carreras Osvaldo Dávila le va tomando el gusto a la cuida E l destino, ese componente invisi- la indemnización y no insistí más”, amigos de Moreno, propietarios del ble que acecha a la vuelta de la dice aún con bronca. stud Los Dago. Y para la que ya tiene esquina y que es capaz de torcer el Obligado por las circunstancias, planes inmediatos: “Va a seguir en el rumbo de cualquier existencia quiso entonces, Dávila tuvo que ponerse a proceso selectivo de La Plata. Es lige- que, casi sin proponérselo, Osvaldo cuidar: “Algo tenía que hacer. Pero te ra, pero la vamos a ir subiendo de a Dávila obtuviera su triunfo más im- soy sincero, aún no le encuentro el 100 metros porque la distancia la va portante como cuidador con la po- gustito a esto. No es lo mismo cuidar a favorecer. La idea es también ganar tranca Seresta, heroína del Clásico que ser jockey. A lo mejor con Seresta la Corona platense. Pero si antes apa- Derli A. Gómez (G3), el último domin- me pica definitivamente el bichito de rece ‘un novio’ la vendemos. Tiene el go en La Plata. la cuida y me dedico de lleno”, afirma ‘tachito’ encima...”, concluyó. Es que “el Gallego”, como se lo co- y apoya sus esperanzas en la potran- noce en la actividad, nació para ser ca a la que siempre le tuvo fe y de la jockey, y en esa profesión vivió tar- que comparte un porcentaje con sus Por Héctor Raúl Torres [email protected] des de gloria y saboreó triunfos importantes en pruebas con ejemplares del predicamento de Priest, Guambia Bo y Keynes, con los que se alzó con pruebas de importancia como los grandes premios Nacional, Polla de Potrillos y 9 de Julio, respectivamente. Pero el destino metió la cola 13 años atrás y Dávila debió alejarse para siempre de la profesión y de una forma que ni él mismo comprendió: “Se me quebró un caballo y rodé, y no volví nunca más a correr. Quedé dolido por esa circunstancia porque nadie supo explicarme porque nunca me dieron el alta definitiva. Se lavaron las manos. Me había quedado una secuela leve en una pierna que no me impedía montar un caballo. De hecho, después del accidente, estuve montando dos años seguidos para que me dieran el alta, porque me autorizaron a varear, pero lamentablemente no lo logré. Finalmente cobre Osvaldo Dávila disfrutó de su éxito más importante como entrenador con Seresta 11 - REVISTA PALERMO - 04/03/15
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