Cazadores-1-pdf

CAZADORES
DE CREENCIAS...
VIDAS PROGRAMADAS
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1
Una producción de
Yattenciy Bonilla
Damián Yorio
1
Motivation & Development
PRODUCTS LLC
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Vidas programadas.
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CAZADORES DE
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RROCREENCIAS…
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Vidas programadas.
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RIBIDA ERE
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CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
CAZADORES DE CREENCIAS…
© Yattenciy Bonilla y Damián Yorio
Editor: Yattenciy Bonilla y Damián Yorio
Corrección de estilo:
M&D Motivation & Development Products LLC.
Diseño y diagramación:
M&D Motivation & Development Products LLC.
TA
N
E
V
ISBN 978-9978-340-46-2
Y
Primera edición
N S
IÓ O
Año 2013
CC AD
Miami, FL, USA
DU ERV
O
S
PR RE
E
R OS
SU CH
Esta es una obra de fiAcción.
Los nombres, personajes, emD lugares,
RE y hechos que aparecen en la
presas, organizaciones,
I
E
IB
misma son producto
H deDla imaginación de los autores o bien
O
se usan en el marco
R de la ficción. Cualquier similitud con personas vivas oPmuertas, empresas u organizaciones o hechos
reales es pura coincidencia.
AL
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CI VEN
OÓN Y S
MCCI ADO
O
Agradecimientos:
RRODUSERV
P
Pazmiño Manzano
P RE & Cia.,
S
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REconsultores.
Abogados
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I DA REC
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IB DE
H
ATPRO
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Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la
cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse de
ninguna forma, ni por ningún medio, sin el permiso por escrito de M&D Motivation & Development Products LLC.
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AALSU ERCHO
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RIBID ER
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VIDAS PROGRAMADAS
“Mayores cosas que
yo haréis vosotros. L
Pedid y creed.” NAA
Juan 14:12CIOVENT
OÓN Y S
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Mpuedes
CC AD
“Si crees que
O
DU ERV
R
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o crees queEP noRESpuedes
R OS
de Ilas
formas
AALSUdos
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E
RIBID ER razón.”
tendrás
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A R Henry Ford
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“Toda fe genera
consecuencias.”
Yattenciy Bonilla
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MCCI ADO
Costa del Mar Mediterráneo
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1985
PERPRODRESER
L U R HOS
A
a brisa fresca
I DA S REera
C acompañada de un
R
I
penetrante
E HIB DEolor a mar. El ruido de
T
las pequeñas
olas que llegaban a la playa
RO
A
P
invadía
M todo el lugar, mientras, ellos cami-
L
naban lenta y apaciblemente.
Él sabía que era la última charla que tendría con su viejo maestro y gran amigo.
—¿Cuál es la fuerza más poderosa que
decide el futuro de la humanidad?
El anciano guardó silencio unos instantes, no
era una pregunta que le hacían todos los días.
8
9
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
En tono reflexivo comenzó diciendo:
— No son las religiones,… ni es la política.
El joven que le había hecho la pregunta
lo miró desconcertado, ambas eran favoritas en su lista de respuestas. El anciano conL se
tinuó reflexionando mientras psu A
vista
NTA
perdía en el mar.
— Bueno,… es la fuerza queIO
haENdominaV millones
C Yde
do al mundo y las vidas de miles
O
N S
Ó
de seres humanos.
M
CI DO
C
A el joven.
— Sigo sin entenderO—,U dijo
D ERV
R
O daS órdenes dentro
— Es la fuerza Pque
PR RE
E
S
L U R yHOestá
de cada ser humano
escondida en lo
Amente.
S C Puede generar conI
profundo de su
RIBIDA ERE para el portador y
secuenciasEinimaginables
T ROH DEs la fuerza que hace que
para suAentorno.
un hombre
M P siga haciendo lo mismo aun
cuando ha decidido cambiar.
El joven frunció el seño, estaba más confundido que al inicio de la conversación: —
¿de qué fuerza hablamos maestro?
— La fuerza de la que hablamos es:
deberás saber qué es, cómo se construye,
en qué lugar de tu mente habita, qué efectos tiene sobre tus decisiones, y por sobre
todo…, qué tipo de creencias deberás tener
para vivir una gran vida.
— Entonces, ¿toda la humanidad cree
en
L
algo?
NTAA creer.
— El cerebro está diseñado Opara
I VENsin creer
Todo es creencia. No puedes C
vivir
Y
querido amigo, al menos noOpor
N ahora.
S
Ó
I
O
— Y ¿cuál es la creenciaMmás
antigua
y más
C
D
ODUCenRVAel hombre?
importante que ha inflRuido
O SE
PEPRsilencio,
El anciano guardó
era el moRE
L
R OS
mento ideal para
enseñarle
uno
de los seA
SU CH
I
A E
cretos más importantes
de la vida.
ID ER
ERHuna
IB Dde
— Tal Tvez
las más antiguas y uniO
Aque
versales,
PR existe hasta el día de hoy, y que
M todo tipo de repercusiones a la huha traído
manidad, es la historia del origen del mal en
la tierra y de su representante, el diablo.
LA CREENCIA.
Si deseas ser el amo de tu vida y de tu destino
10
Ambos sabían que era hora de despedirse, pero el joven deseaba escuchar la
última frase de la boca de su mentor.
“Te sugiero que dediques algunos años
11
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
de tu vida para estudiarla, te prometo que el
tiempo invertido te generará grandes dividendos…”.
día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Génesis 3:6 Y vio la mujer que el árbol
era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
L
alcanzar la sabiduría; y tomó de suAfruNTA
to, y comió; y dio también a suOmarido,
el cual comió así como ella.CI VEN
Y
Génesis 3:7 Entonces fueron
los
OÓabiertos
N S
I
MCC ADOque estaojos de ambos, y conocieron
O
V
ban desnudos; entonces
hojas
RRODUScosieron
ER
P
de higuera, y se hicieron
E delantales”.
EP R
El anciano acarició suavemente la cabeza
L que
del joven y se fue caminando, él sabía
A
NA
jamás volvería a verlo.
IO NT
EL ORIGEN DELCMAL
VE
OÓN Y S
Génesis 3:1 “Pero la serpiente
MCCI ADO era asO
U Ranimales
tuta, más que todos
del
V
Dlos
R
E
O
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P
campo que Jehová Dios
PR REhabía hecho; la
RE OS ¿Conque Dios os
cual dijo a la Lmujer:
SU H
IADcomáis
ha dicho:RNo
A EC de todo árbol del
R
huerto? E HIBI DE
O Y la mujer respondió a la
Génesis
ATPR3:2
M
serpiente:
Del fruto de los árboles del
huerto podemos comer;
Génesis 3:3 pero del fruto del árbol que
está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no
muráis.
Génesis 3:4 Entonces la serpiente dijo a
la mujer: No moriréis;
Génesis 3:5 sino que sabe Dios que el
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L U R HOS
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CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
OÓN Y S
MCCI ADO
Europa, LaOAgencia,
DU ERV
OficinaPRCentral,
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28 de Lfebrero,
2008
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U HO
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na ER
poderosa
tensión emocional
IB DE
H
T
a todos los asistentes del
O
Aenvolvía
PR
pequeño
auditorio.
Se podía escuchar el
M
rechinar de las butacas provocado por el
constante cambio de posición de quienes
estaban sentados, “algo importante va a
suceder”, pensaban. Mientras, algunos se
frotaban las manos en señal de incomodidad por lo que estaba ocurriendo.
En la parte baja del salón, había dos
grandes escritorios ubicados frente a frente,
el del Director General de la Agencia, y el de
los investigadores Sandra Espinoza y Otto
Fruncen.
— ¿Entonces usted afirma que se podía
haber evitado esta tragedia? — inquirió sin
rodeos el Director General que estabaLsentado en la imponente mesa de enfrente.
NTAA Si
La pregunta era comprometedora.
OEN vuelIhabría
contestaba afirmativamente, no
V
C
ta atrás. Ella se vería enfrentada
OÓN Y Sa gente de
I O de la orgamuchísimo poder dentroM
y fuera
CC AD
O
nización.
RRODUSERV
P
Sandra bajó la cabeza,
P REse acomodó en la
S
L
REyOcomenzó
silla por enésima
vez,
a jugar con
U H
A
S
I
C
el lápiz haciéndolo
RIBIDA EREgirar como si fuera un
E
D
trompo. Respiró
profundo
y juntando valor
H
T
O
R
pensó: A
“esPahora
o nunca”.
EnMsilencio, estiró el cuello para acercarse
al micrófono a través del cual todos los presentes iban a escuchar su respuesta.
— Sí, sí señor, si les hubieran avisado a
tiempo a los refuerzos, cuando los pedí, por
supuesto que se hubiera evitado todo lo que
sucedió.
El director no pudo disimular el disgusto
14
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1
L
A
N
OENTA
I
C V
U
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
que le causó la respuesta que había escuchado. Sus ojos claros se abrieron generando
una llamativa expresión de asombro, mientras, echaba su cuerpo hacia atrás hasta apoyarse en el ancho respaldar de su sillón.
L su
“¡Justo ahora!”, él estaba por terminar
A
período al frente de La Agencia,NyAlo que
T
OENcomo
menos deseaba era un escándalo
el
I
V
C
que tenía entre manos.
Y
OÓN años,
S
Por primera vez en cuatro
se enM
CI DO
C
A
contraba en el medio O
de UunaV lucha interna
entre dos bandos producida
PERPRODRESER por la investiS
gación de Otto yLde RSandra.
O
AA SU Ede
I
CH ello, y sabía que su
Él era conciente
RIBID Etendría
R
próxima pregunta
un efecto igual de
E
D
H
T
O
devastador
que
la
respuesta
de su subalterA PR
na, por
M ello pensó en silencio durante unos
eternos segundos… y continuó:
palabras traerán repercusiones—, le dijo en
tono de advertencia y con la clara intención
que las cosas no avanzaran más allá de
donde estaban.
Luego de escuchar atentamente las
recomendaciones del jefe máximo de Lla organización, ella dirigió su mirada hacia
su
NTAA de
inquieto compañero con la intención
O
buscar refugio emocional. CI VEN
Y
Él la miró con un destello de
OÓluz
N Sen sus ojos,
I
O
tratando de decirle, “¡paraM
esto
vinimos!”.
CC AD
O
U
V
En ese instante, su mente
fue
invadida
por
RROD SER
P
las nítidas imágenesEPde Rsu
E pasado recienS
L
R motivaciones
te. También por
las
iniciales
O
A
SU CH
I
que la llevaron
aArealizar
esta investigación
E
ERHIByIDelDERsentido de responsabilihasta el fiTnal,
O con las vidas de las personas
dad queAtenía
PR
Mno estaban.
que ya
— Entonces licenciada, me veo obligado
a pedirle que mencione el nombre de la persona que usted cree que obstaculizó el procedimiento de ese día. Pero antes que hable,
me permito recordarle que está entrando en
un terreno peligroso, y estoy seguro que sus
“Esto de acá, no pasa”, pensó el Director
General más calmado por el silencio de sus
interpelados.
Él había observado detenidamente las luchas y las dudas que invadieron a Sandra y a
Otto en ese momento.
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17
CAZADORES DE CREENCIAS
Entonces, comenzó a cerrar su maletín
en señal que el interrogatorio había terminado. Una sensación de alivio lo recorrió, a
él y a muchos de los asistentes.
“¡Un momento!”.
L
Se escuchó por los parlantes del A
auditoN
rio, “todavía no nos vamos…, señor”.
OENTAcon las
El burócrata se tomó la cabeza
I
CYV
dos manos.
O
N
Ella se paró en actitud
desafi
IÓ OS ante y los
M
C
C AD
murmullos regresaronO
al lugar.
U
V
RROesD elSERresponsable
— Señor director,P¡él
y el
P RE
E
L Urmó
cómplice!… — afi
R OSseñalando hacia un
S CyH delgado dedo índice.
costado con suIAlargo
E
R DA ERpresentes
AlgunosE deIBIlos
comenzaron a
D
H
O
gritar yAaTinsultarse
entre
sí.
R
Otto
M seP paró junto a ella en señal de
apoyo.
La cara del director volvió a desencajarse.
Se había abierto la caja de Pandora, los guardias de seguridad de la Agencia ingresaron…
— ¡Silencio!, ¡señores por favor!, ¡silencio! — gritó el Director General…
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VIDAS PROGRAMADAS
2
L
A
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O
CI VEN
Y
CINCO MESESOANTES
N S
Ó
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MCC ADO
Buenos Aires,OArgentina,
DU ERV
PERPFederal
Capital
RO ES
R
L U R HOS
A
S
odo R
seI Dinició
A EC con una llamada
R
I
E
telefónica
aElas tres de la tarde de un
IB D
H
cálido día
RO primavera.
ATPde
A Mpartir de ese momento, Matilde
T
comenzó a sospechar que algo extraño le
ocurría a su marido.
Ella estaba del otro lado de la puerta entreabierta que daba a la sala, mientras observaba a hurtadillas, cómo su esposo escuchaba atentamente lo que le decían del
otro lado del teléfono.
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CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
La postura erguida de su cuerpo, sentado
en el mullido sillón, le daba a entender que
la información que recibía era extremadamente importante para él.
“Parece de vida o muerte”, pensaba mienL
tras lo espiaba en silencio.
A
Él termino de escuchar y colgó,NenseguiOENTA y en
da abrió la puerta en forma repentina
I
C Y V de Matilese instante las delgadas facciones
O
N S
de reflejaron su preocupación,
él
IÓ Omientras,
M
C
D
C
A
O U Vdisplicente, igpasaba por su lado en forma
norándola.
PERPRODRESER
L U R HOS hacia la cocina,
Ella caminó rápidamente
S
fingiendo queIAtenía
A ECque preparar algo. Su
R
D
ERsabe que lo vi, entonces
estrategia E
era:IBI“ya
D
H
O
vendráA
aThablar”.
PR
Los
M golpes de los artefactos de cocina
contra el mesón retumbaban por toda la
casa, también los de las puertas de la alacena en señal de “ven, quiero que hablemos”.
Todos esos mensajes no dieron resultado.
Pasaron unos extensos minutos de
aislamiento mutuo.
Ella decidió tomar la iniciativa, salió de
la cocina en busca de su marido y caminó
decidida a través del pasillo que daba a las
habitaciones.
Luego de recorrer los dormitorios, lo encontró sentado en el estudio, a media luz y
con las cortinas cerradas.
“¿Quién era?”, le preguntó con voz de
inL
triga y de preocupación.
NTAAescueÉl, solo atinó a contestar en forma
IOVEN conta: “creo que ya es el tiempo”, C
mientras
tinuaba con la mirada perdida
OÓNenY Sel espacio.
MCCI AarDOde la desaSu instinto le hizo desconfi
O
gradable contestación.
RRODUSERV
P
— ¿Eso es todo? EP RE
L U R HOS
— Sí.
A
S C
I DApunzante
Entonces Run
dolor en el esRE
I
E
IB DE por la situación le indicó
tómago provocado
H
ATPROde su angustia se había extralique el nivel
M “debo tomar mi medicina”.
mitado,
En ese instante, los rumores sobre el pasado de su marido — el supremo Lewis
Flinn — vinieron a su memoria. “Es veinte
años mayor, y está loco, ¡no puede salir nada
bueno de eso!”, fueron las últimas palabras
de su madre antes de morir.
Por eso, aunque se casó enamorada,
20
21
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
siempre quiso saber lo que había sucedido
antes que se conocieran.
En ese momento y por primera vez en sus
años de matrimonio, ella había comenzado
a desconfiar de él.
3
L
A
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OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
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PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
22
L
A
NTA
O
CI VEN
esde el cómodo sillón
OÓNdeY S su oficina
I disfrutar
O
en el piso 52, él M
podía
de
CC AD
O
U
V
toda la vista del centro
de
la
ciudad.
RROD SER
Esto era posible P
gracias
E al inmenso venSR
L U REHPque
tanal de vidrio A
oscuro
O estaba frente a él.
S C
I DA los
En la costanera,
E ultramodernos rascacieR
I
ER
E
IB Eran
D
los despuntaban.
construidos por las más
H
T
O
A PR empresas constructoras, algunas
importantes
de suM
propiedad, mientras que el azul intenso
del Océano Pacífico asomaba por detrás.
“¡Que belleza!”, pensó extasiado.
Enseguida, su pensamiento se interrumpió por la aguda voz de un niño, “¡papi
papi!”, giró la cabeza y vio a su pequeño hijo
corriendo hacia él con sus bracitos extendidos y sonriendo generosamente.
D
23
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
“Cómo si viniera a los brazos de Superman”, pensó conmovido.
El pesado hombre se arrodilló con esfuerzo y se preparó a recibir el mejor regalo
del día, el abrazo de su hijo.
L
“Hola mi amor”, nuevamente suAéxtasis
N
era interrumpido, esta vez por una
OENTA dulce
voz femenina.
I
V
Una mujer morena, altaOyC de
Y delicadas
N S
Ó
curvas envuelta en un fino
vestido
de vivos
M
CI DO
C
A
O U RV
colores, atrajo su atención.
E
Él miró hacia arriba,
afortunado
PERPRODRES“que
S
soy”, pensó, “a miL edad
ella”.
R Ocon
SU CH
Su inocenteIA
pensamiento
duró hasta que
R
DA ERE
I
recordó losE rigurosos
términos de su conIB D
H
T
O
trato prenupcial.
A PR
Ella
la lujosa oficina caminanM cruzó
do lentamente y contorneado su esbelta
figura.
Él permaneció de rodillas abrazado al
pequeño, sabía que la visita no era casual: ”espera afuera, que debo hablar con tu
madre”...le dijo susurrándole al oído. Entonces, comenzó a levantarse con dificultad
utilizando el costado de su escritorio como
un instrumento de apoyo mientras el niño
salía corriendo hacia afuera.
Ambos se pararon frente a frente, ella le
superaba en unos veinte centímetros más
de estatura, sus miradas se cruzaron, como
intentando leer sus pensamientos: “voy
de
L
compras”, “bien nos vemos por la tarde”.
NTAcaminó
La bella y manipuladora mujer
OEN Asu imunos pasos hacia él hasta casiCItocar
V
Y
pecable terno de tres piezasOacercando
lenN S
Ó
I
Ola piel de su
tamente su rostro al de él.MToda
CC AD
O
U
V
cuerpo comenzó a erizarse
mientras
cerraRROD SER
P
ba los ojos y ella le Edaba
P RE un suave y dulce
S
L
R Odespertó
beso en la mejilla.
Él
y comenzó
U H
A
S
I
C
A por
a deslizar la Rmano
E su morena y perfecID R
IB DE
ta espaldaTE
descubierta
hasta que ella sonrió
H
O
A Ry se alejó lo suficiente como para
sutilmente
M laPintensidad del momento.
detener
Entonces ella lo miró y deslizó una sonrisa imperceptible, ya tenía lo que había venido a buscar, su aprobación para una tarde de
lujosas compras en los lugares más caros de
la ciudad. Enseguida se dio vuelta sin permitirle reaccionar y se fue caminando con
paso apresurado hacia la salida de la oficina,
24
25
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
cerrando la puerta lenta y suavemente. El
poderoso hombre de negocios se quedó en
éxtasis, parado al lado de su amplio escritorio de caoba, que al final, representaba lo
que más amaba: su negocios.
4
L
A
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
26
L
A
NTA
O
CI VEN
a tensión entre ellos permaneció
toda
OÓN Y S
I
O
MCCextraña
la tarde debido a esa
llamada
AD
O
U
V
telefónica.
R
SE restos del alPERPRODRElos
Por la noche cenaron
R OS
muerzo, fue enAelL Ucomedor
diario, ubicado
H
S
I
C
A cocina.
en un rincónRdeIDla
RE
E
IB DE intercambiaron dos o
Mientras
comían,
H
ATPRO
tres palabras.
M estaban acompañados por el notiSolo
ciero estelar.
Parecía que él se quería comer el televisor
con los ojos.
Esa cena se transformó en un interminable ritual nocturno.
Aunque no lo demostraba, Matilde ya tenía
un oscuro presentimiento: “en los próximos
L
27
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
días mi familia estará visitada por la tragedia”.
Luego de terminar, ella se levantó y
comenzó a retirar los platos para lavarlos.
Él se escurrió de la silla, en silencio, haciendo movimientos pausados, como si fuera en
L
cámara lenta.
A
Enseguida se dirigió a la sala yNse
sentó
OENTA donde
a esperar al lado de la mesa ratona
I
estaba ubicado el teléfono. OC Y V
N S
Su desconcertada esposa
lo
de leIÓ miraba
O
M
C
D
C
A
jos: “tal vez espera otraOmisteriosa
llamada”.
U RV
SE
Dos horas después,
a dormir a
PERPRseODREfueron
S
las nueve en punto,
Rcomo
O todas las noches.
AALlos
H y se acomodó en el
SU ojos
I
C
Matilde cerró
RIBID boca
RE
E
lado de su Ecama,
arriba, pero no pudo
D
H
T
O
desprenderse
de
ese
macabro
sentimiento
A PR
que la
Minvadía.
A media noche, los extraños movimientos de Flinn interrumpieron su sueño.
Ella fingió que seguía dormida. Él estaba despierto, sentado en la cama, exaltado
y respiraba jadeando.
“¡No es normal lo que le está sucediendo!”, pero no se atrevió a moverse, ella decidió esperar y ver que pasaba.
El hombre comenzó a repetir en voz baja
unas extrañas frases, como si dieran vueltas
obsesivamente en su cabeza. Movía las manos
sin sentido, como si estuviera gobernado por
un irresistible impulso de escribirlas.
Ella pudo sentir el estado de exaltación
L
que lo gobernaba.
A
NTA con
Entonces, él se levantó de laOcama
Iabrió
N el camovimientos descoordinados,
VE
C
jón de su mesita de luz y extrajo
OÓN Y S un block
I encendió
O
de notas. Para poder ver M
mejor,
su
CC AD
O
U
V
teléfono celular y trató
de
iluminarse
con
la
RROD SER
P
luz de la pantalla. Enseguida,
RE metió la mano
L U REHP OShasta
en el cajón y A
revolvió
encontrar su
S C
I
bolígrafo favorito.
salió apresuraRIBIDA EEntonces,
RE
D
do hacia T
elEcomedor.
Allí
encendió
la luz, se
H
O
AlaPRsilla de la cabecera, acomodó su
sentó en
blockMsobre la mesa y comenzó a escribir:
28
29
Y el ángel tomó el incensario,
y lo llenó del fuego del altar,
y lo arrojó a la tierra;
y hubo truenos, y voces,
y relámpagos, y un terremoto.
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Cuando terminó, arrancó la hoja, la
guardó en el bolsillo de su pijama a rayas, y
regresó al dormitorio caminando en puntitas de pie.
Ella lo observaba desde un rincón ubicaLdaba
do en la esquina del oscuro pasillo que
A
NTA
a las habitaciones.
OEcama
Luego, Flinn se sentó en su
por
I
N
V
C
unos segundos para calmar
nervios.
Y
OÓNsus
S
Respiró profundo y seMacostó
sin
darse
CI DO
C
A
cuenta que Matilde yaOnoU estaba
junto a él.
D ERV
S
Enseguida se durmió
el
resto de
PERPyROdescansó
E
R
L U R HOS
la noche.
Asiguiente,
S
I
A la mañana
ella inició la conA EC
R
D
R
I
E
versación mientras
E HIB D le servía su taza de café
T
con leche:
A PRO
—M
Mi amor, ¿a dónde fuiste anoche?
— A ningún lado, Dios me habló y fui a
escribir al comedor — contestó con un tono
seguro y lleno de orgullo, mientras continuaba leyendo escondido detrás del periódico.
no me incluye”, reflexionaba dominada por
el desánimo y la decepción.
Matilde no entendía lo que pasaba, “unas
horas después del primer llamado, llegaron
las frases divinas”. “Esos llamados no son
de cualquier persona, tienen que ser L
de alguien que tiene una gran influencia
sobre
NTAA
mi marido”.
IOVENseparanLa extraña situación los estaba
C
do cada vez más, era una distancia
OÓN Y S gobernaM CI DO
da por el silencio y la indiferencia.
ODUC RVA
R
PEPRO RESE
L U R HOS
A
I DA S REC
R
I
E
IB DE
H
ATPRO
M
La semana transcurrió sumergida en un
ambiente de tensión entre ambos.
“Si Dios le habló parece que lo que le dijo
30
31
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
N
u estado de meditación
producto
IÓ OS de la lecM
C
C Revelaciones
AD
tura diaria del libroO
deUlas
fue
V
R
D E
S
interrumpido por el agudo
del
teléfono.
PERPROsonido
RE
L
Él giró su sillón
hacia
R OSel interior de la amAA SU EdeCH atender, observó por
plia oficina y Iantes
R
ID R
cuál línea entraba
E
IB DEla llamada.
H
O es la línea especial!”, pensó.
“¡Qué
ATraro
PR
AM
través de esta solo recibía las más importantes, aquellas que ni su secretaria de
absoluta confianza conocía.
“Mejor que sea algo urgente”.
Se tomó unos segundos antes de contestar, entonces estiró lentamente el brazo izquierdo hasta alcanzar el moderno teléfono
ubicado en una mesita de madera situada a
un costado de su escritorio.
— Siiii…
— ¡Jefe!
Enseguida reconoció la voz.
Él había construido un imperio gracias a
cientos de personas de confianza que trabajaban informándole de todo. No eran personas
L
ubicadas en la parte más alta de la pirámide
A
NTAdentro
organizacional, pero conocían todo
O
Icon
N las que
de las empresas e instituciones
VE
C
Y
hacía negocios. Ellas, por unOmódico
precio,
N S
Ó
I
MCC ADO toda la inestaban dispuestas a transferirle
O
V
formación que le fuera
útil
RRODUSyERnecesaria.
P
Él acercó su obesa
hasta el
P humanidad
RE
L
RE OSde cuero, estaba inborde del mullido
sillón
AA SU ECH
teresado porRlaI Iconversación.
D ER
E
IB tienes?
D
— ¿Qué
me
H
T
O
R
A Prumores
— Hay
que en Buenos Aires van
M cosas…
a pasar
tienen al grupo en la mira
desde hace unos meses, pero… todavía no
mandaron a nadie porque no les llegó una
situación concreta desde allá. Pero si alguien habla…
— ¡Está bien! — interrumpió fastidiado
por la noticia, — te entiendo, gracias, yo me
encargo.
32
33
5
O
S
L
A
N
OENTA
I
C V
Y
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Dio por terminada la conversación y
cortó sin despedirse.
“Lo de allá es demasiado grande para que
se me caiga por culpa de una mente débil y
sin convicciones, debo fortalecer más su fe”,
pensó irónicamente.
AL
6
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
34
L
A
NTA
O
CI VEN
Y
n medio de un ambiente
y poco
OÓNtenso
S
I
O
MCelC Adía
comunicativo, llegó
D domingo,
O
U
V
un día muy importante
en
la
familia
del suRROD SER
P
premo Flinn.
P RE
S
L
RE Odominical
Durante la reunión
que habiU H
A
S
I
C
tualmente realizaba
RIBIDA EREen el moderno salón de
E
Dconstruido hace tres años,
estudio que
había
H
T
O
AdarR el sermón, se dirigió a los preluego de
MconP un extraño tono de voz:
sentes
“Amados fieles, ¡Dios me está hablando
por las noches!, me está dando instrucciones, el tiempo del fin está cerca y nosotros fuimos escogidos para una gran misión. En el transcurso de la próxima semana
recibiré nuevas instrucciones y se las daré a
conocer…”.
E
35
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Una intensa carga emocional invadió el
lugar.
Casi todos los asistentes: hombres, mujeres y niños de todas las edades, estallaron
de alegría. Gritaban, lloraban y aplaudían
L resin parar. Estaban felices porque habían
A
N
cibido la gran noticia que esperaban.
OENTAel lugar
Excepto los nuevos, que visitaban
I
C V
por primera vez.
O Y
mental, y últimamente buscaba una experiencia nueva: “necesito un grupo diferente,
independiente, innovador, alegre, tal vez sea
el grupo de Betty”, pensó esa mañana antes
de ir.
Ese grupo era el mismo al que su L
padre
iba esporádicamente desde hacía un
año,
NTAA
buscando un poco de alivio a suOdesesperaI VEN
da situación económica.
C
Y
Ese domingo, al salir de O
la reunión,
Lucy
N S
Ó
I
O en las paregresó a su casa sin reflM
exionar
CC AD
O
U
V
labras que el supremo
Flinn
había
dicho.
RROD SER
P
Las tomó como unasEideas
P RE pintorescas y sin
S
L
R“solo
mayor importancia:
U HO es parte del show”,
A
S
C
pensó sin saber
RI IDloA que
RE le esperaba.
N
IÓ OS
M
C
C grupo,
AD
O
Lucy estaba dentro de
ese
era una
U
V
R
R D SE
joven universitaria PdePROveintitrés
años
que
E
R
E
S
había sido invitada
por
su mejor amiga.
R Betty,
O
AALinsistirle
SU CH
Ella, luego Ide
por
mucho tiemR
D ERE
I
po, la habíaE convencido
que fuera a su gruIB D
H
T
O
po. Lucy
había
aceptado
y ese domingo era
A PR
la primera
M vez que conocía el lugar.
En esa época, ella no tenía en cuenta el
tipo de enseñanzas que ofrecía cada grupo,
tampoco consideraba el efecto que eso causaba en la vida de las personas.
E HIB
T
A PRO
M
DE
Cuando fue niña, sus padres la llevaron
a misa, luego de joven, asistió a grupos de
ovnis, de meditación zen, de yoga, de control
36
37
CAZADORES DE CREENCIAS
7
L
A
N
OENTA
I
C V
VIDAS PROGRAMADAS
exacerbaban sus emociones y sentimientos.
Todo esto lo inducía a alcanzar un elevado
grado de inestabilidad emocional.
Él anhelaba tener las ideas claras para el
domingo que ya estaba muy próximo, “¡qué
les diré mañana!”
L
A
N
os días de la semana
posteriores
al exIÓ OS
M
C
D
C
A
traño anuncio deOFlinn,
transcurrían
DU ERV
O un
S
lentamente. Cada uno
martirio
emoPERPRera
E
R
S
cional y psicológico
O la joven esposa.
AALSU ERpara
H
Ces”,
“Ya no se Iquién
pensaba mientras
R
D ER
I
lloraba encerrada
E HIB D en el baño de su casa.
T
Hasta
que
A PRO llegó el sábado. Esa mañana,
él estaba
M muy nervioso y alterado. Matilde
prefirió realizar sus tareas matutinas en silencio, “así evito problemas”.
Las profundas creencias de Flinn le obligaban a interpretar la realidad en forma distorsionada.
Los periódicos, las noticias nacionales e
internacionales, especialmente el conflicto de
Medio Oriente, unido a sus frases nocturnas,
NTA en
Un extraño proceso se había desatado
O
I VEN de la
él. Los años de construir la C
creencia
batalla del fin de los tiempos
OÓNseY Shabían acI O
tivado con un desenlace M
impredecible.
CC AD
O
Su ensimismado estado
no le
RV
RRODUSEemocional
P
permitía salir a caminar
con
E Matilde por el
EP S R
L laU Rsoleada
parque, a pesarAde
mañana: “debo
O
S CH
I
guardar fuerzas
E esta guerra”, pensaba
RIBIDApara
ER
E
D
obsesionado.
H
ATPRO decidió pasar el resto del día
Entonces
M en su sala de oración.
encerrado
Matilde prefirió salir al centro comercial
y distraerse un poco.
Por la noche, luego de cenar, se fueron a
dormir sin hablarse.
A las tres de la mañana, Flinn se despertó
nuevamente. Abrió los ojos, la oscuridad y el
silencio de la noche inundaban el dormitorio.
38
39
O
L
Y
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Enseguida escuchó el repiquetear de su
teléfono celular. Atendió sin dudar, escuchó
atentamente y colgó.
Pasaron unos minutos y comenzaron los
mismos espasmos y síntomas de exaltación
L
que la vez anterior. Enseguida, unasAespanNTA se
tosas imágenes de muerte y destrucción
Omezcladas
activaron en su mente. Estaban
I
EN
V
C
con los recuerdos de las noticias
semanales.
OÓN Yfrases
S
Él las interpretó como nuevas
o insM
CI DO
C
A
trucciones. Esa noche,Oescribió
sentado en
DU ERV
O
S
su cama, al borde de
estado
de
trance y
PERPun
R E
R
L U R HOS
en plena oscuridad.
S
A los pocosIAsegundos,
completó su tarea
A EC
R
D
R
I
E
y se volvióEa acostar.
IB D
H
T
O
En cuanto
A PR cerró los ojos, una placentera M
sensación de paz mental le invadió por
completo y dejó para la mañana siguiente la
lectura detallada de lo que había escrito.
Al otro día, era domingo de madrugada y
Flinn ya estaba despierto.
Su rostro irradiaba satisfacción, lo primero que le vino a la mente fue: “¿qué me dijo
Dios que escribiera?”, no se acordaba de nada.
Entonces, saltó lleno de energía y decidió buscar su “cuaderno de instrucciones”,
tal como él lo llamaba.
Comenzó buscando debajo de la cama
y luego en el cajón de su querida mesita de
luz. Mientras tanto, intentaba recordar
lo
L
que había escrito pero, contrario a laA
vez anNTA
terior, no pudo.
IOsus
N gafas y
Luego de encontrarlo, tomo
VE
C
comenzó a leer.
OÓN Y S
I O
Su cara se desfiguró. M
Su Cesposa,
que esC AD
O
U
V
taba al lado, observaba
atentamente
lo que
RROD SER
P
él hacía con tanta vehemencia,
entonces le
P RE
L
RE—OS¿qué dice, qué espreguntó intrigada:
AA SU ECH
I
cribiste?
RIBID ER
E
D
Ella no
alcanzaba
a ver, pero entendía
H
T
O
A R lo que significaba su experfectamente
M deP angustia. Entonces unas lágripresión
mas comenzaron a correr por los ojos del
supremo.
Él arrojó el cuaderno sobre la cama y
gritó:
“¡¿Por qué Dios, me pides esto, por qué a
mi…?!” y salió apresuradamente del dormitorio en donde se hallaban.
40
41
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Matilde recogió el cuaderno y leyó lo que
decía:
sentía que algo se había roto entre ellos, que
algo había llegado a su fin.
Después vi otra bestia que subía
de la tierra;
L
y tenía dos cuernos semejantes
A
a los de un cordero, N A
OENT
pero hablaba como dragón.
I
C Y Vde la
Y ejerce toda la autoridad
O
N S
primera bestia en presencia
ella,
IÓ Ode
M
C
D
C
A
y hace queOla Utierra
D ERV
O ella
y los moradores
adoren
PERPRde
ES
R
a la primera
R OS bestia,
AALSUmortal
H
I
cuya herida
fue sanada.
EC
R
D
R
I
E
EAquí
IB Dhay sabiduría.
H
T
O
El
que
A PR tiene entendimiento,
Mcuente el número de la bestia,
pues es número de hombre.
Y su número es seiscientos sesenta y seis.
Ella conocía muy bien el poder de convencimiento de su marido, “faltan unas
horas para la reunión, ¡¿qué les dirá?!”,
L
pensó angustiada.
A
NaTAnecesiLa joven esposa sabía que iba
O
I VEN comentar ayuda y que la situación C
había
Y
zado a transitar por el peorOde
rumbos
N los
S
Ó
I
O del supreposibles… en el extrañoM
mundo
CC AD
O
U
V
mo Lewis Flinn.
R D R
PEPRO RESE
L U R HOS
A
I DA S REC
R
I
E
IB DE
H
ATPRO
M
Cuando terminó de leer, entendió que
esas frases lo llevarían al borde de la locura.
“¡No puede ser que haya recibido este
mensaje!, ¿qué está interpretando?”, pensó
envuelta en una gran angustia, mientras
42
43
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
OÓN Y S
MCCI ADO
O
miles de kilómetros
de Buenos Aires,
DU ERV
O
S
del otro lado
Océano
Atlántico,
PERdel
PR RE
S
un solitario científi
co
se encontraba
R bíblico
O
AALtaller.
SU CH
trabajando enIsu
E
Run
ID antiguo
ER
Estudiaba
manuscrito del siE
IB D
glo VII.AT ROH
P
DeMbaja estatura, pelo enrulado, anteojos,
y unos kilos de más, estaba con todo su cuerpo apoyado sobre el escritorio, mientras
trataba de interpretar correctamente el verdadero sentido de un texto escrito en una
lengua indo europea antigua, proveniente
de las tribus bárbaras germanas.
Su taller se encontraba en el segundo piso de
una antigua casa colonial en las afueras de Roma.
El lugar estaba impregnado por el olor a
cientos de libros añejos apilados en forma
desordenada en su inmensa biblioteca.
“Todas nuestras creencias comienzan
en algún momento de la historia”. Pensaba
obsesionado por entender el origen de
las
L
creencias religiosas modernas.
NTAA rústiDos amplios escritorios de madera
IOde
Nkilos de
ca y maciza sostenían decenas
VE
C
hojas que contenían los ensayos
OÓN YdeS los libros
I O
MCCpublicado,
más exitosos que él había
a su
D
O
relativa corta edad. R DU RVA
O SE
El único vestigioPEde
era una
PR tecnología
RE
L Uteléfono
R OS
antigua P.C. yAun
celular
que alS CH
I
macenaba todas
RIBIDA Elas
RE versiones de las BiE
D
blias católicas
y
protestantes
en los idiomas
H
T
O
griego, A
hebreo,
latín y en los modernos.
PR
M años
Los
de estudio con los Jesuitas le
habían forjado la disciplina y la constancia.
Un cerebro y una memoria privilegiados
lo transformaban en una de las mentes más
lucidas de este tiempo.
Pero cuando caminaba por la calles nadie lo
reconocía. Su legado circulaba en silencio por
las casas de sus millones de lectores, sin saberlo.
44
45
8
L
A
N
OENTA
I
C V
A
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
“¡Increíble!”, dijo asombrado mientras
terminaba de leer una frase del manuscrito.
En ella se confirmaba el origen de la imagen
moderna del diablo, vestido de rojo, con cuernos y un trinche.
CONTINUARÁ...
L
A
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
46
L
A
NTA
O
CI VEN
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
L U R HOS
A
I DA S REC
R
I
E
IB DE
H
ATPRO
M
47
DE CREENCIAS
CazadoresCAZADORES
de creencias,
vidas programadas,
es una novela testimonial, que da a conocer los
poderes subliminales que influyen en nuestras
vidas , haciendo que tomemos decisiones personales a favor de sus intereses.
Aunque es una ficción, representa el estado
mental de millones de personas en el mundo. .
L
A
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
V
DU ERen
Yattenciy Bonilla:RDoctor
ciencias bíblicas
O
S
P
R E
P
y en idiomas antiguos:
hebreo,
arameo,
R
L
RE OS
griego y latín,
y conferencista interH
SUescritor
IAmuy
A ECrespetado. Catedrático en
nacional
R
D
R
E HIBI católicos
DE
seminarios
y protestantes.
T
A PRO
MDamián Yorio: productor, escritor y conferencista, fundador de M&D Motivación y
Desarrollo.com, y Motivation & Development Products. LLC. USA. Ha publicado
numerosas obras literarias multimedia,
impresas y digitales junto a destacados profesionales del comportamiento
comp
humano.
48
Motivation & Development
PRODUCTS LLC