6 RETAMATCH. abril 2013 50 aniversario Séptima Promoción (1968/1979) No sabemos cuándo se tomaron estas fotografías, ni siquiera si son de una sola promoción, ni si son del mismo año las dos, pero sí que en ellas hay muchos alumnos de la 7ª Promoción. En la fotografía superior podemos distinguir a Luis Sánchez Socías, Carlos Hermosilla, Javier Vicens, Ignacio Gomá, Beltrán Ruiz Vernacci, Ricardo Glez Dopico, Jorge LLeó, Iñaqui García de Leániz, Agustín Esteban, Pablo Paunero, José Luis Sanchez Serra, Ike de Toro, Emilio Glez Quirós, David Martínez Aldama y Santiago Elmeua. En la de la derecha: Carlos Ituiño, José Navarro, Ricardo Martínez Alesón, Juan Sobrino, Alfonso de la Rica, Santiago Elmeua, José Ángel Pérez Herrero, David Martínez Aldama, Rafa Gallegos,… El privilegio de tener un preceptor 14 años, un nuevo colegio, nuevos compañeros, nuevos profesores, nuevas instalaciones, nuevas maneras de educar, algo de miedo… Todo esto y alguna cosa más sentía al incorporarme a Retamar para empezar la aventura del BUP. El gran cambio fue que nunca estuve sólo. Ahora que está de moda el “entrenador personal”, desde el primer día tuve cerca esa figura conocida en el Colegio como el “preceptor”. Han pasado 29 años y nos podemos haber acostumbrado a esta importante pilar de la educación, pero en el año 1974 era algo desconocido en España y mu- cho más en la vida de un chaval de 14 años que pocas veces le habían escuchado, le habían preguntado cómo estaba, le habían dado alguna guía para conocerse o le habían abierto los ojos a metas diferentes. Estas afirmaciones son algunos de los puntos que fui descubriendo de una persona que con “detalles de cariño” fue ganando mi confianza y la de mis padres. Cada vez soy más contundente en afirmar que la “nteligencia emocional es lo que cuenta y mi preceptor era un artista en hablarme de lo que me gustaba, de llevarme a tomar una Coca-Cola, de llamarme por teléfono a pre- guntarme por algo que me preocupaba… en el fondo ponía cariño y hablaba mi lenguaje a pesar de la diferencia de edad. No me decía lo que quería oir sino lo que más me convenía después de haber pensado en mí, en mis circunstancias, en mis aficiones, en mi forma de ser, en mis gustos. En mi vida profesional he puesto en marcha las evaluaciones trimestrales con mis directivos, momento intenso donde les escucho individualmente y donde les digo los puntos a mejorar y lo que han hecho bien, con objetivos para el próximo trimestre. El preceptor es un directivo que busca sacar lo mejor de los alumnos que lleva. El mayor mérito de un directivo es que alguien que ha trabajo para él, llegue más lejos que él mismo. Para el preceptor, sus objetivos son sacar el mejor partido a cada uno, pues cada uno es “único” e “irrepetible”. Hoy, con un hijo de 24 años que empezó en Retamar y acabó en Retamar, y con la experiencia de los años, puedo afirmar que nunca podremos agradecer al Colegio y a nuestros padres el tener el privilegio de contar en nuestra vida colegial con un preceptor. Miguel Ángel Luna Mansilla
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