Actividad física y computadoras. El cuerpo en las sociedades

Actividad física y computadoras.
El cuerpo en las sociedades urbanizadas
Autor:
Rodrigo San Martin
Profesor en Educación Física
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Mail: [email protected]
Resumen
En las sociedades urbanizadas la “actividad física” se enfrenta a nuevos desafíos. Su re
conceptualización como fenómeno humano ha motorizado un conjunto de reflexiones, a partir de diversos
ámbitos de conocimiento que se han sumado a pensarla, problematizarla. Corroborando sus límites,
sometiéndola a reglas que la expliquen, le den forma. Nos preguntamos por las actividades que
desarrollamos todos los días y que involucran el cuerpo (¿hay alguna que no lo haga?). Queremos
pensar en el uso que estamos dando a las computadoras y aparatos electrónicos en la actualidad y en los
efectos asociados a este fenómeno de cara al futuro. Trabajo, educación y tiempo libre en la mira.
Palabras claves:
Actividad física – cuerpo – computadoras – permanencia – impacto – salud - trabajo – educación - video
juegos
Introducción
Con el advenimiento de la era moderna asistimos a cambios en nuestro estilo de vida, de la mano de
desarrollos científicos y maquinaria, en particular herramientas tecnológicas y sistemas computarizados.
A esta altura es evidente que la Revolución Tecnológica ya está aquí, entre nosotros. La historia se repite,
hombres y máquinas nuevamente.
Niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, todos somos alcanzados por la aparición de nuevos escenarios
de interacción. Nos vamos adaptando a un mundo complejo que ofrece libertades de acceso
anteriormente impensadas pero también nos impone ciertas reglas. En este marco, diferentes
modalidades de usos corporales se hacen presentes.
Desarrollo
Conversaciones a miles de kilómetros son posibles gracias a la cantidad de software y hardware
disponible. Mensajes que recorren grandes distancias en segundos, un simple clic. Trabajamos,
estudiamos e incluso nos divertimos jugando, entre otras cosas.
Seguimos generando las condiciones potenciales para el movimiento en términos metabólicos, pero las
decisiones en torno al estilo de vida no hacen uso suficiente de las reservas disponibles. Estamos sanos
cuando nos movemos lo suficiente y cuando no lo hacemos, en general nos enfermamos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la “inactividad física” aumenta el riesgo de contraer
Enfermedades No Transmisibles (ENT). Sin embargo, se describe el riesgo como un “factor
comportamental modificable”. Es decir que puede -y debe- sufrir modificaciones.
En realidad no podríamos hablar de inactividad física, puesto que siempre existe actividad física, mientras
haya gasto energético. Lo que sí existe es actividad física insuficiente,que termina por inclinar la balanza
en detrimento de la salud y el bienestar de las personas.Nos movemos menos y a edades cada vez más
tempranas.
Las esferas productivas, educativas, incluso las del tiempo libre, se desarrollan en espacios reducidos.
Tengamos en cuenta que estamos pasando más horas frente a la pantalla, entre cuatro paredes,
concentrando gran parte de nuestras actividades de la vida allí.
Queremos pensar en el cuerpo en este contexto, en cómo impactan las prestaciones de los avances
tecnológicos en materia humana. Sobre todo nos referimos a la exposición continua, a las horas de uso
acumuladas frente a la computadora.
El cuerpo en la era cibernética: Nuevos escenarios de interacción
Nos movemos en un nuevo espacio, el ciberespacio, en una nueva sociedad, la cibersociedad, en una
nueva cultura, la cibercultura, con un nuevo dinero, el dinero electrónico, y en unas nuevas estancias
educativas, los centros virtuales. Todo ello como extensión de las TIC (Tecnologías de la Información y la
Comunicación) en general, y la red en particular, a las diversas tareas que realizamos las personas. No
cabe duda que lo virtual y digital, poco a poco irá desplazando a lo analógico y presencial. Creemos que
no decimos nada nuevo, al señalar que las TIC se han convertido en un elemento estratégico para la
sociedad del siglo XXI, y de marginación para aquellos que no las utilicen. (Almenara, J.C.; 2007)
Es indudable que el tránsito de información ha modificado las dinámicas productivas y el mundo de
relación.
Las modalidades de trabajo “freelance”, por ejemplo, parecen más atractivas que los horarios de oficina.
Permiten estar más tiempo en casa, sin tener que cruzar toda la ciudad en horas pico. Los sistemas de
pago y cobros se realizan a través de transferencias bancarias de cuenta en cuenta, sin horarios y desde
cualquier lugar.
La educación formal, por su parte, ha optado por un sistema de enseñanza computarizado. Las aulas
virtuales son herramientas que posibilitan la comunicabilidad de la información en pocos segundos:
rastrear sitios web, blogs, diccionarios, revistas digitales, bibliotecas virtuales, etc. Por su parte, las
carreras a distancia crecieron como modalidad últimamente. Programas de estudio, video conferencias,
pdf, foros, etc. Solo se necesita conexión a internet.
Al respecto del uso del tiempo libre nos referimos a los juegos en red. Una empresa multimillonaria que
mantiene a todos nuestros jóvenes pegados a la pantalla, haciéndolos sumar puntos por permanencia en
algunos casos.
Este tipo de juegos puede jugarse a cualquier hora del día, desde cualquier lugar que haya internet. No
se necesita de un predio, un club, una plaza, un patio grande. Solamente una persona, una silla y una
computadora. También se puede jugar de manera grupal, se producen intercambios de opinión, toma de
decisiones, etc. Una partida puede durar semanas, incluso meses.
No es de extrañar que en una sociedad que vive la ciudad como un territorio hostil, muchos jóvenes sean
inducidos por su entorno familiar y social o por sus propios miedos a refugiarse en espacios cerrados. La
reducción de los espacios públicos de encuentro hace que cada vez sean menores las situaciones en las
que es posible acercarse a personas no conocidas. En tales condiciones Internet, al permitir múltiples
formas de comunicación interpersonal y de entretenimiento, aparece como una posibilidad alternativa a
los espacios relacionales tradicionales. De eso se trata. Vivimos en un entorno que ha hecho de las
pantallas electrónicas uno de sus principales espacios públicos. Trabajamos con ellas, nos informamos,
hacemos compras, las usamos para comunicarnos, están en casa, en el trabajo, en el metro, en nuestro
bolsillo. ¿Por qué no habrían de estarlo también en los momentos de diversión? (Levis, D.; 2003).
Configuraciones de un sistema que nos resuelve inquietudes en tiempo record, nos permite producir y
capacitarnos en varios idiomas, conectarnos con gente de todo el mundo desde el living de casa.
Gastamos energía al realizar todas estas tareas. Siempre lo estaremos haciendo mientras estemos vivos.
Y si para que haya actividad física debe haber gasto energético, podemos decir que seguimos
realizándola, aunque permanezcamos en posición sedente durante mucho tiempo, trabajando,
estudiando, jugando, etc.
Nos interesa hacer una revisión acerca de potenciales efectos que pudiera sufrir el cuerpo bajo estas
novedosas formas de comunicación y uso de la tecnología.
En un futuro próximo… ¿Cuáles serán las respuestas del cuerpo ante estos escenarios?
Usos corporales y computadoras
Es abultada la información acerca del impacto sobre la salud física que producen los aparatos
electrónicos, para el caso que estamos tratando: las computadoras.
La vista por ejemplo. Mantener la atención sobre un foco luminoso durante varias horas produce
trastornos sobre el sistema ocular. En este sentido, las recomendaciones acerca de la ubicación de la
computadora en la oficina o el hogar nos hablan de un sector próximo a una ventana. Ver afuera cada
tanto disminuiría los efectos devastadores del resplandor, así como la utilización de anteojos con efecto
anti reflejo, que absorben gran porcentaje de la luminosidad emitida por el monitor.
Hay algunos datos precisos al respecto del parpadeo: el promedio normal es de 12 veces por minuto,
pero cuando una persona está concentrada frente al computador, la frecuencia de parpadeo se reduce de
4 a 5 veces por minuto, esto dificulta la adecuada lubricación ocular (Altavision; 2009). Por sus
características, el ojo es un órgano complejo que está estabilizándose frecuentemente, es decir,
ajustándose para dar información precisa de los entornos próximos y distales, así como de los cambios
de luz.
La columna vertebral sufre serias consecuencias: la actitud cifótica comprime la musculatura dorsal,
limitando el volumen inspiratorio. Las contracturas repetidas en esta zona son uno de los malestares más
recurrentes.
El complejo lumbo-pélvico en la posición sedente se encuentra obstruyendo la circulación a nivel de la
arteria femoral en dirección a los miembros inferiores. En este sentido, la Superintendencia de Riesgos
del Trabajo, en Argentina, acaba hace un año de ampliar la nómina de enfermedades laborales: se
consideran como enfermedades causadas por el trabajo a las várices primitivas bilaterales provocadas
por aumento de la presión venosa en miembros inferiores, cuando el trabajador que la padece realiza
tareas diarias en cuyo desarrollo habitual se requiere la permanencia prolongada en posición de pie,
estática y/o con movilidad reducida. Del mismo modo se evalúa como origen laboral a la hernia discal
Lumbo-Sacra con o sin compromiso radicular que afecte a un solo segmento columnario que presente un
trabajador. Consecuencias de un uso excesivo.
El “síndrome del ratón” representa más del 87.3% de las nuevas enfermedades laborales en España,
según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Aunque estemos en posición de descanso, tomamos decisiones importantes, resolvemos problemas
decisivos. Las respuestas hormonales asociadas a estos fenómenos describen variaciones en los niveles
de noradrenalina, que pueden mantenerse seriamente elevados durante algunas horas. Favorecen así el
aumento de la frecuencia cardíaca de reposo. Nuestro sistema de huida espera latente las señales de
activación, pero no vamos a ningún lado, no hay leones ni árboles donde trepar para mantenerse a
resguardo.
Con respecto a los videojuegos sucede algo similar, los niveles de testosterona y cortisol en sangre se
disparan, desencadenando mecanismos de compensación a nivel de la presión sanguínea. Actualmente
los niños y adolescentes se encuentran totalmente expuestos a la tecnología y a los medios de difusión
electrónica tanto en la escuela como en sus hogares. En los Estados Unidos, se ha estimado que los
niños se exponen a los medios electrónicos durante más de 7 horas por día (FEADEF 2012).
Otro dato interesante lo aporta la doctora Joan Vernikos, que trabaja para la Nasa estudiando el impacto
de la gravedad en astronautas. Si bien el estudio intentó establecer relaciones con el uso de la TV
principalmente, retomamos su idea aquí, para el caso de los ordenadores. Dice algo así: Estar
excesivamente sentado, en ingravidez prolongada, elimina la condición natural del cuerpo de resistir
continuamente la gravedad. (Excessive sitting, like extended weightlessness, removes the body from its
natural condition of constantly resisting gravity).Por esta razón, cualquier excusa, con el fin de levantarse
de la silla y abandonar la computadora por un rato, puede ser utilizada para contrarrestar los efectos
mencionados.
Una breve reseña histórica puede servirnos de ejemplo. Immanuel Kant (1724-1804), uno de los filósofos
más importantes del pensamiento moderno, permanecía mucho tiempo sentado, estudiando. Cuentan
que solía realizar paseos durante las tardes, siempre a la misma hora. Era un hombre profundamente
disciplinado y observador de su cuerpo. Cuando trabajaba en su gabinete tenía la inquebrantable
costumbre de colocar su pañuelo en una silla muy distante de él, con el objeto de levantarse cada vez
que le fuera necesario y no permanecer mucho tiempo inmóvil en su asiento (Kuno Fischer; 1883). A esta
costumbre de pararse de vez en vez en busca del pañuelo le asignaba funciones de restablecimiento.
Percibía el cansancio que le demandaban las horas de estudio. Su disciplina y observación lo llevaron
posiblemente a la incorporación de este comportamiento reparador.
Hemos intentado elaborar una reflexión acerca de nosotros mismos, como usuarios de computadoras.
Consideraciones finales
Nos preguntamos por el rol de la actividad física en las sociedades de la comunicación. El objetivo que
perseguimos va detrás de una mirada introspectiva, al respecto de los usos corporales vigentes y a la
manera en la que están impactando los nuevos dispositivos tecnológicos. Como vemos, cualquier excusa
con el fin de retrasar la exposición continua a las computadoras debe ser bienvenida, así como cualquier
forma de movimiento que tienda a aumentar el gasto energético en detrimento del ahorro de energía.
Será tarea de la Educación en el futuro alertar acerca de estas cuestiones, así como generar las
estrategias para atacar la “inactividad física”, descripta por la OMS como un “factor comportamental
modificable” que puede y debe ser modificado.
Las pausas activas, por el momento, pueden considerarse recursos válidos. Pararse de vez en cuando,
caminar hasta una ventana, echar un vistazo afuera. Retrasar la exposición continua, con la aplicación de
períodos de tiempo sin computadora, abandonando la posición sedente.
Cada persona puede desarrollar su propio programa de pausas activas, incluso definir cada cuánto
hacerlo, cómo llevarlo adelante, con quién compartirlo, etc.
Entender la necesidad, asumir el compromiso y usar la imaginación, para mejorar la calidad de vida y
retrasar las consecuencias de un uso excesivo.
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(http://www.srt.gob.ar/index.php/2014/16-se-amplio-el-listado-de-enfermedades-profesionales)
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