Mapas de caminos que no llevan a Roma (IV) de Angel Pontones @boucicaut71 MAPAS DE CAMINOS QUE NO LLEVAN A ROMA (IV) ÁNGEL PONTONES MORENO MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma (IV) de Angel Pontones @boucicaut71 PRIORIDADES De los nueve segundos que le quedaban de vida, gastó los tres primeros en asumir que el cable del ascensor se había partido. Del cuarto al sexto buscó sin éxito entre la hilera de botones uno que acolchara la cabina o que detuviera el tiempo. A lo largo del séptimo quedó en paz con todo y con todos pero durante el octavo una revelación le descubrió no solo a su asesino sino también el modo de salvarse. Desgraciadamente necesitaba ese segundo nueve en exclusiva para planear una venganza que al contrario que ésta, no pareciera un accidente. MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma (IV) de Angel Pontones @boucicaut71 NATIONAL GEOGRAPHIC Erase un número 114 de lista electoral cuyos muestreos más optimistas situaban el corte de elegidos en una horquilla de entre 108 y 111. No más. Buena parte de la legislatura la había pasado en la suposición que esto no iba con él, confundido por las proclamas optimistas y falaces de advenedizos como 107 o 120, pero llegó un momento en que ni él mismo pudo sustraerse a la ventisca de nieve que procedería a llevarse su muy bien amueblada vida por delante. Tras constatar, como debió hacer en su momento medio pasaje del Titanic, que no habría suficientes botes salvavidas (consejos de administración) para todos, tiró de botón rojo (contactos peliagudos) y de algún modo consiguió averiguar puntos oscuros de 74, 86 y 88 (habría sido demasiado sospechoso buscarlos en 112 y 113). La información era delicada y suponía contraer deudas impagables, pero he ahí el encanto de esta huida hacia adelante. Mientras esperaba el crujido de la rama que diera consigo un adelanto de lista y lo metiera entre posibles, alguien (él siempre desconfió de 118, al que le debía el puesto, pero pudo ser 123, o cualquiera) comenzó a aserrar el suelo bajo sus pies, como en las viejas viñetas de los dibujos animados. Se dejó preparar sin tiempo una rueda de prensa para explicarse, pero fue a desperdiciarla con unos argumentos tan espasmódicos y rebatibles que le hicieron parecer al mismo tiempo pusilánime y aprovechado. En éstas que arreciando la tormenta, se le puso a tiro un negociado amigo y no dudó en saltar del tren en marcha. Aún especulaba si le dolería mucho el aterrizaje cuando entrevió la sombra de 115 tras una ventana, agitando en señal de despedida la mano que no sujetaba el puñal. MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma (IV) de Angel Pontones @boucicaut71 EL PORQUÉ Y así, tontamente, acabé pegándome un tiro. La mañana anterior corría los kilómetros de rigor a través del parque que lindaba mi barrio cuando volví a verla al otro lado del estanque. Esta vez, a diferencia de otras, me sonrió. Llegué a casa no solo cansado sino feliz, así que decidí tomarme el día con calma y el día me recompensó, ya fuera extraviándole al cartero la notificación de embargo, salvando de la condena del programa frío a un billete azul que se había extraviado en el forro roto de uno de mis bolsillos, arreglando milagrosamente el plasma. Esa tarde volví a llorar de emoción al ver a Zhivago correr en vano tras Lara. Me sentí más vivo que nunca. Y a lo que íbamos… A Yuri MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma (IV) de Angel Pontones @boucicaut71 OFERTA -El sudor frio que desciende por las axilas de un comercial de puerta fría delante de un portero automático a las 16:14 horas de un viernes 24 de julio. -El temblor suave de unos labios al atravesarlos una mentira sin futuro. -El pinchazo a la altura de cualquier aurícula conectado a unos ojos que por primera vez no devuelven la mirada. -La epiglotis reducida a un tercio durante el cuarto de hora en que nadie sabe donde se encuentra el niño. -La boca seca al descubrir que anochece dos horas después de escoger el sendero equivocado. Vuelve a leer la pregunta del psicotécnico. La 187. Ni más ni menos absurda que las anteriores. “Defina en cinco frases lo que entiende por impotencia”. Dos horas y pico dentro de esta sala multiusos. Creadores de impotencia preguntando por su origen. Si tuviera tiempo para otras cosas que no fueran la 188, él se preguntaría a su vez por el sentido de la ironía borde que atraviesa de tanto en tanto la espina dorsal de una entrevista de trabajo. El puesto que se oferta en ésta en particular implica descolgar y decir “Le paso” MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATO Mapas de caminos que no llevan a Roma (IV) de Angel Pontones @boucicaut71 LOS SUEÑOS DE LOS NIÑOS Se durmió soñando que él también podía volar, aunque para ello fuera aún demasiado joven. Los cambios en el metabolismo de los Xitxil no comenzaban hasta los 160 años y él no había alcanzado aún la centena. En algún momento la mutación repentina de su entramado celular lo volvería más liviano que una pluma. Este nuevo estado no era una sinecura, paradójicamente. La libertad de volar era tan adictiva que cuando en la sexta edad, los Xitxil se veían imposibilitados de hacerlo, caían en comportamientos depresivos o directamente suicidas. De ahí que volar estuviera terminantemente prohibido, salvo en sueños. MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATOS-lacuevadelerizo-MICRO-RELATO
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