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LA SALVACIÓN ES COMUNAL
Del libro El Dios Pródigo de Timothy Keller
Las festividades son comunales por naturaleza. No hay reunión, encuentro familiar, boda, ni ningún otro
evento social significativo que esté completo si no hay comida. Cuando invitamos a alguien a comer con
nosotros, es una invitación para relajarnos un poco y para conocernos mutuamente. En muchas culturas
invitar a alguien a comer significa ofrecerle la amistad.
Vivimos en una cultura donde los intereses y deseos del individuo tienen preponderancia sobre los de la
familia, grupo o comunidad. En consecuencia, un alto porcentaje de personas quieren lograr un alto
crecimiento espiritual sin perder su independencia con respecto a una iglesia u otra institución organizada.
Esta es la explicación que hay detrás de objeciones comunes como “Soy espiritual, pero no religioso”;
“Me gusta Cristo, pero no el cristianismo” y “Amo a la iglesia universal pero no a la iglesia local”.
Muchas personas que están emprendiendo una búsqueda espiritual han tenido una mala experiencia con
las iglesias, razón por la cual no quieren saber nada de ellas. Están interesadas en una relación con Dios,
pero no en ser parte de una organización. Aunque las iglesias estén llenas de gente que no manifiesta la fe
de Cristo en su relación con otros creyentes, eso no justifica el separarnos de la iglesia mostrando una
especie de superioridad moral. Es imposible crecer espiritualmente si no nos involucramos de manera
profunda con una comunidad donde haya otros creyentes. No puedes llevar una vida cristiana sin un
grupo de amigos cristianos, sin una familia de creyentes en la que encuentres un lugar.
C. S. Lewis dijo respecto a la amistad:
“En cada uno de mis amigos hay algo que solo otro amigo puede mostrar plenamente. Por mi mismo no
soy lo bastante completo como para poner en actividad al hombre total, necesito otras luces, además de
las mías, para mostrar todas sus facetas. Ahora que Charles ha muerto, nunca volveré a ver la reacción de
Ronaldo ante una broma típica de Charles, con su muerte al quedar sólo la amistad con Ronaldo en vez
de recibir más de la personalidad de Ronaldo, recibo menos (…) poseemos a cada amigo no menos sino
más a medida que crece el número de aquellos con quienes lo compartimos. En este sentido, la amistad
muestra una gloriosa “semejanza” al mismo cielo donde la multitud de los bendecidos (que ningún ser
humano puede contar) aumenta la fruición (gozo o placer intenso) que a cada uno de nosotros le
proporciona Dios. Cada alma, al ver a Dios a su manera, les comunica sin duda alguna esa visión única a
todas las demás, aumentando su gozo y placer. Esta, señala un antiguo autor, es la razón por la cual en la
visión de Isaías los serafines se dicen mutuamente “Santo, santo, santo es el Señor” (Isaías 6:3). Mientras
más compartamos el Pan Celestial entre nosotros, más pan tendremos.
Lewis está diciendo que se necesita una comunidad para conocer a un individuo. ¿Cuánto más cierto será
esto en el caso de Jesucristo? Los cristianos suelen decir que desean “conocer más y mejor a Jesucristo”
sin embargo nunca podrás hacer eso en la “individualidad cristiana”. Debes comprometerte activamente
en la iglesia, en la comunidad cristiana, con relaciones de amor y responsabilidad que sean sólidas. Sólo sí
eres parte de una comunidad de creyentes que buscan parecerse, servir y amar a Jesús, podrás conocerlo
y crecer a su imagen y semejanza.
Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico.
Usado con permiso
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