Cazadores-2-pdf

CAZADORES
DE CREENCIAS...
VIDAS PROGRAMADAS
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MCCI ADO
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PERPRODRESER
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2
Una producción de
Yattenciy Bonilla
Damián Yorio
1
Motivation & Development
PRODUCTS LLC
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
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Vidas programadas.
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Vidas programadas.
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3
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
CAZADORES DE CREENCIAS…
© Yattenciy Bonilla y Damián Yorio
Editor: Yattenciy Bonilla y Damián Yorio
Corrección de estilo:
M&D Motivation & Development Products LLC.
Diseño y diagramación:
M&D Motivation & Development Products LLC.
L
A
N
OENTA
I
C V
Primera edición
Año 2013
Miami, FL, USA
OÓN Y S
MCCI ADO
O
RRODUSERV
P
E
P Rnombres,
Esta es una obra de ficción.ELos
personajes, emS
L
R
O
presas, organizaciones,
lugares,
y
hechos
que
aparecen en la
AdeA laSUimaginación
I
CH
misma son producto
de los autores o bien
E
se usan en el marco
fiERcción. Cualquier similitud con perERHIBdeIDlaDempresas
sonas vivas T
o muertas,
u organizaciones o hechos
O
reales es pura
coincidencia.
R
A
P
Excepto
las explicaciones en letra itálica que son extraídas
M
del conocimiento actual científico bíblico vigente en el
área académica.
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la
cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse
de ninguna forma, ni por ningún medio, sin el permiso por escrito de Miami, FL, USA y Yattenciy Bonilla y
Damián Yorio.
4
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AALSU ERCHO
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RIBID ER
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M
VIDAS PROGRAMADAS
“Mayores cosas que
yo haréis vosotros.
Pedid y creed.”
L
Juan 14:12 NA
OENTA
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OÓN Y S
“Si crees que puedes
CI DO
o crees que O
noMUCpuedes
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PEPR formas
de las dos
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S
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tendrás
”
AA SU ERCHrazón.
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Ford
ERHenry
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ATPRO
M “Toda fe genera
consecuencias.”
Yattenciy Bonilla
6
7
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
27
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OENTA
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CI VEN
Y
abían pasado unosOminutos
desde
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que escaparon deM
cina.
AD
ODlaUCCofi
V
“Es lo correcto”, Rpensó
Matilde,
conR
O SE
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venciéndose frente alEPsentimiento
de culpa
E
L U R HOS R por las creencias
que la invadía,Agenerado
S
I DFlinn.
A EC
implantadasRde
R
I
E
IB ventana
DE
Ella cerró
la
con cuidado evitanH
T
O
R
A algún
do hacer
ruido.
MeraPuna de las pocas oficinas que no
Esa
tenía detector de movimiento.
Entonces, decidió descansar un rato,
“tal vez no se enteren”, se dijo esperanzada.
Caminó despacio y con dificultad hasta un
sillón de dos plazas que había en un costado. Se sentó lentamente y se recostó sobre
su lado derecho. Los golpeados huesos de
H
9
CAZADORES DE CREENCIAS
su cara le causaban un dolor insoportable
al intentar apoyarse y dormir: “creo que me
fracturaron”.
En lo más profundo de su interior rezaba:
“tú me cuidas y proteges, te amo, me cuidas
L
y me proteges”.
A
N
Sus oraciones fueron interrumpidas.
OENTA se
La luz del cuarto del arrepentimiento
I
V grande,
C muy
encendió e ingresó un hombre
Y
O
N S
Ó por la puerta.
tan grande que apenas pasaba
M
CI DO
C
A lo que le esODUsabía
Ella lo miró desafiante,
RV
R
E
peraba: ¡cobarde!, ¡maldito
P PRO ES cobarde…!
R
L
RE OS
IADA SURECH
R
E HIBI DE
T
A PRO
M
10
VIDAS PROGRAMADAS
28
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A
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sa noche, durante el O
viaje
N Sde regreso
Ó
I
O
MCC ADtomó
al departamento, Emilio
la iniO
U
V
ciativa de hablar:
PERPRODREyaSERtienes elemen— Otto, ¿qué opinas?,
R OS
tos de juicio —AleLdijo
U Hirónicamente.
S
Itengo
C
— Sí, ya los
R
DA ERE — contestó apesadumI
B
brado. TE HI D
A PRO ¿por qué sus seguidores
— Entonces,
creenMciegamente lo que él dice?
— Porque las personas aún, en este mundo
moderno, siguen dependiendo o necesitando
de líderes religiosos o, pseudoreligiosos como
en este caso.
— Y… lo del diablo, ¿por qué lo creen?
Otto sabía que construir el mito era una
tendencia natural del ser humano.
E
11
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Esto era, unificar una ideología y transformarla en un representante supremo.
Por ello, cuando alguien descubría este
mecanismo comenzaba a trepar velozmente
hacia el poder.
L
— Lo del diablo, son siglos de construir
A
N
esa creencia.
OENTA que
— Pero y antes, no sé, yo vi películas
I
V
C Y justifi
usaban partes de la Biblia O
para
car el
N S
Ó
argumento.
MCCI ADO
O
— Emilio, al estudiar
el AnUseriamente
V
tiguo Testamento, usando
PERPRODRESlaER arqueología, la
S
historia y otras ciencias
compruebas
R Obíblicas,
AALSUmás
H de 20 siglos antes de
I
C
que todo comienza
RIBID EREde Abraham, 2000 años
Cristo. En Ela época
T ROH Dy en la época de los pueblos
antes deAJesucristo
anteriores
M Pa las tribus de Israel, los sumerios
— acadios y cananeos, 3000 a.C., todos ellos
creían en un montón de dioses o de espíritus.
Emilio lo miró con cara de sorprendido
al recibir una explicación tan científica.
Entonces se distendió y se dispuso a escuchar mientras conducía relajadamente
por las alumbradas calles de la capital argentina.
Otto entendió el mensaje y continuó explicando.
— Por ejemplo: los Sedim eran demonios extranjeros relacionados al dios asirio
Sedu del siglo VII antes de Cristo. También
los había de la guerra, de las lluvias, L
de las
enfermedades, del amor, y hasta había
una
NTAA
demonia.
IOVEN
— ¿Femenina?
C
— Sí, que se llamaba Lilit.
OÓN Y S
MCCI—ADOdijo Emilio
— ¡Igualito que ahora!
O
bromeando.
RRODUSERV
P
El académico sonrió
E
P yRcontinuó:
L
RE OS comenzaron a sur— Todos estos
dioses
IADA SURECHdel Guilgamés, que se
gir desde la R
aparición
I E
E
IB antes
D
escribió 25
siglos
de Cristo, 2500 años.
H
T
O
A PRdónde?
— ¿En
—M
En la antigua Mesopotamia. Este cuento o historia recoge la literatura sumerio —
acadia, de lo que actualmente es Iran e Irak.
— ¿Tantos años antes de Cristo? — preguntó Emilio sorprendido por las fechas
que Otto decía.
— Así es, también existían espíritus malos
que atacaban al hombre y buenos que lo
12
13
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
protegían, como por ejemplo: los Sebettu y
los Sedu. En esos tiempos a todo se le daba
una explicación divina o espiritual porque no
podían darle una explicación científica.
Emilio lo escuchaba atentamente. Estaba
Len su
disfrutando de la explicación porque
A
interior, le resultaba liberadora. N A
— ¿Cómo está tu entrepierna?
OÓN Y S —interrumpió.
MCCI ADO
O
— Me arde.
DU ERV
— Bueno falta poco.
señor
PERPROEntonces…”el
ES
R
malo”… ¿acaso no
R OS en el Génesis? —,
AALSUaparece
H
I
preguntó intrigado.
EC
R
D
R
— El Génesis
E HIBI DesE un texto bastante más
T
nuevo de
A loPROque parece, se comenzó a escribir
durante
M los reinados de David y de Salomón
en los años 1000 a 900 antes de Cristo, pero
fue terminado en la época del destierro…
— ¿Qué es eso?
— Cuando el imperio de Babilonia conquistó Jerusalén, deportó gran parte del
pueblo judío. La mayoría era gente de un nivel cultural y económico alto. También había
líderes religiosos. Esto sucedió entre los años
587 a 536 antes de Cristo.
— Y entonces… ¿se puede entender el
Génesis literalmente?, me refiero a lo de
“los siete días de la creación” y todo eso…
— insistió Emilio deseoso de obtener más
respuestas.
Lde la
— El Génesis contiene dos relatos
A
NTA tradicreación provenientes de diferentes
O
I Vpueblos
ciones, que también tenían otros
veEN
C
Y
cinos de los hebreos. Eran muy
similares.
En
OÓN S
I
O
MCCdelADhombre
estos relatos, el mal o el error
se lo
O
U
V
atribuían a un animal
—la
serpiente—
que
RROD SER
P
ya se la comparaba con
demonios de
P ciertos
RE
L
RE OS
la época.
Ano
SU CH
I
A
Otto decidió
contestarle
más sobre el
E
ERHIBID DEyR continuó explayándose
libro del TGénesis,
O
sobre laAexplicación
anterior.
PR
—MEn esa época, era habitual deificar a
los animales: a las cabras como los Se’irim
que habitaban en los desiertos o ruinas. A los
toros como el dios asirio Sedu, que era mitad humano y mitad animal. A las serpientes venenosas o voladoras, Seraf; y hasta los
dragones, como el caso del Leviatan de la literatura babilónica.
14
15
OENT
I
C V
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
Interrumpió su explicación y miró a
Emilio con una leve sonrisa de “no te voy a
contestar lo del Génesis”.
— También relacionaban a los lugares
con espíritus o demonios, como el demonio
L a
del desierto: Azazel, al que se lo comenzó
A
nombrar como el de más alto rangoNen
la jeTA
OEdemonios,
rarquía. Este concepto, el de jefe Ide
N
V VIII anse comenzó a elaborar desdeOelCsiglo
Y
N S
Ó
tes de Cristo.
M
CI DO
C
ODU RVA en el fondo
El viaje le parecía entretenido,
R
deseaba retrasar la llegada
PEPRO RESalE departamento.
Emilio había L
que cuando le
R OS
AAdescubierto
H compañero realizaba
SU su
I
C
hacía una pregunta,
RIBID ERE científicas sobre lo
extensas explicaciones
E
D
H
que estaba
ATPROcontestando. Siempre y cuando
deseara
M contestarle.
Entonces, comenzó a sentir más respeto
por él, porque se dio cuenta que su fama la
tenía bien ganada.
— Y… ¿por qué no lo explican? — retomó la pregunta que había hecho en el departamento.
— Hay varias razones…—. Otto se
tomó unos segundos mientras se rascaba
la cabeza — no lo saben, lo saben pero no lo
creen, lo saben pero no quieren decirlo…
— ¿Pero, por qué no quieren decirlo? —
insistió en la última de las tres alternativas
que Otto le había ofrecido.
El académico sabía muy bien como
funNdeTAA la incionaban los mecanismos del uso
IOVEN de las
formación y del poder en el C
mundo
Y cauteloso
creencias. Por lo que trató O
de Nser
S
Ó
I
O
M
en su respuesta.
C
D
ODnoUC loRVAquieren expli— Los que saben pero
R
SE sola palabra.
PEPpor
RO Euna
car, lo hacen movidos
R
— ¿Cuál? AL U R HOS
S C
Otto hizoRIuna
antes de contesE
DA ERpausa
I
E
IB—,D dijo en forma tajante.
tar…— miedo
H
ATPRO a decirlo?
— ¿Miedo
—MNo. El miedo obnubila las mentes.
Cuando diriges un grupo social, un grupo religioso o una nación, a través del miedo a los
terroristas, a los comunistas, a los capitalistas,
a los rusos, a los extraterrestres, a Satanás,
entonces tienes grupos fáciles de manipular.
Recuerda, “las masas son tontas y manipulables, las personas son las inteligentes”.
16
17
L
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
— ¿Es una frase tuya?
— No recuerdo…
— Pero y si te enfrentaras a Flinn —interrumpió—, ¿con qué argumentos lo combatirías?
L sus
— No lo sé, aún no estoy seguroAde
NA
verdaderas creencias.
— No tiene sentido — contestó con tono
seguro —, saldría más lastimada, solo espero que sobreviva.
La aseveración del científico le puso la
piel de gallina.
— Tarde o temprano sabrán que estuviL esmos y tal vez deduzcan que nos ayudó,
A
NTelA charperemos al domingo a ver qué dice
O
latán de Flinn.
CI VEN
OENT
I
C V
Esta explicación le dio aO
Emilio
Y una idea
N S
Ó
más clara de la situaciónM
que
enfrentaba.
I O
CC algunos
AD
O
Conocer la forma en
que
de esU
V
R
RROD SE
tos líderes manejanPlaPinformación
le
ayudó
RE
L
a entender el inexplicable
comportamienRE OS
AA SU ECHde Flinn.
I
to de los seguidores
También le
R
D ER
I
ayudó a entender
E HIB D el comportamiento siT
milar de
otras
A PRO personas que él amó tiempo
atrás.M
Entonces, guardó unos segundos de silencio:
— ¿Qué hacemos con Matilde…? ¿denunciamos a la policía?
Otto sabía que en ciertos grupos se tiende
a confundir fácilmente los límites religiosos,
legales y éticos, por eso era muy posible que
ella estuviera en serio peligro.
18
OÓN Y S
MCCI ADO que Otto
Fueron las últimas palabras
O
pronunció durante ese
viaje.
DU RV
RRacadémico
O SE
P
Unos minutos después,
P RE Emilio hacía con
S
L
REmaniobras
destreza las últimas
para dejar
U HO
A
S
I
C
A elE automóvil en el parbien estacionado
ID ER
ERHedifi
IB Dcio
queaderoTdel
donde se alojaban.
O
A R
M P
19
CAZADORES DE CREENCIAS
29
O
L
A
N
OENTA
I
C V
Y
N S
ra casi de madrugada,
teléfono
IÓ Oel
M
C
D
C
A
sonó interrumpiendo
RODU RV su actividad
nocturna preferida.P PRO ESE
R
L
Había transcurrido
RE OS una interesante
H
IADA SURECcon
noche de reuniones
Flinn y de ajustes
R
I
E
de “ciertasEclavijas
IB D fuera de lugar”, como él
H
O
llamabaAaTlas
personas
que se salían del plan.
PR
—M
Deja que suene.
— No puedo. Bájate.
Levantó el inalámbrico ubicado en su
mesita de luz minimalista y salió del moderno dormitorio caminando, envuelto en una
fina sabana blanca.
Sabía que era una llamada importante.
“Qué pasa”.
Escuchó atentamente el reporte de los
E
20
VIDAS PROGRAMADAS
sucesos recientes con mirada inexpresiva.
Permanecía concentrado en los nuevos
pasos que daría para cumplir con su tarea.
Nada lo haría reflexionar, y menos retroceder por una emoción similar a la compasión. Había mucha plata de por medio,L y su
parte no era nada despreciable.
NTAA
Terminó de escuchar:
IOVENella está
“¡Cumplan con lo planeado,
C
comprometida!”.
OÓN Y S
O
“Los haremos salir, se M
vanCIa arrepentir
de
C AD
O
U
V
lo que hicieron”.
RROD SER
Cortó y regresó aPla
cama.
E
EP R
L U R HOS
A
I DA S REC
R
I
E
IB DE
H
ATPRO
M
21
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
N S
uego de un prolongado
IÓviaje
O de regreM
C
D
C
A
O U V académicas,
so, lleno de explicaciones
los investigadores llegaron
PERPRODRESalER departamento.
L Ude
Eran las cuatro
R OlaS mañana y sentían
S CH
una mezcla deIA
emociones.
Estaban furiosos
R
DA ERE
I
y exaltadosEa la
IB vez.
D
H
T
O
Entonces
decidieron
hacer otro esfuerzo,
A PR
revisar
M la información del memory flash y
de la cámara que contenía las fotos del archivador de Flinn.
Luego debían esperar que llegara toda la
información adicional proveniente de las
diversas fuentes que tenían a través de La
Agencia.
Pero antes de comenzar, Otto fue discretamente al baño a revisar su dolorosa herida
y Emilio a la cocina a preparar un café bien
fuerte para evitar que el cansancio los venciera, unos minutos después:
— ¿Otto, estás bien? — preguntó en un
acto poco usual en él.
— Sí, me estoy despegando el pantalón.
LasisEl orgullo de Otto le prohibía recibir
A
NTA
tencia en ese sentido.
O
De pronto, Emilio entróCIalVENestrecho
baño y lo vio con lo pantalones
OÓN Y Sabajo, solo
I deOsu herida.
sostenidos por la sangre M
seca
CC AD
O
Unos segundos después,
RV grito retumRRODUSEun
P
bó por todo el departamento.
P RE
L Ubaño
RE OS riéndose a carcajaEmilio salióAdel
H
I elDA Sdesprevenido
das, mientras
académico
EC
R
R
I
E
IB DE
permanecía
agachado
por
el
intenso
del doH
T
O
A PR
lor.
—MPonte este desinfectante, y toma este
calmante, pasado mañana es domingo, si
vamos a la reunión de Flinn, no puedes renguear porque te reconocerán.
Luego de unos minutos, regresó caminando con dificultad.
— ¿Qué te pasa? — preguntó Emilio en
tono irónico.
22
23
30
O
L
L
A
N
OENTA
I
C V
Y
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
— La cinta adhesiva de la gasa me tira los
pelitos de la pierna.
Ambos se sentaron en la pequeña mesa a
tomar café.
La relación entre ellos estaba mejorando
y cierta amistad comenzaba a nacer.AL
31
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
24
L
A
NTA
O
CI VEN
Y
a pequeña cocina del
OÓNdepartamenS
I
O muebles
to, abarrotada de M
vetustos
C
D
A
ODUlaC RVdécada
y electrodomésticosRde
de los
E
O
S
P
R
setenta, propiciaba EelP ambiente
para que
E
L U R HOS R
Emilio y OttoAcomprendieran
que todos
I DA S REesconden
C
los seres humanos
una historia
R
I
E
B
E
I D
en el corazón.
H
ATPRO de la noche solo era interrumEl silencio
pidoM
por el ruido de un viejo reloj de pared
que atrasaba más de diez minutos.
— Otto.
— Qué.
— ¿Por qué son tan importantes las
creencias?
— Porque no podemos vivir sin ellas.
— No te entiendo…
L
25
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
— El ser humano las necesita para tener
una vida con sentido.
— Hay mucha gente que no cree en Dios
— dijo el sagaz investigador.
— Eso es una creencia.
Emilio abrió los ojos sorprendidoAL
por la
NTA
respuesta.
— Existen creencias de tipoIOsocial:
soy
EN
V
C
ateo, son cristiano, soy capitalista,
Y soy sociaOÓNmás
S personal:
lista, etc. Existen otras deM
tipo
CI DO
C
A
soy incapaz, soy el mejor,
U RVpobre, soy…Así
RODsoy
funciona el cerebro. P PRO ESE
E SR
L
— ¡Entonces los
de creenRconstructores
O
AA inmenso
SU CH
cias manejan Iun
poder!—
afirmó
R
D ERE
I
Emilio sorprendido.
E HIB D
T
De repente,
A PRO Otto guardó silencio y decidióM
tomar la iniciativa en la conversación.
Cambió el tema a riesgo que su compañero
se ofendiera.
— ¿Por qué tienes tanto interés en estas
cosas?
Él investigador lo miró mientras soplaba
el café para que se enfriara…— es una larga
historia.
— Tengo tiempo.
Emilio se quedó en silencio, con la mirada perdida en su taza:
— Hace muchos años trabajaba como
técnico en comunicaciones para una agencia de investigaciones del gobierno de mi
país.
L
— ¿Era la nuestra?
A
Nespecial.
— No. Fui enviado a una misión
TA
O
Nhija adoTuve que dejar a mi esposa y C
a Imi
E
V
Y año fuera
lescente, solas. Estuve más O
de Nun
S
IÓ Nuestro
O
M
de casa sin poder contactarlas.
proC
D
A
ODUCpermitía
V
tocolo de trabajo noRnos
hacerlo
R
O SE
Rmisión.
cuando estábamos Pen
Cuando reE
P
R
L Uestaban
RE OS
gresé, ellas ya A
no
y
tenía
una deS CH
I
manda de divorcio
RIBIDA EREen mi contra. Renuncié
E
y las busqué
Hpor Dtodo el país hasta que las
T
O
R
A PEstaban
encontré.
en una secta que…— la
Mle entrecortó.
voz se
— Está bien puedo adivinar el resto —
dijo Otto, pesando que la conversación se
había terminado.
El hombre fuerte y seguro de sí mismo se
desmoronó.
— ¿Qué haces cuando te enteras que tu
esposa e hija murieron intoxicadas, por un
26
27
CAZADORES DE CREENCIAS
veneno que aspiraron en una cabaña solitaria, junto con otras treinta personas?
— ¿Qué hacían allí?
— Estaban tratando de contactar a Dios,
porque un cretino se creía el enviado.
L
— ¿Se salvó alguien?
A
N
— El único cuerpo que no encontraron
OENTA
fue el de él.
I
CYV
— ¿El del cretino?
O
N
— Sí.
IÓ OS
M
C
C AD
O
— Lo lamento mucho,
muchísimo
— dijo
U
RV
el académico visiblemente
por
PERPRODRESEemocionado
S
el relato — ¿ahora
me
O entiendes por qué
AALSUtúERconozca
CH
quiero que la Igente
la información
R
D ER
I
que yo tengo?
E IB D
H
ATPRO
SeMquedaron unos minutos rodeados de
un silencio, profundo y doloroso. Miraban
las flores del mantel y solo se escuchaban los
sorbos de café.
— ¿Crees que sea él?
— No lo sé, veamos que información llega en estos días, comencemos a revisar el
memory.
28
VIDAS PROGRAMADAS
32
L
A
NTA
O
CI VEN
Y
¡¿Qué hacemos jefe?!
el
OÓ—preguntó
N S
I
O
MCenC Auno
gordo escabullido
D de sus esO
U
V
condites ubicado en el
sur
de
la
RROD SER ciudad.
P
— Ya le dije a Flinn
P que
RE escapó del cuarL
RE OScon ellos. Está todo
to del arrepentimiento
Aparezca
SU CH
I
A
arreglado, que
RIBID ERE que rodó por un
E
D
precipicio.
H
T
O
A Racá no hay precipicios, estamos
“¡Idiota
M P Aires es todo plano!”
en Buenos
El gordo pensó mientras escuchaba las
instrucciones a través de una línea clandestina.
El inmenso hombre comenzó a caminar con el cuerpo de la mujer al hombro.
Se hallaba inconciente por los golpes recibidos. Estaba atada de manos y de pies,
—
29
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
además de tener la boca amordazada.
“¿Cómo hago que parezca que rodó por
un precipicio?, pensaba en su cerebro de
asesino, “¡ya sé…!”
33
L
A
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
30
L
A
NTA
O
CI VEN
Y
os investigadores seOdespertaron
al
N S
Ó
I
MCC28ADdeO octubre.
mediodía, era sábado
O
La búsqueda de información
RRODUSERV se extendió
P
hasta el amanecer debido
P RE a la cantidad de
L
RE OS
archivos digitales
encontrados
en el flash
A
SU CH
I
memory, además
RIBIDAdeERElos datos que contenían
E
D
las fotos del
de Flinn.
H
T archivador
L
A PRO
M
“Pasemos
la
tarde en el departamento
y luego llamemos a Lucy para confirmar a
qué hora empieza la reunión de mañana”,
sugirió Emilio.
“Sí jefe”, respondió Otto, que solo deseaba continuar su descanso.
A las siete de la noche, Emilio la llamó y
acordaron el horario: domingo 29 a las diez
31
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
de la mañana en el salón de reuniones del
reverendo Lewis Flinn.
Entonces comenzaron a prepararse.
El académico estaba inquieto porque era
su segunda misión como agente casi secreto.
L
— ¿Entramos los dos? — preguntó.
A
N
— No, no estoy seguro.
OENTA que
El investigador sabía lo importante
I
C Y V afuera.
era que un compañero se Oquedara
S
Esta táctica era usada por
siCIÓlaN Osituación
se
M
D
C
A
ponía peligrosa para elOinfi
y este tuU ltrado
V
viera que ser rescatado.
PERPRODRESER
S
— Nos pueden
que uno se
O
AALSU ERCreconocer,
H
I
quede afuera cuidando.
RIBID yoER entro — dijo Otto, que
— Está Ebien,
D
H
había elaborado
ATPRO un plan para contrarrestar
los argumentos
de Flinn, en el caso que lo
M
llegaran a reconocer. Solo esperaba que sus
nervios no lo traicionaran y se olvidara de
todo.
Él tenía la esperanza de poner en duda el
liderazgo de Flinn y así crear una grieta en
la confianza de sus seguidores.
Luego de acordar las posiciones de cada
uno, Emilio sacó de abajo de su cama una
pesada maleta de plástico azul. La abrió y
extrajo unos cables finos con unas cajitas
llenas de luces. Otto lo miraba sin entender
qué hacía.
— ¿Qué es?
— Voy a tener que protegerte, así que
vas
L
a estar “cableado”, vas a llevar un micrófoNTAA y esno de alta fidelidad, podrás hablarme
IOVENYo voy a
cucharé lo que dicen en la reunión.
C
estar afuera, en el auto.
OÓN Y S
I Osi pregunta
— Y ¿qué le diremos M
a Lucy
CC AD
O
por ti?
RRODUSERV
P
— Que me enfermé,
E necesita saber
P Rno
S dijo a Matilde y de
L
RE Ole
más, después de
lo
que
AesAmejor
SU CH
I
lo que le pasó,
RIBID ERE no hablar demasiaE
D
do.
H
T
O
OttoAsePRquedó pensando sobre ese coM
mentario.
En ese momento, vino a su mente una
duda que angustió su corazón.
— ¿Qué te pasa?
— ¿Qué le estará pasando a Matilde en
este momento?
Emilio levantó las cejas: “quién sabe”.
Ambos se fueron a dormir temprano,
32
33
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
querían madrugar para concentrarse en la
visita que le harían a Flinn.
34
L
A
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
S
AALSU ERCHO
I
RIBID ER
E
D
H
ATPRO
M
34
L
A
NTA
O
CI VEN
Y que entrala mañana siguiente,Oel Nsol
S
Ó
I
O
ba por la ventanaMyCel Dcanto
de los
C A
V
pajarillos en el balcón,RO
losDUdespertaron
amaR
O SE
P
R
blemente.
P RE
L
RE OS escena no podía
Pero, la encantadora
AA SU ECH de Otto al abrir
modificar losRIsentimientos
ID R
E
IB DE de la cara desfigurada de
los ojos. La
imagen
H
T O primero que le vino a la mente.
MatildeAfuePRlo
SeMincorporó sobresaltado por los latidos acelerados de su corazón, “¡algo malo
le pasó!”.
En ese momento escuchó la voz de
Emilio: “¡vamos, ya es hora!”.
La llamada a levantarse le interrumpió
las poderosas emociones que lo controlaban
en ese momento.
A
35
CAZADORES DE CREENCIAS
Aunque hacía poco que se conocían, el
sagaz investigador ya entendía lo que Otto
quería decir cuando amanecía con sus extrañas expresiones:
— ¿Qué te pasa?
Lde él,
— No lo sé — la respuesta favorita
A
cuando no estaba seguro de algo. N A
OENT
— ¿Quieres seguir adelante?
I
C V
— Sí, claro, por supuesto.
O Y
VIDAS PROGRAMADAS
pudieran estar en contacto.
— Bien, terminamos.
tocara despegárselas.
“Aquí estaré para ayudarte”, le dijo maliciosamente.
Luego, guardó el emisor de señal en un
estuche de teléfono celular que le abrochó
en el cinturón.
También, le colocó suavemente un audífono en el oído izquierdo para que ambos
Emilio se fue a su habitación a prepararse.
Otto permanecía concentrado repasando
qué haría si lo identificaban.
L
“Vamos que se hace tarde”.
A
NTA
Ambos salieron del departamento.
O
I VOtto
Al llegar al estacionamiento,
notó
EN
C
Y
que había otro auto, “lo mandé
a
pedir,
era
OÓN S
I
O
preferible, antes que nosM
reconozcan
por el
CC AD
O
U
V
mismo de la otra noche”.
RROD SER
Durante el viaje,Pel
novato
E
P investigador
SR
L
REmicrófono.
hacía pruebas con
el
O
AA SU ECH hola, Emilio, ¿me
I
— Hola, hoooolaaaa,
R ID R
escuchas?TE HIB DE
O
— Sí,AtePRescucho
bien, quédate tranquilo
y dejaMde jugar.
Luego de media hora de viaje.
“Te dejo en la esquina, prefiero que no
nos vean juntos…”
Emilio disminuyó la velocidad y se acercó a la acera, se detuvo detrás de un camión.
Otto se bajó sin hablar y comenzó a caminar por las soleadas veredas rumbo al salón
36
37
N
IÓ OS
M
C
C unos
AD cables con
O
Emilio sacó de su maleta
U
V
R
D E
unas pequeñas ventosas
para adhePERPROdiseñadas
ES
R
rirse al cuerpo y Lcomenzó
R OS a colocarlas en el
Ajusto
SU CH
I
pecho de Otto,
encima de un puñado
R
DA ERE
I
de bellos. E IB D
T ROHcon mala cara porque se imaÉl loAmiró
P
ginóM
el sufrimiento que tendría cuando le
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
de reuniones, que quedaba a dos cuadras de
distancia.
Emilio pensó: “es buena idea que entre
solo”.
Mientras se dirigía al salón, Otto obserLhijos
vaba como las familias: padres, madres,
A
y hasta los ancianos llegaban paraNreunirse
TA
Oexionar
ese día. Entonces, comenzó a refl
soI
N
E
V
C
bre el inmenso poder de las
creencias
que
Y
OÓ“increíble,
N S
actuaban en ese momento:
las
M
CI DO
C
A
personas confunden O
creencia persoDU RV
RRuna
O SE
nal con una verdadPabsoluta”.
P RE
S
Unos metrosLmás
distinguió
RE Oadelante,
AAgrupo
SU CH de personas que se
a Lucy entre Iun
E
Rcaminando.
ID R
aproximaba
Ella se dio cuenta y
E
IB DE
H
T
O
se dirigió
a
su
encuentro.
En ese momento
A PR
preguntó
M por Emilio.
— Tuvo un problema, lo llamaron de la
oficina.
— ¿Hoy domingo?
— Sí, no sé de qué se trata — le contestó
con tono inseguro.
— ¿Entramos juntos? — Lucy sugirió con
un tono imposible de rechazar.
Cruzaron la calle y se unieron al tumulto
de personas que ingresaban lentamente al
elegante salón de reuniones.
Las sillas ya estaban ubicadas y en el medio quedaba un ancho pasillo “debe ser para
que pase Flinn”, pensó el académico.
Se sentaron atrás, en la última fila, donde
L en
ella habitualmente lo hacía. Esperaron
A
NTA para
silencio y observaron los preparativos
O
I VEingresaba
N
la reunión, mientras, la genteCque
elegía los puestos para acomodarse:
OÓN Y S
O
MCCI AOtto
“¡Impresionante!” — pensó
—, “qué
D
O
V
cantidad de personasRqueDUvienen”.
R
38
39
PEPRO RESE
R S
Luego de lasAL
actividades
habituales que
U HO
S
I
C
duraron alrededor
RIBIDA ERdeE una hora, llegó el esE
Ddel sermón.
perado momento
H
T
O
OttoAcomenzó
a sentirse nervioso y a
PR
hacerMtemblar su pierna izquierda.
“¡Tranquilooo!”, le dijo Emilio a través
del audifono.
Los golpecitos de sus pies contra el piso
sonaban en el micrófono.
Todos se pusieron de pie y Otto hizo lo mismo.
Hasta ese momento, Flinn no se había
asomado.
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
De pronto, apareció acompañado por
dos fornidos hombres. Lo asistían uno a
cada lado, como si lo estuvieran ayudando
a caminar. Lo sostenían de los brazos y lo
acercaron hasta el lugar donde daba sus serL
mones.
A
N
Él les agradeció y se quedó de pie,
OENTA mientras ellos se sentaban.
I
C Y V azul y su
Traía puesta su habitualO
túnica
N
rostro estaba extrañamente
demacrado.
IÓ OS
M
C
C AyD permaneció
Entonces, agachó laO
cabeza
U
R D RV
así unos minutos. P PRO ESE
R
L
Todos los asistentes
RE OSestaban expectantes
SU H
por su actitud,IA
luego
A ECde estar unos instantes
R
D
I ER
en esa posición,
el rostro, comenzó
E
IB levantó
D
H
a gemirAyTaROllorar:
P
“Mi
mi amada esposa, se la llevó
M esposa,
Satanás, ¡se la llevóo! Anoche desapareció,
¡me acaban de decir que la encontraron
muerta en un campo de la provincia!”, lloraba con todas sus fuerzas mientras hablaba.
Las exclamaciones de sorpresa de los presentes se transformaron en un murmullo
monótono y sostenido que inundó en todo
el salón.
Otto se enfureció:
— ¡Emilio!, ¿escuchaste eso?
— Sí, sí, no grites, es un desgraciado, no
puedo creer que no sepa lo que le pasó.
Lucy, que estaba al lado de él, permaL a
necía sin hacer ningún gesto con relación
A
NTA
lo que estaba escuchando.
O
Isemblante
N
De pronto, Flinn cambió su
y
VE
C
Y
se le dibujó una sonrisa ficticia
y
maliciosa:
OÓN S
I O
M
“pero Dios me volvió a hablar”.
CC AD
O
La gente estallóR enDU gritos
mientras
RV
O SE
P
R
aplaudían a rabiar, yaEno
por lo que
E
P Rlloraban
S Matilde.
L
Rsobre
él les había contado
O
AA SU Easombrado
I
CH
Otto permanecía
al ver cómo
R
D ER
I
IB D de ánimo de los asiscambiabaTE
el Hestado
O
tentes: A
“elPRtesoro
más grande que un ser
M tiene es su mente, lástima que no
humano
lo sabe y lo deja a merced de cualquiera
para que se lo robe”.
Flinn continuó:
“Así es mis amados,… ¡Dios me habló!,
me dijo que ya es tiempo de hacer nuestro
sacrificio, pero, ‘cómo puede ser mi Dios’, le
respondí, ¿acaso quieres…?
40
41
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
De pronto, en medio de la frase que
pronunciaba, cambió de tema, como si hubiera recibido alguna información:
“¡Dios me está hablando, en este instante!”, dijo mientras se tomaba la cabeza con
L de
ambas manos, simulando una especie
A
trance o comunicación directa conNelAser suOENT
premo:
I
V
CSatanás,
“¡Uno de los esbirros de
está
Y
O
N S
Ó
acá!”, afirmó con una repugnante
sobreacMCCI ADO
O
tuación.
V
RRODUpocos
ER
S
“Estuvieron aquíPhace
días, profaP RE
E
nando este santoLlugar
R OSy le hicieron perder
SU CH
la fe mi amadaIAMatilde”.
RIBIDA ERE a enfurecerse.
La genteEcomenzó
D
H
— Emilio
ATPRO ¿escuchas lo que está pasando?
—MSí, tranquilo, no pierdas la calma,
cualquier cosa que pase, entro y te rescato.
De repente, Flynn salió de su lugar y
caminó rápidamente por el pasillo central
del salón, directo hacia Otto. Su rostro lucía
desencajado, Flinn estaba exaltado por los
gritos de la gente y por los de él. De pronto
se detuvo a unos cuatro metros de distancia:
“¡Dios me dice que este es uno de ellos!”,
exclamó, estirando el brazo y señalando al
académico con el dedo índice.
Los guardias se pusieron de pie y fueron
corriendo hacia el lugar.
42
43
L
A
NTA
O
CI VEN
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
L U R HOS
A
I DA S REC
R
I
E
IB DE
H
ATPRO
M
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
35
36
O
L
A
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OENTA
I
C V
Y
L
A
NTA
O
CI VEN
N S
¿Lo llamó por teléfono
desde el CaIÓ O
M
C
D
C
A
O UelRmercenario
ribe? — preguntó
que
V
SE oficinas situaestaba oculto en una
PERPRdeODRElas
L U R OS del repleto salón de
das en la parte posterior
reuniones. IAA S ECH
RIBID antes
ER
— Sí, recién,
de comenzar el serE
D
H
T
O
món, no
se
qué
le
dijo
pero lo afectó— suA PR
surróMel espía.
—¡Excelente!, entonces ya lo convenció
que fue el diablo. Dejemos que haga nuestro
trabajo. ¡Ah!, que el gordo le lleve el cuerpo cuando termine la reunión, y que ponga
cara de triste.
— Sí jefe.
n cuestión de segundos,
FrunOÓN Y Otto
S
I
O
cen se encontraba
rodeado
por
AD
ODMUCCRVde
Flinn y un Rgrupo
seguidores
PEPRO REdeSE pensar que era
enardecidos, que además
S
la encarnaciónAL
deU Run
O demonio, también
H
S
I Dalgo
A ECque ver con la horrencreían que tenía
R
R
I
B
E
IMatilde.
DE
da muerte
de
H
ATPROtanto, Emilio escuchaba atentaMientras
Mel desarrollo de los acontecimientos y
mente
se preparaba para entrar.
Había ideado varios trucos para salvarlo
de un posible linchamiento o de algo peor.
— ¡Calma Otto!, voy por ti.
Flinn y sus guardaespaldas lo rodearon.
Estaban a escasos metros de él junto al tumulto de personas.
44
45
—
E
CAZADORES DE CREENCIAS
VIDAS PROGRAMADAS
De repente, se escuchó un grito:
— ¡Fraude!, ¡Flinn eres un fraude! — el
grito de Otto logró que todos se callaran
súbitamente, incluyendo a Flinn.
Aprovechando ese momento de poder
L
sobre la situación, se levantó de suAasienN
to y avanzó unos pasos hacia el reverendo
OENTA forquedando en la mitad del semicírculo
I
V
C Ycerrada
mado entre la puerta principal
y la
O
N S
gente que lo rodeaba. M CIÓ O
C con
AD toda su ira:
O
El académico lo enfrentó
U
V
R
E
— Un fraude como
PERPRODtú,
ES no puede oír y
R
L UDios
menos hablar con
R OS— dijo con tono de
desprecio. IAA S ECH
RIBID EseR detuvo como si transToda laEescena
D
H
currieraAT
enROcámara
lenta.
P
Ambos
M debían pensar muy bien cuáles
serían sus siguientes palabras:
— Si Satanás era tan malo — continuó—,
¿por qué estaba en la corte de Dios según el
libro de Job en el capítulo 1?
— ¿Quéee? — se escuchó por todo el recinto.
Mientras, Emilio le gritaba por el audífono:
— ¿Qué haces loco, te van a quemar
vivo?…
— ¡Tomen sus Biblias y lean! — gritó con
autoridad, mientras sacaba su teléfono celular del bolsillo y buscaba en una Biblia electrónica el libro de Job.
Entonces comenzó a leer en voz alta:
AL
46
47
NTA
O
I VEN
“Job 1:6 Un día vinieron aCpresentarse
delante de Jehová los hijos
enOÓdeN YDios,
S
I
O
MCC Satanás.
tre los cuales vino también
AD
O
U
V
Job 1:7 Y dijo Jehová
a
Satanás:
¿De
RROD SER
P
dónde vienes? Respondiendo
Satanás a
E
EP S R
Rrodear
Jehová, dijo:ALDe
la
tierra
y de
O
SU CH
I
A E
andar porRella.
ID R
IB DE dijo a Satanás: ¿No
Job 1:8TEYHJehová
A PRO
has considerado
a mi siervo Job, que no
Motro como él en la tierra, varón perhay
fecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
Cuando finalizó de leer a los gritos, la
gente estaba desconcertada y comenzó a
hacer exclamaciones y a murmurar:
— O Satanás no es tan malo, o Dios perdió
CAZADORES DE CREENCIAS
la razón, ¿por qué recurre a él para aleccionar a un ser humano? — preguntó.
La gente continuaba murmurando y
hablando entre sí, algunos comenzaron a
decir: “es cierto, este habla con razón…”
L esta
— ¡¿Hay alguien que sepa el motivoAde
NTAfuerzas.
paradoja bíblica?! — gritó con todas sus
OEsembranFlinn percibió que Otto estaba
I
N
V
C
do una duda en sus seguidores,
actuar
OÓN yYdebía
S
rápido para mantener el M
poder
la
atención
I O
CC AD
O
de ellos.
U
D ERV
RROinterrumpió
S
— ¡Es del diablo!P —
—. ¡Es
P RE
E
S
el único que tiene
para confundir
R poder
U HO
AALSese
I
C
nuestra fe! —exclamó
perdiendo
la garganta
R
D ERE
I
en el grito.E IB D
H
La inteligente
ATPRO frase pegó en la mente de los
asistentes,
M y todo volvió a estar como antes.
A las masas no les importa lo que les
digan, siempre y cuando les produzca un
fuerte impactoemocional.
Los guardias se abalanzaron sobre Otto,
lo tomaron de los brazos y lo llevaron arrastrando al fondo del salón. Él ya conocía ese
camino que dirigía a las oficinas de atrás.
48
VIDAS PROGRAMADAS
CONTINUARÁ...
L
A
NTA
O
CI VEN
OÓN Y S
MCCI ADO
O
U V
PERPRODRESER
L U R HOS
A
I DA S REC
R
I
E
IB DE
H
ATPRO
M
49
CAZADORES DE CREENCIAS
Cazadores de creencias, vidas programadas,
es una novela testimonial, que da a conocer los
poderes subliminales que influyen en nuestras
vidas , haciendo que tomemos decisiones personales a favor de sus intereses.
Aunque es una ficción, representa el estado
mental de millones de personas en el mundo. .
L
A
N
OENTA
I
C V
OÓN Y S
MCCI ADO
O
DU ERVen ciencias bíblicas
RDoctor
Yattenciy Bonilla:
O
S
P
PR RE
y en idiomas
antiguos:
hebreo, arameo,
E
R OS
griego yIlatín,
y conferencista interAALSUescritor
H
C
nacional
muy
R
D ERE respetado. Catedrático en
I
E HIB católicos
D
seminarios
y protestantes.
T
A PRO
MDamián Yorio: productor, escritor y conferencista, fundador de M&D Motivación y
Desarrollo.com, y Motivation & Development Products. LLC. USA. Ha publicado
numerosas obras literarias multimedia,
impresas y digitales junto a destacados profesionales del comportamiento
comp
humano.
50
Motivation & Development
PRODUCTS LLC