Familia Misionera - centros misioneros verbum dei

Viernes 13
Sábado 14
Génesis 3,1-8 Salmo 32,1-2.5.6.7
Marcos 7, 31-37
Génesis 3,9-24 Salmo 90, 2.3-4.5-6-13
Marcos 8, 1-10
“Effetá”, ábrete!!
Será una orden? O qué será?
Y si es una orden, para quién?
Bueno
es
preguntarnos
siempre frente a la Palabra,
cada situación, a fin de hallar
luz por medio del Espíritu
Santo
para
discernir
la
voluntad de Dios con cada
uno.
Hoy, por ejemplo, a cada uno
nos dirá con cuál énfasis
escuchar ese “ábrete”: En el
Evangelio de hoy, se trata de
un sordo. No podía oír y Jesús
le dio la orden, es decir,
volvió a implantar el orden de
las cosas.
Su poder es sobre todas las
cosas y las creaturas. A qué
me debo abrir? A su Palabra,
a su presencia en mí. Qué hay
cerrado en mí? Qué es lo que
no me deja entrar en su
presencia?
Hay algo que aún me frena
para vivir el gozo de su
reinado en mí? Señor, abre mi
espíritu a la acción del tuyo,
para tener tu mirada, tu
Amor,
tus
palabras,
tus
pensamientos y tus actitudes
para con mis hermanos.
Muéstrame,
Señor
tus
caminos. Hazme de nuevo.
“Por aquellos días, habiendo
de nuevo mucha gente y no
teniendo qué comer, llama
Jesús a sus discípulos y les
dice: «Siento compasión de
esta gente, porque hace ya
tres días que permanecen
conmigo y no tienen qué
comer”.
PAUTAS DE ORACIÓN
l
QUINTA SEMANA DE T. O.
Febrero 8 al 14 de 2015
Él, como pan vivo bajado del
cielo, nos invita a “hacer esto
en conmemoración mía –suya-“
para ser alimento para los
demás, para vivir la verdadera
entrega fraterna, esa que siente
como propia la necesidad del
hermano.
Jesús siempre sintió –y sientecomo suyas, mis necesidades y
por eso se acerca a ellas con
una mirada conmovida y un
corazón puro.
Job 7,1-4.6-7 Salmo 147, 1-6
1 Cor 9,16-19.22-23 Marcos 1,29-39
“Cuando salió de la sinagoga
LA PEDAGOGÍA DE LA FE
Jesús
es
compasivo
y
misericordioso (características
del Amor) y busca cómo
resolver nuestra hambre y
nuestra sed de Él.
Y nos mueve a despertar en
nosotros
esos
mismos
sentimientos
suyos:
Amor
fraterno, entrega desinteresada
y total al hermano. El Amor al
estilo de Cristo nos apremia,
nos urge, nos convoca en estos
tiempos.
Domingo 8
se fue con Santiago y Juan a
casa de Simón y Andrés. La
suegra de Simón estaba en
cama con fiebre; y le hablan
de
ella.
Se
acercó
y,
tomándola de la mano, la
levantó. La fiebre la dejó y
ella se puso a servirles…”
(Mc1,29-39)
La
actitud
de
Jesús,
su
testimonio de vida, transmite la
VIDA con mayúsculas y te
capacita para ser y hacer como
Él. El Amor del maestro es un
Amor vinculante, plenificador, y
por eso mismo sanador.
ACTIVIDADES
Escuela de La Palabra
Sábados 3:00 pm
Confesiones: sábados 3:00 pm
Eucaristía: Sábados 4:45 pm
Familia Misionera
Verbum Dei
Casa de Apostolado
Carrera 43 Nº 46 - 48
Medellín - Colombia
Telefono: 2394077
www.centrosmisioneros.com/meditaciones
Para la “fiebre” de nuestro
humano orgullo, está la humilde
presencia de Jesús, con la
autoridad derivada de su Fe en
el
Padre
y
su
oración
irrevocable.
No hay obstáculo que no sea
superado por la presencia de
Jesús, como lo hizo al curar a la
suegra de Pedro. Para la
postración del pecado, buena es
la fuerza de la Trinidad.
Y, llamados a servir, digamos
con Pablo: “Hay de mí si no
anuncio
el
Evangelio!”.
(1Cor. 9,17).
Lunes 9
Martes 10
Miércoles 11
Jueves 12
Génesis 1, 1-19 Salmo 104, 1-5-12-35
Marcos 6, 53-56
Génesis 1, 20-31.2,1-4 Salmo 8, 4-9
Marcos 7, 1-13
Génesis 2,4b-9.15-17 Salmo 104,1-30
Marcos 7, 14-23
Génesis 2,18-25 Salmo 128,1-5
Marcos 7, 24-30
El camino de la Fe, tiene un
principio: la humildad. Esa que
nos permite reconocer que
Jesús es el único que tiene la
verdad y el único que nos
puede levantar. El miedo,
humano y natural, es vencido
por el poder del Espíritu Santo
presente en Jesús, cuya Fe
está puesta en el Padre.
“…Creó, pues, Dios al ser
humano a imagen suya, a
imagen de Dios le creó,
varón y mujer los creó…”
(Gn 1,27).
“…Nada de lo que entra de
afuera puede hacer impuro
al hombre. Lo que sale del
corazón del hombre es lo
que lo hace impuro...” (Mc
“…Dijo luego Yahveh Dios:
«No es bueno que el
hombre esté solo. Voy a
hacerle
una
ayuda
adecuada.» (Gn 2,18).
Así debe ser nuestra entrega
en Él: como la de la gente de
Genesaret
que
acudía
al
Maestro porque lo reconocían.
Es decir, reconocían en Él,
veían en Él a “alguien” más
especial de la mera apariencia
física: intuían el poder de la
gracia que le asistía. Ese poder
que le era dado del cielo.
“Después de cruzar el lago,
llegaron
a
tierra
en
Genesaret
y
atracaron
allí. Al bajar ellos de la
barca, la gente en seguida
reconoció
a
Jesús. Lo
siguieron por toda aquella
región y, adonde oían que
él estaba, le llevaban en
camillas a los que tenían
enfermedades…”
(Mc6,5356).
Regálame Señor el don de
reconocerte
siempre
para
acudir a ti que eres la fuente
de vida eterna.
El de hoy, es un día para
celebrar: celebrar la vida, la
procedencia, la herencia que
nos ha sido confiada, la
semejanza, la gracia de ser
hijos de DIOS. Hoy, es fiesta!
Somos familiares del cielo, por
ende, somos familiares de
DIOS. Claro, somos sus hijos
con todas las implicaciones
que eso tiene.
Hoy, demos gracias al Padre,
por
su
misericordia
y
pidámosle pobreza de corazón,
que es la mayor riqueza a la
cual podemos aspirar.
Pobreza, para administrar con
alegría los dones que nos
confía; pobreza, para aprender
a valorar a nuestros hermanos
y saberlos tan sagrados como
nosotros;
pobreza,
para
aprender a desprendernos de
nuestras riquezas que nos
hacen verdadera y tristemente
pobres.
Gracias,
Señor,
por
recordarnos hoy que tu AMOR
no tiene límites. Gracias PAPÁ!
7,14).
Qué tienes en tu corazón? Me
pregunta hoy el Señor y te
pregunta a ti. De qué está
lleno tu corazón? Quién lo
habita?,
para
quién
está
disponible
hoy?
Muchas
preguntas
que
podríamos
someter
a
una
oración
juiciosa, íntima, tranquila, en
presencia del Padre que ve en
lo secreto, es decir, que ve en
el corazón de los hombres (de
todos, sin excepción).
Buen ejercicio, para empezar
esta mitad de la semana.
Comencemos por revisar el
contenido de nuestro corazón:
esculquemos,
revisemos,
profundicemos,
ahondemos,
no escondamos… Está lleno?
¿De
qué?
Es
bueno
(y
saludable) evaluar, detenernos
a sopesar lo que lo llena, lo
que lo colma. Es Dios? O es el
mundo, los orgullos humanos
y el hombre viejo? Un alto en
el camino sería bueno, para
pedirle al Señor que nos
habite, que lo que hay allí,
quizás no es lo que Él desea.
Dios
conoce
nuestras
necesidades,
fragilidades,
inquietudes,
carencias…También nuestros
sueños
más
grandes
y
nuestros
miedos
más
rebuscados. Él nos sondea,
nos conoce como el que más.
Dios es nuestro creador y
sabe de qué estamos hechos.
Sabe
cuál
es
nuestra
identidad, aunque nosotros a
veces no la tengamos tan
clara (por nuestras propias
inclinaciones).
Y en ese conocernos, al
crearnos no nos dejó solos (ni
al hombre ni a la mujer). Y
nunca nos ha abandonado. La
compañía de su Amor, a
través de cuerdas humanas,
de lazos de amor, siempre ha
estado a nuestro lado. Ya
desde el principio pensó en
todo y por eso “hombre y
mujer” nos creó.
Gracias Señor, por caminar
siempre a nuestro lado, por
medio de tantos hermanos
que pones para ayudarnos de
manera adecuada.
.