Resiliencia regional en la recuperación económica de zonas afectadas por desastres naturales *Giovanni Herrera Enríquez e-mail: [email protected] **Gonzalo Rodríguez Rodríguez Departamento: * Departamento de Ciencias Económicas, Administrativas y de Comercio. ** Departamento de Economía Aplicada Universidad: * Universidad de las Fuerzas Armadas, ESPE – Ecuador. ** Universidad Santiago de Compostela - España Área Temática: Geografía de la Innovación Resumen: En este trabajo el estudio de la resiliencia regional parte de la epistemológica de la complejidad que permite comprender la naturaleza de los sistemas socioeconómicos y sus múltiples interacciones a diferentes escalas. Dentro de este contexto los sistemas adaptativos complejos y el modelo heurístico de panarquía, son tomados como estructura de análisis para comprender la dinámica de la resiliencia regional en las comunidades cuando éstas se ven afectadas por un desastre natural, elemento desorganizador del sistema, que genera un impacto inter escalar que desestabiliza la comunidad obligándola a innovar o colapsar. Se presenta a la resiliencia como un elemento de control que busca una adaptación evolutiva hacia un nuevo ciclo panárquico caracterizado por la innovación y el emprendimiento; este elemento de control está compuesto por variables que son interdependientes y que se las ha clasificado en cinco dimensiones: ecológica, social, económica, institucional y competencias comunitarias. El trabajo detalla el caso de la ciudad de Baños de Agua Santa en Ecuador afectada por la erupción del volcán Tungurahua. Palabras Clave: Desastres Naturales, Impacto económico, Estudios regionales Keywords: Natural Disasters, Economic Impact, Regional Studies Clasificación JEL: Q54, O44, P48 1. INTRODUCCIÓN El estudio de la resiliencia se ha incorporado como un elemento importante para la toma de decisiones en la gestión de desastres naturales (Adger et al., 2005; Chandra et al., 2011; Cutter et al., 2008), a pesar que el debate sobre su definición aún no se lo considera cerrado (Boschma, 2014), sigue siendo uno de los caminos más utilizados para comprender la adaptabilidad en los sistemas socio-ecológicos que sufren el impacto de fenómenos externos (Walker & Salt, 2012). El objetivo de este trabajo es establecer el marco epistemológico que sustenta los sistemas complejos donde la resiliencia se presenta como una característica intrínseca, a la vez que se identifican las capacidades para promoverla y gestionarla. Las dimensiones básicas para su análisis son otro elemento que se ha considerado oportuno incorporar, pero tomando en consideración las limitaciones que existen para el levantamiento de información en los estudios empíricos. Si bien resiliencia en regiones afectadas por desastres naturales cuenta con diferentes enfoques como el ecológico (Holling, 1986), el económicoregional (Martin, 2013) y el social (Adger et al., 2005); en la mayoría de los casos estos están asilados, por lo que es necesario un estudio integrado que permita comprender los niveles de afectación, el impacto y las respuestas de las regiones que buscan sobrevivir y establecer nuevas vías para su desarrollo, en muchos casos a través de la innovación de sus sistemas (sociales, económicos, políticos, etc.) y en otros a través de la trasformación radical de los mismos. El campo de acción de la resiliencia supera al concepto básico de sistema, entendido como una unidad global organizada de interacciones entre elementos, acciones o individuos (Morín,1981) y entra dentro del campo de los sistemas adaptativos complejos caracterizados por fuertes interacciones no lineales (en la mayoría de los casos) entre sus partes, procesos de retroalimentación complejos, discontinuidades, umbrales y límites presentes en diferentes escalas de tiempo y espacio (Costanza et al.,2014). Los sistemas socio-económicos exhiben estas características y por lo tanto evidencian la presencia de la resiliencia como un proceso que promueve una respuesta basada en su capacidad dinámica de aprendizaje y adaptabilidad frente al 1 impacto de perturbaciones internas o externas sin que las funciones esenciales de este cambien, resultado de ello se tendrá la innovación, el desarrollo y la evolución. 2. REGIÓN, RESILIENCIA Y SISTEMAS ADAPTATIVOS COMPLEJOS (SAC) El concepto de resiliencia se lo circunscribe al ámbito geográfico, en ese espacio delimitado por fronteras que no responde a la realidad de la dinámica de los sistemas adaptativos complejos, que son la base epistemológica del presente estudio. Como se ha descrito, por definición; la resiliencia es una capacidad dinámica que permite que los sistemas a través de la auto – organización, luego de un proceso de destrucción creativa, generen novedad y evolucionen, estas acciones se irán dando a través de diferentes escalas y dominios (Walker & Salt, 2012) pudiendo ser de índole ecológico, social, económico, institucional, etc. La resiliencia, es entonces un concepto que rebasa las fronteras geográficas y se acopla a un enfoque de proximidad (Boschma, 2005) que en sus diferentes dimensiones plantea un nuevo paradigma de análisis. Como se ha propuesto el nivel de análisis de la resiliencia debe considerar sus escalas y dominios de operación, esto es lo que determinará su ámbito de estudio; siguiendo la lógica de “proximidad” planteada por Boschma (2005), que rompe el paradigma de escala geográfica y afirma que para los análisis empíricos se debe considerar los niveles espaciales de creación y transferencia de conocimiento, así como los de aprendizaje interactivo. La definición del ámbito de análisis incorpora no solo al territorio y sus características endógenas, sino también las relaciones de proximidad cognitiva, organizacional, social e institucional. La proximidad cognitiva se relaciona con la capacidad de los actores (personas u organizaciones) para acceder y adaptarse a la novedad, plantea que debe existir por lo menos un grupo de conocimientos y destrezas básicas (que generan proximidad) que les permita, por ejemplo, acceder a nuevas tecnologías. La proximidad organizacional plantea la generación de un espacio para que se den las interacciones de diferente naturaleza, pueden ser económicas y financieras tanto de dependencia como de interdependencia, como resultado de este proceso se configuran redes que soportan y viabilizan la transmisión de conocimientos, las redes establecen centralidades y distancias para diferentes tipos de variables, no solo 2 la geográfica. La proximidad social se define en términos de las relacionales sociales entre los agentes integrados en el nivel micro, dentro de este contexto las relaciones entre los actores están incrustadas socialmente cuando promueven la confianza basada en la amistad, el parentesco y la experiencia, lo que genera un ambiente adecuado para que los procesos de innovación puedan desarrollarse. La proximidad institucional concibe las condiciones estables de confianza (que genera proximidad) para que el aprendizaje interactivo tenga lugar, plantea las normas y conjunto de valores que regulan ese espacio, el enfoque de esta proximidad se da a niveles macro. La proximidad geográfica trata las diferentes escalas espaciales donde se generan las relaciones que permiten el desarrollo de conocimiento y la innovación, promueve la apertura en los sistemas a fin de que estos mantengan relaciones intercalares para el aprendizaje interactivo que promueve la innovación. Más allá de los efectos positivos y negativos que genera la proximidad (Boschma, 2005), es un concepto que permite establecer espacios de análisis sobre sistemas abiertos que están en constante cambio y evolución, donde la resiliencia es parte de esa dinámica. La resiliencia entonces tendrá un enfoque regional, tanto en cuanto, se considera que el ámbito regional (sistema regional) se delimita no por una concepción geográfica de distancias físicas, sino por una de proximidad que incorpora a lo geográfico, lo cognitivo, organizacional, social e institucional. La resiliencia regional tiene una lógica de proximidad, considera las capacidades de la regiones para hacer frente a perturbaciones que pueden afectar su dinámica, otras conceptualizaciones se las puede encontrar en Foster (2007) cuando introduce el concepto de resiliencia regional al proponer el ejemplo de cómo las empresas consiguen redundancia a través de establecer sus operaciones en lugares estratégicamente localizados que les permiten obtener una relación de colaboración con cada eslabón de la cadena de suministro, incrementado su capacidad de respuesta en caso de eventos inesperados, en este caso lo regional queda reducido a las distancias geográficas, por otro lado Martin (2012) plantea que la resiliencia regional dependerá del desempeño económico y su estabilidad, básicamente se centra en la tasa de crecimiento, la estructura económica, acuerdos institucionales, etc., a pesar de que su concepto es más amplio y parce romper las ataduras de la geografía física, circunscribe lo regional a una dinámica de desarrollo meramente 3 económico. El presente estudio opta por una concepción holística e incorpora el concepto de proximidad a la resiliencia definiéndola como la capacidad dinámica de aprendizaje y adaptabilidad de un sistema regional que se auto-organiza sin cambiar sus funciones esenciales, en respuesta al impacto de shocks internos y externos, permitiendo la innovación, el desarrollo y la evolución; la resiliencia bajo esta concepción puede tomar diferentes enfoques: ecológico, económico, social, institucional, comunitario (Cutter et al., 2008). 3. CONTEXTO DEL ESTUDIO La ciudad de Baños de Agua Santa se encuentra asentada sobre una meseta basáltica en las faldas del volcán Tungurahua (5.023 msnm) – Ecuador a 180 Km de Quito y 35 km de Ambato, mantiene una temperatura promedio de 20oC, tiene una geografía irregular dominada por montañas, laderas, pendientes y grandes saltos de agua que configuran paisajes de alto valor turístico que han sido aprovechados por la población para el desarrollo de actividades económicas relacionadas con la recreación y el ocio. Para el 2015 la población que no supera los 21.000 habitantes (proyección INEC, 2010), registra 3.150 empresas (INEC, 2013) y se ha ubicado dentro de los 10 primeros destinos turísticos más visitados de Ecuador. Esta realidad se contrasta con la vivida en 1999, cuando el volcán presentara evidencias de una erupción inminente, por lo que las autoridades declarararon la “alerta naranja” y promovieron una evacuación forzosa el 16 de octubre de ese año, dejando como resultado la destrucción de la estructura social y económica que obligó a la población a tomar medidas drásticas para retornar a su ciudad el 5 de enero de 2000, luego de graves enfrentamientos con la fuerza pública. Una serie de desaciertos por parte del gobierno y las instituciones encargadas de manejar la crisis provocarían en la población desconfianza y rechazo que se haría evidente durante la expulsión de las fuerzas armadas y policía en los meses posteriores al retorno de la primera evacuación (Tobin & Whiterford, 2002), una actitud propositiva con altos niveles de resiliencia dentro de una dinámica de cambio adaptativo permitirían reconstruir el tejido social y empresarial de Baños. Durante más de 15 años la ciudad se reinventó, aprendió a convivir con el desastre y encontró en él oportunidades para el 4 desarrollo llevándola a mejorar sus condiciones de vida, inclusive superando su realidad antes del desastre. Baños es una ciudad con un alto riesgo volcánico y sísmico (Demoraes & D´Ercole, 2001). Los eventos eruptivos que constan dentro de los registros históricos hacen referencia a los siguientes periodos: 1641-1646, 1773-1781, 1886-1888, 19161918; respecto de los dos últimos se tiene una importante descripción del proceso eruptivo y sus consecuencias; caminos y cultivos fueron destruidos tanto por los lares como por los flujos piroplásticos (Hall et al., 1999); situación que se repetiría en la última erupción que se mantiene hasta la actualidad. Baños se encuentra ubicada en una zona de alto riesgo de desastre y es parte de los muchos destinos turísticos que viven esta realidad, algunos de ellos han sido documentados a través de casos de estudio (Abel, 2008; Becken & Hughey, 2013; Hystad & Keller, 2008; Orencio & Fujii, 2013; Tsai & Chen, 2011), donde se evidencia procesos de adaptación e innovación como respuesta de la población a los efectos de los desastres naturales. En busca de un marco teórico pertinente para comprender la complejidad de las variables que interactúan en la recuperación en zonas de desastre se plantea el concepto de resiliencia y el modelo heurístico de panarquía mediante el cual se visualiza al desastre natural como una perturbación de gran impacto sobre los sistemas ecológico y socio-económico de una región, representado en esta investigación como la ciudad de Baños de Agua Santa. 4. PANARQUÍA Y RESILIENCIA EN ZONAS DE DESASTRE Ante la necesidad de comprender el cambio adaptativo y la complejidad de las relaciones en los sistemas ecológicos, económicos y organizacionales, se adopta el término panarquía; cuyo objetivo fundamental es racionalizar la interacción entre el cambio y la persistencia, entre lo predecible y no predecible (Holling et al., 2002), es un modelo heurístico (Allen et al., 2014) que tiene la posibilidad de ajustarse a las ideas de jerarquías y escalas (García et al., 2006), al orden y desorden organizador (Morín, 1981). La dinámica de los sistemas adaptativos complejos que es consecuente con la realidad ecológica, social y económica, pone especial énfasis en la emergencia (Holling, 5 2002; Holland, 1998) y la diversidad (Holland, 1995), cuya interacción crea oportunidades que permiten el desarrollo sostenible; se enmarca en una naturaleza resiliente, evolutiva y adaptativa; es aquí donde Gunderson & Holling (2002) dan respuesta a la interrogante del ¿por qué el mundo no ha colapsado a pesar de haber sufrido impactos naturales y sociales extremos? primero, porque los sistemas ecológicos naturales tienen la capacidad de recuperación frente a grandes catástrofes, manteniendo la integridad de sus funciones y segundo por el comportamiento humano y la creatividad que lleva a las personas a adaptarse, no solo a través de la persistencia de forma pasiva; sino a través de la innovación (Gunderson & Holling, 2002). Este continuo cambio es el origen del ciclo adaptativo, que dinamiza los Sistemas Adaptativos Complejos a través de cuatro procesos fundamentales (Fig. 1): explotación, conservación, destrucción y reorganización (Holling & Gunderson, 2002). Figura 1. Representación del modelo de Panarquía Nota: Gunderson & Holling, Panarchy: Understanding Transformations in Human and Natural System (2002) La visión tradicional de la sucesión de los ecosistemas está controlada por dos funciones: la explotación y la conservación (Gunderson & Holling 2002), la primera hace hincapié en la rápida colonización de las zonas recientemente afectadas por una perturbación y la segunda que enfatiza en la lenta acumulación y almacenamiento de energía y material (capital almacenado). En ecología de las especies la fase de explotación se ha caracterizado por estrategias r, y en la fase de conservación por estrategias K, estos nombres fueron extraídos de los parámetros clásicos de la ecuación 6 logística (r representa la tasa instantánea de crecimiento de una población, y K la meseta sostenida o población máxima que alcanza). Las estrategias r se caracterizan por una amplia capacidad de dispersión y rápido crecimiento en un escenario caracterizado por la lucha de competidores, por otro lado las estrategias K tienden a tener tasas de crecimiento más lentas durante la transición de r a K (crecimiento a tasas decrecientes); la conectividad y la estabilidad crecen, mientras que el capital (energía, materia, etc.) poco a poco se va acumulando y reteniendo, al final de la transición pocas “especies” serán las dominantes; el capital acumulado será el potencial que permita el desarrollo de futuros sistemas. En un sistema socio-ecológico como el presentado en Baños, la dinámica de acumulación de capital social, económico, institucional, de infraestructura y comunitario (Cutter et al., 2010), resultado de la transición de la fase r a K se evidencia posterior a la erupción del Tungurahua entre 1916-1918 lo que causarían un alto impacto en la población (Freire-Guevara, 2001). Para 19441 el pequeño caserío tendría una estructura política de nivel cantonal, además que debido a su situación geográfica que la sitúa como paso obligado de las principales ciudades del centro del país hacia la amazonia, desarrollaría actividades económicas basadas en el comercio y el turismo. Los sistemas ecológicos, muchos de ellos destruidos por la erupción, se recuperarían dando como resultado extensas zonas de bosques que albergarían a nueve ecosistemas distribuidos en una extensión de 1.066 km2 con una alta riqueza de flora y fauna (GAD Baños de Agua Santa , 2015); para 1990, Baños registraba una población de 15.416 habitantes, y una estabilidad en su desarrollo socio-económico acorde a las condiciones del Ecuador, la actividad que hasta ese entonces dinamizaba la economía era el turismo de tipo religioso y termal, de acuerdo a los pobladores, actividades específicas de turismo de alta montaña atraían al turismo internacional y dejaban importantes ingresos a la población; hasta 1999 la riqueza del capital ecológico, económico y social habría generado un estado de estabilidad en la región que empezaría a consolidar la fase K presente en el modelo de panarquía. Para julio de 1999 aparecen las primeras señales de reactivación del Tungurahua (Aguilera & Dueñas, 2007) la población empieza a convulsionarse y la incertidumbre es la principal característica visible, los cerca de 80 1 Baños de Agua Santa, es declarado cantón de la provincia de Tungurahua el 16 de diciembre de 1944 7 años de relativa calma frente al fenómeno natural habían incrementado la estabilidad, pero a la vez redujeron la resiliencia, incrementando la vulnerabilidad (Schneider, 2007) en las diferentes poblaciones cercanas al volcán. Tanto los ecosistemas como los sistemas humanos operaran a diferentes escalas y permiten la madurez del sistema socio-ecológico, el modelo de panarquía considera que existe un conjunto anidado de ciclos adaptativos que operan a escalas discretas (Gunderson & Holling, 2002), para éste caso, el evento natural que obedece a una escala superior a la de las pequeñas ciudades asentadas en las zonas de riesgo del volcán, alteraría la estructura de sus ciclos panárquicos provocando una serie de reacciones inter escalares (cross-scale) a través de diferentes ciclos adaptativos, es así que la población de Baños sufre un colapso en su estructura económica y social cuando se ve forzada a la evacuación (Tobin & Whiterford, 2002), que es contrarrestada a través de la acción dinámica de la resiliencia comunitaria, que a pesar de estar disminuida mantuvo los módulos básicos que lograrían la adaptación de los sistemas sin que cambien sus funciones esenciales, además dio espacio para la innovación, el desarrollo y su evolución (Carpenter et al.,2012). La acción de la resiliencia frente a fenómenos adversos tiene tres resultados posibles (Kumpfer, 1999): (a) reintegración resiliente, (b) reintegración homeostática, (c) cambio y reintegración disfuncional; en el primer caso se produce un cambio adaptativo que genera una evolución positiva de la región, en el segundo existe un cambio adaptativo que no necesariamente es positivo para la región, mientras que en el tercero no se genera cambio adaptativo y las consecuencias negativas de la acción del fenómeno adverso continúan o se agravan. Una reintegración resiliente se evidencia en la ciudad de Baños, la estructura social y económica reacciona de forma favorable contribuyendo a la recuperación de la ciudad; las múltiples pero distintas escalas de auto-organización y la distribución de funciones dentro y a través de éstas, crean sistemas elásticos (Peterson et al., 1998) que responden al impacto del fenómeno natural. Para el 16 de octubre de 1999, es declarada la “alerta naranja” y Baños sufre una evacuación forzosa lo que obligaría a sus pobladores a adaptarse a las nuevas 8 condiciones de deslocalización, desintegración familiar, pérdida de fuentes de ingreso, precarias condiciones en los albergues temporales, entre otras (Tobin & Whiterford, 2002; Whiteford, 2013). El 5 de enero del año 2000 a pesar de la negativa de las autoridades y luego de varios enfrentamientos con la fuerza pública, la población organiza su retorno y decide retomar sus actividades productivas, sin embargo, el impacto del desastre sumando al inadecuado manejo de la crisis provocarían que Baños no pueda retornar a las condiciones previas a la erupción. La situación de Baños antes del desastre, relacionada con la etapa de r a K configura una fase lenta de crecimiento y acumulación, la erupción y la evacuación forzosa generaron un impacto al azar que perturbó el sistema socio-ecológico (Gunderson & Holling, 2002) obligándolo a reorganizarse, lo que conlleva una fase de destrucción creativa (Schumpeter, 1942) representada en el modelo de panarquía en la etapa de K a Ω. La vulnerabilidad estructural provoca la crisis que parte con una baja resiliencia en K y alta conectividad entre los elementos de los diferentes ciclos panárquicos, los sistemas social y económico afectados son operados por algunos pobladores de la ciudad llevándolos a un estado de auto-organización más rápido que la comunidad en su conjunto y promueven reacciones positivas desestabilizadoras que permiten la reorganización de la comunidad. Las conexiones panárquicas en la dinámica del desastre permiten que el sistema active su proceso de resiliencia La reorganización, es una fase rápida que conduce a la renovación de Ω a α; sobre la base del legado del sistema antiguo se incrementará la incertidumbre y progresivamente se acumulará el capital (ecológico, económico y social), se disminuirá la conectividad y se incrementará la resiliencia; en esta fase la influencia de los factores exógenos es alta y es el escenario propicio para las innovaciones. A partir del retorno de los pobladores a la ciudad de Baños, a cuenta y riesgo de su decisión, se evidencian procesos de auto-organización; el sistema educativo y de salud que el gobierno no les proporcionaba fue tomado bajo la responsabilidad de los habitantes, se promovió la organización civil, tal es el caso de “Hermanad Baneña” y “Ojos del Volcán” que guiaron el retorno de la población y promovieron sistemas de alerta temprana, pues el volcán se mantenía en proceso de erupción. La población organizada creo las 9 denominadas “ollas comunales” que atendieron las necesidades de alimentación de algunos pobladores. En la fase α, la alta resiliencia y baja conectividad entre los elementos de cada ciclo panárquico generan la oportunidad para la configuración de nuevas estructuras que pueden generar procesos inesperados de crecimiento (Holland, 1995; Gunderson & Holling, 2002). Luego de consolidado el retorno a la ciudad, la necesidad de la reactivación económica era inminente, el turismo religioso y termal no generaba visitantes, sin embargo la experiencia de algunos empresarios identificaría una nueva forma de hacer turismo, basada en el repulsor principal de la zona, el “riesgo”. Identificando las capacidades territoriales generaron un nuevo tipo de turismo basado en la aventura y los deportes extremos, que conjugaban avistamientos desde zonas seguras del volcán en erupción con actividades en cascadas, ríos y el bosque monzónico característico de la región, Baños había generado una oportunidad de desarrollo en el desastre. El nuevo sistema reorganizado se hizo posible, manteniendo la memoria de su antecesor como elemento modular que permitió la adaptación de la comunidad a las nuevas condiciones socio-ecológicas. Baños, de acuerdo a la proyección censal de 2010 para el 2015 registra una población 20.018 habitantes, 1508 empresas de las cuales 448 se dedican de manera directa a prestar servicios turísticos (INEC, 2013) y mantiene un sistema de alerta temprano desarrollado por la comunidad en coordinación con el Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional. En la dinámica de los ciclos adaptativos, están presentes cuatro conceptos fundamentales: el capital almacenado (potencial), el grado de control interno sobre la variabilidad (conectividad), la vulnerabilidad2 y la resiliencia; los dos últimos dejan diversas interrogantes sobre la gestión de los sistemas adaptativos, entre las más importantes y que dejan espacio para el análisis y la investigación están: ¿existen diseños y acciones que permitan el crecimiento sin aumentar la rigidez hasta el punto del colapso, es decir; acciones que lleven al sistema de r a K sin que éste pierda resiliencia? ¿Cuáles son las variables críticas, en un sistema determinado; que 2 Un concepto que ha sido desarrollo con una orientación a sistemas complejos por parte de Adger (2006), considera que es la suceptibilidad del sistema a no ser capaz de mantern sus funciones y estructura, para García (2006) esta la considera una condición de limite o contorno. 10 incrementan o disminuyen su resiliencia? ¿Qué hace que un determinado sistema tenga mayor adaptabilidad3 que otro?, e fin ¿qué variables están presentes en el sistema regional, denominado ciudad de Baños, que lo ha hecho resiliente a la afectación de un desastre natural? 5. MEDICIÓN DE LA RESILIENCIA REGIONAL Entorno al desarrollo teórico y empírico que se posee, se pueden identificar una serie de elementos que son parte esencial del concepto de resiliencia, que la caracterizan, y que por lo tanto; permiten diferenciar a sistemas resilientes de otros que no lo son. Sin establecer aún una jerarquía o peso ponderado, ni sus relaciones de dependencia, a manera de una primera aproximación; se los entenderá como “factores determinantes”, dentro de este contexto, se pueden definir cuatro capacidades fundamentales que presentan los sistemas adaptativos complejos y que son inherentes a la resiliencia regional, así: la capacidad de aprendizaje; la capacidad de autoorganización, la adaptabilidad y la capacidad de transformación (Adger et al., 2005; Gall, 2013; Gunderson, 2000; Walker et al., 2004). De la misma manera se pueden identificar cuatro factores críticos que son determinantes para la resiliencia regional en un sistema adaptativo complejo, estos son: la redundancia, la diversidad, la modularidad y la apertura (Angeler et al., 2013; Carpenter et al., 2012, Walker & Salt, 2012). La particularidad del estudio de la dinámica de la resiliencia en los sistemas regionales, entendidos como adaptativos y complejos, cuando se presenta el impacto de perturbaciones originadas por desastres naturales se lo puede encontrar en diferentes casos de estudio (Ainuddin & Routray, 2012; Carpenter, 2014; Islam et al., 2013; Joerin et al., 2012; Orencio & Fujii, 2013; Sherrieb et al., 2010; Singh-Peterson et al., 2014) su tratamiento a nivel empírico es amplio y aún carece de concesos, sin embargo se identifican tres dimensiones integradas que son recurrentes en estos análisis: ecológica, social y económica, aún más amplia es la propuesta de Cutter (2008) cuando incorpora a éstas las dimensiones: institucional, de infraestructura y competencias comunitarias. 3 Tomando como base lo propuesto por Walker, Holling, Carpenter, & Kinzig (2004) y los prinicpios de auto-organización de Ashby (1962), se la define como la capacidad colectiva de los elementos de un sistema para gestionar la resiliencia. La capacidad adaptativa proporcionará resileincia al sistema frente al impacto de las pertubaciones. 11 Estos esfuerzos teóricos y empíricos han hecho uso de técnicas provenientes de la teoría de la probabilidad, la indexación y las evaluaciones cualitativas (Gall, 2013). 5.1 Capacidades de los SAC que promueven la resiliencia regional Existen diferentes capacidades de los SAC que promueven la resiliencia, se identifican así: la capacidad de aprendizaje, la auto-organización, la adaptabilidad y como una respuesta extrema al impacto de una perturbación la capacidad del sistema para transformarse (Walker & Salt, 2012), una síntesis de sus definiciones así como los principales autores que han contribuido a la literatura científica, se detallan en el cuadro 2. Cuadro 2. Capacidades de los SAC CAPACIDAD Aprendizaje Auto-organización Adaptabilidad Transformación DEFINICIÓN Proceso social que promueve la diversidad de adaptaciones, la cohesión social y los mecanismos de acción colectiva resultado del cual se genera conocimiento que se acumulará a través de la memoria individual y colectiva. (Adger et al., 2005) (Folke , 2006) (Pasol, 2014) Creación espontanea de un patrón global coherente a partir de interacciones locales entre componentes inicialmente independientes, luego del efecto dinámico de perturbaciones aleatorias. (Allen et al., 2014)(Ashby, 1957) (Heylighen, 2001) Reproducción dinámica de holgura que permite la acomodación de un sistema luego de asimilar el impacto de perturbaciones. (Grabher & Stark, 1997) (Stark, 2014) (Smit & Wandel, 2006) Capacidad para crear un nuevo sistema cuando las condiciones ecológicas, económicas o sociales hacen que este sea insostenible. (Walker et al., 2004) 5.2 Los factores críticos de la resiliencia regional La revisión de la literatura respecto a desastres y el impacto de estos en los sistemas socio-ecológicos pueden ser sistematizada en el cuadro 3. Cuadro 3. Factores críticos de la resiliencia FACTOR CRÍTICO Redundancia Diversidad DEFINICIÓN Cuantificación de la existencia de elementos, sistemas u otras unidades de análisis que son sustituibles entre sí (elementos de diferentes grupos funcionales), siendo capaces de satisfacer los requisitos funcionales en caso de interrupción, degradación o pérdida de funcionalidad. (Bellwood et al., 2004) (Bruneau et al., 2003)(Peterson et al., 1998) Cuantificación de tipos o especies de elementos (mezcla) dentro de un mismo grupo funcional para responder a diferentes tipos de perturbaciones, a través de una gama de diferentes tipos de respuesta. (Folke et al., 1996) (Wilson, 1992) (Walker & Salt, 2012) 12 Modularidad Apertura Subrutinas o procesos que actúan como bloques de construcción que pueden ser combinados para manejar nuevos escenarios, conforman nodos críticos de enlace permiten la supervivencia del sistema. (Allen et al., 2005) (Holland, 2006) (Martin & Sunley, 2013) Capacidad de los elementos del sistema para interconectarse con otros, estará definida por la fuerza de la conexión que existe entre diferentes sistemas, lo que permitirá adopción de nuevos supuestos básicos de funcionamiento. (Carpenter et al., 2012) (Proag, 2014) (Walker & Salt, 2012) 5.3 Dimensiones básicas de análisis de la resiliencia regional en desastres naturales El sistema ecológico, donde se origina el desastre, necesitará de varios años e incluso siglos para adaptarse y recuperarse mientras que los sistemas sociales y económicos requerirán de respuestas rápidas frente a la catástrofe; la gestión de desastres como una derivación de la gestión adaptativa (Folke et al., 2002) es necesaria, por lo que las dimensiones para manejar las incertidumbre generada por amenazas de orden natural deben ser identificadas y definidas, diversos estudios entorno a desastres han considerado un conjunto de variables (Cuadro 3) que dotan de redundancia, diversidad, modularidad y apertura a un sistema socio-económico para que no colapse frente a una catástrofe, así entre las coincidencias más relevantes como la factibilidad de su aplicación, debido a la posibilidad de obtener datos para análisis, y sobre la base de algunas de las dimensiones propuestas por Cutter et al., (2008) presenta el cuadro 4. 13 Cuadro 4 Dimensiones y variables de la resiliencia regional Dimensión/variable Económica Diversidad Económica Operador Incidencia Justificación Fuente de datos Índice de diversidad económica (Sherrieb et al., 2010) Censo Especialización sectorial Índice de especialización sectorial (Martin & Sunley, 2013) Censo Capacidad emprendedora Tasa de actividad emprendedora % emprendimientos por oportunidad La diversidad de actividades económicas incrementa la diversidad de oportunidades para que el sistema afectado por un desastre natural pueda reestablecerse. Este operador tiene dos lecturas, la primera cuando la especialización en una estrecha base económica, hace que la región sea susceptible a más de las perturbaciones externas a las propias de su sector, lo que genera pocas probabilidades de reorientar su economía y limita las rutas alternativas para la recuperación. Si la especialización se da al interior de un clúster en una industria en crecimiento, existe la posibilidad que se incremente la resiliencia cuando el sistema se ve afectado por perturbaciones externas. Cada subsistema especializado provee de modularidad y diversidad al sistema económico. Millieu territorial Actitudes emprendedoras permiten a la población ser proactiva frente a situaciones económicas adversas. (Ayala & Manzano, 2014) (Bosma et al.,2012) GEM Altos niveles de escolaridad incrementan la redundancia en la población, las personas pueden asumir competencias en diferentes grupos funcionales. Altas tasas de cobertura de seguridad social y seguros privados de salud, disminuyen la vulnerabilidad frente a un desastre. (Cutter et al., 2010) (Ifejika et al., 2014) Censo (Cutter et al.,2010) Censo Una población envejecida no tiene una adecuada capacidad de respuesta. La inequidad social genera conflictos en la población, la capacidad de auto organización del sistema social se ve comprometida. Altos niveles de pobreza disminuye los niveles de redundancia y diversidad funcional en los sistemas socio-económicos. (Cutter et al., 2010) (Windle et al.,2011) (Cutter et al., 2010) (Sherrieb et al., 2010) (Östh et al., 2015) (Tierney & Bruneau, 2007) (Rodima-Taylor & Olwig, 2012) (Ifejika et al., 2014) Censo Social Niveles de Educación Cobertura social de seguridad Años de escolaridad Edad de la población % de cobertura del sistema de seguridad social % de cobertura de seguros privados Índice de Burgdöfer Inequidad social Índice de GINI Pobreza Índice de pobreza 14 Censo Censo Competencias personales para promover la resiliencia Identity Institucional Planes de prevención Indicadores psicológicos basado en la escala RSA (Resilience Scale for Adults) % de población identificada con su territorio. Las competencias individuales fomentan actitudes colectivas tendientes a promover adaptaciones evolutivas en los sistemas sociales. La identidad de la población con el territorio promueve procesos que actúan como bloques de construcción, cuando el sistema social y económico se ve alterado por un desastre natural. (Friborg et al., 2005) Test de resiliencia psicológica (Cannon, 2008) (Cutter et al., 2010) (Cavallo & Ireland, 2014) Encuesta Existencia de planes de prevención de riesgos naturales. Los planes de prevención establecen módulos básicos para la operación de la comunidad en el caso de ocurrencia de un desastre natural. La coordinación permite retroalimentaciones internas y externas, en niveles similares de escala o inter escalares del sistema socio – económico, ante durante y después de soportar un desastre natural (Cutter et al., 2010) Observación (Cutter et al., 2010) (Godschalk, 2003) (Tierney & Bruneau, 2007) (Bruneau et al., 2003) (Friborg et al., 2005) Observación Coordinación de instituciones orientadas a la mitigación de desastres. Niveles de coordinación. Cohesión familiar Indicadores psicológicos basado en la escala RSA (Resilience Scale for Adults) Conforma el módulo más crítico de operación de una sociedad, permite articular los procesos de las funciones esenciales de un sistema. Existencia de vías de comunicación. Conforma el módulo más crítico de operación de la infraestructura esencial de una población. (Islam et al., 2013) (Cutter et al., 2010) Observación % de cobertura de servicio eléctrico % de cobertura de servicio de telefonía móvil. % de cobertura de agua potable. % de cobertura de alcantarillado. Número de camas por cada 10.000 habitantes. Permiten la operación física de un sistema social (Cutter et al., 2010) (Chopra & Khanna, 2014) (Zobel & Khansa, 2014) (Bruneau et al.,2003) Censo Permiten la operación física elemental del sistema de salud. (Cutter et al., 2010) (Zobel & Khansa, 2014) (Cannon, 2008) Censo Cobertura de educación escolar y de bachillerato. Establecen los módulos básicos de operación social de una comunidad, se promueve la redundancia y la diversidad de supervivencia. (Tierney & Bruneau, 2007) (Cannon, 2008) Censo Infraestructura Vías de comunicación Servicios básicos Infraestructura sanitaria Infraestructura educativa 15 Test de resiliencia psicológica En la Tabla 3 se observa que las variables como sus operadores para el análisis de la resiliencia en zonas afectadas por desastres naturales son cualitativas y cuantitativas. En la actualidad han sido desarrollados una serie de índices que buscan medir la resiliencia, pero son incompletos (Rose & Krausmann, 2013) o buscan resultados de la resiliencia en términos parciales, a nivel ecológico (Gibbs, 2009; Gunderson, 1999) con orientación económica (Augustine, 2013; Martin, 2011; Rose & Liao, 2005) social (Sapirstein, 2008) y psicológica (Friborg, 2005), investigaciones recientes se enfocan en el estudio de la resiliencia en sistemas socio-ecológicos (Devanandham & RamírezMárquez, 2012; Li et al., 2014; Torrence, 2014). Estudios con una visión integral se encuentran entorno a la resiliencia comunitaria (Cutter et al., 2008; Gunderson et al., 2010; Norris et al., 2008; Sherrieb et al., 2010) y han llegado a incorporar varias dimensiones de análisis, sin embargo los datos de los inputs en la mayoría de los casos no se los puede obtener, por lo que su aplicabilidad se reduce a poblaciones en países que poseen una sólida y rigurosa base estadística. El impacto de los desastres naturales suele tomar grandes dimensiones en países pobres o en vías de desarrollo (Angeon & Bates, 2015), donde los datos son limitados o inexistentes; por lo que es necesario diseñar herramientas metodológicas que permitan abordar la resiliencia haciendo uso de datos estadísticos generales y estudios cualitativos de la población, lo que demanda métodos mixtos que consideren la complejidad de las relaciones de los sistemas económico, social y ecológico, su interrelación jerárquica y escalar que tiene lugar en un entorno de incertidumbre. 6. CONCLUSIONES Los desastres naturales generan efectos perturbadores sobre los sistemas socioeconómicos, su ocurrencia es parte del azar por lo que la economía ortodoxa, en la linealidad de su pensamiento no tiene forma de abordarlos. Las relaciones complejas de los sistemas ecológicos, sociales y económicos en los entornos de incertidumbre de un desastre, son un desafío para las ciencias sociales, que han encontrado en los sistemas adaptativos complejos y su modelo heurístico de panarquía una vía de análisis. Las capacidades de los SAC y la resiliencia presentan conceptos que permiten definir operadores para evaluar y comprender ¿cómo una región puede recuperarse tras el impacto de un desastre natural?, sin embargo la principal dificultad está en la obtención 16 de inputs para aplicar herramientas metodológicas que arrojen outputs para la toma de decisiones. El estudio sobre la ciudad de Baños de Agua Santa evidencia a una población con una capacidad dinámica de aprendizaje, adaptación y auto-organización que le ha permitido mantener sus funciones esenciales a pesar del impacto ecológico, social y económico que generaría la erupción del volcán Tungurahua, como respuesta, se vieron obligados a desarrollar nuevos productos y servicios así como también a mejorar los existentes, dentro de su principal actividad económica, el turismo. El cambio de turismo religioso y termal hacia el turismo de aventura es una clara evidencia. Las dimensiones de análisis ecológica, económica, social, infraestructura y capacidad institucional presentan una serie de indicadores básicos desagregados que pueden ser considerados como base para el desarrollo de herramientas de medición de la resiliencia de sistemas socio-económicos afectados por desastres naturales (terremotos, huracanes, erupciones volcánicas, inundaciones, etc). La tipología del desastre obliga a que la resiliencia tome diversas formas de medición, por lo que la investigación debe orientar sus esfuerzos bajo esta consideración, manteniendo las dimensiones y variables que han sido detalladas o incorporando nuevas, que observen las limitaciones en la disponibilidad de datos que dificultan el desarrollo de estudios de corte longitudinal. La aplicación de herramientas metodológicas para abordar la resiliencia en entornos dinámicos, emergentes y con información limitada es un campo prometedor para la investigación, donde por ejemplo, el análisis multicriterio difuso y el modelamiento basado en agentes (ABM) poseen buenas perspectivas. El uso de modelos que permitan la combinación jerárquica de múltiples variables tanto cualitativas como cuantitativas y que rompan con la linealidad de la predicción estadística, incorporando la incertidumbre como una de las características fundamentales son una vía prometedora para el estudio de sistemas socio-económicos que han sido afectados por el impacto de desastres naturales, dentro de este contexto el modelado basado en agentes abre una importante línea de investigación (Tylor, 2013) que puede contribuir a la toma de decisiones y al diseño de política pública en la gestión de desastres. 17 7. BIBLIOGRAFÍA Abel, T. (2008). Tourism Evolution: on the Synergies of Tourism Studies and Evolutionary Economic Geography. Annals of Tourism Research, 370-389. Adger, N., Hughes, T., Folke, C., Carpenter, S., & Rockström, J. (2005). Socialecological resilience to coastal disasters. Science, 1036-1039. Aguilera, E., & Dueñas, W. (2007). 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