Avances tecnológicos en el tratamiento de

Avances tecnológicos en el tratamiento de
enfermedades respiratorias
Los avances de la ciencia y tecnología han permitido conocer y producir
medicamentos que han mejorado de manera notable la atención de muchas
enfermedades respiratorias.
Anteriormente la gente moría con gran facilidad a causa de estas infecciones
que probablemente no eran muy graves, pero al
no tratarse se complicaban y terminaban en
neumonía u otros padecimientos.
A principios del siglo XX la gripe española mató
a millones de personas en todo el mundo, En
esa época no se conocían los virus, por lo que
era imposible crear una vacuna y, aunque
muchas muertes se debían a infecciones
secundarias, tampoco existían medicamentos
que permitieran curarlas.
La prevención y el tratamiento de muchas
enfermedades, entre ellas las respiratorias,
fueron posibles luego del descubrimiento de las
bacterias y los virus, el hallazgo de la penicilina,
la creación de las vacunas, y de aparatos
domésticos y médicos.
El descubrimiento de los agentes infecciosos se
debió a los estudios del médico alemán Roberto
Koch (Imagen 1.0), quien en 1882 encontró la bacteria causante de la
tuberculosis, enfermedad respiratoria que afecta los pulmones.
El primer conocimiento acerca de los virus se les
atribuye al ruso Dimitri Ivanovski (Imagen 1.1) y
al holandés Martinus Beijerinck, por aislar el virus
del tabaco a finales del siglo XIX; con lo que se
convirtieron en los fundadores de la virología, es
decir, el estudio de los virus y de las enfermedades
que estos producen.
“Alexander Fleming fue un médico inglés que, a
principios del siglo XX, trabajaba con bacterias. En
1928 descubrió que en uno de los cultivos que
estudiaba había entrado aire y crecía un hongo
microscópico, el Penicillium notatum, de color azul
o verde, común en el pan viejo, las frutas y el queso.
Observó que alrededor del hongo no había bacterias, lo que era señal de que el
hongo segregaba una sustancia que las mataba. Experimentó y comprobó que
muchas bacterias eran destruidas por esa sustancia, a la cual llamó penicilina.”
Actualmente antibiótico usado para combatir enfermedades respiratorias
ocasionadas por bacterias. A partir de entonces, se descubrieron otros
antibióticos como la tetraciclina, la estreptomicina, el cloranfenicol y las
sulfonamidas.” (Barahona, A., 2012).
En 1771, Edward Jenner descubrió las vacunas a partir de sus experimentos con
gérmenes de la viruela que atacaba a las
vacas, pero que inmunizaba a los
granjeros contra la enfermedad. De allí el
nombre de vacuna. La primera de ellas,
contra una enfermedad respiratoria, la
produjeron, en 1906, Léon Calmetre y
Camille Guérin: la vacuna BCG contra la
tuberculosis (Bacillo de Calmette y
Guérin). Ahora contamos con muchas
vacunas que nos ayudan a prevenir
enfermedades
respiratorias
como
tosferina, neumonía, gripe e influenza A
(H1N1).
No es muy frecuente contagiarse de una
enfermedad respiratoria grave. “Mucho
menos frecuente es que nos contagiemos
de una enfermedad nueva, de las
llamadas emergentes. De hecho, si se
piensa en todos los encuentros que tienen
todas las personas del mundo, el
contagiarse
de
una
enfermedad
desconocida resulta un evento extraordinariamente raro, pero posible.” (Cevallos,
s.f.)
En el 2003 alarmantemente se hablaba sobre la aparición de una enfermedad
desconocida. Esta alarma ocurrió el 28 de febrero y fue dada por el Dr. Carlo
Urbani, de una oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que
funciona en Hanoi, Vietnam. La enfermedad se manifiesta como una infección
muy grave en los pulmones (neumonía) que puede llevar a la muerte. De hecho,
algunos de los pacientes se ponen tan graves que requieren de respiradores
artificiales para sobrevivir. La nueva enfermedad, bautizada como Síndrome
Agudo Respiratorio Severo, o simplemente SARS, había causado consternación
mundial, por la rapidez con la que se ha extendido y por la gravedad que puede
revestir.
Alrededor del mundo se efectúan múltiples investigaciones relacionadas con las
enfermedades respiratorias. En México hay varias instituciones, centros y
universidades que se dedican a su investigación. Una de las principales es el
Instituto
de
Enfermedades
Respiratorias (INER) (Imagen 1.3)
que no solo se dedica a la
investigación principalmente de la
tuberculosis (TB) y del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS),
sino también a la enseñanza,
promoción y atención de otras
enfermedades respiratorias.
“El Instituto de Investigaciones
Biomédicas (IIB) de la UNAM cuenta
con un laboratorio de alta seguridad
donde, desde 2006, los científicos
investigan bacterias como la
causante
de
la
tuberculosis
(Mycobacterium tuberculosis). Por
otra parte, en el Centro de
Investigación de Estudios Avanzados (Cinvestav) se
estudian los factores que intervienen en el desarrollo
de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC).” (Barahona, A., 2012).
El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha permitido
la
generación
de
muchos
dispositivos
y
procedimientos médicos que ayudan a los pacientes
para recibir sus medicamentos a través de aparatos
que suministran los fármacos de forma más efectiva y
en la dosis correcta (Imagen 1.4)
Aunque todavía hay muchos problemas por resolver,
las condiciones de salud y esperanza de vida han
mejorado de manera importante.
Díaz García Alba Elena
Referencias consultadas
Barahona, A. (2012) Biología, Ediciones SM, México
Parada, A. (2007) Biología, FCE, 2da, México.
Cevallos (s.f.) “SARS, la neumonía misteriosa” ¿Cómo ves?
Redacción Quo (2011) Vacunas contra todo, Quo No. 166
Secretaria
de
salud
(s.f.)
http://www.iner.salud.gob.mx/
Instituto
Nacional
de
Enfermedades
Respiratorias