En plenas celebraciones de la Navidad, del 26 al 31 de diciembre, se nos regaló la posibilidad de ENCONTRARNOS y disfrutar de unos días en la tierra de Nuestro Padre Enrique y en nuestra casa de Tortosa. Nos encontrábamos 36 hermanas de las seis provincias de Europa con el deseo de posibilitar la experiencia de cada una y de este modo la de todas las demás. Fuimos llegando (cosa que no es fácil hacia aquellas tierras) a lo largo del día 26. El equipo coordinador (Upe Hoyos y Concha Salvador) junto con las hermanas que acompañan el proceso de los grupos (Isabel Robles, Ana Cifrián, Sagrario Gómez y Conceiçao Oliveira) nos convocaron para comenzar el encuentro esa misma noche. Presentaciones, motivaciones, dinámicas, entrega del material,… todo fue calentando el ambiente para que a la mañana siguiente comenzáramos a compartir VIDA. Y aquí comenzó todo. Al compartir los objetivos del encuentro formativo se nos había dicho que este era un tiempo para permitirnos aprender de Jesús la manera de hacer Reino, consolidar la experiencia de fe y la opción existencial por Jesús en la Compañía, releer nuestra historia integrando lo vivido, hacernos cargo de la realidad personal, comunitaria e institucional y responder con creatividad y audacia a los nuevos desafíos. Unos “objetivos” altos para que los sean también las obras como diría NP Enrique. Y efectivamente así fue. El primer día comenzamos con una oración que nos iba introduciendo en el lema del encuentro “Para que compartáis nuestra vida”, después celebramos junto a la Comunidad de la casa la Eucaristía y comenzamos en la sala el tema que hoy nos acompañaría: Identidad y etapas vitales. Para iluminar este bloque estuvo con nosotras Soledad Marcos stj. La dinámica de los días siempre fue la misma, sesiones de iluminación, trabajo personal de reflexión y oración, compartir por grupos pequeños y oración comunitaria. Todo ello “aliñado” con dosis grandes de fraternidad, buen estar e implicación que se fueron viendo avanzar a lo largo de los cuatro días. Al final de este día también pudimos disfrutar de la preciosa representación del Belén viviente que el barrio de Jesús celebra en nuestra casa ya desde hace 30 años. Y como dice la palabra: “pasó un día, pasó una mañana el día segundo”. Comenzamos el día con la acción de gracias en la Eucaristía que ambientada con cantos y moniciones nos iba introduciendo en lo que sería el día de hoy. En la sala, esta vez, nos encontramos con Inmaculada Rodríguez una mujer laica teóloga y biblista con la que nos une el ser Familia Teresiana. La iluminación de este día: Jesús, su persona histórica y el Cristo de la Fe. Después de un día intenso, ahondando en la persona y vida de Jesús, orando y compartiendo juntas, llegó la noche y nos juntamos en una sala a cantar, bailar, reírnos, charlar… todo lo que contribuye también a crear ese ambiente fraterno y agradable que hace posible compartir desde la vida. Y lo fuimos logrando en proceso, tal y como se nos invitaba a hacer el primer día y desde las primeras comunicaciones que el equipo coordinador nos fue mandando. Al día siguiente y en la misma dinámica comenzamos el bloque de Carisma en el que nos acompañó nuestra hermana Carmen Melchor stj. Iluminándonos el día a través de este sugerente título: “Enrique de Ossó: El solitario un activista del Reino”. Ahondamos en sus escritos, trabajamos, oramos y nos sorprendimos de nuevo ante la gran expansión apostólica de Enrique y la minuciosidad de sus organizaciones, su gran espíritu de oración y su actividad incansable. Todo ello en la misma dinámica de estos días terminando el día en grupo pequeño compartiendo las resonancias que hoy tiene en cada una de nosotras este documento “Organicémonos” y la invitación a que sea la nuestra una reorganización con Espíritu. Terminamos el día orando ante la “arqueta” de Nuestro Padre. Una oración entrañable, serena y de “hijas” agradecidas por poder estar hoy aquí. Y ya vamos llegando al final de estos días. Hoy para terminar nos acompaña José Eizaguirre un hombre comprometido con la causa del Reino desde la certeza que Otro mundo es posible y que hay ya mucha gente buena contribuyendo a ello. Comenzamos orando con unas semillas, las cuales representaban los miles de personas que mueren de hambre en el mundo en el tiempo que duraba nuestra oración. Un momento que nos ayudó a tomar conciencia y a poner nuestra impotencia y limitación en las manos de Dios misericordia y Padre de todos. En la sala dinámicas de “movilización” sobre el tema de consumo solidario, alimentación, ecología… Surgían objeciones y buscábamos darles solución… un momento que despertaba dinámicas de creatividad. Por la tarde una visión sobre la Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si” con estas claves que fuimos tratando durante el día. Terminamos la jornada con la Eucaristía en la que pusimos a los pies de Jesús niño el agradecimiento que nos iba brotando en el momento de la evaluación que hicimos previamente y en la que pudimos compartir el ambiente tan fraterno que se creó y la dinámica de implicación personal y de grupo que fuimos posibilitando entre todas estos días. Quedamos convocadas para el tiempo intermedio en el que iremos compartiendo reflexión, oración y vida. Y la próxima vez que nos veremos, si Dios quiere, será en verano en la preciosa tierra Portuguesa, en Lisboa. Para disfrutar de la GALERIA DE IMÁGENES pincha en este enlace: https://www.flickr.com/photos/108470984@N02/albums/72157663335626411
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