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hoja
dominical
Arzobispado de Tarragona
27 de diciembre de 2015
La Sagrada Familia
www.arqtgn.cat n. 3.433
..... a los 4 vientos
Modelo para nuestras familias
Cuando un domingo cae en la octava de Navidad, la
Iglesia celebra en él la fiesta de la Sagrada Familia. Apenas
acabamos de expresar nuestra alegría por el nacimiento
de Jesucristo y ya tenemos prisa para situarlo en su primer
marco histórico: el seno de una familia.
El papa Francisco, hablando de los planes divinos de
redención de la humanidad, preguntó a su auditorio,
refiriéndose al momento en que Dios envió su Hijo al
mundo: «¿Dónde lo mandó? ¿A un palacio, a una ciudad,
a levantar una empresa? ¡Lo mandó a una familia! Dios
entró al mundo en una familia.» Una familia que tenía un
taller en un pequeño pueblo y dispuso que estuviera allí
durante treinta años.
‘
Cualquier pequeña acción que hagamos
por amor a Dios y a los demás
tiene un valor inapreciable
La historia que estudiamos en el bachillerato habla
de grandes personajes, guerras y conquistas,
descubrimientos, hazañas de héroes… pero en los planes
de Dios para la redención figuraba una familia que,
aunque lejanamente fuera de la estirpe de David, había
ido a menos, unos padres que no encuentran posada
cuando el Hijo va a nacer, una familia de refugiados que
deben abandonar su tierra y marchar a Egipto.
En el mundo de hoy la Sagrada Familia sigue siendo
el modelo. No les faltaron problemas y privaciones,
amenazas a la seguridad, un porvenir incierto. Pero
aquellos padres tenían un tesoro, tenían a Jesús-Dios con
ellos. Esta presencia hace que sea una comunidad de amor
en su máxima expresión. Los trabajos humildes de José
en su taller de carpintería y de María en las tareas propias
de una mujer en el hogar, no carecen de importancia por
el hecho de no ser socialmente relevantes. Es un modo
de decirnos que cualquier pequeña acción que hagamos
por amor a Dios y a los demás tiene un valor inapreciable.
Pasados treinta años, Jesús se lanza por los caminos de
Palestina a anunciar el Reino de Dios, y forma una primera
comunidad de discípulos, que se conocerán entre ellos
y que compartirán los avatares de cada jornada. Es el
embrión de lo que será la Iglesia, una familia de lazos
espirituales. Así debemos considerar la Iglesia, en la que
las parroquias son pequeñas comunidades cristianas,
familias que se reúnen para rezar y celebrar el misterio
eucarístico.
Recemos por nuestras familias, que nos acompañan
desde el nacimiento hasta la muerte, y por esta gran
familia espiritual a la que pertenecemos por el Bautismo.
† Jaume Pujol Balcells
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado
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Las obras de misericordia (II)
...........................................
Las obras de misericordia son catorce: siete corporales y siete espirituales. Las corporales las encontramos prácticamente
todas en el Juicio final narrado por el evangelista Mateo (cf. Mt 25, 31-46).
2- Dar de beber al sediento. ¿Nos acordamos alguna vez de aquellos hermanos nuestros que ni siquiera pueden beber
un vaso de agua? ¿Y de aquellos que enferman porque tienen que saciar su sed con agua contaminada, o aquellos
que mueren de sed porque otros la desperdician? Incluso Jesús sintió sed y se exclamó con tanta vehemencia que un
soldado romano le acercó una esponja con hiel y vinagre. ¿Es que acaso somos nosotros peores que aquel soldado
romano capaces de negar agua a quien tiene sed?
L
iturgia
Lecturas
La Sagrada Familia
Lectura del primer libro
de Samuel (1, 20-22.24-28)
En aquellos días, Ana concibió, dio
a luz un hijo y le puso de nombre
Samuel, diciendo: —«Al Señor se
lo pedí.» Pasado un año, su marido
Elcaná subió con toda la familia para
hacer el sacrificio anual al Señor y
cumplir la promesa. Ana se excusó
para no subir, diciendo a su marido:
—«Cunado destete al niño, entonces
lo llevaré para presentárselo al Señor
y que se quede allí para siempre.»
Ana se quedó en casa y crió a su hijo
hasta que lo destetó. Entonces subió
con él al templo del Señor, de Siló,
llevando un novillo de tres años, una
fanega de harina y un odre de vino. El
niño era aún muy pequeño. Cuando
mataron el novillo, Ana presentó el
niño a Elí, diciendo: —«El Señor, por
tu vida, yo soy la mujer que estuvo
aquí junto a ti, rezando al Señor. Este
niño es lo que yo pedía; el Señor me
ha concedido mi petición. Por eso
se lo cedo al Señor de por vida, para
que sea suyo.» Después se postraron
ante el Señor.
Salmo responsorial
[83, 2-3.5-6.9-10 (R.: cf. 5a)]
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
R. Dichosos los que viven en tu casa,
Señor.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran
en ti su fuerza
al preparar su peregrinación. R.
Señor de los ejércitos,
escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios,
ennuestro Escudo,
Mira el rostro de tu Ungido. R.
de la semana
Ciclo C
Liturgia de las Horas: Semana I
Lectura de la primera carta
del apóstol san Juan (3, 1-2.21-24)
Queridos hermanos: Mirad qué amor
nos ha tenido el Padre para llamarnos
hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo
no nos conoce porque no le conoció
a él. Queridos, ahora somos hijos de
Dios y aún no se ha manifestado lo
que seremos. Sabemos que, cuando
él se manifieste, seremos semejantes
a él, porque lo veremos tal cual es.
Queridos, si la conciencia no nos
condena, tenemos plena confianza
ante Dios. Y cuanto pidamos lo
recibimos de él, porque guardamos
sus mandamientos y hacemos lo que
le agrada. Y éste es su mandamiento:
que creamos en el nombre de su
Hijo, Jesucristo, y que nos amemos
unos a otros, tal como nos lo mandó.
Quien guarda sus mandamientos
permanece en Dios, y Dios en él; en
esto conocemos que permanece en
nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (2, 41-52)
Los padres de Jesús solían ir cada año
a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años,
subieron a la fiesta según la costumbre
y, cuando terminó, se volvieron; pero
el niño Jesús se quedó en Jerusalén,
sin que lo supieran sus padres. Éstos,
creyendo que estaba en la caravana,
hicieron una jornada y se pusieron
a buscarlo entre los parientes y
conocidos; al no encontrarlo, se
volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en
el templo, sentado en medio de
los maestros, escuchándolos y
haciéndoles preguntas; todos los que
le oían quedaban asombrados de su
talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le
dijo su madre: —«Hijo, ¿porqué nos
has tratado así? Mira que tu padre y
yo te buscábamos angustiados.» Él
les contestó: «¿Porqué me buscabais?
¿No sabías que yo debía estar en
Domingo, 27: La Sagrada Familia:
Jesús, María y José (F) [1Sam 1, 20
22.24-28; Salmo 83, 2-3.5-6.9-10;
1Jn 3, 1-2.21-24; Lc 2, 41-52, o bien:
Eclo 3, 2-6.12-14; Salmo 127, 1-2.3.45; Col 3, 12-21; Lc 2, 41-52
(LE/LH propias)]
Lunes, 28: Los Santos Inocentes,
mártires (F) [1Jn 1, 5-2,2; Salmo 123,
2-3.4-5.7b-8; Mt 2, 13-18]
Martes, 29: [1Jn 2,3-11;
Salmo 95, 1-2 a. 2b-3.5b-6;
Lc 2, 22-35] San Tomás Becket, obispo
y mártir (Conm.)
Miércoles, 30: [1Jn 2, 12-17;
Salmo 95, 7-8a.8b-10.9; Lc 2, 36-40]
San Rogelio
Jueves, 31: [1Jn 2, 18-21; Salmo 95,
1-2.11-12.13; Jn 1, 1-18] San Silvestre
I, papa (Conm.). I vísperas de la
Solemnidad de Santa María
Viernes, 1: Santa María, madre de
Dios (Sol) [Núm 6, 22-27; Salmo 66,
2-3.5.6 y 8; Gál 4, 4-7; Lc 2, 16-21
(LE/LH propias)]
Sábado, 2: San Basilio Magno y San
Gregorio Nacianceno, obispos y
doctores de la Iglesia (MO)
[1Jn 2, 22-28; Salmo 97,
1.2-3ab.3cd-4; Jn 1, 19-28]
Domingo, 3: II Domingo después
de Navidad [Eclo 24, 1-4.12-16;
Salmo 147, 12-13.14-15.19-20;
Ef 1, 3-6.15-18; Jn 1,1-18 (o bien
más breve: 1, 1-5.9-14)
(LE/LH propias)]
la casa de mi Padre?» Pero ellos no
comprendieron lo que quería decir. Él
bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo
su autoridad. Su madre conservaba
todo esto en su corazón. Y Jesús iba
creciendo en sabiduría, en estatura y
en gracia ante Dios y los hombres.
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