Sueño de Libertad Tony Wolf Miedo. El hedor a muerte nos calaba

Sueño de Libertad
Tony Wolf
Miedo. El hedor a muerte nos calaba en la nariz. Gritos, detonaciones, sangre. Era el pan
de todos los días. Secuestros, extorciones, división y decadencia. Los domingos
familiares se convirtieron en ríos turbios llenos de sangre. Vivíamos asustados, con temor
de salir a la calle, nuestras vidas se detuvieron, la economía se fue por los suelos, todos
sentíamos miedo; eso era innegable. Se paseaban por las solitarias calles, mostrando a
plena luz del día sus armas de fuego, cantando alabanzas que solo incitan al odio y la
violencia. Nadie hacía nada, el gobierno estaba de su lado, se sentían intocables. No
importaba la edad, tu sexo o clase social, ellos no respetaban nada de eso. Salíamos de
nuestras casas con temor, no sabíamos si regresaríamos o si volveríamos a ver a
nuestros seres queridos. Durante este tiempo, perdí a muchos amigos, a los cuales hoy
en día no he vuelto a ver. Personas que posiblemente hubieran tenido un futuro
prometedor, que podrían haber formado una familia, que hubieran hecho el cambio en
nuestro país; personas a las cuales se les arrebató la libertad y la vida.
—«Yo tengo un sueño» —recuerdo que decía en voz baja mientras miraba la calle, desde
la ventana de mi habitación. ¿Qué podía hacer yo? ¡Si tan solo tenía quince años! ¡Nada!
No podía hacer nada o eso creía.
Y de pronto, como un rayo de luz en medio de toda esa oscuridad, surgieron unos
valientes hombres, que pusieron fin a todo eso. La gente se levantó, se armó de valor e
hizo lo que a nuestros gobernantes les correspondía: protegernos. Fui testigo de esto y en
mi vida no he visto nada más emocionante, la euforia de la gente trabajando hombro a
hombro como uno solo. No fue fácil, costó mucho trabajo exterminar la plaga del lugar,
muchas vidas se perdieron, pero se logró el objetivo. ¿Qué es de un pueblo que no es
capaz de defenderse a sí mismo? Nadie va a venir a rescatarnos, el cambio no está en un
partido político, ese cambio está en nuestras manos. Es nuestra decisión el querer salir
adelante para tener una vida digna o quedarnos varados en la cobardía y hacernos de la
vista gorda por miedo.
Yo tengo un sueño y por ese sueño estoy el día de hoy aquí, contando esta historia.
Porque estas son las historias que hay que dar a conocer, no aquellas que alaban a los
malos y denigran a los buenos. Mencionar el nombre de estos valientes hombres no es
necesario, porque quién conozca mi municipio sabrá de quién hablo, sabrá a que me
refiero. Nunca quisieron fama, solo quisieron una cosa, y esa fue: libertad.
Ahora podemos andar libremente por las calles, observar el horizonte sin miedo, seguir
con nuestra vida. Pasamos el tiempo quejándonos sobre la situación del país, sobre la
corrupción, el tema de las drogas y demás, pero no ponemos manos a la obra, nos
quedamos en nuestra zona de confort, esperando a que alguien nos resuelva los
problemas.
“Hacer el bien sin mirar a quién” Hubo un hombre en particular que destacó, fue quién
inicio toda esta revolución y le arrebataron la vida…hay héroes que no necesitan capas, ni
mascarás. Ese día perdimos un héroe, pero ganamos una leyenda. Hay personas a
quienes no les importa arriesgar su vida por la de otros, personas que buscan justicia y
tienen sueños de libertad.
Un pueblo libre, ese fue el sueño de este hombre ¿Cuál es el tuyo?