Puntos Sobresalientes 1 Samuel 1 al 4

Para el repaso oral: de la Escuela del Ministerio Teocrático de Marzo y Abril de 2015
3ª Pregunta.¿Cómo podemos beneficiarnos del ejemplo de Ana cuando nos enfrentamos a problemas? (1 Sam. 1:1618.) [9 de mzo., w07 15/3 pág. 16 párrs. 4, 5.]
w07 15/3 pág. 16 final párr. 3 Cómo halló Ana paz interior
Entonces, Ana se va y come, y “su rostro no [vuelve] a mostrar preocupación” (1 Samuel 1:18).
w07 15/3 pág. 16 párrs. 4, 5. Cómo halló Ana paz interior
¿Qué lecciones aprendemos de este relato? Cuando le contamos a Jehová nuestros problemas, podemos
hablarle con total sinceridad y hacerle peticiones concretas. Si no hay nada más que podamos hacer para
solucionarlos, debemos dejarlo todo en sus manos; es lo mejor (Proverbios 3:5, 6).
Es muy probable que al orar fervientemente los siervos de Jehová se llenen de paz, como Ana. Tocante a la
oración, el apóstol Pablo escribió: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto
con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento
guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:6, 7). Si arrojamos
nuestra carga sobre Jehová, hemos de permitirle que se encargue de ella. Como Ana, no debemos preocuparnos
más (Salmo 55:22).
4ª Pregunta.Mientras Samuel continuaba “creciendo con Jehová”, ¿qué lo protegió de la mala influencia de los hijos
de Elí? (1 Sam. 2:21.) [9 de mzo., w10 1/10 pág. 16 párrs. 2, 3.]
w10 1/10 pág. 16 párrs. 2, 3. “Continuó creciendo con Jehová”
Y Samuel, ¿se dejaría corromper? De ninguna manera. En esta sombría historia nos encontramos de vez en
cuando con alegres destellos de luz: comentarios positivos sobre el desarrollo de Samuel. Recordemos que, en
medio de todo esto, él siguió “ministrando delante de Jehová, como muchacho” (1 Samuel 2:18). Desde muy
pequeño se concentró en su servicio a Jehová. Más adelante, el relato nos dice algo todavía mejor: “El muchacho
Samuel continuó creciendo con Jehová” (1 Samuel 2:21). En efecto, el paso de los años no hizo más que
estrechar su relación con Dios. ¡Y qué mejor antídoto puede haber contra la corrupción moral que una estrecha
amistad con Jehová!
Para Samuel habría sido muy fácil pensar: “Si hasta el sumo sacerdote y sus hijos pecan contra Jehová, yo
puedo hacer lo que se me antoje”. Pero los errores ajenos, aun los de personas con autoridad, no nos dan
permiso para pecar. Actualmente, muchos jóvenes cristianos imitan a Samuel y continúan “creciendo con
Jehová” a pesar de que haya gente a su alrededor que les dé un mal ejemplo.
CAPITULO 1:
w11 15/1 págs. 13-14 párrs. 5-6 Respetemos el don divino del matrimonio
5, 6. ¿Qué situación puso a prueba a Zacarías y Elisabet, y qué recompensa tuvieron por ser leales?
5
Zacarías y Elisabet vivían en Judá y eran una pareja que había hecho todo bien. Los dos se habían
preocupado por buscar un cónyuge espiritual. Él desempeñaba fielmente sus deberes como sacerdote, y ambos
trataban de cumplir lo mejor posible la Ley de Dios. Tenían muchas razones para sentirse agradecidos. Sin
embargo, bastaba con estar un rato en su hogar para darse cuenta de que les faltaba algo: no tenían hijos. Ella
era estéril y, al igual que su esposo, estaba entrada en años (Luc. 1:5-7).
6
En el antiguo Israel, la maternidad era muy valorada, y la mayoría de las familias eran numerosas (1 Sam.
1:2, 6, 10; Sal. 128:3, 4). De hecho, la ley rabínica permitía al varón israelita que se divorciara de su esposa si
no le daba hijos. ¡Qué traición tan terrible! Zacarías, sin embargo, era un marido leal y permaneció al lado de
Elisabet. Ninguno de los dos buscó una salida fácil del matrimonio. Aunque les apenaba no tener descendencia,
siguieron sirviendo fielmente a Jehová juntos. Con el tiempo, él los recompensó al permitirles concebir
milagrosamente un niño en su vejez (Luc. 1:8-14).
w11 15/1 págs. 13-14 párrs. 5-6 Respetemos el don divino del matrimonio
5, 6. ¿Qué situación puso a prueba a Zacarías y Elisabet, y qué recompensa tuvieron por ser leales?
5
Zacarías y Elisabet vivían en Judá y eran una pareja que había hecho todo bien. Los dos se habían
preocupado por buscar un cónyuge espiritual. Él desempeñaba fielmente sus deberes como sacerdote, y ambos
trataban de cumplir lo mejor posible la Ley de Dios. Tenían muchas razones para sentirse agradecidos. Sin
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embargo, bastaba con estar un rato en su hogar para darse cuenta de que les faltaba algo: no tenían hijos. Ella
era estéril y, al igual que su esposo, estaba entrada en años (Luc. 1:5-7).
6
En el antiguo Israel, la maternidad era muy valorada, y la mayoría de las familias eran numerosas (1 Sam.
1:2, 6, 10; Sal. 128:3, 4). De hecho, la ley rabínica permitía al varón israelita que se divorciara de su esposa si
no le daba hijos. ¡Qué traición tan terrible! Zacarías, sin embargo, era un marido leal y permaneció al lado de
Elisabet. Ninguno de los dos buscó una salida fácil del matrimonio. Aunque les apenaba no tener descendencia,
siguieron sirviendo fielmente a Jehová juntos. Con el tiempo, él los recompensó al permitirles concebir
milagrosamente un niño en su vejez (Luc. 1:8-14).
w09 15/12 pág. 17 párr. 9 Mantengamos el gozo a pesar de los problemas
9. ¿Qué actitud razonable adoptó Ana?
9
Pensemos en Ana, la madre del profeta Samuel. Durante mucho tiempo no había podido concebir hijos,
situación que la deprimía y la convertía en víctima de burlas. A veces estaba tan abatida que se pasaba el día
llorando y sin querer comer (1 Sam. 1:2-7). Sintiéndose “amargada de alma” durante una de sus visitas al
santuario, “se puso a orar a Jehová y a llorar profusamente” (1 Sam. 1:10). Después de expresar al Altísimo sus
sentimientos, habló con el sumo sacerdote Elí, quien la despidió con estas palabras: “Ve en paz, y que el Dios de
Israel conceda tu petición que le has pedido” (1 Sam. 1:17). Ana sin duda comprendió que había hecho todo lo
que estaba en su mano. Como no tenía control sobre su esterilidad, adoptó una actitud razonable: “Procedió a
irse por su camino y a comer, y su rostro no volvió a mostrar preocupación” (1 Sam. 1:18).
w81 1/5 págs. 24-25 párr. 8 ¡“Jehová de los ejércitos” al rescate!
8. Por lo tanto, ¿quién se ve obligado a combatir contra los malhechores de la Tierra, y qué título
apropiado se le ha dado desde el siglo doce antes de Cristo?
8
Esto: “Jehová de los ejércitos” tiene a su cargo un combate. ¡Tiene que pelear por lo correcto! Él no está
confiando en el Tribunal Internacional de Justicia, así como no estableció tal tribunal humano para el arbitraje
internacional. Cuando, en la venidera “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón, él entre en
combate con sus enemigos terrestres, ésa no será la primera vez que lo haga. En el siglo doce antes de Cristo ya
se le adoraba como “Jehová de los ejércitos.” (1 Sam. 1:3, 11) Cuando al profeta Isaías se le dio una visión de
Dios en su santo templo, “Jehová de los ejércitos” estaba sentado sobre un trono elevado, sublime, alrededor del
cual revoloteaban serafines de seis alas que decían repetidas veces: “Santo, santo, santo es Jehová de los
ejércitos.” (Isa. 6:3, 5) No se le exhibía allí vestido para batalla como un Comandante en Jefe, seguido por sus
ejércitos.—Compare con Revelación 4:1-3.
w90 1/7 págs. 25-26 párr. 7 Se resuelve para siempre la cuestión universal
7. Como Dios guerrero, ¿con qué título llegó a designarse a Jehová? ¿Se le sigue considerando así?
7
Al Dios del Israel de la antigüedad se le llegó a conocer y llamar por la frase Jehová tseva·’óhth, o Jehová de
los ejércitos. (1 Samuel 1:3, 11.) En Romanos 9:29 (Versión Hispanoamericana) el apóstol cristiano Pablo se
refiere a Isaías 1:9 y escribe: “Si el Señor de Sabaot no nos hubiera dejado simiente, habríamos llegado a ser
como Sodoma, y a Gomorra habríamos sido hechos semejantes”. Además, el discípulo cristiano Santiago
escribe: “El clamor de los que segaron, ha penetrado en los oídos del Señor de Sabaot”. (Santiago 5:4, VH.) Así
que Pablo y Santiago veían a Dios en su rango de Jehová de los ejércitos durante el primer siglo de nuestra era
común. Por los siguientes 18 siglos Dios no ha participado en guerrear carnal por el Israel espiritual, el Israel de
Dios, como lo hizo por el Israel de la antigüedad; sin embargo, sigue siendo Jehová de los ejércitos.
w12 15/4 pág. 31 párr. 16 Jehová nos resguarda para la salvación
16. ¿Cómo nos beneficia el ejemplo de Ana?
16
Ahora bien, ¿y si existe alguna situación en la congregación que nos dificulta asistir a las reuniones? Tal vez
estemos abochornados por haber tenido que dejar una posición de servicio. O quizás hayamos tenido una
diferencia de opinión con un hermano o hermana. En tales casos, nos resultará útil el ejemplo de Ana (léase 1
Samuel 1:4-8). Recordemos que sufría mucho por culpa de un problema familiar con Peniná, la otra esposa de
Elqaná. Y todo se agravaba cuando llegaba el día en que la familia acudía, como todos los años, a ofrecer
sacrificios a Jehová en el santuario de Siló. Ana lo pasaba tan mal que “lloraba y no comía”. Pero no dejaba que
aquello la privara del privilegio de adorar a Jehová, quien observó atentamente su fidelidad y la bendijo (1 Sam.
1:11, 20).
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w98 1/3 págs. 16-17 párr. 12 Valoremos las reuniones cristianas
12. ¿Qué ejemplo dio la familia de Samuel?
12
Veamos el buen ejemplo que dio la familia de Samuel, que tomaba parte habitualmente en las reuniones
con otros fieles cuando el tabernáculo de Dios estaba en Siló. Solo los varones estaban obligados a hacer las
visitas anuales a las fiestas. Pero el padre de Samuel, Elqaná, llevaba a toda su familia cuando “de año en
año [...] subía desde su ciudad para postrarse y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Siló”
(1 Samuel 1:3-5). La ciudad natal de Samuel, Ramataim-zofim, posiblemente estaba situada cerca de la costa,
en la moderna Rentis, en las estribaciones de la “región montañosa de Efraín” (1 Samuel 1:1). De modo que ir a
Siló debía implicar desplazarse unos 30 kilómetros, un viaje fatigoso en aquellos tiempos. Eso es lo que la familia
de Elqaná hacía lealmente “año por año, siempre que [la familia] subía a la casa de Jehová” (1 Samuel 1:7).
w94 15/7 pág. 13 párr. 11 Haga del matrimonio una unión duradera
11. ¿Cómo puede mejorar la comunicación entre el esposo y la esposa?
11
Parece que parte del problema estriba en que a menudo el hombre y la mujer tienen estilos de
comunicación diferentes. La mayoría de las mujeres parecen sentirse bien expresando sus sentimientos,
mientras que los hombres por lo general prefieren hablar de hechos. Las mujeres se sienten más inclinadas a
mostrar empatía y dar apoyo emocional, mientras que los hombres suelen buscar y ofrecer soluciones. Con todo,
la buena comunicación es posible si ambos cónyuges están resueltos a ser ‘prestos en cuanto a oír, lentos en
cuanto a hablar, lentos en cuanto a ira’. (Santiago 1:19.) Mire a su cónyuge y preste atención cuidadosa cuando
hable. Averigüe lo que hay en el corazón de su pareja haciendo preguntas bondadosas. (Compárese con
1 Samuel 1:8; Proverbios 20:5.) Cuando su cónyuge le cuente un problema, no se apresure a ofrecer una
solución; más bien, escuche con atención mientras se esfuerzan por resolver los asuntos. Y oren juntos con
humildad, buscando la guía divina. (Salmo 65:2; Romanos 12:12.)
w05 15/3 pág. 22 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel
Lecciones para nosotros:
1Samuel 1:8. Elqaná puso un magnífico ejemplo en cuanto a fortalecer a otros con palabras (Job 16:5). Primero,
sin erigirse en juez, le preguntó a Ana: “¿Por qué [...] se siente mal tu corazón?”. Esas palabras la animaron a
expresar sus sentimientos. Entonces, él le confirmó su cariño, preguntándole: “¿No soy yo mejor para ti que diez
hijos?”.
w11 15/10 págs. 25-26 párr. 13 Confiemos en Jehová, “el Dios de todo consuelo”
13. ¿Cómo demostró Ana que confiaba en Jehová?
13
Pensemos también en Ana, la esposa de Elqaná. Aunque sentía grandes deseos de ser madre, vivía
frustrada por ser estéril. Con esa inquietud, hizo una oración a Jehová, y el sumo sacerdote Elí le dijo: “Que el
Dios de Israel conceda tu petición”. Sin duda, recibió un gran consuelo, de modo que “su rostro no volvió a
mostrar preocupación” (1 Sam. 1:8, 17, 18). Llena de confianza, lo dejó todo en manos de Jehová. No sabía
cómo iban a desarrollarse los asuntos, pero sentía paz interior. Con el tiempo, vio contestado su ruego al
quedarse embarazada y dar a luz un hijo, al que llamó Samuel (1 Sam. 1:20).
w01 15/9 pág. 14 párrs. 20-21 ¿Nos alcanzarán las bendiciones de Jehová?
20, 21. ¿Cómo se recompensó la devoción piadosa de Ana?
20
Jehová se fijó en la devoción piadosa de Ana y la recompensó en abundancia. Durante uno de los viajes
anuales de la familia a Siló, oró a Dios con lágrimas en los ojos y le hizo este voto: “Oh Jehová de los ejércitos, si
miras sin falta la aflicción de tu esclava y realmente te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu esclava y realmente
das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida” (1 Samuel 1:9-11). Dios
escuchó aquella súplica y la bendijo con un hijo, a quien ella llamó Samuel. Cuando lo destetó, lo llevó a Siló para
que sirviera en el tabernáculo (1 Samuel 1:20, 24-28).
21
Ana demostró su amor a Dios y cumplió su voto respecto a Samuel. Y pensemos en la extraordinaria
bendición de que disfrutaron ella y Elqaná porque su querido hijo sirvió en el tabernáculo de Jehová. Muchos
padres cristianos tienen gozos y bendiciones similares debido a que sus hijos e hijas son ministros precursores
de tiempo completo, miembros de la familia Betel u honran a Jehová de otras maneras.
w10 1/7 págs. 15-16 Le abrió su corazón a Dios
Sin poder dominar el estremecimiento que invade su cuerpo, Ana le habla en silencio a Jehová. Sus labios
tiemblan a medida que intenta encontrar las palabras que expresen su congoja. Se toma su tiempo para orar,
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derramar el corazón delante de su Padre. Pero hace más que simplemente pedirle a Dios que le conceda su
desesperado anhelo de tener un hijo. Ana no solo está interesada en recibir bendiciones de Dios, sino también en
darle a él lo que esté a su alcance. Así que le hace un voto prometiéndole que, si tiene un hijo varón, lo dedicará
de por vida a su servicio (1 Samuel 1:9-11).
w11 15/11 pág. 7 párr. 7 “No te apoyes en tu propio entendimiento”
7. ¿Qué consuelo obtenemos de las oraciones de Ana y Jonás?
7
Ana, la esposa de Elqaná el levita, también se apoyó en Jehová al sentirse angustiada porque no podía
concebir hijos (1 Sam. 1:9-11, 18). Y el profeta Jonás fue liberado del vientre de un gran pez tras orar: “Desde mi
angustia clamé a Jehová, y él procedió a responderme. Desde el vientre del Seol grité por ayuda. Oíste mi voz”
(Jon. 2:1, 2, 10). Resulta muy consolador saber que por difíciles que sean nuestras circunstancias, siempre
podemos acercarnos a Jehová con una “petición de favor” (léase Salmo 55:1, 16).
w96 1/7 págs. 8-9 párr. 5 ‘Una casa de oración para todas las naciones’
5. ¿Por qué deben interesarnos los detalles del pacto de la Ley de Dios con Israel?
5
En el año 1513 a.E.C., los israelitas entablaron una relación de pacto con Dios y se comprometieron a acatar
sus leyes. Ese pacto de la Ley debe interesar profundamente a cuantos desean adorar a Dios hoy día ya que
apuntaba a la Descendencia prometida. Pablo lo calificó de “sombra de las buenas cosas por venir”. (Hebreos
10:1.) Dijo esto al referirse a los oficios que celebraban los sacerdotes de Israel en un tabernáculo o tienda de
adoración portátil llamado el “templo de Jehová” o “la casa de Jehová”. (1 Samuel 1:9, 24.) Un examen del
servicio sagrado que se rendía en la casa terrestre de Jehová, nos ayudará a entender mejor la misericordiosa
provisión por la cual los hombres pecadores pueden reconciliarse con Dios.
w13 15/9 págs. 13-14 párrs. 9-10 Los recordatorios de Jehová nos alegran el corazón
9, 10. a) ¿Qué podemos incluir en nuestras oraciones? b) ¿Qué nos ayudará a ofrecerle a Jehová
oraciones más significativas?
9
Si lo que queremos es acercarnos a Jehová, es obvio que no le hablaremos solo de asuntos superficiales.
Cuanto más le abramos nuestro corazón, más nos acercaremos a él y más confiaremos en él. ¿Qué podemos
incluir en nuestras oraciones? La Biblia dice: “En todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a
conocer sus peticiones a Dios” (Filip. 4:6). La verdad es que podemos hablarle a Jehová de cualquier cosa que
influya en nuestra vida o nuestra relación con él.
10
Nos resultará muy provechoso analizar las oraciones de siervos fieles que se registraron en la Biblia
(1 Sam. 1:10, 11; Hech. 4:24-31). El libro de los Salmos contiene numerosas oraciones y canciones dirigidas a
Jehová. En ellas se plasma una gran variedad de sentimientos, que van desde la angustia hasta la alegría
suprema. Estudiarlas nos ayudará a ofrecerle a Jehová oraciones más significativas.
w95 15/7 pág. 14 párr. 20 El digno papel de la mujer entre los primeros siervos de Dios
20. ¿Qué ejemplos indican que Jehová se interesa por los sentimientos y el bienestar de las mujeres?
20
Las cosas que Jehová hizo a favor de algunas de sus adoradoras demuestran su interés por el bienestar de
las mujeres. Intervino dos veces para impedir la violación de la hermosa esposa de Abrahán, Sara. (Génesis
12:14-20; 20:1-7.) Mostró favor a Lea, la esposa que Jacob amaba menos, ‘abriéndole la matriz’ para que diera a
luz un hijo. (Génesis 29:31, 32.) Cuando dos parteras temerosas de Dios arriesgaron la vida para proteger del
infanticidio en Egipto a los varoncitos hebreos, Jehová se lo agradeció ‘concediéndoles familias’. (Éxodo
1:17, 20, 21.) Jehová también contestó la oración ferviente de Ana. (1 Samuel 1:10, 20.) Y cuando la viuda de un
profeta se encaró a un acreedor que planeaba quitarle a sus hijos para saldar sus deudas, Jehová no la
abandonó. Amorosamente facultó a Eliseo para que multiplicara el suministro de aceite de la viuda a fin de que
pudiera saldar sus deudas. De este modo ella conservó a su familia y su dignidad. (Éxodo 22:22, 23; 2 Reyes
4:1-7.)
w05 15/3 pág. 22 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel
Lecciones para nosotros:
1Samuel 1:11, 12, 21-23; 2:19. La importancia que Ana daba a la oración, su humildad, su gratitud por la bondad
de Jehová y su constante cariño maternal hacen de ella un ejemplo para las mujeres temerosas de Dios.
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w05 15/10 págs. 29-30 párr. 15 Cultivemos la verdadera humildad
15. a) ¿Qué podemos hacer para mantener la humildad mental? b) Mencione algunos ejemplos de
humildad.
15
Algo que ayudará al cristiano a mantener auténtica humildad mental es fijarse en los mejores dechados, que
son Jehová Dios y Jesucristo. Para ello hay que estudiar regularmente la Biblia y las publicaciones que con ese
fin proporciona “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45). Tal estudio es de suma importancia para los
superintendentes cristianos, “para que su corazón no se ensalce sobre sus hermanos” (Deuteronomio 17:19, 20;
1 Pedro 5:1-3). Reflexionemos sobre los muchos ejemplos de personas que recibieron bendiciones por su actitud
humilde, como Rut, Ana y Elisabet (Rut 1:16, 17; 1 Samuel 1:11, 20; Lucas 1:41-43). Pensemos también en los
numerosos hombres prominentes que siguieron siendo humildes en el servicio de Jehová, como David, Josías,
Juan el Bautista y el apóstol Pablo (2 Crónicas 34:1, 2, 19, 26-28; Salmo 131:1; Juan 1:26, 27; 3:26-30; Hechos
21:20-26; 1 Corintios 15:9). ¿Y qué decir de los innumerables modelos de humildad que hallamos en la
congregación cristiana hoy día? Meditar en ellos contribuirá a que los cristianos verdaderos tengamos “humildad
mental los unos para con los otros” (1 Pedro 5:5).
w05 1/10 pág. 26 párr. 1 Padres, ¿qué futuro desean para sus hijos?
1. ¿Qué preocupaciones tienen los padres?
¿QUIÉN no siente gran inquietud por el futuro de sus hijos? Desde el momento en que nacen, o incluso antes,
los padres comienzan a preocuparse por su bienestar. ¿Será un bebé saludable? ¿Se desarrollará normalmente?
Y a medida que el niño crece, se añaden otras ansiedades. Esto se debe a que, en su inmensa mayoría, los
padres desean lo mejor para sus hijos (1 Samuel 1:11, 27, 28; Salmo 127:3-5).
w86 1/6 pág. 18 párr. 14 Resueltos a servir a Jehová con corazón completo
14. ¿Qué ejemplos nos muestran los medios por los cuales la verdad entra para morar muy adentro en
nosotros?
14
¡Mucho mejor es ser como Jehosafat, el rey de Judá, quien ‘preparó su corazón para buscar al Dios
verdadero’! (2 Crónicas 19:3.) La mejor forma de prepararse para buscar a Dios es orar con sinceridad. Cuando
Ana, estando afligida, oró con fervor a Jehová, ‘hablaba en su corazón’, y su oración recibió respuesta. También
hay que estar dispuesto a escuchar. La madre de Jesús escuchaba, pues se registra que “guardaba
cuidadosamente todos estos dichos en su corazón”. Comenzó a ‘sacar conclusiones en su corazón’ y llegó a ser
una discípula fiel de Jesús. Jehová ayuda a los que con sinceridad le buscan. Lidia, quien era temerosa de Dios,
escuchó a Pablo, “y Jehová le abrió el corazón ampliamente para que prestara atención a las cosas que Pablo
estaba hablando”. Y llegó a bautizarse. (1 Samuel 1:12, 13; Lucas 2:19, 51; Hechos 16:14, 15.) Siempre es el
corazón figurativo —los sentimientos, las emociones, los buenos motivos— lo que deja que la verdad entre y
more en la persona.
w10 1/7 pág. 16 Le abrió su corazón a Dios
Lamentablemente, los seres humanos no somos tan comprensivos y compasivos como Jehová. Mientras Ana
ora con lágrimas en los ojos, una voz la sacude. Es Elí, el sumo sacerdote, quien la ha estado observando.
“¿Hasta cuándo te portarás como una borracha? Aparta tu vino de ti”, le dice. Elí ha visto cómo le tiemblan los
labios a Ana, sus sollozos, su quebranto emocional. Pero en vez de preguntarle qué le pasa, se precipita a
concluir que la mujer está borracha (1 Samuel 1:12-14).
¡Qué doloroso es, en estos momentos de zozobra, tener que hacer frente a tan infundada acusación, y de
parte de alguien con tan honorable puesto! Con todo, Ana nos vuelve a dejar un precioso ejemplo de fe.
No permite que las imperfecciones de ningún hombre se interpongan en su adoración a Jehová. Le contesta a Elí
con respeto y le explica su situación. Elí, quizás un tanto avergonzado, responde en un tono más suave: “Ve en
paz, y que el Dios de Israel conceda tu petición que le has pedido” (1 Samuel 1:15-17).
w03 15/9 pág. 17 párr. 8 ¿Por qué debemos orar incesantemente?
8. ¿Qué nos enseñan los ejemplos de Nehemías, Jesús y Ana sobre la duración de las oraciones
personales?
8
¡Cuánto nos alegra que Dios no imponga límites ni a la duración ni a la frecuencia de las oraciones!
Nehemías pronunció una breve oración en silencio antes de presentar una petición al rey de Persia (Nehemías
2:4, 5). Jesús también ofreció una oración corta cuando le pidió a Jehová que le diera poder para resucitar a
Lázaro (Juan 11:41, 42). Ana, por el contrario, oró “prolongadamente delante de Jehová” cuando se desahogó
con él (1 Samuel 1:12, 15, 16). Nuestras oraciones personales serán breves o largas dependiendo de la
necesidad y las circunstancias.
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w10 1/7 pág. 16 Le abrió su corazón a Dios
¿Cuál fue el resultado de que Ana le abriera el corazón a Jehová y le rindiera adoración en el tabernáculo?
El relato nos dice que “la mujer procedió a irse por su camino y a comer, y su rostro no volvió a mostrar
preocupación por su propia situación” (1 Samuel 1:18). En este pasaje, La Biblia de las Américas dice: “Y ya
no estaba triste su semblante”. Ana sintió alivio. En cierto sentido, había colocado el peso de su carga emocional
sobre unos hombros infinitamente más anchos y fuertes que los suyos: los de su Padre celestial (Salmo 55:22).
¿Existe algún problema demasiado grande para él? Jamás, ni entonces ni ahora ni nunca.
Cuando se sienta pesaroso, abrumado o abatido por la tristeza, siga el ejemplo de Ana y hable abiertamente
con Aquel a quien la Biblia llama “Oidor de la oración” (Salmo 65:2). Si lo hace con fe, también descubrirá que su
desconsuelo se transforma en “la paz de Dios que supera a todo pensamiento” (Filipenses 4:6, 7).
w92 15/11 pág. 10 párr. 11 “¿Quién es como Jehová nuestro Dios?”
11. ¿Por qué puede decirse que Salmo 113:7-9 se cumple especialmente en el pueblo de Jehová de la
actualidad?
11
¿Y cómo ‘está haciendo que la mujer estéril se convierta en madre gozosa’? Dios le concedió a Ana, que
era estéril, un hijo llamado Samuel, a quien ella consagró al servicio divino. (1 Samuel 1:20-28.) Más significativo
aún, la simbólica mujer de Dios, Sión celestial, empezó a dar a luz hijos espirituales comenzando con Jesús y al
derramar espíritu santo sobre sus discípulos en el Pentecostés de 33 E.C. (Isaías 54:1-10, 13; Hechos 2:1-4.) Y
tal como Dios restituyó a los judíos a su país después del exilio en Babilonia, así mismo libertó al resto ungido del
“Israel de Dios” del cautiverio babilónico en 1919, y lo ha colmado de tantas bendiciones espirituales que se
cumplen en él las palabras de Salmo 113:7-9. (Gálatas 6:16.) Como testigos leales de Jehová, el resto del Israel
espiritual y sus compañeros que abrigan la esperanza terrenal están respondiendo de corazón a las palabras
finales del Salmo 113: “¡Alaben a Jah!”.
w02 15/2 pág. 16 párrs. 16-18 Sobrellevaron las espinas en la carne
16-18. ¿Qué conflictos familiares padecieron Isaac y Rebeca, Ana, David y Oseas?
16
La Biblia contiene muchos otros ejemplos de personas que sobrellevaron situaciones penosas semejantes a
espinas. En gran cantidad de casos, estas se debieron a tensiones familiares. Las dos esposas de Esaú “fueron
una fuente de amargura de espíritu para Isaac y Rebeca”, sus padres. Rebeca llegó incluso a decir que aborrecía
la vida con aquellas mujeres (Génesis 26:34, 35; 27:46). Contamos asimismo con el caso de Ana, a quien su
rival, Peniná, “irritaba penosamente” porque era estéril. Ana quizá aguantó muchas burlas en la intimidad del
hogar, pero también en público, seguramente ante parientes y amigos, cuando la familia iba a Siló a la fiesta.
Aquello era como si le hundieran la espina aún más adentro (1 Samuel 1:4-7).
17
Pensemos en lo que soportó David por causa de los celos enfermizos de su suegro, el rey Saúl. Para salvar
su vida, se vio obligado a vivir en las cuevas del desierto de En-guedí, donde tuvo que subir por desfiladeros
rocosos, escarpados y peligrosos. Aquel trato injusto debió de mortificarlo, pues no le había hecho nada malo al
rey. Aun así, tuvo que vivir como fugitivo durante años, todo ello por culpa de los celos de Saúl (1 Samuel
24:14, 15; Proverbios 27:4).
18
Imaginémonos los conflictos familiares del profeta Oseas, cuya esposa fue adúltera. Seguramente, su
inmoral traición le dolió como si una espina le atravesara el corazón; ¡y cuánto más tuvo que sufrir cuando ella
dio a luz a dos hijos ilegítimos, fruto de su fornicación! (Oseas 1:2-9.)
CAPITULO 2:
w12 15/4 pág. 13 párrs. 1-2 Sigamos sirviendo a Jehová con un corazón completo
1, 2. a) ¿Cuál es la parte del cuerpo que con mayor frecuencia se utiliza en la Biblia en sentido figurado?
b) ¿Por qué es importante que entendamos lo que el corazón representa?
A MENUDO, la Biblia se refiere en sentido figurado a determinadas partes del cuerpo. Por ejemplo, el
patriarca Job declaró: “No hay violencia sobre las palmas de mis manos”. El rey Salomón escribió: “Un informe
que es bueno engorda los huesos”. A Ezequiel, Jehová le avisó: “Más dura que el pedernal, he hecho tu frente”.
Y al apóstol Pablo se le dijo: “Presentas algunas cosas que son extrañas a nuestros oídos” (Job 16:17;
Pro. 15:30; Eze. 3:9; Hech. 17:20).
2
Ahora bien, hay una parte del cuerpo que las Escrituras mencionan con mucha más frecuencia: el corazón.
Ana, fiel sierva de Dios, utilizó esta figura retórica cuando clamó en oración: “Mi corazón sí se alboroza en
Jehová” (1 Sam. 2:1). En efecto, la palabra corazón aparece unas mil veces en la Biblia, y casi siempre se utiliza
en sentido figurado. Comprender lo que el corazón representa es de suma importancia para nosotros, pues la
Palabra de Dios señala que debemos salvaguardarlo, es decir, protegerlo (léase Proverbios 4:23).
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w92 1/11 pág. 15 párr. 1 Educación con un propósito
1. ¿Qué espera Jehová de sus siervos con relación al conocimiento?
JEHOVÁ es un “Dios de conocimiento”. (1 Samuel 2:3.) Él educa a sus siervos. Moisés predijo que algunos
pueblos contemporáneos dirían de Israel: “Esta gran nación sin duda es un pueblo sabio y entendido”.
(Deuteronomio 4:6.) Los cristianos verdaderos también deben ser personas informadas. Tienen que ser buenos
estudiantes de la Palabra de Dios. El apóstol Pablo mostró el propósito de ese estudio cuando escribió: “No
hemos cesado de orar por ustedes y de pedir que se les llene del conocimiento exacto de su voluntad en toda
sabiduría y comprensión espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden
plenamente mientras siguen llevando fruto en toda buena obra y aumentando en el conocimiento exacto de
Dios”. (Colosenses 1:9, 10.)
w13 15/2 págs. 25-26 párrs. 3-5 Que nada nos impida recibir la gloria de Dios
3-5. ¿Cómo nos da gloria Jehová?
3
El compositor del Salmo 73 estaba seguro de que Jehová lo tomaría de la mano para guiarlo y le daría
auténtica gloria (lea Salmo 73:23, 24). ¿Cómo da gloria Jehová a sus siervos humildes? Él nos honra de muchas
formas. Por ejemplo, nos bendice al permitirnos conocer cuál es su voluntad (1 Cor. 2:7). Si escuchamos su
palabra y le obedecemos, nos honra con su amistad (Sant. 4:8).
4
Además, Dios ha puesto al cuidado de sus siervos un valioso tesoro: el ministerio cristiano (2 Cor. 4:1, 7).
Cuando predicamos para alabar a nuestro Padre celestial y ayudar a otros, él nos da gloria. “A los que me honran
honraré”, prometió Jehová (1 Sam. 2:30). En otras palabras, tenemos el honor de disfrutar de una buena
reputación ante él y ante la congregación (Prov. 11:16; 22:1).
5
Y si esperamos en Jehová y andamos en su camino, él nos dará un maravilloso futuro, pues la Biblia
promete: “[Dios] te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás”
(Sal. 37:34). Así que tenemos la firme esperanza de ser honrados con vida eterna (Sal. 37:29).
w05 15/3 págs. 21-22 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel
Respuestas a preguntas bíblicas:
1 Samuel 2:10. ¿Por qué pidió Ana en oración que Jehová “[diera] fuerza a su rey” cuando no había
ningún rey humano en Israel? La Ley mosaica predijo que los israelitas tendrían un rey humano (Deuteronomio
17:14-18). En su lecho de muerte, Jacob profetizó: “El cetro [símbolo de autoridad real] no se apartará de Judá”
(Génesis 49:10). Además, respecto a Sara —la antepasada de los israelitas—, Jehová dijo: “Reyes de pueblos
provendrán de ella” (Génesis 17:16). De modo que Ana estaba orando respecto a un rey futuro.
w82 15/5 pág. 20 párr. 7 Juventud feliz en un mundo corrupto
7. (a) ¿Aplican necesariamente los principios piadosos todos los que asisten a las reuniones cristianas?
(b) ¿Qué ejemplo del día de Samuel muestra que esto no es nada nuevo? (c) ¿Qué hizo Samuel, y
con qué resultados?
7
Pero, ¿qué debes hacer si ves que alguien que debería estar dando un buen ejemplo no está haciendo eso?
Eso sucedió más de una vez en tiempos bíblicos. El joven Samuel tuvo el privilegio excepcional de servir en el
lugar dedicado a la adoración de Jehová, pero los hijos del sumo sacerdote Elí daban muy mal ejemplo. Eran
hombres viles que violaban la ley de Jehová y hasta tenían relaciones inmorales con las mujeres que servían en
el lugar donde se adoraba a Jehová. Pero Samuel sabía lo que era correcto. Él no siguió el mal ejemplo de ellos.
La Biblia declara: “Mientras tanto Samuel iba creciendo y haciéndose más agradable tanto desde el punto de
vista de Jehová como del de los hombres.” (1 Samuel 2:12-17, 22-26) Dios bendijo abundantemente a Samuel.
Cuando creció llegó a ser profeta, y Dios lo usó para escribir los libros bíblicos de Jueces, Rut y parte del primer
libro de Samuel, el cual lleva su nombre. Él es un ejemplo de lo que dice Proverbios 20:11: “Aun por sus
prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta.” Cuando veas a alguien hacer
algo incorrecto, obviamente querrás ser como el joven Samuel y no como los hijos de Elí, quienes conocían los
caminos de Jehová, pero no los seguían
w85 15/7 pág. 18 párr. 11 ‘Corran de tal modo que alcancen el premio’
11. ¿Cómo ‘honró Elí a sus hijos más que a Jehová’?
11
¿Recuerda usted al anciano Elí, sumo sacerdote en Israel? Sus hijos Ofni y Finees eran “hombres que no
servían para nada” y “no reconocían a Jehová”. Descaradamente mostraban falta de respeto para con los
sacrificios a Jehová y cometían inmoralidad sexual “con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de
reunión”. Sin embargo Elí los amonestaba muy levemente (“¿Por qué siguen haciendo cosas como éstas?”), en
vez de dar pasos para destituirlos del puesto privilegiado que ocupaban. En realidad, él estaba ‘honrando a sus
hijos más que a Jehová’, lo cual resultó en que tanto él como sus hijos murieran. (1 Samuel 2:12-17, 22, 23, 2934; 4:18.)
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w96 1/12 pág. 20 párr. 19 Jóvenes que se acuerdan de su Creador
19. ¿Cómo se acordaron de su Creador algunos jóvenes del pasado?
19
Afortunadamente, muchos jóvenes de tiempos pasados y presentes se han acordado de su Creador. El
pequeño Samuel mantuvo su lealtad en el servicio del tabernáculo a pesar de la influencia inmoral de los que
servían con él. (1 Samuel 2:12-26.) La esposa de Potifar, la atractiva mujer que tentó a José, no consiguió
seducir a este joven a cometer fornicación. (Génesis 39:1-12.) Aunque Jeremías ‘solo era un muchacho’, predicó
con valor pese a la severa oposición que afrontó. (Jeremías 1:6-8.) Una niña israelita indicó sin temor al poderoso
jefe del ejército sirio que debía buscar ayuda en Israel, donde este aprendió acerca de Jehová. (2 Reyes 5:1-4.)
El joven Daniel y sus compañeros mantuvieron su fe cuando se les sometió a prueba con relación a las leyes
dietéticas de Dios. Y los jóvenes Sadrac, Mesac y Abednego prefirieron que se les echara a un horno ardiente
antes que ser desleales a Dios e inclinarse ante una imagen para adorarla. (Daniel 1:8, 17; 3:16-18; Éxodo 20:5.)
w86 1/8 pág. 19 párr. 16 Jóvenes que regocijan el corazón de Jehová
16. ¿En qué actividades espirituales participaron algunos jóvenes del pasado?
16
No cabe duda de que el corazón de Jehová se regocija cuando los jóvenes se hacen disponibles para
cualquier servicio que tenga que efectuarse. No obstante, algunos jóvenes se han envuelto en actividades
espirituales que requieren más que solo fuerza física y vigor. Elihú reconoció lo siguiente: “Joven soy yo en días”.
Sin embargo, Jehová lo usó para corregir a Job. (Job 32:4-6.) Samuel era solo un “muchacho” cuando comenzó a
servir en el tabernáculo de Jehová en Siló. (1 Samuel 2:18.) Fue “una muchachita” quien, a pesar de ser esclava
en la casa de Naamán, proclamó sin temor lo que el profeta de Jehová podía hacer. (2 Reyes 5:2-4.) Cuando
Jehová asignó a Jeremías como profeta, este dijo: “Solo soy un muchacho”. (Jeremías 1:5, 6.) “Y en cuanto a
estos niños, los cuatro” —Daniel y sus tres compañeros hebreos— ¡qué sobresalientes siervos de Jehová fueron
ellos durante el exilio en Babilonia! (Daniel, capítulos 1 y 3.) El sobrino de Pablo, un “joven”, actuó valerosamente
a favor de su tío. (Hechos 23:16-22.) También estuvo el joven Timoteo, quien desde la infancia conoció los
santos escritos y empleó su juventud en el servicio de Jehová. (2 Timoteo 3:15; Filipenses 2:19-23; 1 Corintios
4:17.)
w97 15/8 pág. 20 párr. 10 Sea de “juicio sano” al acercarse el fin
10. ¿Cómo pueden “ahorrar” los padres cristianos para sus hijos?
10
Las Escrituras también dicen: “Los hijos no deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos”.
(2 Corintios 12:14.) En el mundo es común que los padres ahorren dinero para la educación futura de los hijos y
su boda, a fin de darles un buen comienzo en la vida. ¿Se ha planteado usted ahorrar para el futuro espiritual de
sus hijos? Suponga, por ejemplo, que un hijo adulto está en el ministerio de tiempo completo. Aunque los siervos
de tiempo completo no deben exigir ni esperar ayuda externa, los padres amorosos pueden optar por ‘compartir
con él según sus necesidades’ a fin de ayudarle a permanecer en el servicio de tiempo completo. (Romanos
12:13; 1 Samuel 2:18, 19; Filipenses 4:14-18.)
w10 1/10 pág. 16 “Continuó creciendo con Jehová”
Y Samuel, ¿se dejaría corromper? De ninguna manera. En esta sombría historia nos encontramos de vez en
cuando con alegres destellos de luz: comentarios positivos sobre el desarrollo de Samuel. Recordemos que, en
medio de todo esto, él siguió “ministrando delante de Jehová, como muchacho” (1 Samuel 2:18). Desde muy
pequeño se concentró en su servicio a Jehová. Más adelante, el relato nos dice algo todavía mejor: “El muchacho
Samuel continuó creciendo con Jehová” (1 Samuel 2:21). En efecto, el paso de los años no hizo más que
estrechar su relación con Dios. ¡Y qué mejor antídoto puede haber contra la corrupción moral que una estrecha
amistad con Jehová!
Para Samuel habría sido muy fácil pensar: “Si hasta el sumo sacerdote y sus hijos pecan contra Jehová, yo
puedo hacer lo que se me antoje”. Pero los errores ajenos, aun los de personas con autoridad, no nos dan
permiso para pecar. Actualmente, muchos jóvenes cristianos imitan a Samuel y continúan “creciendo con
Jehová” a pesar de que haya gente a su alrededor que les dé un mal ejemplo.
w93 1/9 pág. 17 párr. 8 La familia cristiana participa junta en actividades
8. ¿Qué desafío afronta el cabeza cuando dirige el estudio de familia?
8
El estudio de familia coloca sobre el cabeza una seria responsabilidad. Tiene que cerciorarse de que el
estudio sea interesante para todos y de que todos puedan participar. Los niños no deben pensar que el estudio
es solo para los mayores. La calidad del estudio es más importante que la cantidad de información que se
abarque. Haga que la Biblia cobre vida. Cuando sea apropiado, ayude a sus hijos pequeños a visualizar los
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lugares y las características de Palestina, donde ocurrieron los sucesos que están estudiando. Se debe animar a
todos a hacer investigación personal y a comunicarla a la familia. De este modo, los niños también pueden
‘crecer con Jehová’. (1 Samuel 2:20, 21.)
w01 15/5 pág. 26 párr. 16 Cómo formar una familia fuerte espiritualmente
16. ¿De cuánto valor es animar a los niños a hacer sus propias investigaciones?
16
Habrá ocasiones en que los niños necesiten dirección para salir airosos de los problemas y las dificultades
que se les presentan. En lugar de siempre decirles cómo proceder, ¿por qué no enseñarles a averiguar lo que
piensa Dios animándoles a hacer sus propias investigaciones? Enseñar a los niños a aprovechar bien todas las
herramientas y las publicaciones que Jehová suministra mediante el “esclavo fiel”, les ayudará a cultivar una
relación estrecha con Él (1 Samuel 2:21b). Y cuando ellos comparten con el resto de la familia los beneficios de
su investigación bíblica, aumenta más la espiritualidad de todos.
w07 15/8 pág. 19 ¿Recuerda usted?
Cuando Jefté hizo su voto, ¿pensaba ofrecerle su hija a Dios como ofrenda quemada?
No. Jefté quiso decir que dedicaría a la persona que saliera a su encuentro al servicio exclusivo de Dios,
posibilidad que la Ley mosaica contemplaba (1 Samuel 2:22). Para que se cumpliera el voto, la hija de Jefté fue
a servir al tabernáculo. Aquello supuso un gran sacrificio, pues significaba que nunca se casaría.—15/5, páginas
9, 10.
w86 15/8 págs. 14-15 párrs. 7-8 Guárdese de abusar del poder
7, 8. ¿Qué ejemplos muestran que el nepotismo puede ser un verdadero peligro para los ancianos?
7
Otra manera nepotista de abusar del poder se presenta cuando los ancianos no actúan ante los males
cometidos por sus parientes. (Compárese con 1 Samuel 2:22-25, 30-35.) Hace unos años, en ciertas
congregaciones de la región central de los Estados Unidos se presentó una situación escandalosa de mala
conducta. Recientemente esta misma situación se desarrolló en ciertas congregaciones de Europa. Muchos
jóvenes se envolvieron en fornicación, uso de drogas y cosas semejantes. De estos, no pocos eran hijos de
ancianos, algunos de los cuales aparentemente toleraron el mal comportamiento de sus hijos. Cuando los hechos
salieron a la luz, varios de esos ancianos fueron removidos debido al mal uso que dieron a sus prerrogativas
como ancianos, o más específicamente, debido a que no usaron su autoridad debidamente.
8
A veces, parece que existe una tendencia a seguir esta misma línea de conducta cuando un anciano o siervo
ministerial dirige una parte de la reunión que requiere participación del auditorio. Tiene que cuidarse de no ser
parcial. Los miembros de su familia pueden cooperar por medio de estar alerta a ofrecer comentarios cuando
otros no contestan y no estar demasiado ansiosos de comentar cuando muchos otros se ofrecen voluntariamente
para hacerlo.
12. a) ¿Por qué no debemos honrar a nuestros hijos más que a Jehová? b) ¿Cómo podemos respetar la
dignidad de nuestros hijos cuando los censuramos?
w00 15/6 págs. 20-21 párr. 12 “Todos ustedes son hermanos”
12
Por supuesto, algunas veces los niños necesitan consejo firme. Los padres no deben ser como Elí, quien
‘siguió honrando a sus hijos más que a Jehová’ (1 Samuel 2:29). Ahora bien, los jóvenes tienen que percibir el
motivo amoroso tras la corrección. Deben darse cuenta de que sus padres los aman. Pablo aconseja a los
padres: “No estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová”
(Efesios 6:4). Aunque no se cuestiona la autoridad paterna, el texto resalta la necesidad que tiene el padre de
respetar la dignidad de los hijos y no irritarlos siendo demasiado severo. En efecto, tomar en consideración la
dignidad de los hijos requiere tiempo y esfuerzo de parte de los padres, pero los resultados compensan todos los
sacrificios.
w91 1/2 pág. 14 párr. 21 Honrar a Jehová... ¿por qué y cómo?
21. a) ¿Qué nos equipará para honrar y glorificar a Jehová? b) ¿Qué recompensas da Jehová a los que lo
honran?
21
Ciertamente son muchas las maneras como podemos y debemos honrar y glorificar a Dios. Nunca
olvidemos que estaremos más capacitados para honrarlo si nos alimentamos con regularidad de su Palabra y
nos familiarizamos mejor con él. ¿Qué recompensas hay para los que hacen esto? “A los que me honran —dice
Jehová— honraré.” (1 Samuel 2:30.) Con el tiempo Jehová honrará a sus adoradores al darles vida eterna con
felicidad, sea en el cielo como corregentes con su Hijo, Jesucristo, o en el Paraíso aquí en la Tierra.
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w99 1/8 pág. 21 párr. 20 Honremos a las demás personas
20. ¿Qué les ocurrió a Faraón y sus ejércitos, y por qué?
20
Jehová honra a los que son su creación. Es razonable, entonces, que nosotros, por nuestra parte, le
honremos a él (Proverbios 3:9; Revelación 4:11). La Palabra de Dios dice también: “A los que me honran
honraré, y los que me desprecian serán de poca monta” (1 Samuel 2:30). Cuando se dijo al Faraón de Egipto
que dejara marchar al pueblo de Dios, contestó con arrogancia: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su
voz [...]?” (Éxodo 5:2). Luego, Faraón envió a sus ejércitos con la intención de aplastar a los israelitas, pero
Jehová dividió las aguas del mar Rojo para que estos cruzaran e hizo que el mar volviera a su lugar cuando los
egipcios los siguieron. “Los carros de Faraón y sus fuerzas militares [Jehová] ha echado en el mar.” (Éxodo
14:26-28; 15:4.) Como vemos, por su orgullosa negativa a honrar a Jehová, Faraón tuvo un fin horrible (Salmo
136:15).
w10 15/10 pág. 19 párrs. 15-16 ¿Tomamos la iniciativa en honrar a nuestros hermanos?
15, 16. a) Al mostrar honra, ¿a quiénes no debemos olvidar, y por qué? b) ¿Cómo demostramos que
sentimos respeto sincero por todos nuestros hermanos?
15
Al mostrar honra, ¿a qué miembros de la congregación no debemos olvidar? La Palabra de Dios dice: “El
que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y Él le pagará su trato” (Pro. 19:17). ¿Cómo
debería influir en nosotros este principio a la hora de querer tomar la iniciativa en honrar a nuestros hermanos?
16
Todos sabemos que la mayoría de las personas están dispuestas a mostrar honra a sus superiores. Ahora
bien, esas mismas personas tal vez tratan con poco o ningún respeto a quienes consideran inferiores. Jehová, en
cambio, no es así. Él nos asegura: “A los que me honran honraré” (1 Sam. 2:30; Sal. 113:5-7). Jehová muestra
honra a todos los que le sirven y le honran. Él no pasa por alto a “los de condición humilde” (léase Isaías 57:15;
2 Cró. 16:9). Como nosotros deseamos imitar a Jehová, tenemos que averiguar si estamos mostrando verdadera
honra a todos los hermanos. Para ello, preguntémonos: “¿Cómo trato a los que no ocupan un puesto prominente,
o de responsabilidad, en la congregación?” (Juan 13:14, 15). Nuestra respuesta nos dirá mucho en cuanto al
grado de respeto sincero que sentimos por nuestros hermanos y hermanas (léase Filipenses 2:3, 4).
CAPITULO 3:
w85 15/7 págs. 19-20 párr. 17 ‘Corran de tal modo que alcancen el premio’
17. a) Dé un ejemplo de la veracidad de las palabras de Proverbios 13:20. b) ¿Qué clase de amigos
podemos decir que son “sabios”? c) ¿Cómo pueden hoy día los jóvenes seguir el ejemplo del joven
Samuel?
17
No deberíamos pasar por alto las palabras de Proverbios 13:20: “El que está andando con personas sabias
se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal”. Una joven cristiana confesó: “Las
malas asociaciones en la escuela verdaderamente están empezando a afectarme. Hoy en la escuela me detuve
justo antes de decir una palabra obscena [...] casi la dije, pero no lo hice”. Es triste decirlo, pero ciertos supuestos
amigos han incitado a algunos jóvenes cristianos a cometer actos de conducta muy malos. Pero si eres un joven
que desea alcanzar el premio, busca amigos que sean sabios... los que se inclinan hacia lo espiritual, de
conducta recta y habla edificante. Recuerda, el joven Samuel no se asoció con los hijos malos de Elí. Se
mantuvo ocupado ‘ministrando a Jehová’, y así se mantuvo libre de la corrupción de ellos. (1 Samuel 3:1.)
w87 15/12 pág. 17 párr. 9 Honra al Dios de la esperanza
9. ¿Cómo se le dio a Samuel la oportunidad de honrar a Jehová?
9
En contraste con ellos estuvo Samuel. Usted probablemente sepa que los padres de Samuel lo llevaron a
servir en el tabernáculo de Siló cuando era de tierna edad. Cierta noche Jehová habló a aquel muchacho. Le
agradará leer este relato en 1 Samuel 3:1-14, e imaginarse el momento en que se despierta al muchacho, no
mediante un rugido como de trueno, sino mediante una voz baja que él pensó, equivocadamente, que era la del
envejecido Elí. Entonces piense en lo intimidante que tiene que haber sido para el joven Samuel tener que
informarle al sumo sacerdote de edad avanzada que Dios había determinado castigar a la casa de Elí. Pero
Samuel lo hizo; honró a Dios por su obediencia. (1 Samuel 3:18, 19.)
w05 15/3 pág. 21 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel
Respuestas a preguntas bíblicas:
1 Samuel 3:3. ¿Dormía Samuel realmente en el Santísimo? No. Samuel era un levita de la familia
no sacerdotal de los qohatitas (1 Crónicas 6:33-38). Por lo tanto, no se le permitía “entrar para ver las cosas
santas” (Números 4:17-20). La única parte del santuario a la que Samuel tenía acceso era el patio del
tabernáculo. Allí es donde probablemente dormía. Parece ser que Elí también dormía en alguna sección del
patio. La expresión “donde estaba el arca de Dios” debe referirse al recinto del tabernáculo.
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w02 15/12 págs. 8-9 párrs. 5-6 ‘Acerquémonos a Dios’ ***
5, 6. ¿Cómo ilustra el ejemplo del joven Samuel lo que implica ‘estar adquiriendo conocimiento’ de Dios?
5
Según Juan 17:3, Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único
Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. Muchas traducciones difieren un poco de la
Traducción del Nuevo Mundo en este pasaje, ya que en vez de usar la expresión “estén adquiriendo
conocimiento” de Dios, emplean otras como “conocerte” o “que te conozcan”. Sin embargo, varios eruditos
observan que el sentido de la palabra griega original implica algo más: revela un proceso continuo que puede
incluso llevar a una amistad íntima.
6
El concepto de llegar a conocer a Dios íntimamente no era nuevo en los días de Jesús. En las Escrituras
Hebreas, por ejemplo, leemos que cuando Samuel era niño, “todavía no había llegado a conocer a Jehová”
(1 Samuel 3:7). ¿Significa esto que Samuel sabía muy poco de Dios? No. Sin duda había aprendido mucho de
él, gracias a sus padres y los sacerdotes. Sin embargo, la palabra hebrea utilizada en este versículo, según cierto
especialista, “se emplea para referirse a la relación más íntima”. Samuel aún no había llegado a conocer a
Jehová al grado que lo haría más adelante sirviéndole de portavoz. A medida que crecía, iba conociendo
realmente a Jehová, cultivando así una estrecha relación con él (1 Samuel 3:19, 20).
w98 1/8 pág. 8 párr. 5 Jehová: la fuente de verdadera justicia y derecho
5. ¿Qué cualidades están relacionadas con la justicia de Dios?
5
Las Escrituras muestran claramente que la justicia divina es reconfortante, no dura e inflexible. David cantó:
“Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales” (Salmo 37:28). La justicia de Dios lo motivó
a ser fiel y compasivo con sus siervos. La justicia divina es sensible a nuestras necesidades y tolerante con
nuestras imperfecciones (Salmo 103:14). Esto no significa que Dios pase por alto la maldad, pues esa sería una
manera de fomentar la injusticia (1 Samuel 3:12, 13; Eclesiastés 8:11). Jehová explicó a Moisés que Él era
“misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad”. Aunque estaba
dispuesto a perdonar el error y la transgresión, no eximiría de castigo a quienes lo merecieran (Éxodo 34:6, 7).
CAPITULO 4:
w05 15/3 pág. 22 Puntos sobresalientes del libro de Primero de Samuel
Lecciones para nosotros:
1 Samuel 4:3, 4, 10. Ni siquiera un objeto tan santo como el arca del pacto sirvió de amuleto. Debemos
“[guardarnos] de los ídolos” (1 Juan 5:21).
w11 15/1 pág. 5 párrs. 14-15 Refugiémonos en el nombre de Jehová
14, 15. a) ¿Qué han usado algunas personas como talismán? b) ¿Qué no deberíamos ver como un
amuleto?
14
Los contemporáneos de Jeremías pensaban que el templo era una especie de amuleto que los protegería
de sus enemigos (Jer. 7:1-4). Y muchos años antes, los israelitas vieron el arca del pacto como un talismán que
los salvaría en las batallas (1 Sam. 4:3, 10, 11). Siglos después, Constantino el Grande cayó en un error
semejante. Con la esperanza de que sus soldados fueran protegidos en combate, mandó pintar en sus escudos
las letras kji y rho, con las cuales comienza en griego el título “Cristo”. Y en la misma línea, parece que el rey
Gustavo II Adolfo de Suecia, quien combatió en la guerra de los Treinta Años, usó una armadura en la que
aparece inscrito claramente el nombre “Iehova” (véase la página 7).
15
Es cierto que, al sufrir ataques de demonios, algunos cristianos se han refugiado en Jehová invocando su
nombre en voz alta. Sin embargo, jamás deberíamos creer que los objetos que exhiben el nombre divino son
talismanes o amuletos que ofrecen protección mágica. Esto no es de ningún modo lo que significa refugiarse en
el nombre de Jehová.
Toda la información ha sido sacada de la Watchtower Library 2013
Este archivo, es simplemente una ayuda para nuestra preparación, el propósito principal de esto,
es que investiguemos más nosotros. (km 99--2006)
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