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“Mujeres en proceso”
En el mes de enero las junioras de México, Michelle, Ale y Berenice de la Prov. Padre Enrique de
Ossó y Bertha, Denise y Rosy de la Provincia Santa María de Guadalupe participamos en un taller
de formación cuyos objetivos fueron: Acercarnos a la personalidad de Teresa de Jesús, como
compañera de camino y descubrir en ella la forma de “ordenar los afectos”, así fortalecer nuestra
identidad de mujeres consagradas al servicio del Reino.
Partimos del tema de sexualidad, con asesoría de la Psicóloga Laura Ramos, con quien abordamos
la castidad como “castidad gozosa”, la cual implica un proceso de consciencia y expresión de
nuestras emociones, sentimientos, deseos y placeres que como mujeres vivimos desde nuestro
cuerpo. Aunque nos dimos cuenta, que muchas creencias personales y culturales, nos hacen evitar
tener la sensibilidad de escuchar las necesidades que nuestro cuerpo expresa.
Descubrimos que cuando hacemos las pausas necesarias para tomar conciencia de los procesos que
estamos viviendo, optamos para vivir en plenitud, lográndolo desde nuestro estilo de vida como
mujeres consagradas. Estas pausas constantes se necesitan vivir desde la oración como trato de
amistad con Jesús. Es así cuando nuestra entrega se vuelve verdadera y nuestro modo de vivir la
castidad se transforma en una castidad gozosa, libre, plena y con sentido, siempre en coherencia con
nuestros valores fundamentales, con nuestros deseos y los de Jesús.
Para continuar Teresa, nos iluminó con su forma de mostrar libremente sus afectos y sentimientos,
en una gran diversidad de relaciones significativas. Pudimos ver que ella también lo vivió en un
largo proceso, durante las diferentes etapas de su vida, lo cual no le fue nada fácil. Desde muy
temprana edad ella tenía claro que su deseo más profundo era unir su voluntad con la de Dios, para
así poder vivir una entrega verdadera y amar como Jesús ama.
Fueron días muy ricos en el compartir profundo de nuestro caminar como “mujeres en proceso”, en
este tema tan importante para vivir nuestra entrega de una manera libre, cada vez más conscientes
de nuestro cuerpo, sentimientos, placeres, creencias y deseos profundos, para así parecernos más a
Jesús.
Nos acompañaron en este proceso las Hnas. Lucila, Rosa Elvira y Nilsa.
“Dios no ha de forzar nuestra voluntad; toma lo que le damos; más no se da a sí del todo hasta que
nos damos del todo” (C 28, 12)