samuel 25:25).
El problema del soberbio es que piensa que
ya lo sabe o lo tiene todo; que no necesita
nada. De esta forma, al igual que el fariseo
de la parábola (Lucas 18:9-14), no puede
obtener el perdón ni alcanzar la sabiduría
que Dios desea darle.
Proverbios 30:11-20 nos plantea tres
acciones despreciables, fruto de la
soberbia. Así mismo, plantea (a veces
de una forma muy cruda) los resultados
de una conducta tal.
Maldecir a los padres
• «Hay quienes maldicen a su padre y no bendicen a su madre…
Al que mira con desdén a su padre, y rehúsa obedecer a su
madre, que los cuervos del valle le saquen los ojos y que se lo
coman vivo los buitres» (Proverbios 30:11, 17 NVI).
Justificar el pecado
• «Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha
limpiado de su inmundicia… El proceder de la mujer adúltera
es así: Come, y limpia su boca y dice: No he hecho maldad»
(Proverbios 30:12, 20).
Despreciar a los demás
• «Hay generación cuyos ojos son altivos y cuyos párpados están
levantados en alto. Hay generación cuyos dientes son espadas,
y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y
a los menesterosos de entre los hombres» (Proverbios 30:13-14).
«¿Quién subió al cielo, y descendió?
¿Quién encerró los vientos en sus puños?
¿Quién ató las aguas en un paño?
¿Quién afirmó todos los términos de la tierra?
¿Cuál es su nombre, y el nombre
de su hijo, si sabes?» (Proverbios 30:4)
Cualquier motivo de orgullo se desvanece al
contemplar la obra de Dios, desde el vasto
universo hasta el mundo microscópico.
Al mirar la grandeza de Dios, como se le mostró a Job (Job 38-39), no
podemos decir otra cosa que lo expresado por David: «¿Qué es el
hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que
lo visites?» (Salmo 8:4).
Así pues, al estudiar su verdad revelada (la Biblia), debemos hacerlo con
actitud humilde. Ya que nuestra comprensión, incluso de las cosas más
sencillas de la naturaleza, está cubierta de nubes y llenas de misterio,
¿quiénes somos nosotros para desafiar la Palabra de Dios, aun las
partes que nos dejan perplejos o nos perturban?
«Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera»
¿Qué dos cosas había pedido Agur a Dios (v. 8)?
1. «Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí»
2. «No me des pobreza ni riquezas; mantenme
del pan necesario»
En primer lugar, pide a Dios que lo aparte del
orgullo y la mentira. En segundo lugar, pide que le
ayude dándole tan solo el sustento necesario.
En el versículo 9, nos da la razón para este pedido:
Si tengo demasiado, puedo olvidarme de mi
necesidad de Dios.
Si soy pobre, puedo estar tentado a robar, y así
pecar contra Dios.
Jesús nos enseñó a pedirle a Dios lo
necesario para vivir: «El pan nuestro de
cada día, dánoslo hoy» (Lucas 11:3)
(Proverbios 30:7)
Al observar la naturaleza somos
conscientes de nuestra ignorancia.
Esto nos llena de humildad.
¿Qué cuatro cosas no comprendía Agur (Proverbios 30:19 NVI) y qué nos enseñan?
El rastro del
águila en el
cielo
El rastro de la
serpiente en la
roca
El rastro del
barco en alta
mar
El rastro del
hombre en la
mujer
Al observar la naturaleza somos
conscientes de nuestra ignorancia.
Esto nos llena de humildad.
¿Qué podemos aprender de los pequeños animales (Proverbios 30:25-28 NVI)?
Las hormigas, animalitos de escasas fuerzas,
pero que almacenan su comida en el verano.
Los tejones, animalitos de poca monta, pero
que construyen su casa entre las rocas.
Las langostas, que no tienen rey, pero que
avanzan en formación perfecta.
Las lagartijas, que se atrapan con la mano,
pero que habitan hasta en los palacios.
«En las variadas escenas de la naturaleza, hay
también lecciones de sabiduría divina para todos
los que han aprendido a comulgar con Dios. Las
páginas que se abrieron deslumbrantes a la
mirada de la primera pareja en el Edén llevan
ahora una sombra. Una maldición ha caído sobre
la hermosa creación. Y sin embargo, doquiera
miremos, vemos rastros de la hermosura
primitiva; doquiera nos volvamos, oímos la voz
de Dios y contemplamos la obra de sus manos»
E.G.W. (Consejos para los maestros, pg. 52)