CAZADORES DE CREENCIAS... VIDAS PROGRAMADAS L A NTA O CI VEN OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER L U R HOS A I DA S REC R I E IB DE H ATPRO M 2 Una producción de Yattenciy Bonilla Damián Yorio 1 Motivation & Development PRODUCTS LLC CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS L A N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M L A NTA O CI VEN OÓN Y S MCCI ADO 2 CAZADORES DEOCREENCIAS U V Vidas programadas. PERPRODRESER Yattenciy Bonilla L U R HOySDamián Yorio A I DA S REC R I E IB DE H ATPRO M 1 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS L A N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M 2 L A NTA O CI VEN OÓN Y S MCCI ADO O CAZADORES DE 2 DU ERV RROCREENCIAS S P Vidas programadas. RE L U REHP OySDamián Yattenciy A Bonilla Yorio S C I RIBIDA ERE E D H T O A R M P 3 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS CAZADORES DE CREENCIAS… © Yattenciy Bonilla y Damián Yorio Editor: Yattenciy Bonilla y Damián Yorio Corrección de estilo: M&D Motivation & Development Products LLC. Diseño y diagramación: M&D Motivation & Development Products LLC. L A N OENTA I C V Primera edición Año 2013 Miami, FL, USA OÓN Y S MCCI ADO O RRODUSERV P E P Rnombres, Esta es una obra de ficción.ELos personajes, emS L R O presas, organizaciones, lugares, y hechos que aparecen en la AdeA laSUimaginación I CH misma son producto de los autores o bien E se usan en el marco fiERcción. Cualquier similitud con perERHIBdeIDlaDempresas sonas vivas T o muertas, u organizaciones o hechos O reales es pura coincidencia. R A P Excepto las explicaciones en letra itálica que son extraídas M del conocimiento actual científico bíblico vigente en el área académica. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse de ninguna forma, ni por ningún medio, sin el permiso por escrito de Miami, FL, USA y Yattenciy Bonilla y Damián Yorio. 4 L A NTA O CI VEN OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER L U R HOS A I DA S REC R I E IB DE H ATPRO M 5 CAZADORES DE CREENCIAS L A N OENTA I C V OÓN S I O M CC AD O U V PERPRODRESER Y S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M VIDAS PROGRAMADAS “Mayores cosas que yo haréis vosotros. Pedid y creed.” L Juan 14:12 NA OENTA I C V OÓN Y S “Si crees que puedes CI DO o crees que O noMUCpuedes A D ERV R O S PEPR formas de las dos RE S L O tendrás ” AA SU ERCHrazón. I ID R Ford ERHenry IB DE H ATPRO M “Toda fe genera consecuencias.” Yattenciy Bonilla 6 7 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS 27 L A N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M 8 L A NTA O CI VEN Y abían pasado unosOminutos desde N S Ó I O que escaparon deM cina. AD ODlaUCCofi V “Es lo correcto”, Rpensó Matilde, conR O SE P R venciéndose frente alEPsentimiento de culpa E L U R HOS R por las creencias que la invadía,Agenerado S I DFlinn. A EC implantadasRde R I E IB ventana DE Ella cerró la con cuidado evitanH T O R A algún do hacer ruido. MeraPuna de las pocas oficinas que no Esa tenía detector de movimiento. Entonces, decidió descansar un rato, “tal vez no se enteren”, se dijo esperanzada. Caminó despacio y con dificultad hasta un sillón de dos plazas que había en un costado. Se sentó lentamente y se recostó sobre su lado derecho. Los golpeados huesos de H 9 CAZADORES DE CREENCIAS su cara le causaban un dolor insoportable al intentar apoyarse y dormir: “creo que me fracturaron”. En lo más profundo de su interior rezaba: “tú me cuidas y proteges, te amo, me cuidas L y me proteges”. A N Sus oraciones fueron interrumpidas. OENTA se La luz del cuarto del arrepentimiento I V grande, C muy encendió e ingresó un hombre Y O N S Ó por la puerta. tan grande que apenas pasaba M CI DO C A lo que le esODUsabía Ella lo miró desafiante, RV R E peraba: ¡cobarde!, ¡maldito P PRO ES cobarde…! R L RE OS IADA SURECH R E HIBI DE T A PRO M 10 VIDAS PROGRAMADAS 28 L A NTA O CI VEN Y sa noche, durante el O viaje N Sde regreso Ó I O MCC ADtomó al departamento, Emilio la iniO U V ciativa de hablar: PERPRODREyaSERtienes elemen— Otto, ¿qué opinas?, R OS tos de juicio —AleLdijo U Hirónicamente. S Itengo C — Sí, ya los R DA ERE — contestó apesadumI B brado. TE HI D A PRO ¿por qué sus seguidores — Entonces, creenMciegamente lo que él dice? — Porque las personas aún, en este mundo moderno, siguen dependiendo o necesitando de líderes religiosos o, pseudoreligiosos como en este caso. — Y… lo del diablo, ¿por qué lo creen? Otto sabía que construir el mito era una tendencia natural del ser humano. E 11 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS Esto era, unificar una ideología y transformarla en un representante supremo. Por ello, cuando alguien descubría este mecanismo comenzaba a trepar velozmente hacia el poder. L — Lo del diablo, son siglos de construir A N esa creencia. OENTA que — Pero y antes, no sé, yo vi películas I V C Y justifi usaban partes de la Biblia O para car el N S Ó argumento. MCCI ADO O — Emilio, al estudiar el AnUseriamente V tiguo Testamento, usando PERPRODRESlaER arqueología, la S historia y otras ciencias compruebas R Obíblicas, AALSUmás H de 20 siglos antes de I C que todo comienza RIBID EREde Abraham, 2000 años Cristo. En Ela época T ROH Dy en la época de los pueblos antes deAJesucristo anteriores M Pa las tribus de Israel, los sumerios — acadios y cananeos, 3000 a.C., todos ellos creían en un montón de dioses o de espíritus. Emilio lo miró con cara de sorprendido al recibir una explicación tan científica. Entonces se distendió y se dispuso a escuchar mientras conducía relajadamente por las alumbradas calles de la capital argentina. Otto entendió el mensaje y continuó explicando. — Por ejemplo: los Sedim eran demonios extranjeros relacionados al dios asirio Sedu del siglo VII antes de Cristo. También los había de la guerra, de las lluvias, L de las enfermedades, del amor, y hasta había una NTAA demonia. IOVEN — ¿Femenina? C — Sí, que se llamaba Lilit. OÓN Y S MCCI—ADOdijo Emilio — ¡Igualito que ahora! O bromeando. RRODUSERV P El académico sonrió E P yRcontinuó: L RE OS comenzaron a sur— Todos estos dioses IADA SURECHdel Guilgamés, que se gir desde la R aparición I E E IB antes D escribió 25 siglos de Cristo, 2500 años. H T O A PRdónde? — ¿En —M En la antigua Mesopotamia. Este cuento o historia recoge la literatura sumerio — acadia, de lo que actualmente es Iran e Irak. — ¿Tantos años antes de Cristo? — preguntó Emilio sorprendido por las fechas que Otto decía. — Así es, también existían espíritus malos que atacaban al hombre y buenos que lo 12 13 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS protegían, como por ejemplo: los Sebettu y los Sedu. En esos tiempos a todo se le daba una explicación divina o espiritual porque no podían darle una explicación científica. Emilio lo escuchaba atentamente. Estaba Len su disfrutando de la explicación porque A interior, le resultaba liberadora. N A — ¿Cómo está tu entrepierna? OÓN Y S —interrumpió. MCCI ADO O — Me arde. DU ERV — Bueno falta poco. señor PERPROEntonces…”el ES R malo”… ¿acaso no R OS en el Génesis? —, AALSUaparece H I preguntó intrigado. EC R D R — El Génesis E HIBI DesE un texto bastante más T nuevo de A loPROque parece, se comenzó a escribir durante M los reinados de David y de Salomón en los años 1000 a 900 antes de Cristo, pero fue terminado en la época del destierro… — ¿Qué es eso? — Cuando el imperio de Babilonia conquistó Jerusalén, deportó gran parte del pueblo judío. La mayoría era gente de un nivel cultural y económico alto. También había líderes religiosos. Esto sucedió entre los años 587 a 536 antes de Cristo. — Y entonces… ¿se puede entender el Génesis literalmente?, me refiero a lo de “los siete días de la creación” y todo eso… — insistió Emilio deseoso de obtener más respuestas. Lde la — El Génesis contiene dos relatos A NTA tradicreación provenientes de diferentes O I Vpueblos ciones, que también tenían otros veEN C Y cinos de los hebreos. Eran muy similares. En OÓN S I O MCCdelADhombre estos relatos, el mal o el error se lo O U V atribuían a un animal —la serpiente— que RROD SER P ya se la comparaba con demonios de P ciertos RE L RE OS la época. Ano SU CH I A Otto decidió contestarle más sobre el E ERHIBID DEyR continuó explayándose libro del TGénesis, O sobre laAexplicación anterior. PR —MEn esa época, era habitual deificar a los animales: a las cabras como los Se’irim que habitaban en los desiertos o ruinas. A los toros como el dios asirio Sedu, que era mitad humano y mitad animal. A las serpientes venenosas o voladoras, Seraf; y hasta los dragones, como el caso del Leviatan de la literatura babilónica. 14 15 OENT I C V CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS Interrumpió su explicación y miró a Emilio con una leve sonrisa de “no te voy a contestar lo del Génesis”. — También relacionaban a los lugares con espíritus o demonios, como el demonio L a del desierto: Azazel, al que se lo comenzó A nombrar como el de más alto rangoNen la jeTA OEdemonios, rarquía. Este concepto, el de jefe Ide N V VIII anse comenzó a elaborar desdeOelCsiglo Y N S Ó tes de Cristo. M CI DO C ODU RVA en el fondo El viaje le parecía entretenido, R deseaba retrasar la llegada PEPRO RESalE departamento. Emilio había L que cuando le R OS AAdescubierto H compañero realizaba SU su I C hacía una pregunta, RIBID ERE científicas sobre lo extensas explicaciones E D H que estaba ATPROcontestando. Siempre y cuando deseara M contestarle. Entonces, comenzó a sentir más respeto por él, porque se dio cuenta que su fama la tenía bien ganada. — Y… ¿por qué no lo explican? — retomó la pregunta que había hecho en el departamento. — Hay varias razones…—. Otto se tomó unos segundos mientras se rascaba la cabeza — no lo saben, lo saben pero no lo creen, lo saben pero no quieren decirlo… — ¿Pero, por qué no quieren decirlo? — insistió en la última de las tres alternativas que Otto le había ofrecido. El académico sabía muy bien como funNdeTAA la incionaban los mecanismos del uso IOVEN de las formación y del poder en el C mundo Y cauteloso creencias. Por lo que trató O de Nser S Ó I O M en su respuesta. C D ODnoUC loRVAquieren expli— Los que saben pero R SE sola palabra. PEPpor RO Euna car, lo hacen movidos R — ¿Cuál? AL U R HOS S C Otto hizoRIuna antes de contesE DA ERpausa I E IB—,D dijo en forma tajante. tar…— miedo H ATPRO a decirlo? — ¿Miedo —MNo. El miedo obnubila las mentes. Cuando diriges un grupo social, un grupo religioso o una nación, a través del miedo a los terroristas, a los comunistas, a los capitalistas, a los rusos, a los extraterrestres, a Satanás, entonces tienes grupos fáciles de manipular. Recuerda, “las masas son tontas y manipulables, las personas son las inteligentes”. 16 17 L CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS — ¿Es una frase tuya? — No recuerdo… — Pero y si te enfrentaras a Flinn —interrumpió—, ¿con qué argumentos lo combatirías? L sus — No lo sé, aún no estoy seguroAde NA verdaderas creencias. — No tiene sentido — contestó con tono seguro —, saldría más lastimada, solo espero que sobreviva. La aseveración del científico le puso la piel de gallina. — Tarde o temprano sabrán que estuviL esmos y tal vez deduzcan que nos ayudó, A NTelA charperemos al domingo a ver qué dice O latán de Flinn. CI VEN OENT I C V Esta explicación le dio aO Emilio Y una idea N S Ó más clara de la situaciónM que enfrentaba. I O CC algunos AD O Conocer la forma en que de esU V R RROD SE tos líderes manejanPlaPinformación le ayudó RE L a entender el inexplicable comportamienRE OS AA SU ECHde Flinn. I to de los seguidores También le R D ER I ayudó a entender E HIB D el comportamiento siT milar de otras A PRO personas que él amó tiempo atrás.M Entonces, guardó unos segundos de silencio: — ¿Qué hacemos con Matilde…? ¿denunciamos a la policía? Otto sabía que en ciertos grupos se tiende a confundir fácilmente los límites religiosos, legales y éticos, por eso era muy posible que ella estuviera en serio peligro. 18 OÓN Y S MCCI ADO que Otto Fueron las últimas palabras O pronunció durante ese viaje. DU RV RRacadémico O SE P Unos minutos después, P RE Emilio hacía con S L REmaniobras destreza las últimas para dejar U HO A S I C A elE automóvil en el parbien estacionado ID ER ERHedifi IB Dcio queaderoTdel donde se alojaban. O A R M P 19 CAZADORES DE CREENCIAS 29 O L A N OENTA I C V Y N S ra casi de madrugada, teléfono IÓ Oel M C D C A sonó interrumpiendo RODU RV su actividad nocturna preferida.P PRO ESE R L Había transcurrido RE OS una interesante H IADA SURECcon noche de reuniones Flinn y de ajustes R I E de “ciertasEclavijas IB D fuera de lugar”, como él H O llamabaAaTlas personas que se salían del plan. PR —M Deja que suene. — No puedo. Bájate. Levantó el inalámbrico ubicado en su mesita de luz minimalista y salió del moderno dormitorio caminando, envuelto en una fina sabana blanca. Sabía que era una llamada importante. “Qué pasa”. Escuchó atentamente el reporte de los E 20 VIDAS PROGRAMADAS sucesos recientes con mirada inexpresiva. Permanecía concentrado en los nuevos pasos que daría para cumplir con su tarea. Nada lo haría reflexionar, y menos retroceder por una emoción similar a la compasión. Había mucha plata de por medio,L y su parte no era nada despreciable. NTAA Terminó de escuchar: IOVENella está “¡Cumplan con lo planeado, C comprometida!”. OÓN Y S O “Los haremos salir, se M vanCIa arrepentir de C AD O U V lo que hicieron”. RROD SER Cortó y regresó aPla cama. E EP R L U R HOS A I DA S REC R I E IB DE H ATPRO M 21 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS N S uego de un prolongado IÓviaje O de regreM C D C A O U V académicas, so, lleno de explicaciones los investigadores llegaron PERPRODRESalER departamento. L Ude Eran las cuatro R OlaS mañana y sentían S CH una mezcla deIA emociones. Estaban furiosos R DA ERE I y exaltadosEa la IB vez. D H T O Entonces decidieron hacer otro esfuerzo, A PR revisar M la información del memory flash y de la cámara que contenía las fotos del archivador de Flinn. Luego debían esperar que llegara toda la información adicional proveniente de las diversas fuentes que tenían a través de La Agencia. Pero antes de comenzar, Otto fue discretamente al baño a revisar su dolorosa herida y Emilio a la cocina a preparar un café bien fuerte para evitar que el cansancio los venciera, unos minutos después: — ¿Otto, estás bien? — preguntó en un acto poco usual en él. — Sí, me estoy despegando el pantalón. LasisEl orgullo de Otto le prohibía recibir A NTA tencia en ese sentido. O De pronto, Emilio entróCIalVENestrecho baño y lo vio con lo pantalones OÓN Y Sabajo, solo I deOsu herida. sostenidos por la sangre M seca CC AD O Unos segundos después, RV grito retumRRODUSEun P bó por todo el departamento. P RE L Ubaño RE OS riéndose a carcajaEmilio salióAdel H I elDA Sdesprevenido das, mientras académico EC R R I E IB DE permanecía agachado por el intenso del doH T O A PR lor. —MPonte este desinfectante, y toma este calmante, pasado mañana es domingo, si vamos a la reunión de Flinn, no puedes renguear porque te reconocerán. Luego de unos minutos, regresó caminando con dificultad. — ¿Qué te pasa? — preguntó Emilio en tono irónico. 22 23 30 O L L A N OENTA I C V Y CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS — La cinta adhesiva de la gasa me tira los pelitos de la pierna. Ambos se sentaron en la pequeña mesa a tomar café. La relación entre ellos estaba mejorando y cierta amistad comenzaba a nacer.AL 31 N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M 24 L A NTA O CI VEN Y a pequeña cocina del OÓNdepartamenS I O muebles to, abarrotada de M vetustos C D A ODUlaC RVdécada y electrodomésticosRde de los E O S P R setenta, propiciaba EelP ambiente para que E L U R HOS R Emilio y OttoAcomprendieran que todos I DA S REesconden C los seres humanos una historia R I E B E I D en el corazón. H ATPRO de la noche solo era interrumEl silencio pidoM por el ruido de un viejo reloj de pared que atrasaba más de diez minutos. — Otto. — Qué. — ¿Por qué son tan importantes las creencias? — Porque no podemos vivir sin ellas. — No te entiendo… L 25 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS — El ser humano las necesita para tener una vida con sentido. — Hay mucha gente que no cree en Dios — dijo el sagaz investigador. — Eso es una creencia. Emilio abrió los ojos sorprendidoAL por la NTA respuesta. — Existen creencias de tipoIOsocial: soy EN V C ateo, son cristiano, soy capitalista, Y soy sociaOÓNmás S personal: lista, etc. Existen otras deM tipo CI DO C A soy incapaz, soy el mejor, U RVpobre, soy…Así RODsoy funciona el cerebro. P PRO ESE E SR L — ¡Entonces los de creenRconstructores O AA inmenso SU CH cias manejan Iun poder!— afirmó R D ERE I Emilio sorprendido. E HIB D T De repente, A PRO Otto guardó silencio y decidióM tomar la iniciativa en la conversación. Cambió el tema a riesgo que su compañero se ofendiera. — ¿Por qué tienes tanto interés en estas cosas? Él investigador lo miró mientras soplaba el café para que se enfriara…— es una larga historia. — Tengo tiempo. Emilio se quedó en silencio, con la mirada perdida en su taza: — Hace muchos años trabajaba como técnico en comunicaciones para una agencia de investigaciones del gobierno de mi país. L — ¿Era la nuestra? A Nespecial. — No. Fui enviado a una misión TA O Nhija adoTuve que dejar a mi esposa y C a Imi E V Y año fuera lescente, solas. Estuve más O de Nun S IÓ Nuestro O M de casa sin poder contactarlas. proC D A ODUCpermitía V tocolo de trabajo noRnos hacerlo R O SE Rmisión. cuando estábamos Pen Cuando reE P R L Uestaban RE OS gresé, ellas ya A no y tenía una deS CH I manda de divorcio RIBIDA EREen mi contra. Renuncié E y las busqué Hpor Dtodo el país hasta que las T O R A PEstaban encontré. en una secta que…— la Mle entrecortó. voz se — Está bien puedo adivinar el resto — dijo Otto, pesando que la conversación se había terminado. El hombre fuerte y seguro de sí mismo se desmoronó. — ¿Qué haces cuando te enteras que tu esposa e hija murieron intoxicadas, por un 26 27 CAZADORES DE CREENCIAS veneno que aspiraron en una cabaña solitaria, junto con otras treinta personas? — ¿Qué hacían allí? — Estaban tratando de contactar a Dios, porque un cretino se creía el enviado. L — ¿Se salvó alguien? A N — El único cuerpo que no encontraron OENTA fue el de él. I CYV — ¿El del cretino? O N — Sí. IÓ OS M C C AD O — Lo lamento mucho, muchísimo — dijo U RV el académico visiblemente por PERPRODRESEemocionado S el relato — ¿ahora me O entiendes por qué AALSUtúERconozca CH quiero que la Igente la información R D ER I que yo tengo? E IB D H ATPRO SeMquedaron unos minutos rodeados de un silencio, profundo y doloroso. Miraban las flores del mantel y solo se escuchaban los sorbos de café. — ¿Crees que sea él? — No lo sé, veamos que información llega en estos días, comencemos a revisar el memory. 28 VIDAS PROGRAMADAS 32 L A NTA O CI VEN Y ¡¿Qué hacemos jefe?! el OÓ—preguntó N S I O MCenC Auno gordo escabullido D de sus esO U V condites ubicado en el sur de la RROD SER ciudad. P — Ya le dije a Flinn P que RE escapó del cuarL RE OScon ellos. Está todo to del arrepentimiento Aparezca SU CH I A arreglado, que RIBID ERE que rodó por un E D precipicio. H T O A Racá no hay precipicios, estamos “¡Idiota M P Aires es todo plano!” en Buenos El gordo pensó mientras escuchaba las instrucciones a través de una línea clandestina. El inmenso hombre comenzó a caminar con el cuerpo de la mujer al hombro. Se hallaba inconciente por los golpes recibidos. Estaba atada de manos y de pies, — 29 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS además de tener la boca amordazada. “¿Cómo hago que parezca que rodó por un precipicio?, pensaba en su cerebro de asesino, “¡ya sé…!” 33 L A N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M 30 L A NTA O CI VEN Y os investigadores seOdespertaron al N S Ó I MCC28ADdeO octubre. mediodía, era sábado O La búsqueda de información RRODUSERV se extendió P hasta el amanecer debido P RE a la cantidad de L RE OS archivos digitales encontrados en el flash A SU CH I memory, además RIBIDAdeERElos datos que contenían E D las fotos del de Flinn. H T archivador L A PRO M “Pasemos la tarde en el departamento y luego llamemos a Lucy para confirmar a qué hora empieza la reunión de mañana”, sugirió Emilio. “Sí jefe”, respondió Otto, que solo deseaba continuar su descanso. A las siete de la noche, Emilio la llamó y acordaron el horario: domingo 29 a las diez 31 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS de la mañana en el salón de reuniones del reverendo Lewis Flinn. Entonces comenzaron a prepararse. El académico estaba inquieto porque era su segunda misión como agente casi secreto. L — ¿Entramos los dos? — preguntó. A N — No, no estoy seguro. OENTA que El investigador sabía lo importante I C Y V afuera. era que un compañero se Oquedara S Esta táctica era usada por siCIÓlaN Osituación se M D C A ponía peligrosa para elOinfi y este tuU ltrado V viera que ser rescatado. PERPRODRESER S — Nos pueden que uno se O AALSU ERCreconocer, H I quede afuera cuidando. RIBID yoER entro — dijo Otto, que — Está Ebien, D H había elaborado ATPRO un plan para contrarrestar los argumentos de Flinn, en el caso que lo M llegaran a reconocer. Solo esperaba que sus nervios no lo traicionaran y se olvidara de todo. Él tenía la esperanza de poner en duda el liderazgo de Flinn y así crear una grieta en la confianza de sus seguidores. Luego de acordar las posiciones de cada uno, Emilio sacó de abajo de su cama una pesada maleta de plástico azul. La abrió y extrajo unos cables finos con unas cajitas llenas de luces. Otto lo miraba sin entender qué hacía. — ¿Qué es? — Voy a tener que protegerte, así que vas L a estar “cableado”, vas a llevar un micrófoNTAA y esno de alta fidelidad, podrás hablarme IOVENYo voy a cucharé lo que dicen en la reunión. C estar afuera, en el auto. OÓN Y S I Osi pregunta — Y ¿qué le diremos M a Lucy CC AD O por ti? RRODUSERV P — Que me enfermé, E necesita saber P Rno S dijo a Matilde y de L RE Ole más, después de lo que AesAmejor SU CH I lo que le pasó, RIBID ERE no hablar demasiaE D do. H T O OttoAsePRquedó pensando sobre ese coM mentario. En ese momento, vino a su mente una duda que angustió su corazón. — ¿Qué te pasa? — ¿Qué le estará pasando a Matilde en este momento? Emilio levantó las cejas: “quién sabe”. Ambos se fueron a dormir temprano, 32 33 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS querían madrugar para concentrarse en la visita que le harían a Flinn. 34 L A N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER S AALSU ERCHO I RIBID ER E D H ATPRO M 34 L A NTA O CI VEN Y que entrala mañana siguiente,Oel Nsol S Ó I O ba por la ventanaMyCel Dcanto de los C A V pajarillos en el balcón,RO losDUdespertaron amaR O SE P R blemente. P RE L RE OS escena no podía Pero, la encantadora AA SU ECH de Otto al abrir modificar losRIsentimientos ID R E IB DE de la cara desfigurada de los ojos. La imagen H T O primero que le vino a la mente. MatildeAfuePRlo SeMincorporó sobresaltado por los latidos acelerados de su corazón, “¡algo malo le pasó!”. En ese momento escuchó la voz de Emilio: “¡vamos, ya es hora!”. La llamada a levantarse le interrumpió las poderosas emociones que lo controlaban en ese momento. A 35 CAZADORES DE CREENCIAS Aunque hacía poco que se conocían, el sagaz investigador ya entendía lo que Otto quería decir cuando amanecía con sus extrañas expresiones: — ¿Qué te pasa? Lde él, — No lo sé — la respuesta favorita A cuando no estaba seguro de algo. N A OENT — ¿Quieres seguir adelante? I C V — Sí, claro, por supuesto. O Y VIDAS PROGRAMADAS pudieran estar en contacto. — Bien, terminamos. tocara despegárselas. “Aquí estaré para ayudarte”, le dijo maliciosamente. Luego, guardó el emisor de señal en un estuche de teléfono celular que le abrochó en el cinturón. También, le colocó suavemente un audífono en el oído izquierdo para que ambos Emilio se fue a su habitación a prepararse. Otto permanecía concentrado repasando qué haría si lo identificaban. L “Vamos que se hace tarde”. A NTA Ambos salieron del departamento. O I VOtto Al llegar al estacionamiento, notó EN C Y que había otro auto, “lo mandé a pedir, era OÓN S I O preferible, antes que nosM reconozcan por el CC AD O U V mismo de la otra noche”. RROD SER Durante el viaje,Pel novato E P investigador SR L REmicrófono. hacía pruebas con el O AA SU ECH hola, Emilio, ¿me I — Hola, hoooolaaaa, R ID R escuchas?TE HIB DE O — Sí,AtePRescucho bien, quédate tranquilo y dejaMde jugar. Luego de media hora de viaje. “Te dejo en la esquina, prefiero que no nos vean juntos…” Emilio disminuyó la velocidad y se acercó a la acera, se detuvo detrás de un camión. Otto se bajó sin hablar y comenzó a caminar por las soleadas veredas rumbo al salón 36 37 N IÓ OS M C C unos AD cables con O Emilio sacó de su maleta U V R D E unas pequeñas ventosas para adhePERPROdiseñadas ES R rirse al cuerpo y Lcomenzó R OS a colocarlas en el Ajusto SU CH I pecho de Otto, encima de un puñado R DA ERE I de bellos. E IB D T ROHcon mala cara porque se imaÉl loAmiró P ginóM el sufrimiento que tendría cuando le CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS de reuniones, que quedaba a dos cuadras de distancia. Emilio pensó: “es buena idea que entre solo”. Mientras se dirigía al salón, Otto obserLhijos vaba como las familias: padres, madres, A y hasta los ancianos llegaban paraNreunirse TA Oexionar ese día. Entonces, comenzó a refl soI N E V C bre el inmenso poder de las creencias que Y OÓ“increíble, N S actuaban en ese momento: las M CI DO C A personas confunden O creencia persoDU RV RRuna O SE nal con una verdadPabsoluta”. P RE S Unos metrosLmás distinguió RE Oadelante, AAgrupo SU CH de personas que se a Lucy entre Iun E Rcaminando. ID R aproximaba Ella se dio cuenta y E IB DE H T O se dirigió a su encuentro. En ese momento A PR preguntó M por Emilio. — Tuvo un problema, lo llamaron de la oficina. — ¿Hoy domingo? — Sí, no sé de qué se trata — le contestó con tono inseguro. — ¿Entramos juntos? — Lucy sugirió con un tono imposible de rechazar. Cruzaron la calle y se unieron al tumulto de personas que ingresaban lentamente al elegante salón de reuniones. Las sillas ya estaban ubicadas y en el medio quedaba un ancho pasillo “debe ser para que pase Flinn”, pensó el académico. Se sentaron atrás, en la última fila, donde L en ella habitualmente lo hacía. Esperaron A NTA para silencio y observaron los preparativos O I VEingresaba N la reunión, mientras, la genteCque elegía los puestos para acomodarse: OÓN Y S O MCCI AOtto “¡Impresionante!” — pensó —, “qué D O V cantidad de personasRqueDUvienen”. R 38 39 PEPRO RESE R S Luego de lasAL actividades habituales que U HO S I C duraron alrededor RIBIDA ERdeE una hora, llegó el esE Ddel sermón. perado momento H T O OttoAcomenzó a sentirse nervioso y a PR hacerMtemblar su pierna izquierda. “¡Tranquilooo!”, le dijo Emilio a través del audifono. Los golpecitos de sus pies contra el piso sonaban en el micrófono. Todos se pusieron de pie y Otto hizo lo mismo. Hasta ese momento, Flinn no se había asomado. CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS De pronto, apareció acompañado por dos fornidos hombres. Lo asistían uno a cada lado, como si lo estuvieran ayudando a caminar. Lo sostenían de los brazos y lo acercaron hasta el lugar donde daba sus serL mones. A N Él les agradeció y se quedó de pie, OENTA mientras ellos se sentaban. I C Y V azul y su Traía puesta su habitualO túnica N rostro estaba extrañamente demacrado. IÓ OS M C C AyD permaneció Entonces, agachó laO cabeza U R D RV así unos minutos. P PRO ESE R L Todos los asistentes RE OSestaban expectantes SU H por su actitud,IA luego A ECde estar unos instantes R D I ER en esa posición, el rostro, comenzó E IB levantó D H a gemirAyTaROllorar: P “Mi mi amada esposa, se la llevó M esposa, Satanás, ¡se la llevóo! Anoche desapareció, ¡me acaban de decir que la encontraron muerta en un campo de la provincia!”, lloraba con todas sus fuerzas mientras hablaba. Las exclamaciones de sorpresa de los presentes se transformaron en un murmullo monótono y sostenido que inundó en todo el salón. Otto se enfureció: — ¡Emilio!, ¿escuchaste eso? — Sí, sí, no grites, es un desgraciado, no puedo creer que no sepa lo que le pasó. Lucy, que estaba al lado de él, permaL a necía sin hacer ningún gesto con relación A NTA lo que estaba escuchando. O Isemblante N De pronto, Flinn cambió su y VE C Y se le dibujó una sonrisa ficticia y maliciosa: OÓN S I O M “pero Dios me volvió a hablar”. CC AD O La gente estallóR enDU gritos mientras RV O SE P R aplaudían a rabiar, yaEno por lo que E P Rlloraban S Matilde. L Rsobre él les había contado O AA SU Easombrado I CH Otto permanecía al ver cómo R D ER I IB D de ánimo de los asiscambiabaTE el Hestado O tentes: A “elPRtesoro más grande que un ser M tiene es su mente, lástima que no humano lo sabe y lo deja a merced de cualquiera para que se lo robe”. Flinn continuó: “Así es mis amados,… ¡Dios me habló!, me dijo que ya es tiempo de hacer nuestro sacrificio, pero, ‘cómo puede ser mi Dios’, le respondí, ¿acaso quieres…? 40 41 CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS De pronto, en medio de la frase que pronunciaba, cambió de tema, como si hubiera recibido alguna información: “¡Dios me está hablando, en este instante!”, dijo mientras se tomaba la cabeza con L de ambas manos, simulando una especie A trance o comunicación directa conNelAser suOENT premo: I V CSatanás, “¡Uno de los esbirros de está Y O N S Ó acá!”, afirmó con una repugnante sobreacMCCI ADO O tuación. V RRODUpocos ER S “Estuvieron aquíPhace días, profaP RE E nando este santoLlugar R OSy le hicieron perder SU CH la fe mi amadaIAMatilde”. RIBIDA ERE a enfurecerse. La genteEcomenzó D H — Emilio ATPRO ¿escuchas lo que está pasando? —MSí, tranquilo, no pierdas la calma, cualquier cosa que pase, entro y te rescato. De repente, Flynn salió de su lugar y caminó rápidamente por el pasillo central del salón, directo hacia Otto. Su rostro lucía desencajado, Flinn estaba exaltado por los gritos de la gente y por los de él. De pronto se detuvo a unos cuatro metros de distancia: “¡Dios me dice que este es uno de ellos!”, exclamó, estirando el brazo y señalando al académico con el dedo índice. Los guardias se pusieron de pie y fueron corriendo hacia el lugar. 42 43 L A NTA O CI VEN OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER L U R HOS A I DA S REC R I E IB DE H ATPRO M CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS 35 36 O L A N OENTA I C V Y L A NTA O CI VEN N S ¿Lo llamó por teléfono desde el CaIÓ O M C D C A O UelRmercenario ribe? — preguntó que V SE oficinas situaestaba oculto en una PERPRdeODRElas L U R OS del repleto salón de das en la parte posterior reuniones. IAA S ECH RIBID antes ER — Sí, recién, de comenzar el serE D H T O món, no se qué le dijo pero lo afectó— suA PR surróMel espía. —¡Excelente!, entonces ya lo convenció que fue el diablo. Dejemos que haga nuestro trabajo. ¡Ah!, que el gordo le lleve el cuerpo cuando termine la reunión, y que ponga cara de triste. — Sí jefe. n cuestión de segundos, FrunOÓN Y Otto S I O cen se encontraba rodeado por AD ODMUCCRVde Flinn y un Rgrupo seguidores PEPRO REdeSE pensar que era enardecidos, que además S la encarnaciónAL deU Run O demonio, también H S I Dalgo A ECque ver con la horrencreían que tenía R R I B E IMatilde. DE da muerte de H ATPROtanto, Emilio escuchaba atentaMientras Mel desarrollo de los acontecimientos y mente se preparaba para entrar. Había ideado varios trucos para salvarlo de un posible linchamiento o de algo peor. — ¡Calma Otto!, voy por ti. Flinn y sus guardaespaldas lo rodearon. Estaban a escasos metros de él junto al tumulto de personas. 44 45 — E CAZADORES DE CREENCIAS VIDAS PROGRAMADAS De repente, se escuchó un grito: — ¡Fraude!, ¡Flinn eres un fraude! — el grito de Otto logró que todos se callaran súbitamente, incluyendo a Flinn. Aprovechando ese momento de poder L sobre la situación, se levantó de suAasienN to y avanzó unos pasos hacia el reverendo OENTA forquedando en la mitad del semicírculo I V C Ycerrada mado entre la puerta principal y la O N S gente que lo rodeaba. M CIÓ O C con AD toda su ira: O El académico lo enfrentó U V R E — Un fraude como PERPRODtú, ES no puede oír y R L UDios menos hablar con R OS— dijo con tono de desprecio. IAA S ECH RIBID EseR detuvo como si transToda laEescena D H currieraAT enROcámara lenta. P Ambos M debían pensar muy bien cuáles serían sus siguientes palabras: — Si Satanás era tan malo — continuó—, ¿por qué estaba en la corte de Dios según el libro de Job en el capítulo 1? — ¿Quéee? — se escuchó por todo el recinto. Mientras, Emilio le gritaba por el audífono: — ¿Qué haces loco, te van a quemar vivo?… — ¡Tomen sus Biblias y lean! — gritó con autoridad, mientras sacaba su teléfono celular del bolsillo y buscaba en una Biblia electrónica el libro de Job. Entonces comenzó a leer en voz alta: AL 46 47 NTA O I VEN “Job 1:6 Un día vinieron aCpresentarse delante de Jehová los hijos enOÓdeN YDios, S I O MCC Satanás. tre los cuales vino también AD O U V Job 1:7 Y dijo Jehová a Satanás: ¿De RROD SER P dónde vienes? Respondiendo Satanás a E EP S R Rrodear Jehová, dijo:ALDe la tierra y de O SU CH I A E andar porRella. ID R IB DE dijo a Satanás: ¿No Job 1:8TEYHJehová A PRO has considerado a mi siervo Job, que no Motro como él en la tierra, varón perhay fecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Cuando finalizó de leer a los gritos, la gente estaba desconcertada y comenzó a hacer exclamaciones y a murmurar: — O Satanás no es tan malo, o Dios perdió CAZADORES DE CREENCIAS la razón, ¿por qué recurre a él para aleccionar a un ser humano? — preguntó. La gente continuaba murmurando y hablando entre sí, algunos comenzaron a decir: “es cierto, este habla con razón…” L esta — ¡¿Hay alguien que sepa el motivoAde NTAfuerzas. paradoja bíblica?! — gritó con todas sus OEsembranFlinn percibió que Otto estaba I N V C do una duda en sus seguidores, actuar OÓN yYdebía S rápido para mantener el M poder la atención I O CC AD O de ellos. U D ERV RROinterrumpió S — ¡Es del diablo!P — —. ¡Es P RE E S el único que tiene para confundir R poder U HO AALSese I C nuestra fe! —exclamó perdiendo la garganta R D ERE I en el grito.E IB D H La inteligente ATPRO frase pegó en la mente de los asistentes, M y todo volvió a estar como antes. A las masas no les importa lo que les digan, siempre y cuando les produzca un fuerte impactoemocional. Los guardias se abalanzaron sobre Otto, lo tomaron de los brazos y lo llevaron arrastrando al fondo del salón. Él ya conocía ese camino que dirigía a las oficinas de atrás. 48 VIDAS PROGRAMADAS CONTINUARÁ... L A NTA O CI VEN OÓN Y S MCCI ADO O U V PERPRODRESER L U R HOS A I DA S REC R I E IB DE H ATPRO M 49 CAZADORES DE CREENCIAS Cazadores de creencias, vidas programadas, es una novela testimonial, que da a conocer los poderes subliminales que influyen en nuestras vidas , haciendo que tomemos decisiones personales a favor de sus intereses. Aunque es una ficción, representa el estado mental de millones de personas en el mundo. . L A N OENTA I C V OÓN Y S MCCI ADO O DU ERVen ciencias bíblicas RDoctor Yattenciy Bonilla: O S P PR RE y en idiomas antiguos: hebreo, arameo, E R OS griego yIlatín, y conferencista interAALSUescritor H C nacional muy R D ERE respetado. Catedrático en I E HIB católicos D seminarios y protestantes. T A PRO MDamián Yorio: productor, escritor y conferencista, fundador de M&D Motivación y Desarrollo.com, y Motivation & Development Products. LLC. USA. Ha publicado numerosas obras literarias multimedia, impresas y digitales junto a destacados profesionales del comportamiento comp humano. 50 Motivation & Development PRODUCTS LLC
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