Segregación de la movilidad urbana y social en la calle

Segregación de la movilidad urbana y social en la calle generada por la
construcción de los conjuntos habitacionales cerrados.
Mesa 2. La Calle como lugar de inclusión social y de expresión
Arq. Violeta Alvirde Castañeda 1
Correo electrónico: [email protected]
Dr. Jesús Aguiluz León2
Correo electrónico: [email protected]
Dra. Mercedes Ramírez 3
Correo electrónico: [email protected]
1
Arquitecta por la Universidad Autónoma del Estado de México. Estudiante de la Maestría en
Estudios Sustentables Regionales y Metropolitanos. UAEMéx.
2
Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma del Estado de México. Profesor
investigador de tiempo completo en la Facultad de Arquitectura y Diseño. UAEMéx
3
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Iberoamericana. Profesora
investigadora de tiempo completo en la Facultad de Arquitectura y Diseño. UAEMéx
Resumen
Esta investigación busca verificar el fenómeno de segregación urbana socioespacial derivada a la ruptura de la continuidad de la calle generada por la
construcción de conjuntos habitacionales cerrados. La copia de modelos
extranjeros, la adopción de la teoría neoclásica para el desarrollo de vivienda y el
creciente proceso de la suburbanización ha dado como resultado el fenómeno de
segregación socio- espacial, al ubicar a estos conjuntos en la parte más alejada
del centro de población y sin prever su articulación al tejido urbano. Se propone el
método de la observación semisistemática para obtener las conclusiones de dos
conjuntos urbanos estudiados: “Rancho San Dimas” y “Valle del Nevado”.
Palabras clave
Conjunto habitacional cerrado, espacio público, segregación urbana socioespacial de la calle
Summary
This research seeks to check the phenomenon of urban segregation socio - spatial
derivative to the breaking of the continuity of the street generated by the
construction of housing complexes closed. Copy of foreign models, the adoption of
the neo-classical theory for the development of housing and the growing process of
suburbanisation has resulted in the phenomenon of segregation socio - spatial, to
locate these sets in the farthest part of the center of population and provide for its
articulation into the urban fabric. The semisistematic observation method is
proposed to obtain the conclusions of two urban ensembles studied: "Rancho San
Dimas" and "Valle del Nevado".
Key words
Gated housing, public space, urban segregation socio - spatial street.
Introducción
El urbanismo contemporáneo se ha focalizado en el funcionalismo eficientista,
dotado de un instrumental separador más que integrador, acentuado por la
participación de las administraciones públicas y de los cuerpos profesionales
(desarrolladores) que carecen de visión del desarrollo, la funcionalidad y dinámica
urbana. (Borja, 2000, p. 14). Este problema se hace evidente cuando se analiza a
la construcción de conjuntos urbanos cerrados que segregan la calle en lo urbano
y lo socio- espacial.
La segregación tiene efectos dañinos sobre los grupos más desfavorecidos en
aspectos tan diversos como la salud, el logro educativo, el empleo o la exposición
al crimen (Sánchez, 2012b, p. 99), esto se refiere a que a mayor segregación se
disminuye la habilidad social de cohesión.
El problema se vuelve urbano con la edificación de conjuntos habitacionales
cerrados pues desde las características conceptuales se identifica la construcción
de bardas perimetrales, sistemas de acceso controlado y vigilancia permanente
que genera fragmentación urbana y perdida del tejido urbano al interrumpir la
continuidad de la calle, pues evita el transito libre de los ciudadanos. Ledezma
(2004, p. 75) menciona que los fraccionamientos privados se identifican por ser
masas aisladas que no permiten mantener comunicación ni continuidad con lo que
les rodea, caracterizándose por la incomunicación con su entorno.
Para Segura, R. (2012, p. 124) las relaciones de tránsito son relaciones de
“interacción mínima” constitutivas de la ciudad, componen un ámbito de la vida
urbana relevante para entender la experiencia urbana. Sin embargo, la
interrupción del desarrollo de la calle y del espacio donde se insertan los conjuntos
habitacionales y los condominios horizontales no permiten que la ciudad “fluya” y
den movilidad a los ciudadanos.
De acuerdo a lo anterior, la pregunta que guía esta investigación se encuentra
asociada con el contexto de la continuidad urbana, a su vez en el trabajo que se
expone, hace un planteamiento del problema que se estudiará con el método de la
observación semisistemática, en la que los objetivos del registro se fijan a priori;
precisan planificar el orden y el tiempo, se necesita especificar la conducta o
evento antecedente, el núcleo observado y la conducta o evento posterior, pero no
están categorizadas las conductas a observar Ugr.es, (2015), como instrumento
de análisis de dos conjuntos habitacionales construidos entre los años 2005 y
2009 en el municipio de San Antonio la Isla perteneciente a la Zona Metropolitana
del Valle de Toluca (ZMVT).
En consideración a los aspectos de pertinencia, significación, factibilidad y
viabilidad se establecieron las bases para la definición del problema, expresándolo
a continuación: ¿Cómo afecta a la movilidad y al tejido vial cuando la calle se
segrega provocada por los conjuntos habitacionales cerrados?
Derivado a esto para esta investigación se propuso la siguiente hipótesis de
trabajo: El concepto por el cual se realizan los conjuntos urbanos obedece al
orden económico, que pretende el aprovechamiento del suelo para obtener el
mejor retorno de inversión, dejando en segundo plano la inserción del conjunto
habitacional al tejido vial existente y social a través de la interrupción de las redes
viales y calles que lo rodean evitando la proyección de un diseño urbano que sea
sustentable para los habitantes, la comunidad y el medio ambiente dado que la
movilidad de los ciudadanos de esos conjuntos se carga en una vialidad que
rápidamente se congestiona por los vehículos y la producción de gases
contaminantes .
El objetivo constituye el “que se va a ofrecer” por lo tanto, el objetivo del presente
trabajo de investigación es el siguiente: analizar la segregación urbana que
provoca a la calle la edificación de conjuntos habitacionales cerrados en la (ZMVT)
que actualmente han proliferado como el mejor modelo de desarrollo urbano.
Los conjuntos habitacionales a observar son: “Rancho San Dimas” el cual se
autorizó en 2005 con la construcción de 5,620 viviendas para una población
estimada de 25,290 habitantes. Y el conjunto habitacional “Valle del Nevado” fue
autorizado en el 2009 para 2, 783 viviendas y una estimación de población de 12,
524 habitantes.
Los conjuntos urbanos y los condóminos constituyen, según Rodríguez y Mollá
(2003) islas de urbanización intercaladas en la trama urbana y periurbana pero su
existencia desarticula el territorio periférico y acusa la segregación socio-espacial
y la movilidad urbana.
Esta segregación socio- espacial para Borsdorf, A. (2003, p. 131) hace referencia
a un proceso de concentración selectiva de grupos sociales o demográficos en
algunas partes de la ciudad. El fenómeno de segregación socio- espacial existe
como proceso voluntario (preferencias de hábitat) y un proceso forzado (guetto).
Choren (2015) menciona que la segregación urbana es la combinación de
contrastes sociales y geográficos en los diferentes sectores de población. Para
Sánchez F. (2012) la segregación social urbana puede entenderse como la
disociación espacial de los grupos sociales en una ciudad o un área geográfica de
acuerdo a diferencias étnicas, religiosas, de ingresos, etc.
Por su parte Sánchez (2012, p.60) afirma que la segregación residencial se refiere
a cómo los grupos poblacionales están distribuidos desigualmente en el espacio, y
puede ser entendida como el grado en que diversos grupos se aíslan en áreas
residenciales o barrios.
Según Clichevsky (2000, p. 8) la segregación residencial significa “el
distanciamiento y separación de grupos de población de una comunidad; puede
concretarse en segregación localizada –o socio-espacial– (cuando un sector o
grupo social se halla concentrado en una zona específica de la ciudad,
conformando áreas socialmente homogéneas) o excluyente (ausencia de
integración de grupos sociales en espacios comunes a varios grupos).”
Así entendemos que la segregación socio- espacial urbana y residencial
comparten la misma concepción, por lo que esta investigación se referirá a la
segregación urbana socio- espacial como la separación espacial de diferentes
estratos sociales derivados de sus características económicas y sociales. En esta
investigación se referirá a la segregación urbana socio-espacial siguiendo como
metodología la observación semisistemática de dos conjuntos urbanos que se han
autorizado y edificado en la ZMVT.
Desarrollo
En primer lugar, es necesario comprender el término “conjunto habitacional” para
la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), se entiende por “conjunto habitacional”
toda unidad habitacional, fraccionamiento habitacional o agrupamiento de vivienda
en cualquiera de sus modalidades y regímenes de tenencia, así como la división
de un terreno en manzanas y lotes para vivienda, equipamiento, comercio y
servicios con una o más vías públicas y con obras de urbanización para la
dotación de equipamiento e infraestructura, según lo designado por este Código y
por la autoridad competente. (Conavi, 2010)
También es importante mencionar que el Estado de México, existen dos formas de
ordenamiento habitacional, el Condominio y el Conjunto Urbano. El régimen de
propiedad en condominio se refiere al acto mediante el cual se parte o divide un
predio en áreas privativas y áreas comunes. Su característica particular la define
el Reglamento del Libro Quinto del Código Administrativo del Estado De México,
en el Capitulo III De la Lotificación para Condominios, en su artículo 111, inciso
XII, donde menciona: Los condominios contarán con conexiones únicas a las
redes de infraestructura. La operación y mantenimiento de las vías privadas, obras
de urbanización y equipamiento urbano, así como de los servicios urbanos al
interior de los condominios, correrá a cargo de los propios condóminos, a partir de
que dichas obras y servicios hayan sido entregadas a la asociación de
condóminos, Gobierno del Estado de México, (2002).
Sin embargo, la proliferación de conjuntos habitacionales cerrados se ha debido a
diferentes causas sociales, en la ZMVT como en otras áreas urbanas del país, se
ha continuado con las tendencias impulsadas por la teoría económica neoclásica
que según Espino, M. (2008, p. 35) argumenta que la segregación residencial es
resultado natural de las decisiones de mercado de residentes con gustos
diferentes, pues cada persona escoge su vecindario dependiendo de sus
preferencias y su capacidad adquisitiva, lo cual genera vecindarios con
características, costos y ocupantes similares.
De esta forma para Espino, M. (2008, p. 35) “la construcción del espacio en las
áreas urbanas se convierte en un proceso acumulativo y dependerá del
dinamismo de los procesos sociales, característicos de cada momento histórico,
los cuales se reflejan en la fragmentación y segregación socia debido al resultado
automático del libre mercado: los desarrolladores construyen vecindarios de
distintos niveles económicos y los compradores se distribuyen en el espacio
urbano según sus ingresos.”
De este modo, la intervención de la inversión privada y la imitación de modelos de
desarrollo extranjeros ha dado como resultado la construcción de enormes
conjuntos habitacionales alejados de las grandes ciudades del país. El papel de
las empresas desarrolladoras privadas se ha centrado en el desarrollo de
proyectos completos que abarcan desde la adquisición del suelo, su urbanización,
la construcción de viviendas, la promoción e incluso, los mecanismos de
financiamiento, tiene como contexto el retiro paulatino del Estado como rector de
la economía y la instauración de un sistema predominantemente privatizado y
mercantilizado, como lo explica (Esquivel, 2005) en su ensayo “La Promoción
privada y los grandes conjuntos habitacionales”.
Desde la década de ochentas del siglo pasado la estructura espacial de las
ciudades latinoamericanas ha cambiado, según Monkkonen, P. (2012, p. 129) se
ha caracterizado por tres particularidades: los grupos de ingresos más bajos
ocupan áreas de densidad baja, periféricas y con servicios pobres; los grupos de
ingresos elevados se agrupan en un área de la ciudad, generalmente con un
vértice en el centro histórico, y se mueven hacia el exterior, hacia conjuntos
urbanos cerrados que les permita proteger su estilo de vida.
El surgimiento de los conjuntos habitacionales en todo el mundo tiene diferentes
razones, para Roitman, S. (2003) algunas de ellas son:
El aumento de la inseguridad y la violencia urbana y la incapacidad del Estado
para asegurar ciertos servicios considerados básicos, como es la seguridad
ciudadana; la progresiva desaparición en la ciudad del sentimiento de comunidad;
el aumento de la desigualdad social y el acrecentamiento de la brecha entre
pobres y ricos, sumado al deseo de lograr status y cierta homogeneidad social por
parte de algunos grupos sociales; el deseo de mayor contacto con la naturaleza o
de un "estilo de vida diferente" y el impulso, por parte de los desarrolladores
urbanos, de una nueva "moda" urbana, influenciada por el "American way of life"
La fragmentación de calles y avenidas que se desarrollan en la superficie de la
ciudad es evidente al toparse con los conjuntos habitacionales cerrados, pues
desde el acceso controlado y las bardas perimetrales se aprecia la falta de
continuidad del desarrollo urbano. Un ejemplo claro es el acceso al conjunto
urbano “Rancho San Dimas” el cual consta de una vialidad principal que recorre 4.
3 km de “avenida cerrada” y conecta a ambos conjuntos urbanos. Se observa la
limitada movilidad debido a las distancias entre la vialidad principal: TolucaTenango y la segregación socio- espacial que se genera alrededor de los
conjuntos, al ubicarse en medio de tierras de cultivo, sin poder pasar por alto la
proximidad a cuerpos lacustres.
Figura 1. Ubicación de los conjuntos urbanos “Rancho San Dimas” y “Valle del Nevado”
Fuente: Google earth 2015.
De esta manera, para Roitman (2003) el tejido social y la movilidad urbana se han
visto no sólo dividido, sino que tiende a una cierta polarización. La brecha entre los
ingresos percibidos por los más ricos y los más pobres se acrecienta cada vez
más. Los ricos buscan evitar el contacto con la pobreza y así, frecuentemente, se
recluyen en barrios cerrados)
Así, los grupos más pobres se ubicarán en áreas de densidad baja y con poco
equipamiento urbano, existiendo solo una vialidad principal que conecta al
conjunto urbano con el centro de población. Este modelo de desarrollo
habitacional no es correcto, aunque es la tendencia de la edificación de conjuntos
urbanos de interés social en la ZMVT y en cualquier otra ciudad. Pues como lo
argumenta René Coulomb, citado por SEDATU (2014, p. 7) para muchos de los
productores de espacio habitable, los espacios periféricos significan menores
regulaciones y normatividad, además de una menor oposición de la población
residente a la implantación de nuevos conjuntos habitacionales.
Figura 2. Acceso de “Rancho San Dimas” y “Valle del Nevado”
Fuente. Fotografía propia, 2015.
La opción de las inmobiliarias de localizar a los conjuntos habitacionales cerrados
en las periferias de las zonas urbanas, es un modelo de desarrollo urbano que se
caracteriza por dificultar la movilidad espacial de la población, como lo argumenta
Jacquin (2007), pues se desarrollan en extensas superficies, con ausencia de
suficientes calles y de transporte colectivo interno, y la inhospitalidad general del
espacio concebido según lógicas de estandarización y de racionalización. Además
de que las calles al interior se vuelven ineficientes e insuficientes cuando los
ciudadanos salen del conjunto en “horas pico” para incorporarse a una sola
vialidad.
De esta forma se observa que el espacio público tiene un proceso de apropiación
y privatización, este es uno de los efectos más importantes de los conjuntos
habitacionales cerrados. Para Roitman, S. (2003) no sólo la apropiación de unos
pocos de algo que fuera anteriormente de todos (calles, veredas, plazas),
impidiendo el libre acceso a ellos, sino además, la pérdida de significación social
de los espacios públicos y el desprecio de todo lo que es público en la ciudad
abierta, pues la segregación social es el efecto más importante en el tejido social.
Además, tiene implícito un cierto sentimiento de intolerancia hacia la ciudad
abierta y los problemas sociales que se dan en ella.
Así, el modelo de conjunto habitacional cerrado privatiza el espacio público al
impedir que las calles y lugares de recreación sean usados libremente por la
comunidad, también, los servicios y las regulaciones públicas son reemplazados
por servicios brindados por parte de empresas privadas y por reglamentaciones
privadas que surgen del accionar de las asociaciones de propietarios o residentes
de estos conjuntos habitacionales cerrados.
También se puede notar que al interior del conjunto habitacional hay una
diferencia entre las calles ubicadas en el centro de un grupo de manzanas y
aquellas que dan a las avenidas principales (Jacquin, 2007). La avenida principal,
en la mayor parte de los casos, es el eje principal de diseño y a sus lados se
desarrollan calles locales que forman “cerradas o privadas”, esto parece
corresponder a una disminución de la confianza hacia el entorno inmediato, del
compromiso con el vecindario y, desde luego, del sentido cívico
Figura 3. Privatización del espacio por condominios
Fuente: Fotografía propia, 2015.
.
Es preciso recuperar el derecho a la ciudad y el derecho a habitar, en un terreno
donde todos los habitantes sean considerados ciudadanos. Prieto, M., et. al. (n/d,
p.15) se olvida que el barrio o un área determinada forma parte de un todo, que
también los usuarios que trabajan, consumen o atraviesan tienen interés y
derecho a esta parte de la ciudad. Borja (2000, p. 18).
Conclusiones
El modelo que se ha impulsado hasta ahora no ha tenido los mejores resultados,
pues es evidente la segregación urbana socio- espacial que se genera por la
construcción de conjuntos urbanos resultado de la elección de los predios donde
se edifican, pues se encuentran alejados de los centros de población que para lo
residentes es difícil integrarse a la comunidad existente. Sin embargo el problema
se agudiza cuando debido a circunstancias sociales, tales como con la falta de
seguridad se adoptan ideales de enclaustración, creando pequeñas “privadas”
dentro de los mismos conjuntos habitacionales que al desarticular el tejido de las
calles promueven los congestionamientos y la contaminación por el bajo número
de opciones viales que den fluidez a la movilidad urbana.
Sin embargo el crecimiento de la población es exponencial y según las
estadísticas oficiales en los próximos años la población será 80% urbana que
requerirá de vivienda. Será imprescindible optar por un urbanismo de movilidad
sustentable; que sea cordial con el medio ambiente, factible con la sociedad y
viable económicamente, es la directriz para satisfacer la necesidad de vivienda,
sin embargo estas nuevas tendencias hacia la sustentabilidad no son suficientes
cuando se han tomado como opción o sugerencia, por lo que resulta necesario
gestionar nuevas normas y reglamentaciones que regulen de manera estricta el
cumplimiento de los tres ejes de la sustentabilidad: el social, el económico y el
ambiental.
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