2. Introducción a las bases fisiológicas oculomotoras para el

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2. Introducción a las bases fisiológicas
oculomotoras para el tratamiento
quirúrgico del estrabismo
Miguel A. Zato Gómez de Liaño, Amina El Rubaidi
Conocer la fisiología del aparato oculomotor es
imprescindible para practicar y realizar una correcta cirugía del estrabismo. Es esencial no sólo para
definir qué tipo y cantidad de cirugía se tiene que
realizar, sino también, para saber por qué existen límites y quién o quiénes lo imponen, y sabiendo que
el componente sensorial, siempre ligado al componente motor, modifica planteamientos de tratamiento puramente periféricos. Estaría fuera de esta
obra el plantearse un estudio minucioso de los factores sensorio-motores de forma exhaustiva. Existen numerosos y largos tratados para el que quiera
profundizar en ellos, pero puesto que este trabajo se
dedica ampliamente al tratamiento, debemos tener
presentes y recordar algunos apuntes fisiológicos,
para entender las propuestas del tratamiento quirúrgico.
REVISIÓN FISIOLÓGICO-QUIRÚRGICA
DEL APARATO MUSCULAR
triadas forman la unidad más pequeña estructural
y funcional del músculo; son células largas, multinucleadas, de morfología cilíndrica, variables en
diámetro y longitud, en cuyo interior hay proteínas
filamentosas contráctiles que se agrupan ordenadamente para constituir paquetes de miofibrillas (estructuras diferenciadas formadas por la asociación
de proteínas filamentosas contráctiles, tipo actina y
miosina, capaces de acortarse bajo la acción de un
estímulo).
Cada fibra muscular contiene numerosos paquetes de miofibrillas, de 1-2 micras de tamaño, que la
recorren longitudinalmente de un extremo al otro.
Se encuentran separadas de sus elementos vecinos
por una cantidad escasa de sarcoplasma.
Las células están formadas por la alternancia de
bandas claras y oscuras (también llamadas discos).
La presencia de estas estriaciones transversales al
eje mayor de la célula es el resultado de la diferen-
Cada uno de los músculos extra-oculares forma
una estructura compleja revestida de tejido conjuntivo (fascia muscular); su función primordial es la
de contraerse y relajarse. El tejido muscular está
formado por (1):
Fibras musculares estriadas, capaces de acortarse bajo la influencia de estímulos de origen voluntario o reflejo. Las fibras musculares están reunidas
en fascículos. Un conjunto de fascículos musculares
constituyen el músculo. Las fibras musculares es-
Figura 1: Fibras musculares recto medio.
Figura 2: Estructura de la Sarcómera (preparación recto
lateral).
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te refringencia y afinidad tintorial de los paquetes
miofibrilares:
1. Disco o banda A, oscuro (anisótropo o birrefringente): dividido en su centro por una zona clara, banda H (de Hell) y esta última ocupada en su
centro por una línea oscura, M (Mittelmembrana).
2. Disco o banda I, clara (isótropo o monorrefringente), dividido en su porción central por una
línea densa, Z (Zuinchenscheibe o disco intermedio). Los elementos comprendidos entre dos líneas
Z, constituirán una sarcómera (ésta se define como
unidad morfológica y funcional de contracción). Una
miofibrilla, por tanto, está formada por la repetición de sarcómeras dispuestas una a continuación
de la otra. El número de sarcómeras se modifica con
la fisiología muscular, así después de una cirugía éstas se pueden alterar.
Las miofibrillas son el resultado de la asociación
de dos tipos de monofilamentos, que se diferencian
por su constitución bioquímica y su diámetro:
Filamentos gruesos tipo miosina, de diámetro de
100 A y longitud aproximada de 1,5 micras, se disponen paralelos entre sí y ocupando los centros de
hexágonos regulares.
Filamentos finos tipo actina, tienen un diámetro
de 70-80 A y una longitud de 1 micra; se disponen
paralelos entre sí y con relación a los gruesos o primarios. Ocupan los vértices de hexágonos regulares
en cuyo centro se encuentra un filamento primario.
Figura 3: Hexágonos regulares vistos a microscopía electrónica.
Cualquiera que sea el estado de la sarcómera, la
longitud de las fibras de actina y miosina no varía;
la longitud de la banda A permanece constante ya se
encuentre estirada o contraída. En el caso de un acortamiento máximo, la banda I desaparece y la longitud
de la banda A sería igual a la sarcómera. Cuando la
fibra se estira de forma pasiva la longitud de la banda
I aumenta de forma paralela a la de la banda H.
Estado actual del tratamiento del estrabismo
Las miofibrillas no forman estructuras aisladas dentro de las células musculares, sino que están en íntima relación con las distintas organelas y
sistemas tubulares para que el mecanismo de contracción pueda realizarse de forma eficaz. De esta
forma, las mitocondrias, muy abundantes y voluminosas, se disponen entre los paquetes de miofibrillas, existiendo dos o más por sarcómera. Esto
es muy importante porque las mitocondrias son las
responsables del suministro de energía a las miofibrillas durante la contracción.
Figura 4: Esquema de organización microtubular. Las sarcómeras están en relación con numerosas mitocondrias.
La musculatura extraocular recibe doble inervación: una inervación motora cuyo destino son las fibras musculares estriadas o fibras extrafusales y; otra
inervación a la vez motora y sensitiva, destinada a
los husos neuromusculares (formaciones que contienen fibras intrafusales, que son fibras musculares especializadas responsables de la sensibilidad del músculo). Los paquetes nerviosos penetran junto con los
vasos por el hilio neurovascular del músculo.
La placa motora terminal se puede comparar
con una sinapsis de tipo efector, responsable de la
llegada y transmisión del impulso nervioso motor
a la fibra muscular. Cada célula o fibra muscular
recibe la inervación motora a través de las ramificaciones de los axones de las motoneuronas.
Es importante conocer el concepto de unidad
motora para explicar determinadas funciones de la
musculatura extraocular; se define como el conjunto de fibras musculares estriadas inervadas por una
motoneurona común. Dependiendo de la precisión
del movimiento a realizar, varía el número de fibras
musculares por unidad motora. En la musculatura
extraocular existe por término medio entre 20-25
fibras musculares/unidad motora.
El papel trófico que juegan las motoneuronas
es muy importante ya que una denervación parcial
provocaría una atrofia difusa mientras que, la denervación completa de un músculo induciría una
atrofia generalizada de éste.
3.2. Introducción a las bases fisiológicas oculomotoras para el tratamiento quirúrgico del estrabismo
Figura 5: Inervación en fibras musculares distintas (microscopía de barrido).
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Figura 7: El mecanismo de contracción en microscopía
electrónica.
tipo activo o pasivo, de la longitud y estado de contracción del músculo. El huso se encuentra formado por:
• Fibras musculares estriadas o fibras musculares intrafusales.
• Fibras nerviosas aferentes de carácter sensorial.
• Fibras nerviosas aferentes de carácter motor.
Figura 6: La unidad motora y sus placas motoras.
MECANISMO DE LA CONTRACCIÓN
La onda o estímulo de contracción llega a través de la placa motora, liberándose la acetilcolina
(mediador químico) al espacio intersináptico. El
neurotransmisor induce un incremento selectivo de
la permeabilidad a los iones Na+, K+ y Ca++ de la
membrana postsináptica (sarcolema) que induce
un cambio en los potenciales de acción de la misma
y, por consiguiente, el desplazamiento del estímulo u onda de despolarización. La despolarización
produce un aumento de la permeabilidad de las
membranas, lo que favorece la salida del Ca++ de las
cisternas reticulares. Las fuerzas de contracción son
generadas por el acortamiento de las sarcómeras y
se manifiestan por el acortamiento longitudinal del
músculo (contracción isotónica) o manteniendo su
longitud (contracción isométrica). Las fuerzas de
relajamiento, por el contrario provocan una elongación longitudinal del músculo (relajamiento isotónico) o isométrico si mantiene su longitud.
Como hemos dicho anteriormente, además de una
inervación motora, los músculos extraoculares reciben
una inervación sensitiva que informa, de manera complementaria, del estado de contracción del músculo.
Este tipo de inervación se lleva a cabo por los husos
neuromusculares que responden a las variaciones, de
Estos husos son más numerosos en las inserciones distales y proximales y menos frecuentes en los
propios músculos, envían información del grado de
contracción y de la posición muscular y pueden tener influencia en el resultado final. Cuando se eliminan en las grandes resecciones, se puede variar la
propiocepción de la contracción muscular y podría
explicar resultados paradójicos de la cirugía.
ESTRUCTURAS ANATÓMICAS
DE CONSIDERACIÓN
– Células madres. Tienen una gran capacidad
para regenerarse y reparar el tejido muscular. En
Figura 8: Husos neuromusculares en el tendón de inserción
escleral.
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Figura 9: Esquema de la inserción muscular en la esclera.
los músculos extra-oculares el número de estas células es reducido, lo que explica que no podamos actuar de forma indefinida sobre un mismo músculo.
– Tejido conjuntivo. Su función fundamental es
proporcionar el mecanismo trófico a las fibras, así
como transmitir los movimientos de contracción. El
tejido conjuntivo constituirá los tendones, de color
blanco nacarado (debido al engrosamiento de las
vainas conjuntivas que envuelven al músculo, ya que
en las regiones proximales y distales, el perimisio se
refuerza para poder transmitir mejor las líneas de
fuerza que se originan en los procesos de contracción). El tendón es inextensible y tiene distinta longitud dependiendo de cada músculo, en algún caso
es muy largo, como el oblicuo superior, y en otro
casi es inexistente, como en el oblicuo inferior.
En realidad el tendón es la propia esclera y hasta ella llegan con el tejido fibroso, también fibras
musculares directamente, en lo que clínicamente
llamamos tendón (ver preparaciones propias de microscopía electrónica) (fig. 10).
Esto explicaría que en caso de grandes resecciones por encima de la cirugía máxima aconsejada, al
quedarnos sin el tendón previo el músculo tendrá
distinta eficacia dependiendo de la nueva fibrosis
que rehaga un nuevo pseudo-tendón.
Este tejido conjuntivo desarrolla una triple función: divide a los diferentes músculos en fascículos
Estado actual del tratamiento del estrabismo
musculares, facilitando el deslizamiento de unos
elementos sobre otros; constituye el soporte de
las formaciones vasculares y nerviosas necesarias
para su trofismo y, por último, establece las uniones necesarias entre los tejidos contráctiles y las
superficies de apoyo de los mismos. El tejido conjuntivo de los músculos extra-oculares se encuentra formado por colágeno, reticulina, fibroblastos
y algunas células adiposas (2). El tejido conjuntivo
se dispone en el músculo rodeándolo mediante una
capa gruesa periférica, denominada epimisio que
consiste en fibras de colágeno dispuestas en planos superpuestos cuya dirección está determinada
por las líneas de fuerza que se ejercen durante los
movimientos de contracción y relajación. Del epimisio surgen tabiques conjuntivos hacia el interior
del músculo que dividen a éste en compartimentos
de morfología poligonal; estos tabiques más finos
reciben el nombre de perimisio. Por último, del perimisio emergen pequeños tractos de fibras de reticulina que rodean a todas las fibras musculares;
esto se denomina endomisio.
El tejido conjuntivo muscular se continúa con el
tejido conjuntivo del punto de inserción; esta zona
de unión se denomina región músculo-tendinosa.
Hay que tener en cuenta que la esclera, al ser tejido
conjuntivo denso modelado, se comporta como un
verdadero tendón, fijando la fibra muscular a su estructura. Cuando realizamos cirugía muy mutilante
o traumática la reparación de la zona peri muscular
es a expensas del conjuntivo restante o de los tejidos
conjuntivales peri oculares que al no estar dotados
de las mismas características que los iniciales del
aparato muscular, pueden crear fibrosis o adherencias que modifiquen la fisiología muscular desde un
punto de vista orgánico y también funcional.
– Vasos. La vascularización sanguínea se encuentra representada por una red de capilares de
endotelio continuo muy denso, dispuesta de forma
paralela a las fibras musculares. En general los vasos más gruesos recorren los músculos por los bordes de ellos, en los tercios externos.
Figura 10: A y B: Terminaciones de las fibras en su inserción escleral. C: En dedo de guante a nivel de la propia esclera, en
musculo O.I. (microscopía electrónica).
3.2. Introducción a las bases fisiológicas oculomotoras para el tratamiento quirúrgico del estrabismo
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– Formaciones nerviosas. Son las responsables
de la inervación motora y sensitiva del tejido muscular. La motora depende de los pares oculomotores III, IV y VI, su entrada es muy posterior y en
general lejos de zona de la actuación quirúrgica.
FISIOLOGÍA DE LA MECÁNICA
OCULOMOTORA
Cuando realizamos un registro electromiográfico a los músculos extra-oculares, podemos comprobar que presentan ciertas diferencias con respecto
al resto de la musculatura esquelética: la unidad
motora ocular provoca una descarga de amplitud
más baja, de duración más corta y velocidad más
elevada y, además mantiene un tono constante de
contracción, de forma fisiológica, excepto en las
posiciones extremas de la mirada, reposo o inhibición (3). También nos permite demostrar dos tipos
de movimientos; uno rápido o sacádico y otro lento
o tónico y, demostrar cómo se cumplen perfectamente las leyes de Hering y Sherrington.
La acción de cada músculo en posición primaria
de la mirada está reflejada en el esquema de Márquez (1907) (fig. 11).
Figura 11: Esquema de Márquez (4).
En este esquema las acciones de cada músculo
vienen representadas por una serie de flechas cuya
longitud está relacionada con la importancia del
movimiento producido.
Las paredes mediales de las órbitas, situadas
sagitalmente, pueden considerarse paralelas. Las
paredes laterales, orientadas hacia fuera y adelante,
forman un ángulo de 45° con el plano sagital. Los
ejes de las órbitas se dirigen, de esta manera, hacia
delante y afuera, formando un ángulo de 45° entre
ellos. Cuando los ojos están en posición primaria
de la mirada, los ejes visuales forman un ángulo de
unos 23° con los ejes orbitarios.
Figura 12: Esquema de la musculatura extrínseca ocular.
En el caso de los rectos externo e interno, el plano de acción contiene al eje visual, por lo que su
acción es simple, externo es abductor e interno es
aductor.
En el caso de los rectos verticales su plano de
acción no contiene al eje visual, sino que forma un
ángulo de 23° con el eje visual y de ahí viene determinada su función: elevación-intorsión y aducción
para el recto superior y depresión-extorsión y aducción para el recto inferior.
La línea de acción de los oblicuos forma con el
eje visual un ángulo de 51°. En esta posición, su acción tampoco puede ser pura; en el caso del oblicuo
superior su acción es incicloductora-abductora y
depresora y en el oblicuo inferior: excicloductoraabductora y elevadora.
La fuerza (5) de un músculo extraocular está relacionada con su longitud y con su arco de contacto.
En un retroceso se inserta un músculo recto por
detrás de su inserción original; con esto se lo debilita en teoría mediante dos mecanismos:
1.º El acercamiento de los extremos de un músculo disminuye su tensión de contracción según la
ley de Starling (entre ciertas cantidades, la fuerza
de contracción de un músculo aumenta al separar
sus inserciones y disminuye al aproximarlas). Pero
esto tiene límites, ya que si aproximamos tanto las
inserciones hasta un punto en el que la relajación
muscular este próxima a su máxima capacidad de
contracción, la zona I prácticamente no existe, se
produce prácticamente, siguiendo la ley del todo o
nada, una impotencia funcional completa con contractura y atrofia muscular secundaria.
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Estado actual del tratamiento del estrabismo
Músculo recto superior................. 7,00 mm
Músculo recto inferior.................. 8,00 mm
Músculo oblicuo superior............. 5,00 mm
Músculo oblicuo inferior.............. 16,00 mm
Estos valores del arco de contacto van a variar
con la edad y con los defectos de refracción axial,
debido en ambos casos a la variación del tamaño
del globo y esto también es necesario tenerlo en
cuenta porque va a condicionar que las cantidades (6,7) máximas de retroinserción o resección sean
diferentes según se trate de niños pequeños o grandes hipermétropes (ojos más pequeños con un menor arco de contacto) y adultos o grandes miopes
(ojos grandes con mayor arco de contacto).
Al acortar el brazo de palanca disminuye el momento de torsión, esto sucede cuanto más se gira
el ojo. Si el retroceso es excesivo, la fuerza de torsión es disminuida de forma progresiva, pasando a
ser de retracción. De acuerdo con los trabajos de
Boeder (8), a 15° de aducción, el arco de contacto
del recto medio (6,00 mm) disminuye a la mitad y
desaparece al llegar la rotación aductora a los 30°.
Los trabajos de Cuppers (9) demuestran cómo en
ojos de tamaño normal hasta 30° de aducción en el
Figura 13: Máxima contractura muscular secundaria a
una gran retroinserción.
2.º Disminución del arco de contacto.
Las cantidades máximas de retroinserción que
se pueden hacer sobre un músculo depende también del arco de contacto y, éste se define como:
Distancia que hay desde que el músculo toca tangencialmente la esclera (inserción fisiológica) hasta su
inserción real en ella (inserción anatómica). La inserción fisiológica es distinta según el músculo considerado, en posición primaria de la mirada y va a
variar en las diferentes situaciones y posiciones del
globo ocular en la órbita; se encuentra a 1,80 mm
por delante del ecuador del globo en el recto medio,
a 8,5 mm por detrás del ecuador en el recto lateral
y, aproximadamente, a nivel del ecuador en los rectos verticales. El arco de contacto es variable según
el estado de contracción muscular, es tanto menor
cuánto más contraído se encuentre el músculo, y llega un momento en el que desaparece, que es cuando
inserción fisiológica y anatómica coinciden, en este
momento comienza a disminuir el brazo de palanca
sobre el que actúa la tracción muscular (5).
Arco de contacto de los músculos oculares (Hans
Bredemeyer y Kathleen Bullok-1968):
Músculo recto medio.................... 6,00 mm
Músculo recto lateral.................... 12,00 mm
Figura 14: Esquema del arco de contacto de los rectos horizontales.
3.2. Introducción a las bases fisiológicas oculomotoras para el tratamiento quirúrgico del estrabismo
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RM puede seguir teniendo su capacidad aductora
intacta, impuesta por el mantenimiento de la fuerza
tangencial precisa para seguir teniendo su acción. Es
decir, como señala Perea, la zona en la que el efecto de la acción principal del músculo va haciéndose
más pequeña, comienza cuando el arco de contacto
desparece hasta que la línea de acción muscular es
perpendicular a la pared del globo. Estas zonas están
lejos en general de los límites máximos quirúrgicos
de debilitamiento por lo que parece que la teoría de
Beisner tiene su importancia, ya que tan importante
como el arco de contacto son los cambios en la sarcómera, que se puedan producir por la elongación o
acortamiento muscular descritos anteriormente.
En una resección, si por el contrario, aumentamos mucho la tracción sobre la zona I de la sarcómera, es imposible su acortamiento y por lo tanto
su efectividad motora disminuye por lo que el músculo se comporta como una simple banda de tracción que impide el mecanismo normal de contracción-relajación provocándose a su vez una fibrosis
secundaria.
Rectos verticales
Dosificación quirúrgica
Oblicuo superior
De acuerdo con lo expuesto anteriormente, podemos establecer las cantidades máximas que se pueden
realizar sobre cada músculo en base a los 2 fenómenos:
La intervención de refuerzo que se suele hacer, es
el plegamiento del tendón reflejo por vía temporal,
con cifras máximas de 12 mm y que siempre debe
ser comprobado, antes y después del acto quirúrgico,
para evitar síndromes de Brown iatrogénicos. No se
realizan nunca resecciones debido al carácter friable y
a la extrema delgadez del tendón distal, sumado esto a
la delgadez de la esclera en ese nivel y a la proximidad
de la vena vorticosa, situada a 2 mm de su inserción.
Recto medio
Retroceso: El retroceso mínimo efectivo es de
2,5 mm y el máximo de 5 mm (4 mm para los menores
de 1 año por tener un menor arco de contacto, como
hemos expuesto anteriormente). Un retroceso mayor,
disminuirá su poder rotatorio y a partir de la desaparición del arco de contacto, aumentará el retráctil.
Resección: La resección mínima es de 4 mm para
cualquier edad y la máxima de 9 mm. En las grandes resecciones podemos encontrarnos con hundimiento del globo ocular e incomitancia.
Recto lateral
Retroceso: El retroceso mínimo es de 5 mm y
el máximo de 8 mm (6,5 mm hasta los 6-7 años),
9 mm para los grandes miopes. Estos retrocesos son
mayores que con el recto medio, al estar su inserción proximal por detrás del ecuador.
Resección: La resección mínima es de 4 mm y
la máxima de 10 mm, en casos extremos se podría
llegar hasta 14 mm con los mismos inconvenientes
que para el recto medio.
En este caso, las limitaciones vienen impuestas,
no por el arco de contacto, sino por las adherencias
normales a los párpados y, en el caso del recto superior, además por el límite impuesto por el tendón
del oblicuo superior.
Tanto en el caso del recto superior como del recto inferior, la cirugía mínima efectiva es de 2,5 mm
y la máxima es el retroceso de un músculo 5 mm
con resección de 5 mm de su antagonista. No es
raro que sobrepasando los límites, tengamos como
complicaciones ptosis y retracciones palpebrales.
Oblicuo inferior
Las técnicas de debilitamiento que se utilizan son:
la retroinserción de la inserción escleral desde 4 mm
hasta 8 mm con o sin anteriorización de la misma, el
alargamiento controlado en «Z» con alargamientos
máximos de 10 mm y la miectomía con denervación.
No existe una cirugía eficaz para el fortalecimiento del mismo.
Datos fisiológicos motores binoculares
Todo movimiento oculomotor normal o patológico es binocular. Es importante a la hora de plantearse
o realizar tratamientos quirúrgicos, entender que dichos actos, aunque se realicen en un solo músculo o
en un solo ojo, tienen repercusión sobre la acción en
los músculos sinergistas, y agonistas de ambos ojos.
Las leyes de la inervación motora son fundamentales a la hora de entender cómo se rige (7-10), la
musculatura extra ocular y sobre qué músculos debemos actuar en caso de patología:
• Ley de la inervación recíproca (ley de Sherrington, 1897): Cuando un ojo realiza un movimiento en una determinada dirección, los
agonistas se contraen y los antagonistas se
76
Estado actual del tratamiento del estrabismo
relajan. Dicho de otra forma, siempre que los
centros oculomotores envían una orden destinada a aumentar la contracción de un músculo, mandan otra de igual cuantía, destinada a
relajar el/los músculo/s antagonista/s.
• Ley de la correspondencia motora (ley de Hering, 1879): Los influjos nerviosos enviados a
los músculos oculares para la realización de
un movimiento en una determinada dirección
son simétricos para uno y otro ojo. La cantidad de impulso nervioso enviado a los ojos
para un determinado movimiento, depende de
las necesidades del ojo dominante.
• Rectificación de la ley de Hering (Francis Heed
Adler, 1950): Los elementos musculares sinérgicos reciben una cantidad de impulso nervioso adaptado, permitiendo a los dos ojos tener
la misma rotación. Este hecho fue corroborado por Jampolsky en 1986.
• Ley de la equivalencia motora (Queré, 1983):
La correspondencia motora se produce tanto
fijando con los dos ojos, como tras la oclusión
de uno de ellos. El mismo estímulo inductor
da respuestas motoras equivalentes cualquiera
que sea la modalidad de fijación.
Sin embargo para entender mejor la exploración
de cada músculo o grupo muscular es muy útil a la
hora de plantearse el tratamiento, el esquema del
campo de acción muscular preferente o máximo,
que es la zona de la mirada en la que se detecta la
acción principal de una pareja muscular de cada
ojo. En esta posición, el músculo explorado en cada
ojo está teniendo su acción principal. Son las denominadas posiciones de diagnóstico (11). Con base
también a este esquema, se entiende muy bien la
posibilidad de reforzar o debilitar el músculo antagonista o su músculo yunta en la posición máxima
de actuación de la mirada de cada par muscular.
Aunque en condiciones fisiológicas, sin patología es muy difícil desde el punto de vista sensorial y
oculomotor decidir cuál es el ojo dominante ya que
depende de tipo de movimiento, existe la alternancia
fisiológica, etc.; en patología en general, se establece
una fuerte dominancia monocular. Es decir existe
una fuerte dependencia de la estática y de la dinámica ocular del ojo claramente dominante, asociando
su correspondencia motora a una correspondencia
retiniana anómala. Al realizar terapéutica quirúrgica sobre la musculatura periférica los resultados
fisiopatológicos van a ser distintos si realizamos la
cirugía sobre el ojo dominante o el dominado.
La cirugía sobre el ojo dominante tanto de debilitamiento como de refuerzo, tendrá efecto sobre
Figura 15: Esquema de las posiciones de la mirada para
diagnóstico por pares musculares.
la estática-dinámica ocular y sobre su relación con
la sensorialidad que coordina al elemento motor (12).
Si queremos modificar lo menos posible el estado sensorio-motor y corregir solo la estática ocular,
es aconsejable actuar sobre el ojo no dominante,
así evitaremos efectos colaterales, como tortícolis y
resultados paradójicos. Si queremos variar más el
estado sensorio motor es necesario actuar sobre el
ojo dominante.
Para entender el resto de los capítulos de tratamiento quirúrgico del estrabismo es necesario tener
en cuenta que la actuación sobre un músculo o un
ojo, va a tener repercusiones en otros músculos sinergista o antagonistas del mismo o del otro lado, por
la perfecta coordinación motora que se va a producir
entre ambos ojos, aún en condiciones patológicas.
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