PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA __ de diciembre 2015 Sociedad

PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA
__ de diciembre 2015
Sociedad Civil Insta la Inclusión de los afrocolombianos e indígenas en la Mesa de la Paz de Colombia
[English version follows.]
Una petición respaldada por organizaciones de la sociedad civil y firmada por más de 1.000 ciudadanos de los
Estados Unidos, Colombia y toda América, fue enviada a los delegados del Gobierno de la República de Colombia
y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en la Mesa de Conversaciones
para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera en Colombia el __ de diciembre
2015, instando la inclusión y participación afrocolombiana e indígena en el proceso de paz.
El impulso para la paz es un testamento a la labor de la sociedad civil, el gobierno colombiano, y la comunidad
internacional que han trabajado juntos para poner fin a este conflicto que ha durado por décadas. La mesa de la
paz ha demostrado un compromiso a la inclusión de las voces de las víctimas a través de la participación de las
delegaciones de víctimas diversas, la creación de una subcomisión de género, y un enfoque en temas previamente
no reconocidas como la violencia sexual. Sin embargo, las propuestas de las comunidades Afrocolombianas e
indígenas no han sidas integradas en los acuerdos de paz.
Según Marino Córdoba, Representante Legal de la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados-AFRODES
y Coordinador Internacional del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano - CONPA, “las partes en la mesa de paz
deben considerar directamente las propuestas colectivas de los Afrocolombianos e indígenas quienes son
desproporcionadamente victimizados por el conflicto”. Lisa Haugaard, directora ejecutiva del Grupo de Trabajo
Sobre Asuntos de América Latina (LAWG), añade: “Sólo mediante consultación y incorporación de las justas
demandas de las victimas más brutalmente afectadas por el conflicto se puede construir una paz duradera”.
Gimena Sánchez-Garzoli, asociada sénior de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, concluye:
“Hacemos un llamamiento a los negociadores de paz colombianos en Cuba para remediar a esta situación,
invitando a una delegación afrocolombiana e indígena a La Habana para establecer un mecanismo para incluir sus
puntos de vista y propuestas antes de firmar el acuerdo final”.
Los firmantes de la petición “[apoyan] firmemente la construcción de una paz justa y duradera en Colombia con
verdad, justicia, reparaciones y la garantía de que el pasado no se repetirá”. A fin de que esta paz se construya, la
petición argumenta que la mesa de paz debe escuchar e incorporar “las opiniones de una amplia rango de las
innumerables víctimas de este brutal conflicto”. La petición enfatiza que las comunidades Afrocolombianas e
indígenas “tienen un interés profundo en la construcción e implementación de estos acuerdos de paz y se
enriquecerá el diálogo inmensamente con su participación”. La petición destaca que las reglas para el proceso
llaman por “la participación más amplia posible de la ciudadanía” y “la participación amplia y pluralista” de la
sociedad colombiana en la mesa de negociaciones.
Comunidades excluidas —incluyendo las personas afrocolombianas, indígenas, campesinos, LGBT y las mujeres—
han sido históricamente las más vulnerables a la violencia. La región de la costa Pacífica de Colombia, que se ha
convertido en un paisaje de la violencia de la guerra, es el hogar de una población compuesta de 90%
afrocolombianos y 6% indígenas. Más del 35% de los desplazados son Afrocolombianos. Las comunidades
Afrocolombianas e indígenas son afectadas de manera desproporcionada por la violencia, la fumigación de los
cultivos, la discriminación, y el desplazamiento forzado, pero hasta ahora no han tenido una voz en el proceso de
paz que afectará sus vidas.
El conflicto no ha terminado para las comunidades Afrocolombianas o indígenas. Continúan siendo desplazadas,
asesinadas y amenazadas. Y estos riesgos son igualmente altos para estas comunidades en un Colombia postconflicto. Para llevar su voz colectiva a la mesa de negociación, una amplia gama de organizaciones afrocolombianas han
formado una coalición conocida como el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA). CONPA insta al Alto
Comisionado para la Paz a establecer una comisión permanente que tomara en cuenta los intereses y necesidades
de las comunidades afrocolombianas e indígenas.
En este momento decisivo en la historia de Colombia, hay una rara oportunidad para Afrocolombianos e indígenas
a impactar el curso de la historia. Para garantizar que la aplicación de la paz, la verdad, la justicia y las reparaciones
sea justa y duradera, los líderes Afrocolombianos e indígenas tienen que ser escuchados.
Lea la carta de petición a continuación o descárgala aquí con la lista de firmantes.
Petición por parte de organizaciónes de la sociedad civil y ciudadanos de los Estados Unidos, Colombia, y las
Américas:
Dar voz a las víctimas afrocolombianas e indígenas en la mesa de la paz
Estimados y estimadas delegados del Gobierno de la República de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en la Mesa de Conversaciones para la Terminación del Conflicto y la
Construcción de una Paz Estable y Duradera en Colombia,
Apoyamos firmemente la construcción de una paz justa y duradera en Colombia con verdad, justicia, reparaciones
y la garantía de que el pasado no se repetirá. Para construir esta paz requiere escuchar e incorporar las opiniones
de una amplia rango de las innumerables víctimas de este brutal conflicto. De hecho, entre las reglas de
funcionamiento del Acuerdo es la garantiza de incluir "la participación más amplia posible" de la ciudadanía y "la
participación amplia y pluralista" de la sociedad colombiana en la mesa de negociaciones. El espacio creado para
grupos de víctimas y organizaciones de mujeres para presentar sus puntos de vista a la mesa de la paz son pasos
hacia ese objetivo.
Les instamos a dar el siguiente paso en el cumplimiento de esta promesa, considerando directamente las
propuestas colectivas de los Afrocolombianos e indígenas que han sido desproporcionadamente afectados por el
conflicto. Estos grupos tienen un interés profundo en la construcción e implementación de estos acuerdos de paz y
se enriquecerá el diálogo inmensamente con su participación.
Para garantizar que la aplicación de la paz, la verdad, la justicia y las reparaciones sea justa y duradera, los líderes
Afrocolombianos e indígenas tienen que ser escuchados. Gracias por su atención y consideración de las propuestas
de estos grupos.
Atentamente,
Los Signatarios a Continuación
El Grupo de Trabajo Sobre Asuntos de America Latina (LAWG)
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA)
El Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (CONPA)
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FOR IMMEDIATE RELEASE
December __, 2015
Civil Society Urges Inclusion of Afro-Colombians and Indigenous at Colombia’s Peace Table
A petition endorsed by civil society organizations and signed by more than 1,000 citizens from the United States,
Colombia, and throughout the Americas, was sent to the Delegates of the Colombian Government and the
Revolutionary Armed Forces of Colombia–People’s Army (FARC-EP) at the Negotiating Table for an End to the
Conflict and the Construction of a Stable and Lasting Peace in Colombia on December __, 2015, urging the
inclusion of Afro-Colombian and indigenous participation in the peace process.
The momentum for peace is a testament to the work of civil society, the Colombian government, and international
supporters working together to end this decades-long conflict. The peace table has shown a commitment to
including the voices of victims through the participation of diverse victims’ delegations, the creation of a subcommission on gender, and a focus on previously unrecognized issues like sexual violence. However, the proposals
of the Afro-Colombian and indigenous communities have not yet been incorporated into the peace accords.
According to Marino Córdoba, international coordinator for the Afro-Colombian Peace Council (CONPA), a broad
platform of Afro-Colombian authorities and civil society, “The Colombian government and the FARC must directly
consider the collective proposals of the Afro-Colombian and indigenous peoples since they are disproportionately
victimized by the conflict.” Lisa Haugaard, executive director of the Latin America Working Group adds, “Only by
consulting with and incorporating the just demands of those most brutally affected by the conflict can a lasting
peace be constructed.”
Gimena Sánchez-Garzoli, senior associate of the Washington Office on Latin America, concludes: “We call upon the
Colombian peace negotiators in Cuba to remedy this situation by inviting an Afro-Colombian and indigenous
delegation to Havana to set up a mechanism to include their perspectives and proposals before the final accord is
signed.”
The petition signers “strongly support the construction of a just and lasting peace in Colombia with truth, justice,
reparations and the guarantee that the past will not be repeated.” In order for this peace to be constructed, the
petition argues that the negotiating table must listen to and incorporate “views of a broad range of the countless
victims of this brutal conflict.” The petition emphasizes that Afro-Colombian and indigenous groups “have a
profound stake in the construction and implementation of these peace accords and would enrich the dialogue
immensely.” The petition notes that the rules for the process call for “the widest possible participation of
citizenship” and the most “comprehensive and pluralistic proposals” at the negotiating table.
Excluded communities —including Afro-Colombians, indigenous, women, poor rural communities and LGBT
Colombians— have historically been the most vulnerable to violence. The Pacific coast region of Colombia, which
has become a landscape of violence in the war, is home to a population of 90% Afro-Colombians and 6%
indigenous peoples. More than 35% of those forcibly displaced from their homes are Afro-Colombians. AfroColombian and indigenous communities are disproportionately affected by violence, fumigation of crops,
discrimination and forced displacement, but they have yet to have a voice in the peace process that will affect
their lives. The war isn’t over for Afro-Colombian and indigenous peoples. They continue to be displaced, murdered, and
threatened. And the stakes are just as high for these communities in a post-conflict Colombia.
To bring their collective voice to the negotiating table, a wide range of Afro-Colombian organizations have formed
a coalition known as the Afro-Colombian National Peace Council (CONPA). CONPA urges the High Commission for
Peace to establish a permanent commission that would take into account the interests and needs of AfroColombian and indigenous communities.
In this important turning point in Colombian history, there is a rare opportunity for Afro- and indigenous
Colombians to impact the course of history. For the implementation of peace, truth, justice and reparations to be
just and lasting, Afro-Colombian and indigenous leaders must be heard.
Read the petition letter below or download here with the list of signers.
Petition by Civil Society Organizations and Citizens of the United States, Colombia, and the Americas:
Give Afro-Colombian and Indigenous Peoples a Voice at the Peace Table
Dear Delegates of the Colombian Government and the Revolutionary Armed Forces of Colombia–People’s Army
(FARC-EP) at the Negotiating Table for an End to the Conflict and the Construction of a Stable and Lasting Peace in
Colombia,
We strongly support the construction of a just and lasting peace in Colombia with truth, justice, reparations and
the guarantee that the past will not be repeated. To construct this peace requires listening to and incorporating
the views of a broad range of the countless victims of this brutal conflict. In fact, among the operating rules of the
accord’s mechanisms is the assurance that special importance will be given to including "the widest possible
participation" of citizenship and the most "comprehensive and pluralistic proposals" at the negotiating table. The
space created for groups of victims and organizations of women to present their views to the peace table are steps
towards that goal.
We urge you to take the next step in fulfilling this promise by directly considering the collective proposals of the
Afro-Colombian and indigenous peoples who have been disproportionately affected by the conflict. These groups
have a profound stake in the construction and implementation of these peace accords and would enrich the
dialogue immensely.
For the implementation of peace, truth, justice and reparations to be just and lasting, Afro-Colombian and
indigenous leaders must be heard. Thank you for your attention and consideration of the proposals set forth by
these groups.
Sincerely,
The Signatories Below
The Latin America Working Group (LAWG)
The Washington Office on Latin America (WOLA)
The Afro-Colombian National Peace Council (CONPA)
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