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La hojita
de los niños
Año XIX • nº 1.229 • 01 de marzo de 2015
¡La buena noticia para todos! • Domingo 2º de Cuaresma
Mensaje
de
La Palabra
Dios puso muchas semillas en nuestro corazón para que podamos ser felices.
Podemos reflexionar acerca de estos dones para sembrarlos y tomar conciencia
de que hay que hacerlos crecer y madurar.
Trabajar el campo implica esfuerzo, conocimiento y amor por lo que se hace.
de
Dios
para esta semana
En nuestra vida ocurre lo mismo. Si queremos ser felices, tendremos que esforzarnos, pensar qué camino seguir, elegir a
las personas que nos acompañarán y poner
amor en lo que emprendamos.
Esta semana podemos pensar si estamos
dispuestos a poner nuestro entusiasmo
en hacer crecer los dones recibidos.
hojigrilla
Si completás las definiciones e ingresás en el
cuadro de la derecha cada letra, vas a poder
leer una frase de:
Romanos 3, 31b-34
1. Poema de cuatro estrofas. Las dos primeras de cuatro versos y las dos últimas de
tres (pl.).
2. Persona muy pequeña (pl.).
3. Plata.
4. Molusco bivalvo donde se pueden encon
trar perlas (pl.).
5. Sacas.
6. Bañera (pl.).
7. Antónimo de largo.
8. Grupo de personas que cantan juntas (pl.).
La Biblia, el libro de la Palabra de Dios
Las lecturas de la misa del domingo
H
segunda lectura:
Ro­ma­nos­ 8,­ 31b-34
er­ma­nos: Si Dios es­tá con­nosotros,­¿quién es­tará contra no­so­tros? El­que­no­es­ca­ti­mó­a­su pro­pio­Hi­jo,­si­no­
que­ lo en­tre­gó­ por­ to­dos­ no­so­tros,­ ¿no­ nos­ con­ce­de­rá con ­él ­to­da­ cla­se­ de­
fa­vo­res?­¿Quién ­po­drá­acu­sar­a los­ele­gi­dos­de­Dios?­“Dios­es­el­que­jus­ti­fi­ca.
¿Quién­se­atre­ve­rá­a­con­de­nar­los?”.­¿Se­rá­aca­so­Je­su­cris­to,­el­que mu­rió,­más
aún,­el­que­re­su­ci­tó,­y­es­tá a ­la ­de­re­cha­de ­Dios ­e ­in­ter­ce­de p
­ or ­no­so­tros?
J
evangelio:
Mar­cos ­9,­ 2-10
e­sús ­to­mó ­a­ Pe­dro,­ San­tia­go ­y ­Juan,­ y­ los­ lle­vó a
­ellos ­so­los ­a­ un ­mon­te ­ele­va­do.­ Allí­ se­ trans­fi­gu­ró­ en
­pre­sen­cia­de ­ellos.­Sus­ves­ti­du­ras ­se­vol­vie­ron ­res­plan­de­cien­tes,­tan ­blan­cas
­co­mo­na­die ­en ­el mun­do ­po­dría­blan­quear­las.
Y­se­les­apa­re­cie­ron­Elías­y­Moi­sés,­con­ver­san­do con­Je­sús.
Pe­dro­di­jo­a­Je­sús:­«Maes­tro,­¡qué­bien­es­ta­mos aquí!­Ha­ga­mos­tres­car­pas,­
una­pa­ra­ti,­otra­pa­ra Moi­sés ­y­otra ­pa­ra ­Elías».
Pe­dro­no­sa­bía­qué­de­cir,­por­que­es­ta­ban ­lle­nos­de te­mor.­En­ton­ces ­una­nu­
be­ los­ cu­brió­ con­ su­ som­bra, y­ sa­lió­ de ­ella ­una­ voz:­ «És­te­ es­ mi­ Hi­jo muy­
que­ri­do,­es­cú­chen­lo».
De pron­to­ mi­ra­ron ­a ­su­ al­re­de­dor­ y­ no­ vie­ron­ a­ na­die,­ si­no ­a­ Je­sús­ so­lo con
­ellos. Mien­tras ­ba­ja­ban­ del­ mon­te,­ Je­sús­ les ­pro­hi­bió­ con­tar­ lo­ que­ ha­bían­
vis­to,­has­ta­que­el­Hi­jo ­del­hom­bre re­su­ci­ta­ra­de­en­tre ­los ­muer­tos.
Ellos­cum­plie­ron­es­ta­or­den,­pe­ro­se­pre­gun­ta­ban qué ­sig­ni­fi­ca­ría­«re­su­ci­tar
de­en­tre ­los ­muer­tos».
El Cuento
de
María Inés Casalá
La casa del amigo
y
Juan Carlos Pisano - Dibujo
de
Hania Kollenberger
Si querés comunicarte con la autora podés escribir a [email protected]
Cristian tenía seis años, y era la primera vez que le permitían quedarse
a dormir en la casa de un amigo. Él
vivía en un departamento chiquito
y su compañero en
una casa enorme,
que era de los abuelos. Se entraba por
el garage, a través de
unas puertas de hierro trabajado en forma de hojas que lo
maravillaban. De ahí,
se pasaba, subiendo
unos escalones, a un
hall que tenía casi el
tamaño de su comedor y donde había un espejo enorme, dos puertas y una escalera de
madera que subía al primer piso.
Una de las puertas comunicaba al
antiguo consultorio del abuelo, que
ya no lo utilizaba, y que era uno de
los lugares preferidos para jugar,
por la cantidad de frasquitos, instrumentos, papeles y libros que había.
La otra puerta daba al comedor que
nunca se usaba. Cristian creía que
estaba hecho para gigantes, porque
si quería mover una silla tenía que
usar todas sus fuerzas y casi no podía rodear con sus brazos la pata de
la mesa. En el primer piso había muchas habitaciones y un gran patio.
La casa era el sueño de cualquier
chico. Ese día jugaron a la pelota y a
la escondida, sin parar, hasta que la
mamá los llamó para cenar un pastel de papas riquísimo.
Después, ¡a dormir!
Cristian se acostó en
una cama que no hubiera entrado en su
habitación. Cerró los
ojos y escuchó como
la mamá terminó de
limpiar la cocina, fue
al cuarto y, después
de unos minutos,
apagó la luz. Se hizo
silencio total. No se escuchaban ni
los autos que pasaban por la calle.
Y, en ese momento, cuando estaba
por dormirse, fue cuando comenzó
a escuchar pasos en la escalera. Alguien estaba subiendo. Era evidente, no había duda. La escalera crujía,
pronto vería a alguien. Se quedó
quieto, casi sin respirar. ¡Ahora estaba en el techo!, el ruido venía de
ahí. ¡No, del comedor! Estaban moviendo las sillas. ¿Habrían venido
los gigantes?
Cristian no aguantó más y sacudió a
su amigo.
–¿Qué pasa? ¿Por qué me despertás?
–¡Sh! ¡Callate! ¿No escuchás? Hay
alguien subiendo las escaleras y
caminando por el techo.
–No, no hay nadie, son los ruidos
de la casa. Seguí durmiendo.
–¿Los ruidos de la casa? ¿Cómo podés dormir tranquilo? ¿No tenés
miedo?
–No, conozco esta casa y sus ruidos, pero, además, están mis papás
en la otra habitación. ¿Qué me puede pasar?
Cristian se quedó callado y se dio
cuenta de que, en realidad, eso era
lo que a él le faltaba… por primera
vez.
El Bebéhojita
y sus amigos
por Gladys y Margarita Pérez
Las Melli
Para pensar
y conversar
con los amigos
• ¿Con quién o con quiénes nos sentimos seguros, aunque estemos en
situaciones desconocidas?
• Nuestro buen Padre Dios nos
quiere, nos cuida y nos acompaña,
¿sentimos su presencia a nuestro
lado, aunque las cosas no sean
como queremos?
• ¿Creemos que al lado de Dios nada
nos puede pasar?
imos
Sólo cuan do sent
tro
es
a Jesús en nu
corazón po demos
demás.
anunciarlo a los
La hojita de los niños. Semanario religioso infantil de uso litúrgico. No reemplaza el uso de los leccionarios.
Nihil Obstat: Conferencia Episcopal Argentina. Imprimatur: Arquidiócesis de Buenos Aires. Edita: Sociedad de San Pablo.
Propietario Sociedad de San Pablo (Paulinos). Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: nº 5.173.547 del 29/5/2014
Dirección: P. Aderico Dolzani. Redactora: Inés Casalá.
Dibujos: Hania Kollenberger (cuento). Gladys y Margarita «Las Melli» Pérez.
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