Cuando en los 60 se comienza a construir Playamar, se hace como

Cuando en los 60 se comienza a construir Playamar, se hace como resultado
de un concurso de ideas que la promotora Hispano-israelí INDEVCO( Investors
Development Corporation Limited Bahamas) (IOS Real State Holdings) lanza y
que gana el arquitecto español D. Antonio Lamela, a partir de este momento y
como consecución de otra idea anterior La Nogalera, se pretende consolidar la
idea de turismo residencial en la Costa del Sol.
El concepto es nuevo, Málaga con su turismo de Sol y Playa, ya se ha
impuesto como referente mundial, sin embargo sólo como turismo de paso,
ahora con estas inversiones millonarias, se pretende ampliar el concepto al
turismo residencial de poder adquisitivo medio-alto.
Playamar se concibe como un todo inspirado en la obra de Le Corbusier,
Grande, autónomo, desmesurado, lujoso con parking propio, aislado del resto
autárquico, con servicios para hacer que no sea necesario depender del
entorno exterior, que por otra parte en aquella época no se encontraba
desarrollado.
El uso del hormigón visto, lo desmesurado de su altura 15 plantas, y sus 21
torres en 2 fases, con 945 apartamentos,
hacían parecer en aquel
Torremolinos de los 60 a la Urbanización como algo megalítico, colosal, pero
esa precisamente era la idea.
Sus torres elevadas sobre pilotes desafían a su peso y aligeran la visión desde
abajo, sus muros antisísmicos aparecen de forma escultórica desafiando al que
los vé, dando cuenta de su imponente fortaleza, sus jardines, que cubren con
creces el exceso de edificación ya que dotan al conjunto de entidad propia, los
servicios de que disponía: Club social, chiringuito de playa, piscinas, salón de
baile, restaurantes, campo de golf, lavandería, recepción, servicio 24 horas,
parking propio, gimnasio, guardería, centro comercial, previsto embarcadero,
etc. ponían en el mapa una urbanización conceptual hasta ahora no vista y que
emulaba al Miami beach de Europa que los promotores pretendían crear.
Playamar uno arrancó sin problemas, era solvente, el dinero entraba a raudales
de Londres, Islas Caimán y de un conglomerado societario que estaba creando
el germen de la cultura de la evasión fiscal posterior.
Sin embargo un vecino, a la sazón abogado se vió perjudicado en su derecho
ya que se le construyó delante de su casa la Urbanización y su desmesurada
sobreelevación, ganó todos los pleitos presentados ya que la norma imperante
le daba la razón, sin embargo incluso con sentencias firmes que ordenaban la
demolición de varias plantas de edificios ya construidos (y vendidos) David esta
vez no pudo vencer a Goliat y mediante decreto ley se le concede al Conjunto
Playamar la medalla al Mérito Turístico, blindándola del brazo secular, esa
batalla sin embargo ralentizaría la construcción de la segunda fase.
1 Hay que comprender que la inversión era brutal para la época, 28 millones de
dólares, hoy día equivaldría esa cifra a 950 millones de euros (los ERE vamos
para que nos entendamos) y que su construcción y la inversión existente y las
subsiguientes no corrieran peligro debían ser refrendadas por el Estado,
ventajas de que no era un Estado de Derecho, Franco garantizaba así por
decreto que, si se traía dinero se podía construir lo que se quisiera, la lección
así la captaron los inversores extranjeros y de aquellas aguas vinieron tantos
lodos posteriores.
Que arrancó con 91.557 metros cuadrados y acabó con sólo 68.739 metros
cuadrados, dá cuenta de que, a la par que el turismo residencial al amparo del
estilo arquitectónico llamado Relax, había nacido también el personaje tan
nuestro del oportunista pertinaz. Playas del Mediterráneo S.A.,Balneario S.A.,
Spanish Development Company S.A., Spanish Properties Limited, Overseas
Development Bank Bahamas Ltd. ¿¿¿¿???? ¿Ingeniería societaria?
La urbanización todo un prodigio de construcción en lo que a calidades,
materiales, diseño y servicios, se vendió prácticamente en plano, a turismo
inversor extranjero en su mayor parte, así que, una vez vendido, siempre
podría algún listo segregar a trocitos los magníficos servicios, a saber: La
recepción de la Urbanización a un banco y a una inmobiliaria, el club social, a
Mercadona, galerías comerciales se vendieron a detall, la lavandería, gimnasio,
guardería, a los chinos, el club de playa, es hoy un chiringuito, el puerto
deportivo …quedó en plano, las plazas de aparcamiento que rodeaban el
perímetro así como calles interiores del conjunto, fueron fagotizadas por el
ayuntamiento en una “extraña” receptación de las obras, cuando su padre
Lamela, su padre, supo en lo que se había convertido Playamar, se negó a
visitarla y no puso sus pies en ella nunca más.
21 segregaciones parciales (tan sólo en Playamar 2) dan idea del canibalismo
voraz al que sucumbió la urbanización, que había sido diseñada (y lo es) para
ser un referente constructivo sostenible. Y lo es, por la sencilla razón de que los
que vinieron después lo hicieron mucho peor, por ello y a pesar de sus
amputaciones, sigue siendo hoy día uno de los referentes de conjunto
residencial por excelencia, sus vistas, su excelente distribución de los espacios,
su ventilación, su privacidad (elementos con los que gracias a Dios no se pudo
especular) la mantienen hoy como un antes y un después en la Costa del Sol.
Otros edificios como las Torres Aloha, o la Nogalera fueron peor tratadas por el
tiempo, probablemente porque se integraron en el entorno de construcción
barata y el todo vale de los promotores autóctonos, que desarrollaron una
construcción sin ton ni son, no sostenible ni planeada sino a la simple cultura
del pelotazo, consecuencias de aquello que aún hoy estamos pagando.
2 Pero están ahí y siguen siendo válidos referentes de lo que se puede hacer con
un proyecto urbanístico de conjunto. Deseo y quiero que elementos como La
Nogalera (y su adlátere Pueblo andaluz) recuperen su ser y vuelvan a ser lo
que nunca debieron dejar de ser…elementos de referencia de una construcción
inteligente, creativa y perfectamente integrable en el entorno.
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