Para el repaso oral: de la Escuela del Ministerio Teocrático de Marzo y Abril de 2015 CAPITULO 5: w79 1/12 pág. 26 “Paz entre los hombres que tienen su aprobación” Jehová prohíbe el que uno mezcle la adoración de él con la que se da a dioses demoníacos. “No has de celebrar un pacto con ellos ni sus dioses,” dijo él a su pueblo Israel. “No deben ellos morar en tu tierra, para que no te hagan pecar contra mí. En caso de que sirvieras a sus dioses, eso llegaría a ser un lazo para ti.” (Éxo. 23:32, 33; 1 Sam. 5:1-4) Se repite esta restricción a los cristianos: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad? Además, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial?”—2 Cor. 6:14, 15. w02 1/7 págs. 6-7 Adorar a Dios “en espíritu” Emplear objetos tangibles en la adoración es una práctica peligrosa. Es muy fácil caer en la tentación de rendir culto al objeto en vez de al Dios que presuntamente representa. En otras palabras, el icono se convierte en foco de idolatría. Así ocurrió en el antiguo Israel con diversos objetos. Por ejemplo, Moisés confeccionó una culebra de cobre durante el viaje de los israelitas a través del desierto. En sus orígenes, la representación de aquella serpiente sobre un poste desempeñó funciones curativas para quienes habían sido castigados. Las personas mordidas por las serpientes recibían la ayuda divina si fijaban la mirada en la culebra de cobre. Pero, años más tarde, cuando el pueblo ya estaba asentado en la Tierra Prometida, por lo visto convirtieron aquel símbolo en un ídolo, atribuyendo las virtudes curativas a la propia culebra de cobre. Llegaron incluso a ofrecerle incienso y darle un nombre: Nejustán (Nehustán) (Números 21:8, 9; 2 Reyes 18:4). Los israelitas también trataron de utilizar el arca del pacto como amuleto contra sus enemigos, con funestas consecuencias (1 Samuel 4:3, 4; 5:11). Y en la época de Jeremías, los ciudadanos de Jerusalén se preocupaban más por el templo que por el Dios que en él se adoraba (Jeremías 7:12-15). CAPITULO 6: w95 15/8 págs. 17-18 párr. 3 “Mi yugo es suave y mi carga es ligera” 3. a) ¿Qué clase de yugos se empleaban en tiempos bíblicos? b) ¿En qué sentido figurado se utiliza la palabra yugo? 3 Jesús y sus oyentes vivían en una sociedad agrícola, por lo que conocían bien lo que era un yugo. Esencialmente, un yugo es una barra larga de madera con dos gamellas en la parte inferior que se apoyan sobre el cuello de dos animales de tiro, generalmente bueyes, para que tiren juntos de un arado, un carro u otra carga. (1 Samuel 6:7.) Los seres humanos también utilizaban yugos. Estos eran barras o palos sencillos que se colocaban sobre los hombros con carga en ambos lados. Los obreros podían transportar cargas pesadas con estos yugos. (Jeremías 27:2; 28:10, 13.) Ya que el yugo está relacionado con cargas y trabajo, la Biblia muchas veces se refiere a él en sentido figurado como símbolo de dominación y control. (Deuteronomio 28:48; 1 Reyes 12:4; Hechos 15:10.) it-1 pág. 1118 Hemorroides La palabra hebrea que en 1 Samuel 5:6 se traduce “hemorroides” (Mod, nota; NM; Val, 1909), “almorranas” (BM), “tumores” (BJ, NC), “bubones” (Ga) y “diviesos” (NBE) es ʽofa·lím, que denota hinchazones o protuberancias redondas, hemorroides (tumores en el ano). En 1 Samuel 6:11, 17, el texto masorético llama a las hinchazones que afligieron a los filisteos tejo·rím, que significa “tumores”. En los seis lugares donde aparece ʽofa·lím, los masoretas judíos puntuaron esta palabra con las vocales de tejo·rím (tumores) y pusieron esta palabra en el margen como la que debía leerse en vez de ʽofa·lím. Los cinco señores del eje de los filisteos devolvieron el Arca a Israel con una ofrenda por la culpa para Jehová, que consistía en parte en cinco imágenes de oro de las hemorroides, es decir, representaciones de esas hinchazones. (1Sa 6:4, 5, 11, 17.) Algunos pueblos antiguos (en particular los griegos y los romanos) tenían la costumbre de presentar a sus dioses exvotos de las partes enfermas del cuerpo para solicitar o agradecer su curación. Como los jerbos estaban arruinando la tierra (1Sa 6:5), algunos eruditos creen que lo que afligió a los filisteos fue la peste bubónica, una enfermedad infecciosa de elevada mortalidad caracterizada por síntomas como la fiebre, escalofríos, postración y agrandamiento doloroso de las glándulas linfáticas o bubones. Esta plaga se transmite principalmente por las picaduras de pulgas que han estado en contacto con ratas infectadas u otros roedores moribundos o muertos. Levante Página 1 Hubo una confusión mortífera cuando el Arca estuvo en Eqrón, donde “los hombres que no murieron habían sido heridos con hemorroides”. (1Sa 5:10-12.) En 1 Samuel 6:4 se hace referencia tanto a imágenes de hemorroides como a jerbos, y se pone en boca de los sacerdotes y adivinos filisteos las siguientes palabras: “Cada uno de ustedes y sus señores del eje tienen el mismo azote”. Esta declaración, no obstante, puede significar tan solo que toda la nación, tanto los señores del eje como el pueblo en general, habían sufrido una calamidad común, “el mismo azote”, no necesariamente que los roedores y las hemorroides tenían que ver con la misma enfermedad epidémica o plaga. Parece ser que la Biblia se limita a indicar que los jerbos destruyeron vegetación por toda Filistea, de modo que arruinaron la tierra, y no especifica que contagiaran a los filisteos a quienes Jehová plagó. it-1 págs. 180-181 Arca del pacto No era un amuleto mágico. El Arca no era un amuleto mágico. Su sola presencia no garantizaba el éxito; más bien, las bendiciones de Jehová dependían de la condición espiritual y de la obediencia fiel de los que la poseían. Por esta razón, los israelitas, acaudillados por Josué, sufrieron una derrota en Hai debido a su infidelidad, a pesar de que el Arca estaba en el campamento. (Jos 7:1-6.) De manera similar, aunque los israelitas estaban confiados porque el Arca se hallaba entre sus fuerzas de combate, los filisteos mataron a 30.000 soldados de Israel y hasta se apoderaron de ella. (1Sa 4:1-11.) La recuperación del Arca de manos de los filisteos fue una ocasión de gran regocijo, en la que se ofrecieron sacrificios y se expresaron gracias, lo que no impidió que Jehová ‘derribara al pueblo con gran matanza’. ¿Por qué? “Porque habían mirado el arca de Jehová”, una violación de su mandato expreso. (1Sa 6:11-21; Nú 4:6, 20.) No se sabe con exactitud cuántos murieron en esa ocasión. El texto masorético dice: “De modo que derribó entre el pueblo a setenta hombres — cincuenta mil hombres—”. Esta construcción tan ambigua hace pensar que la expresión “cincuenta mil hombres” es una interpolación. La Versión Peshitta siriaca y una versión arábiga dicen que fueron derribados “cinco mil setenta hombres”. El Targum de Jonatán relata: “Y él derribó a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, y a cincuenta mil entre la congregación”. La Versión de los Setenta dice que “él derribó a setenta hombres entre ellos, y a cincuenta mil de los hombres”, mientras que Josefo menciona solo a setenta hombres. (Antigüedades Judías, libro VI, cap. I, sec. 4.) CAPITULO 7: w82 1/1 pág. 22 párr. 7 Escondidos en el día de la cólera de Jehová 7. (a) ¿Qué corresponde hoy al espiritismo y la unión de fes que practicaban los judíos? (b) Al respecto, ¿qué consejo oportuno se encuentra en la Palabra de Dios? 7 La astrología, la adivinación, el espiritismo... todas estas prácticas también se encuentran entre los que afirman que son cristianos. Bajo el pretexto de que ‘todas las religiones llevan a la misma meta,’ hoy se practica extensamente la unión de fes en la cristiandad. Las supersticiones de la religión falsa se mezclan con la Biblia. Así, en vez de obedecer el mandato de Jesús de observar la Conmemoración de Su muerte una vez al año, la cristiandad da importancia a la Pascua florida, cuyo nombre en inglés, “Easter,” se deriva del nombre de la diosa del amor sensual, Astoret (Astarte, en griego), e incorpora en esta fiesta ritos y símbolos de fertilidad, tales como conejos y huevos de Pascua. Cualquiera que haya estado envuelto en tales prácticas haría bien en seguir el buen consejo de 1 Samuel 7:3: “Si es con todo su corazón que están volviéndose a Jehová, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y también las imágenes de Astoret, y dirijan su corazón inalterablemente a Jehová y sirvan solo a él, y él los librará.” Sí, es esencial respetar a Jehová, su Palabra y sus requisitos si deseamos estar entre aquellos a quienes se invita a participar en su día de vindicación. Eso es lo que dice Sofonías mismo: w92 15/3 págs. 16-17 párr. 17 ¡Firmes por la libertad que Dios nos da! 17. ¿Qué significa la conversión, y qué requiere esta de la persona que piensa bautizarse? 17 También tiene que haber conversión antes de que la persona pueda bautizarse como testigo de Jehová. La conversión del que se arrepiente se efectúa después que esa persona rechaza su derrotero incorrecto y se resuelve a hacer lo que es correcto. Los verbos hebreo y griego relacionados con la conversión significan “volver; volverse; retroceder”. Cuando se usa con buen sentido espiritual, eso se refiere a volverse a Dios desde un camino incorrecto. (1 Reyes 8:33, 34.) La conversión requiere “obras propias del arrepentimiento”, hacer lo que Dios manda, abandonar la religión falsa y con tenacidad inclinar nuestro corazón hacia Jehová para servirle solo a él. (Hechos 26:20; Deuteronomio 30:2, 8, 10; 1 Samuel 7:3.) Esto exige “un corazón nuevo y un espíritu nuevo”, que la persona cambie de modo de pensar, disposición y objetivo en la vida. (Ezequiel 18:31.) La nueva personalidad resultante reemplaza con cualidades piadosas los rasgos impíos. (Colosenses 3:5-14.) Sí, el verdadero arrepentimiento de veras impulsa a la persona a ‘volverse’. (Hechos 3:19.) Levante Página 2 w02 1/4 pág. 12 párr. 13 ¿Por qué bautizarse? 13. En relación con el bautismo, ¿qué implica la conversión? 13 Antes de bautizarse como testigo de Jehová, es necesaria la conversión de la persona. Se trata de un acto libre y voluntario de parte de quien ha resuelto de todo corazón seguir a Cristo Jesús. Implica el rechazo de su mal proceder anterior y la decisión de hacer lo que es bueno a los ojos de Dios. En las Escrituras, los verbos hebreos y griegos relacionados con la conversión tienen el sentido de volver atrás, darse la vuelta, es decir, una acción que denota dejar el mal camino y acudir a Dios (1 Reyes 8:33, 34). Para que haya conversión, deben existir “obras propias del arrepentimiento” (Hechos 26:20). Es preciso abandonar la religión falsa, actuar en armonía con los mandamientos de Dios y dar devoción exclusiva a Jehová (Deuteronomio 30:2, 8-10; 1 Samuel 7:3). La conversión cambia nuestra manera de pensar, objetivos y modo de ser (Ezequiel 18:31). Nos “damos la vuelta” cuando sustituimos las características impías por la nueva personalidad (Hechos 3:19; Efesios 4:20-24; Colosenses 3:5-14). w78 15/9 pág. 22 párr. 9 ‘Haz rodar sobre Jehová tus obras’ 9. ¿Cómo experimentaron los israelitas los resultados de ‘hacer rodar sus obras sobre Jehová’? 9 En aquel tiempo, Samuel el fiel profeta estaba juzgando a Israel. Porque el pueblo había vacilado entre la adoración de Jehová y la de otros dioses, habían sufrido mucho a manos de sus enemigos. Pero Samuel los dirigió en el camino correcto. Los exhortó a librarse de los dioses falsos que estaban en medio de ellos. Ellos obedecieron y empezaron a servir a Jehová solamente. Así, ‘mientras hacían rodar sus obras sobre Jehová,’ se les otorgó una victoria decisiva sobre sus enemigos enconados, los filisteos.—1 Sam. 7:3, 4, 10-14. w11 1/1 págs. 24-25 Siguió adelante pese a los golpes de la vida El mal ejemplo de los hijos de Elí —hombres corruptos e inmorales— había erosionado la fe del pueblo. Como resultado, muchos se entregaron a la idolatría. Tras veinte años de labor y afán, Samuel les dijo a sus hermanos israelitas: “Si con todo su corazón están volviéndose a Jehová, quiten de en medio de ustedes los dioses extranjeros y también las imágenes de Astoret, y dirijan su corazón inalterablemente a Jehová y sírvanle solo a él, y él los librará de la mano de los filisteos” (1 Samuel 7:3). Lo cierto es que “la mano de los filisteos” estaba oprimiendo sin compasión al pueblo. Como el ejército israelita había sido prácticamente destrozado, sus enemigos pensaban que podían abusar de ellos con impunidad. Y ahora Samuel les presentaba la posibilidad de regresar a Jehová y recuperar la libertad. ¿Lo escucharon? Sí, pues se deshicieron de sus ídolos y “empezaron a servir solo a Jehová”. El profeta, sin duda muy complacido, los congregó a todos en Mizpá, una ciudad que quedaba en la región montañosa al norte de Jerusalén. Allí ayunaron y le demostraron a Jehová que estaban arrepentidos de su idolatría (1 Samuel 7:4-6). Pero los filisteos vieron aquella reunión como una oportunidad para aplastar a los adoradores de Jehová, así que fueron contra ellos. Cuando los israelitas supieron del peligro que los amenazaba, se aterrorizaron y le pidieron a Samuel que clamara a Jehová por ayuda. Este accedió y acompañó su oración de una ofrenda quemada. Aún no había terminado de hacer el sacrificio cuando los filisteos atacaron la ciudad. Pero Jehová escuchó el clamor de su pueblo e hizo que el cielo “tronara con gran estruendo [...] contra los filisteos”, con lo que provocó una gran confusión (1 Samuel 7:7-10). Sin embargo, los filisteos eran guerreros curtidos en fieras batallas; no eran niños, que con un simple trueno corren a la falda de sus madres. Aun así, huyeron por sus vidas. ¿Qué los asustó tanto? Tal vez el “gran estruendo” retumbó en las colinas, o quizá provino de un cielo despejado. En cualquier caso, aquel acto sobrenatural convirtió a los depredadores en presas. Los israelitas salieron de Mizpá y persiguieron a los filisteos por kilómetros y kilómetros hasta llegar al suroeste de Jerusalén (1 Samuel 7:11). w05 15/3 págs. 21-22 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel Respuestas a preguntas bíblicas: 1 Samuel 7:7-9, 17. ¿Por qué ofreció Samuel una ofrenda quemada en Mizpá y erigió un altar en Ramá, en vista de que los sacrificios debían ofrecerse con regularidad únicamente en un lugar que Jehová escogiera? (Deuteronomio 12:4-7, 13, 14; Josué 22:19.) Una vez que se retiró el Arca sagrada del tabernáculo de Siló, dejó de ser evidente la presencia de Jehová. Por eso, en calidad de representante de Dios, Samuel ofreció una ofrenda quemada en Mizpá y también levantó un altar en Ramá. Al parecer, tales acciones contaban con la aprobación de Jehová. Levante Página 3 w11 1/1 págs. 25-26 Siguió adelante pese a los golpes de la vida Siglos más tarde, el apóstol Pablo incluyó a Samuel entre los jueces y profetas que “efectuaron justicia” (Hebreos 11:32, 33). Así es, Samuel contribuyó a que se hiciera lo que era justo y recto a los ojos de Jehová. Y lo logró porque, en lugar de dejarse vencer por las dificultades, siguió realizando su labor mientras esperaba con paciencia a que Jehová enderezara los asuntos. Además, demostró ser una persona agradecida. Tras la victoria en Mizpá, levantó un monumento para recordar lo que Dios había hecho a favor del pueblo (1 Samuel 7:12). Si queremos hacer lo que es justo a los ojos de Jehová, tenemos que ser pacientes, humildes y agradecidos, como lo fue Samuel. ¿Y quién no tiene necesidad de cultivar esas cualidades? A Samuel le fue muy útil desarrollarlas cuando todavía era un hombre joven, pues en su vejez afrontó pruebas y desilusiones mucho más graves, CAPITULO 8: w83 1/6 págs. 23-24 párr. 4 Armados para la pelea contra los espíritus inicuos 4. a) ¿En qué caso es encomiable compartir lo que uno tiene, pero qué clase de regalo es incorrecto? b) Los siervos de Dios del pasado cayeron en ¿qué trampa que tenemos que evitar? 4 Ciertamente es encomiable el que los testigos de Jehová del día presente que tengan más cosas materiales que otros compartan lo que tienen con los que tengan menos que ellos, como lo hicieron los cristianos primitivos durante sus fiestas de amor (Judas 12). No obstante, ¿qué hay si alguien tiene una segunda intención, y tal vez dé un regalo a otra persona porque sabe que ésta en cambio puede proporcionarle algún privilegio dentro de la congregación cristiana? ¡Esto ciertamente sería incorrecto! Y sería igualmente incorrecto que la persona que aceptara dicho regalo lo pagara con esa clase de favor. El hacer tal cosa sería comparable a dejarse sobornar. El cristiano prudente se guarda de caer en tal trampa, trampa en la que cayeron ciertos siervos de Dios del pasado cuando se les confiaron puestos de responsabilidad. (1 Samuel 8:1-3; 2 Crónicas 19:6, 7.) w76 1/6 pág. 345 párr. 6 ¿Qué significa ser “ministro”? 6. (a) ¿Qué se da a entender por un arreglo “monárquico” en cuanto a las congregaciones, y qué contribuyó al desarrollo de tal arreglo? (b) ¿Muestran las Escrituras que la concentración de autoridad en una sola persona es el modo cristiano de mantener unidad genuina de fe y creencia? Si no, entonces ¿cuál es el medio por el cual hacerlo? 6 Así se desarrolló un arreglo “monárquico,” es decir, un sistema en el cual la autoridad y el privilegio administrativos se investían en una sola persona con exclusión de las demás. (Compare con 1 Corintios 4:8.) Según una cita de Jerónimo (del cuarto siglo E.C.) éste dice que la supremacía de un solo superintendente (epískopos) resultó ‘por costumbre más bien que por el nombramiento mismo del Señor,’ como medio que se usó para impedir divisiones. Por consiguiente, el punto de vista fue que se podría mantener mejor la unidad si se colocaba gran autoridad en una sola persona que, porque tendría mayor poder, podría ‘mantener en la raya’ a cualquiera que no estuviera de acuerdo. (Compare con 1 Samuel 8:4-7, 19, 20.) En contraste, el apóstol Pedro instó a compañeros ancianos a pastorear el rebaño que estaba bajo el cuidado mutuo de ellos, sin estar “enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño,” sujetándose humildemente unos a otros. (1 Ped. 5:1-6) El apóstol Pablo también muestra que sería por medio de ‘adherirse firmemente a la fiel palabra en su enseñanza’ que un superintendente podría “exhortar por la enseñanza que es sana y también censurar a los que contradicen.” Habían de mostrar fe en el poder de la verdad y del espíritu santo de Dios.—Tito 1:7, 9-11, 13; compare con 2 Timoteo 2:24-26. w78 15/9 págs. 22-23 párrs. 10-11 ‘Haz rodar sobre Jehová tus obras’ 10, 11. Aun después de haberlos guiado tan excelentemente Jehová, ¿cómo sucedió que los israelitas no lo ensalzaron ni confiaron en él? 10 Así y todo, después de efectivamente haber experimentado su propia insuficiencia o deficiencia y el hecho de que dependían por completo de Jehová para recibir bendiciones, más tarde, cuando Samuel había envejecido, exigieron un rey. Dijeron: “Nómbranos un rey que nos juzgue, sí, como todas las naciones.” Cuando Samuel oró a Dios con relación a este asunto, la respuesta de Jehová fue: “No es a ti a quien han rechazado, sino que es a mí a quien han rechazado de ser rey sobre ellos.”—1 Sam. 8:4-7. 11 Samuel entonces les advirtió acerca de la opresión que sufrirían bajo la gobernación de un rey humano, pero ellos replicaron: “No, sino que un rey es lo que llegará a haber sobre nosotros. Y tenemos que llegar a ser, nosotros también, como todas las naciones, y nuestro rey tiene que juzgarnos y salir delante de nosotros y pelear nuestras batallas.”—1 Sam. 8:10-20. Levante Página 4 w74 1/12 pág. 723 párr. 9 ¿Puede usted decir que realmente ha llegado a conocer a Dios? 9. ¿Recibieron los israelitas el consejo de Jehová en cuanto a tomar un rey humano, y cuál fue la reacción de Dios a la actitud de ellos? 9 Sin embargo, ¿qué hay si un miembro de la congregación empieza con una tendencia que a los ancianos les parece que puede conducir a dificultad espiritual? ¿Es una expresión de bondad el pasar por alto la situación? El trato de Jehová con Israel en la ocasión en que pidieron un rey humano ilustra cómo manejar tal situación. Jehová advirtió a los israelitas en términos inequívocos lo que les sucedería como resultado de tener un rey humano; sin embargo, no los estorbó. Su petición realmente equivalía a un rechazamiento de Jehová, y aunque insistieron en pasar por alto su consejo en esta ocasión él no les dio la espalda, sino que hizo llamamientos adicionales a la nación hasta el mismo tiempo de su destrucción. Conociendo a Dios, los ancianos tratan de manera similarmente paciente aun a los que pasan por alto el consejo.—1 Sam. 8:4-22. w87 15/12 págs. 17-18 párr. 10 Honra al Dios de la esperanza 10. En respuesta a la honra que se le dio, ¿cómo honró Dios a Samuel? 10 Por años Samuel honró a Jehová como profeta, y Dios lo honró a él. Note esto en 1 Samuel 7:7-13. Jehová respondió rápidamente cuando Samuel le oró por ayuda para derrotar a los filisteos. ¿No se sentiría usted honrado al recibir tal reconocimiento divino? Cuando los hijos de Samuel no siguieron la guía que él les dio, Dios no rechazó a Samuel como había rechazado a Elí. Patentemente esto se debió a que Samuel hizo cuanto pudo para honrar a Dios. Algo que también muestra esto es que a Samuel le disgustó que la gente solicitara un rey humano. (1 Samuel 8:6, 7.) Dios utilizó a Samuel para ungir tanto a Saúl como a David. Al morir Samuel, Israel lo honró con expresiones de duelo. Sin embargo, lo más importante es que Dios lo honró al mencionarlo en la Biblia entre los hombres de fe que serán bendecidos con una resurrección y con las buenas cosas que Dios tiene para ellos. (Salmo 99:6; Jeremías 15:1; Hebreos 11:6, 16, 32, 39, 40.) ¿No muestra esto que es muy valioso honrar al “Dios de la esperanza”? w75 1/6 pág. 341 párr. 17 Resolviendo la cuestión de tenencia 17. (a) ¿Cómo actuó Jehová en un nivel nacional? (b) ¿De qué manera resultó Israel infiel e indigno, alcanzando qué climax? 17 Al debido tiempo Jehová también actuó en un nivel nacional. De los doce hijos de Jacob, cuyo nombre fue cambiado a Israel, Jehová formó la nación de Israel. En el monte Sinaí, les dijo: “Si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí.” (Éxo. 19:5) En el libro de Deuteronomio aparece tres veces la expresión “una propiedad especial,” y el contexto en cada caso enfatiza fuertemente el punto de vista y proceder correctos en cuanto a adoración y tenencia. (Deu. 7:6; 14:2; 26:18) Sin embargo, como nación Israel repetidas veces rehusó responder o someterse a los tratos de Dios con ella o prestar atención a Sus profetas. Rechazaron su tenencia de ellos como Rey o como Dador de Estatutos. (1 Sam. 8:7; Isa. 33:22; Eze. 20:13, 30-32) El clímax llegó cuando Dios les envió a su propio Hijo amado. Tenían toda razón para aceptarlo como su Mesías. En cambio, bajo la influencia de sus líderes, lo rechazaron y lo mataron. Jesús mismo describió con exactitud esto en su ilustración de Jehová como el “dueño de la viña” la cual “arrendó a cultivadores.”—Luc. 20:9-16. w94 15/1 pág. 12 párr. 10 Jehová gobierna mediante la teocracia 10. ¿Cómo cambió de manera radical el sistema de gobierno en Israel en los días de Samuel, y por qué? 10 En los días del último juez, Samuel, Israel atravesó una crisis de gobierno. Influidos por las naciones enemigas vecinas, todas ellas gobernadas por reyes, los israelitas llegaron a la conclusión de que también necesitaban un rey. Olvidaron que ya tenían Rey, que su gobierno era una teocracia. Jehová le dijo a Samuel: “No es a ti a quien han rechazado, sino que es a mí a quien han rechazado de ser rey sobre ellos”. (1 Samuel 8:7.) Su ejemplo nos recuerda la facilidad con que podemos perder la visión espiritual y ser influidos por el mundo que nos rodea. (Compárese con 1 Corintios 2:14-16.) w10 15/1 pág. 30 párrs. 8-9 Queda demostrado que el gobierno de Jehová es el mejor 8, 9. ¿Qué insensata petición hizo Israel, y qué resultados tuvo? 8 En muchas ocasiones, los israelitas se apartaron de Dios y perdieron su protección. Mediante Samuel llegaron a pedirle un cabeza visible, un rey humano. Jehová le dijo al profeta que accediera a su solicitud, pero le hizo esta aclaración: “No es a ti a quien han rechazado, sino que es a mí a quien han rechazado de ser rey sobre ellos” (1 Sam. 8:7). Aunque les concedió su petición, les advirtió que tendrían que pagar un precio muy alto (léase 1 Samuel 8:9-18). Levante Página 5 9 La historia demostró lo acertada que había sido aquella advertencia. La monarquía ocasionó graves problemas en Israel, sobre todo cuando los reyes fueron infieles. A lo largo de los siglos se ha repetido en todas las naciones el mismo patrón: si un gobernante no reconoce a Dios, no consigue logros permanentes. Pero ¿y los políticos que afirman que él bendice sus gestiones encaminadas a lograr paz y seguridad? Como no se sujetan a Jehová, en realidad no cuentan con su apoyo (Sal. 2:10-12). w78 15/6 pág. 13 párr. 5 Cómo puede beneficiarle el reino de Dios 5. ¿Qué cambio en gobernación acarreó problemas a Israel? 5 En la Biblia misma hallamos prueba de esta declaración en la historia que ésta da del gobierno de la antigua nación de Israel. Aquella nación tenía una ley perfecta que Dios mismo había dado. (Rom. 7:12) Al principio solo Dios era su Rey invisible, y los profetas y jueces representaban a Dios ante el pueblo. Pero el pueblo llegó a desear un rey humano, alguien a quien pudieran ver y que les diera prestigio a los ojos de otras naciones. Dios les puso de manifiesto que esto produciría muchos problemas, incluso la pérdida de mucha libertad. Sucedió exactamente así. (1 Sam. 8:9-18) Hasta uno de los propios reyes de Israel, un hombre que estudió seriamente la vida y sus problemas, habló de que ‘el hombre domina al hombre para perjuicio suyo.’—Ecl. 8:9. w71 15/3 pág. 174 párr. 8 Quebrando el yugo del opresor 8. ¿Cuándo y cómo aumentó Israel sus cargas? 8 Sin embargo, como nación el Israel de la antigüedad aprendía con lentitud. Vez tras vez rehusó escuchar la voz de Jehová y se le hizo sufrir las consecuencias. En el año 1117 a. de la E.C., la nación le suplicó al profeta Samuel que le ungiera un rey. Samuel advirtió que un rey terrestre significaría añadir a sus cargas, porque los reyes serían opresivos y exigentes como gobernantes. “Sin embargo, el pueblo rehusó escuchar la voz de Samuel y dijo: ‘No, sino que un rey es lo que llegará a haber sobre nosotros.’” (1 Sam. 8:18, 19) Saúl fue ungido rey. Y poco después la nación comenzó a sufrir la consecuencia de tener un rey humano sobre ella. Aquella carga aumentó con el tiempo. CAPITULO 9: w05 15/3 págs. 22-23 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel Respuestas a preguntas bíblicas: 1Samuel 9:9. ¿Qué tiene de significativo la frase “al profeta de hoy se le llamaba vidente en tiempos pasados”? Estas palabras pudieran indicar que a medida que los profetas fueron adquiriendo más relevancia en los días de Samuel y durante el período de los reyes de Israel, la palabra vidente fue reemplazada por el término profeta. A Samuel se le considera el primer profeta (Hechos 3:24). w80 15/10 pág. 11 ¿Quiénes eran los videntes? - ¿Quiénes eran los videntes? Primera de Samuel 9:9 dice: “Al profeta de hoy se le llamaba vidente en tiempos pasados.” Estas palabras quizás indiquen que después que los profetas alcanzaron más prominencia desde los días de Samuel en adelante, la expresión “vidente” fue reemplazada por el término “profeta.” A los videntes se les inspiraba divinamente “para ver” lo que había en un asunto, o sea, para discernir la voluntad divina. Los ojos del vidente no estaban estorbados por algún velo que les impidiera ver o entender las cosas que por lo general estaban ocultas a los hombres. Por lo tanto, al vidente se le consultaba por consejo al tratar con problemas. w76 1/8 págs. 453-454 ‘Diga lo que quiera en su corazón’ Como en el caso de David, el refrenar uno su cólera no siempre es fácil. Sin embargo, es gran ayuda para uno en esto el evitar tomarse uno mismo demasiado en serio y el no preocuparse exageradamente por su reputación o nombre. Esto se ilustra bien en el caso del rey Saúl. Cuando originalmente fue escogido para ser rey de Israel, era un hombre modesto y humilde. Antes de ser ungido como rey le dijo al profeta Samuel: “¿No soy yo un benjaminita de la más pequeña de las tribus de Israel, y no es mi familia la más insignificante de todas las familias de la tribu de Benjamín?” (1 Sam. 9:21) Esta actitud de modestia le ayudó más tarde a evitar acción imprudente cuando ciertos hombres hablaron con falta de respeto acerca de él. Las Escrituras informan: “Los impíos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y tuviéronle en poco, y no le trajeron presente: mas él disimuló.”— 1 Sam. 10:27 Levante Página 6 w00 1/8 pág. 12 párr. 15 La presunción conduce a la deshonra 15. ¿Cómo demostró en un tiempo Saúl que era modesto? 15 Antes de ser rey de Israel, Saúl era un hombre modesto. Recordemos, por ejemplo, un suceso de su juventud. Cuando Samuel, el profeta de Dios, habló favorablemente de él, Saúl respondió con humildad: “¿No soy yo un benjaminita de la más pequeña de las tribus de Israel, y no es mi familia la más insignificante de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has hablado semejante cosa?” (1 Samuel 9:21). w05 15/3 págs. 22-23 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel Lecciones para nosotros: 1Samuel 9:21; 10:22, 27. La modestia y la humildad que tenía Saúl al principio de su reinado evitaron que actuara con imprudencia cuando unos “hombres que no servían para nada” no aceptaron su autoridad real. ¡Cuánto nos protege esa actitud de las acciones irracionales! w13 1/4 pág. 10 ¿Lo sabía? ¿Para qué construían los judíos un muro alrededor del techo? Dios mandó a los judíos: “En caso de que edifiques una casa nueva, entonces tienes que hacer un pretil [o muro de protección] a tu techo, para que no coloques sobre tu casa culpa de sangre porque alguien [...] llegara a caer de él” (Deuteronomio 22:8). Esta medida era necesaria porque las familias judías utilizaban mucho el techo de sus casas. La mayoría de las casas en Israel tenían un techo plano, o azotea, que resultaba ideal para sentarse un rato al sol, disfrutar del aire fresco o realizar algunas tareas domésticas. En verano era un lugar agradable para dormir (1 Samuel 9:26). Los agricultores usaban la azotea para secar lino, higos, uvas o el grano antes de molerlo (Josué 2:6). Toda la información ha sido sacada de la Watchtower Library 2013 Este archivo, es simplemente una ayuda para nuestra preparación, el propósito principal de esto, es que investiguemos más nosotros. nosotros. (km 99--2006) Levante Página 7
© Copyright 2024