"Dicen y no hacen". Es la "evaporación de la fe": teoría sin obras. El mensaje cristiano no es sólo "informativo", sino que ha de ser "per-formativo". El Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La imagen de Dios debe formarse en nosotros; día a día debe acontecer nuestra transformación en Jesús. La fe, antes que "demostrar", se debe "mostrar": es un cambio en el ser. La fe, que nos llega como palabra, debe llegar a ser de nuevo en nosotros mismos palabra, en la que ahora se exprese también nuestra vida. La fe va en primer lugar de la palabra a la idea, pero tiene siempre que regresar de la idea a la palabra y a la acció
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