LA COMUNICACIÓN COMO PRÁCTICA “Al escuchar un juicio sabemos más acerca de la persona que lo hace que la cosa en sí misma” Friedrich Nietzsche Por Cristian Williman* “Todo conocimiento opera mediante la selección de datos significativos y rechazo de datos no significativos: separa (distingue o desarticula) y une (asocia, identifica); jerarquiza (lo principal, lo secundario) y centraliza (en función de un núcleo de nociones maestras). Estas operaciones, que utilizan la lógica, son de hecho comandadas por principios “supralógicos” de organización del pensamiento o paradigmas, principios ocultos que gobiernan nuestra visión de las cosas y del mundo sin que tengamos conciencia de ello.” Edgar Morin La comunicación es la base constitutiva de la vida en sociedad. Esta representa una dimensión del complejo sistema conectivo que permite el funcionamiento de toda organización humana y su desenvolvimiento en un entorno. Comprendido desde una perspectiva interpretativa, cabe destacar que todo comportamiento de las personas tiene un valor comunicativo y, por lo tanto, en cualquier tipo de interacción se establece una comunicación. Entendiendo que las empresas son pequeñas comunidades en las que sus integrantes coordinan acciones con un propósito determinado, resulta estratégicamente importante atender a la calidad de las interacciones que se llevan a cabo entre las personas para realizar su tarea, ya que influye en los distintos aspectos de la organización, sea desde el desempeño individual hasta el clima laboral en general y, por lo tanto, también tiene efecto en los resultados. En otras palabras, ocuparse de la comunicación es asumir una posición conscientemente crítica frente a los problemas que se suscitan en la empresa. Implica facilitar el diálogo para la reflexión. No se trata de implementar más canales de comunicación, newsletters, carteleras, reuniones de área, etc., pues esta visión instrumental pone énfasis en la pregunta sobre qué hacer para comunicar con mayor efectividad, cuando lo que deberíamos pensar es qué comunicación permite lograr más efectividad. Comunicación y comunicados Es necesario destacar que no todas los escollos en una empresa responden a una dificultad de comunicación rigurosamente. Hay inconvenientes que derivan de la falta de competencias técnicas o procesos de trabajo ineficientes, incluso de “Ocuparse de la comunicación es asumir una posición conscientemente crítica frente a los problemas que se suscitan en la empresa” situaciones vinculadas con el entorno. Sin embargo, cuando se trata competencias ligadas a lo actitudinal como, por ejemplo, el trabajo en equipo o el liderazgo, estas son habilidades que tienen una dimensión comunicacional que debe ser tenida en cuenta. “Al privilegiar la comunicación se generan contextos que estimulan la responsabilidad y la colaboración” El trabajar con otros y el dirigir acciones supone poner en práctica capacidades de interrelación. El error habitual es confundir comunicación con comunicados. La verticalidad de las imposiciones, propias de las organizaciones con fuerte sentido paternalista, suele terminar por “silenciar” a sus integrantes, des- “Los seres humanos no ‘captamos’ información sino que interpretamos la expresiones de los otros ‘desde’ nuestro espacio social, cultural y emocional” alentar su participación y reforzar el rumoreo o el radio-pasillo. En este sentido, también la forma habitual para coordinar el trabajo resulta en impartir órdenes en lugar de realizar pedidos. En cambio, las organizaciones abiertas al aprendizaje se nutren del cambio constante. Son flexibles, inquietas y, por eso mismo, sus integrantes deben tener mayor flexibilidad de conciencia. Esto conlleva favorecer la posibilidad de ejercitar su mirada crítica, abriéndose al debate, al análisis de las situaciones y a la discusión creadora. Al privilegiar la comunicación se generan contextos que estimulan la responsabilidad y la colaboración. Así, también la coordinación de acciones se realiza mediante la oferta y el pedido. Discusiones y malentendidos Siguiendo esta argumentación, también se puede señalar una distinción importante que permita una interpretación diferente de las nociones de discusión y malentendido. Actualmente, en las empresas – así como en tantos otros espacios sociales- es habitual observar que está muy instalada la idea que discutir no es bueno y, en cambio, se sostiene con cierta conformidad el uso del malentendido como una forma de disculpa. En primer lugar, la propuesta es recuperar el sentido original del concepto de discusión. Etimológicamente la palabra discutir, que proviene del latín discutĕre, significa sacudir algo para separarlo. En este sentido, es posible decir que, discutiendo, lo que se hace es sacudir las palabras para ver si el argumento esta sólido. Este alegar razones contra el parecer de alguien contribuye activamente a la reflexión. Por su parte, la idea de malentendido está literalmente relacionada a la mala interpretación o equivocación en el entendimiento de algo. Este entender mal, marca la brecha que es propia de la comunicación humana entre lo que se dijo y lo que se escuchó. Llevado al campo de la empresa y citando a Peter Drucker, equivaldría a decir: “muchos (ejecutivos) piensan que son maravillosos con las personas porque hablan bien. No se dan cuenta que ser maravilloso con las personas significa escuchar bien”. No entendí o no escuché La propuesta desde la perspectiva de la comunicación para la efectividad también lleva a señalar un desencuentro habitual en las conversaciones en las que se confunde el no entendí y el no escuché. A menudo cuando dos personas o más están conversando y uno de los interlocutores dice: perdón, no te entendí. Quien estaba hablando lo que hace es repetir lo que venía diciendo, quizá pensando que el otro no lo escuchó, cuando más bien se está pidiendo una explicación de lo que se quiso decir. En este tipo de situaciones, lo que queda en evidencia es que quien está hablando y quienes están escuchando están asumiendo que se están entendiendo. Se están comunicando en un trasfondo de obviedad que generalmente no es explicitado. La sugerencia es que cuando alguien declara no estar entendiendo, lo que se debería hacer es chequear qué escuchó el interlocutor, qué es lo que quebró la “obviedad”, y no repetir lo dicho como si no hubiera oído. Es para destacar que los seres humanos no “captamos” información sino que interpretamos la expresiones de los otros “desde” nuestro espacio social, cultural y emocional. Al decir no entendí, es como declarar: “El desafío cotidiano que asumimos desde muy pequeños consiste en saber ser, saber hacer y saber estar. La posibilidad de lograr destreza en estos diferentes niveles que constituyen a la persona requiere comprender que la comunicación es una praxis” creo que lo que interpreté no es lo que quisiste significar; o al decir no te escuché, sería como decir: oí lo que dijiste pero creo que no lo interpreté correctamente. Es importante tener presente que “el hablar efectivo es seguido del escuchar efectivo”. La humildad como principio “La pretensión arrogante de considerarse dueño de la verdad es la principal barrera para la comunicación respetuosa y la interacción efectiva”, escribió en su libro Metamagement, Fredy Kofman; donde también destaca que la clave para compartir el propio pensamiento con otros requiere de una cuota de humildad. Esta palabra, que viene de la raíz humus que significa tierra, entraña el concepto de aceptar las propias limitaciones y, por qué no, ser fértil a otras posibilidades. Las palabras que el hombre utiliza para nombrar el mundo, también lo constituyen. La comunicación es el camino indispensable para el ser. En las organizaciones es preciso desestimar el comunicado porque este va en detrimento de la comunicación, es anti-comunicación y por lo tanto afecta el desarrollo crítico, reflexivo y creativo de las personas que la integran. Es preciso fomentar la expresión responsable, haciéndose cargo de la información que se brinda, asumiendo las propias opiniones, indagando sobre la información y las opiniones de los otros para favorecer un aprendizaje mutuo para la creación de realidades compartidas. Comunicación para el desarrollo Lo que subyace en la propuesta de este artículo es la idea de la comunicación como práctica para el desarrollo de las organizaciones. Entendiendo que la acción es un puente entre un presente insatisfactorio y un futuro deseado, y que la coordinación efectiva de las acciones, que permitirían transformar esa realidad presente, se podría lograr con una mayor calidad en las interacciones interpersonales. Esto requiere comprender que es preciso asumir un mayor compromiso con las prácticas comunicacionales. Quienes estén interesados en desarrollar esta competencia puede comenzar atendiendo a los siguientes puntos: • Recordar que todo lo dicho es dicho por alguien. Implica mantener la humildad, comprendiendo que nadie es dueño de la verdad y que las personas interactúan con diferentes intenciones, motivaciones y habilidades. • Atender a qué se dice, cómo, cuándo, por qué y para qué. Significa atender al contenido a transmitir, de la manera adecuada y el contexto oportuno, explicitando los motivos y propósitos. • Hacerse cargo de verificar lo que se escuchó. Entender que la información que se comparte en la comunicación es interpretada por los interlocutores, quienes la “decodifican” de acuerdo a sus modelos mentales. • Hacerse cargo de lo que se dijo. El lenguaje también es generativo, es acción y requiere tomar responsabilidad al momento de comunicarse con otro. • Hacerse cargo de la comunicación. En su dimensión analógica como digital, es necesario asumir la comunicación como un proceso social en la que los individuos utilizan símbolos para establecer e interpretar el significado de su entorno. Poner en común El desafío cotidiano que asumimos desde muy pequeños consiste en saber ser, saber hacer y saber estar. La posibilidad de lograr destreza en estos diferentes niveles que constituyen a la persona requiere comprender que la comunicación es una “En las organizaciones es preciso desestimar el comunicado porque este va en detrimento de la comunicación, es anti-comunicación y por lo tanto afecta el desarrollo crítico, reflexivo y creativo de las personas que la integran” praxis, es decir, que a través de un proceso por el cual nuestras teorías se convierten en parte de la experiencia vivida, también va tomando sentido quienes somos, lo que hacemos y como estamos en el mundo A lo largo del artículo se ha presentado una aproximación a la etimológica de algunas palabras como una forma de recuperar su sentido primero y repensar su uso en el lenguaje. A modo de conclusión resulta conveniente compartir el significado de la palabra comunicación, la cual proviene del latín communicare, que significa “compartir algo, poner en común”. Al fin de cuentas, y en esencia, todo comunica. AXIOMAS DE LA COMUNICACIÓN Los teóricos han determinado cinco axiomas de la comunicación, también conocidos como axiomas de Paul Watzlawick: 1. Es imposible no comunicarse. 2. Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y uno de relación, tales que el segundo califica al primero y es por ende una metacomunicación. 3. La naturaleza de una relación depende de la puntuación de secuencias de comunicación entre los comunicantes. 4. Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones. 5. Los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios según estén basados en la igualdad o la diferencia * Comunicador Social (UNLP), Coach Ontológico (ICP) y Capacitador Organizacional (ADCA).
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